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Habíamos dejado a los Red Hot Chili Peppers en un momento delicado de su turbulenta historia. La formación original, reunida por primera vez desde sus oscuros inicios, había grabado un único álbum para quedar inmediatamente destrozada a causa de la sobredosis mortal del guitarrista Hillel Slovak y la consiguiente marcha de un Jack Irons. Los dos componentes originales que quedaban, Flea y Anthony Kiedis, afrontaron el golpe reclutando a nuevos miembros —John Frusciante y Chad Smith— para grabar un álbum, Mother’s Milk, que fue inesperadamente exitoso aunque despertaba ciertas dudas sobre si el grupo iba a perder su esencia funk-rock endureciendo demasiado su sonido. Poco después, despejaban algunas de esas dudas incluyendo en la banda sonora de la película Pretty Woman un tema que parecía un paso en la buena dirección. Retomamos la historia justo en ese punto, cuando entraron de nuevo a grabar con la nueva formación, la única que hasta entonces había conseguido permanecer unida durante dos discos consecutivos.
Blood Sugar Sex Magik (1991)
Gracias a la repercusión de Mother’s Milk, los Peppers firmaron un contrato con Warner y consiguieron, por fin, que el productor Rick Rubin accediese a trabajar con ellos. La simbiosis demostró ser determinante y juntos grabarían su obra maestra absoluta. Rick Rubin creó un entorno de trabajo más propio de los locos años setenta, llevando a los Peppers a la antigua mansión californiana de Harry Houdini para hacerlos desplegar su creatividad en un entorno mágico. Literalmente mágico, según ellos: John Frusciante aseguraba que se comunicaba con espíritus que habitaban la casa, eran amistosos y que le ayudaban a inspirarse (¿?) mientras Chad Smith, asustado, se negaba a quedarse a dormir en el edificio. Sea como fuere, el ambiente mágico se reflejó en el sonido del álbum, que no se parece a nada que hubiesen hecho antes o que fuesen a hacer después.
Todos en la banda dieron un paso de gigantes, pero especialmente la sección de cuerda: Flea ya era conocido como un bajista virtuoso, pero aquí se decide a marcar la pauta y sus líneas de bajo definen por sí solas la mayor parte de las canciones, incluso más que las propias voces. Adopta un estilo menos feroz, más basado en el groove que en la energía. Por así decir, más próximo al estilo de Bootsy Collins que al de Larry Graham. Por otro lado, Frusciante demostró haber madurado increíblemente como guitarrista en apenas unos meses, tras haber estudiado a fondo la manera de tocar de Hillel Slovak, combinándola con la de su otra gran influencia, Jimi Hendrix. Terminó desarrollando un estilo absolutamente personal en uno de los más veloces casos de evolución que recuerda el mundo del rock.
En el disco predomina el funk a medio tiempo; al contrario que en Mother’s Milk hay pocos arrebatos de velocidad y las guitarras duras aparecen poco, solamente cuando el momento lo requiere. Se da más importancia a la sutileza y a la búsqueda constante de un entrelazado natural entre bajo y guitarra. Incluso graban algunas baladas —algo que antes parecía impensable— y añaden una aureola psicodélica en muchos momentos clave. El resultado de todo esto es un álbum doble que dejó atónito a todo el mundillo musical, hasta el punto de que muchas voces lo calificaron como «clásico» desde el mismo instante en que se puso a la venta. El tiempo les ha dado la razón. Blood Sugar Sex Magik es no solamente el mejor álbum en la carrera de los Red Hot Chili Peppers, sino uno de los mejores discos de los noventa. A día de hoy sigue sonando maravillosamente absorbente. Cada cual tendrá sus temas favoritos, pero prácticamente no hay una canción que suponga un bajón de calidad. Todo el álbum es como un hipnótico viaje desde el primer corte hasta el último. La crítica se rindió completamente a sus pies —incluyendo a muchos que antes los ignoraban o despreciaban— y los Peppers, que hasta entonces eran vistos como los gamberretes de la industria, se ganaron repentinamente el estatus de «banda seria». Comercialmente hablando, Blood Sugar Sex Magik fue un descomunal éxito que nadie había podido prever: vendieron unos veinte millones de ejemplares y se convirtieron de la noche a la mañana en una de las bandas de rock más importantes del planeta. Durante un tiempo fueron el grupo al que muchos otros querían imitar junto a Nirvana: este disco y el Nevermind se publicaron con apenas tres semanas de diferencia, haciendo del final de 1991 un periodo particularmente revolucionario en la industria musical. Pondremos aquí las canciones que se publicitaron como singles, pero la verdad es que podría elegirse prácticamente al azar cualquier puñado de temas del disco y serían igual de buenas. ¿Puntuación? No cabe otra: diez sobre diez.
Give it away: Astutamente elegida como primer single, es una canción relativamente sencilla pero también es increíblemente pegadiza. Comprobamos que John Frusciante ha moderado sus arrebatos de distorsión y se ha convertido en un arreglista funky que ya no tiene nada que envidiar, e incluso en muchos momentos sobrepasa los logros del inolvidable Hillel Slovak. La canción tiene sus momentos de psicodelia —los solos de guitarra están grabados al revés— pero se caracteriza por ser el tema más abiertamente bailable de un disco donde por lo general, se cuidan más las atmósferas que el gancho comercial. Su videoclip fue emitido en todas partes, a todas horas. «Give it away» puso a los Peppers en el mapamundi, siendo descubiertos por mucha gente que había ignorado su existencia. Pero esto solamente era el comienzo.
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Under the bridge: El segundo single fue una balada en la que Anthony Kiedis describe los peores momentos de su adicción a la heroína. Su éxito dejó pequeño al de «Give it away». Los ejecutivos de Warner decidieron promocionarla tras acudir a un concierto de la gira donde Kiedis no entró a cantar cuando tocaba… pero vieron alucinados cómo la totalidad del público empezó a corearla al unísono. Intuyeron que allí tenían un éxito y dieron en la diana, porque la canción reventó las radios de medio mundo, llevando la música de los Peppers hasta los oyentes más dispares imaginables. Ellos mismos comentaban con sorna que se les acercaban fans que pensaban que «»Under the Bridge» era el título de todo el álbum». La música de esta canción fue compuesta por Frusciante y hoy sabemos, porque el propio guitarrista lo ha admitido jocosamente en público, que «Under the bridge» es básicamente un plagio de dos canciones de los setenta. La introducción de guitarra fue directamente robada de «Andy Warhol» de David Bowie y la estructura de acordes de la estrofa la copió de la fantástica «Rip Off» de T. Rex (Frusciante diría después: «me pareció interesante haber plagiado una canción que se titula precisamente “Plagio”»). Las voces femeninas del crescendo final, por cierto, están interpretadas por el coro femenino donde cantaba su madre con sus amigas.
