Entrevistas Sociedad

Lorenzo Milá: «Aún estamos con estas inercias troglodíticas de que controlando los medios públicos se ganan elecciones»

Lorenzo Milá para Jot Down 0Lorenzó Milá (Barcelona, 1960), como cualquier periodista en su sano juicio y que sabe lo que hay, rehúye las entrevistas, pero esta vez hace una excepción. No le gusta mucho la exposición pública y al final le sorprenderá que no le haya preguntado por su hermana. Le pregunto si le preguntan mucho sobre ella, y dice que sí. Lleva unos meses en Roma de corresponsal de TVE, tras cinco años en Washington.

Bueno, ¿qué tal en Roma?

Muy bien, en proceso de aterrizaje. Hemos estado unos cuatro meses viviendo en un bed and breakfast porque no encontrábamos un piso, y ha sido un aterrizaje abrupto. Luego Roma y Washington son dos ciudades opuestas, en urbanismo, en energía, en naturaleza… y nos cuesta a todos un poquito.

El impacto de llegar a Roma por el que pasamos todos y que nadie se cree.

Exacto. Roma es maravillosa, no vamos a discutirlo, pero tengo la impresión de que es una ciudad mejor para venir de vacaciones que para vivir, aunque quizá después superemos eso y encuentras que no te quieres ir nunca, que a lo mejor te pasa a ti también.

Sí, hasta que le coges el truco, y es más complicado si vienes con familia, niños y demás.

Sí, es un poco lío, pero si la pregunta es qué tal en Roma, pues muy bien. Aprendiendo. Aprendiendo Italia, el italiano, el Vaticano, periodísticamente son dos destinos muy diferentes. En Washington la información está muy ordenada, en los medios de comunicación sabes muy bien lo que son hechos, lo que es análisis y lo que son reflexiones, y aquí…

Aquí está todo mezclado.

Es un entorno de mucho ruido. Lees los periódicos y… todavía estoy aprendiendo a leer los periódicos italianos.

Sí, es todo un arte.

Cuesta, cuesta. Y también la televisión, cuesta separar los hechos de las intenciones.

¿Qué te parece la tele italiana?

De momento solo veo canales de información, no programación, no te puedo dar aún una opinión.

¿Y la de Estados Unidos?

Pues mira, la tele americana es inmensa. Seiscientos canales. Como acercarte a un quiosco y comprar tres revistas y dos periódicos. Es lo mismo: pones la tele y seleccionas los canales que ves y el resto es como si no existiera. Yo tenía un perfil de información, cine y deporte, y es una tele maravillosa, realmente los americanos hacen muy bien la tele. Cuando cubren deportes son espectaculares, son muy buenos haciendo noticias… Para un profesional de la televisión es una lección fantástica. También los franceses hacen muy buena televisión, los ingleses. La alemana la conozco menos.

¿Y cómo ves la tele española?

Uf (resopla).

Si la ves, que a lo mejor estando fuera no la ves.

No la veo, veo nuestro Canal 24 Horas, que me gusta mucho y lo maltratamos miserablemente, pero yo creo mucho en ese canal. Creo que España está todavía in progress, todavía no tenemos un mercado establecido. El cable, por ejemplo, tampoco está muy desarrollado, como en Estados Unidos, que a mí me parece muy interesante. Y después tenemos la tristeza de ver cómo maltratamos nuestros medios públicos. Tenemos dos redes de televisión pública simultáneas, cosa que es muy extraña para un país de nuestro tamaño, y tenemos todavía esta inercia de que los gobiernos siguen considerando que como pagan la televisión pública pueden mandar sobre ella, y esto es una profunda tristeza. Vivo esto con gran tristeza. En nuestra empresa y en las públicas autonómicas. Con gran tristeza, porque en el fondo es el reflejo de la democracia adolescente que tenemos todavía. Si la BBC es un reflejo de la sociedad británica, nuestras públicas son un reflejo de nuestra sociedad. Aún estamos con estas inercias troglodíticas de que controlando los medios públicos vamos a ganar elecciones. Y te lo digo como profesional de una tele pública, pero también como ciudadano español.

¿Pero tú crees que a estas alturas aún es una ecuación cierta, que controlando la televisión pública se ganan elecciones?

No. Sobre todo hoy. En su día pudo tener algún sentido y también me parecía fatal, porque la televisión pública o es de todos los que la pagan o si no es una estafa. Es decir, si la televisión pública se dirige solamente a los intereses concretos de un votante concreto es una estafa para los demás. ¡Algún día tendremos que despertar! ¡Y me da mucha pena ver que tengo cincuenta y cuatro años y que llevo veinticinco hablando de lo mismo! Y me temo que esto es más largo de lo que yo creía. Me llena de tristeza, la verdad.

Es como la frase de los abuelos: me muero y no os educo.

Ya (ríe).

Zapatero hizo algunas cosas bien y otras mal, pero esta de la televisión pública la hizo bien.

Esa la hizo bien.

Cambiar las reglas de juego, elegir el presidente de RTVE en el Parlamento y por consenso, mayoría de dos tercios, y que la información pública no estuviera controlada por la política. A ti te pilló ese momento: ¿quizá fue el momento ideal de la información en la televisión pública en España?

Bueno, al menos de los últimos años. Nos metimos en ese proyecto mucha gente porque nos pareció que era de verdad, y al final era de verdad. Quizá era una apuesta exclusivamente de Zapatero, a lo mejor al partido le parecía fatal esa idea de distanciarse de la televisión pública y a lo mejor era solo él quien defendía esa idea. Pero el hecho es que se produjo una ley. El hecho es que durante ocho años se trabajó en televisión española con criterios mucho más profesionales que en otra etapas. ¿Era perfecto? No. Era el inicio de un camino que tenía que haber continuado. Eso es lo que era.

¿Había total independencia, en serio?

Absolutamente. Él iba en serio.

¿No había llamaditas?

Todos los días. Pero las hay en todos los medios de comunicación. La gente quiere que hables de ellos siempre bien, y especialmente los políticos. La diferencia es que tú podías decir: gracias, no me interesa, porque periodísticamente esa historia que te vendían no tenía peso.

¿Y antes no se podía? ¿No podías decir: gracias, no me interesa?

No.

¿Qué tenías que decir?

Mándame una cámara a este ministerio, o a este ministro, o a este subdirector que va a hablar. Había que mandar. Y esto es tristísimo.

