Tocador es una experimentación a través del lenguaje para buscar los puntos de ruptura de eso que según los lingüistas es la raíz misma del lenguaje: el pronombre de primera persona yo.

Tocador es un libro del cuerpo. La relación entre el ojo –como encarnación del sujeto– y el tacto –como manera de apropiarse del mundo– vertebra el poemario en un recorrido por la interioridad y la exterioridad con el espejo como frontera, convirtiendo al cristal en el personaje desde el que la identidad pierde sentido, quizá el único personaje posible.

La obra de Marina Blázquez Martínez busca problematizar la noción de identidad a través del cuerpo y lo hace, lo consigue, con poemas breves que son como martillazos sobre los grandes consensos de la cultura occidental. En este primer poemario de la autora encontramos una voz poderosa e inteligente a la que vemos crecer, una y otra vez, en cada poema. Pero quizá lo mejor sea dejar que Tocador se presente solo:

Pensar en los escaparates
Gente detrás y gente delante

La única división real en las trincheras