Un año en la vida de Pablo Iglesias Turrión (Madrid, 1978) equivale, como si fuera un perro, a siete años de cualquier otro ser humano. Por lo menos, los tres últimos. Desde que fuera por primera vez a La Sexta en 2012 hasta hoy ha pasado de ser un tertuliano más a ser un firme candidato a habitar el Palacio de la Moncloa (e incluso ha tenido tiempo para dejar de serlo), pasando por fundar un partido y ser escogido eurodiputado, sin dejar de presentar programas de televisión o escribir libros. De no saber nada de él a saber incluso cosas que no haría ninguna falta que supiéramos, la vida de Pablo Iglesias está permanente bajo el foco público aun a riesgo de quemarlo antes de tiempo. Superado el trance de las elecciones municipales y autonómicas y, hace unos días, las catalanas, se lame las heridas y recompone su figura para enfrentarse al reto que tiene marcado en rojo desde que Podemos era una ensoñación de cuatro politólogos de la Complutense: las elecciones generales. En cada colada han perdido alguna sábana, y aquel revolucionario de los noventa es hoy un político más realista de lo que pueda parecer a primera vista, más consciente incluso que sus críticos más feroces de sus propios límites y, en ocasiones, de sus contradicciones. Escondido en un despacho gris, de un edificio gris, en una calle gris diseña su asalto definitivo a un cielo que, a dos meses vista del gran día, amenaza tormenta.
No me gusta esta sede, tener que compartirla con empresas… Yo querría una sede en un edificio en un barrio popular, donde hubiera bares de viejos, un parque cerca donde jugaran los niños, poder aparcar… Pero las urgencias por abrir una oficina después de las elecciones europeas nos llevaron aquí, porque era muy barato. Alquilamos una planta y nos comprometimos por un año, pero cuando quisimos irnos lo que teníamos que pagar no nos compensaba y nos salía más a cuenta alquilar otra planta en el mismo edificio. A ver si después de las generales podemos movernos. Me gustaría un espacio diáfano, que desde cualquier punto se vea cualquier otro punto, como una nave.
En tu libro Disputar la democracia (Akal, 2014) advertías: «Aquí me tienen (…) Aprovéchense porque no podré darles muchas más oportunidades», pero desde entonces has dado cientos de entrevistas. ¿No estás cansado de oírte a ti mismo?
Eso es inevitable. De hecho, me hizo una entrevista Risto Mejide y me decía que en el programa que hago de entrevistas en La Tuerka me ve muy ausente. Que dejo hablar mucho e intervengo muy poco, como entrevistador y como moderador. Y le explicaba que eso responde también a una cuestión terapéutica: en las entrevistas que hago me gusta escuchar. Rechazo el modelo de entrevista en el que es más protagonista el entrevistador que el entrevistado y ya no me apetece, como cuando presentaba La Tuerka, intervenir y disfrazarme de tertuliano en los debates que yo moderaba. Digamos que tengo un papel estrictamente de moderador en el que me gusta escuchar. Una de las cosas que más echo de menos del anonimato es esa capacidad de escucha que te permitía ir a un bar, te sentabas, te pedías una caña y simplemente ponías la oreja a ver qué decían los parroquianos. Eso te daba un pulso del país. Sabías cómo estaba el país, lo que piensa la gente…
Ahora cuando entras se callan.
Cuando entras te piden fotos, te comentan, te hablan… pero tú eres el emisor, eres a quien le están poniendo el micrófono todo el rato y eso te hace perder capacidad de escucha. Y no me gusta.
¿Te da la sensación de que has hablado demasiado y que, de esa manera, has caído en contradicciones que podrías haber evitado?
Nunca se sabe. Creo que hacer política es comunicar y la comunicación ha de ser continua. Si le digo a un periodista que estoy hablando mucho me diría que no puedo hacerles eso porque se quedarían sin trabajo. El periodista siempre piensa que los que nos dedicamos a la política hablamos muy poco, que no hacemos suficientes ruedas de prensa y que no concedemos suficientes entrevistas. Si Laura [su responsable de prensa, N. del R.] dijera que sí a todas las entrevistas que le han pedido no creo que tuviera una hora para mí mismo. Ayer estuve toda la mañana con entrevistas y esta mañana estoy con vosotros. Es un no parar que responde al escenario mediático de la comunicación continua. Además, este escenario, con el desarrollo de las redes sociales y las nuevas tecnologías, es completamente distinto al del pasado. Tú concedías una entrevista a un periódico en papel que salía un domingo y tiraba una semana y media con lo que tú habías dicho y nunca más tenías que volver decir nada. Ahora tienes que tener una cuenta de Twitter en la que todos los días debes decir siete u ocho cosas y si no lo dices te llaman la atención. «¿Cómo es que no estás diciendo cosas? ¿No te importa, verdad? ¡Qué vergüenza!». Ocurre algo, lo que sea, y si no dices nada es que en eso no nos posicionamos y somos unos sinvergüenzas. Puede ser una noticia de hace media hora, que tienes que poner el tuit de «mi solidaridad con…».
Y en este marco de política mediática, ¿te duele como profesor de Políticas tener que simplificar el mensaje? Al final, la ventana de atención es la que es.
¡No te lo puedes imaginar! De nuevo, Fort Apache y La Tuerka son un elemento terapéutico para mí. Allí vuelvo a ser el Pablo politólogo al que le gusta ir con otro tono y con un espesor diferente. Cuando te enfrentas a un escenario político en el que tienes las herramientas como politólogo para analizarlo y te gustaría disfrutarlo escribiendo, conversando con otros o adoptando esa posición de tonalidades más grises, tener que actuar como dirigente político de alguna manera frustra al politólogo. Pero es un péndulo inevitable, porque si le preguntaras a un politólogo, te diría: «Ya, pero si a mí me dieran a elegir entre intervenir en la historia o interpretarla, me gustaría intervenir».
«Politólogos: ¿putas, o militantes?».
Como en cualquier profesión. Yo creo que las ciencias sociales no son inocentes, se ponen al servicio de diferentes intereses, siempre es así y eso es lo primero que les explicaba a mis estudiantes. Les explicaba que tenían que buscar en Google quién es el autor de cada cosa que están estudiando y que era muy fácil descubrir para quién trabajaban. Les ponía siempre el ejemplo de Walt Whitman Rostow, que era un sociólogo que trabajó para el Departamento de Estado en Estados Unidos, muy brillante y profundamente conservador y el de Andre Gunder Frank, que era marxista y trabajó para la Unidad Popular Chilena. Así veían que los dos eran magníficos sociólogos pero con propuestas metodológicas diferentes, que trabajaban para fines distintos. Eso es militancia. Y la prostitución, que se puede dar en todos los lados. Yo supongo que también la habréis visto alguna vez en el periodismo…
Bueno, nosotros somos politólogos.
[Risas] Pues la habréis visto en la politología. La prostitución tiene que ver con dar argumentos agradables al poder. El mejor ejemplo en España es un señor que se llamaba Juan Linz, que construyó esa diferencia entre regímenes autoritarios y totalitarios para dar una cierta justificación, digamos académica, a la dictadura. Pues para algunos, Linz sigue siendo una de las grandes referencias en España a pesar del hostión que se dio cuando los bancos le encargaron hacer su famoso informe sobre el futuro de España y dijo que básicamente iba a haber dos grandes partidos, Democracia Cristiana y Partido Comunista. Pues se equivocó usted de lleno.
Volviendo a la diferencia entre interpretar e intervenir, ¿tienes conciencia de la primera vez que pensaste: «Voy a gobernar este país»?
Eso fue un hostión. Nunca lo calculé.
¿Jamás lo pensaste?
Después de las elecciones europeas teníamos la sensación de «hostia, la que hemos liado», pero era algo que sí habíamos previsto. Sin embargo, no es lo mismo calcular un resultado electoral espectacular, imprevisible, histórico en las europeas que asumirlo al día siguiente. Y eso que claro, fueron 1,3 millones de votos, que no estaba mal pero eso no son cifras para gobernar. Cuando empiezan a salir encuestas en las que aparecemos con opciones de gobierno es cuando te vas un día a la cama y dices: «Joder, que a lo mejor acabo siendo presidente del gobierno». Es más sensación de agobio que otra cosa.
¿Ni siquiera lo habías deseado secretamente? «¿Qué quieres ser de mayor? Presidente del Gobierno».
Ni de coña. ¡Ni de coña pensé nunca en ser presidente! Además, hay veces que me pongo por la mañana a ver la tele y veo el parlamento y pienso: «Qué pereza me da». O sea, me parece muy interesante y, joder, la importancia que tiene intervenir en la historia y las cosas que podríamos hacer y todo eso, pero no sé qué contestaría si me preguntasen qué quiero ser de mayor. Espero que me quede vida después de esto. Espero que esto tenga un tiempo y que, cuando acabe, pueda recuperar mi vida.
¿Qué querías ser cuando fueras mayor?
Lo que era, y esa es la desgracia de mi vida [Risas]. Quería ser profesor de Ciencias Políticas y hacer el gamberro presentando un programa de televisión. Eso es lo que me gustaría volver a ser. Cuando termine esto querré gritar al mundo: «Bueno, ya he cumplido con mi deber y ahora quiero volver a ser feliz». Y para ser feliz de verdad lo que quiero es dar clase y hacer el gamberro en cosas de tele y hacer cortos. Lo que me gusta a mí.
Mirándolo por el lado bueno, parece que ahora está un poquito más lejos lo de ser presidente… Le dijiste a Jordi Évole que si no ganabas, te ibas. Quizá hubieras preferido decirle que si no ganabas te quedabas.
[Ríe] No le dije eso, le dije que nunca está cerrado que uno tenga que quedarse. Yo creo que cualquier decisión tiene que ser revisable, con cualquier resultado. La responsabilidad política tiene que estar en permanente revisión, pase lo que pase. Y cuidado, que este año han pasado muchísimas cosas. Nosotros salimos a estas generales con la sensación de que hay partido, que está muy difícil pero que hay partido. Y lo que más nos conviene en este momento es que algunos nos den por derrotados; si hacen eso aumentarán las posibilidades de que demos la sorpresa. Yo creo que este año es el año de la imprevisibilidad, con unos escenarios políticos completamente cambiantes. En enero de 2015 nadie hubiera acertado qué iba a pasar en las siguientes elecciones, en las municipales, en las autonómicas, en Andalucía y en Cataluña…
Vuestras expectativas en Cataluña eran mucho más altas. ¿Puede ser una piedra en el camino hacia la Moncloa? ¿Os hubiera gustado que no estuvieran ahí esas elecciones precisamente ahora?
Absolutamente. Han sido las elecciones más difíciles de toda mi vida, incluyendo todas en las que he trabajado antes como asesor. Lo decía en broma: ha sido un partido Madrid-Barça y nosotros íbamos con el árbitro [Risas]. Cuando eres el árbitro es muy complicado que los espectadores te animen a ti. Y era así, eran unas elecciones imposibles. La política son escenarios, y hay escenarios que son favorables y otros que son desfavorables. Nosotros habíamos dicho muchas veces que el escenario izquierda-derecha no es un escenario muy favorable para nosotros, sino que el escenario que nos funciona bien es el arriba-abajo. Luego siempre hay alguien que llega y dice que la izquierda es siempre el abajo. Pero eso da igual, el problema es cómo se definen los significados para la gente y cómo esos significados condicionan comportamientos. Las catalanas no es que no fueran arriba y abajo, es que tampoco eran izquierda y derecha, que en eso, mal que bien, podíamos sobrevivir. Es que eran Cataluña y España.
Entonces, ¿por qué el PSC no ha obtenido un resultado tan malo?
Porque yo creo que se colocaba más del lado de España que nosotros. No ha tenido un grandísimo resultado; ha tenido un resultado mejor que el nuestro, pero tampoco mucho mejor, y han perdido diputados. No era un escenario cómodo para el PSC pero creo que se posicionaron mucho más. Nosotros también fuimos en el lado de España, pero cuando Pedro Sánchez va con la bandera está diciendo: «Eh, que nosotros somos España». Además es curiosísimo cómo han cambiado todos los actores. Hasta el domingo, para Junts pel Sí e incluso para la CUP, nosotros éramos españolistas y nos definían como tal, mientras que para el resto de actores éramos los amigos de los independentistas. Sin embargo, el lunes cambia el tono de repente y somos la novia pobre a la que todo el mundo quiere seducir. Los que nos ubicaban en el «no» dicen que nosotros estamos en el «sí» como ellos, y los que nos ubicaban en el «sí» dicen que en realidad somos de los suyos, que también apoyamos el «no» y formamos parte de esa supuesta mayoría no independentista que ellos aseguran que existe.
A mi juicio, esto revela que la posición más responsable era la nuestra y que, al final, no puedes hacer política si te sobran la mitad de los ciudadanos, porque hay que tomar decisiones. Nosotros hemos puesto una propuesta encima de la mesa que creo que es la única que ofrece una salida: si nosotros ganamos las elecciones habrá un referéndum y, en ese referéndum, vamos a defender que Cataluña pueda encajar dentro de España, reconociendo que Cataluña es una nación. Nadie más propone soluciones. El PP dice «tanques»… Ya han dicho que esto se soluciona con la Guardia Civil y sin ningún tipo de diálogo político. Y por otra parte, la solución del Partido Socialista es llevar el Senado a Barcelona.
¿Un referéndum vinculante o consultivo?
Un referéndum siempre, siempre, siempre, es vinculante políticamente. Ahora bien, hay que hacer una traducción jurídica que no depende solo de la voluntad política; depende de una Constitución que está vigente en este país y también depende de una legalidad que los tribunales tienen la labor de proteger. Eso no depende de la decisión del presidente del Gobierno, ni de la decisión de un gobierno, ni siquiera de la decisión del legislativo. El legislativo no puede ir en contra de la Constitución. Por eso nos preguntamos cuál es la manera de encajar la voluntad política que surja de ese referéndum, cualquiera que sea. Nosotros decimos: «Un proceso constituyente», que muchas veces los periodistas traducen por reforma constitucional. No, un proceso constituyente, pónganlo ustedes en Google para que vean que eso no es una reforma de la Constitución, es otra cosa. Nos dicen que no tenemos dos tercios para eso, y yo digo: «Bueno, ya veremos si tenemos dos tercios o si no los tenemos». En cualquier caso, todo el mundo tendrá que reconocer que estamos en el momento en que convendría abrir un proceso constituyente aunque los actores políticos pensemos de manera diferente. Incluso el Partido Popular ha abierto la posibilidad a reformar la Constitución.
Igual es a peor, ¿no?
