En ese campo abierto y casi siempre indómito que es internet, no hay día en que a Dani Mateo no le llamen payaso, titiritero u otros calificativos tan en boga entre la ilustración contemporánea. A él, según reconoce sorprendido, esas apelaciones le dejan más bien perplejo, pues siempre quiso ser payaso, o por lo menos feriante. Hasta qué punto lo ha conseguido es algo que sin mucha perspicacia cualquiera puede llegar a valorar, pues no hay nada más parecido a una caseta de feria itinerante que el panorama televisivo de hoy, donde Dani se desenvuelve como pez en el agua. Pasó por Sé lo que hicisteis…, intentó hincarle el diente al periodismo deportivo con Periodistas F.C (y perdió varias muelas y dos caninos en el intento) y ahora mismo, mientras se hunde el mundo sin que lloremos por él, colabora activamente en El Intermedio y se pelea con todo tipo de audiencias intentando hacerles reír con su monólogo PK 2.0. Y en cierta ocasión memorable le obligaron a abrazar a un árbol, a ceñirlo con amor, mientras se sometía a una sesión de fotos a las órdenes de un auténtico fotógrafo del arte. Él no lo sabe, pero apenas hay dudas de que ese fue el origen de todo.
Estudiaste periodismo en la Universidad Autónoma de Barcelona. ¿Cómo se desarrolla tu carrera hasta terminar participando principalmente en programas de humor?
Todo ha sido una caída estrepitosa en el humor. De niño quería ser payaso.
No me digas.
Sí, le decía a mi madre que quería ser payaso, payaso de caravana. Los payasos me fascinaban; iba mucho al circo y pensaba que ser payaso era lo más: ir en un coche pequeño, que te tiraran tartas… y que te pagaran por eso. Era mi sueño. Pero recuerdo que mi madre me dijo que era una vida muy dura, que había que ir de pueblo en pueblo, vivir en caravanas, sin tener apenas nada para comer… estaba describiendo, sin saberlo, la profesión de periodista. Entonces yo, muy serio, le dije que quería ser veterinario. Me dijo que le parecía mucho mejor, y me preguntó que por qué veterinario. Le contesté: “Para curarles las diarreas a las monas.” Creo que, con cinco años, fue el primer chiste que hice; vi que no es oro todo lo que reluce, y que un veterinario también le tiene que limpiar el culo a los monos. Total, que se me quedó que el payaso vive muy mal y no come, así que pensé “¿qué se parece a payaso, pero con título?” Quería hacer algo que tuviera que ver con la comunicación; fui a estudiar comunicación audiovisual, pero no me dio la nota. Ya por aquel entonces estaba totalmente desbocada. No sé qué pedían, pero no sé quién coño estudió allí. Desde luego, genios que ya no trabajan en España, estarán en el extranjero. Así que estudié periodismo porque era la alternativa más parecida, pero desde los primeros días ya tuve claro que como periodista iba a ser un fail total. ¡Si yo soy un negado! No me interesaba, todo lo que era redacción periodística se me atragantaba… quería poner estilo. Solo al final de la carrera, cuando me explicaron un poco lo que era el nuevo periodismo, le empecé a ver algo de encanto a aquello.
Es decir, que eres de los que estudió periodismo para pasarlo bien cinco años más.
Quería tener un título para que mi madre dejara de llorar haciendo algo relacionado con la comunicación. Pero lo que siempre tenía en mente era ser payaso, y cuando le fui dando forma a esa idea mi referente era siempre Andreu Buenafuente. El late-night siempre fue un formato que me atrajo mucho y quería ir por esa vía: Buenafuente, Jay Leno… Recuerdo que cuando llegué a la facultad lo primero que nos dijo el rector en el Aula Magna fue: “Aquí no habéis venido a ser Buenafuente.” Yo me levanté y me fui diciendo: “joder, esto es una puta mierda.” Me metí en la cafetería y ya no salí. O sea, que estudié periodismo por imposición y desidia, como creo que hace la mayoría de los que estudiamos periodismo.
La mayoría de la gente que estudió periodismo acaba confesando que mejor habría sido estudiar cualquier otra cosa…
De hecho, los mismos profesores me decían eso. El desaliento rodea la carrera y la profesión de periodista; si hablas con periodistas te dicen: “No hagas esto, déjalo, está fatal”. Los periodistas de la universidad, que en muchos casos son periodistas frustrados, te dicen que están ahí porque no han tenido otro remedio pero tú, que aún estás a tiempo, puedes salvarte. Todo es como una puta mierda desde el principio. Creo que, sin saberlo, igual lo mío es vocacional; de otro modo no me explico por qué seguí estudiando, me empeñé en hacerlo.
¿Te ha aportado algo a tu carrera profesional lo que aprendiste en la universidad?
La sensación de que nadie te regala nada. Se empeñan tanto en dejarte claro que no hay ninguna posibilidad real, que te obligas a creer en ti mismo. Te enseña a creer en ti. Lo que te enseñan a nivel académico… sinceramente, no. McLuhan nunca me ha sacado de ningún apuro. Estructura de la comunicación de masas II no es un conocimiento al que haya tenido que recurrir muy a menudo. Pero este salir adelante pese a que todo pinte mal que te enseñan en la carrera sí te sirve en el futuro. Como todo siempre pinta mal, y el futuro es aún más negro, ese seguir adelante pese a todo que aprendes en la facultad es útil.
¿Te siguen haciendo gracia los payasos del circo?
Aún me río un poco, pero mi listón ha subido. O lo han bajado ellos, no lo tengo muy claro. Queda algo de buen circo, algunos soñadores, como el Raluy; o los que ya lo han sublimado, como el Circo del Sol. Si mi madre viera lo que cobran por cada entrada iba a cambiar de idea de lo que es la vida circense. Pero el circo en general ha hecho poco por mantenerse a flote: esos animales drogados, ese mono fumando que te roba las palomitas…
¿Qué es lo que más te gusta hacer de todo lo que haces? Monólogos, programas de televisión…
Lo que me gusta es ver crecer la hierba. De lo que hago para ganarme la vida porque no hay otro remedio, intento disfrutar con casi todo. Todo se parece mucho. Cambia el sitio, pero lo que hago viene a ser lo mismo: hablar intentando ser divertido. Quizá hay días que se han dado mal, o después de leer la prensa recién levantado sin un café en el cuerpo y con esa avalancha de negatividad me dan ganas de aullar como Charlie Rivel; alguna vez lo hago, me sirve como terapia. Los vecinos piensan que es el perro, pero no, he sido yo.
¿Ha pasado un poco de moda esa manera de hacer humor? Quizá queda Tricicle y poco más.
El circo en general ha pasado de moda, como te decía antes. Lo mejor para eso es el teatro; no hay límite de tiempo, no hay línea editorial, no hay publicidad… no hay nada más que tú con un micro y la gente. Lo que intento en la radio, en la tele y en la prensa es hacer algo parecido a lo que hago en un teatro, seguir siendo yo pero amoldándome a lo que me piden, algo que en el teatro no hay. Cuando vas a una radio o una tele entras a formar parte de una estructura más grande y eres un empleado, por lo que tienes que acabar haciendo lo que te dicen que hagas y buscarte las vueltas para intentar aportar algo tuyo. En el teatro eres sólo tú, con lo bueno y con lo malo.
¿Eres más libre en el teatro que en la televisión?
Es que yo he tenido mucha leche. Si miras lo que he hecho en televisión… es un lujo. La noche sin tregua era un piso de estudiantes, un cachondeo perpetuo. Además éramos unos potros debocados, sin presión ni saber qué era la audiencia. Eso solo porque había cámaras. Luego, cuando di el salto a Primera División con Sé lo que hicisteis… fíjate qué programa, qué libertad. Podíamos hacer de todo, participar en el proceso creativo, escribir los sketches, editarlos… Y en El intermedio, que para mí es un paso más porque ya estás en “prime-time”, el margen de libertad que te dan, la cantidad de cosas que podemos decir que en otro sitio serían impensables. Es poco habitual. Tendría que estar en un Sálvame para ver lo que es televisión de verdad, donde te dicen que te toca pelearte con Lidia Lozano, y si preguntas por qué la respuesta es “porque sí, porque lo digo yo y además tienes que hacerlo justo antes de la publi de Campofrío”. Eso sí que es tele de la dura. Yo no la he conocido, por lo tanto casi todo lo que he hecho en televisión se parece mucho a lo que hago en un teatro. No puedo realmente juzgar lo que es trabajar en la tele con esos límites. Sé que hay gente muy jodida por ahí, gente con mucho talento, amigos míos que están de redactores en Intereconomía, por poner un ejemplo, donde sabes que tienes un margen de movimiento muy pequeño. Pasa en casi todos los medios.
¿Ni en Sé lo que hicisteis ni en El intermedio os han puesto límites?
Los límites los marca el sentido común. Es algo muy importante, pero en esta profesión y en todas. Es cierto que, como en El intermedio no participo en el guión, lo que me viene está ya hecho. Pero creo que en El intermedio todos están muy a favor de obra, todos los que lo hacemos participamos, con discrepancias puntuales, de lo que se dice. Me gustaría estar, como reto, en un programa con el que no coincidiera en nada y cuyas opiniones fueran completamente opuestas a las mías para saber hasta qué punto sería capaz de adaptarme a eso.
¿Por ejemplo?
El gato al agua; ahí, con dos cojones, dando caña con un Xavier Horcajo. Si soy capaz de adaptarme, es que soy un camaleón. Pero no creo que pudiera.