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¿Llamaban solo del ministerio o todo hijo de vecino: sindicatos, empresas, obispos…?

Llama todo el mundo y llaman siempre; las empresas, los grupos de interés, las ONG, las personas particulares para vender sus historias…

Como en cualquier medio.

Eso es, es normal, para eso están los medios, especialmente los públicos. No solo me parece normal, me parece perfecto. Los medios públicos tienen que recibir esas peticiones de la gente que paga esa televisión, esa empresa pública, lo importante es que el criterio de quien decide qué se escoge y qué no sea periodístico. Ningún otro. Esto es lo importante. Esta era la gran diferencia. Esto me interesa porque periodísticamente lo valoro, es bueno, positivo, interesante, y esto no porque no tiene peso periodístico. Quizá tenga un gran peso político, pero periodístico no. Acudir a las declaraciones de los políticos solo por el hecho de que las hacen es absurdo, esto no ocurre en los países de nuestro entorno europeo. Estos diálogos, esta cosa de que:

—Ah, es que va a hablar el consejero de no sé qué.
—Muy bien, ¿pero qué va a decir?
—No, es que estamos poniendo en marcha esto que…
—Bueno, pues cuando eso sea un hecho iremos y lo veremos.
—Bueno, pero es que nos interesa crear…
—Pues a nosotros no.

Esto era muy bonito practicarlo, fue una etapa muy bonita y estoy muy contento de haber participado en eso.

Pero se acabó, y hasta hoy. ¿Qué pensaste cuando cambió el Gobierno, llegó el PP y cambiaron la ley?

Lo sentí mucho, muchísimo, no esperaba que hicieran eso. Y las consecuencias de todo lo que ha venido después. Si tú cambias la ley y se abandona el consenso y el presidente de la corporación pasa a ser nombrado directamente, lógicamente recuperas las tentaciones de volver a poner ahí a las personas que te interesan a ti y exclusivamente a ti. Y de ahí para abajo. Entonces es una pena, yo lo lamento mucho, pero como ciudadano también. Me parece que es un retroceso en un camino que se había empezado a andar y que era imperfecto, y que había que seguir caminando, porque creo que la sociedad española merece medios públicos de calidad, empezando por la independencia periodística. De calidad, no de otra cosa. Para otra cosa están los partidos políticos.

¿Por qué crees que el PP, Mariano Rajoy, quiso volver a lo de antes? Os habían dado premios internacionales, la audiencia era altísima…

Bueno, la audiencia era más alta en etapas mucho más manipuladas. La audiencia nunca ha sido una referencia para medir el nivel de intervención interesada en el proceso periodístico. Nunca.

Quiero decir que ni siquiera tenían la excusa de la audiencia, de que como producto no funcionaba. ¿Por qué volver a lo de antes?

Pues no lo entiendo, y lo lamento mucho.

Ahora mismo además ya no es un problema interno, la propia plantilla y la redacción de los informativos está haciendo protestas y poniendo el problema sobre la mesa públicamente.

Pues sí, pero hay un equipo de gobierno que considera que hay otros objetivos que están por encima del malestar y que el fin justifica los medios, y que probablemente comprenden el malestar que se puede producir, probablemente entienden las resistencias de dentro de la empresa… Habría que preguntárselo a ellos, pero probablemente tienen unos objetivos que justifican este tipo de decisiones.

¿Es verdad, como denuncian las protestas, que se está creando una redacción paralela en los informativos de TVE?

Bueno, esto es muy largo y un terreno más pantanoso. Yo, la verdad, no estoy allí y no sé si es necesario contratar más personas, y por tanto no voy a discutir ese nivel de gestión con tanto detalle, pero sí me parece que hay ejemplos anteriores, de prácticas similares —en Telemadrid, en Canal Nou— que no iban encaminados hacia la independencia periodística; entonces es muy comprensible que despierten todo tipo de recelos. Decisiones como contratar personas cuando hay un momento de más tirón informativo en una empresa con tanta gente. ¿Es verdad que hay turnos que nadie quiere cubrir? Es verdad. ¿Es verdad que hay programas que van muy justos? Es verdad. Por tanto no voy a discutir, porque no estoy en la gestión, si era necesario o no, pero entiendo perfectamente los recelos.

Además, hoy con Twitter y las redes sociales, os están dando mucha leña. Por cosas como dar casi cuatro minutos al Día Internacional de la Croqueta con conexión en directo con una taberna. Claro, hay veces que no se entiende muy bien lo que se está haciendo, incluso a quienes nos gustan las croquetas.

Como a mí, por ejemplo (ríe). Es verdad, pero no quisiera… Son criterios de edición y editar telediarios no es fácil, es una empresa difícil y respeto mucho a la gente que lo hace. El problema es que, como tú sabes perfectamente, la credibilidad se gana con un gota a gota diario, muy lentamente, y se pierde muy deprisa. Entonces los medios públicos no se pueden permitir el lujo de perder credibilidad. Si el modelo es la BBC, y esto lo tenemos todos claro, y estoy seguro de que en el Gobierno también lo tiene claro mucha gente, vayamos hacia allá. Sabiendo que nos queda mucho camino, y unos darán un paso, y otros darán otro, pero esa es la dirección, no la otra. La dirección no es construir medios de comunicación públicos vinculados a proyectos políticos. ¡No, no, y no! El que quiera hacer política, que se meta en los partidos, que para eso están, que tienen sus aparatos de comunicación, y algunos de ellos son muy eficaces. Pero por favor, que dejen en paz a los medios públicos. Este sería mi titular.

Este mito de la BBC: ser como la BBC, ojalá fuéramos como la BBC… ¿Es tan difícil ser como la BBC?

Muy difícil.

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¿Por qué?

Es el reflejo de una sociedad. Esto es como los equipos de fútbol, donde en algunos la gente dice: ¡pero cómo podemos tener este presidente y tal! Pues el que habéis escogido vosotros, los socios. No es una persona que viene de Marte, sale de tu masa social. Los medios públicos no vienen de Marte. Son el reflejo de lo que la sociedad quiere que sean sus medios públicos. La sociedad británica decidió hace muchos años que era importante tener un medio de credibilidad y servicio público, y pusieron los medios y el dinero. Con todos los errores, que seguro que han cometido muchos, pero con el tiempo se ha convertido en lo que es. ¿Por qué esto no pasa en España? Porque los Gobiernos en España no sienten la exigencia popular de que la televisión y la radio públicas tengan que ser referentes de calidad e independencia. Entonces, como los Gobiernos no sienten esa presión, hacen lo que quieren. Somos un reflejo de la sociedad, y esto es lo que a mí me produce más tristeza.

