De manera que usted, joven insensato, aspira a ingresar en nuestra humilde comunidad monástica. Bueno. De entrada, le felicito: no abundan los individuos que, en tiempos tan nihilistas, se deciden a abandonar la acción y abrazar la contemplación. Pero antes de abordar los oportunos formalismos, permítame tratar de disuadirle, como […]