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Suck my kiss: El tercer single era una de las canciones más rockeras del disco, donde se nota mucho la omnipresente influencia que Jimi Hendrix tenía sobre Frusciante (especialmente en el estribillo, que recuerda muchísimo a «Crosstown Traffic») y también la influencia de los Parliament más rockeros, en donde tocaba otro de sus ídolos, Eddie Hazel, (véase por ejemplo la parte final de «Funky Woman»). Si el sonido de «Suck my kiss» no era particularmente novedoso, sí se convertiría en una de las banderas para toda una nueva corriente de rock de fusión —que en la época algunos calificaron con la horrenda y equívoca etiqueta de «funk metal»— y el mundo se llenó de grupos que de repente querían sonar como los Peppers, aunque no siempre lo conseguían.
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Breaking the girl: El cuarto single, al menos en mi opinión, está muy cerca de ser la mejor balada de su carrera. Unas guitarras acústicas y arreglos de teclados que parecen salidos de algún tema perdido de Led Zeppelin (y que al menos en cuanto a sonoridad se parecen bastante a alguno de ellos), «Breaking the girl» tiene una melodía fantástica, así como un extrañamente apropiado intermedio de percusión que grabaron golpeando toda clase de tubos y objetos que habían encontrado en un solar, quizá inspirados por lo que sus colegas de Jane’s Addiction hacían con cubos de plástico en algunos conciertos. Fantástica.
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If you have to ask: El quinto single sí era una muestra bastante representativa del sonido que predominaba en el álbum. Tenemos un medio tiempo funky donde el bajo de Flea manda por completo, definiendo la estructura básica (¡las líneas de bajo del estribillo!) mientras la guitarra se centra en ejercer funciones rítmicas, como es característico en el funk. Irresistible.
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Sir Psycho Sexy: Aunque no fue editada como single debido a su longitud, me permito añadirla porque, si tuviese que elegir un único tema para ejemplificar cuál era el espíritu de este fascinante disco, «Sir Psycho Sexy» sería sin duda el indicado. Una ácida base funky y una instrumentación acorde con lo que vemos en otros temas del álbum: bajo a lo Bootsy Collins, coros que parecen salidos de algún viejo disco de Parliament, guitarras a medio camino entre Hillel Slovak, Jimi Hendrix y Eddie Hazel. El grupo nos embarca en un viaje psicodélico de más de ocho minutos, llevándonos a través de diferentes parajes musicales repletos de momentos hipnóticos y culminando en una bellísima parte final que les recomiendo a ustedes escuchar alguna noche junto al mar o algo parecido. Tremenda, para mí uno de los mejores temas de su carrera y la clase de música que los Peppers deberían haber seguido haciendo siempre.
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Blood Sugar Sex Magik convirtió a los Peppers en gigantes; de repente estaban en todas partes. Sin embargo el éxito y los elogios no llegaron solos y durante la gira mundial retornó la particular maldición de los Peppers: los problemas con sus guitarristas. John Frusciante se había convertido en el guitarrista de moda y muchos lo etiquetaban abiertamente como un genio, pero él empezó a sentirse incómodo con el éxito y a dar muestras de seria inestabilidad. Sus enfrentamientos con Kiedis enrarecieron el ambiente de la banda justo en el punto más álgido de su carrera, pero además se comportaba de manera extraña incluso sobre el escenario, donde llegaba a boicotear los conciertos («si tocábamos una canción suave, él tocaba muy fuerte, y si tocábamos una canción fuerte, él empezaba a tocar con suavidad»). Finalmente, apenas unas horas antes de celebrar un importante concierto en Japón, dejó a sus compañeros colgados sin previo aviso. Había decidido abandonar la gira y el grupo. No hubo vuelta atrás. Por entonces ya parecía evidente que se estaba sumiendo en una espiral descendente al estilo Syd Barrett.
El abandono de Frusciante inició un auténtico vía crucis: con la gira mundial todavía en marcha se vieron obligados a embarcarse en la búsqueda de un nuevo guitarrista. Cosa nada fácil, porque se requería uno capaz de combinar la fuerza rockera con el groove del funk, y existen pocos guitarras cortados por ese patrón. Intentaron recurrir a uno de los pocos nombres de su generación con un prestigio similar al de Frusciante: Dave Navarro. También oriundo de Los Ángeles, su banda Jane’s Addiction se acababa de separar y además eran amigos. Pero Navarro, metido en problemas de drogas, declinó la oferta sabiendo que entrar en los Peppers era lo último que necesitaba para rehabilitarse. Tras la negativa de Navarro, consiguieron terminar la gira con otro paisano angelino menos conocido, Arik Marshall. Actuó con ellos en Woodstock y otros grandes eventos, además de aparecer en clips como el de «Breaking the girl» (canción en donde no había tocado una sola nota). Pero problemas personales hicieron que Arik Marshall tampoco encajase y al terminar la gira fue despedido. Desesperados, organizaron audiciones abiertas para ver si encontraban algún diamante oculto entre una retahíla de guitarristas desconocidos, pero no apareció ningún aspirante digno del puesto («las audiciones fueron desastrosas»). Llamaron a otro amigo de Los Ángeles, Jesse Tobias, pero tampoco este se adaptó y su paso por la banda fue muy breve. Por enésima vez en su carrera, los Peppers parecen encallados y sin salida. ¿Con quién demonios iban a sustituir a alguien como John Frusciante?
Sin embargo, cuando no parecía haber una salida, llegó una buena noticia: Dave Navarro se desdijo de su negativa anterior y aceptó integrarse en la banda. Cualquier seguidor del rock de la época tenía claro que Navarro era uno de los pocos hombres capaces de llenar ese hueco.
