Apenas contaba uno con doce años nuestros padres ya nos
inculcaban la idea […] América se convertía en imán irresistible,
panal de promesas y faro de esperanza.
(Memorias de un emigrante. Eloy Vejo Velarde)
Cercano a Llanes, Colombres ha padecido por desgracia y por suerte cierto anonimato histórico pese a ser asentamiento medieval de antiguo. Salvo una pequeña referencia del s. XIV dedicada a su iglesia, no hay fecha memorable hasta el 28 de de septiembre de 1517, en la que pernocta Carlos V de camino a Castilla tras desembarcar en Tazones dirección San Vicente de la Barquera, donde se quedaría varios días. Bajo el dominio de los Noriega y los Mendoza de Llavandes, hasta el s. XIX no entra en la historia contemporánea gracias a las mejoras en la localidad y su unión administrativa al Principado de Asturias. De la mano del capital indiano que a golpe de chequera se sitúa con infraestructuras y dotaciones muy lejos del alcance de muchas capitales de provincia de entonces.
Las razones que unen este punto minúsculo de la geografía española con los destinos de uno de los fundadores del Banco Hispanoamericano, el mayor terrateniente de México y hasta con aquel paso de Carlos V, quedan ocultas en el oriente asturiano donde se inicia la senda del Valle Oscuro.
Colombres, una aldea grande, ostenta una inusual concentración de palacios indianos, construidos por los adinerados emigrantes a América como legado a su tierra natal. De un caserío censado que no llega a mil viviendas (muchas vacías, la mayoría de segunda residencia) doce palacios se recorren a buen paso en media hora. Hay más de dos mil palacetes indianos en Asturias, de los que el 10% está en el entorno de Llanes y casi otro tanto en este paseo por la villa.
La huella indiana en Colombres
Hace ciento cincuenta años los municipios se financiaban en España igual de mal que ahora, que se dice pronto. El Estado no era el del bienestar pero en Colombres algunas familias de forma privada acometieron obras públicas y sociales en beneficio de sus vecinos y dejaron grandes casas como legado más visible. El invisible fue un cambio de costumbres que pasaba por la higiene y el estudio.
Los Ibáñez Posada son un ejemplo. Manuel, el mayor de cuatro hermanos, emigra hacia mitad del XIX a México buscando oportunidades, pese a proceder de una cierta clase media. Hizo fortuna con la exportación de bienes textiles —lo que hoy vendría a ser un broker de importación-exportación— y trajo grandes planes de mejora urbanística para la villa que no pudo ver realizados en vida. Los terminó su hermano Luis, emigrante como él aunque volvió de la otra punta del continente. No había terminado el s. XIX y en Colombres había plaza y casa consistorial nueva, iglesia y agua corriente como muchas capitales de provincia ni siquiera soñaban con planificar. Manuel fallece nombrado por la regente María Cristina primer conde de Ribadedeva en 1891.
Luis Ibáñez Posada no solo cumplió con los planes de su hermano. Funda en 1900 con varios socios el Banco Hispanoamericano, con un capital de cien millones de pesetas de la época, aspirando a funcionar unos cincuenta años (la entidad dura sin embargo hasta 1991, fusionado con el Banco Central primero y posteriormente con el Santander en 1999). La fundación del Hispano Americano obedeció a las necesidades de financiar tanto al comercio de ultramar como a organizar el envío de remesas entre ambos continentes. Este es el origen de la gran red de distribución comercial del Banco Santander en América hoy en día. En Colombres deja, además de la casa natal anterior a 1870, otra casa familiar de verano, Las Raucas, para la que se traen a un arquitecto francés hasta Colombres.
Don Luis Ibáñez pasó a residir habitualmente en Madrid, en la calle más señorial que no es la de Serrano, sino la calle Antonio Maura.
La Quinta Guadalupe. El señor no llega
Alarde de piedra inoportuno, solidez afectada, lujo vocinglero. La ciudad del sueño de un indiano. (La Regenta, Leopoldo Alas, Clarín).
Pero en el oriente asturiano, es la Quinta Guadalupe la más hermosa, triste y vacía.
