En el inicio fue el paisaje. Luego, lentamente, aparecieron las figuras. Hasta que lograron establecerse de forma definitiva, las figuras permanecieron durante largo tiempo en tránsito. Al final echaron raíces en determinados enclaves, se hicieron fuertes y sacaron pecho. Moldearon cánones y patrones, enorgulleciéndose con soltura de la recién constituida identidad. Al tiempo, comenzaron a envidiar cánones y patrones de otros grupos de figuras establecidos en territorios vecinos. Entre todos, inventaron así el costumbrismo e instauraron fronteras, para delimitar usos y tradiciones. Germinó el arte.