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No callar, ni en artículos ni en novelas

Javier Cercas en la presentación de 'No callar' (3)
Javier Cercas en la presentación de ‘No callar’. Foto: Jose Serralvo.

Dice Javier Cercas que conciliar los quehaceres de un novelista con la labor de un intelectual público que escribe en la prensa puede plantear más de un desafío. Al fin y al cabo, el escritor aspira a la imparcialidad y a las verdades ambiguas y poliédricas, mientras que, por regla general, el intelectual se ve abocado a tomar partido y a defender sus propias certezas, al menos en tanto en cuanto se arroja a la siempre engorrosa palestra del debate público. Dice Cercas, además, que el ejercicio del articulismo o el columnismo puede resultar catastrófico para un escritor, porque ese acto de responsabilidad social puede acabar contaminando el resto de su escritura. Todo esto es cierto, sin duda, pero lo que Cercas omite, o lo que se omite en las más de setecientas maravillosas páginas de No callar, la selección de artículos y ensayos que acaba de publicar Tusquets, es que el articulismo, cuando se ejerce con la lucidez intelectual con que acostumbra hacerlo el escritor catalano-extremeño, permite erigir cimientos robustos sobre los que edificar la mejor de las literaturas. Dicho de otro modo: cuando coinciden en un mismo personaje, la tarea del escritor y la del articulista no son ni contradictorias ni antitéticas, sino eminentemente complementarias. Permítanme que se lo demuestre.

Empecemos por la imposible labor de resumir doscientos cuarenta y cinco textos dispares, o de esbozar siquiera la maraña de inquietudes, veredictos, obsesiones y convencimientos que tejen y componen estas páginas. En No callar, Cercas no calla nada de nada, defiende a capa y espada las virtudes de Europa, la única utopía razonable, esboza con precisión las diferencias y similitudes entre el auge de los totalitarismos en el período de entreguerras y el cáncer de los populismos que nos asolan hoy en día, arremete contra las falacias (y los peligros) de los discursos nacionalistas, todos los discursos nacionalistas, argumenta con paciencia y esmero contra dogmas y terraplanismos, desmonta bulos, desface entuertos y, en un alarde de ecuanimidad y coherencia, se lanza a la defensa de las causas más nobles, desde los derechos de la mujer hasta la inmoralidad de las equidistancias, desde la crisis migratoria hasta las tragedias pergeñadas por guerras y fenómenos terroristas varios, desde El Quijote a Bob Dylan, pasando por el derecho a la presunción de inocencia de cualquier acusado, sea Woody Allen, el rey emérito o el mismísimo Jordi Pujol, y además, como si todo lo anterior no fuese ya lo bastante aparatoso, cada uno de estos textos cobija y refleja un enciclopedismo literario, cinematográfico e histórico que posiblemente no tenga parangón entre los escritores de su generación, porque Cercas es capaz de vincular cualquier lance a un personaje de Buñuel o Almodóvar, o a una escena de una película de Francis Ford Coppola, o a un cuento de Ballard, o a las impresiones de Borges tras asistir a una representación de Macbeth, y que conste, por cierto, que ni siquiera me adentro en los meandros del derroche pirotécnico con que buena parte de estos doscientos cuarenta y cinco textos dan cuenta de autores y novelas, relatos y poemas, tenistas, rockeros, dramaturgos, fotógrafos, ensayistas, pintores, politólogos, actores y filósofos, en una cohorte de anécdotas y reflexiones que resulta imposible enumerar, ni siquiera sin ánimo exhaustivo, pues el desfile de ideas, obras y personajes que pululan por estas páginas es vertiginoso y deja atónito a cualquier lector, igual que sorprende la prolijidad sin límites espaciotemporales al interior de un Aleph. Como advertí a comienzos de este párrafo, me ciño a un esbozo parcial e incompleto. Sea como fuere, lo verdaderamente interesante está por venir. Sigamos. 

