Llaman terrorismo a la guerra de los pobres y guerra al terrorismo de los ricos.
(Alfonso Sastre)
Sabemos muy bien que nuestra libertad está incompleta sin la libertad del pueblo palestino.
(Nelson Mandela)
Lo que el yanki necesita
es una aumentada dosis
de jarabe vietnamita.
(Quintín Cabrera)
Esto no es un artículo (ni un homenaje a Magritte, ni un refrito de otro texto que empieza igual porque parte de una misma tormenta/tormento cerebral), sino un racimo de apresuradas soflamas que espero que mis pacientes lectoras/es puedan convertir, llenando las lagunas con sus propias reflexiones, en un discurso unitario y coherente. Y lo que quisiera ser un título de pleno derecho no es más que una datación, con la tímida esperanza de que el desarrollo de los acontecimientos más recientes lo convierta en una efeméride y este tórrido mes de mayo de 2024 pase a la historia como Mayo del 24.
Mayo del 68
Quienes tuvimos el privilegio de participar en las revueltas estudiantiles de Mayo del 68, a estas alturas ya habíamos perdido, me temo, la esperanza de asistir a una epifanía ética y política similar. Pero, del mismo modo que las atrocidades cometidas en Vietnam por el ejército estadounidense infamaron —y extendieron por todo el mundo— las protestas estudiantiles del Mayo francés, el brutal genocidio sionista está convirtiendo la solidaridad con el pueblo palestino, como no puede ser de otra manera, en un cuestionamiento radical de las supuestas democracias occidentales, cómplices necesarias del eje Washington-Tel Aviv, y una vez más este proceso se manifiesta con especial contundencia en los campus universitarios: una vez más las acampadas en las principales universidades estadounidenses —en el corazón de la bestia, como diría el Che— han hallado eco en numerosas universidades de todo el mundo, dispuestas a recuperar su espíritu crítico y combativo de antaño. La historia no se repite, como creen los ingenuos y quisieran los privilegiados, pero la barbarie imperialista sí, es pura repetición autorreplicante, y, en consecuencia, también se repiten, formalmente, algunas de las respuestas del pasado. Pero no podemos pararnos ahí. ¿Y hasta dónde vamos a llegar en la lucha contra el eje del mal y sus cómplices? Ojalá lo supiera. Ojalá lo supiera alguien. Pero si una cosa está clara, es que todo lo que valió o habría valido conta el fascismo explícito, vale contra sus herederos imperialistas y sionistas.
Somos los malos
Pertenezco a una vapuleada generación de niños que, intoxicados por el supremacismo blanco de las películas de indios y vaqueros (por no hablar de las de Tarzán o las de moros y cristianos), aplaudían en el cine cuando el Séptimo de Caballería, al vibrante son de la corneta, acudía al rescate de los colonos cercados por los sanguinarios apaches, ansiosos por arrancarles el cuero cabelludo. Tardé bastante en enterarme de que fueron los blancos quienes instauraron la macabra práctica del descabellamiento, para poder demostrar a cuántos indios habían abatido y cobrar su recompensa a tanto la pieza. Y descubrir que los rubios colonos de ojos azules eran los agresores, que Búfalo Bill era un asesino en serie y que el malo de la película no era Caballo Loco sino John Wayne, fue uno de mis mayores traumas infantiles, una perturbación semejante a la de esos protagonistas de las películas de ciencia ficción de serie B que de pronto descubren que los invasores extraterrestres han usurpado los cuerpos de sus seres queridos.
El silencio de los borregos
Se supone que quienes hemos hecho de la cultura y la comunicación nuestro oficio tenemos el insoslayable deber de denunciar las mentiras y los abusos del poder, por lo que solo se puede calificar de miserable la escasa, timorata y a menudo equidistante reacción de los «intelectuales» (un término equívoco que conviene coger con las pinzas irónicas de unas comillas) ante el genocidio del pueblo palestino por parte del Estado terrorista de Israel, con la complicidad necesaria —repitámoslo todas las veces que haga falta, es decir, todas las veces— de las supuestas democracias occidentales.
El silencio de los borregos culturales no es absoluto; pero las voces de denuncia son muy insuficientes, por no decir vestigiales, por más que en estas mismas páginas hayan aparecido al menos un par de firmes alegatos contra la barbarie sionista: «J’accuse l’Europe…!», de Ángel L. Fernández Recuero, y «Quienes vivimos en Omelas», de Iván Batty. Dos títulos inequívocos que remiten, respectivamente, a Émile Zola y a Ursula K. Le Guin. La historia no se repite, pero la barbarie imperialista sí, y ello nos obliga a evocar una y otra vez a las/os intelectuales (ahora sin comillas) de nuestro pasado reciente que ni se aborregaron ni se callaron.
En su artículo, dice Fernández Recuero: «¿Cómo ha reaccionado la Unión Europea ante estos desmanes? ¿Acusando a Netanyahu de cometer crímenes de guerra, igual que acusó a Putin en su momento? ¿Cortando las relaciones diplomáticas con Israel, como se cortaron las relaciones diplomáticas con la Federación Rusa? ¿Suspendiendo vuelos, imponiendo sanciones económicas, cuestionando los eventos de cooperación? Nada de todo lo anterior. Israel, ya lo saben, piensa incluso participar en Eurovisión…».
Y mientras detenían ante la sede del festival a docenas de manifestantes (entre quienes no podía faltar Greta Thunberg, porque ecologismo y antiimperialismo son inseparables), el público español otorgaba la máxima puntuación a Israel. La resistible ascensión de la extrema derecha se manifiesta en todas partes, de muchas maneras. Y no le estamos haciendo frente con la debida contundencia.
La fuerza del vampiro
Dice Bram Stoker en Drácula, por boca de Van Helsing, que la fuerza del vampiro estriba en el hecho de que nadie cree su existencia. Y la fuerza destructiva del eje Washington-Tel Aviv se basa, en gran medida, en que su nivel de maldad —infinitamente superior al de cualquier vampiro real o imaginario— resulta increíble. La mentira mil veces repetida de que Estados Unidos e Israel son «democracias avanzadas» se ha convertido en una verdad incuestionable en las mentes de quienes no piensan por sí mismos y, en consecuencia, se da por supuesto que cualquier cosa que hagan sus gobiernos corruptos y sus ejércitos criminales ha de tener una justificación razonable.
Decía no hace mucho Arturo Pérez Reverte, con la mezcla de chulería barriobajera y conservadurismo pequeñoburgués que lo caracteriza, y que lo ha convertido en un referente de la derecha más ruidosa, que los israelíes pueden ser a veces unos hijos de puta, pero son nuestros hijos de puta. Y no le falta razón, en la medida en que ese «nuestros» remite a los millones de supremacistas blancos que infestan la vieja Europa. Y que van en aumento.