Bueno, pero abramos el debate. Yo creo que lo que ha ocurrido en Cataluña revela que el modelo del «café para todos» tuvo muchos límites. Nadie puede ya defender que eso haya funcionado. De hecho, el Senado tampoco ha funcionado, porque no es una cámara de representación territorial; empezó siendo el seguro de vida de los procuradores de las Cortes franquistas y se ha convertido, literalmente, en un cementerio de elefantes. Pues vamos a abrir el melón de asumir lo que implica la cuestión territorial en España. Nosotros vamos a decir abiertamente que España es plurinacional. ¿Existe una nación española? Sí, existe una nación española que tiene muchas expresiones y hay mucha gente en Cataluña y en el País Vasco que se sienten españoles. ¿Pero hay una nación catalana, vasca e incluso gallega? Claro. ¿Y eso de qué depende? ¿De quinientos años de historia? ¿De doscientos? ¿O de que haya historiadores que te lo justifiquen o que te lo desmientan? Pues eso depende de las voluntades colectivas. A las naciones no se les puede establecer una suerte de requisitos. En América tenemos casos de naciones de ciento cincuenta o doscientos años construidas por una voluntad colectiva de emigrantes que proceden de ámbitos culturales muy distintos. Bueno, pues asumamos que España es así como consecuencia de muchas vicisitudes históricas. Muchos dirán: «Es que aquí los borbones no hicieron lo que hicieron los jacobinos en Francia». Muy bien, lo que usted quiera, pero si hay un montón de señores en Cataluña que se sienten una nación, eso es una realidad, y esa realidad tendrá que tener traducciones jurídicas.
Vamos a ordenarlo. ¿Proceso constituyente antes que el referéndum? ¿Referéndum y en consecuencia proceso constituyente? ¿Varios procesos constituyentes simultáneos?
Referéndum y, después del referéndum, un proceso constituyente. En ese referéndum yo creo que ganaría el quedarse en España.
¿Harás campaña a favor de ello?
Claro que sí. Pero creo que ganaría el quedarse en España con una relación jurídica diferente a la actual. Y en el proceso constituyente resultante, nosotros defenderíamos, como Gobierno y como partido, la decisión de los catalanes.
¿Estamos hablando de un Estado federal?
Si hablásemos entre politólogos, no creo que tuviésemos problema en referirnos a Estado federal o confederal. Lo que pasa que, en el lenguaje periodístico, la palabra se ha quedado vieja. Lo que antes servía para entender el federalismo ahora es una palabra que ha perdido el swing que tenía como propuesta atractiva para Cataluña. Tú le dices ahora a un catalán «federal» y te dice que ni muerto, eso no funciona. Yo no le pondría palabras pero lo que es seguro es que tendría que tener articulaciones, incluso simbólicas. Pongo un ejemplo que a menudo sorprende: el de las selecciones deportivas. En el Reino Unido, Escocia, Irlanda del Norte y Gales tienen sus selecciones de rugby y sus selecciones de fútbol; a lo mejor eso es algo que se puede poner encima de la mesa. Y que un jugador de fútbol de Barcelona pueda elegir si quiere ir a la selección española porque se siente más identificado con ella o si quiere ir a la catalana, o incluso a cualquiera de las dos si le convocan ambas.
Digamos que es un ejemplo puramente simbólico, pero es un tema que se puede poner encima de la mesa y se puede discutir. ¿Eso implica también crear una cámara de representación territorial, que se pareciera más al Bundesrat alemán? Pues seguramente sí, pero no puede ser una propuesta cerrada nuestra. Pero este proceso constituyente no puede ser como el que se hizo en España, en el que se redactaban artículos de la Constitución en reservados de restaurantes. La clave, incluso antes de la asamblea constituyente, es que se abriera algo parecido a un espacio de reflexión constitucional en el que hubiera sectores de la sociedad civil y se empezara a poner propuestas encima de la mesa. Y ya que estamos, blindamos los derechos sociales. como el derecho a la vivienda. El derecho a la vivienda no es algo meramente programático, sino que obligaría por ley a los poderes públicos a asegurar una alternativa habitacional. Y además es algo que se puede hacer, como están demostrando los ayuntamientos. O introducimos la protección de los ciudadanos respecto a la corrupción. Creo que son temas que tendrían enormes consensos.
¿En una constitución cómo se blinda la protección de los ciudadanos respecto a la corrupción?
Pues por ejemplo prohibiendo las puertas giratorias.
¿Directamente en la Constitución?
¿Por qué no? Creo que el problema fundamental de la corrupción no son una serie de comportamientos individuales deshonestos que podría perseguir el derecho penal o el derecho administrativo, sino que tiene que ver con la organización económica. Y claro que una Constitución puede poner límites a la organización económica o a la forma de toma de decisiones institucional del poder. A mí me parece una estructura formalmente corrupta que alguien, después de haber sido ministro y por el solo hecho de haber sido ministro, pueda acabar en el consejo de administración de una empresa que puede tener intereses contrarios a los intereses de la nación. Y sin embargo, eso no es un delito. O sea, no es un delito que alguien forme parte de un consejo de ministros que privatiza Gas Natural y termine de consejero en Gas Natural. Esta estructura lleva la corrupción implícita de alguna forma, y eso no puede ser. A mí me parece muy bien que a un expresidente o a un exministro se le pague un sueldo y se le asegure que tiene una serie de condiciones para trabajar, pero no que empiece a trabajar en empresas que, insisto, pueden tener intereses contrarios al interés general.
Habría que definir qué es el interés general. En principio, todas las empresas tienen un interés contrario a él, responden a intereses particulares.
Es algo que debería regularse, especialmente en sectores estratégicos. ¿Un político no puede abrir un bar? Pues claro que puede. ¿No puede montar un negocio de zapatos? Pues claro que sí. Pero, ¿un político puede entrar a convertirse en un asesor de la industria armamentística si viene de trabajar en el Ministerio de Defensa? Es que eso no lo defiende nadie. Es un tema que nos cuesta mucho situarlo mediáticamente, porque todo el mundo sabe que en eso nadie gana a Podemos. Nadie se atreve. Recuerdo un debate en el que estuve cara a cara con Rubalcaba, en el que era incapaz de defenderme que pudiera haber exministros y expresidentes en consejos de administración. El único argumento que me han llegado a dar se las trae; me lo dio Zapatero la vez que hablamos. Me decía: «Ya, pero es que entonces solo lo hacen los de la derecha». Hombre, pues si es así se lo prohibimos a todo el mundo, y así no lo hacen ni los de la derecha ni los de la izquierda. No lo hace nadie. De verdad que eso para él era un argumento: «Es que si somos los únicos que no lo hacemos, en los consejos de administración solo estarán los del PP». Pues entonces que no sea una autoprohibición.
En esta línea, ¿la corrupción lo es siempre o dependiendo de quién lo haga o de su intensidad? ¿Os cogió a contrapié el asunto Monedero porque jamás pensasteis que os podrían meter en el mismo saco?
¿Que en la gestión nos pudimos equivocar? Correcto. Pero en la medida en la que introduces el frame corrupción ya estamos en un terreno en el que… no. Juan Carlos Monedero no es que no haya cometido ningún delito, es que ni siquiera ha cometido ningún ilícito administrativo.
No hablaba del posible delito, sino de la interpretación.
Claro, se construye el relato de que en el fondo todos son iguales. La beca de Errejón, el asunto Monedero… Han intentado crear un frame en el que nos tratan de situar en ese marco. Todas las denuncias que han puesto han salido desestimadas. Pero bueno, eso forma parte de las reglas de la política. Nosotros teníamos que ser conscientes de que nos iban a atacar por todos lados y de que no iban a hacerlo honestamente, y sabíamos que se podían inventar cosas. El otro día escuché en una televisión: «Pablo Iglesias vive en una casa de protección oficial». Y lo estás escuchando y piensas no solo que están mintiendo sino que es una manera abyecta de utilizar la política. Pero da igual lo que yo piense, porque el mundo funciona así. Luego te vas al Reino Unido y ves los periódicos y te llevas las manos a la cabeza. Pues bueno, estas son las reglas de la política.
¿Cómo reaccionará Podemos cuando deba enfrentar un caso de corrupción que no admita duda ninguna?
En ese caso, nosotros tendríamos que ser ejemplares. Y digo ejemplares no solamente aplicando nuestro propio código ético, sino que tendríamos que marcar la diferencia con respecto a cualquier otra formación política. Y alguien ahora podría preguntar: ¿y si imputan a un diputado nuestro porque ha participado en un acto de defensa de la laicidad en tal sitio, por ejemplo? Pues ahí haríamos todo lo contrario, porque nada tiene que ver que a alguien le imputen por llevar a cabo un acto de desobediencia civil, incluso aunque podamos no compartirlo. Porque nosotros defendemos a la gente que se ha jugado la libertad y la piel por defender causas justas, y eso no tiene nada que ver con alguien que se ha dedicado a enriquecerse con lo público.
¿Crees que también hay mucha puerta giratoria dentro de la misma Administración Pública, entre las cúpulas de los partidos, sobre todo PP y PSOE, y los altos cargos escogidos a dedo? ¿Haría falta algún tipo de control para evitar dejar un hueco por donde se pueda colar la corrupción?
Por suerte en España, que en esto sí nos parecemos un poquito más al modelo francés, tenemos unos cuerpos profesionales de funcionarios muy amplios, sobre todo si los comparamos por ejemplo con Estados Unidos o América Latina, donde cuando cambia el Gobierno prácticamente cambia toda la Administración. Eso en España no ocurre. Tenemos un cuerpo profesional de inspectores de trabajo, de inspectores y técnicos de Hacienda… Digamos que hay una serie de cargos de libre designación que, en muchos casos, solamente se pueden designar entre funcionarios. Es verdad que quien hace la ley hace la trampa y que eso puede implicar comportamientos no del todo honestos. Puede que alguien llamado a una función técnica pueda hacerlo por razones políticas. Yo viví un caso muy particular: a mi padre le cesaron como jefe de Inspección de Trabajo de Zamora cuando entró el Partido Popular, y eso era absurdo, no debería haber sido así. Pero ese tipo de comportamientos, que hay que evitarlos siempre, no cambian el hecho de que hay algunos cargos en la Administración que tienen que ser cargos de confianza política.
Creo que se puede mejorar mucho, pero creo que la Administración Pública española es de las mejores cosas que tenemos. De hecho, creo que facilitaría mucho hacer transformaciones y reformas en España. Los mejores aliados de Podemos en los ayuntamientos son los funcionarios. «Por fin ha llegado gente decente aquí. Vais a ver la cantidad de cosas que se pueden hacer», dicen. Y en este país tenemos unos trabajadores públicos con un nivel de cualificación altísima. Es verdad que hay cosas a corregir pero es incomparable a cómo se funciona en el mundo privado, incluso en los medios de comunicación. Cuando yo iba a Televisión Española siempre me estaban esperando los trabajadores, me hablaban de sus cosas, me contaban todas las barbaridades que se hacen. En TVE, como en Telemadrid, hay excelentes profesionales que además tienen la conciencia para decir: «Mire usted, es que yo no trabajo para un empresario privado, yo soy un trabajador público que tengo la misión de ofrecer un servicio de calidad». Y eso además es un derecho: el derecho a una información veraz. Creo que eso hay que protegerlo.
¿Cómo lo protegerías tú?
Pues, por ejemplo, poniendo fin a lo que ha ocurrido con las televisiones públicas, que han acabado convertidas en aparatos de propaganda del partido del Gobierno. Excluían a los trabajadores de la casa y hacían fichajes desde fuera con sueldos y gastos absurdos que pagaban todos los ciudadanos. Contrataban a productoras que tenían una relación de amistad con los nuevos gestores públicos, en lugar de utilizar a la propia gente de las televisiones públicas. Lo que nos han contado la gente de Canal Nou, Televisión Española y Telemadrid. En definitiva, apostando por lo público.
¿Pero cómo? ¿Cambiarías la relación de RTVE con el ejecutivo o el legislativo?
Aseguraría su independencia. Lo que no puede ocurrir con la televisión pública es que sea, de manera tan desvergonzada, un instrumento mediático del poder. En España hay más libertad de expresión en los medios privados que en los medios públicos, lo cual es una barbaridad. Que los Alfonso Rojo o Graciano Palomo se conviertan en figuras casi unívocas de la televisión pública es una imagen muy reveladora del método que emplean los medios de nuestro país para hacer política. Y lo digo siempre; no es que quiera cambiar el mundo, pero al menos que la cosa se parezca a la BBC. Entonces me sacan siempre el mismo argumento: ¿los ciudadanos tienen que pagar siempre por los medios públicos, como hacen en el Reino Unido para financiar la BBC? Pues a lo mejor se pueden buscar otras formas de financiación, pero como ejemplo de deontología profesional y de una forma distinta de hacer periodismo, algo que, de alguna manera, sea el orgullo de lo público, aspirar a parecerte a la BBC es algo bueno.
¿Qué te parecen los medios privados en España?
Tendría que haber más. La tendencia a una concentración oligopólica de la propiedad de la mayor parte de los medios de comunicación en dos grupos afecta a la pluralidad. Tendría que haber muchos más medios privados y además habría que cortar las intervenciones públicas. Pongo un ejemplo: el gobierno del Partido Popular cargándose a Jesús Cintora, que además fue tal que así, no se puede consentir. No se puede consentir que haya una llamada telefónica y le digan a un medio de comunicación que quiten a un presentador. ¿Qué tipos de intervenciones del sector público tiene que haber en un medio de comunicación? Hombre, pues no puede haber contenidos homófobos o contenidos sexistas, por ejemplo. Ahí está bien que haya una ley que asegure que se protejan los derechos de las minorías étnicas, los derechos de las mujeres, los derechos de los niños… Y una serie de cosas mínimas que creo que todo el mundo compartiría.
Hablando de medios privados, ¿crees que Atresmedia decidió en cierto momento auparte mediáticamente y contigo al partido?
Creo que nunca hubo relación con el proyecto político. Durante todo el periodo de las europeas a mí nunca me dejaron ir como candidato de Podemos; seguía yendo como tertuliano raso. Solamente hubo un debate sobre nuevos partidos, donde estaban el Partido Animalista, Podemos, Ciudadanos… Esa fue la única vez que fui a La Sexta Noche como candidato.
Para el elector eso es indiferente, solo por estar presente ya eras un candidato viable.
Totalmente, pero la cadena de alguna manera diferenció. Es decir, una de las razones por las que tenemos que ir con mi cara en la papeleta es porque se conocía mi cara y no se conocía a Podemos. Creo que eso tenía que ver, por una parte, con la voluntad inequívoca de algunos periodistas que trabajaban en La Sexta de dar salida a un tipo de pluralidad distinta. Habían leído un cambio de tiempos que tenía que ver con el 15-M y tenían la voluntad de que hubiera alguien que representase de alguna manera ese mundo. Eso también ocurría con Cintora en Cuatro. Pero nada de eso hubiera sido posible si no diera una audiencia de la hostia. Es decir, descubren una cosa que a ellos les gusta pero que al mismo tiempo les funciona de maravilla. Ponen a un tipo más joven, con coleta, con un estilo diferente. No es algo que a Cintora o a Antonio García Ferreras o a la gente de La Sexta les resultara atractivo, sino que en términos de audiencia les funcionaba como un tiro.