Al poco de publicarse Soldados de Salamina, la obra que lanzó a la fama a Javier Cercas, el entonces prenobel hispano-peruano Mario Varas Llosa escribió una reseña titulada «El silencio de los héroes», donde encomió las muchas virtudes del libro y se atrevió a colgarle el sambenito de «literatura comprometida». Como ha contado el propio Cercas en más de una ocasión, el día en que por fin conoció a Vargas Llosa se apresuró a agradecerle aquel elogio, pero, acto seguido, le recordó que lo había acusado de ser un escritor comprometido y añadió, acaso con el mismo deje entre irónico e hilarante que permea buena parte de los artículos de No callar, lo siguiente: «Eso no me lo dices en la calle». Desconocemos si Vargas Llosa tuvo o no la temeridad de reiterar la supuesta lisonja, sabiendo, como tal vez sabía, que tenía delante ni más ni menos que a un fanático de los wésterns de John Ford. Lo que parece indudable, quién sabe si ineludible, es que, de ser cierto que la labor del articulista resulta complementaria a la del novelista, el compromiso de uno debe impregnar de alguna manera la obra del otro, y viceversa. Es decir, que las convicciones del articulista son análogas a las del escritor con el que convive y, por ende, este último, contrariamente a lo que podría parecer, no aspira a la imparcialidad, o no siempre, sino más bien a la apariencia de imparcialidad. La imparcialidad del novelista sería entonces de forma, no de fondo. Quizás la mejor manera de demostrar lo anterior sea valiéndose de un riguroso método inductivo, que permita inferir conclusiones generales a partir de casos particulares, experimento este que, en el caso que nos atañe, equivaldría a probar, en primer lugar, que los artículos recopilados en No callar, o bien prefiguran las inquietudes de las novelas de Cercas, o bien ahondan en ellas, y, de modo subsidiario, que la toma de partido del articulista debe subyacer de una u otra forma a la apariencia de imparcialidad del escritor. Concédanme un párrafo más para demostrarlo. 

La demostración es sencilla —también irrefutable—, porque en los doscientos cuarenta y cinco textos de No callar asoma la totalidad de la obra literaria de Cercas. ¿Qué son, por ejemplo, esas constantes referencias al pasado que no es pasado y a la distinción entre memoria e historia, si no los elementos constitutivos de Soldados de Salamina y El monarca de las sombras? ¿Qué significa la obsesión por las mentiras de Enric Marco, si no un anuncio temprano de lo que se desarrollará ulteriormente en El impostor? ¿El análisis de la transición española que lleva a cabo el intelectual en los periódicos difiere en algo, puntos ciegos al margen, del que efectúa el novelista en Anatomía de un instante? Y ya que hablamos de puntos ciegos, ¿qué me dicen del hecho de que El punto ciego fuese primero un artículo en El País, allá por 2014, para convertirse poco después, en 2015, en unas conferencias de Oxford y al año siguiente, en 2016, en un soberbio ensayo literario? ¿O qué les parece la conciencia ubicua de Cercas hacia la lacra de las guerras, tanto las propias como las ajenas, que a un lector como el que suscribe estas líneas se le antoja un corolario de la destrucción anímica de Rodney Falk, el veterano de la guerra de Vietnam que sirve de telón de fondo, o de coprotagonista, a La velocidad de la luz? ¿Y acaso las referencias recurrentes a lo largo de No callar a la obra de Flaubert, Dostoievski o Nabokov, o a la interacción entre ficción y realidad, no aparecían ya en El móvil, la primera novela de Cercas? La lista podría seguir y nos conduciría irremediablemente a las últimas obras literarias del autor. Con o sin ambigüedades, el mundo de Melchor Marín, el protagonista de Terra Alta, Independencia y El castillo de Barbazul, se rige por el mismo código moral que Cercas despliega en las páginas de No callar, o que desplegó durante dos décadas en artículos, ensayos y conferencias, y que ahora Tusquets ha recogido, en un proceso editorial de lo más esclarecedor, en las páginas de No callar. Tanto Melchor Marín como Cercas aborrecen de la violencia de género y se interrogan, cada uno a su manera, sobre los límites entre la ley y la justicia. Ambos alaban las bondades de quienes cuidan desinteresadamente a los familiares de policías amenazados (en el caso de Melchor Marín, se trata de las figuras redentoras de Puig y Campà; en el caso del Cercas articulista, son los personajes de Los sobornados, la película de Fritz Lang) o saben que la mitad de un libro la pone el autor y la otra mitad el lector (Melchor Marín descubre esta verdad de boca de un expresidiario, conocido en las novelas de Terra Alta como el Francés, mientras que Cercas lo asimiló, al parecer, gracias al crítico y traductor Juan Ferraté). En fin, basta de ejemplos. Lo que queríamos demostrar ha quedado demostrado, a saber, que un novelista y un columnista comparten inquietudes e intenciones, y que pese a las divergencias en la forma, ambos no son tan diferentes en el fondo, o no del todo, o no siempre, porque las preocupaciones del artista son a menudo las mismas que las del ciudadano, y porque aquello que aparece de forma explícita en artículos, ensayos y discursos se encuentra larvado en las novelas, agazapándose a veces en lo más recóndito de sus páginas, en un diálogo, en la moral (o la inmoralidad) de los personajes, en el punto ciego que arroja luz sobre el argumento. Mientras que el columnista es furia, el novelista es, en cambio, como un verso de Cernuda: furia color de amor. Pero furia al fin y al cabo. 