Terminada en 1906, se construye en pleno esplendor del regreso indiano. Aquellos jóvenes de entre catorce y diecisiete años habían emigrado en tercera clase con equipaje para unos dieciocho días de travesía en buques que les alojaban «en gran salón bajo cubierta con colchón, manta, pan y carne fresca y vino diario». Volvieron solo una minoría. Un cinco por ciento —se puede decir que adinerados— construyeron palacetes y casonas de verano. La mayoría de ellos se conformó con rehabilitar o mejorar la casa familiar.
En la parte alta de un magnífico jardín, la Quinta Guadalupe fue conocida como «el elefante blanco», originalmente estuvo pintada de este color. Su construcción supuso una auténtica revolución industrial en la zona. Dotada de instalaciones desconocidas en las viviendas de la comarca —calefacción, baños turcos con piscina y fregaderos en el semisótano—, media población trabajó en ella entre las obras y su mantenimiento.
Iba a ser su función principal servir de residencia de verano —una casa de muñecas comparada con las haciendas que disfrutaban sus propietarios, una de las cuales tenía el tamaño de la provincia de Palencia— y queda bautizada con el nombre de la esposa del hombre que encarga su construcción sin reparar en gastos: D. Íñigo Noriega Laso, quien había emigrado a México con catorce años tras los estudios primarios y se había convertido en el segundo terrateniente del país y uno de los hombres más ricos de todo el continente.
Uno de los muchos mitos en torno a la figura de Íñigo Noriega Laso es que emigra debido a la miseria y su origen humilde, pero nada a estas alturas en la historia familiar indica que se murieran de hambre. Puede que los Noriega del XVI-XVII fuesen labriegos de la vecina población del mismo nombre, pero ya a principios del s. XIX habían puesto en la Junta del Principado a un diputado por Colunga y en Colombres a un alcalde indiano (tío de don Íñigo) cuya casona de 1877 se conserva, contigua a la Quinta Guadalupe.
Con contactos familiares a los que recurre en Colombres y México (como los Ibáñez Posada), Íñigo Noriega Laso emigra en 1868, igual que sus cuatro hermanos (en el campo no parece que se los necesitase). Del mayor no se volvió a saber, pero el resto siguió en contacto y prosperaron juntos. Íñigo se instala en el pequeño comercio de uno de sus tíos, posiblemente dedicado al almacén y a despachar como tendero. Más tarde y con algo ahorrado se asocia y abre cantina. Se casa con la hija de su socio (quizá patrón), Guadalupe Castro, y comienza la leyenda.
La vida de Íñigo Noriega tal como nos llega es un conjunto de medias verdades y hechos contundentes sobre su personalidad. Fue un hombre con iniciativa, valiente y con un ego enorme, pero también leal y agradecido incluso cuando los amigos poderosos cayeron en desgracia. Según ascendió en la escala social contrató una corte de plumillas aduladores para que recrearan su historia y callaran cómo se hacían las fortunas entonces, que viene a ser igual que ahora: comprando voluntades políticas, con ciertas dosis de populismo, bastante carisma personal y tesón. «El segundo Hernán Cortés», lo llamaban. Básicamente sacó partido de un Estado inexistente e invertebrado institucionalmente.
De esta primera etapa como cantinero data su anécdota más famosa. Dado el grave problema de alcoholismo entre indígenas y clases populares, el Gobierno mexicano decreta el cierre obligatorio de toda cantina a partir de la medianoche. A Íñigo Noriega nadie le cerraba lo suyo hubiera o no daños colaterales, por lo que arranca las puertas de la cantina El Borrego Degollado eludiendo la ley por causa de fuerza mayor.
Aunque se cuenta que el asunto llegó a los oídos del mismísimo Porfirio Díaz y le hizo mucha gracia el asunto, lo más probable (por mero anacronismo ya que aún no había llegado al poder) es que no pasase la gracia del gobernador local. No sabemos si a causa de la sanción, de la mordida para evitarla o simplemente en un ataque de sensatez, a Íñigo se le ocurrió que cambiar de negocio sería más próspero para sus intereses que seguir por la línea de la desobediencia civil.
