Escribir necrológicas siempre es un mal trago, pero mucho más aún cuando el fallecimiento es repentino. Si, además de eso, quien se nos marcha lejos es una excelente persona, la tristeza nos ataca tan de frente y tan de golpe que no sabes ni cómo empezar. Sin ir más lejos, me ha costado horrores escribir las cuatro palabras que dan título a este texto porque esta misma mañana yo estaba riéndome con la historia de Banana María, el plátano protagonista de un hilo interactivo de Twitter que estaba escribiendo el Hematocrítico AKA Miguel López, y unas horas después me entero de su fallecimiento. Así que aquí estoy, intentando enhebrar unas cuantas frases para hablar de él, aunque tengo claro que nada de lo que escriba podrá superar el inmenso despliegue de cariño con el que centenares de personas se están despidiendo de él en redes. Si queréis saber de lo que hablo, probad a echar un ojo en el hashtag #GraciasHemato. No creo exagerar cuando digo que una unanimidad de ternura como esta tras la muerte de un artista es algo que solo está al alcance de gente extraordinariamente sencilla, como ya sucedió con Daniel Rabinovich o con Terry Pratchett, por ejemplo.
Y es que Hemato AKA Miguel, ya lo he dicho más arriba, era una excelente persona. Por supuesto, esto no es solo un lugar común cuando alguien nos deja sino que incluso decir que es un lugar común se ha convertido ya en otro lugar común. Y sin embargo, qué excelente persona era. Y qué divertido, y qué ocurrente y qué facilidad para hacer sonreír a la gente con su buen rollo y sus ideas loquísimas con las que nos meábamos de risa. Suyos son éxitos tan imperecederos como Drama en el portal, un Tumblr loquísimo en el que Miguel subía fotos de carteles más locos aún de comunidades de vecinos. O El Hematocrítico de Arte, el proyecto con el que comenzó a hacerse viral gracias a renombrar cuadros antiguos usando un tono hilarante. Mucha gente le conoció también por acuñar el término «tróspido» cuando comentaba en Twitter los capítulos de ¿Quién quiere casarse con mi hijo? y tantas otras ideas brillantes con las que nos iluminaba la vida cada día. Tan brillante era que se le ocurrió morirse en el aniversario del fallecimiento de Gloria Fuertes, otra autora queridísima, y el mismo día que también se marchó la Pantoja de Puerto Rico. Pienso en el tuit que habría puesto Miguel si lo hubiera sabido y no sé si reír o llorar, o si las dos cosas al mismo tiempo porque eso era lo que conseguía normalmente con su buen rollo y su humor descacharrante.
En estos días en que vamos a leer mucho y muy bueno sobre sus múltiples facetas como creador, yo aquí quiero recordar su vertiente de autor infantil. Tras ejercer de profesor de Primaria durante varios años, Hemato decidió convertirse en escritor para esas mismas edades porque realmente gozaba diseñando herramientas para que la chavalada pudiera desarrollar su creatividad y creando historias para una generación de lectores y lectoras que disfrutara de verdad devorando páginas y más páginas. Se podrían escribir varios trabajos académicos para explicar la relevancia de Miguel en la dignificación de la LIJ (Literatura Infantil y Juvenil) no solo en España sino fuera de nuestras fronteras. Si como muestra sirve un botón, poca gente puede presumir de tener un libro infantil que no solo se traduce a varios idiomas sino que incluso se llega a convertirse en una obra de teatro en Corea del Sur.
De entre las muchas cosas hermosas que podríamos contar sobre Hemato AKA Miguel, permitidme que comparta una historia personal porque, conociéndole, estoy seguro de que es el tipo de anécdotas con el que le gustaría que se le recordara: el año pasado mis hijas estaban pasando por un momento algo complicado en su colegio cuando cayó en nuestras manos Doña Problemas, una novelita corta de Hemato sobre una niña que se encarga de solucionar problemas en su escuela. La portada les intrigó bastante porque no lograban entender que bajo ese título apareciera una niña sonriendo. «¿Pero si tiene tantos problemas cómo puede sonreír así, está tonta o qué?», me decían. Así que lo leímos juntas y desde el mismo arranque se engancharon con la personalidad tan optimista de Carlota, la protagonista, que había diseñado un plan para ayudar a todo el mundo con dos únicas normas: no hacer daño a nadie ni cometer ningún delito. No sé quién disfrutó más, si ellas pidiéndome que no dejara de leer porque necesitaban saber lo que iba a suceder, yo al verlas enganchadas con la historia o el mismo Hemato cuando le escribí para contarle lo felices que les hizo el libro. Pero sobre todo, y esto pensaba decírselo a él en persona pero (¡ay!) ya no me será posible, porque Carlota les dio fuerzas para ir al cole y enfrentarse con mejor ánimo a esos problemas que tanto les estaban afectando.
Por supuesto, esta anécdota mía no es sino una más entre tantas y tantas parecidas y de hecho me consta que muchísima gente le escribía compartiendo las suyas. Y él siempre daba las gracias, se emocionaba y volvía a ponerse con eso que tan bien se le daba de hacernos sonreír a personas de todas las edades. Es por eso por lo que no podemos dejar de decir hoy y siempre #GraciasHemato. Porque, parafraseando lo que escribió en Doña Problemas, «No hay gente como Hemato AKA Miguel en ninguna otra red, eso es verdad. Pero si los hubiera, el mundo sería un lugar definitivamente más feliz».
Lo conocí gracias a un programa televisivo : Los Felices Veinte, en el que colaboraba ocasionalmente. En el «desbarraba» con ocurrencia, brevemente, apenas un par de minutos o menos, sobre diferentes temas. Era socarrón, ocurrente y como decimos en Galicia, con mucha retranca. El programa mencionado era exclusiva de la plataforma Orange y era muy, muy divertido y ,para los tiempos que corrían y corren, atrevido. Muy atrevido . Duró poco. Como todo lo bueno. Al margen: desconocía la faceta de escritor del Hamatocritico pero por todo lo que llevo leyendo esta mañana, desde que me entere de la muy triste noticia, debía de ser muy bueno. Poco más que añadir, para no aburrir. El artículo es suficientemente bueno, explícito y «homenajeante» como para añadir poco más. Un saludo, abrazo o beso a su mujer o pareja, a familiares y a todos sus seguidores, que intuyo y me entero, son miles y miles.
:'(
Me acuerdo mucho de sus hijas. Cómo lo quieren y como el las queria
Pese a que tuvo un comportamiento muy miserable con UTBH, asociándolo con uno de los impresentables de la manada, era un tipo muy brillante e ingenioso con el que compartía muchas ideas. Una pena enorme. QEPD.
En ese tipo de comportamientos podemos caer ocasional o sistemáticamente casi todos. Salvo tú, claro.
Echar azúcar al veneno es una artimaña muy barata y manida.
Siempre puedes repasar frente a un espejo la palabra -miserable-
Un Tio Blanco Hetero, miserable no es la palabra. Aprende a manejar el diccionario y no manches el nombre de una persona tan especial.
Que el Prenda llevara la camiseta de ése personajillo de minúscula moral ya deja bastante claro el referente que defiendes. Anda, vete a trolear al bosque.
Se ha ido el más grande. Y ahora internet está un poco más huérfana en este país.
Internet no es huérfana: es hija de padre desconocido.
Se me hace raro tanto elogio sobre alguien del que nunca tuve noticia hasta ahora mismo. Lo siento por todos los que le conocían y querían.
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