—Panda de tarados… —balbuceó entre dientes el viejo Jack Kyle. Colgó el teléfono, husmeó en la nevera, donde no encontró ninguna cerveza, y acabó sirviéndose una copa de vino tinto, por llamarlo de alguna forma, mientras miraba por la ventana cómo un crío descalzo pateaba un saco que pretendía ser […]