Cuando se le preguntaba a cualquiera, casi en cualquier punto del norte de México, sobre el origen de las tierras que labraba, este decía sin dudarlo «son tierras del señor don Íñigo». Y generalmente acertaba. (Indianos del Oriente de Asturias. José Ignacio Gracia Noriega)
Íñigo Noriega no arrebata el negocio a nadie ni hereda la gestión de otro. Fue un visionario capaz de generar riqueza de donde no había literalmente nada. Se especializó en desecar terrenos baldíos, hacerlos fértiles, comerciar con la producción y acrecentar las haciendas. Íñigo Noriega Laso, emigrante asturiano de la Villa de Colombres con catorce años llegó a ser uno de los mayores terratenientes de América Latina, armó un ejército propio de doscientos cincuenta hombres para defender sus haciendas y financió una línea de ferrocarril propia para unir dos de las nueve que tenía con México DF y Puebla. Nota para cinéfilos: es la misma línea que se ve en la película inconclusa de S.M. Eisenstein Que Viva Mexico (1932).
Ya en su ascenso sí es más probable que fuese su primer encuentro con Porfirio Díaz, presidente, dictador de México y protector de D. Íñigo durante treinta años. No fue difícil entre ambos aunar voluntades: Íñigo llenaba las arcas de Porfirio, este permitía sus negocios y Noriega salvaba de la miseria regiones donde el incipiente Estado mexicano ni estaba ni se le esperaba. Para colocar las cosas en su justo término, don Íñigo no solo contó con el apoyo explícito del presidente de la República sino también del personal subalterno más o menos cualificado: ingenieros, jueces y alcaldes rurales a los que corrompía sin miramientos.
Fundó ciudades mexicanas como Nueva Colombres y Ciudad Reinosa y en su hacienda más emblemática, Xico, manda levantar un palacio sobre las ruinas de otro que dicen había pertenecido a Hernán Cortés.
Uno de sus trabajadores fue Emiliano Zapata, que utilizó varias de las haciendas de su antiguo patrón para esconderse y de quien se dice empezó como lacayo destinado a colocarle el estribo. Segunda nota para cinéfilos: en la película Viva Zapata (Elia Kazan, 1952) se refieren al patrón como Don Nacho.
No parece sin embargo que fuese don Íñigo tan buen hombre familiar como prohombre del régimen. Hubo un escándalo considerable cuando una de sus hijas muere asesinada a manos de otro hermano que se suicidó (una historia parecida a la de los hijos de Marlon Brando, muchos años después de encarnar al revolucionario Zapata en el cine).
Ya cumplidos cincuenta años y casi cuarenta después de abandonar España, D. Íñigo regala a su esposa (la hija del cantinero, Guadalupe Castro) una casita de verano con jardín en su aldea natal. Se inician las obras de la hoy conocida como Quinta Guadalupe.
Pero Guadalupe Castro fallece en 1904, dos años antes de la culminación de las obras, por lo que D. Íñigo, que jamás volvió a instalarse en España aunque sí viajó esporádicamente a Santander y a las obras, mantiene la casa un año sí y otro también siempre preparada para recibir la visita familiar que nunca llega.
El elefante blanco, de estilo ecléctico indiano y pseudoárabe y colonial en su interior, se decoró con todo el lujo y el mal gusto de un nuevo rico de la época, a decir de muchos que como Clarín aborrecían la ostentación y el eclecticismo alejado de la identidad regionalista asturiana de entonces. Pieles de tigre en el suelo, decoraciones arabescas y frisos de inspiración griega en estucos que ocultaban la pobreza de algunos materiales. Molduras y puertas con las iniciales INL junto a toda la iconografía que aspira a dar lustre aristocrático a quien no lo tiene: Mercurio (dios del comercio) o Minervas con su casco y la diosa Fortuna con el cuerno de la abundancia. Estas son divinidades que desde la Antigüedad habían quedado establecidas como protectoras de comerciantes, banqueros y del mundo de los negocios. La Industria suele aparecer como una mujer con una rueda dentada.
En el apogeo de su estatus, hasta encargó para Colombres una disposición urbanística de gran ciudad, disponiendo las calles en bloques y números.
La revolución mexicana de Pancho Villa que estalla en 1910 marca el fin del Porfiriato y el ocaso de Íñigo Noriega Laso. Le expropian haciendas y embargan las propiedades urbanas. Se refugia temporalmente en Estados Unidos, donde ejerció de ayudante del sheriff titular en Cameron County, Texas. Íñigo Noriega, cerca de los sesenta años, sale disparando a pistolón limpio contra los asaltantes de una diligencia en la que viaja con una de sus hijas. Genio y figura.
