Tras años de demoras y conflictos legales, hace unos días se conoció la definitiva aprobación del proyecto para la construcción de la nueva plaza de la Cebada. Uno de los espacios más antiguos de la capital y mercado de abastos desde el siglo XVI encara su transformación en un centro comercial de 13.500 metros cuadrados que cumpla con los requisitos conocidos: edificio de última generación, atracción turística, icono visual, actividad de ocio y consumo. Se aduce la necesidad de los vecinos de contar con este equipamiento, pero de los más de cien puestos activos del mercado actual sólo sobrevivirán la treintena que no se ha acogido al plan de cese ofrecido por la administración. Lo demás serán Zaras, Ginos, Carrefours, Lacostes, Toys R´us o Pepe Jeans.
Proyecto para el Centro Comercial Plaza de la Cebada
La metamorfosis de la plaza de la Cebada se añade, a pie cambiado, al ciclo especulador que ha sacudido el centro histórico de Madrid, su área metropolitana y los ensanches residenciales, sin que la crisis económica que provocó haya planteado una estrategia distinta a la generalización del modelo shopping mall por toda la geografía regional. El único efecto comprobable del descalabro financiero ha sido la ralentización, cuando no la melancólica paralización, de actuaciones que antes se resolvían en plazo récord.
Desde hace más de dos décadas, las diferentes administraciones promueven una ciudad acorde a la cultura ideológica que reflejan, como ejemplo paradigmático, los documentos elaborados por la delegación de Madrid para la reciente Exposición Internacional de Shanghai. Celebrada en 2010 bajo el lema “Mejor ciudad, mejor vida”, Madrid presentó un pabellón cuya página web explica, en términos ilustrativos, los motivos de su participación en esta cita: “Madrid necesita invertir en imagen para que el mundo la perciba como es y Shanghai 2010 ofrece una visibilidad sin parangón”, una “ocasión irrepetible para promocionar Madrid” ante el “déficit de percepción internacional” que, según los organizadores, sufre la ciudad. La Expo, concluye el documento, es “un instrumento perfecto para llevar a cabo la estrategia de posicionamiento internacional de Madrid Global” (“Madrid Global” es el nombre de la fundación dependiente del Área de Urbanismo del Ayuntamiento de Madrid encargada de la organización del pabellón).
Pabellón de Madrid en la Exposición Universal de Shanghai
El lenguaje mercadotécnico del dossier se traslada a las denominaciones que esta misma Área de urbanismo del Ayuntamiento de Madrid emplea para designar los espacios más emblemáticos de la capital española, rebautizados en sus documentos como “Centros Comerciales Abiertos” (CCA). Así, el área que transcurre entre la plaza de Callao, la calle Preciados, la Puerta del Sol y la calle Arenal se conoce como “Centro comercial abierto Callao-Preciados-Arenal”, como también ocurre con la Plaza Mayor (“CCA Plaza Mayor”), la Gran Vía (“CCA Gran Vía”) o la calle Serrano (“CCA Calle Serrano”). Por su parte, los tradicionales mercados de abastos del centro histórico (Mostenses, La Cebada o Barceló) adoptan el nombre de “Centros Comerciales de Barrio”, mientras aguardan su reconstrucción en shopping malls y tiendas delicatesen, para los que hay aprobados planes concretos en diferentes fases de realización.
En Madrid el modelo shopping mall se ha impuesto aceleradamente a través de diversas estrategias: peatonalización de calles (Arenal, Preciados, Fuencarral, Montera, el tramo Callao-Plaza de Santo Domingo), remodelación de plazas (Callao, las Cortes, Santo Domingo u Ópera) y bulevares (Serrano, Gran Vía), adjudicación de licencias horarias especiales y recalificación de suelos para el gran comercio, fuertes inversiones en publicidad institucional (logotipos, actos promocionales y campañas de comunicación), construcción de edificios e infraestructuras icónicas o la promoción de eventos internacionales, como los repetidos concursos para albergar las Olimpiadas. El resultado de conjunto es un espacio público depauperado, en el que progresivamente desaparece el comercio tradicional mientras las áreas comunes se reurbanizan a partir de un minimalismo disuasorio que propone espacios sin referencias, elimina los elementos que favorecen su ocupación (bancos, árboles, jardineras, zonas de juegos) y extiende la vigilancia. Calles y plazas se reciclan así en meras vías de circulación peatonal entre la oferta de consumo.
Arriba izq: calle Preciados. Der: plaza de Callao. Abajo izq: plaza de Callao. Der: Madrid -Río.