¿Reconoces que El intermedio está bastante politizado?
Hombre, eso no lo reconozco yo, lo ve un ciego. LaSexta entera está muy politizada, lo cual es bueno. Es de las pocas cosas que nos dijeron en la carrera que he visto confirmadas: la objetividad es imposible, no hay un medio objetivo. No existe un medio apolítico; hasta el Cuore tiene política. Lo que sí es bueno es que haya muchos medios, cuantos más mejor, de opciones muy distintas, para que puedas ver dos puntos de vista enfrentados de un mismo asunto. Está claro que en El intermedio siempre van a tener una visión de la realidad, que no es la única ni la buena, y que en otros sitios van a tener otra, como en El Mundo. El caso de Intereconomía es distinto; mucha gente dice que El intermedio es como Intereconomía, pero de signo contrario. Sí, somos justo lo contrario porque no mentimos. Primero, nosotros somos un programa de humor, no nos vendemos como informativo. Y segundo, opinamos sobre cosas reales, no inventamos datos. No decimos que en una manifestación ha habido un número de personas imposible. No insultamos, no llamamos guarra y puta a una política de la Generalitat. No es comparable ni en el formato, ni en el género ni en las cosas que decimos.
¿Ahora hay humoristas de derechas?
Los ha habido siempre, y muy buenos.
Quizá antes eran más buenos que ahora: un Jardiel, un Muñoz Seca…
…un Tip. Sí. Hombre, yo creo que Salvador Sostres es humorista, aunque sin él saberlo.
¿Crees que él no lo sabe?
Sí, yo creo que sí. Sostres… ¡qué hijo de puta! Es un provocador. En la universidad ya comentábamos sus artículos en el Avui. Cosas del tipo “Cuando te puedes pagar una puta de mil euros empiezas a desvirtuar el sexo con amor.” Ese tipo de opiniones tan de Sostres. Ha encontrado un filón, yo creo que es un sofista. Sostres no cree en nada, pero sabe muy bien cómo tocar los cojones, es su gran don. Pero a mí a veces me indigna, traspasa algunas líneas rojas. Pero humoristas de derechas… es una buena pregunta, porque mira que en mi profesión… yo es que creo que cada vez hay menos humoristas que se mojen políticamente, y eso sí que es triste. Los hay de derechas y de izquierdas, pero que hablen o denuncien…
Quizá es porque la política está tan sucia que no hay muchas ganas de meterse en ella.
Tengo poca fe en los políticos, pero en la política sigo teniendo fe. Creo que la política es importante como marco para que esto funcione. Lo que pasa es que los políticos… se habla mucho ahora de la casta de los políticos, y creo que está muy bien buscada la palabra, porque están separados de todo; y yo añadiría que son los intocables: la casta de los intocables. Se defienden entre ellos, están cada vez más desconectados de lo que piensa la calle. Es un “ellos contra nosotros”. Pero sobre política sí que hay muchas cosas que decir y muchas cosas que denunciar, y de eso va el humor. Los humoristas que me gustan son los que se mojan desde el absurdo, haciendo evidente el absurdo de muchos comportamientos humanos. George Carlin me parece un puto genio. O Bill Maher, con sus sombras. A Bill Maher le he oído hablar sobre política antiterrorista o sobre algunas cosas sobre las que no estoy de acuerdo, pero es gracioso, crea polémica y está más conectado con lo que piensa la calle que muchas de las cosas que dicen los políticos. Ahora que los políticos no están haciendo su trabajo quizá los cómicos tenemos que cubrir esa parcela. Agradecería que saliera un cómico de derechas. Las cosas, con una sonrisa, se pueden hablar mejor.
En el mundo del espectáculo da un poco de vergüenza decir que eres de derechas, y si lo dices se genera un pequeño escándalo.
Hoy en día la derecha es difícil de defender. En mi familia hay gente de derechas y ellos mismos no entienden esta derecha de hoy en día; sin valores, sin moral y vendida al capital. Había hasta filósofos de derechas, con los que podías estar más o menos de acuerdo, pero veías una ética detrás. Ahora mismo detrás de la derecha sólo hay conveniencia. ¿Qué es lo que más conviene a la empresa o al mercado? Ha dejado de ser una ideología. Si un amigo mío viene y me dice que es de derechas, a poco que rasque me daré cuenta de que no es que sea de derechas, es que es un tío práctico. Lo más práctico es hacer lo que dicen, adaptarse a lo que pide el mercado y así salir adelante sin luchar por ideales. Pero eso no es la derecha, la derecha era muy soñadora y tuvo una época muy utópica.
¿Crees que al revés también pasa? Gente que dice ser de izquierdas pero que luego su vida no es coherente con sus ideas.
Sí pasa, pero canta más. Cuando alguien dice ser de izquierdas pero luego intenta aplicar esos valores de izquierda al mercado o darle una salida práctica, se acaba desmoronando. Quizá queda mejor decir que se es de izquierdas y no serlo que decir que se es de derechas y no serlo. Estamos muy desconcertados sobre lo que es ser de izquierdas o de derechas; hay tan pocos ejemplos a seguir, tan pocos referentes, que se ha desvirtuado mucho. Si ser de izquierdas significa tener un cierto sentido de la justicia social… la izquierda moderada, la izquierda radical… yo no soy anarquista, pero me considero de izquierdas en el sentido de que considero que hay que vivir y dejar vivir, intentar que la gente que te rodea sea lo más feliz posible y que tenga calidad de vida.
A Federico Jiménez Losantos el comunismo le parece una mala idea que se basaba en los buenos sentimientos.
Qué listo es Losantos. Yo creo que era una buena idea que no contó con el factor humano. Como pasa con casi todas las buenas ideas, nos olvidamos de que las tienen que aplicar monos que se peinan. Pero también te digo que mi abuela, que era de Falange, me enseña libros y me recita poemas de aquella primera Falange y hay muchos puntos en común: la solidaridad, el todos a una, el luchar por el bien común… es que los extremos se tocan. Luego claro, la gente que aplicó aquello y los que aplicaron lo otro en Rusia se perdieron por la codicia. Lo que faltan son valores, eso sí que se ha perdido del todo. La política está perdida, pero la ética aún más.
Según tengo entendido eres bastante afín al movimiento del 15M. ¿Qué han aportado?
De momento no han aportado nada.
Quizá tiene relación con lo que decías, que es muy utópico, pero que luego se ha de llevar a cabo.
Tengo familia valenciana, y ese concepto de la falla, de que todo arda para purificarse, es bueno. Cuando las cosas se pudren mucho por dentro y están muy anquilosadas, como es el caso del actual sistema político, hace falta un 15M aunque sea ingenuo, con muchos errores, sin una salida práctica y que no esté orquestado, para que al menos quede claro que lo que hay no está funcionando. El 15M ha sido un bonito despertar para mí, ha sido un grito, un aullido como el de Charlie Rivel; ahora toca empezar a vehicular. Como aullido tiene que servir para que los que saben darle forma a todo esto y tienen los mecanismos para poner un poco de orden en nuestra sociedad lo interpreten como un lamento agudo que parte de gente que lo está pasando muy mal e intenten virar y empezar a hacer las cosas de otra forma. Vehicular el 15M es muy difícil, pero escucharlo no lo es tanto. Si por lo menos sirve para que los que están haciendo las cosas, se están reuniendo en las cumbres y se están haciendo la foto oigan a la gente quejarse e intenten variar y empezar a hacer las cosas de otra forma… Cuando ves estas nuevas propuestas en Europa o cuando escuchas el discurso de investidura de Hollande oyes mucho de lo que se lee en internet o se oye en Sol de una nueva forma de hacer política, de salir de esta crisis en una dirección que nos permita vivir a todos y no en la dirección que parece la única posible y que no gusta a la gran mayoría.
¿Qué defectos le ves al 15M?
Mucho bongo. Leí un tweet muy bueno que era “Estoy a una batucada de hacerme pro-sistema”. Me parece muy bien que tenga ese carácter festivo, pero convertirlo en una acampada y darle una estética que deja fuera a muchos de los que compartimos las ideas lo puede desvirtuar. En el 15M hay gente mayor y gente de 15 años. Los de 15 años van a estar con el porro y los bongos en Sol, y luego habrá un tío de 40 años que se pase por allí un rato, escuche un par de asambleas y se pire a su casa; y ese tío también es 15M. Si se radicaliza perderá el sentido, la adhesión de los que lo apoyamos y muchas otras cosas. Le sobra bongo y el contenedor quemado, que no ayuda. Pero también es verdad que detrás de esa imagen que se quiere dar en según qué sitios veo una mano negra, igual que mucha provocación para que salten los que ya van a los sitios esperando ver un contenedor para quemarlo antes de preguntar. Hacer saltar a esa gente es tan fácil que algunos a los que no les interesa que el 15M siga, o que haya quejas, es a lo que se dedican. ¿Tú viste a esos policías de paisano en Barcelona? Unos tíos con unas rastas de pega, un mocho en la cabeza y unos brazos como jamones ibéricos. No eran unos magos del disfraz, pero ahí estaban.
El 15M pide mucha más intervención del Estado y lo público en los asuntos de los ciudadanos. Pero si estás en contra de los políticos, ¿no es eso un poco contradictorio?
