Augurio
Atrapada en un matrimonio que se descompone y en la relación cada vez más tensa con su hija adolescente, Ingrid debe enfrentarse ahora a un dolor inesperado: la muerte de J. Como contrapunto al estado de ánimo en que la sume una noticia que no puede desvelar a nadie, la luz en la isla del Mediterráneo donde veranea y la cita ineludible en la playa junto a Silvia, su hija.
A medida que el último día de agosto avanza, la sensación de irrealidad nubla los pensamientos de Ingrid. ¿En qué momento se ha convertido Silvia en una extraña? ¿Qué es lo que no sabe de su hija? En cuanto a su matrimonio, ¿cuándo y por qué empezó a romperse? Ingrid rastrea las respuestas en su relación con J, desde que lo conoció en una asociación de voluntarios donde él daba clases de psicología hasta el momento en que sus caminos se separaron. De fondo, el ruido de una muerte que no sabe cómo descifrar.
A partir de esas premisas argumentales, Augurio enfoca el conflicto de dos mentes condenadas a no entenderse –la de una madre incapaz de protegerse de sí misma y la de una hija arruinada por su propia inteligencia– para ir revelando poco a poco una incómoda foto de familia, y en especial algo que ni Ingrid ni Silvia pueden ver: las grietas de la doble vida en las paredes de su casa.