Música

Música para una nueva sociedad, John Cale

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John Cale, 1989: «He escrito canciones pop, las llamo así porque no existe otra palabra mejor. Esas cosas ya no me motivan. No me gusta la idea de que compongo canciones pop. Sanities en Music For A New Society no es simplemente una canción, es un movimiento dramático, como un monólogo» (1).

John Cale, 2003: «En Hobosapiens soy un trovador, no me importa el rollo clásico; utilizo toda mi energía en escribir canciones, no en componer los instrumentos de cuerda, por ejemplo. No soy un compositor clásico, de hecho empecé como un compositor avant-garde» (2).

Como puede verse en estas citas, Cale es un artista contradictorio; tan pronto ha sido capaz de construir canciones pop como de echar mano de la energía del rock, la serenidad de la música clásica o el carácter abrasivo de la música experimental; y también de renegar de cada uno de estos estilos para volver a ellos más tarde. Necesita estar siempre en movimiento para no caer en el aburrimiento o la repetición, lo que le resulta posible gracias a su eclecticismo y a su habilidad como productor.

El objeto de atención de este artículo es Music For a New Society, grabado en 1982, y al que hace referencia la primera cita. Quizá porque es el más singular de sus discos (resulta difícil encuadrarlo en un momento o en un estilo musical determinado) y no es muy conocido, pese a que recibió algunas de las mejores reseñas de su carrera: en este caso no cabe lamentar la miopía de la crítica; pero las ventas fueron mínimas y el mismo Cale sólo ha mantenido tres canciones del disco en su repertorio, Close Watch, Thoughtless Kind y Chinese Envoy (del resto no conozco interpretación alguna en directo, sólo una puntual de Sam, Risé y Rimsky Korsakov).

Lo cierto es que se trata de un disco al que resulta difícil acceder, tanto por su contenido como en un sentido material: está descatalogado, por lo que oírlo no es precisamente sencillo (o barato). Incluso obtener la descarga digital resulta complicado al haber denunciado Cale al sello que publicó el disco originalmente por no contar con su autorización para ofrecerla.

Pero el principal obstáculo es su mayor virtud: el contenido emocional del disco. Incluye algunas grandes canciones, bien interpretadas y grabadas, y experimentos interesantes. Sin embargo, su belleza y atractivo musical exigen un peaje que no todo el mundo está dispuesto a pagar: las melodías, los arreglos y la voz de Cale —junto a las letras que canta— respiran melancolía y dramatismo.

Alguien dijo que a la gente no le gusta la gente triste. Así que es fácil entender por qué Paris 1919, su obra más alegre y evocadora, siempre tendrá más partidarios que Music for a New Society; sin embargo, esta última ha adquirido el status de una obra de culto cada vez más apreciada con el paso del tiempo, fenómeno que Cale explica con estas palabras: «Quizá lo que la gente ve allí es el dolor que lleva implícito. A la gente le gusta mirar el sufrimiento. Yo solo tengo recuerdos dolorosos del disco; poco heroísmo puedes extraer de una situación similar. Creo que es una obra realmente apasionada, centrada en la humanidad de la gente, y de la que me siento orgulloso» (3).

Cale también afirma que no se trata de un disco autobiográfico, sino de un ejercicio mediante el cual mostrar como algunas personas se enfrentan a la adversidad, pero un análisis detallado muestra cómo al mismo tiempo dicho ejercicio permitió a Cale canalizar algunas de sus obsesiones personales.

Lo dejó claro en una entrevista para el semanario Melody Maker: «Fue como ser un actor del método. Una locura. Insufrible. Sencillamente me dejé ir. Se convirtió en una especie de terapia, un exorcismo personal. Las canciones tratan sobre todo del arrepentimiento y la fe erróneamente depositada».

Lo grabó en Nueva York a petición de Michael Zilka, director del sello Zé Records, que le sugirió la conveniencia de grabar un disco en solitario tras un par de discos de rock de alto voltaje con formación de grupo, Sabotage live y Honi Soit.

La producción corrió a cargo del mismo Cale, que prefirió un enfoque espontáneo, buscando trabajar los temas previamente para luego grabarlos en directo en una sola toma. Y en un tiempo mínimo, diez días. En unos comentarios realizados a la revista Mojo, Cale comentó que el álbum surgió como un intento de emular mediante un disco en solitario las producciones que realizó para Nico en los años setenta, especialmente Marble Index. La modelo y cantante alemana, que participó junto a Cale en el primer álbum de The Velvet Underground, sorprendió entonces a propios y extraños con una serie de discos (The Marble Index, Desert Shore, The End) donde su voz acompañada de un harmonio más las orquestaciones y arreglos heterodoxos de Cale mostraban un mundo sombrío y distante.

