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Novak Djokovic, Naomi Osaka y lo mejor que nos dejó el Australian Open 2019

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Open de Australia 2019. Fotografía: Cordon.

Tres sets y ocho juegos ganados por parte del perdedor. Hay que remontarse a la humillante final de Roland Garros 2008, en la que Federer solo le pudo hacer cuatro a Rafa Nadal, para buscar una comparación en finales de Grand Slam entre el llamado «Big Three». Si hace menos de un año Djokovic estaba pensando en retirarse al menos una temporada, y descansar el codo malherido, ahora está a un torneo de repetir la hazaña de 2015-2016 y ganar los cuatro grandes de forma consecutiva.

Es la suya una enorme historia de superación, como la es la del propio Rafa Nadal, que se presentó en Melbourne con un partido de exhibición como todo bagaje competitivo en los últimos cuatro meses. Nada, en cualquier caso, comparado con lo de Petra Kvitova, quien hace dos años fue apuñalada salvajemente en su casa y vio cómo la mano izquierda —es zurda— le quedaba destrozada, sin apenas posibilidades de regresar al circuito. El Open de Australia 2019 nos ha dejado muchos detalles que pueden invitar a pensar en épica, remontada y cambios… pero en realidad ha sido más de lo mismo. La historia de un estancamiento masivo del que solo se salva la campeona femenina, Naomi Osaka, a la sazón nueva número uno del mundo.

Vayamos con los detalles…

1. Quince títulos de Grand Slam ya para Novak Djokovic, siete de ellos en Australia. A dos de Nadal y a cinco de Federer. No tengo claro que esa estadística sea la única válida para determinar al mejor jugador de esta generación, pero desde luego es indicativa. Más me impresiona el hecho de que a esos quince grandes, Novak sume triunfos en los nueve Masters 1000, en las ATP World Tour Finals y en la Copa Davis, además de un registro personal favorable con sus dos grandes rivales. Salvo la medalla de oro olímpica lo tiene absolutamente todo. Lo de este domingo fue una exhibición de saque, resto, derecha y revés. Es cierto que tuvo enfrente a una versión disminuida de Nadal, pero cuando juega así es imparable: no deja ni un resquicio al rival ni a su hinchada.

2. La victoria en la final la cimentó desde el saque. En todo el primer set cedió un punto y en el último juego. En el segundo, la cifra aumentó a cinco, aunque sin enfrentar bolas de break, y solo en el tercero se vio más apurado, entre otras cosas porque Nadal decidió jugársela al todo o nada en varias ocasiones. Aun así, la única bola de break que concedió en todo el partido la solventó con facilidad y cuando el partido ya estaba muy a su favor. Todo esto ante uno de los mejores restadores de la historia. Por su parte, el servicio de Nadal fue casi siempre un regalo. No tanto por el saque en sí sino por los golpes de continuación: derechas o reveses que casi nunca eran definitivos, a diferencia de lo que habíamos visto durante toda la semana.

3. Como habrán leído ya en muchos sitios, son ya diecisiete los sets consecutivos que Djokovic le ha ganado a Nadal en pista dura desde la final del US Open 2013. En total, el serbio se ha llevado trece de los últimos dieciséis partidos entre ambos en todas las superficies. Obviamente, es un dato preocupante para el español. Si el resto de grandes títulos a lo largo de los próximos años se los van a seguir repartiendo entre ellos dos y Federer, las perspectivas para el serbio son inmejorables: ninguno le tose en la superficie más utilizada con diferencia a lo largo de la temporada. Con todo, y aunque no tenga ninguna evidencia que apoye mi argumento, sigo pensando que no va a haber otra «era Djokovic» que dure dos, tres o cuatro años, hasta los treinta y cinco. Quizá no es más que un acto de wishful thinking pero me resisto a ver a estos dos mismos tenistas en la final de Wimbledon o de Roland Garros o del US Open en 2022, cuando sumen setenta años entre ambos. Las dos sorprendentes derrotas de Djokovic en la final de París –ante Khachanov– y en la final de Londres —ante Zverev— apuntaban a algo parecido al relevo… pero ahí ha quedado de momento la cosa.

4. De hecho, no hay nada más desesperanzador para el circuito que el hecho de ver que Nadal, sin competir desde septiembre y que había tenido que renunciar a Brisbane por molestias físicas, haya llegado a la final y lo haya hecho sin ceder un set ni perder el servicio en todo el torneo. Ahora mismo, la superioridad del número uno y el número dos del mundo sobre todos los demás es tal que, a medio gas, como se ha demostrado en la final, Rafa solo tuvo que disputar un tie-break en seis partidos. Puede que su cuadro no fuera el más duro posible, pero ahí estaba Álex de Miñaur, reciente ganador en Sídney; estaba Tomas Berdych, que parecía en gran forma, y estaban Frances Tiafoe y Stefanos Tsisipas, otros dos ilustres miembros de la «next gen». No le hicieron ni cosquillas y se ve que bastaba con buscárselas con un poco de fe.