Hablamos de una dinámica que no sólo ha afectado al centro histórico de la capital, sino que ha dominado el proceso paralelo de suburbanización regional. Desde el año 2007 la población del extrarradio metropolitano ha superado, por primera vez en la historia, a la población del municipio de Madrid a través de ensanches residenciales donde el mall ha ejercido de eje de expansión. Tanto en cifras relativas como absolutas, Madrid es la región con más número y superficie de centros comerciales del país, la mayor parte construidos al calor de la burbuja inmobiliaria que caracterizó su desarrollo económico hasta 2008. En 2009 el Instituto de Estadística de esta comunidad registraba 155 centros comerciales y 88 grandes superficies especializadas, a las que hay que sumar los miles de establecimientos franquiciados (más de 6.500 tiendas sólo de los sectores del textil, cuidado personal y restauración) que se extienden por los principales núcleos urbanos. El dato resulta elocuente: en un territorio que ocupa el 1,58 por ciento de la superficie de España se concentra el 22,6 por ciento de la superficie total de centros comerciales del país, con 2,85 millones de metros cuadrados destinados a este uso (fuente: DCCE 2008).
Tal densidad de centros comerciales permite hablar de toda una geografía del mall que condiciona la disposición del trazado viario y de transporte público, los equipamientos de ocio y servicios y, sobre todo, la configuración de los nuevos esquemas habitacionales que, contrariamente a la tradición urbana de la región, muestran unos espacios públicos singularmente anodinos: anchas aceras flanqueadas por los muros de las urbanizaciones residenciales, nulo comercio de proximidad, escaso equipamiento de servicios y ausencia de centros urbanos diferentes del mall que generen ocupación y confluencia. En estos verdaderos iconos de la periferia de Madrid se escenifican, con retraso, las imágenes más típicamente asociadas a la cultura Shopping Mall norteamericana: allí se reúnen las familias de extrarradio para participar de un ritual que implica menos el acto de la compra que la aculturación en el espacio simbólico, los tránsitos y los reclamos visuales de estos templos del consumo, cuyo eco promisorio resuena en las sugerencias new age de sus nombres: “Xanadú”, “Zielo”, “Islazul”, “La Gavia”, “Tres Aguas”, “Nassica”, “Loranca”, “Planetocio”, “Plenilunio” o “Equinoccio”, algunos de los cuales representan verdaderas ciudades (Parque Oeste, ParqueSur o Parque Corredor superan los 100 mil m2 de superficie exclusivamente comercial, es decir, sin incluir parkings ni otros servicios adyacentes).
Dentro de esta “geografía del mall”, la almendra central de Madrid actúa como el nódulo sobre el que orbita la trama de residentes-consumidores de la región, un gran centro comercial que se extiende por calles y plazas, áreas históricas, museos, oferta comercial y barrios temáticos, como spots privilegiados de una imagen de marca particularmente agresiva contra las textualidades urbanas que la cuestionan. La pluralidad real de la ciudad encuentra difícil acomodo en los parámetros del espacio promocional, así que los trabajos de renovación comienzan por la propia actividad residencial de los barrios históricos, desplazada ante la ausencia de servicios y la hiperconcentración comercial que sufren. Tal homogeneización implica que los espacios culturalmente diversos solo perviven en la medida en que se rearticulan como formas de la cultura de consumo. Así ocurrió en el barrio de Chueca y así sucede actualmente en Triball (nueva denominación para los alrededores de la Plaza de la Luna), cuya marginalidad y capacidad subversiva se canaliza en una imagen “multicultural” y sofisticada lista para exportar: el gueto transformado en barrio trendy.
El mejor ejemplo de esta tendencia lo representa el “Plan municipal de innovación y transformación de los mercados de Madrid” que prevé derruir los mercados de abastos del centro histórico para construir en su lugar edificios icónicos de nueva factura. Así, el Mercado de Barceló (ya derribado) se convertirá en el “Centro Comercial Mercado de Barceló”, como también se planea con el de La Cebada, Mostenses y San Antón, en un proceso paralelo al que sufrió el Mercado de San Miguel, que de dar servicio a los habitantes de la zona se transformó en un espacio delicatessen con productos y precios dirigidos al visitante ocasional. El programa se completa con el Plan FICOH, que propone ayudas económicas al pequeño comercio para su integración en centros comerciales y centros comerciales abiertos, así como su inclusión en circuitos turísticos y su “adecuación” tecnológica y estética.
Proyecto para el Centro Comercial Mercado de Barceló
A pesar del cuestionamiento que desde la disciplina ha surgido de estos esquemas urbanos, las actuales demoras en la ejecución de proyectos se deben, más que a la revisión de sus bases conceptuales, a las dificultades financieras que atraviesan las administraciones públicas. Según datos del Banco de España, la deuda contraída por el Ayuntamiento de Madrid asciende a más de 7.000 millones de euros, una cifra que responde, principalmente, a los sobrecostes del espectáculo urbanístico. Los 6.000 millones de euros que hasta ahora se han invertido en Madrid Calle-30 avanzan por la senda que marcaron los 4.500 millones de la Terminal 4 del Aeropuerto de Barajas (en este caso a cargo del Ministerio de Fomento), los más de 4.000 previstos (sólo en infraestructuras) para la Operación Chamartín (que contempla un presupuesto total de 11.000 millones de euros), los 466 millones de la remodelación del Palacio de Cibeles, los 300 de la Caja Mágica, los 125 de la remodelación del Palacio de los Deportes o los más de 100 del Centro Acuático y el Estadio de la Peineta, estos últimos como parte de la candidatura olímpica de la ciudad.