¿Notas cierto agotamiento en tu romance con la audiencia?
Si lo tuviera que juzgar por la voluntad que tienen las teles de que yo aparezca, diría que no. Y tratándose de medios privados entiendo que lo hacen porque les funciona muy bien. Es verdad que todas las cosas desgastan, no es lo mismo como estábamos el verano pasado, en el que todavía no nos habían tomado la medida. Nosotros teníamos un estilo de boxear en los medios como el del primer Muhammad Ali: juegos de piernas, rapidez, no me tocas con el puño… jugábamos mucho. Pero ya han descubierto cómo se nos puede dar y ahora tenemos un estilo cuya clave es resistir un golpe y otro y otro.
Han cambiado los arrumacos por los golpes. Te quejaste de que os pegaban por novatos pero parece que os han empezado a pegar justo cuando dejáis de serlo.
Claro, lo que pasa es que eso era porque lo hacíamos bien, eso no lo había hecho nadie. Es decir, antes ponías a alguien delante de Inda y de Marhuenda y se lo comían. Incluso dentro de los sectores de la izquierda era habitual el argumento de «no, no merece la pena ir a ese tipo de formatos porque ahí no se puede hablar y nadie escucha». Nosotros perfilamos, digamos, una técnica de florete en la que éramos capaces de ir a esos formatos de masas y salir bien. De repente, los que salían escaldados eran los otros, que no eran malos, porque ahora la gente dice que discutir con Inda o con Marhuenda es facilísimo, cuando no lo es en absoluto. Es muy complicado y además es determinante, porque eso configura la manera de pensar de millones de personas que están viendo ese programa.
Pero claro, después de tanto tiempo, por supuesto que han aprendido a darnos y, sobre todo, se ha creado una agenda en torno a nosotros que es siempre hostil. Es muy difícil que las preguntas que a mí me hacen en una entrevista se centren en corrupción, en fraude fiscal o en puertas giratorias. La entrevista siempre trata sobre Venezuela, sobre las críticas internas en Podemos, sobre la confluencia… Y entonces se generan una serie de elementos que se asocian a ti y que a priori son hostiles. Eso es parte de la grandeza de tus adversarios mediáticos: cuando consiguen que se te asocie a una serie de elementos que no te favorecen. Lo están haciendo, y muy bien. ¿Qué es lo que nos toca hacer a nosotros? Pues intentar darle la vuelta y discutir de lo que nos interesa.
Ha sido precisamente en el extremo opuesto de los grandes medios donde has tenido probablemente tus dos peores momentos: la entrevista para Crític compartida con Público donde dijiste que te habías sentido entrevistado «por un dirigente de IU» y la entrevista en Carne Cruda con Javier Gallego donde te tuvo que recordar que erais «entrevistador y entrevistado».
Fueron dos fallos garrafales que tuvieron que ver con la sensación de estar con compañeros y, por lo tanto, de hablar con la libertad que te da ese compañerismo. Ellos hicieron una cosa que está muy bien en el periodismo, utilizar un elemento de seducción de «soy tu compañero y partimos de un punto en común» y ahí yo fui un idiota. Fui enormemente torpe con eso. Hay otro elemento que también cuenta, y no justifica, pero sí explica mi torpeza, y es que las hostilidades sobre nosotros que proceden de gente a la que respeto y que, digamos, pertenecen a un ámbito político mucho más parecido al nuestro me resultan más dolorosas. Y eso se me nota.
Es más saludable que sean los amigos los que nos digan los defectos antes que un desconocido.
Claro, pero en nuestro caso tenemos la sensación de: «Hostias, muchos de vosotros fuisteis diciendo que todo, absolutamente todo, lo hacíamos mal». «Es que Podemos antes molaba». No mientas Javier, a ti nunca te moló. Si cuando sacamos lo de la cara en la papeleta pusiste un tuit diciendo: «¿Pero esto qué es? ¿Pablemos? Esto es una mierda, esto no sé qué…». Nunca te gustamos. Pero claro, esto no te lo puedo decir porque eres periodista y lo que tengo que decir es que tienes toda la razón. No puedo evitar ser un ser humano y pensar que no habéis parado de darnos caña y que quizá os habéis equivocado en algunas cosas. Sería superbonito que alguna vez dijérais: «Hostia, pues incluso nosotros nos podemos equivocar». ¿Cuál es mi error? Sugerir eso. Tú nunca puedes sugerir a un periodista que te está haciendo las mismas preguntas y con el mismo tono que te las haría Eduardo Inda, para acto seguido aparecer como «soy más alternativo que nadie y estoy a la izquierda de Podemos». Eso lo puedes pensar y lo puedes decir tomándote una cerveza en un bar pero nunca en una entrevista. Error mío.
Cuando la gente de mi equipo me dice: «Joder, Pablo, ¿cómo has hecho esto?» y me lo señalan, porque es una obviedad que es un error, reconozco que es verdad y que trataré de no hacerlo más. Pero esto forma parte del personaje y es una de las cosas buenas que tengo, que soy de verdad con lo bueno y con lo malo. Eso quiere decir que a veces la espontaneidad, la naturalidad y la convicción con la que explico las cosas, porque me creo lo que estoy diciendo, también me hacen meter la gamba hasta el fondo, y mi debilidad es precisamente la gente a la que quiero. Es decir, en la ya famosa frase de «cuécete en tu salsa llena de estrellas rojas» había una amargura enorme porque yo vengo de eso: de hacer pintadas, de pegar carteles, de emocionarme… y me sigo emocionando con todos esos símbolos de la izquierda. Eso a mí me duele; me duele la izquierda. Y precisamente por eso hay una hostilidad por mi parte hacia toda la burocratización y toda la hipocresía que se construye en torno a un mundo que es mi casa.
Tengo la sensación de tener una cierta legitimidad para poder decir esto porque me he pasado horas de reuniones, he pegado carteles desde que tenía catorce años y sé lo que es. Y también sé cómo te cambia la vida cuando buena parte de las horas de tu semana tienen que ver con un tipo de militancia anónima que nunca se reconoce y, precisamente por eso, reconozco la mentira y reconozco la mezquindad de muchos que se escudan detrás de símbolos que fueron muy importantes y que a mí me siguen emocionando. Pienso: «Sois unos hipócritas», y si hay un compañero que me va tirando de la lengua me sale el enfado. Imagínate, si tú a partir de estas declaraciones titularas: «Pablo Iglesias: “La izquierda sois unos hipócritas”» inmediatamente saldría alguien diciendo: «Dijiste “hipócritas”, nos ha insultando otra vez».
La crítica a David Fernández (exdiputado de la CUP) por haberse abrazado con Artur Mas tras el referéndum del 9N, ¿fue espontánea o premeditada?
Le pedí perdón porque me equivoqué. Me equivoqué al personalizarla en él. La fórmula fue errónea, tendría que haber dicho: «A nosotros no nos verán de la mano con Artur Mas», y eso era un claro mensaje hacia la CUP. Hay cosas en las que estamos de acuerdo pero, con todo el respeto y con todo el cariño, vosotros habéis tomado una decisión que es legítima y que yo entiendo pero que tenéis que asumir. Si nos dais caña por apoyar a SYRIZA tenéis que entender que os demos caña si finalmente facilitáis un Gobierno con consejeros de Convergència Democràtica de Catalunya. Pero ahí, al hablar del abrazo señalando a David me equivoqué. Porque David es un buen tipo y porque independientemente del significado político de ese abrazo, yo creo que no pretendía darle ese significado. A él le sale natural ser amable y afectuoso. Y creo que a él le jodió y se quedó muy dolido de que ese abrazo se utilizara políticamente de la manera en la que se utilizó. Me parece que a Quim Arrufat no le abrazaría Mas.
¿Quiénes son los «compas» y quiénes no lo son?
«Compa» significa compañero, y compañero es quien comparte un proyecto político, esté dentro de tu organización o no lo esté. Tiene algo tribal. Cuando dices «compa» en una conversación estás diciendo que por muchas que sean las diferencias que podamos tener, tú y yo trabajamos en la misma dirección. Es más, seguramente hasta permita más hostilidad y más capacidad para decir las cosas claras. Es decir, con un adversario te puedes permitir unos niveles de cortesía, de socarronería y de broma enormes precisamente porque ¿qué cojones vas a discutir con un adversario? Es que es absurdo.
¿Las bases del PSOE son «compas»?
No. Aunque en las bases no sean los mismos que en el PSOE, yo creo que hay que respetarles como lo que son. O sea, no sería legítimo que dijese: «En el fondo sois nosotros aunque no lo sepáis todavía». Eso sería ofensivo para ellos. Con todo, mucha gente del Partido Socialista está haciendo un viaje en el que se siente más a gusto con nosotros, pero yo quiero ser siempre muy respetuoso con la militancia y las elecciones de cada cual. No me gusta llamar tonta a la gente, yo no diré que las bases del PSOE en realidad no se enteran de lo que hace su partido. Les tengo el máximo respeto.
¿Puede ser que, a la inversa, parte de las bases de Podemos exijan que se abra un diálogo con el PSOE? Reconociste a Olga Rodríguez que con Pedro Sánchez se había roto el hielo.
Solo si nosotros somos más fuertes que ellos. Si no, creo que no hay ninguna posibilidad. Me parece que Pedro Sánchez prefiere pactar mil veces con Ciudadanos que con nosotros y creo que nosotros, en una situación de subalternidad respecto al PSOE, podríamos conseguir muy pocas cosas. Se ha demostrado que los modelos operativos son Madrid y Cádiz. Eso sí puede implicar una interlocución, pero es clave que la socialdemocracia tradicional se mueva. Cuando nosotros nos hemos reunido con los críticos del Partido Socialista Francés y con los del Partido Socialista Flamenco o con sectores del Partido Democrático en Italia, vemos un cierto movimiento. Pero es necesario ponerles contra las cuerdas de alguna manera. O sea, es necesario que ellos comprendan que no hay espacio para gobernar si sus políticas económicas y sus estrategias de construcción europea están consensuadas y compartidas con los conservadores. Y que las principales víctimas van a ser ellos.
Uno de los principales temas que están ahora mismo sobre la mesa es el de la desigualdad. ¿Qué va a hacer Podemos para reducir la brecha entre ricos y pobres?
Cuando salen las encuestas, si el CIS comete el error de preguntar cuál es la formación política que combatiría más la desigualdad, todo el mundo dice Podemos. Digo que cometen un error porque es una pregunta que evidentemente nos favorece. Lo primero que hay que hacer es una reforma fiscal progresiva para que paguen los ricos. Al mismo tiempo hay que ayudar a los autónomos, e intervenir sobre el patrimonio y sobre las grandes fortunas, y perseguir a las SICAV y a los defraudadores, y perseguir los mecanismos que permiten un sistema impositivo regresivo, incluso cuando son legales. Esas dinámicas de las empresas de asesoramiento, de los asesores fiscales que se pueden valer de mecanismos legales y legislativos para que al final la mayor parte de la carga fiscal recaiga sobre los asalariados y sobre la pequeña empresa es algo sobre lo que es fundamental intervenir.
¿Solo con eso se reduciría la desigualdad significativamente?
¡Por supuesto que sí! Luego habría que introducir otra serie de mecanismos como por ejemplo aumentar el consumo, que es fundamental, y eso tiene que ver con reducir la desigualdad. El aumento del consumo pasa por tender hacia la reducción de la jubilación, que sabemos que es muy difícil en poco tiempo. Eso implicaría la incorporación al mercado laboral de los jóvenes, que tienen un nivel de paro del 57% aún estando muy formados. Esto implicaría, en términos de masa laboral, un aumento de la productividad. Si no se puede garantizar la renta básica a corto plazo, sí se pueden acercar las rentas de inserción existentes al salario mínimo, porque eso permite una negociación a la alza de los salarios. Se ha instalado el pensamiento de que un empresario está ahogado si no puede bajar los salarios y no, el empresario está ahogado si no tiene clientes. En un bar lo que más le preocupa a un señor que vende cervezas y cafés con leche no es el sueldo que tiene que pagar a los camareros sino la clientela que tiene. Si la gente tiene sueldos que le permiten consumir, la cosa funciona mucho mejor. No estamos siendo revolucionarios, estamos siendo simplemente neokeynesianos, lo que defendemos se supone que lo defendía todo el mundo en los años sesenta.
Pero tú has sido «revolucionario» en algún momento de tu vida y has cuestionado el capitalismo mismo como origen de las desigualdades. ¿Lo has dejado de ser para que tu programa sea viable? ¿Piensas recuperarlo en algún momento?
No, porque por desgracia tener el gobierno está muy lejos de tener el poder. Yo creo que me puedo sentir revolucionario en el diagnóstico, es decir, me considero marxista, pero soy consciente de que cambiar las cosas no depende de los principios sino de la correlación de fuerzas. Puedes gritar: «¡A, anti, anticapitalista!» y ya, pero después ¿a quién vamos a poner de consejero? Quiero decir que esto tiene que ver con relaciones de fuerza y somos conscientes de que el margen es enormemente estrecho. Tener un gobierno con una mayoría parlamentaria frágil en el marco de la Unión Europea, que tiene una geopolítica tan complicada, permite niveles de intervención que se alejan muchísimo de cualquier objetivo revolucionario. Eso es así. Esto no quiere decir que sea despreciable el hecho de poder intervenir sobre la política fiscal, sobre las políticas sociales o para poder desprivatizar hospitales… Eso no es baladí, pero no es revolucionario.
Le habéis dado una vuelta al dicho «lo mejor es enemigo de lo bueno». ¿Habéis optado por lo «bueno» antes que por lo «mejor»? ¿Es un paso hacia el gradualismo?