La comunión vampírica
Si todas las víctimas de los vampiros se convirtieran a su vez en muertos vivientes, se multiplicarían a la velocidad explosiva de las progresiones geométricas (o, cuando menos, de la sucesión de Fibonacci) y hace mucho que se habría consumado la distopía vampírica descrita por Richard Matheson en su novela Soy leyenda (tantas veces y tan mal llevada al cine). Es mucho más verosímil la versión según la cual la mayoría de las víctimas, sencillamente, mueren desangradas, y solo acceden al vampirismo unos pocos elegidos que son invitados a beber la sangre del vampiro. Y que aceptan la invitación, renunciando a su humanidad a cambio de la promesa un poder omnímodo.
Los nazis tomaron de los judíos el mito supremacista del pueblo elegido y lo volvieron brutalmente contra ellos, exterminándolos por millones en uno de los episodios más execrables de la historia de la humanidad. Pero algunos supervivientes de aquel terrible holocausto (no «el» Holocausto, con artículo determinado y mayúscula, como si hubiera sido el único o el más importante) comulgaron con la sangre del vampiro y se convirtieron a su vez en depredadores sanguinarios. Y si hay un futuro para la humanidad, pasa por acabar con ellos. Y con sus cómplices.
Como dice el autor esto no es un artículo con argumentos racionales sino una soflama destinada, según él, a que otros comentaristas sí escriban argumentos racionales.
Yo creo que empieza mal: mejor empezar razonando, porque lo que puede acabar pasando en estos tiempos de ideología woke es que los comentaristas también se nieguen a razonar. Y creo que esto ejemplifica lo que son los delitos de odio: es la ley del embudo. Unos pueden odiar y escribir lo que quieran, y otros aunque no odien, serán acusados y censurados básicamente porque expresan su desacuerdo.
No entiendo tu argumentación. O, mejor dicho, no la veo. Al menos en este foro, no creo que te censuren por expresar tu desacuerdo. Si algo de lo que afirmo te parece erróneo, te agradeceré que lo señales y te contestaré lo mejor que pueda.
Que yo recuerdo me han censurado 2 veces en otro artículo titulado:
J’accuse l’Europe…! La hipocresía de Europa ante los crímenes de guerra en Gaza
La 1ª vez escribí un comentario con un enlace a otra página web que defendía a Israel. Pensé que quizás era por haber puesto un enlace a otra web combinado quizás porque a muchos comentaristas les parecería escandaloso. La 2ª vez que también defendía a Israel, no sé si hice algo mal, pero ni siquiera me salió el aviso de que mi comentario iba a ser revisado antes de publicarlo.
Reconozco que legalmente esta web tiene todo el derecho a censurar lo que quiera, pero por lo menos yo no insultaba a nadie y aquí he leído a otros comentaristas publicar incluso insultos soeces.
Pero en fin, no crean los lectores que estoy en plan de queja o reivindicativo. Yo confío en que por lo menos lleguemos a comprender (que no es lo mismo que aprobar) el punto de vista de los demás. Insultar sobre todo no sirve más que para dejar de razonar y no sirve para nada positivo.
Totalmente de acuerdo. Y aprovecho para aclarar, por si cupiera alguna duda (que me temo que sí), que el pueblo judío tiene todas mis simpatías y mi solidaridad más sincera. Cuando hablamos de nuestros propios países, tenemos muy clara la diferencia entre la población y los gobernantes o los partidos hegemónicos, pero al hablar de otros tendemos peligrosamente a generalizar. Gracias por tus comentarios.
En occidente te recuerdo que a los que se está censurando son a los que decís que tienen ideología woke. Ya sea censurando que se pueda hacer alegaciones a favor de Palestina en Eurovisión, ya sea metiendo en prisión a profesores y alumnos en las acampadas universitarias que denuncian el genocidio, ya sea acusando de terroristas a los que se oponen al sionismo criminal. Es muy significativo el silencio de los que hablaban de «cultura de la cancelación», que eran precisamente los que se alineaban con el poder y que no les gusta que se les critique, por supuesto alineados todos con el genocida Netanyahu y su gobierno criminal.
Buenos días.
Una pregunta para el autor, si tiene a bien contestar como ha llevado a cabo en otros artículos, ¿a qué se refiere exactamente con la frase final del artículo? ¿Cómo quiere usted acabar con los vampiros?
¿Está usted pidiendo / reclamando / recomendando que nos armemos (un término equívoco que conviene coger con las pinzas irónicas de unas comillas) con estacas para clavárselas en el corazón o se limita a sugerir acampadas en las universidades -elitistas- estadounidenses en contra de los vampiros?
Gracias de antemano.
Un saludo
Hay muchos frentes de lucha abiertos. Y las protestas estudiantiles no son necesariamente elitistas, y lo que piden para «acabar con los vampiros» es razonable: dejar de apoyar al Estado terrorista de Israel, boicot a sus productos, presión a los gobiernos para que rompan relaciones institucionales… En cuanto a mi propuesta personal, creo que la he dejado bastante clara: todo lo que valió o habría valido contra el franquismo, el fascismo o el nazismo, vale contra el sionazismo y sus cómplices. Cada individuo y cada colectivo tendrá que decidir hasta dónde está dispuesto a llegar.
Muchas gracias por su respuesta.
Entiendo, y si no es así corríjame si quiere, que apoya usted una agresión armada contra el Estado de Israel. Dado que en el encabezamiento de su artículo incluye diferentes citas que parece que identifican guerra (convencional) con terrorismo, intuyo que apoya ataques terroristas contra un Estado reconocido por la ONU como es el Estado de Israel.
No puedo diferir más de su postura y me parece absolutamente deleznable que pueda defender ataques terroristas de cualquier índole (dando por hecho, y así debe ser, que no le debe importar lo más mínimo que a mi me parezca una cosa o la contraria) frente a ningún Estado.
Respecto al elitismo de las manifestaciones en las universidades estadounidenses, es necesario tener presente que una de las primeras acampadas reprimidas se ha producido en la Universidad de Columbia y se han dado casos en otras universidades de la Ivy League (además de en otros centros de la costa oeste):
«Además de la Universidad de Columbia, los ecos de las movilizaciones también han alcanzado a Harvard y Yale, tres de los ocho miembros de la Ivy League, el selecto grupo de las universidades de élite concentradas en el noreste del país» (https://elpais.com/america/2024-05-09/las-claves-de-las-protestas-propalestinas-en-america-universidades-sin-clases-acampadas-solidarias-y-demandas-del-movimiento.html).
