Montaje para el blog Descartes en Jot Down Magazine. Una vision subjetiva sobre mi experiencia como periodista en los últimos viajes a África (Congo, Sudán del Sur, Ruanda, Níger, República Centroafricana). Son retales, planos fallidos, como su nombre indica: «Descartes».
Descartes
Alberto Rojas: Ulises nació en Camerún
«Si quieres conocer mi historia, vas a necesitar muchas libretas como esa». Bertin apoya la cabeza sobre el respaldo y suspira. Cierra los ojos durante unos instantes, como si necesitara todas sus fuerzas para palpar en la oscuridad de su memoria. Y comienza como comienzan las grandes novelas: «Ya era […]
Alberto Rojas: Retratar la vida o la muerte
Nadie te previene contra esto. Vas en el Land Cruiser, aire acondicionado, bien desayunado, con tu cámara preparada, tarjeta, micrófono para el vídeo. Haciendo bromas con el conductor y la jefa de este proyecto de Save the Children. Protegido, aún dentro de tu burbuja algodonosa. Ves el Sahel ocre, los […]
Alberto Rojas: Un baile con Miss Kinshasa
No recuerdo su nombre exacto, pero sí que al pronunciarlo sonaba como un tam-tam. Se llamaba Yembeyembe, o algo así. Aquel fulano juraba conocer a un grupo de ‘sapeurs’ de su barrio y yo quería hacerles unas fotos. Los ‘sapeurs’ son esos tipos que se tiran todo el año ahorrando […]
Alberto Rojas: La memoria de las jirafas
Aquella mujer tocaba una especie de guitarra fabricada a base de madera muy tosca, casi sin pulir, con unos cuantos trastes y cuatro cuerdas, pero no sonaba mal del todo. Acababa de llover, así que la selva brillaba a su alrededor al amanecer tanto como los aros de su cuello, […]
Alberto Rojas: El libro que leería durante la película que no puedo perderme
No sé si recuerdan la voz de aquel tipo, el capitán Chesley Sullenberger, mientras posaba la panza de su Airbus A320 en el río Hudson. Llevaba a su cargo 154 almas y muchas toneladas de queroseno cuando una bandada de pájaros agujereó sus motores. Sin posibilidad alguna de llegar a […]
Alberto Rojas: Jesse James vive junto al Nilo
Tenía 22 años, dos esposas, nueve hijos y un orificio de bala mal cicatrizado en el muslo izquierdo. Como yo, era zurdo. Solo lo vi escribir una vez y fue su nombre: William Deng. Siempre vestía uniforme de camuflaje y zapatos de domingo. Por la noche abría los botellines de cerveza […]