No tanto por el reflejo como por la sociedad en sí.

Exactamente.

¿Cómo ves España? Viviendo fuera, vas volviendo de vez en cuando y observas cómo cambia. 

No sé qué decirte. Aparte del momento terrible que vivimos con la crisis, si miramos el mapa, y cuarenta años atrás, hemos mejorado en muchas cosas, maravillosamente. Ahora bien —a lo mejor es porque he vivido en Madrid y esto no ocurre en otras partes del país— mi impresión es que España sigue siendo cainita, seguimos estando polarizados, no escuchamos más que lo que queremos oír, somos muy cautivos de nuestras posiciones ideológicas, no estamos dispuestos a ponernos en el lugar del otro, tenemos poca empatía.

Eso no me lo dices en la calle.

Ja, ja… Pero esto que digo es absurdo, hablar así de cuarenta y cinco millones de personas es ridículo.

No me acuerdo a qué escritor francés, Flaubert o Stendhal, u otro, en fin, le preguntaron qué pensaba de los franceses y dijo: bueno, conozco bien a cuatro o cinco.

Claro, claro, es eso. Pero me parece que vivimos con cierta tensión. Somos demasiado dramáticos. En ese sentido esta experiencia italiana es muy interesante por la desdramatización.

Sí, constante.

Esto es muy interesante. Nosotros somos intensos, que seguramente está bien en algunos aspectos, pero…

Aquí de sentimiento trágico de la vida, poco. Predomina la ligereza, que al principio incluso te fastidia. Pero luego le ves que tiene algo de filosofía vital más profunda de lo que parece. Yo creo que a los españoles, en general, este barniz les viene muy bien. Como a los italianos que van a España un barniz español.

A mí me recuerda mucho a mi familia del sur. Siempre me llama la atención esto cuando voy a verles, la capacidad de desdramatizar.

Sí, no hay que irse a Italia, entre norte y sur es lo mismo.

No sé, a lo mejor no es así, pero yo estoy contaminado por mi profesión, como estoy viendo siempre medios, periódicos… Todos están más o menos posicionados y tienen su lugar en el rifirrafe político, pero a lo mejor estoy distorsionando y España no es así. Pero sí es mi impresión, un país que ha dado un gran salto adelante pero que conserva ese fondo de recelo, de división, de voto cautivo. En Estados Unidos, por ejemplo, la gente vota demócrata y republicano, según, y luego hay un sector pequeño que siempre votarán al mismo ocurra lo que ocurra. Pero hay un sector muy importante de votantes que cambia en función de criterios.

¿Siempre quisiste ser periodista o surgió por casualidad?

Nunca, cero vocacional. Yo empecé Biológicas, porque lo mío era la naturaleza, los bichos y tal, y creí que era la carrera que iba a dar contenido a mi afición, pero enseguida me di cuenta de que era una carrera de bata blanca y laboratorios, más que de bichos. Entonces me metí en el mundo del periodismo, aconsejado por Mercedes, mi hermana, y por mi cuñado, Rafael, que ya lo estaban haciendo, y me pareció que era una profesión suficientemente flexible como para después acercarme de nuevo al mundo de la naturaleza.

He visto un capítulo de Jara y sedal donde sales pescando truchas en Guadalajara.

¡Exactamente!

Eres un gran aficionado a la pesca. Lo más comentado en Roma este último mes ha sido el rodaje de James Bond, y que dicen que han visto a un periodista español pescando en el Tevere.

Ja, ja… ¡Ya he pescado mis dos primeros peces!

¿Se pesca algo en el Tevere, con lo guarro que está?

Sí, sí, hay mucho bicho en el Tevere, mucho más de lo que pensé.

Pero no será muy bueno.

No, yo luego los suelto siempre. Pero hay de todo. El problema en el Tevere es que, más arriba, a la altura del viejo aeropuerto, hay un afluente, el Aniene, que es el que contamina todo, porque viene de los polígonos del extrarradio. Pero de ahí para arriba está mucho más limpio. En el centro de Roma, bajo el puente de Castel Sant’Angelo, por ejemplo, hay muchos peces, es divertido. Más de lo que pensaba. No es el Potomac, pero está bien.

Empezaste haciendo deportes. En el Sport, y luego en la tele.

Sí, cuando empiezas aprovechas todas las puertas que se abren, y se abrieron puertas de deportes, que a mí me encantan, sobre todo los de motor. Soy de los que en unos Juegos Olímpicos o en un Mundial podría desaparecer, tragarme toda la jornada entera.

Tu padre fue campeón de motos.

Sí, campeón de España de 125 en 1948. Mi familia se vinculó al mundo de la moto a través de Montesa, en los años cuarenta, con la familia Permanyer, que eran los dueños de Montesa, y luego mi tío Leopoldo se convirtió en director técnico de la marca, y diseñó la Impala, la Cota…

Leí que una de las primeras motos de trial del mundo la diseñó él.

La Cota, sí, sí. Era un tipo muy visionario, con una cabeza muy especial, antes diseñó la Impala, que todavía hoy es una moto que se ve mucho en Barcelona y es un emblema del motociclismo español.

No cambiaba nunca el diseño de la silla porque, explicaba, que él supiera el culo de la gente siempre había seguido siendo el mismo.

Sí, sí, era un tipo con gran sentido común.

Da la impresión de que tu familia es muy curiosa, creativa, original…

Sí.

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Leí que… Por cierto, ¿cómo es eso de entrar en Wikipedia y ver que cuentan tu vida?

Ya, eso es muy raro, tío. Porque no sabes ni quién lo ha escrito. Un día vi un error y pensé en corregirlo y me salió un aviso diciendo que tenía que ser editor de Wikipedia y no sé qué y ahí lo dejé.