Cale sostiene que compuso las canciones de forma improvisada en el estudio (con la excepción de Close Watch, ya grabada en 1975, y Thoughtless Kind, inédita pero interpretada en directo ya en 1978). Como músicos adicionales aprovechó a los mismos ingenieros del estudio a la hora de aportar algunos detalles (4).

La autoproducción se traduce en un sonido minimalista, con los teclados y la voz de Cale en primer plano (5) y como elemento común. Luego lo que varía en cada tema es la participación puntual de otros instrumentos, tanto electrónicos (guitarras eléctricas, teclados digitales emulando piano, órgano o clavecín, etc) como acústicos (cítara, gaitas). Desaparece la clásica sección de ritmo con bajo y batería (6).

Más allá de la grabación realizada en pocos días se hace patente un elaborado trabajo posterior de los temas (con añadidos instrumentales y vocales), y la utilización de efectos de sonido como eco, reverberación y ruido para reflejar las turbulencias emocionales que pueblan las canciones. Según Cale, en algunos casos las modificaciones son tan radicales que las canciones pasan a ser difícilmente reconocibles. Es el caso de Sanities, que Cale reconoce como «demacrada» en su versión final; sin embargo, otras canciones reciben un tratamiento menos severo: especialmente Chinese Envoy, Close watch o If you were still around.

Finalmente Cale logra que el disco alcance un difícil equilibrio entre la mencionada experimentación y el clasicismo. Por clasicismo entiendo un sonido atemporal, cercano a la música clásica en la instrumentación pero más contemporáneo en el uso de la voz. Aparecen elementos de los lieder románticos, de himnos religiosos basados en el órgano, o de la música renacentista inglesa; incluso toma prestados fragmentos substanciales de dos piezas de Beethoven y Rimsky Korsakov.

Algo similar ocurre con las letras: si bien es cierto que a lo largo de su carrera Cale ha utilizado ocasionalmente en sus textos referencias literarias (7) e históricas, en este disco el componente literario se acentúa de un modo que tiene algo de postmoderno: combina temas propios del Romanticismo y el Expresionismo (enfermedad mental, nostalgia, angustia) con técnicas asociadas a la modernidad del siglo XX (alternancia de puntos de vista, saltos temporales, monólogo interior).

Asimismo, para evitar caer en el academicismo y por su forma de componer (suele dejar la escritura de los textos al final, incluso apurando los plazos), Cale emplea recursos como la escritura automática, el recuerdo de los sueños (como hizo en Hobosapiens) y la improvisación en el estudio. Eso hace que junto a frases memorables se encuentren otras sin pulir o de difícil interpretación; pero eso no supone un defecto para Cale, quien aprecia que sus textos puedan desconcertar al oyente.

Un ejemplo en Music for a New Society es la letra de Chinese envoy: ocasionalmente Cale ha señalado que la fuente de inspiración del texto es Qui sait? (¿Quien sabe?), uno de los últimos cuentos escritos por Guy de Maupassant. Pero tras leerlo uno se da cuenta que dicha inspiración directa se limita a un par de frases, las más crípticas. La influencia de Maupassant se advierte más bien a la hora de situarse en una encrucijada entre lo real y la psicología alterada del narrador. La prosa es tajante y económica, describe friamente algo que disloca la realidad. En ese sentido, recuerda a Ambrose Bierce y a algunos surrealistas.

En su autobiografía What’s Welsh for Zen Cale menciona lo siguiente: «Todos los personajes en esas canciones han perdido algo (…) Todas las canciones tratan de distintas circunstancias que desgraciadamente dejan aislado al personaje central (…) me convertí en ese personaje para explorar los conflictos en su interior. La gente suele ser más interesante por los conflictos que vive» (8).

Cabe preguntarse entonces: ¿qué han perdido esos personajes?

Cale hace referencia a varios elementos cuya ausencia provoca insatisfacción y desequilibrio: el amor, la cordura, la autoestima, vivencias pasadas…

Dos canciones del disco forman un díptico que muestra otras tantas reacciones ante el fin de una relación amorosa: la desolación de la pérdida y el odio hacia el otro.