Desde las instituciones públicas la ciudad-marca adopta una gestión corporativa que fija sus objetivos en la imagen global del producto. Así interpretan la utopía tecnocrática que impregna los documentos de Shanghai 2010: “Un lugar de encuentro, de toma de decisiones, un lugar en que se describen problemas globales y se presentan posibles soluciones”, cuyo objetivo consiste en “compartir información sobre tecnología, investigación, oportunidades de negocio, comunicación, cultura y entretenimiento”. Frente a los problemas globales, Shanghai 2010 se proponía como un espacio fluido en que la comunicación abierta y el consumo de imágenes obra un supuesto consenso global, enmascara las contradicciones económicas y media en la solución de conflictos.
La evolución material de la ciudad expresa así la pugna abierta entre mercado y democracia. En el contexto de una planificación urbana de corte neoliberal, que además de privilegiar usos y tránsitos espaciales concretos, implementa medidas legales para corregir aquellos que entiende disfuncionales, lo que aparece en cuestión es el propio escenario que ubica y posibilita la idea moderna de ciudadanía. De este modo, el sesgo espacial de los más recientes movimientos sociales a través de sus ocupaciones y reapropiaciones de plazas ha respondido, además de otras consideraciones, a la sustracción física del espacio público.
Fotografía: Juanjo Martín
El enlace a la web de Madrid-Shangai está mal, y si lo pones bien, según chrome es una web con malware.
«El dato resulta elocuente: en un territorio que ocupa el 1,58 por ciento de la superficie de España se concentra el 22,6 por ciento de la superficie total de centros comerciales del país, con 2,85 millones de metros cuadrados destinados a este uso»
No le veo sentido a ese dato, Madrid y alrededores tiene más de 6 millones de habitantes. Ese es el dato relevante, y no el número de km cuadrados. Y sobre esa población, el 22,6 por ciento de la superficie total de centros comerciales no me parece algo especialmente llamativo.
«cuya marginalidad y capacidad subversiva se canaliza en una imagen “multicultural” y sofisticada lista para exportar: el gueto transformado en barrio trendy.»
O sea, que el gueto debería seguir siéndolo, para que pueda ser «subversivo» ¿?. Creo que sus vecinos lo agradecerán, pese a la gran pérdida que implica para la cultura y el arte que unos cuantos cantautores se queden sin paisajes de putas y yonkis a los que cantar.
Y que unos cuantos perroflautas se instalen a vivir en la calle y se limpien los pies en la fuente no lo describiría como «reapropiación de la plaza» dado que nunca les ha pertenecido a ellos en particular, es simplemente una apropiación. Algo de todos que pasa a ser de esos cuatro, y no es algo que se deba consentir.
Por lo demás, pues sí, efectivamente Madrid mejora su oferta comercial y sus centros comerciales para adaptarse a la economía moderna. Más que nada porque estamos en el año 2012 y es al sector servicios a lo que podemos y debemos adaptarnos, no a montar fábricas decimonónicas. Esperemos que siga así, lo mejor que nos puede pasar es que el nuevo supercasino llegue por fin a instalarse, que no están los tiempos como para rechazar el desarrollo económico.
Que no te parezca llamativo la cantidad de centros comerciales que han florecido en Madrid estos últimos años podría llegar a ser preocupante. Pero pensar que el futuro de nuestra economía este basado principalmente en el sector servicios dejando de lado el maltrecho tejido industrial, es algo que difícilmente puedo llegar a entender.
Sabias palabras las suyas, caballero.
jaajjaajajja Como manejas el arte de la demagogia, adornada con un toque de mal gusto, poco respeto y tanta ignorancia como prejuicios. Para defender la cultura consumista, utilizas una premisa bastante pobre: todo lo que no son malls, son putas, yonkis y cantautores que hablan sobre ellos.
En Madrid existía un tejido social, tiendas, pequeños comercios, talleres donde se hacen trabajos de siglos de antigüedad, mercados tradicionales con los productos del lugar…. que permanecían hasta hace muy poco, que introducían actividad en las calles y en torno a los cuales se encontraban los vecinos de un barrio. (Esto es lo que ha desaparecido, Madrid tiene ahora más putas y yonkis que antes y cada vez irá a más a medida que se vaya deteriorando más el espacio público)
Todo esta actividad en el espacio público ha desaparecido, como bien se indica en el artículo, han quitado hasta los bancos para sentarse, para que la calle no sea un lugar de encuentro, sino, un lugar de paso, un residuo, no el centro de la vida social. La calle y los pequeños comercios eran el lugar de encuentro donde se relacionaban las personas y se interesaban por sus problemas, era patrimonio cultural y social de la ciudad desde siglos atrás, ha desaparecido por completo, ha sido arrasado.