5. Quizá es eso lo que falta a esta generación: fe. No lo sé. Tsisipas la tuvo para ganarle a Federer y tanto Khachanov como Zverev —lo acabamos de decir— la tuvieron al mejor de tres sets el año pasado para ganarle a Djokovic… pero el caso es que Nadal no les dio ni una sola opción. Muchos se apresuraron a decir que era «el mejor Rafa de la historia en pista dura» pero eso era imposible. Nadie se pasa lesionado tanto tiempo, se retira por precaución de un torneo y, de la nada, juega el mejor tenis de su carrera. Ni siquiera Federer, pese a ganar en 2017 después de seis meses de parón. En aquella ocasión, al menos el suizo jugó la Hopman Cup entera y tuvo que sufrir como un perro en tres agónicos partidos a cinco sets.

6. En cualquier caso, el resultado para Nadal es excelente, por mucho que Djokovic se le acerque en la famosa lista de grand slams y se aleje en la clasificación ATP. Después de cada lesión de este tipo y más conforme avanzan los años —cumplirá treinta y tres en junio—, vuelven los rumores acerca de su recuperación y una vez tras otra, ahí está Rafa para demostrar por qué lleva catorce años entre los diez primeros del mundo. Simplemente, este no era su torneo. No para ganarlo, al menos. Es su cuarta final perdida en Australia, lo que choca especialmente teniendo en cuenta que entre los otros tres grandes tan solo ha perdido otras cuatro.

7. Vamos ya con el resto de mortales y empecemos por el doble defensor del título, Roger Federer. Claramente, ha perdido comba. No ya contra Rafa y Novak —con los tres en su esplendor hace años que Federer es el tercero en discordia— sino con el resto de competidores. No tengo claro dónde está el problema porque físicamente no parece especialmente lento, así que no tiene por qué ser una cuestión de edad. Sus derrotas en los últimos tres slams —todas ellas antes de semifinales— han seguido un patrón parecido: empieza jugando de maravilla, desaprovecha varios puntos clave y de repente se viene abajo sin voluntad alguna de remontada. Cuando Roger se hunde, se hunde con todo, no hay matices. Contra Tsisipas fue muy superior en el primer set y bastante superior en el segundo. Dispuso de diez bolas de break y las perdió absolutamente todas. Cuando vio que el griego le igualaba el partido en el segundo tie-break, en vez de tirar de jerarquía, se dejó llevar por sus demonios.

8. Ahora bien, eso aún puede cambiar. Por supuesto, el adiós de Federer está mucho más cerca que lejos. Dudo que sea esta temporada porque los Juegos de Tokio 2020 están ahí y no creo que Roger quiera renunciar a una quinta cita olímpica como ya tuvo que hacerlo en Río por lesión. Mientras tanto, debe seguir al acecho. No le veo opciones serias contra Djokovic o Nadal —salvo quizá contra el segundo en hierba— pero si los dos salen de su camino, Roger siempre será Roger. No le enterremos hasta que él decida meterse en el ataúd.

9. Las dos grandes noticias del cuadro masculino han sido, por supuesto, Lucas Pouille y Stefanos Tsisipas, dos veinteañeros que llegaron a semifinales. Todo un acontecimiento. Lo de Pouille fue aún más sorprendente, teniendo en cuenta su pésimo 2018 y la irregularidad que le caracteriza. Tirando de un servicio excelente, fue pasando rondas hasta que se encontró con Djokovic en las semifinales… donde solo pudo hacerle cuatro juegos. Supongo que ver que Nadal solo le hacía ocho en la final, le hará sentir mejor.

10. En cuanto a Tsisipas, apunta alto. No sé qué quiere decir eso en este circuito tan mediocre, pero ha demostrado que puede jugar bien en tierra batida y en pista dura y se va a instalar entre los diez primeros del mundo durante algún tiempo. Con veinte años recién cumplidos no se le puede pedir más. Le ganó a Federer sin complejo alguno y naufragó tácticamente ante Nadal, que le hundió a base de bolas altas al revés a una mano. Sus declaraciones pospartido: «No sé cómo Federer le ha podido ganar más de diez veces» lo dicen todo del naufragio. La buena noticia para Stefanos es que su esplendor debería coincidir con la retirada de Rafa y ahí, sobre todo en tierra batida, se abre un hueco descomunal.

11. Otra historia positiva del torneo fue la «resurrección» de Roberto Bautista y Pablo Carreño. Es sorprendente que a estas alturas de su carrera, Bautista debute en los cuartos de final de un gran torneo, pero nunca es tarde si la dicha es buena. Derrotó a grandes rivales como Marin Cilic en un partido épico y corroboró lo visto en Doha, donde fue capaz de ganar a Wawrinka, Djokovic —sí, el mismo del que hablábamos antes— y Berdych antes de hacerse con el título. En cuanto a Carreño, ocurre como con Pouille: absolutamente nadie le esperaba en octavos y aun así consiguió filtrarse con buenas dosis de sufrimiento. En esa ronda perdió ante Nishikori, no sin antes dejar uno de los momentos del campeonato.

