Arte y Letras Lengua

De Nebrija a Rosalía: la lengua española on fire 

Rosalía Nebrija
Imagen: Columbia Records.

Este 2022 se conmemora el quinto centenario de la muerte de Antonio de Nebrija (¡o de Nebrixa!) en toda la hispanidad. El humanista de Lebrija falleció el 2 de julio de 1522. Pero después de tanto tiempo, continuamos hablando de Nebrija. Será que nos gustan las palabras y las definiciones, y nuestro «gramático» —quien reclamó este apelativo para completar sus señas de identidad y además pidió expresamente que se le llamara Elio Antonio de Nebrija— elaboró la Grammatica latina hacia 1488, obra en principio marginal y extravagante, mal aceptada tanto por la reina Isabel (a pesar de habérsela encargado) como por Juan de Valdés y en cierta forma ninguneada hasta su publicación en 1492 (sin la parte latina) con el nombre de Gramática sobre la lengua castellana.

Nebrija, como se señala en la introducción a la obra de la editorial Alvi Books, se propone fundar un mundo nuevo sobre los pilares de las letras clásicas; el mismo escritor lo proclamó así argumentado que nos faltaba el conocimiento de la lengua, al tiempo que se planteó enmendar, entre otros, algunos errores de los que él llamaba medicastros, quienes confundían la úvula con la vulva —con perdón de nuestro insigne filólogo, el Diccionario de autoridades de 1739 todavía señala que la vulva es la matriz—. Hoy día se perpetúa el ingenio y actualidad de esta Gramática, su afán didáctico por la descripción del español como lengua extranjera. Alguien es «profeta» en su tierra. 

La letra x: Mariposas libres y Motomami World Tour  

Este 2022 es la gira mundial de Rosalía (¡o de Roxalía!), que empezó el 6 de julio. Rosalía, según Wikipedia, se llama Rosalía Vila Tobella, es cantante, compositora, productora y actriz española nacida el 25 de septiembre de 1992 (fecha confirmada por ella misma en entrevista del HuffPost el 12 de agosto de 2021). En este verano en llamas, la cantante quema ritmos con frases y compases antes de saltar a Europa y a América. Sus temas, palabras en anómala y feliz coexistencia. El mapa del territorio de la Rosalía, catalana por excelencia, podría ser ahora un flameante plato de DiverXO: la vanguardia encontrándose en el punto central de la vigesimoquinta letra del abecedario español. La bella consonante «se delinea abriendo el compás un grueso», como la describía Francisco Assensio y Mejorada en 1780. Fluye, atraviesa, se entrecruza, aglutina talentos.

Las confusiones gráficas y fónicas de la x han sido ampliamente referenciadas. A Nebrija, de hecho, le resultaba llamativa la pronunciación de la equis griega y así lo manifiesta en su lista de dieciséis Errores graecorum. En el español actual se utiliza para expresar dos sonidos consonánticos /k/ y /s/; pero en México, (ah, en Méjico) en algunas palabras de origen azteca, maya u otras puede conservarse una pronunciación arcaizante. En Rosalía, la x manifiesta lo «xondo», la incógnita de la ecuación, la relación entre lenguas, la búsqueda de la utopía; por eso las apunta en su antebrazo para el vídeo del tema «CUUUUuuuuuute»… como si fueran mariposa’ sueltas’utopía sin brecha…, manito…  keep it cute… so

La Rosi, que anda despechá  

Joan Didion hablaba de «pequeños detalles envueltos en rarezas». Motomami es la rareza envuelta en grandes detalles. Todo lenguaje es un desconocido. Pero a la gente le encanta la rareza, está en el aire que respiramos: Rosalía y el quinto centenario de Nebrija, tra tra. En plena canícula, la Rosalía lanza su despecho, indómito aguijón, se olvida la peluca y toa alocá’ se corta el propio pelo en alguno de sus conciertos, pero ninguno de los doce volantes de su bata de cola. No suelta prenda. La fan da fe. Fe de erratas que no de errores, diseño fantástico de los meses del año en la falda, «meneo» del tiempo a golpe de pierna y de cintura. Pura energía fría y caliente, contenida y desenfrenada, flamenca y clásica; recreo de TikTok y espectáculo, yeah-yeah-yeah-yeahFuck la fama (eh), fuck la faena (jaja). Juegos de palabras y arte anómalo que llenan el vacío del parón veraniego de aburridos lingüistas a sueldo. 