One Hot Minute (1995)
Con Dave Navarro a las seis cuerdas y Rick Rubin otra vez en la producción, graban un disco que hoy muchos consideran de transición, más o menos como el Mother’s Milk. Si todo el mundo tiene claro que Blood Sugar Sex Magik es la cumbre de su carrera, One Hot Minute despierta opiniones más diversas. Yo creo que fue y sigue siendo un álbum incomprendido por muchos. Es evidente que ni de lejos llega a las alturas del disco anterior (¡eso era imposible!) y también es evidente que sufrió la comparación. Si Frusciante y Smith habían necesitado un álbum previo para encajar todas las piezas en Blood Sugar Sex Magik, a Navarro le iba a suceder lo mismo. Aun así, One Hot Minute está repleto de energía y buenas ideas. Nadie en su sano juicio podría negar que Navarro es un gran guitarrista, pero el problema para mucha gente, creo yo, fue el cambio tan drástico en el sonido. O el deseo de que los Peppers grabasen una prolongación de Blood Sugar Sex Magik, cosa que jamás iba a suceder. Muchos nuevos fans de los Peppers tenían un bagaje menos rockero que la propia banda y los sonidos explosivos y experimentales introducidos por Navarro les sonaban extraños, aunque cualquiera que hubiese escuchado a Jane’s Addiction imaginaba la clase de influencia que Navarro iba a tener en el grupo. El disco fue muy exitoso, pero vendió la mitad de Blood Sugar Sex Magik y obtuvo críticas más divididas. A día de hoy me sigue sorprendiendo que mucha gente menosprecie este álbum, como si hubiera sido una especie de tropiezo. Es verdad que Dave Navarro encajaba menos que Frusciante en directo, sobre todo cuando tocaba temas de etapas anteriores de la banda, pero lo que aportó en estudio fue muy digno de consideración, aunque no conectase con muchos nuevos seguidores que esperaban otra «Give it away» u otra «Under the brigde». Un álbum irregular si se quiere, pero con muchos momentos muy buenos e intensos.
Warped: El primer single era un arrebato rockero psicodélico donde se nota mucho la influencia de Navarro. De por sí bastó para despistar a muchos. Ciertamente no hay nada de funk ni de rap aquí y algunos tuvieron la sensación de que los Peppers estaban imitando demasiado a Jane’s Addiction. En su momento el propio grupo se cansó de avisar de que iban a seguir un nuevo camino, pero no todo el mundo lo entendió. Sea como fuere, la banda suena repleta de energía, aun admitiendo que suenan más a Jane’s Addiction que otra cosa (sobre todo las guitarras, claro, y ese final melódico). El punto más flojo del tema es, como de costumbre por entonces, la voz de Kiedis.
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My Friends: El segundo single fue una balada, quizá para intentar compensar el impacto negativo que la psicodélica «Warped» había tenido en muchos oyentes de bagaje poco rockero. «My friends» es buena canción, una vez más con evidentes toques zeppelinianos, un sonido muy de rock clásico. Cuando bajaban el pistón los Peppers todavía podían atraer a todo tipo de oyentes, desde los seguidores más antiguos hasta quienes los descubriesen casualmente en las radiofórmulas. De hecho este fue el single más exitoso de todo el álbum (y probablemente, tras «Under the bridge», una pista para el grupo de que las baladas eran lo que más discos les permitían vender).
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Aeroplane: Una canción de base melódica aunque repleta de arreglos funky, muy pegadiza. Y una de las pocas del disco que, con todos los matices que queramos, seguía un estilo remotamente similar a Blood Sugar Sex Magik. Después de todos estos años me sigue pareciendo un buen single y aunque me consta que hay gente que lo detesta, a mí todavía me gusta escucharlo. Los más avezados reconocerán que la línea de bajo está directamente robada de «Earthquake», un tema grabado en 1977 por Larry Graham, el inventor de la técnica del slapping y una de las máximas influencias de Flea (a partir de los veinte segundos escucharán el característico riff). Los coros infantiles, por cierto, fueron grabados por la hija de Flea y sus compañeras de clase, con el detalle entrañable de que ellas mismas aparecen en el videoclip disfrazadas de avioncitos.
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Shallow be the game: El tercer single recordaba a los cortes más rockeros de Blood Sugar Sex Magik pero curiosamente no tuvo ninguna repercusión. Es verdad que carece de la inspiración del anterior disco y ni siquiera es uno de los mejores momentos de One Hot Minute, pero con todo es una canción respetable que mucha gente prefirió ignorar. La verdad es que quizá fue una elección poco astuta como single, como sucedió con el siguiente, «Coffee Shop», y más teniendo en cuenta que los Peppers habían congregado a muchos nuevos seguidores más atraídos por sus baladas que por sus canciones más duras.
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Walkabout: La incluyo aquí aunque, por motivos que nunca alcanzaré a entender, no fue lanzada como single (¿«Shallow be the game» y «Coffee Shop» eran más indicadas para llegar al público?). Creo que esto sí es de lo mejor y además de lo más asequible de One Hot Minute. Es una canción puramente funk, desde esa maravillosa intro que no hubiese desentonado en algún disco de Parliament, hasta los fraseos instrumentales que aparecen aquí y allá. Tranquila, inspirada, brillantemente construida y muy groovy. También es una demostración de que Navarro podía aparcar su estilo fogoso y sonar muy elegante cuando se lo proponía.
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One Big Mob: Un buen ejemplo de la diferente percepción que los fans antiguos y los más nuevos podían tener sobre este disco. «One Big Mob» parecía directamente salida de la etapa Uplift Mofo Party Plan, incluso Dave Navarro imita a Hillel Slovak en su forma de tocar (en la parte más dura, porque el largo interludio psicodélico sí es su estilo habitual). Es el viejo sonido anterior a Blood Sugar Sex Magik, que algunos reconocimos instantáneamente como si no hubieran pasado los años pero que muchos fans de «Under the bridge» no terminaban de apreciar. El bebé que se escucha llorando, por cierto, es el hermano pequeño de Dave Navarro.
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La gira de presentación de One Hot Minute, cómo no, estuvo caracterizada por nuevos problemas, como ya era tradición. Primero un accidente de Chad Smith, después las recaídas en el consumo de drogas de Anthony Kiedis y Dave Navarro, y finalmente un exhausto Flea que amenazaba con dejar el grupo. Después de años de conflictos, cambios de miembros y un inesperado éxito mundial, todo parecía a punto de venirse abajo. El periodo 1995-1998, de hecho, estuvo marcado por un rápido descenso en la actividad de la banda. Los rumores de separación eran crecientes y bastante plausibles. Pese a todo, los Peppers planearon la grabación de un nuevo disco con Dave Navarro, pero la adicción del guitarrista estaba fuera de control, llegando a presentarse medio inconsciente en algunos ensayos y haciendo entender a sus compañeros que no estaba en condiciones de seguir. Finalmente, Navarro y el grupo se separaron de mutuo acuerdo por «diferencias creativas», aunque los motivos tenían más que ver con las drogas. Esto prácticamente marcaba el final en la historia del grupo. Flea, de hecho, quería abandonar. Solamente estaba dispuesto a seguir si retornaba John Frusciante… pero durante bastante tiempo esa posibilidad había parecido muy lejana.