Madrid, se ha transformado en una metrópolis que ha perdido toda su particularidad, su carácter diferenciador, su esencia histórica, convirtiéndose en una ciudad artificial, insustancial, estándar, los autónomos, pequeños comerciantes,…. que vendían productos fabricados aquí han sido sustituídos por chinos y centros comerciales, que traen productos fabricados en el 3º mundo por niños, productos de mucha peor calidad, pero mucho más barato ya que los producen a millones, finalmente se llevan el beneficio fuera del país sin pagar impuestos. Este modelo es más una forma de saquear y expoliar a los ciudadanos, se elimina la producción local, se eliminan los autónomos y los pequeños emprendedores, que no pueden competir con multinacionales que se van al 3º mundo. Un paso en ese sentido ha sido la medida de liberalizar horarios, que chinos y malls arrasen a los comerciantes madrileños.
Al introducir grandes centros comerciales, las calles quedan sin actividad, sólo cada cierta distancia o en calles muy determinadas se conserva, con lo que contribuye a generar inseguridad y a transformar la calle en un gueto para yonkis y putas, muy dificil de evitar hasta llenando las calles de policía.
Vamos o estamos ya en un modelo en el que la vida se desarrolla encerrados en casa o en un centro comercial, con muy poca interacción social, todo se reduce a acumular, trabajar para acumular objetos, más objetos que los demás, para sentirte más que los demás, pensando que así te van a respetar todos más y todos van a tener una actitud mejor hacia tí. No hay tiempo para nada, no hay relaciones sociales, todo se reduce a trabajar trabajar trabajar cada vez más, y consumir productos que luego no tienes tiempo ni para usarlos, quedan metidos en una caja.
Cuando uno visita ciudades que conservan ese carácter histórico, esas particularidades que no puede encontrar en otro lugar, se crea una imagen de una ciudad, un interés, una marca. ¿Por qué a Madrid, con todo lo que gasta en publicidad apenas ha conseguido crear una marca atractiva? Porque al eliminar toda la esencia histórica y tradicional de la ciudad, no ofrece nada que los demás no tengan en su ciudad, para ver sólo centros comerciales no es necesario ir a Madrid, hay en todas partes, cuanto más destruyan la esencia de Madrid, más irrelevante será por mucho dinero y publicidad que gasten.
que en lugar de poner en valor y saber mezclar patrimonio, cultura y las «necesidades consumistas» actuales, s
Miguel Ángel, tienes razón. Hasta hace unos días la web funcionaba sin problemas. No obstante, el dossier oficial de prensa del que extraigo las citas se puede consultar aquí:
http://static.scalae.net.s3.amazonaws.com/archives/207/Dosier_Prensa_Madrid_Expo_2010_Shanghai.pdf
Gracias,
Pues a mí la superficie de centros comerciales en Madrid sí me parece un dato de lo más llamativo, un magnífico ejemplo de lo que es la falta de personalidad de un gobierno autonómico que va de «castizo» por la vida (en lo que a chulería y chascarrillos se refiere) mientras corta y pega el modelo norteamericano de los «mall». Entre montar fábricas y centros de consumo non-stop hay millones de posibilidades. Se trata de usar la imaginación y no dejarse llevar por el modelo de la sociedad imperialista de turno. Más que de «desarrollo económico» (grandioso eufemismo) podemos hablar de negocio empresarial. Si sale bien, estupendo, ya sabemos que los beneficios nunca se reparten y, si sale mal, no hay problema, las pérdidas siempre se socializan. Que se lo digan a Bankia que al final va a acabar recibiendo casi 15.000 millones de euros de dinero público. Los «perroflautas» vivirían mucho mejor del cuento si pertenecieran al consejo de Administración de alguna gran empresa de este país. Por lo pronto, vía SICAV o paraísos fiscales pagarían bastante menos impuestos. En cuanto a los cantautores, no perderían el paisaje, bastaría con que migrasen al nuevo supercasino a ver a las putas y a los yonquis, estos de lujo eso sí, que ya sabemos que ludópatas, ejecutivos agresivos que esnifan y «velinas» no solo no molestan sino que a algunos les pone. Más allá de políticos e intermediarios sobornados y bien untados, ¿hay alguien que seriamente pueda pensar que el modelo de desarrollo económico de España pasar por convertir Alcorcón o donde quiera que se hiciera finalmente en Ciudad Juárez? Debe ser el nuevo modelo choni empresarial que en EE.UU funcionará de maravilla, pero no sé cómo la idea para Europa no provoca carcajadas. ¿Alguien se imagina a ciudadanos alemanes, franceses, británicos… viniendo a Alcorcón a dejarse el dinero? La ciudadanía española bastante tiene con llegar a fin de mes con sus «megasueldazos» como para hacer el gilipollas tirándolo en un casino.