Bueno, pues leí sobre la figura de tu padre, que es muy interesante. Piloto de cazas, conspirador antifranquista…

La historia, resumida, empieza con mi abuelo José María. Un tipo con enorme potencial, un poco como mi hermana Mercedes, muy echado para delante, que fue presidente de la Diputación de Barcelona durante la dictadura de Primo de Rivera, y después estuvieron a punto de matarlo los rojos en la Guerra Civil, huyeron a Francia y todo eso. Estaba en el bando nacional, pero después tuvo cargos muy importantes en el mundo empresarial catalán y, es largo de explicar, acabó enfrentado al franquismo. Mi padre, y toda la familia, se sintieron muy traicionados por aquel personaje que dijo que iba a poner orden en aquella España y luego traer la democracia. Como aquello se perpetuaba se volvieron profundamente antifranquistas. Mis padres eran personas de su tiempo, probablemente conservadoras, y que han hecho un viaje ideológico interesantísimo, del mundo del que venían. En la familia eran muchos hermanos y uno salió abogado, otro arquitecto, diseñadores, que en aquel momento no existían… y efectivamente, tenían un pulsión creativa que se desarrolló muy bien. No solo mi tío Leopoldo, también mi tío Miguel, un diseñador de gran prestigio, y mi padrino Alfonso, arquitecto y diseñador. El otro día vimos una foto donde se veía una moto Impala, aparcada delante de la casa Milá, la de Gaudí, encargada por un primo de mi abuelo, y una persona sentada en un banco de la empresa Santa & Cole, que es la que lleva mi hermano, diseñado por mi tío Miguel. Era una postal muy curiosa y ahí veías que es verdad, en esa parte de los Milá ha habido una pulsión creativa importante, bonita. Yo la tengo poco, creo que he heredado la pasión, la intensidad al hablar, pero no lo demás.

Hacías buenos telediarios, que es algo difícil, y haces bien tu trabajo. Se nota que te gusta.

La verdad es que no valoro mucho mi trabajo, fíjate, que es otra cosa que no sé si vale la pena ni comentarla. No me parece que… No sé.

A mí el periodismo de la tele me parece curioso, acostumbrado al periódico, donde al final tienes algo físico, concreto, delante. Pero la tele está desapareciendo al mismo tiempo que la haces. La puedes grabar, pero no es lo mismo, no se graban telediarios, salvo para los archivos… A propósito, he leído que nadie grabó los primeros informativos de La 2 Noticias.

¡Ostras, sí, durante el primer mes no se grabó ninguno!

¿Por qué?

Porque era un programa más, de los muchos que se hacían y desaparecían.

Pensaba que se grababa todo para los archivos.

Sí, se graba mucho, pero no todo. Y curiosamente el programa luego tuvo mucho recorrido y en los aniversarios vas a buscarlo a los archivos y descubres que nadie los grabó.

El mítico informativo de La 2, en 1994. Recuerdo que un día me dijeron: oye, hay un telediario que lo presenta un tío sin corbata, normal, tienes que verlo. Eso ya era una revolución. ¿Cómo fue aquello?

Fue todo casualidad, no puedo ponerme ninguna medalla. Ramón Colom, que era director de televisión, creyó que yo podría contribuir a un embrión de programa de noticias para jóvenes, y llegué a Madrid, un cambio en mi vida, y allí conocí a un puñado de personas, Fran Llorente, Fernando Navarrete, Matías Montero, que realmente sintonizamos inmediatamente. No nos conocíamos de nada, no compartíamos nada, pero sí este punto de vista de la información en televisión. Se produjo una alquimia, una cosa de esas que ocurren en la vida. Era un producto que nos divertía a todos mucho, que divertía a la gente que lo veía, que informaba… Se nos dejó experimentar, cosa muy difícil y muy cara en televisión. Yo le debo todo a La 2 Noticias.

Al principio propusiste un informativo que fuera solo imágenes y sonido, sin presentador. Debieron de pensar que estabas loco.

Me parecía que no era necesario un presentador, que se podían contar noticias en televisión sin mediar un ser humano. Luego he ido aprendiendo que quizá un poco es necesario, que el espectador empatiza con alguien que se parece a él, que quizá sí es necesaria una persona que te vaya llevando. Pero este formato de presentador, noticia, presentador, noticia…

Hablando de presentadores. Mejor dicho, de presentadoras: ¿por qué siempre tienen que ser guapas?

Ya, fíjate con la tele italiana, y los americanos ni te cuento. Bueno, está la escuela de que puede ayudar al espectador a escoger una cadena y no otra porque te guste la persona que estás viendo. Y como este mundo de las audiencias es hipercompetitivo, cualquier factor que pueda sumar se utiliza, y cualquier factor que pueda restar se evita. Esto es así.

¿Es verdad que en cuanto pasas a la información internacional la audiencia empieza a caer?

Bueno. Depende de los países, pero es verdad que en general la audiencia del nuestro lleva regular las informaciones densas. Cuando el público considera que es densa o alejada de su realidad zapea. Le resulta menos atractiva. Por eso el trabajo quizá más bonito de un periodista, en mi opinión, especialmente de televisión, es hacer atractivo lo que quizá no lo es. ¿Cómo haces atractivo lo que no lo es? Ese es tu trabajo de mediador. Ya no tanto que sepas mucho del tema, que también, pero hoy en día, con tantas fuentes y agencias, yo pongo mucho el acento en si has conseguido que aquello que era aburrido sea entretenido, atractivo.

Sí, porque tiene un atractivo que no es evidente, el interés lo tiene seguro.

Efectivamente, el interés no se discute. Si está en el minutado del telediario es que tiene peso, normalmente, pero muchas veces es denso.

¿Hay realmente esa obsesión por la audiencia que todos nos imaginamos?

Hombre, demasiada. En una tele pública, demasiada. Pero es inevitable, tu servicio público te obliga a ser relevante. La irrelevancia quizá te obligue a reformular tu servicio público. En este sentido, creo que las cadenas públicas no deben competir por la audiencia a cualquier precio. La audiencia debe ser un factor importante, pero no a cualquier precio. Cosa que sí hacen las privadas y me parece legitimo. Yo creo que las empresas públicas de comunicación deben ser capaces de sacrificar audiencia por calidad, por contenidos, por servicio público. Pero la audiencia siempre es un objetivo interesante, porque quieres que tu servicio público ayude. Yo básicamente estoy en el mundo del periodismo porque creo que podemos llevar a entender la realidad a las personas. Cuando no es así me siento muy frustrado y ahora vivo en una etapa en la que hay un enorme ruido mediático, y por tanto tengo la impresión de que ayudamos poco a entender, y me desanimo como periodista. Me pregunto: ¿qué estamos haciendo? Hay cantidad de medios de comunicación, internet ha multiplicado por «n» el ruido, y todavía no hemos aprendido a separar una cosa de otra ni a encontrar modelos de negocio que hagan viables medios de comunicación en este nuevo ecosistema. Pero hay que seguir picando piedra.