12. Pongámonos en situación: después de un 2018 para olvidar, Carreño llega a octavos de final de Australia y le gana los dos primeros sets a Kei Nishikori. La cosa parece hecha pero se complica: desaprovecha un break a favor en el tercero y acaba cediéndolo en la muerte súbita. Pierde el cuarto sin ofrecer demasiada resistencia y en el quinto cede su servicio nada más empezar, dejando que Nishikori saque para culminar la resistencia… pero, de repente, Carreño saca su mejor tenis, rompe al japonés y consigue forzar el llamado «super tie-break» del quinto set, al mejor de diez puntos. No solo eso, sino que se adelanta 8-5, una diferencia prácticamente imposible de remontar. Y entonces, pasa lo que han visto en el vídeo. Una decisión polémica, un jugador que se va completamente del partido y cinco puntos que van pasando uno tras otro al marcador del nipón, entre la desesperación y los insultos de su rival. En la siguiente ronda, Nishikori, para seguir su tradición, se retiraría.

13. Por cierto, a esto del «super tie-break» habrá que acostumbrarse. De momento, a mí se me hace corto. Entiendo que no tiene sentido llegar al 70-68 pero ponerse a ello en el 6-6 me resulta precipitado. Tal vez podrían esperarse al 10-10 y no pasaría nada. En cualquier caso, si los jugadores lo prefieren, no hay mucho que discutir.

14. Españoles: aparte de Bautista, Nadal y Carreño, Verdasco tuvo momentos de verdadera brillantez en el que es su Grand Slam favorito y se quedó a un punto de ganar a Marin Cilic en tercera ronda. El problema, en términos de relevo, es que Verdasco tiene treinta y cinco años. De los jovencitos, aún no se sabe nada, aunque se sabrá: Jaume Munar  —que ya no es tan jovencito a sus veintiún años— se retiró en primera ronda después de perder dos tie-breaks con Fabio Fognini, mientras que Nicola Kuhn y Alejandro Davidovich se quedaron en la segunda ronda clasificatoria. En cualquier caso, seguimos creyendo.

15. Si la «next gen» como concepto y a excepción de Tsisipas ha sido la gran decepción del torneo, nadie encarna mejor esa decepción que Alexander Zverev. Lo del alemán es incomprensible: es capaz de ganar a los mejores y jugar como los ángeles en torneos tan importantes como los Masters 1000 o las mismísimas World Tour Finals… pero se viene abajo lamentablemente en cada Grand Slam. Y, sinceramente, si no eres capaz de cambiar eso ni con Ivan Lendl como entrenador, tienes un problema muy serio. Lendl consiguió cambiar la mentalidad de Murray y puede que lo consiga con Zverev, pero el camino se nos está haciendo largo. Está claro que el chico no está para competir de tú a tú con Djokovic o Nadal al mejor de cinco sets, pero entre eso y perder contra Raonic en tres mangas (1-6, 1-6 las dos primeras) tiene que haber un punto medio.

16- Por cierto, hay que hablar de Murray. Qué difícil es evaluar su carrera. Se retirará después de Wimbledon —puede que antes, acabó su partido de primera ronda contra Bautista en Australia hecho unos zorros— con solo tres Grand Slams en su carrera. Los mismos que Wawrinka. Y, con todo, ha sido un jugador descomunal y un verdadero ejemplo fuera de la pista, destacando por su sensibilidad en torno al sexismo en el tenis. No en vano, eligió a Amélie Mauresmo como entrenadora cuando su carrera necesitaba un nuevo giro. Ha sido finalista en todos los grandes, ha ganado una pila de torneos, ha sido campeón olímpico dos veces… y aun así, ni siquiera su fugaz paso por el número uno, evitará que, con los años, el famoso «big four» quede para la historia como un «big three con acompañantes». Sobreviviente de la tragedia de Dunblane, cuando un loco entró en su colegio y mató a dieciséis niños, el escocés ha estado siempre rodeado por ese aura de maldito e inconformista, incapaz de agradar a tanta gente que estaba empeñada en ser agradada por él. Confiemos en que pueda estar en Wimbledon y que reciba la ovación que se merece en la pista central.

17. Último apunte masculino: Alex de Miñaur, el australiano de origen vasco, tiene «pintaza». Vale que contra Nadal no pudo hacer nada y que quizá no es lo más sensato afrontar un Grand Slam jugando nueve partidos en dos semanas… pero a los diecinueve años este chico parece cosa seria, igual que Shapovalov, que al menos cayó en tercera ronda sacándole un set a Djokovic, es decir, con algo de dignidad. No se puede decir lo mismo de Karen Khachanov, otra gran decepción que se nos pasará pronto.