La mención a Ciudad Juárez además de muy sensacionalista (haber mentado a Hirosima tras la bomba atómica, ya puestos) no tiene mucho sentido dado que no es un lugar conocido por sus bingos. Tú mismo a continuación hablas del modelo estadounidense, así que la ciudad que correspondía en esa comparación era, lógicamente, Las Vegas.
Entonces… ¿Debe ser Madrid y/o España Las Vegas europea? pues ante un 24% de paro no parece tan mala opción. Ya sé que a todo el mundo le gustan ahora los parques tecnológicos, pero de aquí a dos o tres años es completamente inviable un Silicon Valley hispano. Un megacasino, en cambio, tiene más sentido.
Hay que tener una percepción más realista de las propias posibilidades y de las opciones a elegir. Entre otras cosas porque los cinco millones de parados que tenemos son gente que en muchos casos hasta hace uno o dos años eran camareros o albañoles, reciclarlos en ingenieros aeronáuticos no parece factible. Para dentro de 30 ó 40 años, poco a poco, ya se irá montando una industria de alta tecnología, si se puede. Que Alemania la tiene, pero es que en el siglo XIX ya la tenía también. No es cosa de una o dos legislaturas, y menos en una economía d elibre mercado. El caso es que ahora hay que dar empleo y salir de la crisis, como sea.
«¿Alguien se imagina a ciudadanos alemanes, franceses, británicos… viniendo a Alcorcón a dejarse el dinero?»
No hace falta imaginárselo, ya vienen en sus vacaciones millones de ellos a nuestro país. Si además de gastarse el dinero en chiringuitos playeros se lo gastan en bingos, pues mejor. Y con ese dinero pues ya se irá ahorrando poco a poco para las fábricas de satélites espaciales y robots biomecánicos que al parecer debería haber en Alcorcón.
Efectivamente, es dificil que en 5 años exista un Silicon Valey en España. Pero es mucho másdificil si nunca nos decidimos a empezar a poner las bases para que se dé.
-¿Invertimos en I+D+R?
– (En fase económica expansiva) ¡Uy! Ahora no, que es mucho más rentable la bolsa o las promociones inmobiliarias… ya invertiremos cuando «ahorremos»
-(Durante la crisis) ¡Uy! Ahora no, que tenemos 5 millones de parados y es mejor invertir en casinos, grandes empresas y turismo de baja calidad…
Y así España sigue desaprovechando a su generación mejor formada (esa formación que hemos pagado todos) y enviando a nuestros cientifícos e innovadores «patrios» y «no patrios» a ser aprovechados por otras sociedades que no han soportado el coste de esa formación.
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Hombre, yo no soy mucho de cantautores, pero también me parece bastante sensacionalista referirse a los cantautores como si su arte estuviera basado en cantar «a putas y a yonquis» (con el matiz despectivo que ambas palabras tienen). Compararlo con Las Vegas me parece un «poquito» pretencioso. Hasta detrás de Atlantic City hay pasta de más de uno y dos magnates. Difícilmente ningún megacasino va a acabar con los problemas estructurales del desempleo en España. Entre los cinco millones de parados no solo hay camareros o albañiles, también hay muchos licenciados con una o dos carreras más máster incluido comiéndose los mocos después del tiempo invertido en su educación. Pero además del desempleo está el problema del subempleo, que es exactamente el tipo de empleo que generaría un complejo como ese. Y de empleo precario también vamos sobradísimos. A la aventura en sí, le veo el mismo exito empresarial que a la Warner y a Terra Mítica. Me da la sensación de que para el turismo el matiz del sol es bastante importante a la hora de plantarse en España a disfrutar de la playa. Pero es que, además, alemanes, franceses y británicos cada vez vienen menos de chiringuitos a España porque para eso se van a Croacia, que les sale más barato. Si no vienen a disfrutar del sol, dudo mucho que vayan a venir a jugar a la ruleta a Alcorcón porque, en lo que a casinos se refiere, España no tiene ninguna exclusividad y, para nuestra desgracia, en Madrid sigue sin haber playa. Por otro lado, en plena crisis, agravada en España por la brutal especulación urbanística, ¿lo único que se nos ocurre es seguir especulando pero esta vez de la mano de ludópatas, prostitutas de lujo, mafias y más blanqueo de dinero? O sea que en lugar de acabar con los paraísos fiscales para luchar contra la evasión de impuestos, nos montamos uno y, ya de paso, permitimos que vengan magnates sin muchos escrúpulos a exigir pasarse por el forro de los cojones más de 30 leyes españolas, entre las que se incluyen algunas como la ley de Juego, de Enjuiciamiento Civil, de Extranjería, Antitabaco, de Blanqueo de Capitales y de Procedimiento Laboral. Ese es el espíritu… Puestos a perder la dignidad, mejor perderla del todo.
