«¡Ah, querido amigo! ¿Qué diría usted si yo afirmase que estamos encima de una sinagoga? ¿Eh? La cosa es fuerte. Pues sí, señor. Cuando la persecución de los judíos, estos erigieron un templo subterráneo; yo me lo figuraba, viendo el número de casas con galerías ocultas que hay en Madrid. […]