Así es como se suele presentar en los actos, el tío. Divino. Sonriente, complacido, como recién comido. Plenipotenciario y papal. Con ese semblante que tiene entre beatífico y de teleñeco, dependiendo del ángulo, y esa blancura nívea, senecta y vaticana que tanto y tan bien viste a los que presiden […]