Admitámoslo: en el deporte profesional hay pocas cosas tan entretenidas como las meteduras de pata de los clubes. De hecho, algunos equipos, directivos o entrenadores son más recordados por sus errores garrafales que por sus aciertos. Lo cual es a menudo injusto, desde luego, pero… ¡forma parte del espectáculo! Este artículo es una recopilación de algunas de las más embarazosas tomas falsas en la historia de fichajes del “draft” de la NBA.
Supongo que incluso quienes no estén familiarizados con el baloncesto profesional norteamericano han oído hablar del “draft”, el sistema de fichajes de nuevos jugadores que emplean allí. Pero por si algún lector no sabe muy bien cómo funciona, lo explicaremos brevemente. Aunque sólo sea para comprobar que los estadounidenses, en más ocasiones de las que nos gustaría reconocer, saben hacer las cosas mejor que nosotros.
Cada vez que un jugador debutante va a entrar en la NBA, ya proceda de la liga universitaria (NCAA) o de alguna liga extranjera, no puede sencillamente firmar un contrato con cualquier equipo. Ni tampoco cualquier equipo puede contratar a cualquier jugador. El novato, el “rookie”, se declara “elegible” y entra a formar parte del draft de ese año. El draft es como el escaparate donde están expuestos los nuevos talentos que aspiran a entrar en la liga, y los equipos, en un estricto orden que se establece cada temporada, van eligiendo al jugador que quieren fichar. ¿Cómo se decide ese orden? Fácil: los equipos que no se clasificaron para la fase final de la temporada anterior, o sea, los que sobre el papel son los más débiles, son los que pueden elegir en primer lugar a los nuevos jugadores del año. Así, el equipo que es agraciado con el puesto #1 del draft, puede seleccionar al jugador debutante más prometedor y llevárselo a su franquicia. No importa que haya un equipo grande que quiera también fichar a ese mismo jugador: nadie puede saltarse el orden. Es una forma de garantizar que no sean siempre los grandes equipos los que fichen a los jugadores más prometedores
Los equipos más fuertes de la temporada anterior han de esperar su turno y normalmente se quedan con las migajas del draft. Así se explica que, históricamente, muchos jugadores cotizados hayan debutado en equipos más bien flojos. Por poner un ejemplo que conocemos bien en nuestro país: Pau Gasol fue seleccionado en el #3 del draft del año 2001 por un equipo bastante débil, los Memphis Grizzlies, aunque había equipos grandes a los que hubiera gustado contratar al español. Con un sistema de fichaje parecido al del fútbol europeo y dado el prestigio internacional que había atesorado el jugador, Gasol hubiese ido directamente a los Lakers, por ejemplo. Pero el sistema de draft garantizaba que un equipo pequeño como los Grizzlies tuviese la opción de llevárselo y así sucedió. Los Lakers y el propio Gasol tuvieron que aguardar varios años a que Memphis decidiera negociar el traspaso.
Este sistema garantiza que equipos históricamente modestos de ciudades como San Antonio, Portland, Seattle, Orlando o Milwaukee hayan podido competir con grandes metrópolis como New York y Los Angeles, o con equipos con un historial de primer orden como los Boston Celtics. También, y sobre todo, garantiza que los espectadores de esos equipos pequeños puedan ver en sus canchas a algunos jugadores de gran calidad. Es un sistema pensado para beneficiar no a los equipos grandes, sino al espectáculo en sí. Igualito que en el fútbol español, podría decirse.
El draft es un gran sistema de fichajes pero, como todo en esta vida, no siempre funciona como se esperaba. Muchos equipos que tenían posiciones de privilegio para elegir a nuevos valores y que podrían haber contratado a alguno de los mejores debutantes del año, se equivocaron de manera garrafal. Algunos malgastaron un turno de privilegio en el draft para llevarse a jugadores que parecían prometedores y que resultaron ser un desastre. Otros, sencillamente, tuvieron en su mano contratar a algunos de los nombres más grandes de la historia del baloncesto y no supieron aprovechar la ocasión.
Ciertamente, a priori no siempre resulta fácil juzgar qué jugadores jóvenes van a adaptarse mejor a la competición. Algunas grandes promesas que han jugado muy bien en la universidad o en alguna liga extranjera no consiguen adaptarse a la NBA. En tal caso, los equipos que usaron una posición adelantada del draft para ficharlos tienen motivo para lamentarse. En otras ocasiones hubo algún jugador con mucho potencial que parecía una elección evidente, pero el equipo que podía haberlo elegido prefirió dejarlo de lado porque en ese momento necesitaban a otro tipo de jugador, que desempeñase una función distinta en el equipo. Y a la larga se dieron cuenta de que pensando en las necesidades de la temporada, habían permitido que otras escuadras se quedasen con una futura superestrella (el resultadismo y la cortedad de miras también se dan entre directivos y entrenadores de la NBA).
Todo esto conduce a errores históricos en los draft que a veces son graciosos, a veces son inexplicables y casi siempre resultan embarazosos. En todo caso, es algo que en Estados Unidos la gente no suele olvidar. El draft es toda una ceremonia, es un momento que puede determinar y determina el futuro de los jugadores y los equipos. Una buena elección de jugador puede convertir, al menos a medio plazo, a un equipo en campeón. Una mala elección puede convertirlo en el hazmerreír. No resulta extraño, pues, que las grandes meteduras de pata de los draft entren a formar parte de la mitología de la NBA. Además, estos errores sirven para hacer algunas reflexiones sobre el diferente modo en que equipos, periodistas y públicos han ido percibiendo la competición deportiva y a sus protagonistas.
Vamos a citar unos cuantos de estos errores clásicos sin los que, todo hay que decirlo, la historia de la NBA tendría un poco menos de encanto.
1985: Doce equipos dejan pasar la oportunidad de fichar a Karl Malone
Para quien no siga muy de cerca la NBA y se pregunte qué clase de jugador era este tal Karl Malone, podríamos decir que Malone fue una especie de Pau Gasol, pero a lo bestia. Muy a lo bestia. Tanto, que es el segundo jugador en la historia que más puntos ha anotado, sólo por detrás de Kareem-Abdul jabbar y justo por delante de Michael Jordan. Además fue nombrado MVP (mejor jugador de la NBA) en dos temporadas distintas. También fue votado para aparecer en el All Star, el partido donde se reúnen los mejores jugadores del año, en catorce ocasiones. Impresionante currículum, ¿verdad?