Porque Frusciante, tras abandonar a los Peppers años atrás, había pasado una época marcada por la drogadicción, el aislamiento y un aparente descenso a la locura que nos hizo pensar a muchos en una muerte prematura. No crean que exagero: a principios de los noventa nadie daba un duro porque Frusciante llegase vivo al final de la década. Literalmente. Pasó bastante tiempo encerrado alimentándose de papillas de proteínas para enfermos terminales y colocado de heroína: se le cayeron los dientes, envejeció unos veinte años de golpe… un proceso de decadencia aparentemente imparable. Durante esa etapa grabó sus primeros discos en solitario, que sonaban interesantes y por momentos incluso fascinantes, sí, pero que también parecían indicar que Frusciante iba a terminar siguiendo la senda de Syd Barrett, o aún peor, la de Hillel Slovak. Aquella travesía por el infierno daría para un artículo completo y quizá un día lo escriba. Sin embargo, contra todo pronóstico, Jphn Frusciante no solamente no murió sino que terminó recuperándose, decidió dejar atrás los graves problemas personales que había tenido con Anthony Kiedis y en 1998 se anunció la gran noticia: John Frusciante regresaba a los Red Hot Chili Peppers para grabar un nuevo disco. Incluso los que habíamos disfrutado con el paso de Dave Navarro por la banda aplaudimos entusiasmados.
Californication (1999)
Si Blood Sugar Sex Magik fue la obra maestra y One Hot Minute un disco de transición con muchos momentos brillantes, Californication fue el inicio de una nueva etapa donde no solamente se redoblaría la fama del grupo, sino que se haría patente la división entre los antiguos fans de la banda —generalmente más cercanos al rock y al funk— y una nueva oleada de seguidores más cercanos al pop. Porque los Peppers comenzaron a derivar claramente hacia el pop con este disco. En ese sentido, el retorno de Frusciante no fue el bálsamo que algunos habíamos esperado. El guitarrista estaba en una de sus etapas de «el minimalismo por encima de todo», muy alejado de aquel jovenzuelo apasionado de principios de los noventa. Sus guitarras ya no desplegaban aquellas filigranas de Blood Sugar Sex Magik. En todo caso, la banda parecía completamente decidida a buscar un nuevo sonido, ayudados una vez más por Rick Rubin, quien ya se había convertido en el productor residente (desde luego, dudo que ninguna otra banda le haya resultado tan rentable). El funk-rock empezaba a quedar atrás.
En el pasado, las baladas y las canciones melódicas lentas habían sido la excepción a la norma, pero en Californication se convirtieron en la norma. Además las nuevas baladas se alejaban de las influencias típicas de los Peppers, que eran bastante clásicas (Hendrix, Eddie Hazel, Led Zeppelin y demás). Me he encontrado gente que piensa que el no disfrutar de este y posteriores discos es cuestión de pose o esnobismo, pero de hecho no debería resultar sorprendente que los seguidores más antiguos de los Peppers, atraídos por el funk-rock de sus cinco o seis primeros álbumes, dejasen de sentirse interesados con Californication. Es algo que tiene bastante lógica. Para otros, en cambio, este disco marcaba precisamente el momento en que se convertían en fervientes seguidores. En fin, no tiene mucho sentido discutirlo y dudo que haya alguna fórmula mágica para reconciliar ambos tipos de opiniones, aunque el segundo grupo, el de los nuevos seguidores, es evidentemente el mayoritario en la actualidad (baste decir que Californication llegó a vender más que Blood Sugar Sex Magik, que ya es decir). Si bien reconozco que Californication es un buen disco en su género y obviamente los Peppers seguían siendo instrumentistas de primer nivel, nunca me llegó a atrapar. Sé que mucha gente ama este álbum, pero yo nunca lo escucho por placer. Para gustos…
Scar Tissue: El primer single ya era toda una declaración de intenciones. Un tema pop en el que queda muy poco de los ingredientes primordiales y las influencias tradicionales de la banda. Ni siguiera la guitarra de Frusciante recordaba a los días de Blood Sugar Sex Magik Aunque para algunos de nosotros este single fue un primer jarro de agua fría, para otros suponía el inicio de una historia de amor con los Peppers. Eso sí, la huella de Frusciante como compositor se nota mucho. En el grupo, solamente él podía crear ciertos estribillos pop o melódicos fáciles de recordar, algo que los Peppers perdieron cuando se volvió a marchar.
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Around the world: El segundo single era de las escasas canciones del disco que contenía retazos del viejo estilo y aunque el estribillo tenga los aires pop que impregnan casi todo el resto del álbum, al menos nos devolvía en parte a los Peppers de los viejos tiempos. Es un tema con buenos momentos, como el explosivo inicio o la hipnótica parte final, y podemos comprobar que la base rítmica Flea-Chad Smith continúa sonando muy poderosa. Paradójicamente, este single obtuvo mucho menos éxito que baladas como «Scar Tissue» y «Otherside».
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Otherside: Para el tercer single recurrían de nuevo a lanzar una balada pop, lo cual ya dejaba poco espacio para los malentendidos. Los Red Hot Chili Peppers habían cambiado, estaban buscando un nuevo público y uno podía tomarlo o dejarlo, pero así es como iban a ser las cosas en adelante. La pegadiza «Otherside» fue un enorme éxito, sonando en todas partes y captando un buen número de nuevos seguidores. Tiene una buena melodía, muy reconocible, aunque en sus baladas ya no haya rastro de aquellas influencias Hendrix-Zeppelin que los Peppers habían incluido en sus canciones lentas de los dos anteriores discos.
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Californication: Cuarto single promoción del disco y tercera balada, incidiendo en la nueva política de la banda. Pueden aplicarse aquí los comentarios que he hecho respecto a «Otherside»: es una canción pegadiza, con una buena melodía, que fue un gran éxito y que apasiona a muchos oyentes, mientras que a otros nos deja más bien indiferentes.
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Get on top: Un tema que, con sus debidos matices, sigue los parámetros de discos anteriores, más basados en el funk-rock. Sin embargo, no fue lanzado como single, como tampoco lo fueron otras de las canciones más funk-rock del disco como «Purple Stain» o «I like dirt», abiertamente ignoradas a la hora de la promoción. Repentinamente, el estilo que antaño fue su mayor seña de identidad, era desplazado a un segundo plano.
