En el mundo hay mucha gente mala, odiosa. Los conductores de autobús que no te esperan después de ver por el retrovisor cómo te has pegado la carrera del siglo; las dependientas mentirosas —«¡Qué bien te queda, cariño! Siempre estiran un poquito…»—; los que caminan diez metros por delante de […]