Pues bien, cuando Malone terminó la universidad y se presentó en el draft de 1985, no les pareció tan impresionante a los ojeadores de los equipos profesionales. Nadie pensó que podría convertirse en una superestrella. Al parecer, la mentalidad competitiva y la ética de trabajo de Malone —factores que lo ayudaron a convertirse en una potencia deportiva— resultaban menos visibles o menos llamativos que las filigranas de otras promesas, así que no fue elegido ni en el primer, ni en el segundo ni en el tercer lugar. Uno tras otro, doce equipos que tenían las primeras posiciones del draft fueron eligiendo a jugadores inferiores. Por poner un ejemplo ilustrativo: Chicago Bulls, Washington Bullets y Phoenix Suns ficharon a unos jugadores que durante sus carreras obtuvieron menos puntos y rebotes que Karl Malone… ¡entre los tres! El draft de 1985: un año verdaderamente negro para un buen puñado de ojeadores y directivos de la NBA.
1972: Portland Trail Blazers eligen a LaRue Martin en el #1
Es generalmente considerado el peor uso que haya hecho jamás un equipo de la privilegiada primera posición del draft. Muchos equipos se han equivocado usando su #1 para fichar a jugadores que después no dieron el rendimiento esperado, pero no hay otro caso tan sangrante como el de los Portland Trail Blazers y LaRue Martin. Baste un dato: sólo aguantó cuatro temporadas como profesional. Cuatro.
LaRue había despertado bastante revuelo durante su etapa universitaria. Había tenido alguna tarde de gloria, especialmente un partido en el que eclipsó al mismísimo Bill Walton (mejor jugador universitario del año y futuro campeón de la NBA) y en el que deslumbró a los ojeadores de algún que otro equipo. A veces, un partido brillante hace perder el oremus a los cazatalentos. Se generó un cierto bullicio mediático en torno a Martin, algo muy condicionado por la época. América estaba muy predispuesta a dejarse deslumbrar por los nuevos niños prodigio universitarios porque la gloriosa etapa universitaria de Lew “Kareem” Alcindor y “Pistol” Pete Maravich aún estaba muy reciente. La gente quería más estrellas salidas del “college”, jóvenes con una historia de éxito propia de Hollywood. Y LaRue Martin era perfecto para el papel: había madurado físicamente a una edad temprana y se había dicho incluso que podría haber debutado en la NBA nada más terminar el instituto, sin tan siquiera pasar por la universidad (menos mal que el jugador fue sensato y terminó sus estudios, si no… menudo papelón). Hizo unos buenos números de la NCAA y se le colocó el marchamo de “prodigio” aquel día en que le quitó el protagonismo al propio Walton. Sin embargo, los que tenían que tomar la decisión de ficharle hubiesen debido mirar más allá de toda esta algarabía.
En primer lugar porque la carrera de LaRue Martin en la NBA fue desastrosa. Literalmente, desastrosa. No ya es que no se le pudiera comparar con Alcindor y Maravich. Es que Martin anotó un ridículo promedio de 5 puntos y 5 rebotes por partido. ¡Cinco puntos y cinco rebotes! Un resultado asombrosamente pobre que le condujo a salir de la competición al cabo de sólo cuatro años, cuando los Blazers no renovaron su contrato y ninguna otra franquicia quiso hacerse con sus servicios, dada su absoluta inutilidad. Un jugador que había sido el número uno del draft.
Pero aún hay más. Más y peor. Desperdiciar un #1 del draft eligiendo a un jugador que fracasa estrepitosamente es duro de asimilar, pero ¿qué hay de otros jugadores que los Blazers podrían haber elegido en aquel mismo draft y a los que no ficharon? Bien, aquí es donde llega el auténtico dolor. Los espabilados directivos de Portland dejaron escapar a Bob McAdoo, que en el futuro sería MVP y tres veces máximo anotador de la NBA, y que anotó tantos puntos en su temporada debutante como LaRue Martin durante toda su carrera (ouch!!). Pero… quizá es que McAdoo no les había caído simpático. Pues también habçian tenido la opción de elegir a Julius Erving, otro futuro MVP y campeón de la NBA en 1983. Otra vez: ouch.
Me pregunto cuántos ojeadores de Portland conservaban todavía el empleo cuando al finalizar las cuatro temporadas como profesional de LaRue Martin, Bobby McAdoo llevaba tres años seguidos siendo el mejor anotador de la NBA.
1985: Los Dallas Mavericks se boicotean a sí mismos con ahínco
Una de las jornadas más infaustas para los “Mavs” fue el draft de 1985, el día en que pudieron haberse convertido en una dinastía, en un equipo aspirante a todo, y lo echaron por la borda a causa de una particular obsesión de los equipos: fichar a jugadores muy altos, sólo porque no abundan, aunque para ellos hayan de renunciar a otros con más talento. Esta manía por la estatura ha causado no pocos desastres en la historia de los drafts, pero uno de los más abultados —en todos los sentidos— fue la completa debacle de los Dallas Mavericks en 1985. Aquel año, como resultado de diferentes negociaciones y cambalaches, Dallas tenía nada menos que tres puestos en la primera ronda del draft (#8, #16 y #17), ¡tres, nada menos! Lo cual era una oportunidad de oro para reforzar considerablemente el equipo en un año, además, que venía cargado de novatos con un enorme potencial. Un año que también vino cargadísimo de disparates en aquel draft, no en vano fue el año en que media liga dejó escapar a Karl Malone.
Los Mavericks, que al parecer necesitaban cambiar todas las lámparas de sus instalaciones, se dedicaron a fichar jugadores de la mayor estatura posible. En sus tres “picks”. Emplearon el #8 para elegir al alemán Detlef Schrempf, aunque en este caso acertaron con el fichaje: Schrempf dio un rendimiento bastante bueno. Así que con la primera de sus tres opciones de primera ronda, ya tenían al poste que necesitaban. Así que, ¿para que seguir eligiendo a jugadores altos sólo porque fuese altos? ¿Qué tal usar los otros dos “picks” para contratar a tipos que sepan jugar?
Pues no. Decididos a que su banquillo pareciese la cordillera del Himalaya, los Mavericks contrataron a otros dos hombres altos: el canadiense Bill Wennington (2’13 m.) y otro alemán, Uwe Blab (2’16 m.). ¿El resultado? Pobre, como era de esperar. Fichar tres jugadores altos en el mismo año y pretender que los tres salgan buenos no es cuestión de suerte, es una idea completamente insensata. Blab, por ejemplo, sólo estuvo cinco años en la NBA. A Wennington, tras varias flojas temporadas en Dallas, lo dejaron ir para que jugase en Italia.