Las punzadas del idioma, las flechas, «el dardo en la palabra» del maestro Lázaro Carreter: atención al sonido, al color, a la imagen neurálgica. Vocalización. La gramática entre las uñas de la Rosi salta moteada de espinas doradas, párrafos punzantes. ¿Nuda vida?, esto no es vida; pero ¿qué es la vida? No me preguntes, que yo estoy ocupá’ olvidando tu’ male’.  

Impenetrable exuberancia del léxico heredado, el proceso creativo interviene en nuestra lengua, Rosalía da vueltas hasta que las palabras encajan, suenan perfectas, organizadas, subordinadas a su imagen, secas a veces, o apagadas y gradualmente brillantes. On fire. Por qué cantas, por qué escribes, por qué no te subes algún día a la tarima a explicar nuestro legado humanista. No te dejarían, una saturación de palmas te impediría expresarte. Por qué este álbum. Quizá imaginabas cosas, el sol de mediodía desde California, un recorrido por otra vida, camarones al río, tomatitos calientes, las grecas chispeando, los puentes alegóricos, una tierra baldía, una ciudad eterna en un futuro tortuoso. 

Motomami World Tour es como el video de Tik Tok estrenado hace poco, como La apagafuegos de Pablo Genovés que hay en mi salón. Técnica híbrida. Protesta en vernácula, zambullida en la tautología, la repetición, los recurrentes, la metáfora: cámaras en los ojos, en las uñas, en el talle. Asombro de Cante Xondo. Un río atraviesa toda la obra de Rosalía, su trayectoria musical quita la palabra para crear lo insólito. La novedad de esos diez minutos de pantalla barroca para TikTok son innovadores. Vanguardia, lengua madre, idioma, fraseología, discurso, dialecto, jerga, español, inglés, catalán de la abuela, frases sin verbo, verbo sin frases, frase como contenedor, como no-lugar, pedazos rebeldes de un paisaje de amor. 

Chica qué dices, saoko papi, saoko  

Saoko papi, saoko, repetición con tonos de voz diferentes que desplaza el sonido. ¡Sandunga! La Rosalía pone voces, imita a la joven, a la adulta, se mete de nuevo en el vientre materno para conocer a su papi, sí… saoko ¿sabor, ritmo, música, alegría, movimiento?, ¿bebida de coco? ¿Kokopapi? Robémosle al escritor GCI un título: «Delito por bailar el kokopapi». Papi, eres un coco estás para comerte, para beberte o para huir de ti, ¡que viene el coco! ¡Uy! cuando los cubitos de hielo ya no son hielo se congela uno… 

Qué hay en un nombre 

Como Nebrija —mucho antes de que naciéramos—, Pinker explica en El mundo de las palabras (2007) que para conocer un nombre hay que saber cuál es su sentido y no solo su referencia. Hay tres categorías para nombrar las cosas: los nombres naturales, como hielo, agua o verano; los artefactos, como la canción del verano, piña colada y motomami; y los nombres propios, como Elio, Rosalía o Motomami. Las funciones de estas categorías se alteran en el mundo de la cantante. Ella ha creado su marca y ha inventado nombres ligados a sus orígenes. Su abuela la inspiraba. Como una madre que bautiza a su hijo, pretende pasar un léxico propio a otras generaciones, navegar hacia el futuro. La referencia habrá cambiado con el paso del tiempo y quizá las nuevas generaciones no conozcan entonces la esencia de la cosa («en el nombre de rosa está la rosa»). Sin embargo, quedará la expresión: «es una Motomami»; y se sabrá que se habla de fuerza femenina o de una abuela especial con una gran potencia. Pero ¿qué digo?, el futuro ha llegado, estos significados ya están en la cabeza… a cada copia que ves, tú dale tu bendición y yo no quiero competir, si no hay comparación…

