Jot Down #44 «Distopías» + Metasandman
En preventa: envíos a partir del 11 de septiembre
Cualquier distopía contiene una pequeña utopía y cualquier utopía contiene una pequeña distopía. Lo dice Margaret Atwood, que de esto sabe, y conviene tenerlo presente. Si antes eran las utopías las que solían protagonizar nuestros relatos, ahora lo hacen las distopías. Sean políticas, tecnológicas o medioambientales, cuando no de todas las clases a la vez, lo cierto es que cada día abundan más las visiones pesimistas del porvenir. De un porvenir, profetizan esos mismos relatos, que está a la vuelta de la esquina. ¿Son advertencias legítimas o solo un género que vende libros, audiencias y elecciones? ¿Hacemos bien en temer al futuro o es este miedo, precisamente, el que contribuye a que el futuro sea peor?
En Jot Down 44, llevamos una portada metadistópica a todo color realizada por María Medem. Y en el interior hacemos una disección de las distopías y nos adentramos en sus cómos y sus porqués. Lo hacemos en más de doscientas cincuenta páginas de contenido original con artículos y reportajes del puño de Basilio Baltasar, Marilena de Chiara, Agustín Fernández Mallo, Rebeca García Nieto, Mathieu de Taillac, Aloma Rodríguez, Ferrer Lerín, Anapurna y Daniel Gascón, entre otras firmas habituales de Jot Down, y tres entrevistados de excepción: Pascal Quignard, Gabriela Cabezón Cámara y Juan Collar.
Todos los pedidos realizados antes del 31 de agosto recibirán la revista Mercurio #225 «Orden y caos» y la revista Jot Down Kids #28 «Efecto mariposa».
Este pack incluye el libro «Metasandman» de Ana Rosa Gómez Rosal
¿Por qué explicar una novela (una novela con dibujos, con bocadillos, con portadas y pinturas a doble página… una novela que es un cómic que es una novela) en base a referencias filosóficas? O, más aun… ¿por qué explicar Filosofía tomando referencias a Sandman? Seguro que alguien les daría respuestas larguísimas a esto, respuestas con palabritas de esas bien gordas, casi incomprensibles. Yo tengo otra. Más fácil, más contundente. Se la robo a un inglés llamado George Leigh Mallory.
Porque está ahí.
Porque se puede. Porque nadie lo prohíbe, porque hay muchas posibilidades, porque, quizá, supone un reto. Porque esta cultura popular (y popular en el sentido más íntimo del término… popular por conocida, popular por accesible) encierra tantos referentes literarios y artísticos como cualquier obra sesuda. Y porque puede ser objeto de análisis, claro que sí. Es lo que hace Ana Rosa Gómez Rosal, y es auténticamente delicioso.
En este libro que tienes en tus manos, querido lector se tratan temas serios. Extremadamente serios. Se habla sobre la libertad, sobre el determinismo, sobre deberes y sentencias. Se reflexiona acerca de qué nos hace ser lo que somos, de cómo cambiar sin abandonar nuestra propia persona, la Estética, la Ética. Viajamos al Infierno para que nos cuenten cómo solo el Cielo justifica su existencia (o al revés), y cómo los sueños son el material más potente para fabricar mundos, y cómo los relatos, las historias, re-crean al género humano. Todo aquello que nos enseñaban en las clases de Filosofía, allá por el Instituto (o más tarde).Lo que parecía casi incomprensible, lo que debías leer tres, cinco, diez veces para que se te encendiese la luz, zas, y al fin lo vieras, ese momento maravilloso, cuando las tinieblas quedaron atrás.