Es curioso y a la vez penoso el antimadrileñismo gratuito e infundado de algunos. Se critica el que haya muchos centros comerciales pero también el que el centro esté plagado de comercios a pie de calle… Se habla de barrios temáticos cuando en cualquier ciudad europea los centros de las grandes ciudades tienen zonas bien diferenciadas: ¿acaso hay el mismo tipo de comercio en el Marais parisino que en los Campos Elíseos? Se critica que Chueca y Triball sean ahora «trendy», mejor que haya prostitución y drogas, ¿verdad?y en general la existencia de zonas diferenciadas cuando precisamente lo que más le llama la atención a la gente que viene de otros lugares de España (incluso de Barcelona, a la que mucha gente parece empeñada en convertir en una enemiga cuando en el fondo ambas ciudades tienen mucho en común) de Europa y del mundo, es lo mezclada que está la gente en las calles de Madrid…
Y decir que el modelo de Madrid ha sido un fracaso cuando es precisamente la Comunidad Autónoma que mejor está capeando la crisis…Para rematar la referencia al consumismo, cosa que debe de ser que no ocurre en Oxford Street y alrededores, Campos Elíseos, Via Venetto, Paseo de Gracia…Madrid es la única ciudad europea en cuyo centro se promueve el consumismo…
En fin, que cuando se tiene manía a algo, sobran argumentos…
Se critica que los supuestos beneficios de la transformación de tejido urbano en tejido comercial son siempre para los mismos, pero los daños producidos, transformar un trozo de ciudad en un polígono, de tiendas pijas en vez de suministros industriales, no acaban en el mismo sitio.
Los centros urbanos no deberían ser parques temáticos del ocio y el consumo, no es la idea del urbanismo europeo, es la idea, ya en su ocaso, del urbanismo de Mall y urbanización privada en el extrarradio, hiperdependiente del coche, que ya no funciona ni en el país que lo inventó.
Estas ideas tan buenas, desenvocan en esto: http://www.nosoloviajeros.com/detroit-la-ciudad-fantasma-de-estados-unidos/, esto: http://www.fastcompany.com/1571975/farming-the-city-in-order-to-save-it-demolishing-density-in-detroit
y esto: http://economix.blogs.nytimes.com/2009/06/16/bulldozing-americas-shrinking-cities/
pues no, en Madrid no hay tiendas donde comprar electrónica especializada, ni óptica especializada, no hay apenas tiendas de deportes extremos, no hay tiendas donde comprar coleccionismo, no hay apenas tiendas de cuero, de materiales sintéticos especializados, no hay apenas ferreterías especializadas, no hay tiendas de customización de motos, no hay apenas tiendas de materiales de artes gráficas, no hay tiendas de automatismos …… Londres y Paris están llenas. Si te limitas al DIA, a los chinos, al cutre inglés y los hipers, si, Madrid es tu ciudad.
Para los amantes de la ciudad shopping: Creo que es un problema cultural, de lo que estimas o a lo que aspiras en tu vida.
Si amas el fachadismo, la apariencia, la vida social de «relaciones», el ascenso social, la acumulación de riqueza, el exclusivismo, la sensación de éxito, el matar de envidia al vecino, comprar en los Dolceygabannas, los Pradas, los Calvinklein, Bvlgaris, etc, etc, etc, o en la docena de cadenas que se repiten igual en Majadahonda que en Ponferrada…..pues entonces el Madrid Global es lo tuyo.
Si todo esto te da por saco (con perdón), y estimas más una conversación con amigos en el banco de un parque, leer la prensa o un libro en una plaza o un café, callejear por los entresijos de los barrios históricos, disfrutar de mil detalles arquitectónicos diferentes y dejarte sorprender por lo que no vas a encontrar en ningún otro lugar del mundo, entonces te aterra el Madrid Global, y piensas que los que no han sabido ver la riqueza humana, histórica y artística insustituible y las posibilidades que se están tirando a la basura, o son unos desalmados cegados por la ambición o unos paletos atiborrados de televisión.
¡Qué fracaso de sistema educativo!. Acabaremos todos de suripantas de Mr. Adelson lamiéndole el zapato. Es a lo que este país se dirige y lo que se merece.
En efecto, hay que analizar con lupa esta deriva de la ciudad de Madrid hacia su conversión en un macrocentro comercial, pero en vez de blancos y negros, yo veo una amplia gama de grises.
No me gusta que el centro de Madrid se peatonalice única y exclusivamente para crear explanadas graníticas que comunican franquicias y similares y dejen espacio libre a las terrazas (Soledad Torres Acosta, Ópera, Montera). El espacio que dejan los coches lo regalamos a la hostelería, principalmente, y también al comercio para que el rebaño consumista pazca tranquilamente.