¿Qué se siente cuando es 11 de septiembre de 2001 y tienes siete minutos de informativo porque te meten el telediario en el intermedio de un partido de fútbol?

Me acuerdo que aquel día vino mi padre a verme y subimos a Torrespaña, a la torre, la única vez en mi vida que he subido, y allí arriba vimos las imágenes del primer avión, que parecía un accidente. Aquel día, como todos, éramos conscientes de que aquello iba a cambiar muchas cosas. Pero sobre los siete minutos, para nosotros no fue muy frustrante, porque era tarde, las diez o así, y ya se había hablado mucho y solo pretendimos hacer un buen resumen. En realidad fue un día en que tuvimos la oportunidad de profundizar más en lo que estaba pasando, sin tener que trabajar sobre ello.

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En realidad cada vez hay menos tiempo para eso que rodea el trabajo y lo completa que es emplear tiempo en comprender. No sé, documentarte, estar en el sitio, hablar con gente o simplemente perder el tiempo por allí. La prisa nos está matando.

Y al final ¿qué cuentas en cincuenta segundos? Es muy difícil. Yo no aspiro a contarlo todo, solo a llamar la atención del espectador y decir: esto ha pasado, es importante, por esto y esto y mañana usted levántese y cómprese el periódico y escuche la radio y complete la fotografía. Pero aun así a veces es muy frustrante.

La gente se levanta y ya no compra el periódico.

Exacto.

Sí, la situación es muy nebulosa. A lo largo del día hay muchos estímulos, muchos datos que llegan y yo, quizá por pura deformación personal y profesional, agradezco que al día siguiente el periódico, uno del que te fíes, le ponga orden. Porque si no eres tú el que tiene que hacer ese trabajo, que es difícil y fatigoso. Al día siguiente, ya está, alguien lo ha hecho por ti. Alguien que lo escribe con un poco más de calma y te lo cuenta.

Ya. Eso a mí me da mucha envidia, la aparente serenidad que puede tener un periodista de prensa escrita, que seguramente no lo es en muchos casos.

Sí, cada vez menos. Con internet el lenguaje y los ritmos ya son como los del medio audiovisual. Y si es la misma persona la que hace todo, todo el conjunto se altera. Los periódicos entonces salen peor y también por eso la gente no se los compra.

Al final en este ecosistema de medios y de tal ruido, realmente para conseguir la atención de un público suficiente tienes que hacer cosas muy raras. La información ya no es suficiente. No sé.

Cuando acabas esa experiencia de La 2, en 2004, te vas a Washington siguiendo a tu mujer, que fue enviada allí como corresponsal. Desde fuera fue un gesto sorprendente, poco común, de alguien que aceptaba pasar a segundo plano, esconderse.

Ya. ¿Sabes qué pasa? Y me pasó cinco años después, con el telediario. A mí me gusta mucho la televisión, me encuentro muy cómodo, he tenido la suerte de que se me valora y tal, pero el personaje te vampiriza mucho, te confundes con el personaje, y esto no me gusta nada. Cuando hablo del personaje me refiero al personaje Lorenzo Milá y las cosas que conlleva, la popularidad, la presión del público…

No te gusta ser famoso.

Me incomoda un poco. Está lleno de ventajas, de cosas maravillosas, la gente que te para por la calle es encantadora, pero es también muy desbordante, enajenante. Sin querer te ves empujado a no decepcionar, a atender todas las peticiones…

A estar a la altura de las expectativas.

Eso es. A mí me asfixia un poco y tengo que parar. He tenido la suerte de que he podido hacerlo. Ser corresponsal es una buena opción, los cambios y las novedades te alimentan muchísimo. Es difícil, especialmente con una familia, mover tres niños, pero es enriquecedor: cambiar de país, de barrio, de amigos, de lengua…

¿Cómo es para los niños eso de ir cambiando de país?

Mi mujer y yo esperamos que sea una lección de vida interesante. Que tengan la flexibilidad mental de adaptarse. Les está costando un poco el aterrizaje en Roma, pero pasado el tiempo esperamos que tengan esa lección de vida para afrontar los cambios con menor rigidez. Hay muchos días que son difíciles para los niños, pero les veo bien.

Hablando de famosos, esto te lo tengo que preguntar: ¿cómo fue la boda de los príncipes?

Ostras, tío (ríe). Esta pregunta sí que me sorprende.

Eso de decir: mira, aquí estamos la creme de la creme. Pero también por pensar en las casualidades de la vida, que acabas en una boda así.

Fue una experiencia muy especial, verdaderamente, sobre todo porque era Letizia, una persona que habías visto tan cercana. Pensabas: ¡esto es muy raro! Muy, muy extraordinario. Eso hacía que aquello fuera… ¡que una compañera de la tele se convertía en princesa de Asturias!

Por eso la pregunta.

Eso sí fue muy curioso, y lo sigue siendo. Cuando les vemos es muy curioso, sobre todo a ella, que la conocemos más, y sabemos cómo es, lo apasionada que es, la energía que tiene. La ves en su papel de reina, que lo hace tan bien, que es una profesional. Soy muy fan de ellos dos, creo que hacen un papel fantástico. Lo hacían como príncipes de Asturias y ahora como reyes. Creo que son los mejores embajadores de España, que es muy tópico, pero es verdad, y lo hacen muy bien.

Otra pregunta intelectual: ¿en Washington la política es tan salvaje como en House of Cards?

Yo creo que sí. No tienes el presidente asesino, ahí la serie yo creo que distorsiona, lo fuerza, pero la política en Estados Unidos, tal como está diseñada, les obliga al pactismo continuamente, y esto les empuja a establecer toda una red de alianzas, de ficciones, para conseguir sus objetivos. Redes complejas que pueden serlo tanto como refleja House of Cards. Leí una entrevista con un amigo íntimo de Obama y contaba que cuando él estaba pensando lanzar su candidatura le dijo: «Solo te hago una pregunta: ¿Estás dispuesto a matar? Porque esto es lo que hacen los presidentes».

¿Se lo dijo él a Obama?

Sí, cuando Obama dudaba si presentarse. Le decía: vas a tener que ordenar muertes, mandar gente a morir…

¿Qué contestó Obama? Teniendo en cuenta dónde ha llegado.