Ni siquiera me creo lo del gradualismo. No es una opción. Esto viene mucho de la izquierda, donde tú eres aquello con lo que más te identificas. Decir «yo soy marxista-leninista…» es como ser punky. ¿Eso qué traducción tiene en tu praxis política? ¿Qué vas a hacer, te vas a montar una guerrilla y te vas a ir al monte a pegar tiros? No vas a hacer eso, ¿verdad? Lo máximo que vas a hacer es tirar un poco más en una manifestación y después montar una coordinadora de solidaridad para los que han detenido, que tienen que tener abogados que de alguna manera se fundamenten en el derecho vigente que rechazas como derecho burgués. O te presentas a las elecciones, y si las ganas ¿qué vas a hacer con ese poder administrativo mínimo? Yo creo que la política no tiene que ver con la definición de principios. Y aquí es donde vienen Lenin y las grandes cabezas: ¿cómo puedes avanzar en la dirección de tus objetivos en función de las correlaciones de fuerzas? La cuestión del gradualismo a mí, en muchos casos, me parece un «largo me lo fiáis». «Esto que estamos haciendo es para asentar las condiciones para que en el futuro el socialismo sí sea posible». Vale, te lo compro, pero es que una de las partes menos verificables del marxismo es la tesis del embarazo socialista del capitalismo. Lo de que «el capitalismo por el desarrollo de las fuerzas productivas tiende necesariamente a la superación de la sociedad de clases…». Esto es una profecía que no se ha verificado en la práctica. Como tendencia está bien pero que uno trate de justificarse ante los revolucionarios diciendo: «No, esta reforma fiscal que yo he hecho avanza en la dirección de que en el futuro…». Ojalá, pero de momento es una manera de, en esa correlación de fuerzas, empujar del lado de los nuestros, del lado de los de abajo.
Y es verdad que si esa correlación de fuerzas cambia se podrán plantear objetivos ulteriores, pero también es verdad que cuando cambia una correlación de fuerzas aparecen contradicciones y problemas que son muy difíciles de afrontar. En Brasil las protestas contra Dilma Rousseff, antes de los casos de corrupción, tenían que ver fundamentalmente con sectores que se habían convertido en sectores medios. Habían sido sectores enormemente precarizados y empobrecidos que como consecuencia de las políticas contra la desigualdad del Gobierno brasileño adquirieron un nivel de estatus social mejor y, por lo tanto, un nivel de exigencia mayor. Precisamente los sectores que aparentemente más agradecidos tendrían que estar a las políticas gubernamentales consideran que tiene derecho a estar mejor, y tienen toda la razón, pero surge una contradicción y eso es inevitable en el proceso político.
¿El bloqueo en la correlación de fuerzas actual viene por parte de las élites o de las clases medias?
Las clases medias son siempre la clave estratégica fundamental, siempre, y eso ha ocurrido en todas las revoluciones. En España, la clave del 15-M es el empobrecimiento de una parte de los sectores medios, una crisis de expectativas. Clase media no es solo un concepto sociológico, es un concepto ideológico también, es la identificación de una serie de sectores con una serie de valores. Es algo que se ve muy bien en la publicidad. No sé si os acordáis del anuncio del Renault Laguna en el que salía el perfecto burgués conduciendo su coche, paseando a su perro, jugando al pádel, cenando con una mujer-objeto preciosa y, de repente, llegaba a un sitio, le maquillaban y era un cantante punky que decía: «¡Maldita burguesía, maldita sociedad, odio el dinero!». El final del anuncio era: «Al fin y al cabo, a todos nos gusta vivir bien». Era una época en la que esa ideología del consumo era una cosa muy extendida y a partir del crédito los sectores medios podían tener esas aspiraciones a tener un coche guay, a veranear y a estas cosas. La crisis económica se manifiesta en la destrucción de las expectativas de estos nuevos sectores medios, «mi hijo tiene carrera y está en el paro», se acabaron las vacaciones, se acabó el coche o se produce un desahucio.
Eso genera lo que Gramsci llama una crisis orgánica, un alejamiento o un cuestionamiento de los valores hegemónicos. Ya no hacen ese anuncio de «al fin y al cabo, a todos nos gusta vivir bien» en la televisión, ahora te hacen un anuncio de «un coche por seis mil pavos» y se ve perfectamente cómo esto ha cambiado. Y esas son las condiciones estructurales de posibilidad de Podemos. Si nosotros hemos hecho algo bien ha sido el tener la capacidad de leer esto y saber que la única manera de actuar eran los medios de comunicación. Es más, todavía hoy, en los análisis que hacemos, los sectores medios-bajos siguen siendo los más fieles a Podemos respecto a las viejas clases medias y a sectores medios que sí empiezan a asumir la narrativa de la recuperación económica. Es decir, los sectores que nunca han estado mal, mal, mal, sí asumen esa nueva narrativa. Por eso cuando llevo meses repitiendo que somos el partido de las clases populares es por no perder de vista cuál es el sector social clave, un sector que se puede estrechar. Lo que quiero decir es que si hay sectores medios que podían identificarnos como un elemento regenerador pero que de repente entran en otra lógica, pues a lo mejor el eje regeneración ya no es el más cómodo para nosotros y Ciudadanos pelea mejor ahí.
¿No supisteis anticipar esta narrativa que sustituye a la vuestra? ¿No intuisteis la reacción de las élites y de los poderes fácticos, su capacidad para estrecharos el margen de acción?
Lo veíamos desde el principio, pero que tú veas que te van a bombardear no quiere decir que puedas ponerte a salvo de las bombas. Puedes mandar a la gente a los búnkers y a los refugios, pero te van a bombardear igual. Claro que lo veíamos, y sabíamos que iba a tener muchas consecuencias y hemos tratado de minimizarlas al máximo, cometiendo algunos errores, que eso es inevitable. Pero hostia, creo que hemos llegado bastante vivos. Hemos ido superando escollos hasta las elecciones catalanas, que era un escenario objetivamente imposible. Dicen mucho lo de que Iniciativa ha perdido, pero es que Iniciativa hace exactamente el mismo análisis que nosotros. Si conocéis Cataluña, imaginaos si Iniciativa se presenta sola lo que hubiera representado eso. Hemos salido muy vivos para las generales, y eso diría que es heroico, después de la que nos ha caído, que sigamos siendo uno de los cuatro actores que aspira al gobierno no es una cosa mala. En política a veces hay efectos no previstos; que a Ciudadanos le haya ido bien en Cataluña debilita a un actor que se estaba destacando hacia arriba que es el Partido Popular. Nosotros no competimos con Ciudadanos en votos fuera de Cataluña, los de Ciudadanos se los lleva el PP. Entonces, vamos a ver en qué situación llegamos al final los cuatro actores.
Dices que no competís en votos con Ciudadanos fuera de Cataluña. ¿En Cataluña sí?
En Cataluña hemos perdido con Ciudadanos. No competíamos con la CUP, competíamos con Ciudadanos. Y partíamos de una imposibilidad: ¿podíamos ser nosotros más españoles que Ciudadanos? Pues es difícil.
¡Vaya paradoja! Un partido catalán sin referente español siendo más español que vosotros, que estuvisteis en Cataluña durante toda la campaña.
Bueno, no es tanto que yo fuera a Cataluña como portavoz, sino lo que representa Catalunya Sí que es Pot en esa dinámica de unionismo-independentismo. Lo tenía muy difícil para decirle al votante de Nou Barris que quería votar unionista: «Mire, yo soy más unionista que Ciudadanos». Eso no se lo cree nadie porque no es verdad.
¿Es posible que quisieran votar unionista porque hay una izquierda que es esencialmente centralista? Dicho de otro modo: ¿la redistribución tiene que ser centralista?
No creo que sea tan sofisticado, no creo que el votante de Nou Barris sea un marxista-jacobino que considere que la autodeterminación y el nacionalismo son incompatibles con su ideología. No me lo creo.
Quizá no elaborado de este modo, pero ¿puede ser que parte de vuestro electorado asocie el proyecto independentista con las clases medias-altas en Cataluña?
Eso es otra cosa, pero ahí me da un miedo enorme entrar porque luego salgo trasquilado. [Risas] Entramos en cuestiones que son enormemente ciertas pero que no se pueden decir. Eso me lo decía Josep Cuní en una entrevista: «Lo fundamental en Cataluña, Pablo, no es lo que puedes decir; es lo que no puedes decir». ¿Que hay un elemento identitario que tiene que ver con la clase social en algunas zonas de Cataluña y que implica un comportamiento electoral? Vamos, no me jodáis, pues claro que sí. Un chaval me decía que solo hacíamos mítines en el extrarradio. Pues había un elemento que claramente explicaba que eso no es la Cataluña «de verdad», porque se parece más a España que la Cataluña que me gusta a mí. Pero de esto no se puede hablar.
¿Otro de los marcos del que la realidad os impide escapar son la Unión Europea o el euro? Si son un límite para hacer ciertas políticas que quizá te gustaría llevar adelante, ¿por qué no ponerlos en cuestión?
¡Pero si ponerlo en cuestión es un debate teórico genial! Revolucionario no es algo que uno se declare, es una cosa que se demuestra en la práctica. No hay revolucionarios en España, a lo mejor estos que se van a pelear contra el Estado Islámico que por lo menos han ido allí y han cogido un kalashnikov, pero yo no soy revolucionario porque te diga «mira qué libros y que póster tengo detrás». El problema son las consecuencias políticas de poner eso en marcha. Yo sé lo que implica eso, no sé si habéis leído el libro Crisis de la eurozona de Lapavitsas, el griego que se integró en Unidad Popular; un economista. Es un libro que está muy bien, en el que defiende la salida del euro. Tengo todo el libro con anotaciones mías en plan: «Por favor, que un político le explique a este señor lo que implica lo que está diciendo». Está hablando de cuatro años de sacrificio en un gobierno que tiene que presentarse a las elecciones con unos medios de comunicación y unos aparatos del Estado hostiles. Eso no lo aguantan. Si tú asumes las consecuencias de salirte de la moneda única con la presión exterior y con la presión interior, y tienes que presentarte a unas elecciones, parece muy razonable que las vayas a perder. Y el único argumento que creo, con todo el respeto, que les queda a los defensores de esta posición es que crean que el pueblo entero se va a convertir en militante. O sea, que va a venir una militancia nacional griega o española o no sé qué, que va a asumir durante cuatro años sacrificios de verdad por defender la soberanía nacional. Yo no conozco ningún ejemplo histórico de eso.
Y entraríamos en el terreno de las contradicciones de los revolucionarios: los grandes procesos de transformación se han llevado a cabo desde dispositivos políticos autoritarios, y ninguno podemos defender eso en este momento. Lo de la dictadura está teorizado, pero tampoco se puede hablar de esto ahora. [Risas] Desde mecanismos dictatoriales claro que puedes decir: «Pueblo, vas a aguantar ocho años con estas reformas que voy a hacer en el campo, con desplazamientos de población y con no sé qué porque te lo digo yo». Pero eso no es compatible con una cosa que a todos nos parece bien que son los procedimientos democráticos regulares. ¿Eso quiere decir que el enemigo nos ha puesto contra las cuerdas? Pues sí, nos han puesto contra las cuerdas. ¿Cómo se podría revertir eso, si es que se puede? Pues con un cambio en la correlación de fuerzas que implicaría la llegada a gobiernos, fundamentalmente, en países estratégicos. Por ejemplo, si los socialistas en Francia no fueran así como son y se parecieran un poco a de Gaulle o un poco más al Mitterrand del Programa Común de la Izquierda…
…Del que tuvo que dar marcha atrás.
Que perdió, efectivamente.
Entonces, si Mitterrand tuvo que dar la vuelta, si tuvo que retroceder Papandreu padre en Grecia, si también pasó en Portugal después de seis años de revolución…
¿Un piltrafilla como Pablo Iglesias podría hacer algo? [Risas] Me lo digo a mí mismo. Claro, es muy difícil.
¿Querrías?
¡Claro que sí! A mí me gustaría la leche, como la propiedad colectiva de los medios de producción, ¡pues genial! [Risas] Pero es que eso depende de correlaciones de fuerzas y es muy difícil, tendrían que ocurrir cosas simultáneamente en muchos sitios. Si Corbyn gana, ya es algo. Si la socialdemocracia se empieza a mover, si Renzi cambia, si Hollande cambia… pues pueden ocurrir cosas. Y si no, entramos en el escenario del horror en el que gana Marine Le Pen en Francia. Vamos a ver lo que pasa, a lo mejor el fin o la reforma de la Unión Europea no llega desde planteamientos progresistas o de izquierdas sino desde la extrema derecha.
¿Es relevante si sucede por un motivo u otro?
Evidentemente, desde luego los inmigrantes lo iban a notar muchísimo.
Si asumimos que es imposible rehacer la historia y ser el Mitterrand que triunfó, ¿qué justifica luchar si la batalla está perdida? ¿Qué justifica la estrategia contumaz de Tsipras?
No, hay que pelear. Hay batallas que están perdidas pero solamente el hecho de estar en el campo de batalla implica que hay posibilidades. Que esté muy difícil no quiere decir que no se puedan producir avances. Incluso en Grecia, que es el paradigma de la humillación; no han podido intentar humillar más al pueblo griego y sin embargo han conseguido cosas.
Quién ha humillado al pueblo griego, ¿los votantes alemanes o las élites, ya sean griegas o alemanas?
Yo diría que las élites euro-alemanas, y con una voluntad política precisa. Es verdad que se puede haber generado en la opinión pública alemana un sentimiento de que los griegos son unos vagos y que no van a vivir a costa de los alemanes, pero que se pretendiera decir que esto es una voluntad del pueblo alemán y no una serie de estrategias muy precisas de las élites… Creo que con el gobierno húngaro se ve muy claro: con un gobierno afín en Hungría los alemanes son mucho más partidarios de aflojar y ponérselo fácil. Con un gobierno como SYRIZA, y si eso además puede ayudar a Podemos en España, había que ir a por ellos. Yo no creo que eso sea la voluntad popular alemana.
Entonces, ¿por qué según las encuestas la mitad de los votantes de Die Linke estaban a favor de la estrategia de Merkel en la negociación?
Hostia, ¿la mitad de los votantes de Die Linke? Si el consenso es así, pues pa ti la perra gorda. Yo nunca diré que la gente está manipulada y que los catalanes ven mucho TV3 y les manipulan… Sí, claro, porque en Madrid, Telemadrid no manipula a nadie. Si piensan eso, piensan eso. Eso daría la razón a Jean-Luc Mélenchon, que ha escrito un libro que se llama El arenque de Bismarck, al que tuve el honor de hacerle el prólogo y que es una pasada, donde dice que hay que pararle los pies a Alemania, que Alemania es un peligro.
La derivada es: ¿Europa se reforma desde Europa, es decir, con más integración, o desde la soberanía nacional? Dicho de otro modo: ¿para ti estar en Bruselas es una plataforma para llegar a Moncloa o es un objetivo en sí mismo para cambiar las cosas desde dentro?
Yo soy europeísta de verdad. Considero que es importante reforzar la soberanía europea, pero tiene que ser democrática. El problema de Europa es que claro que tiene elementos de soberanía y de decisión, pero no están en manos democráticas, en manos de la gente. O sea, lo que pintamos en el Parlamento Europeo, que es el único espacio democrático de la Unión, es de chiste. Básicamente hacemos enmiendas a las directivas. Somos el parlamento menos soberano de toda Europa. Pintamos mucho menos que cualquier parlamento nacional y en Europa se toman decisiones muy importantes. Soy partidario de reforzar democráticamente Europa, porque además creo que es la única manera en términos geopolíticos de que puedan ocurrir cosas en los países. Creo que los países tienen muy poquita capacidad, incluso recuperando elementos de soberanía. Y eso no es malo; cuando no hay soberanía en ningún sitio, aunque la recuperes en un sitio pequeño como un ayuntamiento, eso es mejor que nada. Pero yo soy partidario de espacios soberanos a nivel europeo con controles democráticos.