Pero es que lo público sigue teniendo sentido. Yo no me creo este rollo neoliberal de que lo público tiene que morir porque la evolución así lo pide. El mercado siempre pide lo mismo: más mercado y menos gestión pública, porque les interesa a ellos. Lo que debería hacer el Estado es delimitar el ring en el que debe moverse el mercado. Por ejemplo, de todo lo que está pasando ahora mismo, la crisis que me preocupa a mí es la del futuro: la deslocalización, llevar toda la producción fuera porque es más barato fabricar en Bangladesh que aquí. Si no le ponemos límites a eso y dejamos que el mercado se autorregule, como siempre busca el máximo beneficio no se va a preocupar de que la gente tenga unas condiciones de vida dignas, porque eso va contra el negocio. Lo suyo es que el mercado piense en el negocio y que el Estado piense en la gente. De esa negociación debe nacer un lugar que permita convivir.
Todos somos un poco culpables; estamos encantados de que sean asequibles móviles de última generación, por ejemplo.
Los ciudadanos durante mucho tiempo hemos estado muy dormidos y demasiado poco conscientes de que somos un actor importante en todo este proceso, que también nuestras decisiones cuentan, que lo que hacemos tiene sus consecuencias y tenemos que ir aprendiendo a ser una ciudadanía responsable. Eso está naciendo ahora, y es también del 15M. Ni dejarlo todo en manos de papá Estado, como critican desde un lado con razón, ni dejarlo todo en manos de papá mercado, como critican desde el otro lado. Dejemos ya de ser hijos de papá, nosotros tenemos que poner de nuestra parte. Y tienes toda la razón del mundo, cuando veo algunas ofertas de Zara me pongo a temblar, porque pienso que si el vestido vale 12€ que mi sueldo sea de 400€ ya estará bien. ¿Vamos a ir empequeñeciendo hasta desaparecer o cómo va eso? En Francia estuve viendo unos documentales que están muy bien; enseñan dónde se fabrica casi todo lo que consumimos. Te enseñan el último móvil y te dicen su precio. Seguidamente te muestran qué pasa en las minas y ves a los niños, muchos de los cuales mueren antes de cumplir los 15 años, sacando el coltán con las manos. Y dices… ¡hostia puta! Ésa es la parte que no queremos ver. Creo que nos hemos despertado muy de golpe y estamos recibiendo cada día golpes muy fuertes que no esperábamos, pero me gusta el proceso. Ya que la globalización parece ser inevitable vamos a empezar a domarla y ponerle las riendas, a decirle “hasta aquí sí, hasta aquí no”. Vamos a globalizar un poco la justicia, no la injusticia ni las desigualdades. Todo eso parece muy complicado, pero parte de una cosa muy sencilla: ética. Unos valores que están muy claros. ¡Si ser buena gente no es tan difícil y todos sabemos lo que es ser buena gente y ser mala gente!
Ha costado mucho serlo.
Sí, pero tenemos mucha historia para revisar. Sacas un común denominador de lo que durante mucho tiempo se ha considerado ser bueno y hacia eso tenemos que ir. Pero ponerle una etiqueta es complicado, ves mucho cinismo por ambas partes. Jot Down, por ejemplo, ¿qué es? ¿Tiene ideología? ¿Es de derechas o de izquierdas?
No lo sé; se han recibido críticas por ambas partes.
Es bueno que la gente hable. Tenemos que hablar mucho. En Jot Down me sorprendió muchísimo la entrevista a Mario Conde. Me parece un tipo fascinante y muy aprovechable. Luego escuchas a Carrillo y también me parece un tío inteligente y muy aprovechable. Ambos tienen en su currículum cosas que no te las crees, cosas horrorosas, porque todo el mundo se equivoca, nadie es perfecto. Por eso quizá igual tenemos que abandonar un poco los prejuicios e intentar poner lo mejor de cada uno en común y hablar. Ésa es una de las cosas que más me gusta del 15M. No excluye. La única forma que tenemos de salir adelante es hablar y yo, humildemente, como comunicador, voy a hacer lo único que sé hacer, que es hablar y participar en este debate que se está generando. Por cierto, ¡cómo cuesta hablar de política y mantener el humor! A lo mejor por eso hay tan pocos cómicos que hablan de política, te pones serio en seguida.
Muchas veces la ideología se toma como un ataque personal.
Hombre, es que hay muertos. Y muchos. Venimos de un país con una historia muy negra y mucha sangre; todos tenemos en la familia a dos generaciones con algún muerto de un bando o de otro. Y eso dificulta mucho hablar de una forma tranquila de este tema con cierta ironía y sentido del humor. En las conversaciones políticas la gente se acaba encabronando; si hablar de política siempre es difícil, hablar de política en España se está poniendo… y por más generaciones que pasen no superamos ese bache. Los muertos, como en Walking Dead, siguen saliendo. Cuando ya parece todo olvidado de repente aparece una mano de la tierra.
Quizá hay intereses en que no se superen.
Sí, el enfrentamiento sigue dando dinero.
Volviendo al humor, ¿cómo preparas un monólogo?
No lo sé, no tengo técnica.
¿Cuánto tiempo te lleva? ¿Dos horas? ¿Un día? ¿Un mes?
Me lleva mucho, por eso hago el mismo durante tanto tiempo. Casi todos los que nos dedicamos a la comedia somos un poco vagos. Quizá para otra gente no, pero para mí escribir es un proceso bastante doloroso. En el escenario es muy divertido, pero ponerlo en papel es como un parto, lo paso fatal.
¿Te sientes cómodo en el escenario?
Muy bien. De hecho, el monólogo se escribe en dos fases. La primera, donde escribo lo imprescindible para poder subir al escenario, y la segunda, que es la buena, es en el escenario, con el público. Ahí es donde realmente se va escribiendo. Lanzas ese chiste que creías que iba a ser la bomba, acaba siendo una puñetera mierda y lo tienes que tirar. Y otro, en el que no tenías ninguna fe, empieza a funcionar y le tienes que ir dando forma; improvisas y se acaba convirtiendo en un chiste que funciona. Pero escribir es un horror. Algunos cómicos ya han encontrado su rutina y sus temas. Luis Piedrahita, por ejemplo, es un tipo muy metódico. Él habla de cosas pequeñas y de ahí parte siempre: de las mandarinas, de las cosas que hay en el baño… Hay otros que van sobre lo que hace la gente. El club de la comedia fue un filón para ese tipo de monólogos, muy Seinfield: “¿Os habéis dado cuenta de que…?” “¿No os ha pasado nunca que…?” Yo no hago nada de eso. Tengo ideas que me hacen gracia y luego, cuando intento ponerlas todas juntas y formar con ellas un discurso lo paso fatal porque no tienen nada que ver unas con otras. O me pongo muy literario y no funciona… es realmente complicado. Lo que hago es encerrarme y pelearme conmigo mismo hasta que sale algo. Salgo arañado, con la ropa hecha harapos y un monólogo de mierda. Con eso me subo a un escenario y ahí empieza a cogerse. Es todo muy lento. Y el resultado no acaba siendo muy bueno [Risas].
Cuando entrevistamos a Tricicle nos dijeron que tenían ya estudiado cada cuántos segundo se reía el público y cuántas veces a lo largo del espectáculo…
¡Qué catalán!, ¿no?
…incluso los tipos de risa. ¿Te pasa lo mismo? ¿Según las reacciones ves si has creado el efecto que querías?
No llego al punto de cronometrar a mi público. Pero sí que es verdad que si durante más de dos minutos no hay risas, algo estás haciendo mal. No hay ningún chiste que dure dos minutos. O la risa después de dos minutos tiene que ser clamorosa y que se venga abajo el teatro. Y es que el monólogo no es como una obra de teatro; si hay silencio y al final un aplauso es un completo fracaso, por largo que sea el aplauso. Un monólogo pide risas todo el rato.
¿Recuerdas alguna situación en que no arrancara y sentirte…?
Sí, pero no hemos venido aquí a humillarme, ¿no? [Risas]
¿Cómo afrontas una situación así?
Es difícil hacerle frente a una situación en la que no se ríen.
Siempre puedes hacer las pedorretas con el sobaco…
…o fingir un desmayo, eso funciona. No, creo que la forma más honrosa de salir es ser sincero y decirles: “No os está haciendo ni puta gracia, ¿no?” Entonces mucha gente se ríe porque se olvidan de que el teatro no es la tele, donde entre ellos y tú hay una pantalla, con lo que si no se ríen no te va a afectar. Pero en teatro no hay pantalla; entonces si no te ríes yo te veo y si eso dura mucho rato ya empiezas a joderme. Como en La rosa púrpura de El Cairo, si cruzas la pantalla provocas una risa incómoda, pero risa al fin y al cabo; y ya tienes algo con lo que volver a empezar arrancar. Pero claro, si el siguiente chiste es malo y el otro también, aunque estés ahí le da igual, y te pasa un poco como al padre de Quique San Francisco.
¿Qué le pasó?
Tiene una anécdota brutal. Estaba haciendo una obra de teatro muy mala y lo sabía. Salió al escenario y su frase era “Oigo pasos.” Se levantó uno del fondo y dijo “Soy yo, que me voy.” La base para que haya risas es que lo que hagas sea divertido. A partir de ahí, si es divertido pero no acabas de conectar con el público, hay trucos y formas de salir; pero si lo que haces no es nada divertido la gente tiene todo el derecho del mundo a no reírse. Yo al principio era muy malo. Pero malo, malo, malo; malo con avaricia, porque además estaba como muy de vuelta, miraba a la gente por encima del hombro; me había creído mucho lo del humor inteligente. Era como Bill Murray en Tootsie, cuando están en una fiesta de cumpleaños y Murray, que es un director teatral, dice que no le gusta cuando al acabar una obra le felicitan, sino que le gusta que al cabo de tres semanas se le acerque un tipo por la calle, le diga que vio su obra y le pregunte de qué iba. Al principio yo era un poco así de gilipollas. El humor pide mucha humildad y es una cosa muy sincera, no se puede fingir. Por bien que te caiga el tío que está sobre el escenario es mucho rato el que hay que estar riendo, y al final se acaban cayendo las máscaras.
