La forma en que los hoteles gestionan sus reservas ha dado un giro radical en los últimos años. Resulta sorprenderte ver cómo los pequeños detalles marcan la diferencia entre el éxito y el estancamiento en este sector. ¿Quién iba a pensar que algo tan aparentemente simple como la mejora del software para hoteles podría cambiar tanto las reglas del juego? Cuando los hoteles dependían totalmente de agencias de viajes e intermediarios eran un dolor de cabeza porque, entre otras cosas, las comisiones se comían una buena parte de los beneficios, y encima había que adaptarse a las condiciones que imponían. Sin embargo, ahora las cosas han cambiado. Tenemos el caso de Marriott: decidieron dar el paso y crear su propio sistema. Al principio parecía arriesgado, pero les ha salido redondo.
Lo interesante es que no se trata solo de ahorrarse las comisiones (que también). El verdadero cambio está en el control que los hoteles han recuperado sobre su negocio. Por ejemplo, Hilton puede ahora jugar con sus tarifas como quiere con un software de reservas propio: si hay un evento importante en la ciudad, suben precios; si viene temporada baja, lanzan ofertas especiales. Es como tener el volante del coche en tus manos en lugar de ir de copiloto. Y hablando de ahorros… ¿Sabéis lo que supone no tener que pagar comisiones a intermediarios? Hyatt lo tiene clarísimo. Desde que gestionan sus propias reservas han visto cómo su cuenta de resultados mejora mes tras mes. Pero lo mejor es que han podido reinvertir ese dinero en mejorar la experiencia del cliente. El personal, que antes perdía horas con estas gestiones, ahora puede dedicarse a lo importante: atender a los huéspedes.
La cosa se pone aún más interesante cuando hablamos de la experiencia del cliente. El Ritz-Carlton lo ha entendido perfectamente: ahora sus huéspedes pueden personalizar hasta el último detalle de su estancia antes de llegar. ¿Quieres una botella de vino esperándote en la habitación? Todo es posible con unos pocos clics. Es interesante observar ver cómo algunos hoteles todavía dudan si dar el paso. Es como cuando apareció internet y muchos pensaban que era una moda pasajera. Accor Hotels, por ejemplo, ha conseguido eliminar por completo los problemas de overbooking gracias a su sistema en tiempo real. ¿Os imagináis lo incómodo que era tener que reubicar a un cliente porque habías vendido la misma habitación dos veces?
Y no olvidemos la fidelización. Hyatt ha dado en el clavo con su programa de puntos integrado en el sistema de reservas. Es como tener una relación directa con cada cliente. Les conocen mejor, saben sus preferencias, y pueden ofrecerles exactamente lo que buscan. El resultado: clientes contentos que vuelven una y otra vez. La verdad es que el futuro del sector pinta interesante. Los hoteles que han dado el salto están marcando el camino a seguir. No es solo una cuestión de tecnología; es una nueva forma de entender el negocio hotelero. Los que se resistan al cambio… bueno, digamos que lo van a tener complicado.
¿Y sabéis qué es lo mejor? Que esto es solo el principio. La tecnología sigue avanzando, y los sistemas de reservas evolucionan con ella. Los hoteles que han apostado por el cambio están mejor preparados para lo que venga. Han entendido que, en este negocio, como en la vida, o te adaptas o te quedas atrás. En fin, está claro que el sector hotelero está viviendo una auténtica revolución. Y como en todas las revoluciones, hay quienes la lideran y quienes la siguen. La diferencia está en atreverse a dar el primer paso. Las grandes cadenas ya lo han hecho, y los resultados hablan por sí solos. ¿Quién será el siguiente en subirse al carro?
Bueno la dinámica de reservas, por lo que cuenta, parece ser exactamente la misma pero simplemente se ahorran la comisión y la negociación anual con una plataforma. Al final, la dinámica es la misma: cuando hay mucha demanda el precio sube y cuando hay poca el precio baja