Pero no es malo que ciertas zonas se revitalicen aunque sea a base de coolness y trendsetting (Triball, Chueca). Es mejor que otras alternativas (droga, prostitución, botellón).
Estoy de acuerdo en el horror de los PAUS, su despersonalización y el vacío de su paisaje. Son espacios sin vida: sólo la hay en las piscinas y pistas de paddle privadas. Se crean microcosmos donde convive gente igual, que lleva una vida igual Se pierde la experiencia de la ciudad como convivencia entre distintos (gran ventaja del centro de Madrid donde parejas gays comparten rellano con ancianitas de misa dominical, en la mayor parte de los casos sin problema alguno).
La relación entre superficie de Madrid y centros comerciales no tiene sentido alguno. Habrá centros comerciales donde haya población, y en Madrid hay mucha.
Por otra parte, de toda la vida el Centro Comercial Barceló se llamó Centro Comercial Barceló, así que esta nueva denominación no es algo reciente. Adjunto testimonio:
http://www.flickr.com/photos/endz2/3264418204/
Dicho esto, me preocupa que este mercado, en el que me abastezco, se convierta en un mercado de San Antón, con tiendas absurdas y más bares que puestos. De San Miguel mejor no hablar, no es un mercado ni nada que se le parezca.
Sólo una pequeña aclaración sobre el dato de la superficie de la Com. de Madrid en relación con la superficie de centros comerciales, que ha sido expuesta en varios comentarios. Con este dato pretendía incidir en la densidad espacial del centro comercial en un territorio limitado. Es decir, cómo la presencia de grandes superficies comerciales escasamente distanciadas generan ritmos (como los atascos de fin de semana en dirección al mall) y formas de sociabilidad cada vez más adaptadas a ellas.
Eso no quiere decir que el factor poblacional no sea importante, pero en este caso prefería destacar las consecuencias de convivir en entornos físicos convertidos, de forma progresiva, en satélites del centro comercial:
http://www.planosdemadrid.es/en-el-plano-de-madrid/centros-comerciales-en-madrid.html
¿Y dónde comprará la gente del barrio que no tiene el sueldo millonario de quién diseña esos maravillos y nuevos merdados de abastos? ¡Que yo he visto un pepino por 2€ en algún mercado «trendy» que otro!
Aquí pasamos de no tener ni un solo sitio de delicatessen a cargarnos todos los mercados que existen, para poner exactamente la misma tienda donde sólo pueden comprar turistas!!
Uno o dos mercados pijos por capital es más que suficiente. Por favor, conservemos (restauremos, ampliemos, modernicemos, etc.) el resto para la gente que vive en esos barrios y compra en ellos.
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Gracias por el artículo.
Por cierto, enhorabuena por el premio de ASA!
Me han impresionado algunas cifras que das, como por ejemplo: que ya los núcleos suburbanos han superado en población al área metropolitana de Madrid. Da que pensar…
Y mientras la gente «emigra» a las afueras y los malls crecen y se multiplican, el pequeño comercio de barrio va muriendo si no se pone imaginación en darle un empuje.
Calles como la de Fuencarral en Madrid, con la peatonalización parece haber ganado en público… ¿no se podía haber hecho algo así en la zona de la Cebada? ¿una iniciativa pública que potencie las plazas, los paseos y el contacto?
Creo que la ciudad ganaría mucho si cada barrio (y no solo el centro) tuviera sus pequeños núcleos para ir a pie o en bici y si se potenciara más el pequeño comercio en vez de los grandes centros comerciales.
Con todo, bien es cierto que prefiero que estos se sitúen en el centro y no en la periferia, que para muchos el fin de semana es una romería hacia el gran centro comercial.
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La pena es que Madrid siempre ha sido villa, castiza, popular. Esto que están haciendo es romper con su tradición y con lo que significaba la ciudad. Quieren transformar una ciudad que era medio pueblo en algo que no es y nunca ha sido.
Sin embargo, es cierto que ciertas obras ayudan. La peatonalización ayuda y es necesaria. Igual que fomentar los desplazamientos en bicicleta (algo que no se está haciendo y que se podría). La afluencia de gente en Madrid Río (y ahí no hay ningún centro comercial) demuestra que la ciudad necesita espacios donde pasear. Por otro lado, el «granitazo» de muchas plazas hace que sea imposible pasar por ellas, salvo que sea de paso entre un lugar y otro, tal y como se dice aquí. Tiene sus cosas mejores y sus cosas peores…
Luego están los ensanches que han sido construidos sin ningún objetivo, con el único aliciente de especular y ganar dinero, haciendo creer a los pobres curritos que comprarse un piso allí era una inversión segura y no una trampa mortal. Además son un horror arquitectónico y urbanístico
Mercado ES Democracia
Mercado ES LO CONTRARIO de democracia – al ingerir un elemento extraño, el capital, que no iguala sino que introduce siempre diferencia, desnivel y desigualdad
Mirad como son los neoliberales, que quitan los bancos de las plazas, para que no te pares, no te entretengas a hablar con nadie y vayas directo del trabajo al centro comercial y del centro comercial al trabajo. Hay que ser muy talibán para quitar los bancos de las calles, no les basta con llenarlo todo de propaganda y publicidad, quitan los bancos para que al estar cansado, sin pensarlo, entres al centro comercial más cercano, una vez dentro la sobredosis de colores, de propaganda, productos…. hace el resto.