Tengo que imaginar que dijo que sí.

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Cuando salió la serie imagino que en Washington fue una bomba.

Sí, una bomba, pero como salió por Netflix había mucha gente que al principio no lo veía porque no lo tenía. House of cards me parece apasionante, como West wing, otra maravilla absoluta. Es muy curiosa la tribu de la prensa del departamento de Estado, de la Casa Blanca y del Pentágono, ellos lo viven mucho. En el capítulo del otro día de House of cards hubo un momento de rifirrafe en la rueda de prensa entre una periodista y el presidente, Kevin Spacey. Entonces le retiran la acreditación y ella protesta con el jefe de prensa: es que tú no me la puedes retirar, nos la retiramos nosotros. Y el otro le contesta que ya ha hablado con el jefe del cuerpo de periodistas y está de acuerdo. Pero fíjate qué interesante: el poder político no puede impedir que un periodista entre en la Casa Blanca, son los periodistas los que se organizan entre ellos. Ellos deciden cómo son las cosas. Luego, por supuesto, el presidente de los Estados Unidos podrá influir como pueda, pero… Cuando Obama se pone en una rueda de prensa y saca un papelito y dice qué periodista pregunta, eso que tiene escrito ¡se lo han dado ellos, los periodistas!

¿Los periodistas? ¿Él no decide quién pregunta?

No, ellos deciden: pregunta este, este y este. Porque hoy le toca a este y al otro, o porque este tiene una pregunta muy buena, lo que sea. Luego si la cosa se alarga ya se levantan manos y tal y hay más preguntas, pero las primeras son así. Esa independencia me parece increíble.

Como en España, vamos.

Los medios y el poder político no somos lo mismo ni debemos serlo. Es muy interesante lo bien separado que está en Estados Unidos, lo bien organizado que está y lo indiscutible que es la independencia de cada medio. Y luego cada uno tiene su orientación. Hasta te aconsejan sus candidatos. Si hay elecciones locales en Virginia, el Washington Post te dice: estos son nuestros candidatos, los que creemos interesantes para los valores que defiende este periódico, después usted haga lo que quiera. Hay mucha más transparencia. No es el paraíso, claro que no, las intrigas son infinitas, pero se acerca más que otros a un entorno más sensato y profesional.

¿Washington cómo es?

Es una ciudad maravillosa. Muy segregada, porque el 70 % es de población negra pero en el noroeste, donde vive la parte diplomática y política, ves muy pocos. Pero es muy bonita, muy verde, muy ordenada, muy nueva, comparada con Roma sobre todo, claro, con una naturaleza con una enorme energía, y a mí esto me seduce muchísimo.

Y ahora, tras la Casa Blanca, el Vaticano.

Sí, y nos encontramos con un papa que también quiere ser transformador, como Obama en su momento. Que ya veremos hasta dónde le dejan, como a Obama. Hay muchos paralelismos entre los dos. A mí no me sorprendió nada que se entendieran con el tema cubano, porque estoy seguro que hablan un lenguaje parecido en el sentido de…

Esperanza.

Sí, efectivamente, de mejorar, de una forma sensata. Conozco más a Obama, pero creo que los dos son personas muy sensatas, con los pies muy en el suelo.

Que no es tan normal como pueda parecer.

Ya, ja, ja… Es bonito ver a un papa que quiere recuperar los valores de Jesús, e irle desprendiendo las capas de los barnices y pinturas que los hombres, sobre todo los hombres, hemos ido añadiendo en torno a ese mensaje tan bonito y tan difícil de cumplir.

Si nos fijamos en cómo ha acabado Obama… Al final ha tenido una vida muy dura.

Sí, pero era totalmente previsible. Ha terminado peor para quien no lo ha seguido. Parece que al final ha tenido una presidencia bloqueada y eso, y es verdad. Los republicanos desde el primer día le declararon la guerra y han bloqueado toda su agenda. Pero él sabía que esto iba a pasar y ha hecho lo que ha podido. Que no es suficiente, por supuesto que no, pero si algo como la reforma sanitaria continúa avanzando, que tiene que mejorar mucho, es un cambio histórico para el país. Hay otra cosa que creo que se valora poco que es este esfuerzo de Obama por no ser el policía del mundo, por dar un paso atrás y dejar entrar a otros en la gestión de los conflictos internacionales. Decir: a ver si nos mojamos todos y a ver si nos interesa a todos que se resuelva esto. Esto, que a veces se malentiende, porque parece que son signos de debilidad, que a veces genera multilateralidad, que es más confusa, a mí me parece interesante.

¿Cómo son, de cerca estos personajes del Tea Party?

Pues mira, es un poco como, no sé, cómo decirte, no sé si el Movimiento Cinco Estrellas de Beppe Grillo, pero… Es un movimiento muy heterodoxo. Que ha sido secuestrado de alguna forma por la ultraderecha americana, pero que está compuesto por personas decepcionadas, y no necesariamente vinculadas a una opción política. Hay muchas personas simplemente decepcionadas con la forma en que ha evolucionado la república, pero se ha distorsionado porque al final manda una opción muy conservadora, y se ha ido yendo quien no se sentía vinculado a ella. Pero básicamente es una opción de protesta contra el sistema. Decían: esto no va.

¿Tenían algo de razón?

Yo creo que sí. Por ejemplo, en que la burocracia pública se ha desarrollado hasta el infinito, que las miles de reglas de gestión han complicado la vida a muchas personas, en un país tan acostumbrado al individualismo. Eso de decir: yo decido a quién le doy el dinero, los impuestos para la defensa y poco más. Hay que entender un poco eso. Creo que tenían razón en parte en el sentido de que tal vez Estados Unidos se ha adormecido un poco tras la caída de la URSS. El liderazgo incuestionado ha adormecido un poco el país, la administración, que a lo mejor es demasiado grande e ineficaz. Es verdad que no se invierte en infraestructura pública, que las autopistas y los aeropuertos están viejos, no hay tren de alta velocidad… Una parte de ese descontento está en el Tea Party.

Parecía una mañana tranquila, pero poco después de acabar la entrevista le llaman de Madrid: tiene que irse pitando a Túnez, por el ataque al Parlamento y el museo del Bardo. Entró en directo en el Telediario de las 21.00 horas desde Túnez. Estaba en el lugar del atentado y explicó lo que estaba pasando.