La manía por fichar a gigantones aunque tuviesen tanta técnica como una pinza de madera convirtió aquellas elecciones en uno de los mayores desperdicios en la historia de los drafts. Si los Mavericks hubiesen hecho las cosas con más cabeza y hubiesen dadop un uso medianamente acertado de sus tres posibilidades de elección en primera ronda, ¿qué es lo que podrían haber obtenido? ¿A qué jugadores renunciaron para poder montar su muralla de Goliats? Pues bien, cuando llegaron sus turnos renunciaron, además de a Karl Malone, a Joe Dumars (que sería seis veces All Star y dos veces campeón, en una de ellas nombrado mejor jugador de la final) o a A.C. Green (tres veces campeón con los Lakers).
Imaginemos unos Mavericks que se hubiesen llevado, de una sola tacada, a Karl Malone, Dumars y Green. Hubiesen creado un equipo tremebundo desde la nada.
Pero no. Mejor lllevarse a Wennington y Blab. Que eran más altos.
1983: Golden State Warriors eligen a Russell Cross en el #6
Una vez más, la obsesión por fichar a un hombre que termina provocando un auténtico destrozo. A menudo, los directivos y entrenadores de los equipos parecen valorar sus jugadores al peso, como si en vez de ficharlos para que jueguen al baloncesto, pretendieran venderlos para fabricar hamburguesas. La estatura (y desde hace un cierto tiempo, también la musculatura) ciegan a muchos entrenadores y equipos, que parecen pensar que el talento es variable pero el tamaño permanece constante. Aquel año, los Warriors tenían entre ceja y ceja fichar un hombre alto a toda costa. Con Russell Cross tuvieron a su hombre alto… y su hombre alto tuvo su única temporada como profesional en la NBA. Sí, ¡sólo jugó una temporada! Con un apoteósico promedio de 3’7 puntos y 1’8 rebotes por partido. Impresionante.
1975: Los Seattle Supersonics eligen a “Magic” en la primera ronda
Puedo imaginar la expresión de perplejidad del amigo lector: “¿Cómo? ¿Haber elegido a “Magic” Johnson es un error? ¿Está usted loco?”. Pero no, no estoy loco. No estamos hablando de ese “Magic”. Hubo otro “Magic” antes que él: Frank «Magic» Oleynick. Ya ven, los apodos los carga el diablo.
El caso es que Oleynick fue un buen jugador universitario, e incluso llegó a estar en la selección nacional estadounidense, en aquellos tiempos en que los jugadores profesionales de la NBA no podían participar ni en Campeonatos del Mundo ni en Olimpiadas. Sus virguerías debió de hacer Oleynick, porque se ganó un sobrenombre que no se le otorga a cualquiera. “Magic” tuvo un buen desempeño en la universidad de Seattle, donde dejó unbuen recuerdo, y por eso mismo la franquicia NBA de la misma ciudad decidió hacerse con sus servicios. Temporalmente.
Y digo “temporalmente” porque no aguantó demasiado en el equipo. Oleynick, en teoría un escolta anotador, promedió 6 puntos por partido en su primera temporada. Pero bueno, quizá estaba pagando la novatada. En su segundo año en la NBA, cuando los jugadores suelen mejorar sus números, “Magic” obtuvo una media de puntos de… 4. Cuatro por partido. Aquello era lo último: los Sonics no lo renovaron, ningún otro equipo se interesó por él y tras sólo un par de temporadas ya estaba fuera de la NBA. Sólo jugó durante dos años. Mejor, así no tuvo que coincidir con el otro “Magic”. ¿Imaginan ustedes la confusión, al no poder distinguir a uno del otro? Aunque claro, quizá hubiese sido fácil discriminarlos si nos hubiésemos fijado en cuál lograba 4 puntos por partido, y en cuál lograba 20 puntos, 10 asistencias, 7 rebotes y 3 robos de balón.
Pero bueno, él también era “Magic”, ya tienen algo en común. No hay nada como un sonoro sobrenombre para venderse bien en el draft. En marketing ya está todo inventado.
2002: Denver Nuggets eligen a Nikoloz Tskitishvili en el #6
A veces hay que entender el escepticismo de los aficionados estadounidenses hacia los jugadores que proceden de Europa. Es decir, no todo lo que llega desde nuestro continente es como Nowitzki o Pau Gasol; la transición entre competiciones es complicada y a veces les colamos alguna que otra perlita. De hecho, el impronunciable nombre del jugador georgiano Nikoloz Tskitishvili es usado a menudo por periodistas especializados para ejemplificar el fichaje de jugador europeo que, por decirlo de manera vulgar, le “sale rana” a la liga noerteamericana. Tskitishvili estuvo nada menos que ocho temporadas en la NBA, lo cual parece hablar de una carrera, como mínimo, medianamente decente. Pero no, el que durase ocho años allí es todo un logro considerando que sus estadísticas fueron verdaderamente ridículas y que todas las franquicias NBA por donde pasó terminaron dándole la carta de libertad para quitárselo de encima. En ocasiones al cabo de sólo algunos partidos.
Lo peor para los Nuggets es que malgastaron una sexta posición del draft para contratar al georgiano, y ¿qué dejaron escapar a cambio? Nada… tan sólo a Amar’e Stoudemire, que aquella misma temporada de su debut fue nombrado “Rookie del año”, que promedia 21 puntos y 8 rebotes y que es casi un fijo del All Star. Tskitishvili, en cambio promediaba 3 puntos y 2 rebotes por partido. ¡Ups! Tiene que doler.
1987: New Jersey Nets dejan escapar a Scottie Pippen, Kevin Johnson, Horace Grant, Reggie Miller y Mark Jackson, entre otros
Los Nets tenían el #3 del draft y toda una espléndida cosecha de jugadores para elegir, la del 87. Espléndida. Como los jugadores citados, todos ellos futuros All Stars. Gozando de un privilegiado tercer turno, aquellos nombres estaban a su completa disposición. Pero eran los años de “busquemos un nuevo Michael Jordan”, una época en que cualquier escolta anotador universitario que tuviese algún movimiento, rasgo físico o manierismo que recordase mínimamente a Jordan deslumbraba a ojeadores y directivos como una lámpara deslumbra a las polillas. Y los Nets vieron a Dennis Hopson, aquel escolta que hacía muchos puntos, y lo tuvieron claro. Despreciaron a una insólita colección de futuras estrellas y lo ficharon a él. Los resultados fueron decepcionantes. Hopson lesionaba, no se adaptaba al equipo, se quejaba por las condiciones de su contrato… y no, no se convirtió en el nuevo Michael Jordan. En su mejor temporada hizo 15’8 puntos, la mitad de lo que promedió Jordan ese mismo año. Pero eso fue en su mejor temporada, que no volvería a repetirse. De ahí iría a peor. Tras seis flojísimos años en la NBA, Hopson vino a Europa y llegó a jugar incluso en España. Mientras tanto, aquel otro puñado de jugadores de los que los Nets habían hecho caso omiso (Pippen, Grant, Miller) estaban haciendo historia. Moraleja: es mejor intentar buscar un Scottie Pippen original que un “nuevo Jordan”. Lo de buscar un 2nuevo lo que sea” no suele funcionar.