A esto se le suma la mierda de arquitectura de pisos baratos de la época del enano que rodea la almendra central, me refiero a Carabanchel, el Pilar, Vallecas… Para enmierdar más lo imposible de enmierdar se reboza con paus salidos del sueño húmedo de un arquitecto de universidad católica con encefalograma plano, un concejal egipcio cateto y un contratista putero, en fin, yo soy madrileño de pura cepa y lo único que puedo decir es que quitando el minúsculo centro histórico, Madrid es una coz a la vista
Creo que los señores del PP están muy equivocados. Si quieren que Madrid de una buena imagen, deberían de enseñar un poco de educación y normas de higiene a sus residentes. No todos son así, pero da lástima ver a gente con bastón teniendo que hacer slalom por la calle, ver como la gente se sienta en reservados habiendo mayores de pie, ver como la gente se saca los mocos y pone la mano en cualquier agarradera sin nigun tipo de miramiento, ver como se estornudan a la cara entre unos y otros, etc. Y es que no se salvan ni los trajeados, en mi trabajo esta moda no lavarse las manos después de ir al servicio, para ir dejando orines allí por donde se pasa.
Respecto al que hablaba de las putas, he visto putas y yonkis muchisimo mejor educados y mas limpios que la gente que te relato y sobre todo que tú. A parte de que poner un centro comercial no es una solución, lo que haces es que se vayan a otro lado, pero no solucionas nada. Si tienes problemas con la prostitución y las drogas, ni prohibas ni los hagas desplazarse, ataca el problema que provoca esas situaciones. Si una mujer tiene como único ingreso para ella y sus hijos lo que hace con su cuerpo, ¿crees que por poner un centro o decir eso esta mal o prohibirlo van a dejar de prostituirse?
Hay otras formas de reformar mercados de abastos, y también están en Madrid. No tienen tanto glamour como otros mercados pero son mucho más agradables:
http://ccaa.elpais.com/ccaa/2012/03/29/madrid/1333045590_721372.html
Muchos madrileños llevamos tiempo hasta las narices de que nuestros alcaldes solo sean capaces de transformar nuestra ciudad en un gran centro comercial. A la mierda con todos ellos!
Muy buen articulo
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Yo haría más hincapié en la reducción de la habitabilidad de las plazas. Recuerdo que en Callao, no hace mucho, quedabas con alguien y te podias sentar en un banco hasta que aparecía. La verdad es que pronto todas las calles serán iguales, con marcas rotativas. Cuando yo era pequeño (y tengo 27 años) comprabamos a un par de hermanos que tenían una tienda de alimentación (aunque se llamaba mantequería). Recuerdo que siempre podia ir allí si tenia cualquier problema, y mi madre me solía mandar a buscar cosas ya desde muy pequeño. Incluso podía quedarme allí un rato si tenía que esperar a que volviera después del colegio. Todas las calles de mi barrio eran parecidas, yo conocía a los dueños de los comercios y ellos a mí. Siempre sentí que mi barrio era un sitio seguro lleno de caras conocidas, un sitio donde yo podía jugar y experimentar sin miedo. Me entristece profundamente ver como ya no queda a penas nada de todo aquello. Una droguería, por ejemplo, era atendida por una familia y les daba de comer. Sabían muy bien que su mejor valor era tener a sus clientes contentos. Con los bares igual. Donde ahora se levantan La Sureña, Lizarrán, o Cien Montaditos antes había bares regentados a menudo por un matrimonio, un par de hermanos, o algo por el estilo. A poco que te conocieran te servian tapas hasta que reventaras, y yo solía pagar los cafes con leche de la semana de golpe. He visto que en Lizarrán las cañas están a 70 céntimos, y que en el carrefour tienen un 3X2 en latas de atún. Lo hemos malvendido todo por ahorrarnos unos malos 40 céntimos en una caña*. No creo que a mi hijo vayan a tratarlo igual que a mí me trataron en el supercor.
*P.S Total, luego te los vas a gastar en comer algo porque ahí no se da nada gratis…
La lucha por el céntimo (o maximizar beneficios y bajar costes, ese vomitivo mantra) al final acabará con todos. Si yo busco el precio más barato en todo, entonces recompenso a quien recorta lo máximo posible en todo, incluyendo sueldos de los empleados. Así, muy pronto seremos todos unos malpagados sirviendo a otros malpagados. Todo para que la cadena comercial pueda expandirse más y más, engullendolo todo a su paso.
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