Hicisteis un programa que se llamaba Periodistas F.C.
No lo hicimos, lo empezamos a hacer.
Si no recuerdo mal era una especie de Sé lo que hicisteis de la prensa deportiva.
Ésa era la idea, pero nos faltó “punch”.
¿En qué sentido?
SLQH iba a saco contra la prensa rosa. Nosotros quisimos ser demasiado amables. Nos encontramos con dos problemas: primero que fuimos demasiado descafeinados. Los periodistas deportivos van muy a degüello, y no estuvimos a la altura. Creo que deberíamos haber enseñado más sus vergüenzas. Quisimos empezar poco a poco, pero en televisión ése es un término en desuso; o vas deprisa y te compran en seguida, o estás muerto. No nos dieron tiempo a coger velocidad de crucero. La idea del programa era empezar ganándonos a la gente de la prensa deportiva, porque necesitábamos su colaboración; pretendíamos que nos compraran, que vieran que éramos chavales sin más intención que echar unas risas y, poco a poco, ir dando más palo. Pero nos falló la estrategia; deberíamos haber empezado dando palos duros desde el principio porque la gente, para vernos a nosotros criticar de forma “light” a Roncero, prefiere ver cómo el presentador de su propio programa le mete palos. Nos faltó garra. Y además nos encontramos con que la gente aficionada al fútbol no está muy por la labor de tomárselo a risa.
¿Por qué se lo toman tan en serio?
Yo qué cojones sé. Cada vez que hay un intento de hacer algo de periodismo deportivo alejado del forofismo, fracasa. Javier Gómez, colaborador de Jot Down, tenía un programa cojonudo en Marca TV que se llamaba Entre copas en el que intentaba hablar de deporte desde una óptica desapasionada, más reflexiva, hablando de las intrahistorias, del deporte, buscando una tertulia más sosegada… fracasó estrepitosamente. Nosotros intentamos hablar del deporte con sentido del humor, riéndonos un poco de los tópicos de un bando y otro —digo de un bando y de otro porque en el fútbol hay bipartidismo y se acabó—, de que los otros clubes no existan. Pues se lo tomaban mal los del Barça, los del Madrid, los de los otros clubes… Un amigo mío, Juan Solo, tiene un blog en Marca, te recomiendo que entres a ver los comentarios. Eso es “Conectamos en directo con Mordor”. De “hijo de puta” no baja ninguno. Antes decíamos que en política es normal porque hay muchos muertos, ¿pero en fútbol?
A mucha gente mentarle a su equipo de fútbol le parece más ofensivo que insultar a su madre.
Creo que utilizamos demasiado el fútbol como terapia y catarsis. En el fútbol todo está permitido: insultar al árbitro y cagarse en su puta madre, cagarse en el de al lado porque lleva una bufanda de un color distinto… utilizamos el fútbol como un exorcismo para sacar todo el mal rollo de la semana. Volcamos ahí lo peor de nosotros mismos y está permitido. Con lo cual todo lo que hable del fútbol buscando lo mejor del ser humano está condenado al fracaso, porque el fútbol existe precisamente para que el ser humano vuelque lo peor de sí.
¿Piensas que el clientelismo es bueno al hacer periodismo deportivo?
No, lo tolero, pero no creo que sea bueno, me gustaría que no fuera así. Yo disfruto mucho leyendo a Normal Mailer y sus crónicas sobre los combates de Muhammad Ali. O leyendo a John Carlin en El País, te cuenta historias. El periodismo deportivo ilustrado me encanta, me encantaría que tuviéramos una prensa deportiva así. Pero bueno, yo también participo un poco. Pero todo lo que tenga que ver con la convivencia en sociedad, para lo que es imprescindible un periodismo sano… joder, deberíamos tomárnoslo más en serio por la cuenta que nos trae a todos. Te puedes enfadar mucho por un artículo del As o uno del Sport, pero difícilmente vas a salir a la calle a pegar a un tío… El skinhead que va a pegar al Bernabéu no se lee los artículos hasta el final. Yo discuto mucho con Wyoming sobre si las expulsiones de Pepe son justas o injustas, incluso podemos elevar el tono, pero de ahí no pasa. Pero en política, o más allá de la política y el votar, como cosas que afectan a nuestra convivencia y pueden determinar en un sentido o en otro la gente que nos va a gobernar y el futuro… Creo que el periodismo se tiene que acercar un poco más a los grandes temas del ser humano, a la Filosofía. Como decía Ricardo Castella en unas de sus frases más brillantes “me compro El País para saber lo que pienso”. Todos nos educamos gracias al periodismo, y acabamos formando los principios que reinan en nuestra vida. Somos lo que leemos; yo no rijo mi vida según lo que leo en el Sport, pero a lo mejor sí que rijo mi vida según lo que leo en El País, en El Mundo o en Jot Down. Creo que es muy importante, y ya no solo para nosotros, sino para generaciones venideras, que ahí tengamos una especie de filtro; que cuando uno empuña una pluma para escribir para mucha gente sepa el poder que tiene lo que está diciendo y que intente dar lo mejor de sí. Si eres periodista deportivo puedes dar lo peor de ti mismo, pero si eres periodista…
¿Ejerces la autocensura? ¿Hay temas que prefieres no tocar?
Cada vez menos, como habrás podido comprobar en esta entrevista.
Me refiero en tus actuaciones.
En mis actuaciones nada. Al final me he dado cuenta de que aunque intentes disimular siempre se te acaba viendo, no existe el disfraz perfecto. A lo mejor Sostres sí lo tiene, pero creo que tampoco.
¿No hay temas sobre los que dudes si hacer una broma?
Con la edad le voy perdiendo el miedo, creo que ya que me pagan por hablar lo mínimo que puedo ser es sincero. Y muchas veces lo que ofrezco son mis propias incoherencias. Lo que dice Sabina: soy un cúmulo de incoherencias y por eso soy tan grande. ¿Qué compramos de Sabina? Dice una cosa y hace la contraria, le cantas al amor y te follas a la camarera… ese tipo de mierda. Creo que al final es la mejor política. Con Periodistas F.C. empecé muy temeroso, me protegía mucho, intentaba parecerme mucho a mis ídolos y muy poco a mí mismo, no quería mostrar mis vergüenzas, posaba frente a la cámara e intentaba salir guapo todo el rato sin serlo, y esa impostura va cayendo.
Pero si te pasaran un buen guión, ¿harías gracias sobre el 11M, ETA, o el Holocausto?
Son los que más me gustan; mi último espectáculo se llama Pecados 2.0 y va sobre religión. Es un tema muy leitmotiv porque, aunque no lo parezca, soy muy místico y siempre me ha fascinado ese tema. También soy muy escéptico, y por tanto es un tema al que le doy vueltas constantemente. Empiezo a hablar de una cosa y siempre acabo metiendo algo de religión porque me atrae. Yo doy palos a todos y me quedo solo: hablo de terrorismo y fundamentalismo islámico, y del tío que se pone una bomba en el pecho porque piensa que le esperan en el cielo muchas tías. Yo nunca he estado tan salido, prefiero pagar, y no defiendo la prostitución. Hago ese tipo de chistes y la gente se queda un poco… pero me da igual, porque es lo que opino, y creo que al final, si dices lo que piensas con una sonrisa y muestras tu propio desconcierto frente a tus pensamientos, todo está permitido.
¿Conoces a Bill Hicks?
Me encanta. Un tío que es capaz de hacer esos chistes sobre el cáncer fumando y diciendo “¿os acordáis de lo que os decía sobre el tabaco? ¡Era mentira!” y se pone el cigarro en la garganta y empieza a soltar el humo. Eso partía de un miedo real; eso es lo bonito. Luego quizá hay mucha gente que no quiere que el humor incomode, pero no soy de ésos. Mi ídolo y referente en cuestiones de humor locales siempre fue Pepe Rubianes. Era un tío que despertaba muchos odios; de hecho, en algunas partes de España lo declararon “persona non grata” por aquello de “que se metan a España por…”, pero a mí me parecía un tío muy noble. Creo que lo que hay que hacer en casi cualquier cosa que hagas es mostrarte tal como eres.
Goyo Jiménez no soporta el humor con nombre, asegura que es el recurso de la falta de talento. Hacer chistes sobre Falete, etc.
Yo hago chistes sobre Falete. Hombre, creo que hay que hacer concesiones contigo mismo. A mí me gustaría que todos mis chistes fueran como los de George Carlin o Bill Hicks, pero es muy difícil. En un espectáculo de dos horas tienes chistes que sabes que los recordarás cuando tengas 60 años y lo seguirás haciendo. Y luego hay otros que los tienes que hacer porque salen. No creo que tenga que ser necesariamente malo hacer un chiste sobre Falete, lo que hay que intentar es que no sea el más importante de tu espectáculo, sino que sirva para poner color a otro un poco más elaborado y romper la distancia con el público. Cuando el público que va a divertirse a un espectáculo siente que le estás dando una puta conferencia a veces desconecta; hacer un chiste de Falete los recupera. ¿Es un truco? Sí. ¿Es un truco feo? Sí. ¿Es sucio y rastrero? Sí. ¿Pero sirve? Sí. Entonces está bien metido. Si puedes intentar que además no sea un chiste fácil, mejor. A lo de Goyo, que me parece una buena frase, añadiría que no me gustan los chistes FÁCILES sobre Falete. En El intermedio Falete es un clásico, pero se han hecho grandes chistes sobre él. Si te sirve para construir sobre él un gran chiste, bienvenido sea.
