No podía dejar de llorar. A duras penas se sostenía en pie. Un cuerpo pequeño, frágil, carcomido por el cáncer voraz, y la inmensa tristeza de perder al hombre de su vida. Habían pasado cincuenta años juntos. Medio siglo de complicidades, ternura, risas, esfuerzos, proyectos compartidos, el golpe de un […]