1995: Golden State Warriors eligen a uno bueno… y dejan que los demás eligen a los mejores
En ocasiones, el draft pone a una franquicia en evidencia aunque hayan elegido a un jugador más o menos aceptable. Esto le sucedió a los Warriors cuando usaron su primer turno para contratar a Joe Smith, un jugador correcto… pero no alguien en quien debería haberse gastado todo un #1. Porque cuando los tres equipos siguientes vieron la elección de Golden State, suspiraron con alivio y eligieron, uno tras otro, a Antonio McDyess, Jerry Stackhouse y Rasheed Wallace. Todos ellos mejores jugadores que Joe Smith, que tuvieron mejores carreras e hicieron mejores números. Eso sí, tampoco estos equipos estuvieron finos y tuvieron que compartir un sonoro “ouch!” con los Golden State. Porque el #5 del draft pertenecía a los Minnessota Timberwolves, quienes debieron de pensar: “Ah, ¿ninguno de ustedes quiere a Kevin Garnett? Pues para mí”. ¿Quién es Kevin Garnett? Apenas nadie: MVP en el 2004, catorce veces All Star, cuatro veces máximo reboteador de la liga, unos 20 puntos y 11 rebotes por partido, ganador de un anillo de campeón… minucias.
1998: Los Angeles Clippers comprueban que Hakeem Olajuwon sólo hay uno
Otro #1 malgastado en un jugador que compartía draft con algunas futuras estrellas. Los Clippers, quizá, pensaban en la brillantísima carrera que había tenido el nigeriano Hakeem Olajuwon (que había sido elegido en el #1del draft de 1984 por los Houston Rockets) cuando decidieron elegir en el primer lugar a otro jugador nacido en Nigeria, aunque de pasaporte británico, Michael Olowokandi. Sin embargo, la carrera de Olowokandi en la NBA fue, no desastrosa, pero más bien discreta. Y lo más complicado de asimilar para los Clippers fue que teniendo todo un #1 del draft dejaron escapar a futuros All Star como Dirk Nowitzki, Paul Pierce, Vince Carter o Antawn Jamison. Moraleja: que haya nacido en Nigeria no significa necesariamente que vaya a convertirse en una estrella.
2001: Michael Jordan se encapricha de un jugador de instituto… y la lía parda
El jugador más grande de todos los tiempos no se ha lucido precisamente en su faceta como directivo. Jordan se convirtió en presidente de los Washington Wizards, el último equipo en el que jugó como profesional. Los Wizards esperaban que el mundialmente famoso Jordan se convirtiese en toda una imagen de marca al asumir la presidencia. Pero algunos de sus errores como presidente han pasado ya a la historia, muy especialmente la manera en que malgastó el #1 del draft de 2001.
El hoy casi innombrable Kwame Brown había sido designado como mejor jugador de las ligas juveniles cuando jugaba en el instituto. Parecía un jugador prometedor y quizá le hubiese venido bien unos años de formación en la NCAA… pero ni siquiera llegó a pisar la universidad. En el draft del 2001 los Washington Wizards gozaban de la posición de privilegio para elegir nuevo jugador, y Jordan, convencido de que Kwame Brown iba a ser algo grande, usó aquel #1 para hacerse con sus servicios. Era la primera vez en la historia en que un jugador directamente salido del instituto y no de la universidad, era elegido en el primer puesto del draft. Una jugada arriesgada, muy arriesgada, por parte de Michael Jordan.
El presidente de los Wizards seguramente creyó que acertar un fichaje le resultaría tan fácil como encestar en los últimos segundos de un partido. Al principio, la gente le concedió el beneficio de la duda, pese a lo insólito de la decisión. ¿Realmente había visto Jordan en aquel joven jugador de instituto ese Algo Especial? Si hay alguien que sabe de “lo especial” en baloncesto —pensaron muchos— ese alguien tiene que ser Michael Jordan. Hasta Larry Bird dijo en su día que Jordan era Dios disfrazado de jugador de baloncesto, así que vamos a hacerle caso.
Pero la divinidad de Jordan debía de residir en sus zapatillas Nike y calzando zapatos de directivo pareció esfumarse. El “experimento Kwame Brown” no iba a salirle demasiado bien. El rendimiento de Brown en los Wizards fue desastroso. Sus números eran nefastos y su personalidad, tanto en el vestuario como fuera de la cancha, empezó a poner nerviosos a compañeros, periodistas y público. Después de tres sonrojantes temporadas, Kwame Brown era un lastre en el equipo y el prestigio de Jordan como presidente de los Washington Wizards se vino completamente abajo (por esta y otras decisiones igualmente “acertadas”) hasta que el dueño mayoritario de la franquicia, Abe Pollin, decidió prescindir de sus servicios, en un episodio que podríamos calificar de verdadero sonrojo nacional. Jordan, un icono mundial el baloncesto, despedido como un vulgar empleado del TelePizza.
Los Wizards estaban deseosos por deshacerse también de Kwame, y finalmente lograron incluirlo en un intercambio de jugadores… nada menos que con Los Angeles Lakers. Kwame Brown no se lo podía creer: de fracasar en los modestos Wizards, a jugar en los todopoderosos Lakers. Claro que… los fans de los Lakers tampoco se lo podían creer. Los fans de los Wizards, en cambio, no sólos e sintieron aliviados sino que lo recibieron con abucheos cuando, militando ya en los Lakers, Kwame regresó como visitante a Washington: tal era el buen recuerdo que había dejado en la ciudad.
Claro que en los Lakers las cosas fueron aún peor. Kwame Brown no se llevaba bien con los compañeros (especialmente con Kobe Bryant) y además empezaron a sucederse incidentes extradeportivos extraños. Como las acusaciones de violación por parte de una chica, de las que fue absuelto y que al parecer son un mal endémico en los Lakers. O episodios tan cómicamente surrealistas como cuando un transeúnte le acusaba de haberle tirado una tarta de chocolate y seguidamente haber huido en su limousine (ya que no generaba titulares por su juego precisamente, ¿qué mejor que una clásica tarta?). El penoso rendimiento deportivo y su tendencia a convertirse en la comidilla de la prensa más insustancial no ayudaron a mejorar las cosas. Resumiendo, en Los Angeles también acabaron hasta las narices de él y prácticamente le encendieron velas a Krishna cuando los Memphis Grizzlies aceptaron a Kwame Brown como uno de los términos de intercambio de otra transacción, la que permitió a los Lakers fichar a Pau Gasol. Casi toda la prensa y desde luego los aficionados consideraron aquel acuerdo como “el robo del siglo”. Memphis se estaba llevando a un inútil más famoso por tirar tartas que por tirar a canasta, y en cambio los Lakers se hacían con uno de los mejores jugadores altos de la liga, la pieza que les faltaba para poder ganar dos campeonatos más, cosa que hicieron con Gasol en sus filas.