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By the way (2002)
El nuevo disco es el primero en toda la historia de los Peppers en el que se repiten tanto la formación de la banda como el productor, Rick Rubin. Así no resulta extraño que siga por lo menos a grandes rasgos idénticos parámetros al anterior: énfasis en canciones melódicas, arreglos sencillos, etc. Casi toda la música fue escrita por Frusciante, pero sus influencias más clásicas están prácticamente ausentes y nuevamente predomina su vena más pop. Quizá By the way es algo más elaborado que Californication, aunque ambos discos partan de una base casi idéntica, pero bastante gente prefiere el Californication por ser más accesible o tener estribillos más conseguidos. Lo cierto es que me parecen discos similares en cuanto a calidad, aunque por esta época ya había perdido el interés porque es un estilo que me llega bastante menos. Pero era una opinión minoritaria: los Peppers continuaban bien asentados en la cima de la industria, con críticas favorables, un enorme prestigio y un éxito comercial descomunal.
By the way: El primer single era una hábil combinación de canción melódica con fragmentos donde todavía tenemos rapeos y ritmos trepidantes, que iban escaseando más en cada nuevo disco. Como ya era costumbre, un estribillo pegadizo, algo que estos «nuevos» Peppers sabían producir con una sorprendente facilidad.
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The Zephyr song: Segundo single y, ¡sorpresa!, otra canción melódica, aunque en este caso con cierto componente bailable. Lo cierto es que por esta época los Peppers sonaban a una extensión del trabajo en solitario de John Frusciante, al menos de parte de él. Resulta extraño que Flea, uno de los bajistas más relevantes del mundo del rock, estuviese adquiriendo tan a menudo un papel tan discreto, cuando por ejemplo en Blood Sugar Sex Magik había sido el alma del 90% de los temas. El propio Frusciante seguía empeñado en hacer arreglos elementales y aunque está claro que en música con frecuencia se puede aplicar el dicho de «menos es más», la verdad es que a veces a Frusciante se le iba la mano con la consigna.
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Can’t stop: Una canción bailable que hubiese encajado bastante en Californication, y otro ejemplo del minimalismo que imperaba en esta etapa de la banda, así como de su innegable talento como para crear estrofas con gancho para todo tipo de públicos.
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Dosed: El tercer single fue una canción bonita pero bastante intrascendente que ni siquiera llamó la atención de los nuevos fans del grupo, no digamos ya la de quienes ni siquiera nos sentíamos emocionados con los discos de su nueva etapa más melódica. De hecho no llegó ni a figurar en las listas de singles, y eso que los Peppers llevaban prácticamente una década convertidos en una máquina de vender discos.
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Universally speaking: El cuarto single del disco era una canción en la onda de «Dosed» y que por poder, podría haber figurado perfectamente en el repertorio de los Carpenters. Sea como fuere, lo mejor es el curioso videoclip donde un tipo se dedica a llamar la atención haciendo toda clase de estupideces en un festival hasta que descubrimos que, ¡es el taxista del video de «By the way», que viene a devolverle a Anthony Kiedis una cosa que se dejó en su taxi! Desde luego es una ocurrencia original.
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Stadium Arcadium (2006)
Tercer álbum consecutivo con la misma formación y Rick Rubin como productor, aunque esta vez hay algunos cambios. El principal, que se presentan con un álbum doble como en los tiempos de Blood Sugar Sex Magik. Pero si en aquel no sobraba ninguna canción, en Stadium Arcadium sí hay, junto a las canciones más logradas, material de relleno que podría haberse quedado fuera. En ese sentido, es menos consistente que Californication, por compararlo con un disco de la misma etapa. Probablemente hubiese quedado mucho mejor con la mitad de canciones. En la parte positiva, vuelve a haber un poco de funk (no mucho, la verdad), las guitarras de Frusciante suenan algo más ágiles y menos minimalistas en diversos momentos, y en general la variedad de sonidos es mayor que en los dos anteriores discos. Sin embargo, salvo alguna excepción, se percibe menos inspiración para crear estribillos pegadizos, lo que se había convertido en la nueva especialidad de la casa. Con todo fue un gran éxito de ventas como ya era costumbre cada vez que los Peppers editaban un nuevo trabajo.
Dani California: El primer single fue este agradable tema (aunque para mis modestos oídos, intrascendente) en donde se percibe el intento de grabar música un poco más movida que la de los dos anteriores álbumes. Sería excesivo hablar de un retorno al funk-rock porque no hay tal cosa, pero sí hay un cierto cambio de dirección. De todos modos, lo más divertido era el videoclip, donde los Peppers se disfrazaban rememorando distintas etapas de la historia del rock, (incluyendo algunos de sus viejos ídolos como Jimi Hendrix o Parliament-Funkadelic con su correspondiente nave espacial). A estas alturas, la obsesión de Kiedis con la palabra «California» ya se había convertido en un cliché y un chiste recurrente en el mundillo. Está claro que Kiedis como letrista nunca ha sido Bob Dylan que digamos, pero debe de decir «California» hasta cuando va a comprar al supermercado.
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Tell me baby: Esta vez sí, un retorno al viejo funk-rock, aunque previsiblemente edulcorado de acuerdo a los nuevos tiempos. Aun así, no es un tema que me entusiasme particularmente. A estas alturas me hacían más gracia sus videoclips que la propia música, como en este caso, donde fingen una especie de jam session con desconocidos salidos de una audición. Una idea que no era nueva, pero que tenía su encanto. Eso sí, en su día los Sex Pistols lo habían llevado bastante más lejos dejando literalmente que cualquiera cantase en su nueva canción («Cualquiera puede ser un Sex Pistol»). Pero supongo que a Kiedis no le hubiese gustado hacerlo así, no fuese que apareciera algún cantante mejor… lo cual no hubiese sido difícil.
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Hump de Bump: Como habrán seguramente imaginado a estas alturas de artículo, «Hump de Bump» fue una de las canciones que más me gustó de este doble disco, porque retorna la base funky de los viejos tiempos (de hecho la base rítmica es muy parecida a la de aquella «American Ghost Dance» de su ya lejano segundo disco). Y su estribillo melódico es uno de los que más me gustan de toda la nueva etapa con Frusciante.