(I Keep a) Close Watch ya había sido grabada por Cale unos siete años antes, en el disco Helen of Troy, en una versión muy distinta. He leído en varios artículos que la canción estaba pensada para Frank Sinatra y que éste la rechazó; no sé si es cierto, aunque pensando en el registro de Sinatra en discos como In the wee small hours, No one cares o Only the lonely una canción de ese tipo encajaría bastante bien. Pero en los años 70 Sinatra había abandonado ya ese estilo un tanto masoquista que le definió unos veinte años antes. Cale reinterpreta la canción despojándola de los ampulosos arreglos de cuerda y metal de la primera versión (que chocaban con una interpretación vocal y una melodía intimistas) y le otorga un aire sencillo y emotivo: piano y voz al frente, con apuntes de percusión, teclados y cítara. La letra se acerca a los clichés románticos habituales en este tipo de canciones de amor perdido («Aún oigo tu voz de noche/cuando apago la luz/e intento tranquilizarme/pero no puedo hacer nada/porque no puedo vivir sin ti/de ningún modo») aunque la interpretacion de Cale consigue hacerlos creíbles (9).

If You Were Still Around parece seguir el mismo camino que Close watch; la letra empieza así: «Si aún estuvieras por aquí/ te abrazaría». Hasta que leí el resto, daba por sentado (escuchando la frágil voz de Cale, acompañado tan solo de un solemne órgano) que se trataba de un lamento romántico. Pero la letra continúa con pasajes como éste: «te sacudiría por las rodillas/soplaría fuerte en tus oidos/si aún estuvieras aquí» (…) «te giraría de cara al viento/doblando tu espinazo sobre mi rodilla/masticaría tu cabeza por detrás/hasta que abrieras tu boca/a esta vida». El hilo de voz con el que canta Cale hace pensar que esas amenazas no son mas que bravatas patéticas, sin embargo la ambigüedad permanece. En cualquier caso, es otra gran canción basada en el contraste entre la interpretación vocal y el sentido de la letra.

La nostalgia por un pasado perdido asoma en tres canciones. Parece plausible deducir que dos hacen referencia indirecta a su infancia en Gales y una a su juventud en Nueva York.

En la edición original de Music for a New Society, aparecía un título llamado Mama’s Song, en realidad una especie de coda instrumental de menos de un minuto interpretada con gaita. Pero se trata de una versión fragmentaria: la original incluía la voz de la madre de John Cale (grabada via telefónica) cantando una canción tradicional galesa llamada Ar Lan Y Mor (En la orilla del mar) (10). John Cale suprimió la voz de su madre cuando esta cayó enferma e incluso el titulo del tema en los créditos de la reedición en CD de 1994.

El titulo Risé, Sam And Rimsky-Korsakov ya lo dice todo: se trata de un texto de Sam Shepard (11) recitado por Risé, entonces mujer de John Cale, sobre el fondo de una pieza de Rimsky-Korsakov (el tercer movimiento «allegro» de su concierto para piano en do sostenido). Cale se limita a escoger las piezas y ordenar el collage.

La letra habla de un guitarrista obsesionado por el sonido de la radio, una fascinación compartida por Cale en su infancia tal y como explica en su autobiografía, en la que destaca la importancia de la escucha de las transmisiones del Third Programme de la BBC.

Thoughtless Kind muestra otro monólogo interior, que recuerda las amistades y el comportamiento impulsivo del pasado (12) de forma nostálgica: «los mejores tiempos, los inconscientes», canta. En 1982 Cale todavía ligaba el uso de las drogas a la creatividad, aunque las risas inquietantes que acompañan la voz de Cale en la canción no hacen pensar precisamente en una aprobación entusiasta. Tampoco las referencias en Changes Made a la necesidad de realizar cambios.

Dos canciones nos muestran a personajes desequilibrados en forma diversa, uno pierde la cordura y termina por matar, otro sufre alucinaciones. Cale substituye la narración lineal por un puzzle; aventurar un argumento supone arriesgarse, ya que dar sentido a lo que cuenta Cale es complicado. De todos modos, propongo esta interpretación:

Taking Your Life In Your Hands empieza con la despedida de una madre a sus hijos. A medida que la canción avanza suponemos que la madre ha sido detenida por cometer varios asesinatos. No queda claro quienes son las víctimas, quizá sus propios hijos (con una excepción, ya que una hija suya también toma la palabra). Cale ha reconocido en una entrevista que dicha ambigüedad es intencionada. Musicalmente, la canción adopta un carácter solemne cercano al himno religioso.

