Imaginad que os despertáis en vuestra cama, miráis la cara de la persona que duerme a vuestro lado y no la reconocéis. Su cara es una suerte de cuadro de Picasso donde identificáis un ojo aquí y allá, una nariz relativamente favorecedora, unos labios que todavía duermen… Estáis demasiado cerca, […]