Para ello, según tú, haría falta una correlación de fuerzas distinta en los gobiernos nacionales para poder plantear este tipo de reforma.
Y movimientos sociales y sociedad civil y medios de comunicación que fueran asentando nuevos sentidos comunes… Digamos que sería una batalla en todos los frentes.
¿Hasta qué punto se puede librar esta batalla sin que la división sea una frontera nacional, o sur contra norte, o países ricos contra países pobres, o deudores contra acreedores?
Es muy complicado porque esas contradicciones han existido siempre. De hecho una de las grandes aportaciones del leninismo —y me da un poco de corte citar a Lenin— y de Rosa Luxemburgo es que no solamente se producen contradicciones de clase sino contradicciones de naciones. Eso tiene mucho que ver con el desarrollo que hacen sociólogos como Wallerstein después de Análisis de sistemas-mundo o Andre Gunder Frank o Arrighi. Dicen que claro que hay contradicciones entre países, y que algunos países de la periferia europea sur, pero también Irlanda, tienen razones para tener intereses diferentes a los alemanes, a los que no les interesa que España pueda competir con sus productos. Esto implica dificultades geopolíticas. Me llevo muy bien y tengo mucho cariño a nuestra presidenta Gabi Zimmer, que es alemana, pero hemos dicho muchas veces que deberíamos tener un presidente griego o español del Grupo de la Izquierda Europea, porque me parece geopolíticamente necesario que el presidente de un grupo que tiene que empezar a tener un tono más soberanista que identitario sea del sur de Europa. No me parece razonable que sean alemanes los que, de alguna manera, sean los portavoces de nuestro grupo parlamentario, prefiero un griego o un español.
¿Por qué no una griega o una española? Todas las encuestas destacan que tenéis cierto problema para captar voto femenino, mediáticamente las mujeres de Podemos tienen mucho menos espacio… ¿No deberíais hacer algo?
Totalmente, incluso en el lenguaje. Es verdad que hablar de «compañeros» tiene un carácter neutro, pero no tengo problema en hablar de compañeros y compañeras, amigos y amigas… Creo que es un problema transversal a la sociedad, o sea, sois dos tíos los que me estáis haciendo esta entrevista. Yo creo que eso nos ocurre en muchísimos ámbitos. En Podemos nos lo hemos tomado muy en serio y hemos establecido mecanismos correctores más estrictos que los de ningún otro partido. Incluso hemos llegado al punto de que nuestro mecanismo de primarias, un sistema de corrección por cremallera, ha terminado perjudicando a las mujeres. Un elemento de discriminación positiva favorable a las mujeres ha terminado favoreciendo a los hombres y lo hemos suprimido. Solamente lo mantenemos en el caso de los tíos; si las tres más votadas son tías, no hay cremallera; en el caso de que fueran tíos, entonces sí establecemos la corrección.
¿Por qué las votantes no captan estos esfuerzos?
Tiene que ver con otras cosas. Las mujeres no votan en función de que vean que hay muchas mujeres que las están representando, hay muchos más elementos que operan ahí. Elementos enormemente complejos que no tienen que ver con una ecuación tan simple como que las mujeres votan donde hay mujeres o donde más se defienden los derechos de las mujeres, porque si eso fuera así, ¿por qué hay mujeres que votan al Partido Popular? No se explicaría. Creo que es fundamental trabajar esto. Pero es algo que va mucho más allá de la cuestión de los portavoces, que sigue siendo un problema relacionado con que la política es una disciplina enormemente masculinizada. Las reglas de la política, los tonos de la política y los estilos de la política han sido creados por hombres, y aunque hay mujeres que intervienen, siguen siendo hegemonizados por hombres. Es más, lo vemos todo el rato, las mujeres que entran en política tienen que masculinizarse de alguna manera.
Si hay una candidata muy guapa como Inés Arrimadas, ese hecho se convierte inmediatamente en su condición principal, hasta el punto de que los periodistas le regalan una Barbie o El Mundo se permite sacar una foto en la que le cortan la cabeza y ponen detrás la cabeza de Rivera. Es muy revelador de lo que ocurre en este país. Rubalcaba era un tío supersimpático que podía hacer bromas, hasta una coña sexual; sin embargo, María Teresa Fernández de la Vega tenía que ser una institutriz alemana, porque si no se la comían. Recuerdo que tuvieron que modificar un cartel de Trinidad Jiménez porque salía demasiado sensual, el de la chupa de cuero. Creo que es un problema transversal que no tiene una única solución pero que pasa fundamentalmente por una cierta feminización de la política.
¿Cómo pensáis conseguirlo? Ya no solo dentro del partido, sino qué clase de políticas de igualdad llevaríais a cabo caso de tener influencia o el gobierno.
Ahí tienen que hablar las mujeres, no me gustan los hombres que dicen: «Yo soy feminista y por tanto represento a las mujeres igual que ellas mismas». No me lo creo.
Tenéis el documento Cuidados hecho por Bibiana Medialdea y María Pazos, dos mujeres, como punto de partida.
Ese documento es la hostia. Y sin embargo, a la rueda de prensa de presentación de ese documento vinieron muy pocos periodistas y todas las preguntas fueron para mí. En las ruedas de prensa de Podemos no caben los periodistas, pero cuando la semana pasada presentamos una serie de medidas contra la violencia de género, salieron tres mujeres del partido a presentarlas y no había más que cuatro periodistas. Nosotros podemos hacer muchas cosas pero hay otros ámbitos que también se tienen que esforzar en ello.
Es un problema de demanda entonces.
Y además es un problema que afecta a toda la sociedad. Un problema que no se va a solucionar con un presidente o un político que diga: «Yo soy feminista». No, esto es una pelea que hay que dar en todos los ámbitos y que afecta a las mujeres donde trabajan, donde conviven… Nosotros proponemos una medida, que es polémica pero ha demostrado ser muy eficaz: los permisos de paternidad obligatorios e intransferibles. Porque si son transferibles, al final se los quedan solo las mujeres. Este tipo de medidas son interesantes pero me siento enormemente incómodo si me toca ser la voz, porque nadie representa a las mujeres, se representan ellas.
Mari Luz Rodríguez, responsable de trabajo del PSOE, dijo en una entrevista en El Diario que estaban considerando ese tipo de permisos. ¿Crees que en el ámbito de la desigualdad, tanto de género como económica, hay espacio para discutir políticas concretas y acordarlas con un PSOE eventualmente en el gobierno?
Sí, y eso es bueno. En políticas concretas, sí. Tengo siempre mis reticencias por lo que han demostrado en los últimos casi cuarenta años, que no es poco, pero dialogar es siempre bueno. Zapatero es el presidente al que yo más respeto; él consiguió convertir cosas que podían formar parte de un programa político en cosas de sentido común. Una es, por ejemplo, el matrimonio homosexual. Nadie se atreve ya a cuestionar el matrimonio homosexual. De hecho, creo que cuando Rajoy va a un matrimonio homosexual está haciendo un gesto hacia el Opus Dei y hacia los sectores más chungos de su partido. Esto ya no lo cuestiona nadie, como el hecho de que una mujer no tenga que pedir permiso a su marido para hacer una operación en un banco. Es magnífico que haya temas que se puedan convertir en temas ganados para siempre.
Michael Ignatieff, profesor de Harvard, antiguo profesor de Oxford y Cambridge y habitual de la prensa y la televisión, fue reclutado en 2004 para liderar la candidatura del Partido Liberal al gobierno de Canadá. Su aventura política fue un sonoro fracaso, pero nos legó un libro magnífico sobre su experiencia, Fuego y cenizas (Taurus, 2014). ¿Te ves a ti mismo en unos años escribiendo, como Ignatieff, sobre el abismo entre la política ideal y la real?
No, porque nosotros siempre fuimos militantes. Y éramos militantes antes de ser politólogos. Desde el minuto cero —frente al desprecio de los politólogos putas que nos decían que éramos militantes y que no hacíamos politología de verdad porque incluíamos el compromiso, ellos que hacían papeles para la FAES, politólogos superobjetivos— entendíamos que nuestro trabajo politológico era una manera de seguir militando, de seguir trabajando. Con método científico, con criterios académicos y de otra forma, pero nunca dejamos de sentirnos militantes. Aunque se ha construido esa especie de mito —porque las historias tienen que molar para ser contadas, aunque no sean verdad—, de que cuatro politólogos en algún lugar de la Complutense dijeron: «Chicos, ¿qué podemos hacer?» y se les encendió una bombilla. Eso está bien para contar una historia, y si yo tuviese que escribir el guion de una película lo haría así, pero la historia real es mucho más gris. Éramos una serie de militantes de toda la vida con conocimientos politológicos, lo que nos daba una cierta ventaja, con un loco, que soy yo, obsesionado con los medios de comunicación y con la cuestión de La Tuerka a los que además no nos hizo nunca caso nadie. Porque si alguien nos lo hubiera hecho, habríamos acabado más o menos integrados en algún sitio. Un psicoanalista diría que detrás de todas las grandes gestas hay una desubicación previa, alguien que no te ha hecho caso y una cierta insatisfacción por tu papel.
Antonio Baños, cabeza de lista de la CUP, le dijo al director de El Periódico, después de veinte años como periodista precario, que si él le hubiera ofrecido un contrato fijo ahora no estaría liderando una formación anticapitalista sino trabajando en su periódico. Si te hubieran dado un programa en La Sexta en su momento, ¿estaríamos haciendo esta entrevista?
¡O un contrato fijo en la Universidad!
¿Qué vais a hacer con la precariedad?
Es vergonzosa. Creo que en la promoción y en el funcionamiento de la universidad en España, de alguna manera, arrastra un sistema heredado del franquismo. Un sistema de castas, nunca mejor dicho, que es horroroso. Si os dedicáis a esto supongo que sabréis lo que significa hacer currículum, hablar idiomas, publicar en revistas indexadas, ir a todos los putos congresos aunque no te los financien o no te los paguen… y que de repente tu futuro dependa de alguien que tuvo la potra de hacerse titular en el año 82, que no habla idiomas, que no publica y que es un mal profesor. Y sin embargo, ese alguien es el que tiene que decidir si entras o no. Y no lo va a hacer en función de tu brillantez sino de cómo le caigas. Hay que acabar con esto.
¿Hay que acabar con la endogamia en la universidad?
¡Pero vamos…!
¿Y fuera de la Universidad?
Es terrible. Además, la precariedad laboral es un mecanismo de control ideológico y de combate sindical que ha resultado ser enormemente efectivo. Hay un libro maravilloso, una novela que me mandó su autor, Gonzalo Aróstegui, que se llama En las antípodas del día, donde cuenta sus experiencias como teleoperador nocturno de Vía Digital. Y lo cuenta con una enorme conciencia de clase. Explica cómo funcionan las relaciones laborales allí, la precariedad de los trabajadores, incluso las envidias y las lucha entre ellos, la intervención de los sindicatos y cómo eso también genera competiciones porque el papel de los sindicatos muchas veces es feo. Defender lo contrario a la precariedad, que son los derechos sociales, también puede hacerse con flexibilidad. Defender los derechos sociales no es defender que uno tenga que estar en el mismo trabajo con un mono azul toda la vida; puede haber flexibilidad con derechos, pero es apostar por aquello que llamaban lucha de clases. En última instancia, la lucha de clases se expresa económicamente en el reparto de la tasa de ganancia. Esa tasa se tiene que repartir de otra manera, tiene que traducirse en derechos sociales y en que la gente viva mejor.
Fotografía: Begoña Rivas
Pingback: Pablo Iglesias: «Me considero marxista, pero soy consciente de que cambiar las cosas no depende de los principios»
Hay que ver lo escueto de su respuesta cuando le preguntan por la endogamia en la Universidad… ?
Hay que ver lo patético que pinta quedarse con eso de toda la entrevista…
Es patético, lo reconozco. Mañana me suicido, no te preocupes.. Pero antes de morir, diré que del resto de la entrevista ya me sabía de antemano las respuestas. Pero es curioso qué poco se le pregunta sobre el sector de donde procede. Y cuando se le hace una pregunta sobre ello…¡¡ zas !! , dos palabras, dos miserables palabras. En fin, tan locuaz para unas cosas y tan parco en otras. Patéticamente me despido de todos los representantes de Pablo iglesias. Adiós.
Hay que ver lo patético que resulta quedarse con eso de toda la entrevista..
Esta es su presunta respuesta escuenta: «Es vergonzosa. Creo que en la promoción y en el funcionamiento de la universidad en España, de alguna manera, arrastra un sistema heredado del franquismo. Un sistema de castas, nunca mejor dicho, que es horroroso. Si os dedicáis a esto supongo que sabréis lo que significa hacer currículum, hablar idiomas, publicar en revistas indexadas, ir a todos los putos congresos aunque no te los financien o no te los paguen… y que de repente tu futuro dependa de alguien que tuvo la potra de hacerse titular en el año 82, que no habla idiomas, que no publica y que es un mal profesor. Y sin embargo, ese alguien es el que tiene que decidir si entras o no. Y no lo va a hacer en función de tu brillantez sino de cómo le caigas. Hay que acabar con esto.»
Ya, he flipado al leer ese comentario porque la respuesta me ha sorprendido por rotunda y extensa. Será porque me esperaba una respuesta evasiva y escueta. Lo que hacen las expectativas de cada uno…
Qué va a decir el hombre :-)
No le votaré pero tiene mucha coherencia y sensatez en sus respuestas, espero que por lo menos tenga una posición de relativo poder ante el PPSOE y consigan cambiar la putridez del sistema político
¿Ni a él, ni a nadie? ¿o votarás por tu equipo de fútbol de toda la vida…?
Lo siento… hoy lo veo todo negro, y presupeusto lo peor. Aunque no sea cual de las dos opciones me parece peor.
No la tendra si no se la dais
Yo también espero que venga Papá Noel y me regale políticos honestos estas Navidades. Lo haré año tras año hasta que me muera. Luego lo harán mis hijos con otro descerebrado vende crece-pelos y así sucesivamente, y siempre iremos a peor. Qué chachi!!
En estos tiempos de héroes cansados y discurso único hasta en la sopa, este hombre es pura cordura, le pese a quien le pese. Llegará a defraudarnos con el tiempo, seguro, pero de momento a mí me sigue ilusionando.
(Y no, no tengo 20 años ni estoy parado/desesperado, nome trago los cuentos de hadas ni tengo una vida muy mejorable. Sencillamente me educaron en valores que se están perdiendo).