En Sanities la relación madre-hija también aparece. La mujer que protagoniza la canción sufre por haber sido anulada por su madre, quien la ha estigmatizado tratándola como una fracasada, por lo que sufre alucinaciones en las que oye coros angelicales; Cale ha descrito la canción como una historia de espías recitada, y algo de eso parece haber en los últimos versos, en los que la protagonista es objeto de una búsqueda nocturna, hasta que es localizada. Entonces evoca una lista de ciudades, que forman parte de un mundo «más fuerte y afectuoso/en el que morir». La música refleja el carácter visionario de la historia, con partes atonales y un ritmo desencajado, en el que solo la voz consigue dar una cierta unidad al conjunto en medio de una fuerte sensación de zozobra.

Restan dos canciones más en el disco original, otros retratos de mujer, una vulnerable y otra fuerte (por cierto, cuando Cale utiliza un narrador omnisciente éste siempre nos habla en tercera persona de personajes femeninos (13) ; cuando recurre a la primera persona encontramos una voz indeterminada que nos comunica sus pensamientos).

La protagonista de Broken Bird destaca por su carácter hipersensible: «Como un pájaro roto/con las alas rotas/siente cada maldita cosa que la rodea/y nada a la luz del día podría ver como/su felicidad se desvaneció/con la noche». La canción empieza como una balada pero coge empuje en el estribillo, con Cale tocando acordes al unísono en el piano. Con otra producción y letra podría acercarse al pop orquestal de Paris 1919.

Damn Life comparte una formula similar; empieza citando de forma lánguida el Himno a la alegría de Beethoven, lo que no deja de ser bastante irónico al servir de fondo musical a una letra amarga y desesperanzada: «maldita vida/¿que valor tiene?/maldita vida/(…)/te comerán vivo/beberán el sudor de tu frente/comiendo la sal de la tierra que jamás conocerás». Luego una sección repetitiva (que recuerda piezas de la Velvet Underground como Waiting for my man o Heroin) aumenta la intensidad. A diferencia de Broken bird, aparece una protagonista con más recursos frente a las dificultades: «Ella era la que se quedó atrás/la que se perdió/nunca tomó de nadie/autosuficiente a cualquier precio/no, nada puede romper mi corazón/permanece invencible/siempre obtienes lo que dejaste atrás/busca y encontrarás/maldita vida».

Por último, In The Library of Force corresponde a las sesiones de grabación del disco pero no apareció en su versión inicial; tuvieron que pasar 11 años para que fuera editada como tema extra en su reedición en CD. La letra propone una pesimista reflexión sobre la violencia a lo largo de la historia de la humanidad: «Matamos en este mundo/vivimos en él/luego sonreíste arrastrándote mientras tus casas ardían por Dios/los libros reptan desde las estanterías/se leen a si mismos para ti/en la biblioteca de la Fuerza». Es el momento más desquiciado del disco, lleva el sonido de Sanities al límite.

Epílogo con imágenes

En el periodo posterior a la edición de Music for a new society, Cale se sumergió aún más en la adicción a la cocaína y el alcohol, lo que llegó a afectar su música y su imagen. Pero en 1983 todavía mantenía la compostura, como puede verse en esta matizada y sobria interpretación de Chinese envoy:

Poco tiempo después Cale creó un personaje inquietante vestido de negro que a menudo gritaba más que cantaba y que mostraba un comportamiento excéntrico en escena. Puedes verlo en el video de su concierto en el Rockpalast (1984) recientemente editado en DVD, y en bastantes momentos del especial que la televisión catalana le dedicó en 1985 (14).

Ese periodo excesivo también aparece reflejado en el libro que James Young dedicó a narrar su experiencia como músico de Nico en los ochenta (Songs they never play on the radio), y en el que Cale aparece como personaje secundario.

Afortunadamente el nacimiento de su hija en 1987 le hizo centrarse y abandonar sus adicciones; hace un par de años presentó un programa para la BBC de Gales sobre los problemas derivados del consumo de drogas en general y la heroína en particular por los jóvenes galeses. En el mismo, Cale hablaba con franqueza admitiendo que estas le hicieron perder todo sentido de la medida y afectaron negativamente su creatividad. Resulta especialmente impactante ver la imagen reciente de Cale mirándose a si mismo 25 años antes en una secuencia del ya mencionado concierto del Rockpalast (15).

