Supongo que los seguidores de la exitosa saga literaria de George R.R. Martin estarán encantados con la adaptación de su obra a la pequeña pantalla, pero esta crítica va dirigida a quienes, como yo, no han leído ninguno de sus libros y sólo quieren saber «qué tal está la serie», sin que la adoración ciega del fan suponga una duda razonable sobre la imparcialidad de la crítica.
Pues bien: la serie —o lo que llevamos de ella— no está nada mal, francamente. Imaginemos un mundo fantástico similar al de El señor de los anillos pero con argumentos bastante más adultos y sus buenas dosis de violencia explícita, sexo, intrigas políticas, incesto, traición y personajes de lo más retorcido. Incluso el actor protagonista, Sean Bean (que interpretaba a Boromir en la famosa trilogía) hace aquí una interpretación más profunda y matizada: su personaje de Ned Stark es bastante más fascinante y carismático que aquel Boromir. Como en casi cualquier serie de la cadena HBO, el reparto es el punto fuerte: desde Emilia Clarke —una sex symbol internacional en ciernes que además demuestra tener un considerable talento— a Peter Dinklage, quien está francamente soberbio como el astuto y sinuoso Tyrion Lannister.
Incluso quienes no sean especialmente aficionados a los libros de fantasía repletos de espadas y dragones encontrarán alicientes en Juego de tronos. El entorno fantástico de la historia es lo de menos: las actuaciones, los diálogos y la estructura misma de los episodios son más que satisfactorios para cualquier espectador exigente. Si bien el episodio piloto es algo más lento —algo inevitable, dada la necesidad de presentar a los personajes a aquellos que no hemos leído los libros; además lento no significa aburrido— desde el siguiente capítulo el ritmo se acelera y el suspense se incrementa considerablemente. Los guiones no son nada pueriles y el tono de la historia recuerda más a los concursos de puñaladas palaciegas de Yo, Claudio que a las aventuras de El señor de los anillos. Además, la producción es impecable: decorados, vestuario, atrezzo. Juego de tronos es otro logro (uno más) de HBO y no es necesario ni haber leído las novelas originales, ni haber jugado a juegos de rol para poder disfrutar con ella. Muy recomendable.