—“¡Dios mío, no dispares!” Fueron las últimas palabras que “Soapy” Smith pronunció en su vida. Ni el tono suplicante ni la alusión al Creador le sirvieron para salvarse. Tampoco fue de gran ayuda el rifle Winchester —un 44 largo— que llevaba consigo. Nunca había sido un hombre propenso a rogar […]