Por lo tanto, estoy de acuerdo en que las manifestaciones no son necesariamente elitistas pero la realidad es que son rectores de universidades de la Ivy League los que ya han dimitido acusados de antisemitas (Pensilvania, Harvard, etc.) y que las mayores acampadas solidarias (sic) se están produciendo en tales centros.
De nuevo, le agradezco su contestación.
Un saludo
El Estado de Palestina también ha sido reconocido por la ONU y es miembro observador de su Asamblea General. La pena es que el veto de Estados Unidos en el Consejo de Seguridad le impida ser miembro de pleno derecho.
Dado que responde a un comentario anterior mío, le contesto.
Tiene usted razón. ¿Y?
Desde mi punto de vista (recalco que no es más que una opinión que a nadie le debe de importar casi nada), el hecho de que Palestina fuera (o no) miembro de pleno derecho de la ONU no puede legitimar en ningún caso ataques terroristas sobre la población civil de «los vampiros».
El problema, creo yo, es la absoluta polarización en el tema. Si sostienes que ataques de grupos armados (espero no convertirme en un supremacista blanco por denominar a Hamás como grupo armado) son totalmente contrarios al derecho internacional y a los derechos humanos, inmediatamente se te tilda de «cómplice de los vampiros» y «perteneciente al eje del mal».
Y no, Sr. Nacho Vegas (https://blogs.publico.es/dominiopublico/56085/pila-odio/), desde mi punto de vista, no debería haber ningún problema en condenar a los dos bandos. Es muy sencillo en realidad:
Los ataques terroristas de Hamás son deleznables y las agresiones continuadas en el tiempo vulnerando acuerdos internacionales -faltando a sus propios compromisos- por parte del Estado de Israel TAMBIÉN son injustificables, despreciables, detestables e indignas de una democracia que se dice liberal.
Ánimo a decirlo en voz alta…pero tengan cuidado delante de quien lo hacen dado que en este tema hay personas que reparten los carnets de fascista, sionazista (sic) o que te acusan de no ver más allá de las soflamas.
Les aseguro que no me han salido colmillos afilados por condenar las actitudes de ambos bandos. Es más, duermo con la conciencia más tranquila sabiendo que ninguno de los dos bandos son mis «hijos de puta».
Un saludo
No es asunto que pueda despacharse en cuatro párrafos, y por eso empezaba calificando mi texto como racimo de apresuradas soflamas. Pero pensaba que decir que considero lícito, contra el Gobierno de Israel (no contra su población), lo mismo que lo fue contra el franquismo, el fascismo o el nazismo, era una forma bastante clara de definir mi postura. ¿Eran terroristas los maquis, los partisanos, los miembros de la Resistencia francesa? No lo creo, lo que no significa que fuera lícito todo lo que hicieron, ni mucho menos. En cuanto a las protestas estudiantiles (recordemos Mayo del 68) son, inevitablemente, un totum revolutum en el que hay desde hijos de papá deseosos de hacer something exciting hasta jóvenes bien informados y firmemente comprometidos. Esperemos que se impongan los segundos.
Gracias a ti por tus comentarios.
Muchas gracias por su respuesta.
Me temo, Sr. Frabetti, que los maquis, los partisanos, la resistencia francesa durante la Segunda Guerra Mundial (cuando atacaban a civiles colaboracionistas con el régimen que se tratase), los GAL, las Brigadas Rojas, Hamás, la ETA, el IRA, la Triple A, el NAR italiano, las FARC y tantos otros SI son terroristas de conformidad con lo que dispone la RAE (https://dle.rae.es/terrorismo):
«Sucesión de actos de violencia ejecutados para infundir terror».
Ahora bien, parece que para usted unos terroristas son mejores que otros porque apoya ideológicamente su causa (simplemente lo supongo viendo la cita de Alfonso Sastre que es de verdad el encabezamiento de su artículo). Respeto su opinión, pero me sigue siendo resultando deleznable no condenar ataques a la población civil de otro Estado (tal y como hacían todos y cada uno de los grupos citados) porque tenga usted simpatías con una ideología.
Y no, Sr. Frabetti, no se ampare (o sí, haga lo que quiera) en la verdadera equidistancia para no condenar los ataques de Hamás: los ataques de Hamás de octubre de 2023 fueron contra población civil y son ataques terroristas que tenían por objeto infundir terror. Es un hecho. Si usted los justifica, me parece muy bien pero a través de sus soflamas (sic) lo que hace es intentar dotar de legitimidad un ataque indiscriminado y terrorista contra población civil.
Y acabo. No, no todos los militares o guardias civiles nacidos en Extremadura o en Andalucía que murieron por ataques terroristas de la ETA eran genocidas. Defender lo contrario por una persona con su erudición me parece asombroso. Ahora bien, no quiero enfangar el debate (que le agradezco) con la cuestión de los «luchadores por la libertad vasca» .
Un saludo
No entiendo tu réplica (por favor, nada de Sr. Frabetti, en este foro siempre nos hemos tuteado) o, mejor dicho, no me siento aludido por ella. Considero abominables todas las agresiones a la población civil, vengan de donde vengan. Otra cosa es el término «condenar», que evito por razones que llevo años exponiendo (por ejemplo, en un artículo reciente en estas mismas páginas), y que tienen que ver con su manipulación y su uso tendencioso por parte del poder. No, no hay un terrorismo bueno y uno malo, como el colesterol, todos son malos, malísimos; pero el terrorismo de Estado -como cualquier crimen cometido desde el poder- es infinitamente peor, supone un salto cualitativo.
Cuando en una contienda hay agresores y agredidos, aunque ambas cometan acciones reprobables, no podemos equiparar los dos bandos. Que algunos miembros de la Resistencia francesa cometieran atentados mortales absolutamente inaceptables -y las cometieron- no los equipara a los nazis. Que algunos republicanos quemaran iglesias y mataran a religiosos por el mero hecho de serlo, algo sin duda abominable, no significa que ambos bandos de la mal llamada Guerra Civil fueran equivalentes.
Y acabo: nunca he llamado genocidas a los militares y guardias civiles españoles ni he justificado los atentados mortales de ETA, y en ocasiones los he repudiado enérgicamente (aunque, insisto, sin usar el término «condenar», lo que me ha valido el calificativo de filoterrorista y alguna que otra causa judicial).
Muchas gracias, Carlo.
Es evidente que vemos las cosas desde ópticas diametralmente opuestas (pero, te agradezco mucho el «debate»). Sin querer ser (aún más) pretencioso de lo que lo estoy siendo, a mi no me supone ningún tipo de problema utilizar el término condenar:
J’accuse y condeno los ataques terroristas de Hamás de octubre de 2023.
J’accuse y condeno las agresiones injustificadas y abominables del Estado de Israel al pueblo palestino.
J’accuse y condeno a los republicanos que en los años 30 quemaron iglesias.
