Un dulce domingo de mayo, en 1972, a eso de las once de la mañana, un tal Laszlo Toth entra en la basílica de San Pedro y, abriéndose paso entre atribulados turistas y fervientes fieles —era Pentecostés, esto es, celebraban la llegada del Espíritu Santo— , sus ojos alcanzan rápidamente La […]