El viento que azotaba la cubierta obligó a la joven a quitarse su gorra de lluvia, no sin cierta dificultad. Después se atusó el flequillo, sujetó la falda de su vestido de tweed unos centímetros por debajo […]
El viento que azotaba la cubierta obligó a la joven a quitarse su gorra de lluvia, no sin cierta dificultad. Después se atusó el flequillo, sujetó la falda de su vestido de tweed unos centímetros por debajo […]