Tras lo que era casi una clamorosa estafa, los Grizzlies no tardaron en querer deshacerse también de Brown, que fue traspasado a Detroit, donde ha seguido produciendo estadísticas más bien risibles para lo que fue todo un #1 del draft.
Un carrerón tragicómico que no hizo sino seguir poniendo en evidencia el yerro inicial de Michael Jordan. Fue el más grande jugando. Y fue el más grande, cómo no, metiendo la pata hasta el corvejón. Hasta hoy siguen recordándole el asunto Kwame Brown. Y no tiene pinta de que vayan a dejar de recordárselo en el futuro.
1998: Los Milwaukee Bucks renuncian a Dirk Nowitzki por Robert “the tractor” Traylor
Todo empezó bien. El alemán Dirk Nowitzki llegaba a la NBA con el aval de una fantástica reputación en Europa y Milwaukee lo eligió en el #6 del draft. Hasta aquí, todo bastante lógico. Pero a los directivos de los Milwaukee Bucks no les pareció mala idea usar a su nuevo fichaje europeo para efectuar un intercambio de jugadores con los Dallas Mavericks. Los Bucks, siguiendo la más bien irreflexiva tendencia de los tiempos que corren, querían a un jugador más “muscular”. Ya se sabe, en la NBA de hoy día no piensan que un jugador está completo hasta que no se le notan los bíceps, aunque no sepa hacer un pase ni poniendo la pelota en un canalón. Así que la franquicia entregó a Nowitzki y a otro jugador, Pat Garrity, a los Mavericks. A cambio, recibían a Robert Traylor… el jugador “muscular” que tanto querían.
Lo cual terminó resultando muy irónico. Traylor era un jugador que había tenido problemas de sobrepeso en la universidad pero que se había puesto en forma durante el último año, justo antes del draft. Algo que daba que pensar y en lo que deberían haber reparado en Milwaukee antes de renunciar a Nowitzki. Pero no; ellos querían a un tipo fuertote. Y tras llegar a los Bucks, Traylor, efectivamente, se puso fuertote. Cada vez más fuertote. Volvió a abandonarse físicamente como en los tiempos universitarios, y tenía problemas de obesidad impropios de un deportista de élite, problemas que ya no le abandonarían nunca. Su gordura se convirtió en un chiste recurrente en la NBA, del que hasta él mismo era partícipe. El empeño de los Bucks por adquirir a un jugador “grande” había tenido un desenlace inesperado. Desgraciadamente, Bob Traylor murió en el 2011 de un infarto, con sólo 34 años de edad (además de su obesidad tenía problemas coronarios).
Pero mientras, ¿qué pasó con Nowitzki en Dallas? Pues bien, nada. Nada excepto que terminaría transformándose en uno de los mejores jugadores de la liga (MVP en el 2007) y ayudaría a los Dallas a ganar su primer y único título de campeones de la NBA. Se mire por donde se mire, un mal negocio para los Bucks.
Nota al margen: para más sonrojo de los Bucks, Don Nelson, entrenador de Dallas, movió sus piezas con la maestría de un auténtico Kasparov. No sólo consiguió a Nowitzki a cambio de deshacerse de Traylor, sino que usó a Garrity —a quien también había adquirido en la misma transacción— para negociar con los Boston Celtics, que estaban muy interesados en él, y así hacerse con los servicios de nada más y nada menos que Steve Nash, uno de los mejores bases de la liga. Los Bucks, de haber tenido algo más de cabeza, no sólo podrían haberse quedado con Nowitzki, sino que podrían haber usado a Garrity para conseguir también a Nash, a uno de los más grandes pasadores de la historia. Nowitzki y Nash podían haber formado una pareja letal en Milwaukee. Pero no, terminaron haciéndolo en Dallas. Ouch, ouch y ouch!!
1984: Portland Trail Blazers eligen a Sam Bowie en el #2
Pobre Bowie. Tuvo que pasarle a él. Y no fue culpa suya. Pero para muchos esta fue la peor elección que jamás haya tenido lugar en un draft. Es auténtica historia negra de la franquicia: supongo que la mejor forma de hacer amigos en Portland es hablándoles de aquel draft.
La primera elección de aquel 1984 para cualquier equipo estaba bastante clara: el nigeriano Hakeem Olajuwon había sido una gran estrella universitaria y nadie discutió (ni discute ahora) la decisión de los Houston Rockets al ficharlo en el #1. De hecho, Olajuwon cumplió las expectativas con creces: ganó dos anillos de campeón, fue nombrado MVP, fue All Star en doce ocasiones… en definitiva, un peso pesado y una dignísima primera elección.
Pero los Portland Trail Brazers —sí, los mismos que doce años antes habían arruinado su #1 eligiendo a LaRue Martin— tenían el #2 y volverían a hacer historia. Y de qué manera. Obsesionados por conseguir un jugador alto (¡otra vez la misma manía!) ficharon a Sam Bowie. Que no era mal jugador, pero debieron haber tenido en cuenta que era muy propenso a las lesiones y que por esa causa se había llegado a perder temporadas en la universidad. No les importó. Hicieron caso omiso de su historial médico y lo ficharon igual, desechando a un joven escolta que parecía bastante prometedor y que sería elegido por otro equipo en el #3. Como en Portland ya tenían un buen escolta joven, Clyde Drexler, prefirieron quedarse con Bowie. Por desgracia para ellos, la jugada no les salió bien: Bowie volvió a sufrir lesiones como era de prever y su rendimiento nunca estuvo a la altura de lo esperado. Mientras, el jugador al que no habían querido elegir estaba, por así decirlo, “consolidándose” en la NBA.
El nombre de ese otro jugador cuyo fichaje los Blazers despreciaron para quedarse con Sam Bowie era… Michael Jordan.
En Portland aún se echan a llorar cuando piensan en ello.
Con toda la razón.
Gasol fue elegido por los Hawks y luego traspasado, nada más.
Muy buen artículo! Enhorabuena.
El Draft del 2003 también fue bueno. Bueno para echar unas risas, quiero decir.