Sus últimos años los dedicó a pleitear contra el Estado mexicano para recuperar bienes y negocios expropiados, nunca quiso alejarse mucho del continente. Viajó a Nueva York, Europa y Cuba. Tampoco es que acabara en la miseria, conservó la Quinta Guadalupe y se la cedió a Porfirio Díaz para su exilio, quien —no se explica— prefirió el bullicio de París la nuit y la casa siguió guardando ausencias, con servicio y hasta dos automóviles con mecánico cuando en Madrid se contaban con los dedos de muy pocos. Íñigo Noriega pudo haber recuperado gran parte de su patrimonio de haber firmado, como le pedían los revolucionarios que sucedieron en política a Porfirio Díaz, el acta negando a su amigo. Nunca fue un hombre desagradecido y nunca firmó.
Muere en 1920, alojado en México por su hermana (seguramente en una visita). Dejó en su testamento la Quinta Guadalupe para sus herederos y también dinero para mantener la escuela de comercio que había fundado en Colombres. Además de once hijos legítimos deja también la leyenda de un centenar de bastardos. Reconoció solo siete, lo que tampoco está mal.
La Quinta Guadalupe nunca fue ocupada por sus herederos. Se perdieron los muebles y la decoración original. En los años veinte se destina a casa de reposo y hospital de sangre, un folleto de la época describe los servicios y precios.
Los precios de pensión, incluida asistencia médica, luz, calefacción, baño semanal, desayuno, comida, merienda y cena, son:
En 1.ª clase: 25, 30, 40 y 60 pesetas diarias, según habitación.
En 2.ª clase: 12, 15 y 20 pesetas diarias
Tras la Guerra Civil, fue reconvertido en hogar social para niñas huérfanas o sin recursos. En 1987 se establece hasta hoy la sede del Archivo de Indianos y el Museo de la Emigración.
La emigración en Asturias
Las penas de los que emigramos han de quedar entre nosotros (…) Aquí triunfamos todos. ¿Entiendes? (Entre Palmeras [1958], Alfonso Camín).
En sesenta y cinco kilómetros se concentra una de las zonas más afectadas de toda España por la emigración, con la mayor huella indiana en apenas cinco concejos de oeste a este: Colunga, Caravia, Ribadesella, Llanes y Ribadedeva.
El fenómeno se inicia en el s. XVIII por causas económicas, pero una serie de crisis de subsistencia agrícola a lo largo del XIX dan lugar a auténtica miseria y necesidad. Las sucesivas guerras que forzaban un servicio militar de hasta tres años y los mayorazgos que dejaban sin recursos a los hijos menores hicieron el resto. Más de trescientos mil asturianos (la inmensa mayoría jóvenes menores de veinte años) abandonan España entre 1888 y 1930, un 35% de la población regional de entonces.
La inmensa mayoría de aquellos jóvenes jamás volvió. La mayoría pasó a formar parte de las incipientes clases medias y trabajadoras de los países americanos. Muy pocos hicieron grandes fortunas como los indianos Ibáñez Posada o su socio Antonio Basagoiti. Algunos como Íñigo Noriega no pudieron mantenerlas. Muchos volvieron de vacío, «americanos del pote» les llamaban, o con lo justo para una jubilación digna pero sin ostentación.
Americano del pote, cuando viniste, cuando llegaste,
la cadena del reloj ya la luciste, ya la empeñaste.
(Popular del oriente asturiano).
Aunque era frecuente que los indianos con dinero realizasen donaciones en sus pueblos de origen, la mayoría ha quedado en el anonimato y son recordados como «hombres buenos» en muchos pueblos. En periódicos como el riosellano L’Atalaya o en el llanisco El Oriente de Asturias se mencionaban los nombres de los que regresaban como si de supervivientes de guerra se tratase.
En 1926, más de tres cuartas partes del total de escuelas existentes en nueve concejos tenían su origen en donaciones de inmigrantes (La emigración de asturianos a América, Rafael Anes). Rentas para mayores sin recursos, asilos o material escolar o de recreo se debieron también a su generosidad.
¿Qué se ve en toda esta provincia, sino gente que con lágrimas y gemidos busca
el pan para su sustento? (…) Poco ha temíamos ver desierto este país, porque ya
muchos de sus habitantes se iban a buscar la conservación de la vida en otros.
(Cartas eruditas y curiosas [1742], Benito Jerónimo Feijoo).