¿Qué os gusta a los todos humoristas de José Mota?
No a todos. Hay mucha gente a quien no le gusta José Mota, y menos desde que se sabe que va a cobrar ocho millones de euros; aunque yo me quito el sombrero. Prefiero que los cobre él a que se los lleve Chigrinsky. Pero a mí me parece que es un puto genio porque es un histrión; es el Jim Carrey de España. Otra cosa es que te guste Jim Carrey. Además darle ese toque que tiene Mota, que también tienen por ejemplo “los chanantes”, que es hacer costumbrismo surrealista, es muy difícil. Ese género, tan manchego por otra parte, de donde es Goyo también, ese sello que tienen los chanantes, Mota, Goyo, José Luis Cuerda… incluso Almodóvar. Me tiene fascinado y me parece jodidamente difícil de hacer. Creo que es tan difícil que ni ellos mismos saben cómo lo hacen, los muy cabrones. Pero el hecho es que lo hacen, y lo hacen muy bien.
¿Crees que el humor catalán es distinto? Hay muchos humoristas catalanes de los que se decía que no iban a triunfar en el resto de España porque no los entenderían. Por ejemplo Eugenio y Buenafuente.
Es que en Cataluña somos un poco hobbits, tenemos miedo a todo lo que sea de fuera de La Comarca. “Esto fuera de La Comarca no va a gustar. Què volen aquesta gent?” Hay un dicho catalán que describe muy bien el carácter catalán: “Em fas festes i no me’n sols fer, m’has de fotre o m’has de menester.” Traducido: “Me halagas y no sueles, me vas a joder o me necesitas.” El catalán recela por naturaleza, y si vienes con una sonrisa aún recela más. Con lo cual el cómico catalán se enfrenta a un dilema: por un lado persigue la sonrisa y a la vez, como catalán, la sonrisa le genera desconfianza. De esa incomodidad del catalán haciendo comedia surgen cosas muy graciosas como Eugenio. Era un tío que estaba allí como obligado. El ejemplo máximo de esto es Capri. Capri era como Woody Allen: un tío jodidamente depresivo al que le dolía el mundo; y no era personaje, la gente que le conocía decía que realmente era así: sospechaba de todo el mundo, creía que todo el mundo le iba a hacer daño, muy inseguro… y era muy divertido. Yo soy catalán, pero en este aspecto no sigo tanto esa línea de comedia catalana, que por otro lado me encanta. Como tengo sangre maña soy una mezcla rara. Yo soy más campechano, confío más en la gente.
Pero luego funciona, como Buenafuente o Eugenio.
Sí, quizá es más miedo catalán que otra cosa.
Al revés también se decía de Forges, que no iba a gustar en Cataluña porque era un humor muy madrileño. No sé si a ti te gusta.
Es que creo que en España tenemos que quitarnos esta puta mierda de “lo de aquí no gustará allí”, como si España fuera Estados Unidos. ¡Que de Barcelona a Cádiz hay 1000 kilómetros! En 1000 kilómetros va a cambiar el paradigma, como diría Cebrián? Yo, por lo menos, actuando me he quitado muchas mierdas de éstas de la cabeza. Haces tu espectáculo sin pensar en clave catalana, andaluza o gallega; llevas el mismo espectáculo y se ríen más o menos en los mismos lugares. Y los que no son graciosos, no se ríen en Galicia y no se ríen en Cataluña.
El humor gallego sí que…
Sí, creo que exceptuaría Galicia de todo esto que te acabo de decir. Es la excepción que confirma la regla. Para conocer a un gallego necesitas una vida.
¿Sudas cuando tienes que actuar en Galicia?
Sí, te diría que es de los sitios más exigentes. Y además como mucho consigues una media sonrisa y un aplauso mortecino. Si al final se te acercan y te dicen [pone acento gallego] “No estuvo mal, ¿eh?” ya es un exitazo total. En el otro extremo tenemos Andalucía, que se pueden estar descojonando todo el rato y al final decirte [pone acento andaluz] “Una mierda has hecho. Una puta mierda, pero vamos, mucho mejor lo que hacías en la Paramount.” ¿Entonces de que se reía? Cosas suyas. Es verdad, el carácter sí que cambia, pero tenemos que quitarnos los miedos, estamos muy enfrentados. En el humor lo notas. Hay una política del terruño que yo no entenderé nunca: “esto gusta aquí pero allí no, y lo de allí no te puede gustar”. No son mayoría, pero hacen mucho ruido; esos de “si te gustan Los Morancos eres un gilipollas.”
¿Qué opinas de Los Morancos?
No me gustan [Risas]. No, en serio. Me gustan, pero he aprendido a descubrirlos de mayor. Hay que tener cierta edad para apreciar a Los Morancos.
[Risas]
¡De verdad! Cuando he ido descubriendo lo difícil que es hacer comedia y he ido haciendo de la comedia un oficio, he aprendido a valorar más a gente como Los Morancos, Manolo Sarria, Paz Padilla, Jaimito Borromeo, el Señor Barragán… desde luego no son Bill Hicks o George Carlin, no es el humor que te entra a la primera y del que puedas presumir, que te hace quedar bien, pero tiene un mérito acojonante. Yo soy incapaz de hacer reír a mi abuela. In-ca-paz. Por más que me esfuerce, por más que intente elaborar un monólogo pensado exclusivamente para mi abuela, un día voy a hacer un bolo en un geriátrico o una fiesta patronal en agosto a las 12 del mediodía y me como una puta mierda que me corren a boinazos. Los Morancos van allí y lo petan; y a lo mejor a ellos les es más fácil hacer reír también en un teatro o una sala. Ellos podrían llegar a hacer lo que yo hago; yo soy incapaz de hacer lo que ellos hacen, y eso tiene un valor. Otra cosa es que sean mis humoristas de cabecera, eso ya no. Cuando empecé era bueno que no me fijara en Los Morancos. Pero ahora ya con la edad te digo que Los Morancos tienen un punto.
¿Qué crees que le ha fallado a Buenafuente?
Hostia, tío, qué pregunta me haces. Creo que han fallado varias cosas. Partamos de la base de que yo adoro a Buenafuente, como te he dicho al principio de la entrevista es mi referente absoluto, es mi guía, mi faro y mi modelo. Pero esta vez lo he visto como a Ali en sus últimos combates, ya no bailaba tanto, ya no picaba tan fuerte; lo he visto falto de la mirada de tigre, como dicen en Rocky. Lo veía auto convenciéndose de que tenía ganas, y creo que se ha puesto muy cara la cosa en televisión como para no llegar a ella con un hambre desmedida. No tenía el hambre que le vi en La cosa nostra o en Una altra cosa. O como cuando empezó en Antena 3, que era su presentación a esa España a la que él le tenía tantísimo miedo y le veías dar el 200%. Esta vez creo que venía, por un lado, más bajo; por otro lado creo que ha pecado de algo de lo que no puede pecar nunca un cómico-entrevistador-showman, que es de amiguismo. En una entrevista tú trabajas para el espectador, no tienes que hacerte amigo del entrevistado; es más, si puedes poner en un compromiso al entrevistado y que al entrevistado le joda, mejor. Porque de lo que se trata es de que el personaje lo enseñe todo: lo bueno y lo malo, y que el público lo juzgue. «Mira qué amigo soy de Arzak o Bardem«. La entrevista es un género muy difícil en televisión, requiere mucha concentración y una pausa que la tele ya no tiene; le estás pidiendo al espectador que haga un esfuerzo, y si lo hace es a cambio de algo. En ese sentido Quintero, a su manera rara y marciana, sigue siendo muy fiel. Esas pausas, esas miradas incómodas en las que el entrevistado no sabe dónde meterse, y él que le aguanta la mirada y le pregunta “¿Qué opina tu niño interior?” Esa tensión es hipnótica. Si Quintero estuviera dándose abrazos y comiéndose las pollas todo el rato con la gente que va a verle… Y el “late-night” es la entrevista y todo lo demás. Y todo lo demás era de puta madre en Buenafuente, por eso me pregunté qué había fallado: había presupuesto, un equipo que va solo, Berto que es un puto genio, Corbacho que es un buen contrapunto; había un buen guión, tenían tiempo, que eso en televisión es un lujo, ¡tener una semana para preparar un programa! Todo estaba bien, pero la entrevista no. Y en un “late-night” si falla la entrevista todo lo demás es paja y se derrumba. Creo que fue la fue la fuga por donde entró el agua en el Titanic.
¿Qué político español sería un gran humorista?
Rajoy tiene una retranca cojonuda, es muy gracioso. Pero coño, es el presidente del país, y entonces siempre parece que está riéndose de lo que hace. Dice las cosas como guiñándote el ojo, como “esto es lo que digo pero ya sabes que pienso otra cosa.” No, hombre, no me jodas, que eres el presidente. Pero creo que Rajoy sería un gran cómico y eso es lo que le hace ser un político regulero.