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La gira de presentación resultó agotadora para los miembros de la banda. Quizá por ello a nadie le sorprendió ver a Josh Klinghoffer como segundo guitarra. Era un amigo cercano de Frusciante, con quien llevaba varios años colaborando en sus discos en solitario. Lo que poca gente sospechaba era que Frusciante estaba rumiando la idea de volver a dejar el grupo para centrarse en su cada vez más reconocida carrera en solitario (para mi gusto, y aun con sus altibajos, bastante más interesante que lo que estaba haciendo en esta nueva etapa con los Peppers). Desde verano de 2007 y durante 2008 los Peppers apenas dieron señales de vida. Cuando a finales de 2009 volvieron a meterse en el estudio, muchos seguidores se mostraron confusos cuando vieron que entraban a grabar con Klinghoffer y sin John Frusciante. Finalmente tuvieron que hacerse a la idea de que Frusciante había dejado el grupo por segunda vez, aunque de manera más serena y sin pegar la espantada. Esta vez, de hecho, la ruptura había sido amistosa y se había producido en secreto.
I’m with you (2011)
El décimo y de momento último disco de los Red Hot Chili Peppers es, al menos para mi gusto, el más decepcionante de todos, incluyendo aquel mal grabado debut de 1984, que había flojeado más por culpa de la producción que de los temas en sí. Este I’m with you era exactamente el caso contrario: producción perfecta, lógicamente, pero un repertorio poco inspirado. Mucha gente culpó al cambio de guitarrista, pero había más. Está claro que Klinghoffer es un buen guitarra, pero bastante inferior a Frusciante, Dave Navarro o Hillel Slovak y por debajo de lo que estábamos acostumbrados a esperar. Sin embargo, la parte instrumental no era el problema. El Frusciante de 1991 sí era imposible de sustituir, pero el de 1999-2009 se guardaba las filigranas para su trabajo en solitario y generalmente hacía cosas bastante más sencillas en los Peppers, así que sustituirlo como instrumentista tampoco era una tarea de gigantes. Sin embargo, lo que sí parecía determinante era la aportación de Frusciante como compositor. Porque la presencia de Rick Rubin como productor hizo que el sonido fuese bueno, claro, pero fallaban las canciones.
Álbumes como Californication, By the Way o Stadium Arcadium no me interesan, pero puedo entender que a otras personas sí. Tienen estribillos cantabile y líneas melódicas muy pegadizas. En I’m with you se incide en la misma faceta pop pero ya no está la característica delicadeza melódica de Frusciante. Los nuevos temas sin Frusciante podrían haber sido compuestos por cualquier banda de segunda de cualquier rincón del mundo y demostraron no tener gancho ni siquiera para la mayoría de su nuevo público. De hecho, este disco fue un monumental batacazo de ventas: los Peppers no vendían tan poco ¡desde 1987! Apenas traspasaron el medio millón de copias, algo comparable a los tiempos de The Uplift Mofo Party Plan, cuando eran todavía una banda recién salida del underground angelino, apenas conocida por el gran público, ignorada por muchos críticos y que peleaba por abrirse camino en Europa. En el 2011, convertidos ya en uno de los grupos más importantes del negocio, estas cifras ponían de manifiesto el abierto rechazo del público. Las críticas, curiosamente, no fueron particularmente negativas. ¿El disco suena bien? Claro, es una superbanda grabando con los mejores medios disponibles: tienen que sonar bien por narices. Pero las composiciones son mediocres, es música intrascendente y en mi opinión prácticamente no hay una canción digna de recordar.
The Adventures of Rain Dance Maggie: El primer single recuerda a lo que hacían con Frusciante, pero el estribillo ya no tiene ese toque característico. Un detalle irónico: el breve solo de guitarra de Klinghoffer recuerda al estilo de Jack Sherman, quien recordemos grabó el primer disco del grupo como sustituto del entonces veinteañero Hillel Slovak pero cuyo trabajo fue considerado decepcionante al lado de lo que podía hacer el propio Slovak (véase la similitud del estilo de Klinghoffer y Sherman por ejemplo en los solos de esta canción). No deja de resultar curioso, a mí al menos me ha llamado la atención el paralelismo.
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Monarchy of roses: El segundo single… puedo decir que apenas daba crédito cuando escuché esto. Aunque los primeros compases son interesantes —parecen salidos de algún disco de la era grunge—, de repente empieza a sonar la estrofa y bueno, no hay por dónde cogerlo. Como ya he dicho varias veces, la etapa más pop del grupo nunca me interesó demasiado, pero lo que realmente no esperaba nunca era ver a los Peppers convertidos en una especie de Scissor Sisters o algo así. Esta canción supera los desvaríos discotequeros en algunos discos en solitario de Frusciante, que ya es decir. Como era de esperar, «Monarchy of roses» ya tenía mucha competencia ahí fuera si lo que pretendían era empezar a sonar en los afters de medio mundo. En mi opinión, el tema más sonrojante de su carrera.
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Look around: El tercer single era una canción que parece material sobrante de Stadium Arcadium pero pasado por las manos de un productor trendy. No hay nada memorable aquí, como tampoco lo hay en el resto del álbum. El siguiente single, Did I let you know, era más de lo mismo pero con aires más latinos, Flea tocando la trompeta y Josh Klinghoffer haciendo coros con voz de quinceañera.
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Brendan’s Death Song: El siguiente single era lo más parecido a una canción decente que hay en el álbum… pero creo que lo digo por intentar buscarle un lado positivo al fiasco. Dejando a un lado el hecho de que se ha grabado en un estudio de primer nivel, es un tema que podría haber escrito cualquier grupo amateur.
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Hasta aquí, la traumática y cambiante historia de los Red Hot Chili Peppers, uno de los grupos que ha tenido públicos más diversos e incluso opuestos a lo largo de su carrera, lo cual los convierte en un fenómeno interesante. Veremos qué es de ellos en lo venidero. De momento están grabando un nuevo disco que, al menos yo, aguardo con una expectación rayana en el cero absoluto. Una de sus últimas grandes apariciones, en la Super Bowl de este año, no presagia nada bueno. Aparecieron tocando (es un decir, porque los instrumentos estaban pregrabados) «Give it away» al final de la actuación del altamente ajusticiable Bruno Mars:
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Pero bueno, es lo que hay. Mejor tener buen sabor de boca despidiéndonos con un poco de nostalgia. Viajemos atrás en el tiempo, a 1988: el gran éxito y las baladas pop quedaban lejos y John Frusciante era un fan adolescente que todavía no imaginaba que terminaría tocando en el grupo. Aquí tenemos a la formación original de los Red Hot Chili Peppers interpretando la primera canción que habían compuesto cuando estaban en el instituto para tocarla en una fiesta y que hizo que algunos compañeros les dijesen: eh, no sería mala idea hacer un concierto entero. Un concierto en Finlandia donde actuaron teloneando a los Ramones (¡nada menos!), tocando sin camiseta (como tenían por costumbre y eso que hasta los finlandeses iban abrigados) y Flea empezaba saludando al público con un sonoro «Fuck you Finland!». Fue, por cierto el inicio del último concierto que Hillel Slovak dio antes de morir; sirva como homenaje a la banda que defendió un estilo de música frente a modas, críticos y contratiempos de todo tipo. Ah, los buenos viejos tiempos.