Hoy la Quinta Guadalupe sigue siendo la sede del Archivo de Indianos y Museo de la Emigración de Asturias. Desde 1987 guardaba y exponía no solo las historias de estos indianos ilustres sino también un recorrido con documentos y enseres de lo que fue el drama de la emigración y su impacto en otros países gracias a las colonias que se iban formando. Una colección de maquetas con ostentosos centros de reunión social (Buenos Aires, La Habana, México DF) financiados por los más pudientes daban fe de su prosperidad económica fuera de España y del esfuerzo por mantener un arraigo y dar cobijo a cuantos siguieron sus pasos.
Sin embargo el Archivo de Indianos de la Quinta Guadalupe languidece desde hace unos años paralelo al declive de las ayudas públicas y de la obra social de las cajas de ahorros. Inexplicablemente se va desmontando la exposición interior, que no guarda ya ni una lógica histórica ni obedece a ningún itinerario didáctico. Los jardines que forman el conjunto histórico y que son unos de los mejor conservados de la zona también han conocido tiempos mejores, aunque últimamente se haya habilitado un cenador para acoger bodas, bautizos y eventos de empresa como prometen sus gestores con intención de hacerlo así más sostenible. Una visita a la página web (recomiendo especialmente el enlace a ‘Actividades’) es una muestra.
El visitante ya no entiende qué guarda la casa vacía más allá de la curiosidad de algunos salones redecorados o el espectacular patio interior.
Hay muchas historias de indianos como la de Noriega Laso que merece la pena que sean contadas por sus descendientes. Muchas más desconocemos sobre lo que sembraron en otros países. Hay una casona enorme medio vacía y un archivo desconocido en un rincón del oriente asturiano, y hoy es patrimonio de todos.
Fotografías: Dolores Glez. Pastor
Pingback: La Quinta Guadalupe y Colombres: el sueño de un indiano
Describe esta «historia» la Sra. Dolores González Pastor, comenzando por «una mala costumbre» de muchas personas, conocedoras o no de la situación geográfica y administrativa de Colombres. Efectivamente Llanes está cerca de Colombres, como Oviedo o Gijón, por ejemplo. Digo esto porque de siempre se ha pensado que en el oriente de Asturias solo existe Llanes y da la casualidad que ese hermoso oriente asturiano, marítimo, comienza en Ribadedeva y en Colombres como su pueblo importante y donde radica el Ayunramiento, siendo el comienzo del oriente montañoso en Peñamellera, con Panes a la cabeza.
Por lo demás nada que objetar, ya que , aunque algo historiado cinematográficamente, todo me parece interesante, aunque con esta crisis el esfuerzo del Alcalde colombrino no pueda tener el éxito que se merece.
De todas maneras gracias como colombrino de adopción, ya que aunque no he nacido, sí he pacido mucho en mi pueblo.
Gracias por la puntualización geográfica, Agustín. Efectivamente, esos son los límites estrictos. Asumiendo que Llanes es muy conocido fuera de Asturias, dando esa referencia hará más cercano a muchos visitantes disfrutar de Colombres también. La historia ya es peliculera sin adornarla mucho…Si le cuento yo como me llega la de un tío-tatarabuelo que frecuentó la frontera TexMex, lo de Íñigo es hasta soso…Siempre es un placer volver a Colombres y se nota la mejora. Lo del Archivo es otra historia. O se le da un impulso o morirá por inanición. Una pena.
Pues, Dolores, no te cortes y cuenta la de tu familiar. :-D
El pasado verano estuve visitando el pueblo y la casa, allí pasé casi todo el día.
Creo que volveré.
Cuenta, Dolores, cuenta.
Juan Salvadores
Lo de mi familiar surgió hace años a raíz de una foto que apareció entre papeles. Era una foto amarillenta de esas que parecen del Oeste, y salía un señor joven, elegante y de buen ver. Mi padre nos contó que era hermano de su abuelo, la oveja negra de la familia que emigró a México buscando aventuras y dinero fácil. El caso es que lo hizo, comprando armas de contrabando en Texas y vendiéndoselas a los de Pancho Villa. Entonces Pancho Villa invadía Texas en sus horas libres. Mi tío tatarabuelo se gastaba la fortuna en Nueva Orleans, con el póker y entre champán y mujeres. Cuando se arruinaba -generalmente en Nueva Orleans- compraba a crédito armas a los mexicanos, y se las vendía a los tejanos.