Lorenzo Milá para Jot Down 6

Fotografía: Antonello Nusca

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42 Comentarios

  1. Pingback: Lorenzo Milá: «Aún estamos con estas inercias troglodíticas de que controlando los medios públicos se ganan elecciones»

  2. Una entrevista maravillosa.

  3. Fantástica entrevista. Me ha encantado leerla.
    Un saludo.

  4. Qué párrafo de cierre tan fantástico. Enhorabuena por la entrevista.

  5. Roberto Letamendía

    Qué gusto leer a Íñigo Domínguez en un registro menos habitual que el de sus crónicas. Desde que hace años habló de él Enric González le sigo en El Correo y en su blog, referencia para cualquiera que aspire a entender algo del ser italiano. No me extraña que Miguel Mora le haya reclutado para Ctxt y Enric (supongo) para Jotdown. Hasta Lorenzo y Sagrario le citan como ejemplo cuando se habla de corresponsales españoles en Roma. Sobre Lorenzo Milá está bien que se moje algo sobre la situación de RTVE, que cada día apena más a los que aspiramos a una corporación de medios públicos independientes (en la medida de lo posible).
    Un «apello» a los autores: me gustaría saber cuál es es café – claustro tan chulo de las fotos.

  6. Íñigo Domínguez

    Hola Roberto, gracias por tus palabras. El lugar es el Chiostro de Bramante, al lado de Piazza Navona. Han abierto un café en el piso superior del claustro y se puede entrar por un acceso lateral sin tener que pasar por el museo. Es verdad, es muy bonito. Tenía que haberlo dicho.

  7. no entiendo dos palabras.
    Lo llamaban de gobierno para que dijese lo que ellos querían… y lo decía! y lo cuenta!.. y siguen igual!

    parece ser que en tiempos de franco todos eran antifranquistas, hasta fraga se vendía de no seguir el franquismo. Pero resulta que todos añoran aquellos tiempos y además no aceptan los cambios democráticos.

    Es una pena de país anclado en el nodo, que ojo: eso no polarizó la sociedad! (tócate los cojones)
    y no ganan las elecciones por manipular la tv: entonces porque siguen haciendo lo que dicen los políticos si total, no van a ganar por esas manipulaciones?

  8. Magníficos los dos y muy valiente Lorenzo. Gracias por el regalo.

  9. Un final de entrevista magnífico.

  10. Genial entrevista, me ha entusiasmado.

  11. SrFloppy5

    Claro, con ZP la gente ya sabía lo que tenía que hacer, y encima tenían manga ancha para gastar y gastar. La TV italiana es lastimosa, aunque la palma se la lleva la tan famosas BBC. QUien alaba la BBC es evidente qeu no ha vivido en Inglaterra y no la ha visto, pues vive de «reality shows» bazofiosos

    • Carlos A.

      Vivo desde hace 16 años en Irlanda, donde se ven todos los canales de la BBC, además de las cadenas irlandesas: ahora mismo no hay ni un solo programa ‘reality’ en la BBC; muy al contrario, aunque solo fuera por las magníficas series de la BBC, por sus documentales sobre temas de actualidad y sus excelentes programas musicales, ya merece la pena ver esta cadena. Y pagar por ello.

    • Yo pagaría por tener la BBC mucho antes que por tener TVE. La televisión pública española da para un suspiro muy profundo. Hoy en día roza lo grotesco. Salvo algún programa de Canal 24 horas y La 2, es totalmente prescindible.

  12. Qué gustazo!

  13. Midnighter

    Siempre se omite que la BBC está sufragada in person por cada uno de los británicos. Si te compras una tele, un ordenador con tarjeta de TV o dispositivo similar, tienes que pagar una cantidad por ver la BBC. Y no puedes eximirte, salvo que no quieras ningún aparato audiovisual en tu casa. Así pasa, que los verdaderos dueños de la BBC son los ciudadanos, no los políticos. Y las entrevistas a los políticos en la BBC son verdadero periodismo, no las comidas de nabo que tenemos en España.

    ¿Estaríamos aquí dispuestos a pagar por ver la TV pública, con los antecedentes que tiene, por mucho quer nos aseguraran que iba a parecerse a la BBC?

    • Ya la estás pagando, solo cambia la manera de sufragar los gastos. O tú tampoco pagas impuestos?

    • Unwritten

      A ver si nos enteramos, la televisión pública en España también la pagamos los ciudadanos. Solo que nosotros lo pagamos con los presupuestos del estado que vienen de los impuestos y ellos directamente tienen un impuesto especifico para pagar la tele pública.
      Ahora me dirás que diferencia hay en el fondo, las dos son pagadas por los ciudadanos.

      • Cambia que en Gran Bretaña los ciudadanos son conscientes de que pagan mientras que en España no lo somos del todo y, si se lo dices, al español medio le importa tres puñetas ya que le parece algo lejano. Eso, unido a que allí a los candidatos a lo que sea se les tiene que ver el pelo en su circunscripción implica que si tal o cual programa te parece una mierda se lo puedes comentar y, así, hacer presión.
        Yo lo veo así, primero tenemos que ser conscientes de que tanto la tele pública como el político son cosas que pagamos todos y, justo después de que san pablo se caiga del caballo (que nos va a costar, que para eso semos los más mejores), articular mecanismos para dar la brasa sobre todo eso que pagamos y que no nos gusta a ver si así se cambia. Y después de todo ésto es cuando me despierto y veo que sigo aquí.

  14. Conchín Fernández

    Súper interesante la entrevista. Qué gusto escuchar a dos personas inteligentes y cultas. Gracias.

  15. Muy buena

  16. Muy buen artículo! Bueno, suerte si consigues poner en pie el método bbc en España, nadie pagaría.

  17. Ana Alonso

    Vaya hallazgo!!! hoy me encuentro con esta magnífica entrevista a mi periodista favorito, realizada por un buen compañero de facultad al que también sigo desde hace años… Un lujo vamos. Enhorabuena a los dos :)

  18. FernandoCortes

    Hay cierta idealización en la BBC, está a años luz de TVE, pero también es una cadena cara, sobredimensionada y tiene sus muertos detras de las cortinas como casos como lo de Saville.

    Las series son mejores, obvio, pero es que tienen mejores directores, mejores guionistas, una tradición escénica que no tenemos, y sobre todo unos actores cojonudisimos.

    TVE debería buscar su propio camino. Aspirar a la misma independencia informativa por supuesto, y tener la vocación de ser una televisión de referencia en el mundo castellano.