En 2012 John Cale publicará un nuevo disco; quizá podría conmemorar al mismo tiempo el trigésimo aniversario de su obra más visceral poniéndola nuevamente a disposición del público.

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NOTAS

(1) Bloodied but Unbowed. Revista Musician nº 126, abril de 1989.

(2) revista Ruta 66 nº199, noviembre de 2003.

(3) Revista Uncut nº 73, abril de 2003

(4) Los únicos músicos invitados con una cierta trayectoria conocida son Alan Lanier, guitarrista de Blue Oyster Cult, y Chris Spedding, con el que ya había colaborado anteriormente.

(5) «Todo está anclado en la voz, de la que estaba realmente orgulloso; la voz está expuesta, no está escondida». (What’s Welsh For Zen, página 198).

(6) Con una excepción, que pasa a constituir un cuerpo extraño: Changes made, un tema rock poco distinguido que no aporta gran cosa al disco, rompe su continuidad y más bien responde a presiones de la discográfica (John Cale no queria incluirlo) para tener al menos un single al que agarrarse. Sin embargo, la letra sí encaja en el conjunto.

(7) A lo largo de su carrera John Cale ha realizado adaptaciones musicales de textos de Dylan Thomas, Sam Shepard y Robbe-Grillet. También ha hecho referencia a Graham Greene, o a obras de Shakespeare.

(8) What’s Welsh for Zen, página 198.

(9) La letra en el estribillo («I keep a close watch on this heart of mine/mantengo una vigilancia estrecha sobre mi corazón») es un explícito homenaje a Johnny Cash (es la frase que abre su clásico I Walk the Line).

El siguiente vídeo muestra una interpretación en directo de la canción: quizá no sea la mejor versión en directo posible, pero sí permite apreciar el enfoque minimalista de Cale; los músicos de acompañamiento muestran una contención inusual, interviniendo en momentos puntuales.

(10) Posteriormente grabó su propia versión con voz y piano para el documental sobre Gales Dal: Yma/Nawr (Aún:nAquí/Ahora), dirigido por Marc Evans en 2003; es otra muestra de su reencuentro con su tierra de origen, que ha continuado recientemente con su proyecto artístico para la última Bienal de Venecia.

(11) La presencia del texto se explica por la colaboración entre ambos en esa época en la obra de Shepard The sad lament of Pecos Bill on the eve of killing his wife.

Existe una versión en directo que coincide en el texto pero no en el acompañamiento instrumental, en el que Cale substtuye la música de Rimsky Korsakov por una pieza propia:

(12) En su autobiografia hizo referencia a que la letra estaba basada en sus recuerdos de la época pasada en The Velvet Underground. En este fragmento del monográfico que The South Bank Show dedicó al grupo, se subraya dicha relación en paralelo con la interpretación en directo de Cale.

13) La excepción es la letra escrita por Sam Shepard, donde el protagonista es un hombre.

(14) Programa Estoc de Pop número 64, dirigido por Manuel Huerga, quien unos años después dirigiría Antártida, cuyo título se basa en la canción Antarctica starts here y donde aparece el propio John Cale.

(15) Video BBC Wales

 

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8 Comments

  1. Gran artículo, gracias!

  2. Pingback: Música para una nueva sociedad, John Cale

  3. raquel

    Ferre no lleva tilde. Y sigue habiendo erratas.
    Pero no me paro ahora.
    http://www.heraldicapellido.com/F3/Ferre.htm

  4. Gracias por el artìculo. Compré este vinilo en su momento (ya voy para viejo) y siempre ha sido uno de mis favoritos.Pero también pensaba que era el ùnico ‘colgao’ del mundo que lo escuchaba y apreciaba, Hoy he visto que no. Otra vez gracias.

  5. Pingback: Jot Down Cultural Magazine | Hic sunt dracones

  6. carlos

    gracias por el articulo porque soy un gran fan de John Cale (tambien le he visto dos veces en concierto) pero no se porque pensaba que Music for a New Society estaba considerado como uno de sus discos malos, y nunca lo escuche, voy a ver si lo tienen en Itunes
    gracias !!
    por cierto: recomendabilisimo el EP animal justice, y ese si que es dificil de encontrara

  7. Pingback: In memoriam: J.J. Cale

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