Antonio Aguilera Ruedas Gronzón de profesión cantero y de extracción humilde tuvo un anhelo que muchos calificaron de locura: construir él solo una casa de piedra con los materiales que extraía de su cantera, sin importarle para nada el tiempo y el trabajo que requería su construcción. Como él mismo afirmó, «una salud de primer orden, una fe desmedida, un ramalazo de locura bien apretado y unas ganas de trabajar salvajes» permitieron que ese anhelo se hiciera realidad y hoy podamos admirarlo en uno de los monumentos más visitados de su localidad natal, Porcuna (Jaén). La biografía de Gronzón, que sobrevuela sobre las vicisitudes de la España del siglo XX, constituye un ejemplo de lo que se puede alcanzar con el esfuerzo, la voluntad y el trabajo. Y su obra es la muestra más palpable de la genialidad de un cantero que logró hacer realidad un sueño hecho en piedra en el que nadie, salvo él mismo, creyó.