Saludos
Amén
Plas, plas, plas.
Te invito a un café.
Pingback: Pablo Iglesias a bote pronto | Las cuatro esquinas del mundo
Habla de la «correlación de fuerzas» como si se tratara de un fenómeno mágico y completamente ajeno a la labor política…
Exacto.Esa correlación de fuerzas, es su jusitificación para no implementar politicas económicas y sociales más a la izquierda. Ya no digamos que sean de corte socialista. De su progama rupturista de hace unos años sólo le queda una reforma fiscal. La nº 36 de la democracia.Con esta si liquidará la desigualdad. Esa correlación de fuerzas inamovible, por supuesto, viene dada y escrita por los dioses, divinos o materiales (IBEX 35), y el ‘solo pasaba por aqui’. Si esto yo la dice y hace ahora como simple diputado, imaginese cuanto tome asiento definitivo de su poltrona mayor…. LA NADA. Efectivamente, un modo de producción no se derriba con papeletas electorales.
Y ¿cuál es esa política más de izquierdas que nos va a colocar a la vanguardia? ¿Pedirle préstamos al Santander?
No. La pólitica más de izquierdas es…. Apropiarse del Santander. Y del resto del IBEX35, claro. Y la via a utilizar no es la electoral. No se asuste. Ya se hizo eso en toda Europa Occidental hasta hace 30 años. En economía política se denomina ‘Les Trente Glorieuses ‘. Socialismo democrático. Esa era la izquierda de vanguardia. Willy Brandt, Bruno kreisky, Olof Palme, etc..Por causa de esa Europa socialista estamos vivos hoy la mitad de la población y….volverá. No será gracias a P. Iglesias, ni a sus reformas fiscales.
Muy bien. Pero eso no lo va a conseguir España a solas, como no lo ha conseguido Tsipras en Grecia. En cambio si a Tsipras se le une Corbyn en Inglaterra y Pablo Iglesias en España, quizá pueda empezar a verse algún cambio. No veo por qué Pablo Iglesias no intentara seguir esa dirección, lo ha dicho mil veces pero es consciente de que solo es imposible.
Dinos cómo vas a hacer eso, majo.¿Te vas a echar al monte? ¿Vas a castigar cara la pared a esos millones de españoles que siguen votando PP , PSOE y ahora Ciudadanos?
Así que existe o ser un vendido al Capital o lanzar soflamas desde el sillón o el chiringuito de las Fiestas. ¿no? Podemos , ese invento del IBEX 35 , claro. Reformistas y trotskistas, puaj.
A mí me puede chirriar ésto o lo otro de Podemos (y mira que me chirrían cosas) pero el izquierdismo de salón que repite mantras y lanza fatwas de verdad que huele a cuco.
El comentario era para antonio 08/10/2015 at 21:51
«Ya se hizo eso en toda Europa Occidental hasta hace 30 años. » No tendrá nada que ver con que hubiese una alternativa «real» en el comunismo ruso y hubiese que mantener a las clases bajas contentas no fuesen a pensar que la hierba al otro lado del telón de acero era más verde… Y hoy, ¿cuanta gente realmente cree que hay alternativa? la única alternativa que está surgiendo es el Estado Islámico y ya ves lo maravilloso que suena… a menos que busques un nuevo enemigo con el que asustar.
Ese «y… volverá» profético… suena tan hueco.
‘No tendrá nada que ver con que hubiese una alternativa “real” en el comunismo ruso»
Cierto, tiene TODO que ver. Estas en la pista, seguro. No lo puedo explicar todo en 5 líneas. Lo poco que pueda saber.
‘‘¿cuanta gente realmente cree que hay alternativa?» Ese es un tema de pasta, nada más. Cuando esa gente se quede sin un euro (más devaluación salarial, contratos precarios, despidos, privatizaciones, etc…) verás como si aparecen alternativas. Esta pasando. ¿No notas un cierto desplazamiento en creencias políticas en Grecia, Inglaterra, Portugal y España? .IMPENSABLE hace sólo 5 años.
»y… volverá” profético… suena tan hueco». Mi estilo literario es nefasto, sin duda. Pero no soy profeta. Sólo economista, que quizás es peor. A ver si te vale esto: o vuelve la Europa socialista o palma un pedazo nada irrelevante de la mayoría social. Dicho algo más técnicamente, la historia económica sufre constantes ampliaciones y contracciones en la propiedad del capital. En su estructura y distribución. De estar muy concentrado en pocas personas (Julio Cesar, dueño del 35 % del PIB mundial en el año 100 a.c.) a Estados socialistas democráticos de Europa Occidental, en 1945- 1980, como agentes principales de la economía con el 60% del PIB anual en cada pais. Salarios altos, mucha igualdad, etc..Desde mediados de los ochenta (las series de datos económicos lo avalan) estamos en un período de contracción. Saludos
En el 100 AdC, Julio César tendría, como mucho, 2 años (es posible que no hubiera nacido) Encima venía de una familia de aristócratas muy venidos a menos, difícilmente podría ser el dueño del 35% del PIB mundial.
No es ese Julio Cesar. Y si es Cayo Julio Cesar Augusto. El año sólo era una aproximación y su nacimiento exacto es en el 63 a.c. En cuanto a la riqueza personal de Cayo Julio Cesar Augusto revise una reciente lista de los 10 hombres más ricos de la Historia.
La lista es de la Revista Time el 30.07.2015
Hola Pablo: Tienes nuestro pleno apoyo, también lo necesitas, guíate por la intuición, haz ejercicio físico para enderezar el cuello pero sobre todo practica Meditación y Mindfulness En los momentos más difíciles retírate en Silencio para que seas receptor y emisor de Conciencia plenamente fiel a Ella y recuerda el sentido de estas palabras de Jung » Lo que niegas te somete lo que aceptas te transforma». Cuida tu equilibrio entre el discernimiento, afectividad y fuerza, con humildad necesitamos gentes así. Un abrazo y adelante.
«Luego te vas al Reino Unido y ves los periódicos y te llevas las manos a la cabeza.»
Míralo que majo. Está claro que no ha leído un Daily Mail o un Spectator en su vida este señor.
Es que eso en Reino Unido no los consideran ni periódicos. Si se refieren a ellos como «tabloides» es precisamente porque les niegan su condición de prensa seria.
No me vale. Ni el Spectator ni el Daily Telegraph son tabloides, y publican ñordos que darían vergüenza al editor del diario La Razón.
Al final siempre es lo mismo, decir que en el Reino Unido todo son risas y abrazos pero sin tener ni idea de cómo son las cosas en el Reino Unido.
Pero vamos, me estoy quedando con una parte muy mínima de la entrevista que realmente da igual
Zasca
Ahí repite topicazos Iglesias. En efecto, le prensa británica usa las peores mañas y desde luego no dejan muy atrás a El País, El Mundo y la Razón. Y el mito de la BBC…
¿Por qué «mito de la BBC»? En el mundo del periodismo (práctico y académico) es una referencia a nivel mundial. Es algo real, al menos eso dicen los expertos en el mundillo.
Coño, pues yo he entendido justo lo contrario, que en RU la cosa está aún peor.
Pablo Iglesias falta a la verdad omitiendo parte de la realidad. Si a Juan Carlos Monedero no se le inició ningún procedimiento fue porque procedió a la regularización en período voluntario gracias a la información que salió en los medios. Pero inicialmente por supuesto que incurrió en irregularidades fiscales. Le salvó la campana de la publicidad que se dio al asunto, pero en un principio actuó mal. Y no reconocerlo no hace bien ni a Podemos ni a todos los que creyeron en que otra política era posible.
¿Desde cuando sale en los medios la información fiscal de la gente? ¿No será que fue filtrada por alguna razón? La declaración de Monedero era correcta, pero se le podía buscar las cosquillas. De ahí que la cambiara para evitar el linchamiento a Podemos que se pretendía. Aun así no sirvió de mucho.
Claro que fue filtrada, igual que se filtraron las declaraciones de Aguirre, de la Duquesa… Si la declaración fuese correcta no hubiese hecho una complementaria.
Se puede pagar una multa para evitar males mayores y recurrirla porque crees que es injusta. Le devolverán dinero.
Que se lo digan a Esperanza Aguirre.
Cierto que Monedero no fue condenado a nada porque alguien le avisó. Pero lo que hizo con su complementaria es lo mismo que hicieron los de la amnistía fiscal que tanto critica. Doble rasero.
Por fin algo decente a lo que votar. Seguid.
Irlanda del Norte no tiene selección de Rugby pero si de Futbol.
Informese bien, si que la tiene y es campeona del ultimo 6 Naciones y una de las favoritas a ganar el mundial que se esta celebrando ahora mismo.
No compiten como Irlanda del Norte en rugby, sino como Irlanda. Importante diferencia.
Cabe preguntarse, si el País Vasco tuviese su propia selección deportiva, si algunos navarros que así lo deseasen tendrían derecho a jugar con ella. No es muy distinto de lo de la selección irlandesa de rugby, al fin y al cabo
Muy interesante entrevista. Tanto por parte del entrevistado como de los entrevistadores.
Gracias.
Otro comentario, no es la primera vez que el titular no pega nada con la entrevista. Siempre estropeáis unas excelentes entrevistas con un titular amarilista que no viene al cuento. Saludos
Pobrecico !!!
Me sorprende que haya tan pocas preguntas sobre Monedero y su informe inexistente. O sobre cómo el chavismo introduce dinero en España a través de la Fundación CEPS. Eso es mucho más grave que el «olvido» fiscal de Monedero.
Sí, y seguro que habrá introducido 37000 millones. Eso quisiera España.
Entre la respuesta que da sobre los medios y lo que decía hace un año hay un océano https://www.youtube.com/watch?v=UkeQjhVLPXo
Va un océano en las formas pero no tanto en el significado. Puede sonar contradictorio pero al fin y al cabo lo que dice va en la misma dirección en ambos casos. Decir que tiene que haber más medios privados (variedad) es básicamente decir que hay que acabar con la concentración de los medios privados oligárquicos.
La libertad de expresión es la libertad del dueño de la imprenta, y partiendo de esa premisa difícilmente refutable, es cierto que la mera existencia de medios privados es algo que, en un plano teórico o idealista, ataca a la libertad de expresión. Lo que pasa es que luego se dan paradojas, y se dan casos de medios de comunicación que llevan la etiqueta de medio «público» cuando en realidad son medios de un gobierno, que a su vez es un gobierno marioneta de grupos privados. Y no hay más que ver TVE, Telemadrid o TV3. Que tienen un rigor y objetividad bastante menores que la de medios abiertamente privados.
Entiendo que lo que quieres decir es que prefieres el Pravda a la CNN, al NYT o Washington Post (medios en manos privadas), o al Jot Down (también en manos privadas), conocidos todos ellos, por «atacar la libertad de expresión» (te cito, «…que la mera existencia de medios privados es algo que, en un plano teórico o idealista, ataca a la libertad de expresión»). IM-PRE-SIO-NAN-TE la retórica (y la empanada mental) de los Legionarios de Pablo.
Es un tema difícil, pero nadie puede negar que en España los medios de comunicación están en muy pocas manos y el que paga manda.
Pues entonces imagínate si todos estuvieran en las manos únicas del Gobierno.
Hombre, en un plano absoluto, sí, los prefiero. Al menos no han justificado las peores guerras imperialistas y exterminio de millones Vietnam tapando conscientemente cuando se echaba napalm a los niños como hizo el NYT.
Otra cosa es que no entienda el papel que han tenido medios como Pravda a la hora de justificar prácticas dictatoriales y esté también en contra de eso.
Lo que quiero decir es que mientras estemos en un sistema controlado por las grandes multinacionales no es posible que exista un medio auténticamente «público» – eso es una fantasía. Por ahora me conformo con que los medios privados que haya no estén (como es tendencia tanto en Europa como en USA) a estar cada vez en menos manos. Hace unas décadas los medios de comunicación estadounidenses estaban en manos de mas de 60 propietarios, ahora mismo son 6 grandes grupos, que generalmente tienen intereses similares y dan mismas las noticias al unísono en todo occidente.
Debería haber vivido un mes en cada CCAA. Conocer de primera mano y no un sábado de mítin con titulares y tic tacs. La tv estuvo bien; ahora le queda acercarse. Puede ser presidente en 2020.
Para que los políticos conozcan el día a día del ciudadano no tienen que pasar un mes en las CCAAS eso lo hacen mucho y no cambia nada.
Para que un político me pueda contar que conozco la vida del ciudadano medio, tiene que levantarse para ir a currar por mil euros a las seis de la mañana, tiene que tener un negocio al que abrasan a impuestos, tiene que estar en una empresa a la que asfixian a normativas dictadas por incompetentes que no tienen ni idea de aquello sobre lo que legislan, también me vale que tenga amigos o familiares en paro, que tenga apreturas económicas, que se pregunte a que bolsillos o disparates dedican el dinero que le quitan de su nomina cada mes.
A este señor le faltan cinco cosas fundamentales para el liderazgo: Inteligencia, pasión política, vocación de servicio, conocer a fondo la historia contemporánea de España y el mundo, y estatura histórica. The rest is silence.
No como a Mariano Rajoy, ejemplo de lo que tiene que ser un presidente. Si Mariano puede, este señor también…pues tiene mucha mejor nota en los campos que te importan. Otra cosa será en intrigas, apoyo económico y mediatico o estar en el sitio correcto a base de lamer culos y obedecer.
«Y lo que más nos conviene en este momento es que algunos nos den por derrotados»
Pensamiento Arriolero, perfecta premonición de fracaso.
Me aburre ya este tío. Políticamente está achicharrado. Nunca se había visto quemar un capital político como el que ha dispuesto este individuo en un solo año. En fin.
Joder, es que enfrentarse al poder sale carísimo en capital político. Sino cuanod has visto a tantos medios tan de acuerdo, atacar a Podemos y ensalzar al difunto Botín… pocas veces más.
Bueno, si usted se lo cree…
Iba a leer la entrevista, pero la frase inicial del entrevistado me ha echado para atrás… «No me gusta esta sede, tener que compartirla con empresas… Yo querría una sede en un edificio en un barrio popular, donde hubiera bares de viejos, un parque cerca donde jugaran los niños, poder aparcar… »
Esa candidez en alguien que (ni él lo oculta) tiene como solo objetivo (veremos si lo logra, pues pinta mal) llegar al centro del poder en España (La Moncloa) me parece insultantemente falsa. Pura pose. Reflejo del personaje.
Así que la entrevista que la lea otro.
Eres fiel exponente de aquello que este señor querría combatir. Eres incapaz de leer tranquilamente lo que una persona de ideología o pensamiento contrario tiene a bien expresar. Eso sí, como buen «hater», te permites regalarnos tu insulta opinión (formada de antemano) sobre algo que no has leído.