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Tremendo articulo. Desde Stadium Arcadium, quitando un par de temas, da la sensación que van cuesta abajo y sin frenos, pero han sido uno de los mejores grupos de los 90.
One Hot Minute, a pesar de lo distinto, me sigue pareciendo uno de los trabajos más infravalorados de su carrera.
Y por cierto, un apunte: en Woodstock (94) ya estaba Navarro con ellos. De sus conciertos no editados en DVD y derivados, ese, el del 99 y Rock in Rio 01 son obligatorios de ver.
No nos olvidemos de Slane Castle 2003
Por eso remarcaba diciendo de sus conciertos no editados en DVD, porque Slane Castle sí lo está.
Los Pepers son una banda poderosa y carismática. Pero el valor compositivo de sus canciones es NULO.
De acuerdo, como compositores son muy malos.
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De acuerdo con la mayoría del artículo. El Blood Sugar es el mejor álbum de la banda, seguido del Uplift Mofo y el Mothers Milk. Todo lo que han hecho después es peor.
En cuanto a la segunda etapa de John, señalar que es decepcionante en muchos aspectos. No obstante, pienso que Scar Tissue es muy épica, en mi opinión casi al nivel de Under the Bridge. Te has dejado temas muy funkys por el camino, como Throw away your television, Charlie o So Much I.
Y en lo referente a la segunda marcha de John, creo que le vino hasta bien al grupo. Cierto es que es un genio y que se nota a veces su falta para mal, pero el cambio que ha pegado el grupo me ha parecido muy interesante. El estilo de Josh, que va mejorando cada día, deja mucho espacio a Flea y Chad, que a día de hoy son el alma del grupo, y Anthony ha mejorado como vocalista. En definitiva, gran artículo.
En mi opinión los RHCP han hecho cosas buenas, pero están muy sobrevalorados. Su mayor mérito es haber contribuido a hacer llegar al gran público la fusión de funk, rap y heavy metal, y el despliegue instrumental de Flea, Navarro y Frusciante. Pero por ejemplo, es un grupo que en directo no da la talla. Y hay bandas de la misma época y estilo afín, como Faith No More y Jane’s Addiction que se los comen con patatas en todos los aspectos.
Totalmente de acuerdo contigo.
He estado en 3 conciertos de los Peppers.
En uno estuvieron increíbles, en otro normal, y en otro desastroso, en un concierto de Bilbao, con un Frusciante que empezó a hacer solos cosas raras con los sintetizadores, hasta que el resto del grupo se pico, y no sé como acabo la cosa. Creo que Frusciante se fue del escenario, o el cantante. El concierto duró muy poco, y solo tocaron canciones del ultimo disco recién salido donde apenas nadie conocía sus canciones. Un desastre vamos….
Enhorabuena por el artículo, ha sido fantástico poder repasar la historia de la banda….
Banda sobrevalorada si las hay, como compositores no han hecho nada de otro mundo y en vivo son realmente malos. Nunca les vi meritos para ser encumbrados, aunque reconozco que han tenido buenos instrumentistas. En fin.
Si sirve de algo la petición, el artículo sobre Frusciante que tienes in mente, me gustará leerlo.
Frusciante me parece un genio pero claro, está como una chota. En una de las giras que pasaron por Barcelona (creo que era la de Stadium Arcadium), se pasó todo el concierto pegando solos a lo guitar heroe, con ese sonido crudo que le saca a la guitarra… fue insoportable. Estaba claro que se estaba cargando el grupo, supongo que por eso acabó pirando.
A mi tampoco me desagrada One Hot Minute, quizás con más tiempo de Navarro en el grupo habrían basculado hacia algo más interesante. Menos funk seguro, pero coño, estamos hablando del guitarrista de Jane’s Addiction.
Mira, un artículo sobre Jane’s también molaría (por pedir…). Quizás la banda más infravalorada que conozco. Si hoy volvieran a sacar el Nothing’s Shocking o el Ritual de lo Habitual seguro que alguien volvería a hablar de un renacimiento del rock. Bueno, aquí quizás me he pasado un poco…
Buen artículo!
Servidor despues de «Californication» ha perdido totalmente (o casi) el interés por la guindillas. A mi tambien me gusta «One Hot Minute», me parece muy bueno, sobre todo teniendo en cuenta lo que vino despues.
Gran articulo, como es habitual en Emilio.
Una de las bandas mas influyentes de los ochentas y noventas…. la cual se vino a menos por su excesiva POPularización.
Me pareció extraño que el autor hubiera omitido tal vez la balada mas bonita de ellos en su epoca noventera: Soul to Squeeze, la cual hace parte del soundtrack de Coneheads.
Gran artículo, mucho más nivel en el artículo que en las últimas grabaciones de grupo.
Lo que si espero como agua de mayo es el artículo sobre la (tormentosa y apasionante) vida y obra de John Frusciante, para mi el crack del combo.
No diga RHCP, diga Banda SOBREVALORADÍSIMA
Pues sí, sería más que interesante un artículo sobre John Frusciante!
Hortera, facilona, obvia, vulgar…Eso son los únicos adjetivos que me sugiere la recurrente UNDER THE BRIDGE. Sinceramente, no entiendo como esa canción puede llegarle a gustar a alguien que no lleve una bolita dorada sobre el labio superior. Me quedo con la increible versión del Higher Ground de stevie wonder y con su primerísima época. Y con su actitud
Gran reportaje, muy interesante
La mayor creación de los RHCP es el propio John Frusciante. Genio guitarrístico.
He sido seguidor de los Peppers desde la mitad de siempre, o sea, desde el Californication, que lo tope como un debut. Luego fui conociendo lo más viejo. Todas las etapas me gustan y creo que son sinceras. Ellos nunca han sido defensores de ser los mejores músicos del mundo, porque no lo son. Creo que son genuinos, aún con sus múltiples imperfecciones. Para cosas perfectas tenemos a Pink Floyd. RHCP es mi banda favorita y nada lo cambiará, pero creo que el texto es justo con todo, por ser estricto y certero.