El nº 1 estaba claro que iba a ser para LeBron James, pero había un puñado de jugadores que apuntaba muy alto, como Carmelo Anthony, Chris Bosh y Dwyane Wade. En segunda posición elegían los Pistons, que se la jugaron con… ¡Darko Milicic! Los seguidores noobs de la NBA lo conocerán porque suele estar en el fondo de alguno de los highlights de Ricky Rubio: es el pivot titular de los Wolves.
Su carrera no es que sea espantosa, pero su elección en el número 2 fue lamentable porque los Pistons dejaron escapar no solo a los tres citados anteriormente, sino también a Chris Kaman, David West, Josh Howard o Mo Williams (todos ellos All-Stars).
Hola,
Muy buen apunte, la elección de los Pistons en ese draft también fue bastante surrealista. Una vez más, la eterna fijación con fichar a jugadores altos a cualquier precio. Quizá deberían imponer un límite de estatura y hacer un draft especial para ellos… se hubiesen evitado muchos, muchos desastres.
Un cordial saludo.
campeon de 2005 son los heat de wade, shaq, j-will que por cierto espero un articulo de el jaja
Para mí la de 2003 es la mas gorda, al menos de la historia reciente. Los Pistons eligieron a Milicic del que recuerdo que se decía que era una combinación de Gasol y Nowitzki, pudiendo elegir a Melo Anthoy a Wade o Bosch.
Y aún así ¡ Fueron campeones en 2004 y 2005! Si hubiesen acertado en ese draft hubiesen montado un equipo de leyenda.
Anda mirate bien quien es el campeon del 2005
Hola White Mamba, respecto a tu comentario sobre Darko Milicic, por muy mal que haya sido su carrera hasta el momento, en aquel tiempo su sitio en el draft era TOP3 sin lugar a dudas. Era un chaval que con 17 años hacía partidos en Europa de 30 puntos y 10 rebotes, atacaba el aro, luchaba el rebote, leía bien el juego en el poste, tiraba prácticamente desde cualquier posición… no era ninguna locura elegirlo en el número 2 de aquel Draft.
Tambien en el caso Milicic habria que hablar de Larry Brown, que seguramente tiene gran parte de culpa de la involucion de Milicic
Podria hacerse una entrada solo con las «cagadas» de Portland, LaRue, Sam Bowie y el último, Greg Oden dejando escapar a Kevin Durant. Unos hachas…
Diego, Greg Oden era el jugador con más proyección de la NCAA, mas dominante que Kevin Durant, desde luego. La elección fue buena, la suerte del jugador mala. Aunque si es cierto que en instituto ya tuvo problemas con la muñeca y algún antecedente ya tenía, pero la proyección de Oden era mayor por ejemplo que la de Howard en su momento.
Pues los Blazers se han cubierto de gloria porque, además de los nombrados, en el artículo echo en falta el pick #1 del gran (por decir algo) Greg Oden
Se puede completar el repor, y la leyenda de los «hombres altos» con Hasheem Thabeet, todo un nº2 del draft, por delante de Harden, Tyreke Evans, Stephen Curry o un tal Ricky Rubio. Y todo eso sin saber jugar al baloncesto. 2 puntos y 2 rebotes son sus números.
Y para rematar, la maldición de Portland, Greg Oden. Otro nº1 del draft 2007, llamado a marcar una época y que desde entonces no ha jugado ni 100 partidos en la NBA debido a las lesiones. Ah, el número 2 fue un muchachito llamado Kevin Durant.
Same old story…
Para terminar con la leyenda negra de Portland, recordar el año en que eligieron otra vez el número #1, esta vez a Greg Oden, un tipo grandote (para variar) y que iba a ser una megaestrella. Pues resulta que en unos 5 años habrá jugado no más de 100 partidos. Sus rodillas son de cristal.
Mientras, en el número 2, Settle elegía… a Kevin Durant
No hace falta comentar más. ¿Seguirán siendo los mismos directivos de Portland los que van liándola de semejante manera…?
Hola,
Sin duda, Portland son los auténticos campeones a la hora de desperdiciar alegremente buenos picks en grandes cosechas del draft. Es que si hubiesen acertado al menos en los fundamentales, estaríamos hablando de una historia completamente distinta para el equipo.
Todas las franquicias han cometido errores importantes, desde luego, pero lo de los Blazers es verdaderamente de película.
Un cordial saludo.
Si es verdad que lo de Portland es algo digno de estudio, pero en el caso de Greg Oden creo que influyó demasiado la mala suerte, era muy bueno de verdad, alguien que hubiese podido llegar a ser dominante, nadie podía imaginar que se rompiese la rodilla repetidas veces (y lo de brandon roy también es una desgracia).
Lo que si es lamentable es lo de Memphis con Thabeet sin tener ni idea de lo que es un balón de baloncesto.
Ah y por cierto, se me había olvidado, gran artículo.
magnifico articulo un apunte sólo, a gasol lo escojieron los hawks que lo mandaron a memphis
me acuerdo del draft del 93 que los sixers tenian el numero 2 y seleccionaron al gigantesco mormón Shawn Bradley dejando pasar a Penny Hardaway, Jamal Mashburn, Isiah Rider…
Hola, Javier:
Pon una farola en el draft, y algún equipo la fichará en los primeros lugares si es lo suficientemente alta.
Un cordial saludo.
Siempre es buen momento para recordar este vídeo sobre el traspaso Kwame Brown – Gasol y nunca es tarde para verlo si no lo han visto:
http://www.youtube.com/watch?v=6PP4RT-vv-o
Ahí queda la propuesta de artículo: traspasos desastrosos.
Hola Dani:
¡Me encanta ese vídeo! Puedo asegurarte que lo veo al menos un par de veces al año, ¡y nunca deja de levantarme la moral! Aunque supongo que a Kwame no le sucederá lo mismo. Es refrescante ver a un comentarista con ese desparapajo, un verdadero momento de gloria de Stephen Smith. «This man was a bonafide scrub… He can’t play!». Muchas gracias por recordármelo.
Un cordial saludo.
No olvidemos que Marc iba en el pack…
Y dos picks de primera ronda…
Nada nuevo… mucha paja.
Schremp poste? Si era un raza blanca… tirador.
El desarrollo de los jugadores depende mucho de donde caigan… compañeros, entrenador, confianza.
Del Draft del 2001 no se si podría considerarse cagada, no tan escandalosa como la del número 1. Sobre todo visto lo que pasó después. Me refiero con la elección de Pau Gasol en el número 3 por parte de los Atlanta Hawks. Que según todas las previsiones su posición dentro del draft iba a ser a partir del 10. Los Grizzlies eran los más interesados en él y los Hawks no perdieron su oportunidad para hacerse con los servicios Shareef Abdur-Rahim, por aquel entonces el jugador franquicia de los Grizzlies, cierto que Abdur-Rahim, no era un jugador malo, más bien decente y con buenos números, pero nunca llegó al nivel de Pau Gasol
Viendo este articulo me he acordado de otro fracaso. Adam Morrison nº3 del 2006.