Esto sucedió repetidas veces (toda vez que se arruinaba y volvía a empezar) para desesperación de su padre, que le instaba repetidamente a volver a España y dejar la mala vida.
En una de estas le pillaron, como no podía ser de otro modo, y acabó ante el pelotón de fusilamiento. Como un Buendía cualquiera.
Hay alguna que otra historia familiar más, pero vamos a dejarlo aquí..
Mi padre es de Llanes. Y creo que la historia que se cuenta tiene un hueco que da para una segunda parte. Fue hospital neuropsiquiátrico en los años 30. Investigue y verá lo que se cuenta de cómo murió su director médico.
Luis, ¿seguro que fue hospital neuropsiquiátrico? ¿qué periodo de los años 30? Debió de ser muy pocos años
Sí Juanjo, unos veinte años. El Dr. Villar Escaldón fue discípulo de Lafora. La hemeroteca del ABC nunca falla, ATENTOS, 6/7/1928
http://hemeroteca.abc.es/cgi-bin/pagina.pdf?fn=exec;command=download_stamp;id=0000201053;nombre_pdf=ABC-06.07.1928-pagina%2520012;path=H:%255Ccran%255Cdata%255Cprensa_pages%255CMadrid%255CABC%255C1928%255C192807%255C19280706%255C28L06-012.xml
Dolores, has abierto la caja de los truenos. Desconocía la historia de don Nacho. Y desconocía el abandono de la Quinta, bellísimo enclave.
No te digas que escribas mas historias porque se nos va puede acabar llenando Colombres de domingueros.
Luis, esa historia me interesa. Desde los años 20 hasta después de la Guerra Civil aproximadamente, la Quinta Guadalupe fue como comentaba «hospital de reposo».
En este enlace hay escaneado un folleto de 21 páginas de la época y se detallan los servicios (de aquí he sacado la referencia de los precios de las habitaciones):
http://www.llanes.as/cla/hem/quinta.htm
Por las fotos se aprecia que la Quinta era aún «el elefante blanco». La regentaba el Dr. Villar Escandón, que fue un médico de cierto prestigio en su época, pero no he encontrado nada referente a su fallecimiento..
Puede enviarme un mensaje contándome a mi Facebook, (Dolores Gonzalez Pastor). Gracias!
Dudo que fuera 20 años clínica psiquiátrica. Villar Escandón, si es cierto que fue discípulo de Don Gonzalo…..
La inaugura el presidente del Colegio de Médicos de Oviedo, y fue una de las más avanzadas de la época, según la hoja de 1928 de ABC, con tratamientos integrales y naturales también.
La hoja de 1928 de ABC puede descargarse aquí:
http://hemeroteca.abc.es/nav/Navigate.exe/hemeroteca/madrid/abc/1928/07/06/012.html
No hay ni rastro del doctor ni de lo que sucede llegada la Guerra Civil, pero el equipo del doctor Villar Escaldón fue más allá del ejercicio de la psiquiatría, ejerciendo de médicos rurales:
http://www.elcomercio.es/v/20111203/oriente/practicante-ribadedeva-20111203.html
Quizá el amigo Luis pueda contarnos más, dada la época y los métodos modernos de este médico, me temo lo peor :(
Lamento el retraso en contestar, y más viendo lo mucho que a dgpastor le interesa la cosa.
No puedo acceder bien a los enlaces. Y lo que se, es por boca de mi padre. Así que hablo con él y certifico lo que pueda y luego cuento. Que a nivel privado están bien las leyendas, pero me gustaría al menos poder certificar cosas.
Eso sí, mi padre no es «simplemente de Llanes» y «por eso lo se». Era un gran amigo del Dr. Villar Jr. Y hemos seguido siendo amigos de su familia tras su fallecimiento (no recuerdo el año, pero primeros 90 o así). Hasta el punto que cuando estudié medicina, me regalaron su estetoscopio.
Y la leyenda no tiene que ver con sus métodos médicos.
Dolores, no tengo facebook (ya ves), pero si me mandas mail a [email protected] te cuento.
Un saludo y gracias.
Soy nieto de indianos y claramente me interesa que te interese.
Buenas:
Tuve la suerte de trabajar durante todo un verano en la villa y accedí a la planta superior abuhardillada y resultaba impresionante. Todas las paredes y el techo accesible estaban grabados con un punzón con frases inconexas.