J’accuse y condeno a los militares franquistas que cometieran cualquier tipo de atrocidad y al régimen dictatorial que trajo la (parecer ser) mal llamada Guerra Civil Española.
En lo que tampoco te doy la razón es en la cuestión de la equiparación. En mi particular escala (propia y, por lo tanto, sujeta a mi propia valoración que no trata de convencer a nadie), el terrorismo contra población civil y más si es inocente está en lo más alto en la escala de reprobabilidad; es decir, no equiparo moralmente a los bandos: sostengo que cualquier ataque contra víctimas civiles inocentes (ataques de Hamás de octubre de 2023 y los ataques indiscriminados que están sucediendo en la Franja) son deleznables, por seguir con el mismo adjetivo. No equiparo bandos, equiparo acciones.
Y ese es precisamente, desde mi punto de vista, el problema de tu argumentación: si partes de la premisa de que «Estado de Israel malo y Palestina buena», las conclusiones se pueden acercar al absurdo de entender que la única solución para con los «vampiros» «pasa por acabar con ellos». Y yo eso no lo puedo aceptar moralmente (como si a alguien le importara algo lo que yo pueda aceptar moralmente…).
Y no, estimado Carlo,. Creo que la solución para el futuro de la humanidad no es acabar con «los vampiros» sino hacer que el Estado de Israel cumpla con los mandatos internacionales y los acuerdos que se adopten en la ONU y para ello no sirven ni acampadas solidarias ni ataques terroristas que -a las pruebas me remito- sólo traen miseria y muerte.
En fin, tengo la sensación de ser muy pesado y muy muy pretencioso con estos comentarios. Te agradezco las contestaciones y al resto de los lectores si son capaces de llegar hasta el final de los tochos que estoy escribiendo.
Un saludo
Gracias, Extrañado. Con temas tan complejos tenemos que «ponernos pesados» y dar vueltas y vueltas a las ideas para ganar un poco de claridad. Insisto en que no hablo de buenos y malos, sino de opresores y oprimidos, agresores y agredidos, explotadores y explotados. Estoy plenamente de acuerdo contigo en que el terrorismo contra la población civil está en lo más alto de la reprobabilidad: solo añado a eso que cuando ese terrorismo se ejerce desde el poder y con la colaboración de la primera potencia bélica mundial, es muchísimo más grave todavía, tanto éticamente como en sus consecuencias concretas.
Como la democracia española realmente existente es una prolongación, al menos parcial, del franquismo, Frabetti es coherente cuando piensa que ETA no era un grupo terrorista.
«Cada individuo y cada colectivo tendrá que decidir hasta dónde está dispuesto a llegar.»
De este modo, matar a Miguel Ángel Blanco era, en el fondo, como matar a Heydrich o la bomba de Hipercor algo bastante parecido a ametrallar un convoy de la Wehrmacht.
Matar a Miguel Ángel Blanco (y lo he dicho bastantes veces desde que ocurrió, incluso cuando decirlo era peligroso) fue una atrocidad, y no fue la única cometida por ETA. A lo que me niego es a llamar «terroristas» a los grupos armados clandestinos y «militares» a los genocidas uniformados.
Pues tienes un problema moral.
«A lo que me niego es a llamar «terroristas» a los grupos armados clandestinos y «militares» a los genocidas uniformados.»
Si quieres, podemos llamar a los primeros rocieros y a los segundos falleros.
Siguiendo tu lógica desquiciada el GAL, la Triple A, la OAS, los NAR, la Banda de Stern, Timothy McVeigh o Breivik no son terroristas.
No he dicho que no lo sean, sino que no lo son solo ellos ni son los peores. Tengo, sí, varios problemas morales, algunos de difícil solución. Tú tienes un problema semántico. Mejor dicho, lo tenemos todos, porque el poder lleva años manipulando las mentes mediante el uso tendencioso del lenguaje.
Yo no niego que ETA (un grupo que asesinó a decenas de civiles inocentes con ánimo de infundir terror) fue una organización criminal terrorista y resulta que tengo un problema semántico.
Tú eres un filoterrorista que se expresa libremente y todavía te quejas del Estado franquista que te oprime.
Tienes un problema semántico que por lo visto afecta a tu comprensión lectora, porque lo que digo y repito es que no podemos llamar terroristas a los que actúan clandestinamente y militares o funcionarios a los que torturan y asesinan al amparo del poder: o unificamos la terminología o buscamos una nueva. Te sugiero que teclees en un buscador las palabras «España» y «tortura». O que revises casos como el de Lasa y Zabala, o el de Amaia Urízar. Puede que entiendas por qué me niego a llamar «benemérita» a la Guardia Civil. O «emérito» al Borbón. Y, por cierto, nunca me he quejado de que me opriman a mí: soy muy consciente de ser un privilegiado, y por eso mismo creo que tengo el deber ético y político de defender a quienes no lo son.
Empezando por el final. Es muy gracioso que pretendas que estás cumpliendo un deber ético defendiendo a los «no privilegiados» miembros del MLNV. Yo te recomiendo este libro
https://www.marcialpons.es/libros/la-financiacion-del-terrorismo/9788411316422/
También te recomiendo los documentales Traidores de Jon Viar y, sobre todo, Bajo el silencio de Iñaki Arteta.
Creo que el que tiene un problema de ese tipo, de modo que te afecta moralmente, eres tú. Afortunadamente no hay mucha gente con ese tipo de desarreglos. Específicamente esa manía de pensar que las palabras son chicles.
Hay militares buenos, malos, regulares y mediopensionistas (habría que ver qué quiere decir esta valoración. ¿Bueno es que tiene las ideas que a mí me gustan y es funcional a ellas? ¿O bueno es el que obedece al poder legítimo y no violenta el ius in bello?); en cambio, todos los terroristas por definición son malos, difunden el terror con el asesinato aleatorio e indiscrimado. No me vas a pillar por ahí. No toda violencia armada es terrorismo. Estés o no de acuerdo con los fines políticos, el ataque armado a destacamentos o infraestructuras con relevancia militar no es terrorismo. Eso se llama guerra. Y eso no es lo que hacían tus amigos de ETA. Tus amigos de ETA mataban a civiles inocentes en Madrid, Barcelona y Sevilla. Deberías ser honesto y reconocer que eso es terrorismo y dejarte de juegos con las palabras.
El que yo rechace y condene la tortura de las FCSE y el terrorismo del BVE y los GAL no me impide rechazar y condenar las torturas y el terrorismo del MLNV y concretamente de ETA. De igual modo, políticamente soy propalestino y no dejo de ver que lo que ocurrió el 7 de octubre fue un pogromo, una masacre terrorista inaceptable.