18. Pasemos al cuadro femenino y empecemos loando justamente a la campeona: Naomi Osaka. No es solo su talento, sino su capacidad para lidiar con situaciones críticas. Ganó el US Open derrotando en la final a Serena Williams en medio del abucheo de toda la pista central y casi entre lágrimas. En su siguiente grande repite título después de recuperarse de una de esas situaciones que marcan una carrera: Osaka tuvo un 7-6, 5-3 y 0-40 a su favor sobre el servicio de Kvitova y no solo desperdició las tres bolas de partido sino que perdió su servicio dos veces más en el set y acabó teniendo que irse a un tercero. Cualquier otra jugadora —más a los veintiún años— se habría venido abajo, pero a los tres juegos ya volvía a estar break arriba y esta vez ya no dio más opciones.

19. La alegría de Osaka fue la decepción de Kvitova, pero, ¡qué torneo el de la checa! Se plantó en la final sin perder un solo set gracias a un cuadro bastante favorable y se agarró a esa final como se agarró a la vida en diciembre de 2015. Hablamos de un ataque cuyas secuelas físicas y mentales acabarían con cualquiera de nosotros y Petra ahí está, luchando por volver a ser la mejor del mundo, como cuando ganaba Wimbledons e impresionaba con su juego de ataque. Se ha quedado a un paso de un nuevo grande y de recuperar el número uno, pero ha demostrado de qué material está hecha. Esperemos que haya más oportunidades.

20. Si lo de Kvitova fue una sorpresa —relativa, pues no dejaba de ser la cabeza de serie número seis—, no sé cómo calificar lo de Daniele Collins, su rival en semifinales. La estadounidense, número 35 del mundo, consiguió superar a Caroline García y Angelique Kerber para lograr su mejor resultado en un slam. Aún tuvo energía para aguantarle un set a Kvitova (llegó a estar break arriba) pero se vino abajo en el segundo. Hablamos de alguien que venía de caer en primera ronda de Sidney tras pasar por la ronda clasificatoria.

21. Si Kvitova y Collins fueron las sorpresas, Karolina Pliskova fue la gran «aguafiestas». Todo el mundo soñaba con un nuevo enfrentamiento entre Naomi Osaka y Serena Williams después de lo que pasó en Nueva York, pero la mala suerte se cebó con la estadounidense. Sin quitar méritos a una gran jugadora como es Pliskova, solo la desgracia en forma de «falta de pie» y lesión en el tobillo pueden lograr que Serena pase de ganar 5-1 en el tercer set y disponer de cuatro pelotas de partido a acabar arrastrándose y perdiendo 5-7. El récord de la homófoba Margaret Court-Smith sigue a un grande de distancia pero se está haciendo rogar. Y Serena, como Roger, va para treinta y ocho este año. Aunque apenas se note.

22. Garbiñe Muguruza. ¿Qué hacemos con Garbiñe Muguruza? Yo sigo pensando que tiene otro slam en su raqueta y que, en cualquier caso, habiendo ganado dos y sido número uno del mundo, pues ni tan mal. Su torneo fue anodino, como casi todo lo que viene haciendo últimamente. Muy por debajo de su talento. Protagonizó como anécdota el partido con comienzo más tardío de la historia del Grand Slam —pasada la medianoche ante Johanna Konta— para acabar cayendo en la siguiente ronda ante la propia Pliskova sin ofrecer demasiada resistencia. Al menos, esta vez no hubo imágenes de discordia con su entrenador.

23. Quien se presentó sin entrenador en Melbourne fue Simona Halep. Ella misma se ocupó en autodescartarse para el título con tanta insistencia que empezó a resultar sospechoso. Sin embargo, tenía razón: parece que su juego no es el mismo y la ex número uno del mundo cayó en octavos ante Serena Williams perdiendo de paso su trono. Le hizo sudar a la estadounidense, eso sí, justo dos días después de derrotar a su hermana Venus, ganadora de este torneo… en 2003.

24. En cuanto al resto del tenis femenino español y confirmado el bajón anímico y físico de Carla Suárez, que volvió a quedarse en segunda ronda, destaca la presencia de la ganadora del Roland Garros junior de 2015, Paula Badosa. Entre lesiones y diversos problemas, a Badosa le está costando llegar. Tanto que esta fue su primera participación en un Grand Slam y perdió en primera ronda. La buena noticia es que aprovechó la segunda semana para quedarse en Australia, disputar un torneo ITF y llegar a la final. Debería al menos ser fija en los grandes cuadros; a partir de ahí, el nivel del circuito WTA es tan alto y tan variado, que es difícil pronosticar.

25. Vamos con el resto de ganadores: los franceses Herbert y Mahut completaron su Grand Slam particular al hacerse con el torneo de dobles masculinos. Por el camino, eliminaron a los hermanos Bryan, de vuelta al circuito como pareja tras casi un año de lesión de Bob. Teniendo en cuenta los excelentes resultados que cosechó Mike con Jack Sock el año pasado —ganaron Wimbledon, el US Open y las World Tour Finals— el hecho de esperar pacientemente a su hermano y seguir adelante con su carrera en común cuando ambos están ya en los cuarenta dice mucho de él. El doble femenino fue, sorprendentemente, para la pareja Sam StosurZhang Shuai, lo que quiere decir que por fin Stosur puede presumir de ser campeona del Abierto de su país después de más de una década intentándolo en individuales. Los mixtos fueron para la excelsa doblista Barbora Krejcikova y el bombardero estadounidense Rajeev Ram.