ESTIMADA DOLORES.
SOY BISNIETO DE REMIGIO NORIEGA LAZO HERMANO MAYOR DE IÑIGO NORIEGA QUE VINO A MEXICO EN 1864 EN LA GOLETA NOVARA EL MISMO DIA QUE MAXIMILIANO.
VOY A BUSCAR INFORMACION DE LOS HERMANOS.
TENGO UN DOCUMENTAL EN VIDEO DE REMIGIO Y SU HERMANO.
ESTOY EN UNA HACIENDA QUE PERTENECIO A REMIGIO.
HACIENDA DE CHICHIMEQUILLAS EN EL ESTADO DE QUERETARO.
QUEDO DE USTED
ALEJANDRO AMIEVA.
Alejandro, gracias! De los hermanos de Don Íñigo no se sabe casi nada. Especialmente de Remigio, que emigró años antes y en el Archivo no hay más información. Si Ud. consiguiese ese video digitalizado para enviármelo por correo mail o de algún modo, así como cualquier información relacionada estaría muy bien. Puede contactarme en Facebook mandándome una invitación a Dolores Gonzalez Pastor o dejarme por aquí un correo mail de Ud. Muchas gracias.
De los hijos no reconocidos o mejor dicho de los que reconoció. Al final no encuentro detalle alguno. Lo que me contaba mi abuela es que bisabuelo es hijo de Iñigo noriega de nombre Fernando noriega y del hijo Emilio noriega y por siguiente Fernando noriega y su servidor Fernando noriega no se si en esa época les daban. El apellido. El detalle es que no encuentro documentos alguno sobre la desendencia de estas generaciones les pediría que me ayuden a desifrar si en realidad somos directos del árbol genealógico gracias [email protected]
DOLORES.
NO TENGO FACEBOOK MI CORREO ELECTRONICO ES
[email protected]
le busco fotos y documentos
alejandro
DOLORES.
ESTOY BUSCANDO LO QUE LE PROMETI , LA FAMILIA ME ESTA RECOPILANDO MATERIAL, ENTRE LO QUE ENCONTRE ES PARTE DEL TESTAMENTO DE EL PADRE DE REMIGIO E IÑIGO EN EL CUAL CUENTA DE LAS PROPIEDADES QUE SE ADQUIRIERON EN COLOMBRES CON EL DINERO QUE LE LLEGABA DESDE MEXICO.
ASI COMO DE LAS HACIENDAS QUE TENIAN EN LAS CERCANIAS DE LA CIUDAD DE MEXICO, EMPEZANDO CON LA DE ARAGON, CERCA DE LA VILLA DE GUADALUPE DESPUES LA DE XICO LUEGO LA COMPAÑIA. DESPUES ZOQUIAPAN Y AL ULTIMO COAHIXTLA EN EL EDO DE MORELOS, QUE FUE LA QUE PERMUTO REMIGIO NORIEGA POR CHICHIMEQUILLAS A LA FAMILIA ARAOZ Y FELIU EN 1894. EN LA CUAL SE ENCUENTRA LA IMAGEN DEL SEÑOR DE BURGOS, CRISTO ESPAÑOL COMPRADO POR REMIGIO NORIEGA
Nadie habla que la quinta de Guadalupe tambien fue un hogar de auxilio social yo pase 17 anos no tengo Buenos recuerdos solamente me encanto la marabillosa finca con sus arboles y sus cascadas ala gente que estuvo en mi epoca y me conoce un saludo TERE
La historia de Iñigo Noriega es diferente para los que habitaron la zona de Chalco en el periodo de 1880 a 1910, es una historia de terror donde los habitantes fueron despojados de sus propiedades para favorecer al Dictador Porfirio Diaz y sus socios extranjeros, para mantener un régimen de sometimiento, robos, violaciones, ecocidios. La zona de Chalco ya era productiva desde antes de la llegada de Iñigo, la visiòn que tenemos los habitantes de esta zona dista mucho de la Novela que se presenta aqui de Iñigo. La historia tiene sus matices y como tal se debería escribir, al final es historia que no deberia repetirse. El beneficio econòmico fue para el regimen dictador de Dìaz y para los bolsillos de Iñigo. Favor investiguen màs, busquen historia de las Haciendas y comprenderan los excesos y abusos cometidos por los dueños de estas fincas de a qui el desenlace que tuvo con la Revoluciòn Mèxicana. No dudo de la visiòn del personaje para hacer compañias pero a costa de que. . . . Es mi opinion deben poner al personaje como tal. . . persona con cualidades y defectos, que beneficio a pocos y perjudico a muchos.
