Andrea Pazienza decía ser el mejor dibujante del mundo, y quizá tuviera razón. También era bueno escribiendo. Fue un artista extraordinario. Cumplió veinte años en la Bolonia efervescente de 1975, militó en el marxismo-leninismo, trabajó en numerosas revistas satírico-revolucionarias, produjo una inmensa obra gráfica y mantuvo una relación fatal con […]