26. Por último, repasemos los ganadores de los torneos junior, por si algún año de estos —¿2025, 2030…?— consiguen tomar el relevo de Djokovic y Nadal. Ya sin Chun Hsin Tseng como gran dominador, el torneo masculino lo ganó el italiano Lorenzo Musetti, del que se hablan maravillas, y que tuvo que salvar dos bolas de partido antes de imponerse al estadounidense Emilio Nava por 14-12 en el tie-break definitivo. El femenino fue también a manos de la cabeza de serie número uno, en este caso la danesa Clara Tauson, que derrotó en la final a la canadiense Leylah Annie Fernández.

Nos vemos en cuatro meses y medio en Roland Garros, donde no es de prever otra final que no sea un nuevo Nadal- Djokovic… aunque ahí, desde luego, el serbio no lo tendrá tan fácil.

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23 Comentarios

  1. Yo he sido jugador a nivel regional y nacional, sigo jugando y he visto y veo mucho tenis. Llevo diciendo desde hace un tiempo, y lo del domingo no es sino otra confirmación, que Djokovic es el mejor tenista de la historia. Y digo bien, es, porque como bien se desliza en el artículo, yo tampoco creo que el número de grand slams sea el parámetro principal para calibrar la dimensión de los jugadores. ¿Es más difícil ganar los 4 grandes o los 9 masters 1000, hito que alcanzó el serbio el año pasado y que nadie hasta entonces (por algo será) había conseguido? Cuando digo que hace tiempo que creo que es el mejor me remito al período 2011-2016, donde nadie ha ejercido un dominio tan apabullante contra todos los rivales y en todas las superficies. Solo hay que recordar cómo Nadal sufría en tierra cada vez que jugaba con él. Luego podemos añadir el head-to-head con el balear y Federer, su mayor juventud, su chasis intacto que le garantiza una longevidad en el circuito mayor que la de Nadal sin duda y quién sabe, si hasta los 38 años que tiene Federer, quien ni está ni se le espera para grandes gestas, sobre todo en los torneos largos. No es solo que no pueda con Rafa y Novak, es que no es fiable con cualquier top-20 con el que se cruce. En cualquier caso, apostaría a que el balcánico superará los 20 grandes de Federer, lo cual no es óbice para mantener que ya es el mejor de la historia.

    Respecto a los jóvenes, es la tónica desde la irrupción de los móviles y las redes sociales: les falta disciplina, constancia y capacidad de sacrificio. Zverev todavía es muy joven y tiene potencial para ser el futuro número 1. A Titsipas le calé en el Godó y le vi algo especial. Sigo esperando al no tan joven Thiem, de quien me da la impresión que ganará Roland Garros con 29 o 30 años cuando se retiren Rafa y Novak. En cuanto a Tiafoe, me parece un payaso que tiene pinta de diluirse como Kyrgios. Esas demostraciones estúpidas de abdominales y demás aspavientos le quitan concentración para acometer torneos tan exigentes.

    Del circuito femenino mejor no hablar, lleva en franca decadencia desde la retirada de las belgas Cljisters y Henin. La mayoría parecen más preocupadas por gestionar sus cuentas de Instagram y asistir a saraos donde lucir el último modelito.

    • El head-to-head tampoco es una herramienta fiable para dictaminar nada. Djokovic tiene un balance favorable en los enfrentamientos con cualquier otro tenista del top 20 porque es extremadamente irregular: cuando está al 100% no lo para nadie, pero al 98% lo elimina el 184 del mundo en segunda ronda, así que no llega a enfrentarse a los grandes.
      Eso es, o puede ser, un problema muy serio para el serbio, porque incluso siendo el más joven de los tres grandes la edad no perdona y posiblemente el año que viene o incluso este mismo le haga bajar al 99% del rendimiento que tenía a los 27. Eso, que para Nadal o Federer no supuso más que un problema de reajustar su juego a las nuevas condiciones físicas para Djokovic puede resultar el final de su carrera. Acaba de ganar la final del Open de Australia de una manera apabullante y sin embargo si dentro de tres años se retira sin haber vuelto a ganar otra no me sorprendería en absoluto.

      • Eso de que al 98 % lo elimina el 184 del mundo es un argumento cogido con pinzas, será un dato aislado del que si obtienes una regla general me parece que andas muy desencaminado. Djokovic, como Nadal, al 50 % ganan a cualquiera más allá del top 50 9 de cada 10 partidos.

