Revista Mercurio #229 «Horas críticas» + PDF
Disponible a partir del 9 de septiembre.
Ya iba siendo Hora de que en Mercurio le dedicásemos un número (en concreto, el 229) a la Crítica; lo que nos da de comer, podría decirse, metafórica (sustento intelectual) y literalmente (ahora en verano, mucha ensalada). Y qué otro título podíamos darle a este monográfico que justamente ese, «Horas Críticas», el nombre que también tiene nuestra sección dedicada al arte de la reseña. Porque el de la buena crítica ¿es un arte?, nos preguntamos, y ya no paran de venirnos interrogantes: ¿Cuál es el fin de la crítica? ¿Ha llegado la crítica a su fin en esta era en que todos opinan, enjuician y otorgan estrellitas y pulgares hacia arriba o abajo, como césares de chichinabo? ¿Es el estado de la crítica un estado crítico? ¿Quién teme hoy a la crítica cultural? O mejor aún, ¿quién critica al crítico en una época en la que los criticones y los criticastros campan a sus anchas?
De todo ello, de cánones y de criterio, de buen gusto (¿y tú me lo preguntas? el buen gusto... eres tú, lector de Mercurio), de los escritores críticos y los críticos escritores, de la parcialidad y la publicidad, de la cultura crítica y la crítica cultural, de críticos estrella y estrellables, del arte de la crítica (confirmado: lo es) y la crítica de arte(s), se reflexiona en este especial encabezado por ensayos de Juan Bonilla, María Mur Dean, Antonio Rivero Taravillo, Carolina-Laia Puigdevall y Alberto Santamaría; a los que siguen flamantes y esmeradas críticas de Sònia Hernández, Mario Colleoni, Beatriz García Guirado, Berta Ares Yáñez y Jose Valenzuela; versos críticos de Anna Cristóbal Lecina, viñetas (auto)críticas de Pepa Prieto Puy y una crónica desorbitada de Joan Feliu Franch sobre un crítico y (wait for it) un besugo.
Todo por obtener un poco de ese espíritu crítico del que, según Umberto Eco, jamás debería carecer alguien que se dedique a la actividad creativa o intelectual. Como la escritora Catherine Lacey (autora del maravilloso libro que, ay, aún no hemos criticado en Mercurio), quien en su newsletter recordaba el tiempo en que se dedicaba a hacer reseñas y lanzaba una encantadora teoría al respecto: «Mi sospecha es que todo escritor acaba convirtiéndose en una cosa u otra: un pájaro o un ornitólogo. Sospecho que soy más un pájaro, y como pájaro a veces puedo creer que poseo cierta autoridad sobre ser un pájaro, cuando en realidad solo sé acerca de ser el tipo de pájaro que soy». ¿Y nosotros, los redactores de Mercurio, somos pájaros u ornitólogos? Tendrán que seguir leyendo para descubrirlo.