    Pero como dice Milá, la población está acostumbrada y hasta cierto punto espera que quien manda mangonee. Asi que lo que nos sorprende que no lo hagan.

    • Suscribo túcomentario.

    • Niego la mayor sobre las series, en España TVE hizo buenas series en su momento, pero misteriosamente dejaron de hacerlas y empezaron a subcontratar productos de otras productoras externas (probablemente porque Cañas y barro, Fortunata y Jacinta, Ramón y Cajal, Turno de oficio, El mundo de Juan Lobo o Brigada Central no pueden competir con hobras de harte como Las chicas de hoy en día, Pepa y Pepe, Ana y los siete o La vida de Rita -os las he puesto de forma cronológica empezando por la transición-). Tradición escénica tenemos todos y en cuanto a los guionistas, que siempre he dicho que eran el punto débil de la producción audiovisual española, sólo hay que ver lo que ha pasado en el cine cuando se han bajado las subvenciones y ha habido que aguzar el ingenio, si tienes alguien que quiere que las cosas salgan y el que pone la pasta lo supervisa las cosas salen.
      Respecto a los actores…bueno, sí, son mejores los británicos. Quizá con un poco de paciencia y una fusta consiguiéramos que los nuestros hablasen como seres humanos pero siempre hay gente buena, el caso es seleccionar. No lo veo tan imposible.

  19. Es admirable leer a Lorenzo Milá en esta buena entrevista. Su capacidad para radiografiar nuestra sociedad y exhibir su conocimiento de las ciudades en las que ha estado es francamente reveladora. Sus informativos en La 2 eran una delicia y son probablemente el mejor exponente de esa época que tanto echamos en falta.

  20. Es curioso ver la enorme cantidad de antifranquistas que habia en la epoca de franco…incluso los empresarios de la epoca eran antifranquistas
    y mirales..ni se les cae la cara de verguenza al afirmarlo con tal rotundidad

  21. ¿Qué me estás contando? Por supuesto que controlar los medios permite controlar las mentes.

    Ejemplillo de cada día del periódico local de mi ciudad:
    – Viene una parlamentaria europea a dar una charla del tratado de libre comercio con EEUU. Ni siquiera salió en el periódico.
    – Viene Sabater a dar un mitin de ciudadanos. La noticia sale desde semana antes y luego ponen una foto del mitin como «fotos de la semana».

    Así cada día en toda España…. por supuesto, cuando el parlamenterio europeo es de IU.

  22. Así era con los medios tradicionales, dado que todo era muy limitado y poca la educación y capacidad de comprensión de las cosas. Pero hoy día, la tecnología ha roto todos los esquemas y les resulta imposible aquel dominio por medio de las amaneazas o el miedo sa las poblaciones, con los cuales las atenazaban y dejaban inermes por completo. Pero, de hcho, ya ha pasado o está a punto de ser liquidado afortunadamente. Saludos.

  23. Buena entrevista. Conforme hay periodistas a los que no puedes ver ni en pintura y sabes que van de farol desde que se levantan, Lorenzo Milá siempre me ha parecido un buen profesional. La 2 Noticias, sin duda, una joyita: ojalá todos los informativos se hicieran así. Y muy cierto eso de que tenemos los medios, y los políticos, que nos merecemos: no dejan de ser un reflejo y un destilado de nosotros mismos. Si luego no nos gusta lo que vemos reflejado en el espejo, allá cada cual con su esquizofrenia. Por último, en cuanto al retroceso que ha supuesta la nueva ley que regula TVE, no sé si lo anterior en tiempos de ZP era tan bueno como dice Milá: si él lo dice, será verdad. Pero no es menos cierto que con la actual normativa, favorable, se entiende, al PP, se ha impedido que profesionales que no gustaban a los sindicatos, caso de Juan Ramón Rallo, hayan sido vetados. Se ve que la «pluralidad», eso que tan bien suena, tiene sus límites y no sólo para el gobierno. Al final, como bien señala Milá, lo de la supuesta querencia de todos por el modelo de la BBC queda muy bien de cara a la galería pero, a la hora de la verdad, lo que todo el mundo, partidos y sindicatos, quiere es un medio domesticado o amoldado a sus intereses, no a los del espectador y menos aún a los del contribuyente: no hay nada como disparar con pólvora del rey… Igual dentro de un siglo, cuando por fin hayamos madurado como sociedad, lo alcanzamos…

  24. Corrección a lo que acabo de escribir: «se ha impedido que profesionales que no gustaban a los sindicatos, caso de Juan Ramón Rallo, hayan sido vetados». Es obvio que esta frase es un disparate. Quería decir: «se ha impedido que profesionales que nos gustaban a los sindicatos, caso de Juan Ramón Rallo, aparecieran en determinados programas». O, si se quiere, «se ha vetado la aparición en determinados programas de profesionales que no gustaban a los sindicatos».

  25. Nicolás Dorronsoro

    «¿Por qué volver a lo de antes?
    Pues no lo entiendo, y lo lamento mucho».

    Porque Rajoy es un señor de derechas de toda la vida. Ideológicamente el más reaccionario que hemos tenido. Y no hay más.

  26. francisco sanchez

    No quiere que le pregunten por la hermana, pero la menciona el mismo. Le ‘aconsejaron’ ser periodista, o le enchufaron…. Sera muy bueno, que a mi solo me ha parecido un buen profesional con una imagen muy bien estudiada, pero sin ese empujoncito no seria nadie en el país al que tanto critica.

  27. Andrés Castaño

    Bravo!!

  28. Un magnífico artículo que habla y explica cosas, que en Argentina con una televisión pública degradada, asombran. Sin embargo, esa tv pública tiene bajísimos índices de audiencia y se transforma en un gasto inútil. Felicitaciones.

  29. Con respecto al pingback del final del artículo, el propio Perón sostuvo que cuando tuvo todos los medios en contra ganó el poder y cuando tuvo todos los medios a favor, lo derrocaron. Paradojas de la manipulación gubernamental de los medios públicos.

  30. Pingback: Noticias de una violación en primera página | elcriticoabulico

  31. Pingback: Mara Torres: “Si no existiera La 2, habría que inventarla” ‹ informaUVa

  32. Anna Rita

    Lorenzo Mila es un periodista maravilloso!

  33. Pingback: Última llamada de auxilio - Discipuli.es

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