La Fórmula 1 es un pastel goloso. Dinero, fama, tías buenas, viajes internacionales, champán del caro, comisiones jugosas, jets privados, yates de cien metros y cosas que brillan por todas partes. Si Einstein decía que solo el universo y la estupidez humana son inabarcables, también lo es la codicia que […]