Un fenomeno en Gonzaga y que se estampó en la NBA de una manera estrepitosa, promedio 11 puntos con 30 mpg en los Bobcats con una seleccion de tiro horrible cuando se le tenia por un tirador fiable y un anotador consistente.
A pesar de todo es un gran chico que aparte tiene que luchar contra un diabetes tipo I. Parece que Europa se le esta dando mejor y acaba de fichar por el Besiktas.
Una consulta, el primer jugador en pasar del instituto a la nba no fue kevin garnet ????
El primero en pasar como número 1 fue Kwame Brown
Los Grizzlies con Thabeet (2), Gooden (4), Mayo (3) o Conley (4) también pueden escribir una página amplia de esta historia. Sin ningún intercambio, sin ningún límite salarial, sin ningún fichaje, los actuales Grizzlies podrían tener en el equipo, amen de a Gay, Gasol y Randolph, a Tyreke Evans, Joakim Noah, Russell Westbrook y Amar’e Stoudemire.
CLaro que, a posteriori todo es más fácil. Yo recuerdo, como si fuera hoy, haber defendido que escogería a Beasley por delante de Rose y a Okafor por delante de Howard. Tengo un ojo yo que dejo el error de Dumars con Milicic en pequeña anécdota…
Por cierto, las grandes, GRANDES, cagadas de la historia de los drafts americanos están en la NFL. Allí es más complejo evaluar y hay historias para aburrir.
Hola Pepe,
Efectivamente a posteriori es más fácil acertar: seguramente muchos de nosotros hubiésemos cometido errores parecidos (bueno, yo el de Jordan y Bowie no lo hubiese cometido, eso te lo puedo asegurar… vamos, los Bulls tardaron bien poco en llevárselo) o incluso otros peores. Desde esa perspectiva, se podría resumir el artículo en un «todos somos humanos».
Pero bueno, es el draft de la NBA, no la cura contra el cáncer. Así que no creo que pase nada por sacarles los colores e incluso hacer un poco de chanza, lo cual no significa que no admitamos que, en su lugar, nosotros también hubiésemos metido la pata.
En cuanto a la NFL, no la he seguido de igual manera pero es una liga con muchas, muchas historias interesantes detrás. Lo mismo puede decirse de la liga estadounidense de baseball, cuya trastienda está repleta de argumentos de novela.
Un cordial saludo.
Salvo por el detalle ya comentado de que los Grizzlies no eligieron a Gasol, muy buen artículo
Buen articulo, gracias, aunque como todas las listas, genera debate y discusion. Ahi va mi aportacion.
Nunca entiendo por qué en este tipo de listas siempre se incluye a Joe Smith. Esta claro que no era un primera espada para un equipo aspirante, pero cuantos numeros uno del draft lo son? Mirando sus primeros anyos en Golden State, tenia numeros similares a los de un Pau Gasol…luego llegaron los trspasos y acabo en Minnesota a la sombra de Garnett, pero si hubiese tenido responsabilidad, habria tenido mejores numeros en su carrera. Siempre me acordaré del partidazo ue hizo en el retorno de Magic (quand perdieron, claro).
De la misma manera, no creo que elegir a Rasheed Wallace por encima de Garnett sea un error. Si hubiese jugado mas para él, también podria haber sido MVP.
Hola, The Beast:
Evidentemente, en cualquier lista siempre faltan cosas, en este caso paré de escribir y lo dejé así porque la longitud del artículo hubiese requerido dos partes, por lo menos. Además, uno siempre incluye lo que le hace más más gracia personalmente, por un motivo u otro. O lo que recuerda en un primer momento. Siempre habrá comentarios sobre «por qué está esto» o «por qué falta aquello», aunque uno ni siquiera numere la lista ni pretenda que hay un orden. Pero eso, por otro lado, permite que haya lectores que en los comentarios hagan sus propias aportaciones, lo cual siempre es interesante (¡también a quienes escribimos aquí nos gusta leer a otros!).
En cuanto a lo de Joe Smith, es cierto que no era un jugador nefasto. Pero hay algunos drafts que adquieren peor fama por lo que no se ha elegido que por lo que sí.Y la los gente recuerda especialmente, quizá algo injustamente, pero ¡así somos los espectadores!
Un cordial saludo.
Llevo la mitad del artículo y me está gustando, aunque la mayoría de los casos los conocía. He hecho una parada porque el despreciable clasismo que destila la frase en la que se utiliza el término de empleado de telepizza es … Sigo leyendo esperando no encontrarme nada por el estilo.
¿Y lo de Fran Vazquez en el 2005?
Elegido en el nº 11 por los Orlando no llegó a pisar un parket NBA.
Sería bueno agregar que el canadadiense Bill Wennington juegó con los Bulls y ganó tres campeonatos con ellos. Y considero que fue un jugador que tuvo sus buenos momentos viniendo de la banca en más de una ocasión.
Seria curioso también un reportaje inverso, jugadores que hayan triunfado desde el fondo de la primera ronda o incluso posteriores, o sin draftear, como el ahora famosisisisismo Jeremy Lín.
Pues al revés que el artículo… hay que buscar a los bajitos: Stockton (posición 16, aunque también es cierto que del famoso draft del 84), Dumars (18), Nash(15), J. Starks(no elegido), Sprewell(24), Hornacek (46), Mark Price (25), Mark Jackson(18), Cedric Ceballos (48), Van Exel(37),…
Entre los altos, muy pocos… Rodman(27) y porque jugaba en una universidad pequeña. En ese mismo draft acabo de ver que Kevin Duckworth (que hizo sus buenas temporadas, fue número 33). Si obviamos casos de europeos altos ( Sabonis, Ilgauskas,…) y de jugadores que no pasaran por el insituto (Shawn Kemp, Jermaine O’Neal)… nos quedamos con pocos.
Recuerdo que Bryant me pareció un robo del draft. Después de lo que ya se hablaba de él en el instituto, que cayera al puesto 13, para mí fuera una sorpresa.
…quería decir que «jugadores que no pasaran por la Universidad», claro. Las prisas.
En la historia negra de Portland tambien se puede añadir el draft de hace tres o cuatro años, donde escogieron a Greg Oden en vez de a Kevin Durant, repitiendo otra vez la historia
Pregunta: ¿no sería el de Larry Bird otro caso de que se les escapó la liebre? Tengo entendido que fue fichado en el #6 de su draft…
¡Muy buen artículo!
