—Aquí estamos de nuevo, y me alegro. Ponte cómodo, por favor. Se sientan frente a frente, separados por una mesita estilo Directorio, en dos sillas curules. Evitan sillones demasiado cómodos; sus encuentros son breves, una hora a lo sumo, y buscan un ascetismo que favorezca la gravedad. Adoptan aires patricios. […]