Mujer del sur, llevo tatuados a fuego decenas de julios infernales. De esos que otros solo imaginan. Donde, al aspirar, las narinas crepitan y lo peor es la claridad cegadora, aplastante. Pueblos blancos, cal nívea, brillantes salinas. Quizá compartamos la luz brutal, cenital, con los polos. O sea incomparable. En […]