Buen artículo en general, pero personalmente ciertas referencias a Pau Gasol sobraban (sobre todo en el punto en que hablas del «Cartero)
Me apunto a leer un artículo sobre triunfadores que no pasarón por el draft. Recuerdo que Van Exel fue una ronda bajísima.
Vaya artículo… rezuma gafapastismo por los poros…
Karl Malone no hubiera sido ni la mitad de buen jugador si no llega a tener a John Stockton a su lado.
«Gasol hubiera ido a los Lakers directamente de haber sido un sistema libre de contratación»? No nos flipemos.
«Nowitzki una fantástica reputación en Europa»? Vamos hombre…
Kevin Garnett? Hasta que no se fue a Boston no ganó nada… (y lo mismo que decir que apostar por un jugador recién salido de instituto era una apuesta segura, no?)
A.C. Green 3 títulos… Joder, ni que los hubiera ganado él solito, jugando con Magic, Kareem, Worthy, Kobe y Shaq…
1. Has visto poco a Malone.
2. Hubiese ido directamente a un equipo con aspiraciones, no te quepa duda. Precisamente por lo que se menciona en el artículo, la obsesión por los hombres altos.
3. Nowitzki tenía una gran fama, sin duda. No se ficha como número 9 del draft a un jugador de la segunda división alemana sin que su reputación le preceda. Hombre alto con buena muñeca, ¿alguien da más?
4. No ganó nada porque los Timberwolves eran una panda. Cuando consiguió un par de jugadores válidos (Sprewell y Cassell), se plantó en las finales de conferencia, y de no ser por la mala suerte con la lesión de Sam Cassell (y alguno más, creo recordar), hubiesen superado a Lakers.
Por otro lado, un tío que promedia 19.4 puntos, 10.7 rebotes, 4.1 asistencias, 1.3 robos y 1.5 tapones por partido a lo largo de su carrera… «Creo» que se puede considerar una mala bestia.
Y ojo, soy de los que piensa que si hubiese pasado por la universidad se hubiese convertido en un jugador todavía más dominante, uno de los mejores jugadores de la historia (partiendo de la base de que para mí, en su posición, ya lo es).
No estoy de acuerdo con tu último comentario. En su posición el mejor jugador de la historia es Tim Siglo XXI Duncan.
En el caso de Oden, mala suerte más que cagada. Es como decir que la elección de Len Bias fue una cagada. Simplemente mala suerte.
Robos de draft y hablando de memoria Parker (20ypico) jRichardson (igual) Arenas (31) MGasol (48) Ginobili (58)
Este tipo de «errores» siempre se van a producir en el Draft. Está en la naturaleza del formato que se den elecciones que, a la larga, parecen cometidas por gente sin ningún tipo de criterio
Podríamos sumar ilustres importantes como el mítico Pervis Ellison (1989) o Chris Washburn (1986) y algunos más recientes que ya se han comentado…
Creo que E. J. Rodríguez puede regalarnos un artículo en la línea inversa, con las mejores elecciones del Draft. Aunque como se ha comentado anteriormente, las grandes pifias en la NFL también tienen mucha chicha.
Un saludo.
Todo el artículo está lleno de juicios de valor de tercera: «Despreciaron a una insólita colección de futuras estrellas y lo ficharon a él». y similares. Eso es fácil decirlo ahora, en el momento del Madison todos eran más o menos estrellas.
Para la wikipedia pase, para Jot Down, lamentable.
Y Kobe Bryant?¿?¿?
Del draft del 84, para mi el mejor de la historia, aparte de elegir a Sam Bowie antes que a cierto escolta de UNC, habría que añadir que el número 5 fue un chaval gordito y bocazas de la universidad de Auburn y el 16 una base blanco y pequeñín, con pinta de oficinista, de Gonzaga ….. Excelente artículo, muy bien completado con buenos comentarios de los lectores ….
Pues anda que los Orlando Magic eligiendo a Fran Vázquez en el puesto 11…
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Dejando a un lado la barbaridad de llamar poste a Schrempf, la verdad es que el articulo es muy interesante, pero le veo un pero muy grande, estar escrito desde un punto de vista «ventajista». Me explico, hay determinadas elecciones que creo que habria que matiza, ya que no fueron caprichos, ni errores injustificables. Aqui meteria a Joe Smith y Olowakindi. Smith hizo una carrera aceptable, con muy buenos momentos, Olowakandi fue lamentable, pero el detalle a tener en cuenta es que todos los querian, praticamente cualquier equipo los hubiera elegido de tener el numero 1. Aparte de eso, determinados jugadores no habian justificado hasta el momento una eleccion alta, aunque luego desarrollaran grandisimas carreras. Es el caso de Karl Malone, venia de una universidad pequeña en una conferencia de no mucho nivel, con lo cual logicamente habia dudas acerca de su nivel. Lo mismo sucedio con Stockton, al venir de Universidad pequeña su puesto en el draft no fue muy notable.
Eso si, lo que es innegable es la obsesion de fichar 7 pies y la de fichar al nuevo X. En el caso de europeos los nueos Nowitzki o Gasol, con los resultados ya conocidos.
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Artículo muy bueno. Pero voy a discrepar en el tema más importante, la elección de Bowie vs MJ en 1984.
Al contrario que todo el mundo mundial creo que fue una buena elección.
Los Blazers tenían el puesto de Jordan más que cubierto con Kiki Vandeweghe, el mejor anotador de la liga hasta mediados de los 80s, raza blanca tirador finísimo. Un hombre de 28-30 pts/partido. Mitad metralleta, mitad bombardero.
Además tenían un escolta de segundo año, que había promediado como rookie 14 pts. Este jugador fue el más dominante de la Liga entre 1989-1993 (después de Jordan) y fue elegido entre los 50 mejores jugadores de la historia. Sí, era Clyde Drexler, que tendría un anillo más si no se hubiera cruzado con MJ.
Además, si Jordan en la NCCA hubiera demostrado la décima parte de la calidad con la que maravilló después, lo hubieran elegido. Pero en aquel momento era un gran jugador, sí, pero solo un escolta anotador más. Para eso ya estaban dos de los mejores jugadores que han jugado en los Blazers, Kiki y Drexler. Si hubieran supuesto que iba a ser Dios, lo hubieran fichado, por supuesto. Pero no era el caso.
Por último, Bowie ere un jugador estimable que evocaba en su juego a Bill Walton (casi nada en Portland) y pretendía ser el antídoto en el Oeste contra Abdul-Jabbar y el propio Olajuwon.
Llamadme lo que queráis pero en 1984, yo hubiero hecho lo mismo.
Vulgar lo será usted. Atentamente, un empleado de Telepizza.
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