¿Y una pareja, en plan Martes y Trece o Cruz y Raya?
Hombre, yo creo que Esperanza Aguirre y Gallardón ya están pidiendo una obra de teatro. Serían los mejores protagonistas para ¿Quién teme a Virginia Woolf? Ese matrimonio haciéndose la vida imposible y destrozándose el uno al otro sin piedad. No es comedia, pero sería muy gracioso verles.
¿Y algunos que hicieran humor tipo Tip y Coll?
Estoy pensando en Camps y Fabra, pero me recuerdan más a Los Morancos. Si no fueran políticos serían dos cachondos. Fabra ha dicho eso de “Todos los maricones de Valencia nos votan porque son los dueños de todos los prostíbulos y nosotros sus mejores clientes.” Me parece maravilloso. Son dos políticos que podrían aparecer en cualquier película de Berlanga. La película se podría llamar Granujas a todo ritmo. O Leire Pajín y Bibiana Aído, que podrían hacer de Thelma y Louise, pero huyendo de sí mismas; también las veo en un anuncio de compresas de Isabel Coixet. El próximo lo haría con ellas. Y ojo a Bono, que podría protagonizar El retratro de Dorian Gray. Tenemos una clase política risible. Esa casta de intocables.
Te voy a dar a elegir entre dos series de televisión.
No he visto The Wire, ya te aviso. Sé que soy una mierda, que soy lo peor y una basura por no haberla visto, pero no lo he hecho.
¿Frasier o Cheers?
Frasier me encanta. Te diría que es mi serie de humor favorita. Es lo puto mejor que se ha hecho jamás. Esos personajes, esos diálogos imposibles… lo mejor en la televisión y el género humano. Y el casting no podía ser mejor; se salieron, no habrá otro Frasier, es imposible hacerlo. No sé qué más hacer para demostrar lo fan que soy, podría arrancarme la ropa. Ahora lo están dando en La2 cada día. Pepe Colubi, que es otro fan, el único tipo más fan de Frasier que yo, cada día twittea “Perdonadme, pero Frasier en La2.”
Aparte de Niles, ¿cuál es tu personaje favorito?
[Risas] ¡Qué cabrón! Pues el propio Frasier Crane. La escena que más me gusta es cuando los dos niños repipis estirados se van con el padre a una especie de restaurante de leñadores a comer costillas. Esa escena es cumbre. Ésa en la que el padre le regala a Frasier un cuadro de un torero y el otro no sabe cómo decirle que es horroroso. Porque Niles es más sincero, el padre sabe que él le desprecia y no pasa nada, son honestos el uno con el otro. Pero Frasier intenta siempre buscar al padre, y de ahí su ternura. Te diré que incluso me gusta más Frasier que Niles, porque el pobre intenta ser bueno y llegar a acuerdos.
En Frasier están siempre a un pasito de pasarse al lado ñoño.
Es verdad, pero es que a mí lo ñoño… hablemos de lo ñoño. Lo ñoño me parece bonito. Creo que el cine y las series te tienen que hacer soñar y dejar con una buena sonrisa. Esas películas que van deliberadamente a hacer daño me gustan, pero con cuentagotas, porque la vida ya hace mucho daño. Voy a citar una vez más a Rocky: “Nada golpea más duro que la vida.” En un cine entras a refugiarte de la tormenta; tampoco hace falta que al entrar te metan el descabello y te dejen como a un toro sangrando en el suelo. A mí me parece bien si algo peca de ñoño, pero no excesivamente. Lo ñoño está infravalorado. A mí una buena Amélie en un momento dado me apetece.
¿Scrubs o House?
No conozco Scrubs, pero la buscaré. De House aguanté una temporada, la segunda me empezó a cansar. Me pasó como con la magia: ya no importa lo espectacular que sea el truco, sé que al final va a salir bien. House es siempre igual: un tío tiene algo muy raro, House lo medio mata intentando curarlo —cosa que da qué pensar sobre su pericia— y luego, al final, se come un ganchito y dice “Oh, Dios mío, es el ganchito que se comió”; y lo salva. Eso, una vez dices “qué listo” y la segunda vez también, pero la tercera ya cansa.
¿Prefieres las películas de los Farrelly o las de Woody Allen?
A quién quieres más, ¿a papá o a mamá? ¿Al hermano guarro o al hermano listo? Sin ninguna de las dos opciones podría vivir. Necesito Dos tontos muy tontos tanto como Annie Hall.
Siempre está bien que no digas “Woody Allen, por supuesto.”
Sí, eso ya es muy cansino. Hombre, a punta de pistola me dejaría matar.
No concibo al uno sin el otro. Aunque sí es verdad que me ha sorprendido mucho Cansado. Parecía siempre el menos gracioso, todos entrábamos por Faemino, era quien se llevaba todos los aplausos, era el Tip de Tip y Coll. Pero Cansado tiene una dimensión que va más allá del escenario. Siempre está bien. Además que no solo es cómico, es un filósofo. Lo oigo en la radio y lo gozo, lo veo y lo gozo… además es un tío con un discurso y un fondo acojonantes. A Faemino no le he llegado a conocer más allá del personaje.
¿Little Britain o La hora de José Mota?
Me duele decir esto, pero igual Little Britain. Y me duele porque me gusta La hora de José Mota, pero veo más Little Britain. Cuando tenga la edad de mi padre Little Britain ya no me gustará, y entonces veré José Mota. Mota ya tiene mucho público, así que voy a apostar ahora por Little Britain, pero que me perdone Mota. Bueno, ¡qué coño!, que se joda, que cobra ocho millones de euros, que le den mucho por el culo. ¡Si te enfadas que te den, José Mota!
¿Y entre Eugenio o Chiquito?
Joder, tío, ¿cómo me haces esto? Mira, voy a decirte Eugenio porque ha muerto y siempre hay que tener respeto por la gente que no está.
¿Cuál es tu chiste favorito de Eugenio?
-Me he aprendido el listín telefónico.
-¿De memoria?
-No, comprendiéndolo.
Eso y cómo empezaba los espectáculos. Decía: “Quiero dedicar esta actuación a mis padres y a mi madre.”
Y la última: ¿Seinfield o González Pons?
González Pons, porque demuestra que la vida siempre supera a la ficción. Es cómico, pero lo es a su pesar. Aunque no te estoy siendo sincero, me río más con Seinfield. Así que como cómico, Seinfield, pero en general me quedo con González Pons. Porque Seinfield era un personaje, pero González Pons es real. O no.
Fotografía: Guadalupe de la Vallina
Pingback: Dani Mateo: “En Cataluña somos un poco hobbits, tenemos miedo a todo lo que sea de fuera de La Comarca”
Qué personaje más insoportable, qué hombre más pagado de si mismo, cuánta fachada. Qué espanto. Por cierto, sobre la política y el sentido del humor, la ignorancia es dura. Sólo hay que ver la cena de corresponsales de Estados Unidos. Mucho Fraiser, mucho little Britain pero luego se permite decir tonterías enormes. En fin, una pérdida de tiempo leer la entrevista.
Creo que mayor pérdida de tiempo ha sido que escribieras el comentario. Y más si cabe el que nos has hecho perder a los que lo hemos leído. Si lo que te (os) gusta es insultar y extender mal rollo piraos a algún foro de Marca…..
estoy contigo… este tipo trata de dar el pego. Es buen humorista, pero que se las dé de pensador…
No sabía que hiciera falta un carnet de pensador para opinar sobre las cosas…
De Rodain , no te fastidia, hombre si le preguntan responde , y supongo que lo que te parece «dárselas de pensador» es simplemente reflexionar con un mínimo de profundidad.Dani Mateo es bueno como humorista y creo percibir que como persona.
Curioso. Un tipo que no me hace gracia y me he reído con la entrevista. La frase sobre Pajín y Bibiana es sublime.
Los gallegos somos gente difícil jajajaja. Yo soy gallego y particularmente me río con cualquier monologo por malo que sea, pero si que es cierto que se necesita una vida entera para conocer a un gallego, ahí lo ha clavado.
Gran entrevista a un gran personaje.
Terminar diciendo que son tiempos muy jodidos, y que nos estén robando todo lo que nos queda como sociedad, pero que en este país ya seas gallego, catalán o andaluz el humor no nos lo van a quitar, puede que sea de las pocas cosas que nos unen.
Pues yo soy de allí y comparto, lo dicho. Tu puedes ser de carácter jovial, pero el resto….
Me ha gustado bastante la entrevista, una pena que no le guste The Wire, pero me ha parecido un personaje profundo lleno de matices Dani Mateo.
Pero si ha dicho que no la ha visto!! no que no le guste.
Ha dicho que no la ha visto, no que no le haya gustado.
Muy grande.
Muchas risas con PK 2.0
Insoportable.
Puedes estar tranquilo, no creo que las intenciones de Dani fuesen ser tu amigo, sino responder a las preguntas del entrevistador.
Pues sí, me ha gustado la entrevista y el personaje. Siempre pensé que era más plano de lo que parece demostrar en la entrevista.
¿Más aún?
Un crack.
Buen espectáculo el de PK2.0
Tipo plano da una entrevista plana. Que pase el siguiente, por favor
Menos mal que tú eres la sal de la vida
Le sigo en Twitter, veo de vez en cuando el Intermedio, veo sus monólogos de Paramount y le sigo desde SLQH. Un crack. A ver cuando te pasas por Murcia, que te necesitamos! Un crack, repito :) Y gran entrevista de JD :-) Saludos de un estudiante de periodismo.