En vista de todo lo anterior, no ha lugar a dudas: No callar es el equivalente a las cartas y los diarios de Kafka, o a los reportajes de David Foster Wallace, o a los recopilatorios de artículos del propio Mario Vargas Llosa. Sus páginas no solo nos invitan a recorrer los entresijos intelectuales de una de las mentes más lúcidas y eruditas de nuestro tiempo, sino que sirven también de brújula para explorar aquello que subyace a la cartografía literaria de uno de los mejores escritores en español de las últimas décadas. Que tanto el articulista como el novelista gocen de gigantescas presencias podría parecer accidental. En realidad, dista mucho de serlo, pues se trata de un mismo y único gigante. De modo que cuando sufran la disforia cuasipostcoital de cerrar por última vez las tapas de No callar, vayan a leer (o releer) las novelas de Cercas. Y si acabaron ya con todas sus novelas, lean (o relean) No callar. Y así sucesivamente, una y otra vez, siempre hablando.

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21 Comentarios

  1. MacNaughton

    Que los articulos de Cercas sean como las cartas de Kafka es una de las más grandes burradas que he leido jamás en Jot…

    Partiendo de la base de que Jot es parte del mismo grupo de El Pais segun entiendo, y que Javier Cercas escribe sus columnas en El Pais, no es de sorprender que salga otra hagiografia más sobre la obra de Cercas. Hay muchas por ahi.

    Pero vamos a lo gordo: ¿que podemos decir de un escritor que nos endilga una novela basada en un mito contado a los cuatro vientos por del socio Nº2 de la Falange Española, Sanchez-Mazas? Porque eso es lo que es «Soldados de Salamina», en ese mito se basa su novela… ¿No sería mejor ser esceptico sobre lo que ha contado semejante individuo como Sanchez-Mazas, un señor que pasó toda la guerra en la carcel?

    ¿Y como responder al mensaje que contiene dicha novela, el republicano que perdona la vida al fascista Sanchez-Mazas, cuando los victimas del Franquismo han sido apartado, invisibilizado, y omitido con implacable persistencia tanto por Javier Cercas como el periódico El Pais desde el año 78 a esta parte, en una Transición a la democracia que se vendió a la Izquierda en su momento como punto de partida?

    Y siguen siendolo, los victimas digo,a pesar de las reiteradas insistencias en su favour del Alto Comisario de DDHH de la ONU, ni más ni menos. ¿Quien puede tragar semejante mensaje con 200,000 republicanos en las fosas todavia? Yo, desde luego que no…

    Históricamente ha sido el poeta más que el novelista – el «dichter» en alemán – que se ha considerado la ultima linea de defensa de la verdad, la verdad en la palabra, en la cultural occidental. Pero hay novelistas que han ejercido ese papel en nuestros tiempos: por ejemplo, Milan Kundera sobre la dictadura en Czechoslovakia, Thomas Bernhard sobre el Nazismo en Austria, y WG Sebald sobre los Campos en Alemania.

    Todos estos señores dieron la espalada a sus paises de una forma u otra, cosa que jamás se le habrá ocurrido a Javier Cercas, vástago de una familia franquista de Extremadura… él que si lo hizo es Juan Goytisolo…

    En ese aspecto, como intelectual europeo, Cercas fracasa espectacularmente. Es una línea de defensa de su propia familia sobre todo (ver «El Monarca Del Tiempo») no ya la verdad ni de la Guerra Civil, ni la Transición, ni los problemas reales hoy en día en España (¿como se puede explicar a los jueces en españa sin recurrir a una Transición incompleta, de mínimos en el 78?).