Gracias por el artículo. Soy de la ciudad de México pero mis abuelos maternos nacieron en Colombres; emigraron a México siendo muy jóvenes y lograron volver en su retiro. Murieron ambos ya, hace muchos años. Su casa era conocida como La Linde, una casa amarilla que está en la parte más alta del pueblo y que recientemente se vendió. (A mexicanos!) Toda mi familia adora Colombres y disfrutamos muchísimo conocer más de su historia. Gracias por la investigación, el interés por el pasado y el cariño.
Juan Escalante Mendoza, escribe en 1575 ITINERARIO DE NAVEGACIÓN A LAS TIERRAS OCCIDENTALES. Se lo dedica a Felipe II, que le nombra Capitán General de la Flota Española.
JOSÉ SERVANDO DE MIER Y NORIEGA, fué un «padre de la patria» de Méjico y José Eusebio de COLOMBRES, de Argentina. Está sin escribir la Historia de Ribadedeva y sus importantes y olvidados hijos, excepcionales y olvidados; por lo mismo estamos retrocediendo el el progreso y sobre todo en SABIDURIÍA Y CONOCIMIENTO.
He descubierto este blog y me interesan sus comentarios.
Soy biznieta de Manuel Posada Noriega, maestro de obras que trabajó en Colombres y alrededores, que construyó diferentes casonas de indianos, puentes y carreteras y que incluso he leído que pudo participar en la construcción de la quinta Guadalupe. Soy nieta de Manuel Posada Noriega hijo, al que se atribuyen obras en colaboración con su padre y hermanos y por su cuenta llevó a cabo diferentes obras en Asturias y Madrid.
Soy biznieta de Luis Caso Rodríguez para quien Manuel Posada Noriega padre edifico en 1899 el que fue hogar familiar, la quinta Buenavista en Colombres.
Ma Teresa Fernández menciona que la quinta Guadalupe fue hogar de auxilio social y es cierto que en los diferentes blogs que se han publicado esto no se cita.
Según la historia que he oido a mi familia mi abuelo materno Manuel Posada Noriega, adquirió la quinta Guadalupe en una subasta y a raíz de ello se enfrentaron los hermanos y no volvieron a relacionarse. El verano del 1936 la familia había previsto trasladarse a la casita que hay dentro de la finca de la quinta, pero estalló la guerra y nunca llegaron a ocuparla.
Siguiendo con esta historia, al fallecimiento de mi abuelo me dijeron que mi abuela vendió la quinta a Auxilio Social, y se desligó de Colombres No dispongo de documentación que acredite lo dicho, pero siendo jovencita pasé muchos veranos en Colombres y recuerdo que un amigo de la familia, que no citaré su nombre, bien informado y con base jurídica le decía reiteradamente a mi madre que aquella venta estuvo mal hecha y que se podría revocar, que había un plazo de prescripción de 20 años y se tenía que invertir mucho dinero y luchar contra instituciones, cosa que nunca se llegó a hacer.
Quizá lo que estoy contando es una historia muy personal que no aporta nada al motivo de este blog, pero me ha animado el ver el comentario en el que se cita ese período en el que la quinta funcionó como hogar de auxilio social para albergar niños huérfanos de la guerra y que coincide con lo que he oido en la familia.
Como ya he dicho se rompió la relación con los hermanos de mi abuelo (Posada Noriega) por lo tanto desconozco la versión por parte de esa rama de la familia y me temo que a estas alturas ya no se podrá indagar, pero cualquier aportación sería interesante para añadir a la vida de la quinta Guadalupe, para mi sin lugar a dudas.
Gracias por prestarme atención, un saludo
M llamò inmaculada Noriega y m encanta saber k mis antepasados han sido grandes y más si empezaron desde abajo , gracias Al recurso del vaLor , el trabajo su inteligencia y esfuerzo !!! Hay coincidencias increíbles !!!! Tres siglos más tarde el espíritu de Los Noriega sigue vivo . Viva Asturias viva españa ??