Arte y Letras

María Ramiro: El libro y la película

Anna Karina en Pierrot el loco

Algunos estudiosos creen que originalmente Océano representaba a todos los cuerpos de agua salada, incluyendo el mar Mediterráneo y el océano Atlántico, las dos mayores masas acuáticas conocidas por los antiguos griegos. Sin embargo, a medida que la geografía se hizo más precisa, Océano pasó a representar las aguas más desconocidas y extrañas del Atlántico (también llamado «Mar Océano»)

Dice el narrador del segundo capítulo-libro de Oceano mare de Alessandro Baricco que hay tres clases de hombres: los que viven frente al mar, los que se internan en el mar y los que logran regresar, vivos, del mar. Y decía: ya verás qué sorpresa cuando descubras cuáles son los más felices.

Lo cierto es que quienes huimos al mar lo hacemos buscando la calma que solo la gente de mar conoce. Nosotros, los extranjeros, lo utilizamos como excusa para cambiar de estado. Esto mismo le ocurre a los personajes del libro de Baricco. Valga la pena decir que habremos de sobrepasar una prosa poética a veces cargante, otras deliciosa, para llegar a los resquicios de cada uno de los protagonistas de este libro. Valga la pena avisarlo aquí y ahora para recomendarlo después, pues aun no siendo ni mucho menos el libro de nuestra vida, es un libro al que se llega invitado, como de rebote, por alguien a quien por alguna razón le marcó y piensa que puede servirnos para algo. En resumen: si quieren saber del mar pueden leer a Verne o a Banville, y hallarán escritura impecable. Si por el contrario quieren algo especial, quédense con este libro de Baricco (solo este) durante un verano.

En Oceano mare el tempo transcurre de otro modo. Las olas se cogen y los días se miden según las mareas. El carácter cambia con el viento del norte. La vida no es más agradable.

Desde ese lugar pueden verse infinitas cosas que desde la orilla del mar son invisibles. Soñar los sueños más maravillosos y escuchar las historias más hermosas de nuestra vida, contadas por hombres cualesquiera un instante antes de lanzarse al mar y desaparecer para siempre. La historia de la frágil Elisewin se mezcla con la de un pintor del mar o un barco a punto de naufragar. Este mar que tanto inspira y cura, es también el vientre que atrapa a los tripulantes de una vieja embarcación, y esta es sin duda la mejor historia del libro.

Supongo que porque son cosas que solo se pueden comprender estando allí, en lo más profundo del océano. Cuando todavía estés vivo porque hayas matado sin piedad, porque hayas comido la carne arrancada de los cadáveres de tus compañeros, porque hayas bebido su sangre. Cuando sientas el verdadero deseo y el miedo, y veas a esos hombres que se desmoronan y que se transforman en niños, para después cambiar de nuevo y convertirse en bestias feroces. Hombres que ven en el cielo signos que no conocían y que contemplan el cielo con ojos que no creían poseer.

El odio se refleja en los tablones ensangrentados, con el agua del mar encima, pudriendo las heridas. Fieros son los cuerpos moribundos arrojados a patadas de la balsa y dulces, en cambio, los ojos de Gilbert mientras besa a su pequeño León. Inteligentes son los gestos con los que Savigny borda su masacre, y locura la de aquellos dos hombres que una mañana abrieron sus alas y se marcharon volando por el cielo, sobre el mar.

En la novela de Baricco, el mar lo es todo. El mar en la película Pierrot el loco, de Jean Luc Godard, es la excusa para escapar. En ambos relatos el hombre desea beberse el mar. En ninguno sale airoso de tal batalla.

Jean Paul Belmondo en Pierrot el loco

Cuando a Godard le preguntaban en las entrevistas qué le había llevado a cambiar la forma de hacer cine en Francia allá por 1960, siempre respondía que para él el cine era como una batalla donde se mezclaban amor, odio, acción, violencia, muerte… si uno ve cualquiera de sus películas que arrancaron lo que en el momento se denominó como la Nouvele Vague, se dará cuenta de que había una clara diferenciación entre lo que debía encarnar cada uno de los personajes, que parecen tener su propia autonomía.

Si uno hace el ejercicio de ver Pierrot el loco por puro placer de los sentidos, descubrirá cómo las secuencias y la realización explican cosas que no hacen los personajes, y que aquello parece ser una única cámara que pivota y sigue a Jean Paul Belmondo o Anna Karina, que actúan a su antojo disfrutando de cada instante de la película. El lenguaje habitual de su mundo son planos y contraplanos sobre ilustraciones, panorámicas sobre anuncios publicitarios y decorados destartalados. Y más: bohemia, mujeres un poco locas, una road movie improvisada y una casa que parece la casa de nuestros sueños. Por parecer, parece hasta que todas esas citas literarias que van soltando son producto de sus lecturas. En realidad lo eran de las de Godard, que por experimentar se permitía licencias personales. Frente al mar, aquellas alusiones a Suave es la noche o a Baudelaire encandilan a la propia Ana Karina y al espectador, que pese a la persecución policial a la que asiste por unas prácticas poco legales, obnubilado querría también montarse en ese coche y huir hacia el mar con aquella pareja de locos.

¿Necesitan escapar? No se preocupen: siempre tendremos tiempo de salir corriendo al más puro estilo Belmondo y revivir cualquiera de las más insólitas y provocadoras secuencias que hicieron esta película un hito del nuevo cine francés, conducir un coche americano y cargarnos a un par de tipos duros para llegar a tiempo al mar. Lo crean o no, este libro y esta película incitan a ello.

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3 Comentarios

  1. Pingback: 02/08/13 – El libro y la película | La revista digital de las Bibliotecas de Vila-real

  2. ¿Escapar, dices?

    La muerte es la única escapatoria. ¡No se puede escapar! Tendrás tu propia sombra siempre persiguiéndote; quien dice sombra dice consciencia. Efímeras escapatorias esas que propones; seguramente bellas.

    Siento curiosidad por saber cuál de los tres tipos es más feliz. El que mira al mar, el que se sumerge en él o el que sobrevive a la experiencia.

    Lo leeré y la veré.

  3. Compuse unas canciones, a propósito de Océano Mar. Disponibles aquí:
    http://tomaspinel.wordpress.com/2014/04/25/elisewin-a-proposito-de-oceano-mar/

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