¡Bravo! Pero nunca sabremos si son unos pocos que hacen mucho ruido, o millones.
Amén
¿A nadie le sorprende el excesivo contraste de las fotos? Todas las entrevistas de JD tienen muy buenas fotos, con claroscuros marcados, pero no así, con contraste de fotochop tan marcado, para que se vea bien ese ceño fruncido. Muy raro y sospechoso.
Para así lograr un aspecto sombrío y tenebroso..
Me gusta bastante más en este papel didacta, explicativo que cuando tenía los romances con Cintora. Una izquierda instruida, sosegada, sin demagogias pero reivindicativa puede ser un martillo pilón en elecciones
Imagino Culco que lo dirá Ud. por un político de izquierdas imaginario porque el Sr. Iglesias es precisamente lo contrario: contradictorio, confuso y, sobre todo, con un profundo desconocimiento de lo que implica una democracia, que es, ante todo, el respeto a la Ley. He leído la entrevista un par de veces y si ya en una primera lectura se ven lugares comunes y argumentaciones sin sentido, en una segunda la cosa no se sostiene. Su confusión sobre reforma constitucional y constituyente es la más gráfica, porque desconoce su significado además de que él mismo se contradice al explicarse.
Las preguntas son jabonosas. Jotdown es lo que es, brillante en los artículos escritos por expertos sobre lo que escriben, flojísimo en artículos de carril y tibio cuando trata temas políticos. Lo peor es que Jotdown mira al pasado, nunca al futuro. Lo contrario, por ejemplo, que EEM.
Un saludo.
Ja ja. Que venga Inda, que en esta entrevista no se habla de lo importante: Venezuela, ETA, Monedero, la beca de Errejón.
Pingback: Podemos. Las ganas contra las percepciones. | Escuchar, transmitir, mejorar. Comunicando permanentemente.
Lo que necesitamos es un avance significativo, esto es: una Constitución Logico Difusa. Con normas de amplitud variable. Una revolución legal. Una Ley amplia sería la que permitiera una respuesta versatil, abierta, para ordenamientos tradicionalmente monolíticos e invariables. Ley viva y adaptable, como la propia naturaleza. Adaptación. Atentamente. Winston Smith 2015 Apátrida
jajajaja! no sé si lo dices con ironía o en tono serio, pero me ha hecho gracia (¡lo siento!). En un sistema que ni siquiera ha conseguido materializar la separación de poderes para proteger al bien común del poder del Estado, implementar la lógica multivalente para la interpretación de su Constitución sería para echarnos a temblar. Creo que quizás mejor posponer el reto para dentro de cuatro o cinco siglos, suponiendo que las cosas vayan bien… Un saludo de otro apátrida intelectual.
En esta entrevista Pablo Iglesias queda bien y dice cosas interesantes y atinadas, más allá de que se esté o no de acuerdo con él.
No olvidemos, no obstante, que busca el voto, por mucho que este formato no sea el bronco y premioso al que estamos acostumbrados en el día a día. La cuestión es quiénes son los podemitas “buenos” y quiénes los “malos”
El partido morado mutante es una estafa política, nacido principalmente para quitarle la tostada a IU, en el momento en que esta, la única izquierda realmente existente por mucho que como organización esté esclerotizada, tenía cada vez mayores posibilidades de éxito. Esto no quita para que haya mucha gente decente y de buena fe que precisamente está en Pdms cansada de la ranciedad, mediocridad e indigencia variada de IU, es decir porque desde según su punto de vista, por las razones que sean, era IU la que no entraba en una ecuación necesaria para transformar las cosas.
Pero también están los morados “malos”: unos jipis y/o unos frustrados sociales (o profesionales) que no tenían lugar en IU y han montado otra historia con el espíritu del «quítate tú para ponerme yo».
En un par de meses veremos si Podemos se lleva el tercer premio y si a IU le toca pedrea.
Entrevista «amigable» ni una sola pregunta sobre Leopoldo López
Entrevista amigable no, entrevista normal, sosegada y con profundidad. Lo que no es normal son los histéricos juicios sumarísimos habituales.
Si realmente pensáramos más en el prójimo. En la gente que esta sufriendo este tipo de politicas, que actualmente les lleva casi a la esclavización.
Deberían sentir y vivirlo en su propio cuerpo y sus seres queridos.
Cambiarían de pensar y criticar.
Empezarían a hacer lo correcto y no pararían hasta conseguir lo que sea digno para el ser humano.
¿Amigable por esa razón? Quizás.
Me gustaría saber si las entrevistas que se hagan a los peperos o los felipistas serán amigables, si no les preguntan por Arabia Saudí, esa democracia respetuosa con los ddhh con la que todos los españoles comerciamos a través de nuestro estado.
Es solo una dudita inocente.
Muy buena la entrevista y razonada.
El único detalle que se me ocurre matizar es que Gas Natural nunca fue una empresa pública y por lo tanto no pudo ser privatizada. Quizá Pablo se quería referir a Enagás, que se integró en el el Instituto Nacional de Hidrocarburos (INH) en 1981 y luego en 1994 se vendió a Gas Natural SDG, SA, (el 91% de Enagás).
(Fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/Enag%C3%A1s)
En este sentido no parece sencillo impedir por ley que las grandes empresas contraten a políticos salientes (cierto que una vez entran en una gran empresa difícilmente vuelven a entrar en política, de ahí que el nombre puertas giratorias no parece tan adecuado). En efecto, un político argumentará que tiene derecho al trabajo, que si la Constitución, etc…
Otra cosa es que empresas públicas contraten a ex-políticos, pero ya quedan pocas de éstas. En fin, también es cierto que si alguien ha conseguido llegar lejos en política, tiene cualidades para destacar en una empresa (en el mismo sentido en que destacó en política). El mundo de la gran empresa es inescrutable.
Salud, revolución y buen trabajo
¿Ni una pregunta sobre el concierto vasco? ¿Ni como van a sortear el sistema electoral sin fuerza en todo el territorio? ¿Ni incidir en su etnicismo?
Con el tema catalán, el referéndum y el proceso constituyente solo decir que es un trilero. Cada mes lo explica diferente. En Cataluña ya le han cogido la matrícula. ¿Cómo quiere ganar la Moncloa con 300.000 votos en Cataluña? Cuando la gente que votó Colau esta vez votó por Arrimadas es que tu discurso se lo lleva el viento y carece de conciencia de clase.
Podemos siempre ha dicho lo mismo en el tema catalán:sí al derecho a decidir.
Una pena que no me dejen decidir a mi también como español…
Así es la vida. Tampoco te dejan decidir en ningún otro tema y seguro que no te quejas.
¿Decicidr el qué? ¿Si se quiren separar o no? eso no lo puedes decidir tú, tú podrías votar a favor de expulsarlos si eso… hay una diferencia. También puedes solicitar un referendum para enviar los tanques a invadir cataluña si osan separarse, al fin y al cabo, quizás para ti la unidad de españa vale más que las miles de vidas destrazadas en una guerra. Y a los que intentan emigrar, ¿quieres votar por obligarles a quedarse en españa? Al fin y al cabo se van los mejores y más preparados y es un desastre.
¿y si tu mujer decide separarse?…¿tambien exiges ahi el derecho a decidir?..pues eso
Hombre, yo cuando una mujer no quiere estar conmigo le suelo dejar que se vaya. Antisistema que es uno.
«¿decidir el qué? ¿Si se quieren separar o no? eso no lo puedes decidir tu»
Este es el nivelazo que tenemos.
Por supuesto que lo decidimos todos: ese es el fundamento de la soberanía nacional. Cataluña me pertenece aunque no resida allí, igual que a un catalán Andalucía es suya, aunque nunca haya estado allí. Esto no es así porque lo diga yo, estoy diciendo una cosa que se recoge en el primer precepto de la norma suprema que regula la convivencia de todos. Eso es lo democrático.
El derecho a decidir no se recoge en nuestro ordenamiento; no es más que un recurso dialéctico que los nacionalistas han cogido como eslogan, pero no es real. Es una mentira más, como también lo es que los sucesos del 1714 fueron una guerra de «secesión», que España les roba, que Cataluña si se independizase sería como Dinamarca, que Cataluña es una nación soberana, o que seguirían en la UE por su posición geográfica.
Son un cúmulo de mentiras, medias verdades y manipulaciones que representan la principal herramienta de gestión y de gestación de que los gobiernos de la Generalitat han usado para que en los catalanes surja ese «sentimiento» de identidad catalana en los últimos 33 años.
Puede sonar repetido y de que estáis hartos de ese argumento pero es lo que tiene la dictadura de los hechos.
Y comparar la soberanía nacional de una nación con la separación de una pareja me parece tan ridículo que a veces no me extraña nada que estemos como estamos. Así nos va.
Yo pienso lo contrario, si los catalanes desean, como creo, el derecho a la autodeterminación la mejor opción cabal es Podemos, que desde el principio y respaldado por sus bases apuestan por el referendum y cambios profundos a nivel constitucional, si lo que desean es mejores condiciones fiscales y estoy equivocado entonces en efecto votarán a otros.
Qué suavecita la entrevista, me esperaba algo más agresivo, como cuando entrevistaron aquí a la de Vox, así sí hubiera resultado interesante. En cambio de esta forma le han dejado divagar todo lo que ha querido concretando poco las preguntas que le hacían y dando rodeos donde no le interesaba contestar, qué pereza.
Menos mal que entrevistas donde le dan caña hay muchas… ¿cual es tu favorita?
¿La ultraderechista Cristina Seguí? ¿La que poco después dejó VOX?
Impresentables y torticeras las descalificaciones vertidas por este señor contra un politólogo de talla y prestigio internacionales como Juan Linz.
El momento es ahora.
Sólo hay un duelo: IBEX 35 vs ciudadanía.
Planteando esa dualidad creo que PP, PSOE y Ciudadanos ya sabemos con quien están.
Ya nos han robado suficiente.
Ya está bien.
Por mi parte todo el apoyo a Podemos, IU, Equo, Ahora en Común y demás partidos que están fueran del IBEX.
La autora de las fotos ¿estudió fotografía o maquillaje?. Lamentable.
Seguid así, hay gente que no pensamos como nos dice la tv y los tabloides que tenemos que pensar. Juntos PODREMOS conseguir una sociedad un poquito más justa.
Podeis agarraros a pequeños detalles y/o expresiones de la entrevista, podeis sacar de contexto lo que os de la gana. La realidad, es que tiene mucha mas idea de politica, es mas culto y esta mejor preparado que cualquiera de los ‘a priori’ numeros 1 de los otros partidos politicos. Otra cosa es que no gana el mas inteligente, sino el mas listo…sino mirad el esperpento que lleva gobernando los ultimos 3 años y medio…y espero, y me da igual quien salga elegido, que no vuelva a gobernar nunca mas, el pedazo de incompetente y ridiculo de Rajoy.
Nunca he sido de izquierdas, y no simpatizo con Podemos, pero este tío está, intelectualmente, a años luz de Sánchez o Rajoy. Y estoy de acuerdo con él en que dicotomías como abajo-arriba o joven-viejo son, hoy en día, más relevantes que izquierda-derecha o España-Cataluña.
Le leo y desde siempre no puedo evitar ver sus carencias: Es un buen comunicador, pero no es un buen orador en público; es un buen lider mediático, pero no sé si es un buen líder político (solo hay que ver cómo ha organizado su partido pretendidamente horizontal).
Pero aún y todo, luego pienso: Somos humanos; y de hecho, los que nos gobiernan ahora, están a un nivel evidentemente inferior que este tío o Errejón o cualquiera de su «nucleo irradiador». Eso es una evidencia como una casa. Y que esta es una de esas oportunidades cada nosecuantas décadas y que hay que hacerles pupita a los de siempre ahora mismo, también. Así que qué coño. Ya tendré luego una vida para arrepentirme de mi voto, como las otras veces, pero al menos tendré también para siempre la cara de los del PP en mente si la Coleta Egocéntrica de la Politología pega el bombazo. A por ellos pues.
No le preguntáis si le gusta el metal alemán ¿eh? Sospechoso
Les deseo lo mejor. Sólo pueden cambiar las cosas quienes, como ellos (entre otros), se comprometen, se exponen y se queman enfrentándose tenazmente a la escoria que nos gobierna y que nos está arrastrando a cotas de desigualdad e injusticia impropias de una democracia digna. Nuestra suerte está ligada a gente como ellos, luchadores tan imperfectos y contradictorios como capaces de conquistar Madrid, Barcelona y Valencia, por ejemplo. Que cuenten con mi hacha. Y con mi báculo.
Qué recitado dios mío… Los otros pisiblemente hacen lo mismo (pero ya se saben que son políticos de la casta y venden humo)… ¿Pero esto es lo nuevo? ¿Lo honesto? El meteoro puede terminar siendo más fugaz de lo que ya parecía… Con lo rápido que subió, ¿cómo ha conseguido aún más velocidad en la bajada?
Iglesias siempre ha sacado pecho por lo rápido que se han organizado, a contra reloj. Con momentos delirantes como la elección de la secretaria general andaluza. Y ahí, y creo que Carmena en su día se lo dejó caer va a estar su gran error. La gente hubiese arrimado el hombro si las cosas se hubiesen hecho despacio, explicándolas bien. No haciéndolo deprisa corriendo y de una manera contraria a los principios de Podemos porque «los tiempos políticos son los que son y no los marco yo».
Tanta prisa que si no se llega (cada vez parece más difícil) el descalabro va a ser monumental tanto que Iglesias va a quedar en una muy mala situación si ni siquiera se es tercera fuerza política.
La situación de Podemos en Catalunya el 28S aún siendo esas elecciones especiales no dejan de dibujar una posible situación de Podemos a nivel estatal el 21D : En tierra de nadie.
Tiene su gracia que quienes al principio no daban un duro por ellos ahora se apresuren a darlos por muertos. Está por ver cómo se desarrollan los acontecimientos, de momento todo está en el aire, pero puede que más de uno se lleve una (desagradable) sorpresa por vender la piel del oso antes de tiempo… Lo que está claro es que de futurólogos y derrotistas en este país vamos servidos, y no hay trabajo para tantos.
Excelente entrevista. Para ataques a su persona ya tenemos todos los demás medios del país.
La verdad es que tanto él como Albert Rivera le darían a la política española un salto cualitativo. Espero que a ambos les vaya bien en las elecciones y espero que encuentren más puntos en común (que los tienen) de los que sus seguidores creen encontrar.
Menudo plan, si la renovación española debe venir de Rivera e Iglesias. Las mismas derechas e izquierdas demagogas rejuvenecidas. La misma comodidad ambiental para el franquismo.
