La quinta entrega de A todo gas empieza con un Dominic Toretto (Vin Diesel) condenado a prisión y posteriormente liberado gracias un plan de fuga que se basa en la elegante idea de volcar el autobús penitenciario que transporta a Toretto, haciéndolo rodar dando una docena de vueltas de campana, y suponer que el hombre escapará vivo (cosa que por supuesto hace). Esto ocurre en los dos primeros minutos de película. De lógica aplastante; seco, directo y representativo. […]