En definitiva, no hay problema semántico ni déficit de comprensión lectora. Más bien el problema lo tienes tú, que de modo insidioso, haciendo malabares con la semántica y la pragmática, no pierdes ocasión de poner lenitivos y proclamar lo beatíficos que son tus amigos nacionalistas vascos y los terroristas de ETA.
No hace falta que me des respuesta ni comentario. Creo que ya está agotado este intercambio.
Al menos en eso estamos de acuerdo: no tiene sentido seguir el intercambio en esos términos. O yo me expreso mal (lo digo sin ironía: es posible, dada la complejidad del tema, que no consiga ser todo lo claro que quisiera) o tú no quieres entender. Intentaré escribir un artículo amplio y meditado aclarando mi postura (que no es solo mía, y por eso valdría la pena aclararla).
Pero si es muy fácil.
El señor Frasier condena las torturas de la policía y los asesinatos del terrorismo de estado. También lo hace de las y los ídem de Eta y compañía. Parece que no es neutralidad ni equidistancia porque dice que es propalestino y le repele el ataque de Hamas.
¿Tú lo haces o no lo haces? Todos – es un decir- rechazamos y condenamos las torturas policiales y los crímenes de estado. La cuestión es si tú condenas o no condenas, o como lo quieras llamar, cuando Eta atacaba a gente indefensa e inocente. Sacar a colación constantemente que la policía tortura parece mala fe. Me recuerda a los peperos, cuando sin venir a cuento, sacan a Eta. Pues tú igual, al revés.
El autor escribe «¿Y hasta dónde vamos a llegar en la lucha contra el eje del mal y sus cómplices?». Podría ese autor explicar quién forma el eje del mal y si existe un eje del bien.
Ya lo he dicho: el eje Washington-Tel Aviv, o sea, imperialismo-sionismo. Por si no ha quedado claro, es una réplica irónica al «eje del mal» de Bush. Y me temo que no hay un eje del bien. Hay personas y organizaciones que luchan contra el imperialismo, pero distan mucho de constituir un frente compacto y bien articulado. Y así nos va.
De tu mensaje se desprende que si esos actores individuales se unieran formando un «frente compacto y bien articulado» sí conformarían un eje del bien. Me parece que es un mensaje demasiado simplista. Existen movimientos sociales, grupos armados o países enteros que luchan contra ese imperialismo que criticas, pero eso los hace directamente buenos? No en mi opinión. Y creo que ese debate se pone excepcionalmente de manifiesto en los últimos conflictos bélicos alrededor del mundo. Por ejemplo y aunque sé que un ejemplo poco conveniente pero, los talibanes eran buenos en algún momento? Lo eran cuando estaban financiados por EEUU y luchaban contra el imperialismo soviético, lo eran después cuando lucharon contra el imperialismo norteamericano o lo son ahora. U otro quizás más reciente: en el año 2023 en Níger se produjo un fuerte movimiento antioccidental o antiimperialista en el que fueron expulsadas fuerzas francesas y estadounidenses del territorio (estas últimas creo que todavía no se han retirado definitivamente). Lo mismo había sucedido en Mali o Burkina Faso. En lugar de las tropas occidentales ahora lo ocupan tropas rusas. Convierte eso los revolucionarios del Sahel en potencial parte de ese eje del bien? Lo dudo. En definitiva y a lo que voy que me lío, considero que es una forma de pensar muy idealista dividir el mundo entre imperialistas (malos) y antiimperialistas (buenos) ya que (casi) siempre que los segundos vencen a los primeros se acaban convirtiendo en ellos en una sucesión interminable.
No creo que de mi «mensaje» se desprenda eso, que, como dices, sería muy simplista. No, no se trata de dividir el mundo en buenos y malos: la división real es agresores y agredidos, explotadores y explotados, y si no combatimos a los primeros, estamos con ellos, dándole la vuelta a la consigna de Bush. A veces los agredidos se convierten a su vez en agresores (y los sionistas son el mejor ejemplo de ello), pero no siempre es así ni tiene por qué serlo. Ese frente compacto y bien articulado solo sería un primer paso, y no garantizaría la bondad del segundo. Es una perspectiva muy dura, pero es lo que hay.
Hay tantos ejes del mal, plenamente justificados en su evidencia, como geómetras. El sionista- USA es uno, pero tal vez ni siquiera sea el más importante.
Al menos en cuanto a su poder de destrucción (tanto bélico como económico y cultural), sin duda es el más importante.
Esta comedia sangrienta es coral y todos van a interpretar su papel. Y los pobres llevarán contentos los sacos de cabezas cortadas en ofrenda a sus dioses, comandados por individuos Inmensamente ricos.
Cuál es el plan para acabará con los “vampiros” judaícos? Otra solución final? Y para los “complices”? También tratamiento especial? O con esos valen campos de reeducación?
Judaicos no, sionistas, que por suerte no son todos. ¿Cuál es le plan para acabar con Vox y con la pujante extrema derecha europea? ¿Y con la pederastia clerical? ¿Y con la industria agropecuaria que está destruyendo el planeta? ¿Y con las crecientes desigualdades sociales? Hay muchos frentes abiertos, y el único plan es luchar en todos ellos con todos los medios a nuestro alcance.
«El horror, el horror» El corazón de las tinieblas, Joseph Conrad
Lo que parece estar instaurada es la idea de que los niños de Ucrania son más importantes que los de Gaza, y eso es lo terrible del asunto. El estado de Israel se comporta como si tuviera un cheque en blanco por toda la eternidad, y el apoyo vergonzoso de Estados Unidos refuerza esa idea, que solo se justifica porque son “sus hijos de puta” (en eso tenía razón Pérez Reverte). Al margen de esto, tampoco dejo de preguntarme quién fue el genio de Hamas que llegó a la conclusión de que hacer una masacre en una fiesta adolescente era una buena idea. Era imposible no imaginar la ruina que iba a traer sobre su pueblo.
Pero vaya avispero que ha decidido usted levantar estimado Frabetti.
Y además reclamando diálogo con este foro de lectores, en donde me temo, abundan señores blancos supremacistas…
Por suerte también habitamos estas páginas, personas que vemos más allá de las soflamas y que condenamos sin paliativos el holocausto palestino.
Por favor no ceje en su empeño.
Gracias, Trex. Pero, afortunadamente, lo que más abunda en este foro son las personas dispuestas a dialogar a pesar del desacuerdo, a menudo muy grande. Todo un privilegio para alguien que escribe, entre otras cosas, para poner en orden sus ideas con ayuda de las/os demás.