Es una pena que despues de anno y medio aun sigan tan verdes. Les falta mucho para madurar sus propuestas y parece que no tienen muy claro que harian si al final llegasen al gobierno. Personalmente creo que si que se puede llegar al socialismo desde dentro de la democracia con temas como la sharing economy y despropietarizando a las masas aunque esta es otra cuestion.
Desde luego, no se puede ser presidente del Gobierno en plan «hostia claro que molaria», citando a Lenin y hablando de conceptos como la soberania con tanta dejadez. Y a ver como capean sus annos parlamentarios para seguir siendo rebeldes, como no hagan «un Compromis»…
Bravo Iglesias, pese a la agresiva campaña que hacen sobre podemos los medios y otros poderes delictivos de este pais, estais aguantado muy bien, el resultado lo vereis en las generales. Ánimo¡
Para ganar las elecciones necesitamos dar razones para votarnos. Podemos sacar entre dos y diez mil millones al año solo actualizando el Ibi rústico. Con ese dinero se puede pagar una renta básica al millón de personas que la necesitan. Exige que el gobierno de Madrid rectifique el catastro y pone el dinero en los ayuntamientos para que paguen esa mínima renta.
CCAA como Andalucia han abandonado la formación para el empleo y se pierde el dinero europeo. Con formación el parado tendrá posibilidades de trabajar si pymes, autónomos y economía social tienen un trato fiscal al menos igual a las multinacionales.
Y hay que defender el modelo de producción europeo para evitar el » dumping social » de Oriente o Eeuu. Lo ultimo exige acuerdos internacionales y apoyo mutuo entre Estados que defiendan ese modelo. Etc
Subscribo punto por punto el comentario de CATALANNISTER y ademas añado que la gran mayoria de votos que sacara PODEMOS se deben a personas de ideas claras como esta, se nos presenta la oportunidad de cambiar algo, claro que no sera todo lo que dice, claro que no, pero me conformo con un breve 10 %. Y como dice Pablo, aunque no se gane, tambien se pueden cambiar cosas, de hecho ya han cambiado muchas, distintos partidos ya empiezan a hablar de rentas basicas, de reformas constitucionales y de codigos deontológicos en claro ejemplo de parecerse a PODEMOS. Adelante pues la victoria esta ahí y aunqie pierdas las elecciones ya habremos ganado algo, el respeto y el apoyo de millones de Españoles.
No entiendo cómo puede tomarse la gente como opción política seria a unos personajes que le ríen las gracias a Syriza o a Maduro y cuyos dirigentes son partidarios de nacionalizar bancos o llevar a cabo políticas que desde el punto de vista ECONÓMICO nos llevarían a la RUINA. Estoy de acuerdo que PPPSOE están podridos pero hay otras opciones políticas que proponen cambios, que los necesita este país, y no barbaridades sin sentido porque el dinero no llueve del cielo y estos señores pretenden hacernos creer que harán milagros.
Rompiendo el cuñadometro Rodri, tienes razón en que hay otras opciones como Cuñadanos que vienen cargados de sensatez como abaratar despido o financiar a las empresas parte de los sueldos precarios de los empleados
Pues no te has planteado que la rigidez del mercado laboral español es la que hace, entre otros muchos motivos, tener un paro brutal? Lo mejor es no hacer nada, no? Que siga la fiesta, que es Lo que PPPSOE quieren que siga ,una administración hipertrofiada y despilfarro por todas partes (asesores por un tubo, ausencia de leyes que limiten gasto público..etc etc ) Hacen falta cambios de calado en este país querido amigo, a día de hoy no hay nadie que los lleve a cabo y por supuesto un iluminado que coquetea con el chavismo/ruina griega (se gastaron lo que no tenían por si no lo sabes) e ideas de bombero sin especificar de dónde sacará el dinero no es el indicado.
Pingback: Putak ala emakumeak? I jauna. | KOMUNZKI
Pingback: Putak ala militanteak? I jauna. | KOMUNZKI
«Estos son mis principios. si no te gustan tengo otros»
Groucho Marx
jajaja…muy bien tirado!
Pingback: Compostimes | Principios? Para que?
Da cierta grima verle hablar de Marx, Lenin o Gramsci, por mucho que insista.
El problema de Iglesias es que no es creíble, es un demagogo. No digo Podemos, digo Iglesias, que hemos podido conocer bien en Cataluña últimamamente, y cuyo discurso, largo, pesadísimo, gritón y cabreado se aleja muy mucho de la tranquilidad y la capacidad reflexiva de los ciudadnos de hoy en día, en mi país y en España (creo).. Si veis su brevísima conversación telegénica comn JC Monedero en LaSextaNoche, ante el alien Inda, os daréis cuenta meridianamente de la diferencia entre los dos «compañeros». Los gestos de ambos son, además, delatadores. ¿Dónde queda la variedad argumental y viva del 15-M ?: iglesias actúa con el mismo cemtralismo del ultraderechista Albert Rivera y se crere realmente que la gente no lo captamos.
«Me considero marxista, es decir, que la democracia me la trae floja. Pero soy consciente de que por ese camino llegaré al poder cuando Monedero sea gracioso. Así que voy de demócrata por la vida a ver si hay suerte»
Vamos que no has leido a Marx ni de refilón.
A lo mejor el que no lo ha leído es usted. Esta gente. Disparate tras disparate… Y encima se las dan de leídos.
Nadie me lo contó, yo vi a Iglesias decir por VTV que le daba envidia la libertad que teníamos los venezolanos. VTV es un canal del Estado al servicio del partido de gobierno chavista. Al parecer eso solo le incomoda en España.
Me parece fantástico que por fin diga que es comunista, y que ya no se haga el tonto con su ideología.
Cobrar millones por asesorías en Venezuela no le parecía desproporcionado, a él solo le molesta el dinero que cobran o ganan otros, el de él y Monedero le parece fantástico y merecido
Aquí les dejo el resultado de la política en Venezuela después de sus asesorías
http://fullde95.blogspot.com/2015/09/los-peligros-de-que-te-defina-el-otro.html
Una lista de confusiones, guerras sucias, abusos, etc.
Lo que me alegra es que ya tenga una postura, no como hasta ahora que pareciera que Podemos solo era aquello que el PP y Psoe no eran, un descarte pues
Sabe perfectamente que si se presentase como un partido comunista más no iba a ganar ni cien votos, así que tiene que maquillarlo como «anti-sistema-pero-buen-chico» a ver si de esa forma la gente se anima a auparlo como Presidente.
Como sus allegados que están ocupando distintos cargos no están cubriéndose de gloria precisamente (no es que sean peores que los partidos «oficiales», pero ni de lejos están dando las soluciones que tan fáciles parecían en sus mitines), ahora le ve las orejas al lobo.
En fin, como si le das a un crítico destroyer de cine el dinero para que te haga una super-producción…
Gracias por la entrevista. Esclarecedora
Yo tengo la sensación de que hay mucha, muchísima gente que se esfuerza en encontrar razones para no votar a Podemos. No me refiero ni a los fachas ni a los «liberales» obviamente. Me refiero al resto de la gente (la mayoría).
Yo, por programa, votaría a IU pero sé que estamos en un momento histórico en el que, o se hace algo y se provoca un giro, o nos vamos a la mierda. Y el único instrumento para ello ahora mismo es Podemos. Nos guste más o nos guste menos.
«Se están moderando» dicen muchos. Pues claro, porque necesitamos ponernos de acuerdo muchísima gente de distintas sensibilidades políticas pero con idénticos problemas. O se une la mayoría y se hace notar en las urnas o los tiempos de los derechos se habrán acabado. Competiremos con Bangladesh en sueldos y disfrutaremos de la sanidad pública de los USA. Págate tu pensión del mañana con tu exiguo sueldo de hoy, al tiempo que pagas tu sociedad médica y un colegio decente para tus hijos y si te sobra algo (después del IBI desorbitado, el IVA a cascoporro) pues vas aportándolo en tu mochilita para cuando te despidan sin indemnización. Luego, si te va bien, demuestras que vales y tienes éxito en la vida, podrás disfrutar de lujos como la calefacción en invierno.
Sí, suena a distopía orwelliana ¿verdad? Pues eso, seguid votando a peperos y sociatas (estos tienen ahora un candidato muy guapo) y si no, a los nuevos neocons de Ciudadanos. Seguid, y en quince años hablamos.
También podéis ser más puros que nadie y no votar, que eso será muy eficaz.
Efectivamente, ha dado usted en el clavo. Si en general fueran la mitad de exhaustivos en sus juicios de valor sobre sus candidatos potenciales al voto, otro gallo cantaría. Pero efectivamente hay muchos ciudadanos, que no necesariamente se podrían enmarcar dentro del «facherío» patrio, que están dispuestos a quedarse tuertos a cambio de que el resto se quede ciego.
¿Dónde está la izquierda de este país? ¿Qué ha pasado con el PSOE? Mientras algunos crean que el centro es el destino, la derecha (con Ciudadanos a la cabeza) reinarán, pues el centro nunca fue el lugar natural de la izquierda…
Qué lástima que haya tanta poltrona por conservar, tanto favor por devolver, tanto comportamiento que ocultar… y que la izquierda, una vez más, se muestre incapaz de articular un discurso común en beneficio de la sociedad, sin parapetos detrás de partidos y siglas.
Qué papelón de Pedro «el guapo» & cia., están perdiendo una oportunidad histórica de aglutinar a la mayoría progresista que habitamos en este -ay- cainita país.
Muy acertado lo de compararse con Muhammad Ali, siguiendo esa línea, Podemos va a llegar a las generales igual que él, temblando y sin recordar quien era.
Pingback: Referèndum “pablesiano” | Out of time
Pablo, has hecho lo que has hecho y tiene mucho merito, creo ahora deberías dar un paso atrás y delegar tu candidatura a la presidencia a Carolina Bescansa, que es una mujer con un historial inmaculado.
Por cierto, Tania Sanchez es política profesional, con hermanos y padres metidos en política, CASTA de la mala. Mejor que se aleje de podemos, os quitará votos.
Pingback: El “marxismo” de Pablo Iglesias | Diario Octubre
Pingback: Pablo Iglesias’ (Podemos, Spain) take on intervention | On (art&design) Interventions (in Public Space)
Un poco de crítica. Reducir el problema de la corrupción a las puertas giratorias (una de sus consecuencias, que no de sus orígenes) es como como hablar sobre cáncer y reducirlo al tema del tabaco, difícil tratar el asunto de manera más superficial. Hoy hay corrupción porque no se castiga, y no se castiga porque no hay separación de poderes real (material). Esta claro que la cúpula de Podemos quiere el poder, y lo quiere todo. Pues amigo, esto es más de lo mismo. Respecto a los medios, cuanto más diversificada esté la opinión mejor para el ciudadano (y que Podemos no olvide que «quien bien te quiere te hará llorar»). Respecto a la «democratización» de Europa también comparto su opinión. Pero cuando se juzga la soberanía actual de sus Pueblos no estaría de mas recordar que esta soberanía no la limita hoy el Euro ni los tratados de la UE tanto como puede hacerlo la propia solvencia económica de cada país. ¿O acaso Holanda y Portugal tienen actualmente la misma soberanía real aún teniendo la misma obligación (ninguna) de permanencia en la UE? ¿Será que la propia Grecia es la única nación que nada ha tenido que ver con como ha llegado a su situación económica actual de dependencia a cuenta de su soberanía? Está bien dar la vuelta al argumento y ver la implicaciones de todos los agentes, que han sido muchas, pero querer doblarlo tanto para ajustarlo a idearios solo puede conducir a su rotura. Respecto a las mujeres en política, por simplicista que pueda resultar, está la falta de costumbre: Nadie que busque «seguridad» o «continuidad» vota a lo atípico. Y si lo común es no ver mujeres en los partidos, todos votarán partidos sin mujeres. Y si lo común fuese ver solo mujeres, todos votarán partidos de «solo mujeres». Y lo mismo para las corbatas, los turbantes, los negros, etc… y esto en la política y en todo, para captar votos o para vender calcetines. La normalidad lo da el uso, y hoy toca fomentar (forzar) a que la presencia de la mujer se haga más habitual, no hay otra. Respecto a la medida de «los permisos de paternidad obligatorios e intransferibles» decir que es cojonuda. Hay que mentalizarse de una vez que ninguna empresa puede hoy hacer elecciones en base a criterios morales; las empresas, o eligen ser competitivas (usando todos tus recursos legales) o eligen echar el cierre. No se puede esperar peras del olmo, o se equipara la capacidad competitiva de la mujer a la del hombre en esta materia, o las empresas seguirán actuando exactamente igual. Y para terminar, dice: «En última instancia, la lucha de clases se expresa económicamente en el reparto de la tasa de ganancia. Esa tasa se tiene que repartir de otra manera, tiene que traducirse en derechos sociales y en que la gente viva mejor.» Claro que si! Pero no le tengas tanta «apatía» a la democracia: Es el terreno ideal para partirse todos los días la cara por conseguir estos objetivos, y otros muchos que habrán de venir.
Excelente entrevista. Recomendaría leerla entera (o por lo menos una parte) antes de opinar.
Preocupante la declaración que se encierra en el título de la conversación. En síntesis, en mi opinión, el marxismo se basa en la propiedad del estado de los medios de producción, la planificación central por parte del estado de la actividad económica y una limitación de la autonomía de la voluntad frente a la búsqueda de la igualdad de los individuos. Que nos diga cuál de estos principios está dispuesto a traicionar para acceder a un mayor número de votos y cuál trataría de aplicar para no defraudarse a sí mismo por no realizar una política marxista en la que cree.
Muy buena entrevista y excelentes fotografías.
Pingback: Por qué creo que votar a Podemos es la única opción | Onda Hostil
Sobre este tema y otros, he leído algo muy interesante aquí :http://teatrapare.blogspot.com.es/2015/11/paris-france-europe-republique.html
Pingback: Four predictions following on the future of Spanish politics » Politikon
Pingback: Sobre el congreso de Podemos (I): Ganó Iglesias. -
Pingback: Las frases de Pablo Iglesias cuando criticaba a la "casta" política que vive en chalés y áticos - Administración y Premios
Pingback: Las frases de Pablo Iglesias cuando criticaba a la “casta” política que vive en chalés y áticos – Tribuna Liberal
Pingback: Las frases de Pablo Iglesias cuando criticaba a la "casta" política que vive en chalés y áticos – Red Social
Ser marxista es incompatible con adquirir en propiedad casoplones en zonas de alto standing como Galapagar.
Habría que preguntarle a los secesionistas si en un estado independiente dejarían separarse a aquellas poblaciones con voluntad separatista. Ahí vemos a los ucranianos con Crimea. Y si dicen que no, pues la misma regla para ellos.
Pingback: No odie el sistema de medios… hackéelo. – Miguel Álvarez Peralta
Aparte de lo que te consideres…ser, lo que eres, es tonto. Y mucho. Tonto del culo.