Es un don. Y no hablamos de la mafia. Un don con perspectiva doble. Y no la del beodo. Con retorno, de ida y vuelta. Es el poder natural de escribir y el de leer, el uno que retroalimenta al otro, la caña y el azúcar, el dolor y la […]
Es un don. Y no hablamos de la mafia. Un don con perspectiva doble. Y no la del beodo. Con retorno, de ida y vuelta. Es el poder natural de escribir y el de leer, el uno que retroalimenta al otro, la caña y el azúcar, el dolor y la […]