  2. Desasosegante la superioridad de Novak en la final. A este nivel puede ganarle en Roland Garros perfectamente. De todos modos cuatro meses son un mundo, se ha visto en los últimos años y pasados los 30 por parte del big three hay más margen para sorpresas (lesiones, derrotas inexplicables…)

    Estoy muy de acuerdo con no tener tan en cuenta la lista de Grand Slams para ver quién es el mejor de la historia. Rafa jamás lo hará porque es un animal competitivo, pero siendo ya campeón olímpico (ojo, en individual y en dobles) y viendo la lista de los últimos ganadores del M1000 de París y del Masters (Dimitrov, Zverev, etc), debería enfocar algún año su calendario a ganarlos. En el M1000 americano que le falta ya ha jugado finales y es pura cuestión de mala suerte, lo puede ganar este mismo año.

    Coincido en que si Novak gana los juegos de Tokio nadie podrá decir que no es el mejor. Dentro de cuatro o cinco años me imagino la discusión (y los tres tendrán razón):
    – Rafa: Soy el único con dos grand slams de cada. soy el mejor.
    – Novak: lo he ganado todo y soy el que tiene más slams. No discutáis, yo soy el mejor.
    – Roger: Por favor, chicos. Soy Roger Federer. No hay debate.

    Respecto a la nextGen, soy muy pesimista. Zverev ha hecho mucho por ganar músculo, pero no consigue nada a 5 sets. Su partido con Raonic dio vergüenza ajena. En cuanto a Tsisipas, no tengo claro que un jugador con revés a una mano vaya a lograr grandes resultados en los grandes torneos. El «efecto Nadal» ha demostrado que el golpe de bote alto es suficiente para poner fuera de combate a todo aquel pegador de revés a una mano, salvo a los realmente excelsos (Roger, Wawrinka, pero en ambos casos estamos hablando de los mejores reveses a una mano de la historia del tenis).

    Una final Rafa-Novak en Roland Garros con Rafa a nivel Roland Garros y Novak al nivel actual podría rivalizar en emoción con la final de Wimbledon 2008 o la del Open de Australia 2012. Que así sea, que gane Rafa…y hasta dentro de 4 meses!

  3. Hoy por hoy los 3 tienen argumentos de sobra para considerarse el mejor de la historia. Hasta q no se retiren no podremos despejar la incógnita.

    Federer a su favor su insuperable calidad y número de grand slams, en contra q tanto con djokovic como sobre todo contra Nadal tiene más derrotas q victorias.

    Nadal, a su favor su insuperable capacidad mental y q en el mejor momento de los 3, fue él quien ganaba más,en contra las últimas derrotas contra djokovic y federer.

    Djokovic, a su favor q es el más completo, en contra, empezó a arrasar cuando hubo un cierto declive de federer y Nadal, antes no.

    • El mejor momento de los 3, con Federer con 30 y pocos años, Nadal con 26–28 y Djokovic con 25-27 coincide con la primera tiranía del serbio de la que hablaba antes y que no tiene parangón (2011-2016). En cualquier caso, Federer tuvo su mayor momento de esplendor 4 años atrás, pero su rendimiento en tierra le excluye de ser considerado el mejor bajo mi punto de vista. Que tenga más clase es indudable, pero eso no suma para ser el mejor.

      • Puede ser,aunq en mi opinión tradicionalmente la edad de máximo esplendor de un tenista solía ser entre los 20 y 24 años. A partir de los 25 ya se iniciaba el declive y era realmente extraordinario encontrarse tenistas en el top 50 con más de 29 años.
        Teniendo en cuenta eso, lo cierto es q siendo federer del 81,nadal del 86 y djokovic para mi hubo un momento que federer tenía 25/26años, Nadal 21/22 y djokovic 20/22,es decir todos en plenitud física y ahí los enfrentamientos individuales era claramente a favor del manacori. Es verdad q en los últimos años la tendencia ha cambiado y djokovic está siendo superior, pero también podría deberse a la edad de federer (más de 30 años cuando en empezó a ganar habitualmente ) y las continuas lesiones de Nadal.

        En todo caso con estos 3 nunca se puede saber pq los teóricos expertos del mundillo no dejan de equivocarse. Recuerdo periodistas asegurar q Nadal se retiraría antes de los 25 por su desgaste físico, que federer sería inalcanzable en títulos y que no volvería a ganar después de los 30 y de djokovic q mentalmente era débil. También decían q Murray nunca llegaría al número 1.En fin, se equivocaron de pleno con los 4,asi que ¿quién sabe lo que va a suceder en el futuro?