España nunca debió reconocer al Estado de Israel. Y es ciertamente ignominioso que nuestras instituciones les den espacio. Dicho esto, aún tengo en mi retina como un oficial turco asesinó delante de todas las televisiones del mundo a un joven griego por colgar una bandera ( si hablamos de robar territorio y expulsar poblaciones por la violencia) o las operaciones contra minorías de su propia población (kurdos) u otros países extranjeros (Armenia). Personalmente, encuentro igual de urgente romper relaciones con Turquía, Irán y Arabia Saudí, como asimismo con Marruecos. Y solo estoy empezando…Desgraciadamente, no parece practicable. O sí lo es, pero el resultado sería un desbarrancadero con millones de muertos (a lo mejor llega a ser la mejor solución). Israel es un agente desestabilizador estadounidense y un estado genocida, pero no es “el” estado genocida. El poder de Europa no será tal hasta que no se decida desinhibidamente a ejercer de nuevo la violencia a gran escala. Y lo haría por última vez. Creo que el Sr. Frabetti cree que Europa tiene el imperativo ético de suicidarse e inmolar a toda su población. Creo entender que el europeo es un vampiro irremediable, es el monstruo al que hay que liquidar y el receptáculo de todo mal. Admito que sería estimulante ver a los aviones franceses bombardear Tel Aviv con fósforo blanco y a los Leopard abrirse camino hasta Jerusalén. Habría lugar para liquidar a los integristas de Hamas y a los sionistas en el mismo paquete. Ya puestos a abrir cajas de Pandora…
«Creo que el Sr. Frabetti cree que Europa tiene el imperativo ético de suicidarse e inmolar a toda su población. Creo entender que el europeo es un vampiro irremediable, es el monstruo al que hay que liquidar y el receptáculo de todo mal». Pues no, no es eso lo que creo, ni pienso que se desprenda de mis palabras. Los gobiernos europeos (no «el europeo») son cómplices y vasallos del imperialismo estadounidense, y, sí, hay que acabar con eso, si queremos sobrevivir.
Señor Fabretti, espero que mostrar mi profundo desacuerdo con su texto no me cualifique automáticamente como pro-sionista, anti-palesrino o equidistante. No es nada de eso. El mayor problema de su texto no es la causa que defiende, son los modos. En mi opinión, muy peligrosos.
No hay razonamiento, reflexión, mesura o prudencia, solo afirmaciones para exaltar la infinita maldad del enemigo, sin matices.
– «solo se puede calificar de miserable la escasa, timorata y a menudo equidistante reacción de los «intelectuales»’ – sólo son intelectuales y honestos si piensan como usted. Si no piensan lo mismo que usted son miserables.
– «en el corazón de la bestia» – Estados Unidos es la bestia, una reflexión propia de un verdadero intelectual, el Che.
– «silencio de los borregos culturales» – borregos porque no piensan como usted, o no hacen lo que usted piensa que hay que hacer.
– «la fuerza destructiva del eje Washington-Tel Aviv se basa, en gran medida, en que su nivel de maldad —infinitamente superior al de cualquier vampiro real o imaginario— resulta increíble.» – son tan malos que no lo creeríamos, más que cualquier vampiro. Una reflexión profunda que busca captar la esencia de la verdad más allá de cualquier pensamiento simplista.
– «ese «nuestros» remite a los millones de supremacistas blancos que infestan la vieja Europa.» – En serio? Parece que aquí todo vale con tal de elevar el tono. Los israelitas son tan blancos como los palestinos, pero todos sabemos que los supremacistas blancos sienten un amor especial por los judíos.
– «la comunión vampírica» – un alegato a la altura del libelo de sangre y los sabios de Sión
– «se convirtieron a su vez en depredadores sanguinarios» – porque los nazis les mordieron y ahora están poseídos por el mal. Y usted y yo sabemos que no hay ninguna posibilidad de negociación con vampiros sanguinarios, solo el exterminio.
Supongo que usted conoce las 10 etapas del genocidio. Este texto sería un paradigma de la sexta etapa: Deshumanización.
Yo no tengo una opinión clara sobre este asunto (vivo en América del Sur, a mí todo eso me pilla muy lejos, soy un ignorante total), pero estoy seguro de que discursos como el suyo (defiendan a quién defiendan) solo sirven para echarle gasolina al fuego. A mí me parece que lo que usted quiere es ver el circo arder.
El señor Frabetti no insulta nunca, sólo razona.
No quiero ver el circo arder, Ulises: quiero ver el fin del fascismo, el imperialismo, el sionismo, el fundamentalismo… Y no hay fuego al que echar gasolina, al menos por estas latitudes: solo tibieza y equidistancia. ¿Dirías que es echar gasolina al fuego seguir hablando, casi un siglo después, de la absoluta maldad de los crímenes del nazismo?
Demasiadas pavadas juntas en un solo texto.
Pingback: En defensa de Ayuso, el pueblo judío y la Ilustración - Jot Down Cultural Magazine
De una revista digital, viene a cuento:
https://www.jotdown.es/2024/05/en-defensa-de-ayuso-el-pueblo-judio-y-la-ilustracion/
Esta noche la policía francesa abatió a un tipo que pretendía incendiar una sinagoga en Ruan u arremetió contra los gendarmes.
Empiezas, por poner un ejemplo que me consta que este no ha leído a Frabetti, a identificar a alguien con los vampiros y siempre hay un débil mental que no interpreta bien la metáfora y se lo toma al pie de la letra….
Hay débiles mentales, hay vampiros (nada débiles) y hay personas que intentan entender por qué suceden las cosas y buscar soluciones. A los primeros hay que contenerlos, a los segundos (que son relativamente pocos, pero muy poderosos) hay que combatirlos por todos los medios, y con los terceros hay que dialogar. No se me ocurren otras posibilidades.
Querido Frabetti. Desde hace ya muchos años, siempre que hablé de este conflicto con un amigo israelí, su posición era muy crítica con el gobierno de Netanyahu. A partir de los cruentos atentados del 7 de octubre, su posición cambió radicalmente y en una carta bastante apesadumbrada me dijo que tenía pocas esperanzas en una solución pacífica. Y sentía una rabia nunca antes vivida. Me cuesta ponerme del lado de un bando en una guerra tan lejana… pero si tengo que elegir, elijo al estado que defiende la democracia, los derechos humanos, la libertad de religión y la libertad sexual. Genocidio en una región que ha crecido exponencialemte en las últimas décadas me parece un tanto desafortunada o al menos inexacta. Apoyar y defender aquellos que quieren hacer desaparecer a un estado entero (from the river to the sea), eso en mi casa sí se le llama Genocidio. Las universidades deben de ser centros de conocimiento y debate. No campos de reclutamiento y radicalismo político. Y he trabajado más de 10 años en la universidad. Y me gustaría volver (en el campo de la Ciencia, que está menos contaminado)
Te aseguro que la mayoría palestinos (llevo más de 50 años apoyando activamente su causa y los he conocido de todos los colores) no quieren echar al mar a los judíos, y yo tampoco. Usar un execrable ataque terrorista y los supuestos arsenales ocultos como pretexto para invadir un país y masacrar a la población civil es un pretexto tan burdo -y tan conocido- que solo engaña a quienes quieren ser engañados. Y el conocimiento y el debate, en algunos caso, solo puede llevar al radicalismo. Porque si no vamos a las raíces de ciertos problemas, nunca los resolveremos.