    Ahora bien, como intelectual del Regimen de 78, me parece el ejemplo perfecto para entender el elite español en el mundo de la cultura…

    PD: Como prosista, me parece una pálida imitación de Javier Marías, como otros han apuntado (Ignacio Echevarría por ejemplo).

    • Estimado MacNaughton, esta empresa la conforman principalmente los trabajadores que son los dueños de la misma. El País nunca fue accionista, aunque sí un buen cliente hasta 2019. El acuerdo que teníamos con ellos lo rescindieron en enero de 2019 sin que nosotros los esperáramos porque la Jot Down Smart (el producto que les hacíamos) iba bien. La ruptura casi nos lleva a la quiebra y tuvimos que pedir ayuda a nuestros lectores para no desaparecer.
      Entiendo que todo esto usted lo sabe como lector asiduo (o al menos comentarista asiduo) de la revista -aquí tienes la información «oficial» que dimos de la ruptura: Se nos rompió el amor– y solo quiere tocar las naricillas.
      Esta información, por lo tanto no es para usted, pero nos da pie para que volvamos a insistir que no estamos unidos accionarialmente a ningún medio o conglomerado empresarias. Wabi Sabi Investments, S.C. la empresa editora de la revista (como aparece en el Aviso Legal) es una sociedad civil de dos autónomos apasionados por el periodismo y trabajadores y amigos que son socios cuentapartícipes del total del proyecto. Si tiene alguna sospecha adicional sobre quienes somos Jot Down puedes escribir un email a [email protected] que estaremos encantados de facilitarle cualquier información que necesite.

      Atentamente
      Los autónomos de Jot Down.

      • MacNaughton

        Gracias por la aclaración, Jot. Más razón para que todos paguemos nuestra cuota de subscriptor pues. Saludos.

  2. MacNaughton

    W.G Sebald, al discubrir una foto de su padre vestido de Nazi con el alambre de un campo de concentración de fondo, se va de Alemania y se instala en Inglaterra, dedicando casi toda su obra a los victimas de los Campos. Se niega a ir de visita a Auschwitz, porque tiene una cafeteria…. ninguna banalización del lugar del mayor horror de la historia, ningun comercio con la muerte….

    Thomas Bernhard deja en su testamento la prohibición de su obras de teatro en Austria durante todo su copyright, en protesta a la burguesía austriaca y su complicidad con el Nazismo. Un señor que no dejaba pasar una sola oportunidad para incomodar al establishment de Austria…

    Milan Kundera se niega a volver a instalarse en Checoslovakia al caer el regimen Comunista y se pasa a escribir en Francés, ganando el oprobio de muchos compatriotas suyos.

    Juan Goytisolo se instala en Marueccos tras denunciar incontables veces el Regimen de 78, aunque no creo que llegara a llamarlo así…

    Javier Cercas pasa la vida haciendo excusas por el Regimen (democratico) de 78, recurriendo a tópicos absurdos como «el caracter nacional» (aunque no tanto como A.M.M) cuando no esta intercambiando banalidades con Macrón. Lejos de sentirse incómodo con el legado del Franquismo, parece perfectamente en su salsa y se ha forjado una carrera literaria estelar repitiendo algunos de sus mitos…

    Los primeros cuatro señores arriba mencionados son intelectuales de tomar muy en serio en la tradición europea, Javier Cercas es justo el contrario, un apologista del Poder, el primero en ir contra cualquiera manifestación que puede incomodar a los que mandan…

    En su favor, a) no es un «facha» como algunos dicen, y b) son muy pocos los escritores que tengan la vocación de ejercer de intelectual…

    • Jose Serralvo

      Le respondo más abajo a su primer mensaje. En cuanto al «carácter nacional», creo que no hay ningún autor en España más lúcido que Cercas en lo referente a critizar el cáncer de los nacionalismos (junto con Vargas Llosa, por cierto). Felizmente, Cercas defiende también la tremenda incroguencia de la izquierda nacionalista o filonacionalista.
      A decir verdad, no sé qué artículos de Cercas ha leído usted, pero estoy empezando a pensar que tal vez fuesen apócrifos…

      • MacNaughton

        Es que denucniar «el cáncer de los nacionalismos» como hace Cercas es un tópico, se supone que los escritores rehuyen de los tópicos, o bien los escrutinan y los desmontan: intentan entender más allá del ruído de los medios.