        • La plenitud física tan temprana de la que hablas, raramente acompañada de la mental, se alcanzaba en tiempos pretéritos, abarcando las décadas de los 70-90. Desde entonces la medicina y la evolución de otras técnicas terapéuticas han alargado considerablemente la edad física, donde el máximo potencial se adquiere a partir de los 27-28 años, que en función del chasis de cada cual puede llegar hasta cerca de los 40 (caso de Federer). A ello hay que sumarle que las nuevas generaciones no terminan de llegar debido a la falta de sacrificio, esfuerzo y disciplina por culpa de la eclosión de las nuevas tecnologías con las que han crecido. Antes, tras Becker, Lendl, Mcenroe, Edberg y Wilander surgieron Muster, Sampras, Agassi y Rafter. Tras estos Moyà, Costa, Corretja. Luego vendrían Roddick, Ferrero, Ferrer, Hewitt, Safin, Federer, los argentinos Coria, Nalbandian etc. Algunos genios y el resto fiables. A estos les sucedieron Nadal, Djokovic, Murray, Wawrinka et al. ¿Y después? Ni Dimitrov, Nishikori, Raonic, Goffin, Paire o Carreño parece que vayan a hacer mucho ruido, el único con verdadero potencial era Dimitrov, pero está a otras cosas. ¿Y después? Zverev, Thiem, Tsitsipas, Kyrgios, Pouille, Tiafoe…Veo a los 2 primeros con más posibilidades, aunque Thiem va para 26 años, pero ser el único en batir a Nadal en tierra en los 2 últimos años (cuando mejor ha jugado en arcilla el balear) le concede todavía el beneficio de la duda, y parece tener la cabeza bien amueblada. Ya comenté que le veo ganando Roland Garros cuando se retiren Rafa y Nole, si no aprovecha algún resquicio antes. Zverev tiene hechuras de futuro número 1, falta que se centre en los grandes. Pero no terminan de tirar la puerta y el serbio y el español, siendo conscientes de que pueden convertirse en los mejores de la historia (más el serbio) seguirán negándoles el paso 3 o 4 años más, porque aquellos tampoco tienen la ambición, abnegación y entrega que requiere un deporte como este.

          • Hola Dani.
            Tus argumentos son muy buenos y con respecto al tenis no puedo rebatirte nada.
            Pero… te propongo un ejercicio de historia ficción
            Siempre decimos que los deportistas de ahora barrerían a los deportistas antiguos (por velocidad, técnica, alimentación, etc)
            Eso es cierto, el Messi de ahora arrasaría él solo al real madrid de los años cincuenta.
            Marc Marquez le pasaría la mano por la cara a Giacomo DeAgostini
            Nadal aplastaría a cualquier tenista antiguo, seguro.

            Pero cambiemos las tornas, y hagamos viajar a estos deportistas comtemporáneos a tiempos pretéritos.
            ¿le ganaría Marc Marquez a Giacomo Deagostini o a Angel Nieto sin tener telemetría, sin una equipación que te salve la vida de cualquier caida, sin un equipo médico que te opere con la última tecnología? ¿o la primera de sus cientos de caidas acabaría empotrado contra una farola de los antiguos circuitos urbanos donde se corría? Ten en cuenta que hoy te fracturas una clavícula y a los quince días están corriendo. Eso en los años setenta… pufffff.
            O las circunstancias personales de Nieto, en las que se fue a Barcelona a vivir en el sótano de una frutería para poder ser mecánico para poder luego pilotar, en una España depauperada…

            Si Messi se viera transportado a los años cincuenta, sin masajistas, sin médicos, sin hormonas del crecimiento, sin fisioterapeutas top que cuiden cada fibra muscular, sin dietistas… ¿duraría más de una temporada en aquel fútbol bronco?

            Y con el tenis… ¿Nadal aguantaría las lesiones en aquella época?

            En fin, un simple ejercicio para pasar el rato

            • Todo es historia fición y especulación claro.¿Rendirían igual los deportistas actuales en circunstancias y épocas de mayor precariedad? Quizá no. También se puede ver desde otro punto de vista, y es que en tiempos pretéritos se hacía de la necesidad virtud. Podría invertirse tu argumento, ¿qué sería de Di Stefano, Pelé, Santana, Laver etc si hubieran nacido en la época actual?

      • Caramba Dani, si dices de un tenista que sus resultados en su peor superficie le descalifican para ser el mejor, y esos resultados incluyen haber ganado un Roland Garros, y haber llegado a la final en otras cuatro ocasiones, en las solo perdió contra el mejor jugador en tierra de la historia, no sé, no sé.

        • Teniendo en cuenta que de los 99 torneos que ha ganado solo 11 han sido en tierra, apenas un 11 %, convendrás conmigo en que no es su superficie. Ha ganado Roland Garros y llegado a 4 finales porque es un genio, y si no hubiera coincidido con Nadal y Djokovic, habría ganado 4 o 5 Roland Garros. Lo que se está dirimiendo aquí es el superlativo de «el mejor», y para ello tienes que dominar o igualar en todas las superficies a tus coetáneos. Lamentablemente para ellos (o no) y afortunadamente para nosotros, en el tenis han coincidido los 3 mejores tenistas de la historia, que para quien no sea consciente es como si Messi, Maradona y Pelé hubieran compartido época. Sé que comparar distintas eras es complicado, pero es evidente que cualquier crack de hoy día se ventilaría a cualquiera de los 90 para atrás, simplemente por la velocidad de la bola. Basta con ver vídeos antiguos y comparar la bola de antes con la de ahora, es una diferencia tan abismal que se aprecia en pantalla, imaginemos en directo. No entro ni tan si quiera en la evolución del físico y materiales de raqueta, causas parciales de aquello.