El nazismo no ha muerto toda vez que existen personas que hablan de soluciones finales disfrazadas de antisionismo y cosas por el estilo. No habrá juicio humano para uds, porque los avala la escoria humana, que omite la masacre de familias enteras que dormía en sus casas y las vejaciones a secuestrados. Dormirán tranquilos ustedes, mientras el califato avanza. Recuerden que ustedes también son infieles y, como decimos en este lado del mapa: a cada chancho le llega su San Martín.
¿Quién omite esos horrores que mencionas? No yo, desde luego, ni la mayoría de las personas e instituciones que se oponen a la barbarie sionista. Que también se oponen -nos oponemos- al «avance del califato»: no se trata de elegir entre fundamentalismo islámico y fundamentalismo judeocristiano, sino de acabar con todos los fundamentalismos.
A JOSEPH
He repudiado y calificado de abominables en numerosas ocasiones, incluso cuando era peligroso hacerlo, los asesinatos de ETA. A lo que me niego es a usar el término «condenar» tal como el poder lo impone, y a llamar «terroristas» solo a los de un bando (¿por qué «terrorismo islámico» es una fórmula recurrente y «terrorismo judeocristiano» no?). Con respecto a que «todos condenamos y rechazamos las torturas policiales», tú mismo lo matizas: es un decir. Yo era el presidente de la Asociación Contra la Tortura antes de que se subsumiera en una organización más amplia, la Coordinadora para la Prevención de la Tortura, y sé de lo que hablo. Los torturadores policiales rara vez son condenados y nunca cumplen sus condenas, lo que implica la complicidad de jueces, políticos y grandes medios. Y esto lo dicen fuentes tan poco sospechosas como los relatores de la ONU y Amnistía Internacional.
¿Pero qué tienen que ver unas cosas con otras?
Vale, repudias y no condenas, porque según tú «condenar» es una palabra del enemigo.
3. tr. Reprobar algo que se tiene por malo, como un hecho o una conducta. Condenar un crimen, un atentado.
Esto dice la RAE, pero a ti no te vale.
Yo soy un tío más simple. Un grupo de gente mata a inocentes de modo indiscriminado para generar terror. ¿Lo condeno? Sí.
La policía tortura. ¿Lo condeno? Sí.
Un ejército comete crímenes de guerra. ¿Lo condeno? Sí.
Tu argumentación es: no condeno lo que hacía Eta porque «condenar» es una palabra impuesta, la policía tortura y hay terrorismo de estado y no todos los musulmanes son terroristas. Muy sofisticado para mí.
Apuntaré todo esto para cuando alguien me pregunte por alguna cuestión terrorista para saber irme por las ramas.
¿Muy sofisticado decir que no todos los musulmanes son terroristas?
Si repudias tanto un atentado terrorista como una tortura policial o ciertas acciones bélicas, entonces usar o no el término «condenar» se vuelve secundario, por no decir anecdótico; el problema es que, a nivel público e institucional, no es así: se condena solo lo que el poder quiere que se condene, y además es obligatorio hacerlo. Así que, sí, conviene irse por las ramas para coger distancia y ver con más claridad el tronco de la supuesta democracia. Por si te interesa:
https://www.lahaine.org/est_espanol.php/el_significado_de_la_condena
Lo sofisticado es que eso te sirva para tus argumentaciones. Por supuesto que todos los musulmanes no son terroristas.
Que tú te agarras a lo que quieres para poner suavizantes a los crímenes que a ti te interesa justificar.
¿Puedes poner algún ejemplo de justificación de crímenes? Decir que no podemos llamar terroristas solo a los de un bando no significa justificar al otro. El denominado «terrorismo islámico» me parece tan abominable como el nunca mencionado «terrorismo judeocristiano»; lo que no es admisible es que se hable continuamente del primero y nunca del segundo.
Al margen de otras consideraciones, ¿crees que en estos momentos de extrema tensión, y dada la complejidad del tema, es oportuno publicar un «racimo de soflamas» en lugar de un análisis riguroso y bien estructurado?
No, no me parece oportuno. Pensé que un análisis riguroso y bien estructurado requería mucho tiempo y espacio, así que opté por una solución de compromiso. Y a la vista del resultado, ahora creo que fue un error. Y encima intento hablar de varias cosas a la vez; cosas que están relacionadas, pero que cada una de ellas da para largas disquisiciones y debates. Me reafirmo en todo lo que he dicho, pero reconozco que lo he dicho de una forma apresurada e inconexa que puede confundir. Mis disculpas. Y mi sincero agradecimiento a las/os lectoras/es que se toman la molestia de comentar mis artículos y me ayudan a mejorarlos.
Muchas gracias por tus soflamas valientes.
En occidente se vive como en la película La zona de interés. La banalización del mal como forma de vida. Consentimos porque no deja de ser rentable no pensar y callar. Creíamos que esas ideologías habían ocurrido en el pasado pero pasa y sigue pasando y cada vez sin más tapujos a la vista de las noticias numerosas sobre levantamiento de brazos con el saludo fascista. Nos quejamos de que los que protestan son «élite» universitaria y soslayamos el analizar el por qué se protesta. Negamos a los centros del saber su razón de ser: conocer, pensar y actuar. Creo que ante un problema que afecta al homo sapiens no hay identidades que sirvan de excusa, ni clase, ni nacionalidad, ni género, ni color de piel. Las identidades impuestas han servido para dividirnos y enfrentarnos por el poder.
Gracias a ti por tus asiduos comentarios. Soflamas mínimas, apresuradas, insuficientes (te agradezco lo de «valientes», pero les viene grande), y aun así suscitan la indignación de muchos. Me temo que, por desgracia, tu referencia a La zona de interés no podría ser más acertada.
Acabar con ellos, sí, pero al parecer no votando, porque dentro de poco tocará votar y te quedarás en casa imaginando entonces que eres un ermitaño que preserva su ética rousseauniana en lo profundo de un monte imaginario. Así que donde escribiste “acabar con ellos” habrá que entender “que otros acaben con ellos”.
Yo también vi películas del oeste, por ejemplo “Broken Arrow”, “Flecha Rota” (1950). La rehabilitación estadounidense de los pueblos indígenas norteamericanos aconteció desde esas fechas, algo lejos del movimiento hippie, la guerra del Vietnam o el Mayo del año 68.