¿porqué hay que saber de todo y contestar con afán de profundidad a una bateria variopinta de preguntas sobre una macedonia de temas?.
Hay que tener una vision global sobre política, artes….qué esclavitud…
El entrevistado se defiende como puede…y como personaje emergente que es en la rat race mediática pues intenta quedar bien con todo el mundo…
Sobre lo de Pepe Rubianes solo quisiera decir una cosa. Lo que nos cabreó a muchos no fue que se metiera con «España» (lo que es una tontería, como meterse con «Cataluña» o todas esas estólidas entidades abstractas). Lo que nos cabreó fue cómo se alineó cortesana y abyectamente con el poder que le pillaba más cerca. Y contra sus conciudadanos que más cerca lo padecían. Ya está bien, hombre. Detestamos entonces a Rubianes no por rebelde, sino por cortesano.
Lo de Pepe Rubianes fue una mala interpretación de algunas personas. Si supieras que Pepe Rubianes no pidió ni a Albert Om ni a ninguno de los miembros del programa ni de sus defensores que lo «protegieran», quizá sabrías un poquito más de la historia.
A parte de esto, veo mucho comentario negativo, pero a mí me ha encantado la entrevista, y me encanta Dani… ¡un besazo! :) Y las fotos están muy chulas!
No tienes ni idea. Me juego el cuello a que no viste un espectáculo suyo jamás si no, no dirías eso. Me declino más porque lo que te cabreó fue lo de la puta españa…mira tú.
¿Es la única opción que se le ocurre? Qué poca imaginación! :-)
¿ de qué forma se alineaba «cortesana y abyectamente con el poder que le quedaba más cerca» en el episodio de la puta españa?
Si no lo entiendes, no lo entiendes. No das más de ti mismo.
Mancantao.
Se retrata cuando dice que La sexta e Intereconomia no es lo mismo porque ellos no mienten.
Despues claro, con la excusa del humor aprovechamos cada dia para meternos con los de siempre.
Es que es cierto. Para mi las dos cadenas son una auténtica bazofia porqué en las noticias opinan por ti y además hablan directamente con los protagonistas en plan «Señor presidente usted haga xxxx y no sea tan yyyy». ¡¡Eso en las noticias!! Flipante.. Pero Intereconomía además, no es que esconda información sinó que la falsea y tergiversa. Cuando un canal dice lo que quieres oír, es que miente. En la vida nada es como uno quiere. Si oyes lo que quieres, es que alguien te está manipulando. Apúntatelo.
La Sexta pasa de puntillas sobre ciertos temas (EREs) e insiste mucho en otros (Camps) pero NO MIENTE.
Intereconomía, ABC, La Razón… mienten descaradamente y les da igual. Es fácilmente comprobable con internet al lado. Es de vergüenza total. Algunos incluso mienten en la portada…
Me ha decepcionado un poco la entrevista, más por el entrevistado que por el entrevistador.
Aún así un buen cómico este chico.
Dani, se que no lo harás, pero deberías de ver Intereconomia mas a menudo. Son mas objetivos y criticos con la derecha que La Sexta con el PSOE y con IU. Y esto va para todos los progres y gente de izquierda al que les ha dado con este canal.
El chiste del año. Y no digo que la Sexta sea muy objetiva, pero es que me descojono leyendo este comentario.
Te animo a que tu tb lo hagas. Yo veo ambos telediarios todos los dias. Por eso hablo. Es muy saludable. Sobre todo para luego poder sacar conclusiones, ver el nivel de unos y otros….y, sobre todo, para no estigmatizar.
No tio, ver intereconomía no es saludable…es una auténtica putez para el espíritu…
Porque no es saludable? Me gustaria que alguien, con argumentos, me comentara que tienen contra este canal. En el mismo habla gente con bastante mayor preparacion y capacidad de analisis que en la mayoria de los programas.
No es saludable porque es ponerme a verlo y me entra una urticaria icterina que no quieras ver… Seamos serios, por favor, Intereconomía es un vodevil barato de finales del XIX con tintes tragicómicos más propio de los hermanos Tonetti que de periodistas serios e imparciales
Menudos comentarios que se leen por Jot Down. Menuda comunidad que tenemos. Si alguna vez publicáis la revista mensualmente os ruego que lo hagáis con un paquete de All Bran. Qué panorama…
Unicornio: no pretenderá usted que esté al tanto de los entresijos del programa. Yo lo juzgo desde fuera, que es desde donde lo *leímos* todos. Por lo demás, entiendo que no es el tema aquí. Lo mío fue solo un apunte al paso.
Es que me ha fastidiado porque hay gente que sólo vio el famoso vídeo y ale, a ponerlo a parir. Y hay libros, noticias y entrevistas no sólo a Pepe Rubianes en las que se cuenta lo que pasó. Espero que no te haya sentado mal ;)
No, hombre, ¿cómo me va a sentar mal? Está bien hablar y decir lo que sea. A mí de este caso lo que me interesa es lo mismo que de todos nuestros nacionalismos: cómo la retórica «anti-España» es algo que hace quedar bien y le da un plus de rebeldía al que la usa; cuando en realidad el que la usa no está más que alineándose con la opresión más tangible y efectiva que padecemos, que es la de las satrapías locales. Pero en fin, esta es mi preocupación *general*. En qué medida Rubianes se ajustó o no a ello, es algo que, en efecto, se puede discutir.
«Me considero de izquierdas en el sentido de que considero que hay que vivir y dejar vivir, intentar que la gente que te rodea sea lo más feliz posible y que tenga calidad de vida».
Yo, en cambio, me considero más de derechas en el sentido de que intento que la gente que me rodea sea lo más desgraciada posible, proporcionándoles una calidad de vida pésima.
¿Lo de “vivir y dejar vivir” no suena un poco al “laissez faire” de los fisiócratas?
Un buen humorista este tipo. En serio.
Oh…ya llegó la ilustrada de la tarde….qué pena…con el nivelazo que había en los comentarios…
Muy buena entrevista, y eso que en televisión este muchacho nunca me ha dicho mucho.
En lo de Juan Solo tiene razón, se meten mucho con él, pero es que los comentarios son lo unico gracioso que hay, si por casualidad veis un video suyo de Marca lo entendereis.
Si este es el tipo de humorista actual…que a nadie le sorprenda la decadencia que padecemos. Sencillamente insoportable, al igual que eso pretendidamente gracioso que intenta cada vez que aparece por tv. Cumple, por supuesto, con todos los requisitos del humorista patrio actual: progre, empalmadísimo con el 15-M, wyominizado y Zapaterizado. Los grandes (Tip, Gila, cualquiera que fuese su posición ideológica) no hacían propaganda con su inmenso talento. Qué triste todo…
No te has leído la entrevista, o no te has enterado de nada, o no te quieres enterar.
Desgraciadamente la he leído y soportado. Eres tú el que no se querrá enterar si no te gusta que piensen de forma distinta a la tuya. Talante, my friend!
Disculpa pero eres tú el que deja ver que no te gusta porque opina diferente…
Simpatiza con el 15M como millones de personas en este país. Mírate las encuestas.
http://politica.elpais.com/politica/2012/05/19/actualidad/1337451774_232068.html
http://www.deverdaddigital.com/pagArticle.php?idA=13352
Según una reciente encuesta, el 78% considera que el 15-M tiene razón, y el 68% simpatiza con los “indignados”.
«Según tengo entendido eres bastante afín al movimiento del 15M. ¿Qué han aportado?
De momento no han aportado nada.»
Y por no hablar de las leches que también sueltan (o soltaban) a ZP en el intermedio…
La lástima es que no haya más humoristas en éste país que se atrevan a reírse de los políticos que tenemos, porque son de feria… (todos o salvándose muy pocos)
No tenía ni idea de que había tanto facha disfrazado de fino comentarista entre los lectores de JotDown. Bueno es saberlo.
Me encanta cuando a la gente se le llena la boca con lo de facha o lo de rojo. En serio. Hace que esos deseos de quemar este país y repoblarlo con gente de mente acorde a los tiempos que corren cobre fuerza y me dibuje una sonrisa.
Son, sois, todos los del «facha» y el «rojo», el veneno que mata el país o al menos, le jode el crecimiento. Los hijos resentidos y amargados de una guerra que no vivistéis, marionetas gilipollas de unos políticos estúpidos, pero aún así, más listos que vosotros.
+1000000000 Hasta las pelotas estoy de rojos y fachas. Acertadísimo comentario. Dais mucha pena.
Respecto al comentario de Zizane: no se puede tener más razón. Has sintetizado el porqué de nuestras miserias actuales y, seguramente, futuras. Triste que no sepamos verlo. En este país no hay que hablar de fachas y rojos, sino de tontos y tontos.
La entrevista, genial. Dani Mateo me parece un crack, listo y, además, una excelente persona.
Que un tipo como éste tenga más de 330.000 seguidores en twitter dice tanto de twitter y de vosotros…
Anda bastante perdido en política, tampoco me hace gracia, ahora, hay comentarios que si que son para echarles de comer a parte. Vaya pandilla hay por ahi suelta…
¿Por qué anda perdido en política? ¿Por qué opina diferente a tí?
Pues yo veo que responde de forma coherente en las preguntas de política…
Podrías ilustrarnos con tu «verdad absoluta sobre política». Así aprendemos todos a no estar perdidos.
Buen medio, buen formato de entrevistas, mucho juego el de Jotdown.