        Juan Goytisolo si que era un escritor profundamente anti-nacionalista, pero a diferencia de Cercas, se aplicaba la cuenta, revindicaba la España de las tres culturas, la herencia musulmana-judia, exeigía entre otras cosas una revaloración del canon literario nacional por se excluyente en ese sentido, por ser demasiado nacional-catolico. Como Ámerico Castro también por ejemplo.

        ¿Por qué no se aplica la cuenta Cercas? ¿Por qué no adopta una actitud crítica para con el nacionalismo español? Porque, ¿que era el Franquismo en su última trama si no ultra nacionalismo español en su esencia?

        No hay nada de eso en su obra….

        • Jose Serralvo

          Le invito de todo corazón a leer “No callar”. Creo que lo va a disfrutar mucho. Como verá si se anima a leerlo, Cercas también critica el nacionalismo español. De modo que, en últimas, todos estamos de acuerdo en que el franquismo es exactamente (entre otras cosas malas) lo que usted dice que es: una forma de nacionalismo extremo.

          • MacNaughton

            Le aseguro, Jose, que no se me pasaría por la cabeza nunca comprar ni leer un libro de columnas ni de Javier Cercas, ni de ningun autor de El Pais.

            Considero el columnismo una desgracia nacional – único a España como formato creo – espacios donde podrían escribir gente experta en materia – por ejemplo, expertos en relaciones internacionales, o criticos literarios o filosofos profesionales – están ocupados por autores y novelistas que no saben mucho más que los demás y con cierta frecuencia, bastante menos. Se repiten mucho, caen en tópicos, quedan cursis y noños, y pasado cierto momento, no tienen mucho más que decir… me acaban irritando, todos ellos…

            Anotnio Muñoz Molina lleva varios meses con la página principal de opinion de El Pais. No ha dicho absolutamente nada de nada en este tiempo. Mario Vargas Llosa opinando sobre la guerra de Ucrania cuando sabe lo mismo que los demás sobre aquello…

            Y eso es El Pais… metese en la prensa de provincias, y 8 0 10 páginas de personas que nadie conoce de nada, sin formación aparente, hablando de la politica exterior china o el programa espacial ruso por ejemplo… totalmente delirante…

            El Pais saca provecho de su prestigio literario, y ellos tienen escaparate para sus novelas. Punto. Confuden muchos lectores bien intencionados como usted. Si quiere usted saber del Nacionalismo, lee Ernst Gellner «Sobre El Nacionalismo» por ejemplo, un señor que ha dedicado todo su vida a estudiar el fenomeno del Nacionalismo en Europa, no ya Javier Cercas, que no sabe nada del asunto por lo que yo veo…

  3. Un escritor que ha creado Soldados de Salamina, Anatomía de un instante o Las leyes de la frontera no es desdeñable bajo ningún concepto.
    Otra cosa es que saltemos de la literatura a la política y la ideología, que son otro deporte.
    Ya puestos siempre podremos abominar de Céline por fascista, de Vargas Llosa por neoliberal, de Hamsun por pronazi, de Orwell por troskoide…
    Yo, la verdad, no le saco provecho a esta actitud, prefiero disfrutarlos.

    • MacNaughton

      Mi problema, Máximo, no es tanto de ideología de Cercas como de una manipulación y maquillaje sobre la sagrada Transición de parte de los intelectuales del Grupo Prisa desde hace muchos años. Es que los que montan El Pais vienen de la ala reformista del Franquismo: Javier Pradera, Juan Luis Cebrian etc. Saben hacer estas cosas. Han montado una operación propogandistica a favor del Regimen de 78 digno de estudio. No digo que no haya habido una Transición a la democracia en España evidentemente, sino que se ha exagerado mucho, se ha tapado sus defectos. Por ejemplo, en el mundo de la justicia, yo sospecho que no haya habido ninguna Transición, y con los victimas del Franquismo, es evidente que no la ha habido, claro está… Los novelistas como Cercas han jugado su papel en ese maquillaje…

      • Hola, MacNaughton
        Me está usted dando la razón. Todas esas consideraciones que hace (con las que puedo estar de acuerdo en muchos casos, en otros no) son extraliterarias. Yo, cuando leo, me bajo de mi caballo ateo, comunista y unitario. Otros no lo hacen con su respectivo corcel.
        Saludos.