La necesidad de nombrar

Entonces miramos la web de Rosalía, sus canciones, su merchandising, sus colaboraciones, su cocina, su bata de cola, su ambición flamenca… La vemos en entrevista, revelando en un vídeo sus conceptos, «El diccionario de Rosalía explicado por la artista del 7 de julio de 2022» (Gianluca Battista en El país). Y allí dice que chucky es una palabra que le enseñó un amigo de la República Dominicana para expresar que alguien se siente con mucha energía, como a fuego. Pa’ti naki, claro, para ti nada solo chicken teriyaki. «Hentai» es sensualidad o sexualidad también lo más interesante, lo que no es explícito; al ser dibujado le parece muy sensual y bonito. Tra tra, en los tablaos flamencos las bailaoras jaleaban así, por eso lo escribió para incluirlo en el vocabulario universal de «Malamente». A palé, una expresión que refleja la sensación de hacer algo a lo grande, a la mente le venía la imagen de los palés —lo veo de otro modo, a palé es una de las expresiones más rebeldes de su legado: el ser humano visto como producto, en serie—. Sakura es la flor del cerezo, una flor bella que le encanta, duradera como algunos momentos en la vida. Motomami, una forma de sentirse, de estar en el mundo; una energía que todo el mundo puede poseer.  

El lebrijano a ca la Rosalía: yo me transformo 

Hace mucho que caducó la idea de que las mujeres no debían ni podían ser artistas. Ah, esos consejos que daba el psicoanalista de Anaïs Nin: la mujer neurótica cuando se cura se convierte en mujer, pero cuando el hombre neurótico se cura se convierte en artista. Para crear hay que destruir. Las mujeres son incapaces de destruir, escribe sarcástica Joan Russ.  

Destruir, construir, deconstruir. Términos que nos permiten celebrar el dispositivo Motomami, la gran sorpresa del año. Celebremos el MWT y los diez espléndidos minutos TikTok, pieza creada para ser visionada desde dispositivos móviles, cuyos contenidos cambian de orientación; recomiendan bloquear la orientación de la pantalla y sujetar el dispositivo con las dos manos… Goooo soy muy mía, yo me transformo… transformo las mariposas… yo me transformo… Pero tú, Elio, ¿me has olvidado?, no me has olvidado, no no no…

Que viva la lengua siempre, sujetemos con la fuerza de nuestras manos su futuro, consultemos los diccionarios multilingües con mucha atención para comprender mejor el mundo que nos toca con su varita mágica.

Rosalía Nebrija
Imagen: Columbia Records.

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6 Comments

  1. elreylagarto

    Por favor, dejad de reírle las gracias a esta chica.

  2. Lux Interior

    Este artículo no es más que un blanqueador de las letras inconexas de esta chiquita que canta en un idioma inventado, con el cual, por lo menos a mi, no me gana. Para la autora del artículo es un ejemplo de la ejemplaridad del ejemplar idioma español que ejemplifica la ejemplaridad (valga la redundancia) de su ejemplar música… y claro, empiezo por Nebrija para disfrazar un poco el artículito porque en realidad a la catalana no hay por donde cogerla.

  3. Roberto

    ¿Qué? La x representa los fonemas /k/ y /s/, pero xuntos en sílabas distintas: /k.s/ («sexo», «axial»). También representa /s/ en varios términos de origen griego («xerófilo», «xilófago»). Y representa /x/ en algunos nombres propios y sus derivados («mexicanismo», «texano», «Ximena»). Finalmente, representa /ʃ/ en algunos préstamos del náhuatl y otras lenguas ibéricas y mexicanas («Xunta», «axiote», «xolozcuintle»). Es decir, tiene 4 pronunciaciones posibles y es imposible saber cuál es la adecuada sin conocer la palabra.

  4. Milton K

    Las letras estas de la Rosi son como las caras que ponía el feo de los hermanos Calatrava en el 1 , 2, 3 , pues eso. Si todo viene ya de Cantinflas

  5. Rosalía es el resultado de la represión lingüística de la Generalidad Catalana, también llamada, «inmersión lingüística».
    Cuando prohíbes el español y educas íntegramente en catalán, la realidad siempre se acaba imponiendo.
    Motomami es más castizo-castellano, que lo que la barretina es para Cataluña.

  6. Pingback: De Nebrija a Rosalía: la lengua española on fire | Fundéu Guzmán Ariza

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