Lamentablemente, sus hilos de comentarios igual que el resto de medios: mediocres, resentidos, faltones…
Sugerencia; no nos dejen opinar, porque para lo que tenemos que decir…..
Pues estoy del todo acuerdo con usté. Y para puta mierda de comentarios, los primeros, los míos, que conste.
Me ha parecido una entrevista muy bien estructurada, el entrevistador toca practicamente todos los puntos y Dani Mateo no se corta a la hora de dar su opinión.
Más allá de su ideología el entrevistado a demostrado ser coherente con sus respuestas, y lo que es más importante, es una persona comprometida socialmente.
Y por favor, no pongais en una misma frase a La Sexta (Grupo Antena 3, no precisamente de izquierdas), con Intereconomía, que todos sabemos de que pie cojea.
Cuanto «cabrón» y «puta».Un poco de medida
«se habla mucho ahora de la casta de los políticos, y creo que está muy bien buscada la palabra, porque están separados de todo; y yo añadiría que son los intocables: la casta de los intocables. Se defienden entre ellos, están cada vez más desconectados de lo que piensa la calle. Es un “ellos contra nosotros”
Cuidado con lo que significa el concepto de la casta de los intocables en la India
los «excluidos», llamados intocables, que constituyen el estrato más bajo de la sociedad.
Los intocables son personas consideradas impuras por nacimiento y por lo tanto, no dignas de ocupar un puesto en el legendario sistema de castas. Representan del 15 al 25% de la población (más de 160 millones de personas) y son discriminadas continuamente a todos los niveles- económico, social, cultural, político…
http://noticiasinteresantes.blogcindario.com/2008/06/01177-ser-intocable-en-la-india-o-como-ser-marginado-desde-el-momento-de-nacer.html
muy buena entrevista, me ha encantado.
Mala entrevista. Mala estructuración, como han dicho por ahí arriba es una completa macedonia. O te centras en hablar de un tema de actualidad para tirar de él o haces una entrevista en profundidad sobre el personaje. Y aquí se ha hecho una verdadera mezcla que no resulta buena, al final cansa.
Por lo demás, gran periodista y humorista. Sin compartir al 100% todo lo que dice, pero «olé tú per dir-ho, collons!».
Pereza de todo. De una entrevista interesante y agradable a un personaje como Dani Mateo al que por lo menos yo, no le exijo que sea un ilustrado que este a la altura de matrícula en todos temas por los que es cuestionado, los lectores de JD, que suponía a la vanguardia del buen gusto en España, ofrecemos BILIS. Como buen gallego, diré que la entrevista no ha estado mal.
Entrevista buena,pero un tipo bastante detestable en mi opinión. La parte en la que afirma, sin empacho alguno, que El Intermedio es mejor que Intereconomía, porque no miente, es simplemente abyecta. En el Intermedio se miente, constantemente, pero así, como inocentemente, como quien no quiere la cosa. Cuantas risas nos echamos aquí, pero injuriamos a quien haga falta. Eso si, menudo descojone eh? Que se lo digan a Hermann Terstch. Por lo menos en Intereconomía, se miente de manera más simple, más abierta, y sin esa superioridad moral que da el decir las cosas así a lo tonto. Que no tío, que no cuela. Lo mejor las fotos sin duda. Eso, y que Jotdown siga siendo un sitio plural. Si no te gusta una entrevista, no la lees y punto.
La gente faltona como tú me resulta muy graciosa. Suelta su juicio lapidario sin aportar ni una sola prueba y se queda tan pancho. Iluminanos con tu conocimiento sobre la manipulación informativa de El Intermedio. ¿O sólo sabes soltar Bilis por pura inquina?
¿Me puedes poner un ejemplo de mentira en El Intermedio? Es en serio, me interesa.
Está todo subido a youtube, pon un ejemplo. No te será dificil si afirmas lo que afirmas con tana vehemencia.
Yo de intereconomía te puedo poner tantos ejemplos como quieras.
Me ha gustado mucho la entrevista, fluida y amena. Dani ha estado ingenioso y sensato, me parece una buena persona y un buen profesional.
¿Qué es «La Comarca» y por qué va en mayúsculas (especialmente el artículo)?
La Comarca es una región de ESDLA, y como tal, se escribe con mayúsculas.
Patina cuando se mete en política. Mucho tópico.
Como casi toda la izquierda, habla de Intereconomía de oídas, baste con decir que cita a Xavier Horcajo (‘Más se perdió en Cuba’ o ‘Disidentes Públicos’) como presentador de ‘Dando Caña’ cuando este programa es presentado por Javier Algarra.
No resiste la tentación de ridiculizar a los otros. Lo de siempre en este país.
Los de intereconomato se ridiculizan solos, no les hace falta nadie.
Y que mala ostia que gastamos todos oiga.
Taco tras taco en muchas respuestas buscando efectismo… No queda bien cuando lo escriben, Dani Mateo. Y no transmite mucha inteligencia.
El entrevistador bien, no había más donde rascar.
Este tío, como Corbacho, me parecen cómicamente malos, nulos.. voy a mojarme: INSOPORTABLES. Que no significa que no sean buena gente, y buenas personas! Dani Mateo era buen presentador. Prau. Mi duda es ¿Corbacho y Dani Mateo hacen gracia a los catalanes? Debe ser esa la respuesta a su larga trayectoria televisiva, sino, no lo entiendo.
¡Qué cosa más aburrida que un gracioso sin gracia!
Montano, clavas lo de cortesano aplicado a Rubianes. Era eso, Es eso lo que nos fastidió a muchos.
“Me considero de izquierdas en el sentido de que considero que hay que vivir y dejar vivir, intentar que la gente que te rodea sea lo más feliz posible y que tenga calidad de vida”.
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Dani Mateo me cae bien y me divierten sus monólogos.
Este, por ejemplo, es sublime.
“Me considero de izquierdas en el sentido de que considero que hay que vivir y dejar vivir, intentar que la gente que te rodea sea lo más feliz posible y que tenga calidad de vida”.
Yo creo que vivir y dejar vivir es de derechas.
Por otra parte no hace falta decir un taco en cada frase, queda feo.
«deberíamos haber empezado dando palos duros»: o lo que es lo mismo, lo que sea por más audiencia.
No sé qué pasa últimamente por esta web, pero hay un guerracivilismo en los comentarios que asusta, de verdad. JotDown, tú antes molabas.
muy bonica la entrevista. así como de marca blanca. meta un hacendado en su vida, no todo van a ser cristian campos revolucionando el corral.
Caballero, no sea demagogo hombre… que ya no se lleva y seguro que le encanta ir a la última.
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Que tío más raro éste. Vive y deja vivir es un lema totalmente liberal y, al menos en España, el liberalismo se considera de derechas.
Que diga que La Secta y El Intermedio son distintos de Intereconomía porque ‘no mienten’ me da que pensar. ¿Es simple ejercicio propagandístico o realmente se cree tal cosa?
Buena entrevista.
El final del chiste de Eugenio era:
-¿De memoria?
-No, razonandolo.
He soltado unas cuantas carcajadas leyéndolo (aún me dura la del chiste de Eugenio). Gracias por el buen rato.
De la entrevista no opino, que yo de periodismo no entiendo, pero me ha gustado conocer más en profundidad al personaje. Le tenía por un tipo menos complejo, más… tontín. Es rápido con las salidas cachondas a preguntas incómodas, y eso siempre es loable.
“Me considero de izquierdas en el sentido de que considero que hay que vivir y dejar vivir, intentar que la gente que te rodea sea lo más feliz posible y que tenga calidad de vida”.
Esta es la frase completa, vivir y dejar vivir no es ni de derechas ni de izquierdas, pero ser consecuente con lo que dice tras la coma te sitúa en la izquierda sin ninguna duda.
Lo que si es de derechas es vivir y dejar vivir (o morirse del asco) al que tienes a tu lado.
Gran tipo, me alegré enormemente al verle junto al Wyoming.
«Me considero de izquierdas en el sentido de que considero que hay que vivir y dejar vivir, intentar que la gente que te rodea sea lo más feliz posible y que tenga calidad de vida». Nivelazo.
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«Según tengo entendido eres bastante afín al movimiento del 15M. ¿Qué han aportado?»
«De momento no han aportado nada.»
A partir de ahí me he dado cuenta (de nuevo) que este tipo no sabe de lo que habla. Para empezar: cambiar conciencias. La mía, por ejemplo.
Has hecho mal en no seguir leyendo porque eso también lo dice él después. El problema es que cambiando conciencias no cambiamos «nada» (no se ha conseguido cambiar nada en nuestro sistema político si no que hemos ido a peor), de momento.
«El 15M ha sido un bonito despertar para mí, ha sido un grito, un aullido como el de Charlie Rivel»
la entrevista, mala. no pasa nada por recortar algunas preguntas. así se disimularía que se le han preguntado todos los topicazos posibles, ¿no?
Pues yo me lo he pasado muy bien leyendo la entrevista, y me lo he pasado aún mejor leyendo los comentarios. Espero que Dani también los disfrute jajaja
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A mí me cae mejor después de leer esto. Y mira que soy gallego, pero es cierto, hace falta una vida para entendernos :P
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Sólo quería decir que los veterinarios no limpiamos culos a nadie.Igual que un médico no le limpia el culo a sus pacientes. Te quejas de la precariedad de la profesión de periodista y sin darte cuenta has ofendido a una profesión que sufre de falta de reconocimiento a diario.