  4. ‘No callar’ ya el título se presenta desafiante
    Pues que no calle. El Pais, Prisa y demás lo acojan en su seno de aquí a la eternidad

  5. Jose Serralvo

    Estimado MacNaughton,
    La comparación con Kafka servía para ilustrar cómo los artículos de Cercas en “No callar” permiten entender la obra literaria de Cercas, del mismo modo que los diarios de Kafka permiten entender la obra literaria de Kafka. No pretendía ir más allá. Pero ya que me pone contra las cuerdas, si me da a elegir entre páginas lúgubres y quejumbrosas, del lado kafkiano, y páginas llenas de humor, luz y optimismo, del lado de Cercas, personalmente me quedo con estas últimas. Tal vez Kafka habría sido diferente de haber leído a tiempo a Clément Rosset, quién sabe.
    En cuanto a sus comentarios, sin duda le alegrará saber que Cercas tiene innumerables artículos defendiendo a las víctimas del franquismo, incluidas las que están aún en fosas comunes. De hecho, ha criticado la doble moral de partidos políticos que defienden a las víctimas de ETA, pero que no hacen lo propio con las víctimas del franquismo. También ha sido de lo más ecuánime hacia el pasado franquista de algunos miembros de su familia lejana, del que se ha desmarcado –un deber que, desafortunadamente, la mitad de nuestro país sigue postergando.
    Sobre perdonar la vida a un franquista, quizás haya usted oído hablar del derecho internacional humanitario (DIH) o leyes de la guerra, una rama del derecho internacional público que vincula a las partes a un conflicto armado independientemente de los crímenes cometidos por la otra parte – en DIH, esto se conoce como «principio de no reciprocidad». Así que, se comporte como se comporte el adversario en una guerra, no cometer una ejecución extrajudicial es una obligación jurídica, no una opción.
    De todo lo anterior, deduzco que de los doscientos y pico de textos que componen «No callar», el que más le beneficiaría a usted es uno que aborda la figura de los “sots savants”, lo que tradicionalmente se conoce como un listillo, que juzga desde un pedestal obras que por lo visto ni ha leído ni conoce.
    Un cordial saludo,
    Jose
    P.D.- Yo no tengo nada que ver con El País y escribo en Jot Down de forma esporádica, siempre sobre temas o autores que me interesan, y sin ningún poder mediático detrás dictándome lo que tengo que escribir. Pero, en lo que a mí se refiere, le agradezco de corazón el enorme voto de confianza que me hace al creer que estoy tan bien conectado.

    • MacNaughton

      Estimado Jose Serralvo
      Pues usted sería un gran fichaje para El Pais si me permite…
      Es que para mi Javier Cercas es el intelectual español que mejor capta España hoy en día: no tiene profunidad ninguna, es un intelectual tremendamente light, un señor que se sienta enfrente del Presidente Macrón y le dice «A mi me preocupa el nacionalismo…»
      ¡A un francés! Cuando el pais que inventa el nacionalismo es Francia. El pais que inventa el himno nacional, el pais que inventa la bandera nacional, es decir, el tricolor, es Francia, copiado por todos los demás paises de Europa desde la Revolución de 1789 a esta parte. Es un ejemplo reciente que pongo.

      La actitud de Cercas sobre el nacionalismo es buena muestra de simplón que es, porque todos nuestros derechos como ciudadanos vienen a través del Estado nación. No existia el concepto del ciudadano en tiempos modernos antes del Estado nación, no existían estos derechos…

      ¿Que hacemos con este entuerto los europeos entonces? ¿Como nos «desnacionalizamos» segun Cercas? Eso no es posible para un europeo. Al nivel práctico, es muy dificil. Al no ser que te vayas de tu pais de nacimiento, que es lo que hacían todos los señores arriba mencionado, sin hacer tantos aspavientos como Javier Cercas… ellos si rebelaron contra su nacionalidad, ellos si fueron al contracorriente, ellos si hicieron las preguntas que nadie quiere hacer…sin un sueldo del Grupo Prisa además…

      En todo caso, que Cercas cree que no es nacionalista, y los demás si, demuestra lo poco que entiende la ideologia, el ser humano, y el hecho de que estamos consituidos en gran parte por la cultura y el lenguaje, es nuestra segunda piel, no podemos vivir fuera del lenguaje…que inevitablemente, nos aporta una óptica para ver el mundo, lo queramos o no…¿me entiende?