Con esta banda soy bastante ingenuo por puro gusto.
en mi opinión y con el debido respeto sin el afán de ofender, siento que esta muy por debajo los conocimientos del autor en relación con Californication, aun siendo una opinión no le da el valor que contiene en su historia, aunque me agrada la descripción de los primeros discos, desde Californication da una perspectiva negativa, siendo un gran álbum que ni llega a mencionarse la posición y ventas que logró a alcanzar y que gracias a el RHCP alargó su tiempo en la fama, sin mencionar los méritos, el porqué de sus canciones, entre otras cosas, aun así felicito la descripción de sus inicios
Te pones muy pesado con el «ya no quedaba nada de los RHCP de antaño» cuando hablas de Californication. Está claro que no lo eran, sí. Fue un evolución. Para mí, buena. No sé de dónde narices sale la estupidez de que estaban sobrevalorados. EN absoluto. Las letras no eran las de Bob Dylan ni la voz de Mercury, pero siempre han exhibido un sonido característico allá donde han evolucionado que les ha hecho únicos. Frusciante, directamente, es el mejor guitarrista actual junto a Mike Mcgready. De dónde sale que dejó de hacer filigranas? Lo vi en sus últimas giras y seguía siendo él, de principio a fin. No entiendo muy bien esa crítica. No entiendo la trivialidad de la sobrevaloración ni la MALA EVOLUCIÓN desde Blood Sugar. Sí el bajón de Stadium Arcadium… En fin
Me considero un fan relativamente nuevo de la banda (lógicamente por mi edad), y desde esa perspectiva daré mi opinión.
Creo que la critica a Californication es demasiado severa, y no se le da el mérito suficiente a un disco que tiene la gran virtud de haber atraído a toda una nueva generación hacia los sonidos de esta tremenda banda. Digamos, si no fuera por Californication ( e incluso algo de algún disco posterior), muchos no hubiésemos llegado a a los Blood Sugar, o The Uplift. En lo demás me parece un muy buen articulo, aprendí mucho del grupo y espero seguir haciendolo por que vale la pena totalmente.
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Pasa lo que a todos los fans seguro les pasa, las bandas evolucionan y los fans de toda la vida se sienten traicionados, pero cuando no evolucionan la gente los critica por hacer siempre lo mismo… si te gusta disfruta.
Por ejemplo el critica a Dosed que a mi me gusta bastante la letra y Por ejemplo wet sand también se me hace bastante buena.
Un grupo evoluciona, red hot ya no son los chavales de 20 años tocando en clubes punkis, ni los que llegan a los conciertos drogados y la lian, simplemente evolucionan como cualquier ser humano, son famosos por su originalidad y están expuestos a miles de críticas pero lo que han hecho en el mundo de la música es muy grande, abrieron paso al rock alternativo y influenciaron a un montón de artistas de diferentes estilos, mi disco favorito es el blood, sugar por lo original, versátil y búsqueda de sonidos que combinan destreza, sentimiento, vena funk, baladas y la influencia setentera que lo hace muy único, pero la nueva etapa de frusciante es admirable, independientemente de que suene más pop y los arreglos no sean tan sucios o directos, ya les gustaría a muchos tener el talento para encajar tan bien el instrumento en esas canciones, no le pidas a alguién que toque pop que lo haga porque ni en sus mejores sueños, amigo ?
Empecé a escuchar la discografía entera de los Peppers mientras leía su historia en Wikipedia, buscando más información llegué a este artículo y que suerte la mia.
Llegué a ellos a fines de los 90 por Californication, de ahí en adelante simpatizando mucho con la banda y sabiendo de los hits anteriores pero sin bucear demasiado en la totalidad de sus composiciones. Tras mucha escucha y lectura, mi opinión y percepción de la banda se modificó bastante. De Californication a lo subsiguiente una máquina de hits con estilo y sonido particular, repasando todo lo anterior una banda muy grosa que ha evolucionado y madurado a su antojo y un poco también el de las circunstancias.
BSSM es un disco de la concha de su madre.
Muchas gracias Emilio por semejante artículo repleto de datos, investigación y opiniones más que bien argumentadas.
Si, si, ya sabemos que sos un roquerito cuadrado y que la parte melódica de la banda no te gusta, qué cansino, lo repetiste cuarenta veces. No entiendo igual porqué le dedicás un artículo si odias tanto parte importante de la propuesta de la banda.
Disfruté del artículo, soy muy fan de los Red y también me gustaría leer las opiniones del autor algún día respecto a The Getaway, que creo que tiene una gran armonía de prinicipio a fin, así también como del último disco, Unlimited Love lanzado este año y que si bien no lo escuche más de 2 de veces aún, también me ha dejado buen gusto.
Estoy muy de acuerdo con prácticamente todo lo que se dice en el articulo, quiza discrepe un poco en el tema del Stadium Arcadium que creo que es el mejor disco de la segunda etapa de Frusciante. Me sumo a la petición de una tercera parte de la historia de la banda con los dos siguientes discos que, siguen sin estar al nivel de la etapa pre-californication pero que a mi me sorprendieron gratamente sobretodo despues del vergonzoso «I’m with you»
Opinión. El artículo comenzó muy bien, pero a mi parecer, se nota mucho que solo son fan de la etapa mas «funk-punk» de RHCP. Las bandas evolucionan, maduran, y mas aun una banda como RHCP con casi 40 años de trayectoria. El tiempo, las personas y los contextos cambian, es casi imposible que una banda sostenga la misma línea de estilo musical, y eso en mi criterio lo celebro, porque es justamente lo que me atrapo de esta banda, su capacidad de llevar consigo diferentes estilos, explorar y navegar por un sin fin de ellos, desde su fusión del funk-punk, rock con estribillos pegadizos (etapa Californication), baladas, pop, etc. Disfruto discos como BSSM (a mi gusto el mejor), OHM, pero también celebro Californication y Stadium Arcadium. RHCP me parece una banda con un sonido propio, completa y única, la cual amo. De todas maneras, es una opinión muy respetable, y leer dicho articulo se me hizo muy interesante.
Estupendo artículo que he devorado de una sentada y he aprovechado para rescatar algunas canciones que hacía tiempo que no escuchaba.
Como todo el mundo tiene su opinión, ahí va la mía: coincido en que «Show me your soul» es el punto de inflexión de la banda, me parece imperdonable que no haya ni una mención a la maravillosa «Soul to squeeze», mi disco favorito es «One hot minute», y aunque sea una horterada me encanta «Monarchy of roses» (no así el resto de ese espantoso disco). Y ya estaría ;-)