Otra precisión: Reverte, que no es el tipo más original del mundo, aunque al menos hay que reconocerle que estuviera como periodista en el frente, parafrasea la expresión de McNamara a propósito de los Somoza. Por cierto, hoy en día a Nicaragua la rige con puño de hierro un revolucionario sandinista pedófilo que, de momento, no está siendo objeto de tus soflamas (como tampoco El Fasher, punto bastante más atroz que la franja de Gaza, pero en la que como no están interviniendo los estadounidenses, no has debido reparar).
Efectivamente, no creo que se acabe con ellos votando. Y tampoco quedándose en casa, cosa que yo nunca he hecho y sigo sin hacer a pesar de mi avanzada edad. En cuanto a Daniel Ortega, me enfrenté personalmente a él en un encuentro en Latinoamérica, en una situación en la que hacerlo suponía un cierto riesgo. No soy un héroe, pero tampoco soy de los que se callan ni de los que se quedan en casa. En lo de El Fasher tienes razón, no se le está prestando la atención debida; lástima que no pueda ocuparme de todas las injusticias (no es ironía) y tenga que centrarme en aquellas sobre las que tengo más información.
¿Quién no se detiene un momento para reflexionar sobre aquella afirmación americana, el faro de occidente, de que las dos bombas atómicas sobre Japón eran necesarias?, un “imperio” que antes no lo era, un pais como cualquier otro que jamás había sacado sus narices más allá de sus fronteras, pero viendo que el Imperio Inglés dominaba todo el sudeste asiático tuvieron que responder con el inevitable axioma de la Física que por fuerza nos concierne, de que a cada acción corresponde una reacción, y he ahí sus resulados. Cien mil muertos civiles en los bombardeos sobre Tokio, doscientos mil aquellos de Hiroshima y Nagasaki sobre poblaciones inermes. Se gastaron miles de millones de dólares en esas dos bombas, ¿no era más humano bloquearla para obligarla a la rendición por hambre y resignación como a la actual Cuba, que en extensión territorial nos es muy diferente al Japón? ¿Cómo pueden pretender que no haya un sentimiento antioccidental cuando en nombre de la libertad, concepto que no sé como lo interpretan, arrasaron territorios con bombas al fósforo solo porque esas víctimas no la pensaban como nosotros en nombre de la libertad. No hay que olvidar las raíces de los problemas, de otra manera somos, además de crueles irresponsables. El Occidente ha dado muestras de esa discutible inclinación a un “progreso” que está a la vista de todos, pero ¿a qué precio?
Gracias una vez más, ER, por tus ponderadas y oportunas reflexiones. La idea de que «son unos hijos de puta, pero son nuestros hijos de puta» ha calado tan hondo que 9 de cada 10 personas te dirán, totalmente convencidas, que Hitler era peor que Truman. Por cierto, habría que escribir algo sobre el argumento ad Hitlerum.
Antes de que alguien me malinterprete: lo que quiero decir es que si Hitler hubiera matado a seis millones de chinos y Truman hubiera lanzado sus bombas sobre Génova y Turín, seguramente lo veríamos de otra manera. Y, hablando de Truman, esto es lo que dijo de sus aliados preferenciales: «Mucho me temo que los judíos sean como todos los desamparados. Cuando llegan arriba son tan intolerantes y crueles como era la gente con ellos cuando estaban abajo».
El otro día vi una clase de un colegio que iba a protestar contra Israel (por palestina, decían) a la puerta del ayuntamiento. Seguro que esos jovenes adolescentes comprenden tanto de política internacional que sus profesores les ayudan un poquito, solo por si acaso se desvían de la verdad oficial. No eso no es manipular.
Al principio me pareció la típica soflama naïf sin argumentos, y sigo pensando que eso es lo que es, pero al leer los comentarios del autor ya me caí del guindo. Al autor le molesta una cosa que es el derecho de los conflictos armados, por eso se atreve a escribir barbaridades como que un grupo insurgente o clandestino no es terrorista, propias de un completo ignorante; otra cosa es un esos grupos finalmente se impongan, y por eso no se les aplica el código penal. Es lo que tiene ignorar deliberadamente la realidad, y de ahí viene todo lo demás.
Por eso hace un batiburrillo con lo de “o todos o ninguno”, es decir, abjura del terrorismo de estado sionista pero de Hamas y su opresión hacia los palestinos ni una palabrita, muy equitativo, oiga. Y sí, los túneles son una invención, seguro que sí, y tampoco hay munición que buscar. Es la maldad del estado de Israel, buscar cosas que no existen.
Siga agitando su banderita palestina (menudo error reconocer un estado dirigido por una organización terrorista y sin democracia alguna) y no condene nada de nada, no sea que algún día tenga que condenar el terrorismo de los de su lado.
No comprendo cómo la gente de izquierdas es capaz de apoyar un grupo terrorista, sea el que sea, aunque en su caso es comprensible, porque parece un cazafascistas profesional y tiene que decir algo, no se vaya a quedar sin curro. Usted llama extrema derecha a todo el que piense diferente y eso simplifica su vida. Bueno=izquierda, malo, todo lo demás a la derecha.
Si quiere empezar a entender algo repítase esto varias veces: dos malos no hacen un bueno, y que el otro haga mal no justifica hacer lo propio. Cuando lo haya interiorizado comprenderá que hay que condenar el mal venga de quien venga.
Su próximo artículo lo leerá Rita la cantaora, visto el nulo rigor intelectual y alto nivel propagandístico. No sé por qué le permiten publicar aquí.
Mi próximo artículo, mal que te pese, lo leerán miles de personas, además de Rita; algunas estarán de acuerdo, otras no, y con un poco de suerte y buena voluntad se iniciará algún diálogo o debate del que todas/os aprenderemos algo. Por eso no solo me permiten publicar aquí, sino que me agradecen que lo haga, pese a que suelo desatar las iras de sionistas, machistas, especistas y seudodemócratas; o precisamente por ello.
Yo también me pregunto por qué te permiten publicar aquí, aunque por motivos distintos del amable Lubur, pues jotdown huele a rancio felipismo en formas y contenidos.
Confío en que estés bien de salud. La verdad es que he abandonado estas latitudes. Entro hoy por curiosidad, a ver cómo respiras después de que la semana pasada UK y Francia se hayan alejado del fascismo y me sorprende que desde hace un par de meses no haya nada tuyo.
Cuídate.
No creo que JD huela a rancio felipismo. Puede que algunos rincones huelan a eso, pero en su conjunto JD huele, creo, a diversidad, que no es poco en estos tiempos de predominio del mal llamado pensamiento único. Y, ya que lo dices, a mí también me sorprende que lleven un par de meses sin publicar nada mío. Gracias por tu interés.
Feliz verano.