      Si su denuncia es del ultra-nacionalismo, alli estoy de acuerdo con él evidentemente.

      En cuanto a las fosas y los victimas de Franco, habrá dedicado alguna columna seguramente, pero me dará la razón cuando afirmo que ha dedicado mucho más espacio en sus columnas a denunciar el nacionalismo catalán, apuntalar la monarquía Brobónica, defender la Transición de 78 y su carácter intocable que al tema de los victimas del Franquismo… ¿Si o no? Como el propio El Pais, vamos.
      Un saludo
      PD: No considero este espacio un pedestal. Una columna todas las semanas en El Pais si lo es.

    • MacNaughton

      PD: ¿Ha leido usted «El Holocausto Español» de Paul Preston, o «La Batalla Por España» de Anthony Beevor, dos historiadores ingleses con impecables credenciales? ¿Sabe usted lo que hizo la Falange durante los años 36-45 en este pais?

      Las cifras son escalofriantes: se cargan uno de cada diez ciudadanos de Córdoba, 14,000 en Sevilla, otros 12,000 en Granada, 3500 en Badajoz…y asi en todo el pais. La Falange española se carga más de 100,000 españoles fácilmente…

      Dado que es asi: ¿usted de verdad cree que es tragable una novela como «Soldados» basado en un mito contado por el socio Nº2 de la Falange Sanchez-Mazas? ¿Es aceptable que Cercas explica la adehsión de su tio-abuelo a la Falange con que «unos HDP le comieron el coco»? ¿Es eso una respuesta de un intelectual europeo?

      Si hay un escritor que ha lavado la cara del fascismo en España es Javier Cercas, Lo grave es que yo creo que el ni siquiera lo sepa…

  6. Cercas es un gran representante del status quo imperante. Hace uso de la propia crítica del sistema para favorecer la permanencia de dicho sistema, tal y como se relató ya en la novela y película el gatopardo.

    Eso no quita que su literatura no tenga calidad. El precio a pagar para triunfar ha sido mantenerse en el bando de los ganadores y eso, aunque lícito, lo aleja de los verdades intelectuales.

  7. El que quiera «verdades intelectuales» las debería buscar en libros de física, de historia, de filosofía, de biología…
    Desde luego el sitio no es la literatura de Cercas, de Sebald o de Kundera.
    Lo que ocurre es que todos queremos que nos den la razón y hasta en el ámbito del arte y de la sensibilidad estética reclamamos que esté impregnado de «verdad», la nuestra, por supuesto.

  8. https://ethic.es/2023/03/entrevista-john-banville/

    John Banville (o Benjamin Black): «El arte no tiene ninguna responsabilidad con la política o la moral».

    • MacNaughton

      En los clanes de las Tierras Altas de Escocia, todos los jefes de los clanes tenían su «bard». Era una persona muy importante en el corte y su función, entre otras, era contar las batallas del pasado, de forma favorable al jefe del clan.

      Las Tierras Altas de Escocia, con sus 800 islas, se ha dicho comparable con la Grecia antigua, y si miras al mapa, hay cierto parecido. Evidentemente, la tradición griega es la importante, la que ha quedado, pero cuando veo la primera línea de «La Iliada» – «canta, diosa, de la cólera de Aquiles» – estoy bastante seguro de estar ante una obra en su momento propagandístico, como lo era «MacBeth» en su momento, un rey escoces muy bueno según los libros de la historia, pero quien perdió el trono a Malcolm con respaldo de los ingleses, y acaba retratado en las crónicas de las islas como un monstruo….

      La literatura es muchísimas cosas, pero una de ellas es ideología evidentemente…

  9. francisco clavero farré

    Los escritores han de ser juzgados por el valor de sus textos. De Cercas leí Soldados de Salamina y no repito; los artículos de El País, leo algunos no todos, en la línea suya, muy profundos no parecen.
    Sánchez Mazas fue fundador de Falange y a lo que dicen escritor apreciable, aunque en verdad no lo leí.
    A Sánchez Ferlosio, hijo de Sánchez Mazas, y uno de los intelectuales más lúcidos que he conocido lo intentaron meter en polémicas respecto a Soldados de Salamina, obviamente pasó.
    En los escritos de Ferlosio se ve a veces respeto y consideración intelectual por su padre; lo que no significa que compartiera lo que éste tramara y pensará.

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