          Vuelvo al principio de mi argumentación: aproximadamente el 40 % de torneos de la ATP son en tierra y el 60 % en pista dura, habiendo apenas 4 o 5 torneos de hierba, que no creo ni que lleguen al 1-2 % del total, por eso redondeo con 40-60 en favor de las superficies donde se juegan el mayor número de eventos. Si quieres ser considerado «el mejor» sin paliativos, el balance de torneos en arcilla del suizo queda bastante cojo como para merecer tal apelativo bajo mi punto de vista. Para mí es el segundo o tercero (veremos cuando se retire Nadal para ver cuál de los 2 ocuparía ese puesto, porque lo que parece claro es que salvo sorpresa mayúscula, Federer ya no va a ganar más torneos grandes).
          Incidiendo en los Grand Slam a la hora de calibrar la calidad o no de un jugador podemos llegar a conclusiones engañosas, por ejemplo, ¿es Marin Cilic, ganador del Open Usa aprovechando la rendija que dejaron abierta las prematuras derrotas de Djokovic y Federer, y la lesión de Nadal mejor tenista que David Ferrer? Yo diría que en absoluto, y es muy injusto que el alicantino no haya ganado un gran torneo, pero ha tenido la mala suerte de coincidir con el triunvirato más Murray en su mejor momento que le privó del torneo de Miami. Al menos logró ganar Paris Bercy. Lo del croata obedece a la casualidad y la confabulación de una serie de circunstancias aleatorias, que le podrían haber tocado a otro jugador. Recuerdo también al sueco Thomas Johansson, ganador de Australia, o el mediocre (entiéndaseme, en comparación con otros que no han ganado grandes) Krajicek, ganador de Wimbledon.

          Hay que considerar muchos más factores que los Grand Slam para valorar en su justa medida a cualquier tenista, como los que expuse en mi primer post: cara a cara, Masters 1000, versatilidad en cualquier superficie etc.

          • Si, estoy de acuerdo en que el número de grand slam no puede ser el único criterio para determinar cuál de los 3 es el mejor. Hay varios:
            GRAND SLAM
            Debería ser el primer dato en el q debemos fijarnos para hacer esta clasificación. En ese apartado habrá que esperar al final de sus carreras. No descarto a ninguno de los 3 y sigo pensando que Nadal acabará con más grand slam que federe y djokovic.De momento gana Federer.
            MASTER 1000
            Aquí está igualado también aunque lleva una ligera ventaja Nadal
            MAESTRO
            Cierto que siempre se juega en pista dura, pero en este apartado llevan una gran ventaja federer y djokovic.
            JUEGOS OLIMPICOS
            Muy importante ya que se juega cada 4 años, aquí gana claramente Nadal con 2 otos (individual y equipo)
            DAVIS
            Algo devaluada, aunq clarament gana también Nadal con 4, no hay que restarle méritos al título de Federer y Djokovic con países más pequeños que España.
            CARA A CARA
            Me parece un aspecto muy importante para dilucidar esta cuestión. Nadal barre en este apartado a Federer y curiosamente Djokovic gana (muy igualado eso si) a Nadal y Federer.

            Hay más variables que podemos tener en cuenta. Sinceramente no se puede asegurar a día de hoy quien de los 3 ha sido mejor, tenemos que esperar unos años aún. Hagan sus apuestas.

            • Honestamente ni los JJOO ni la Davis deberían considerarse salvo si se les otorga un peso muy leve. Los primeros porque nunca ha sido un evento propiamente tenístico al que los jugadores tuvieran demasiada querencia y al estar limitado el número de participantes por países, pudiendo excluir injustamente a grandes jugadores de una nación fértil en ese aspecto (como por ejemplo España cuando tuvo 15 jugadores simultáneos en el Top 100, de los cuales 5-6 fueron simultáneamente top 30). Y la segunda por la devaluación a la que haces referencia, y porque dependes de un equipo cuando el tenis es un deporte individual.

              En los Masters 1000 te olvidas de la gesta de Djokovic por la que supera a cualquiera (incluido Nadal) en ese apartado: Es el único que ha ganado los 9 torneos. Los 33 que atesora Nadal por los 32 del balcánico suponen una nimia diferencia ante el hito de Nole.

              Otro criterio importante es el número de torneos ganados: Federer (99), Nadal (80), Novak (73). Pero este 1 más joven que Rafa y 6 más que Roger.

              • Interesante discusión, nunca será posible definir al «mejor del mundo»
                considerando únicamente la estadística ya que es mucho más complejo. Por otro lado es díficil comparar títulos, especialmente si se mete a Nadal en la discusión. 11 de sus 17 GS y más de 20 de 33 Masters son en tierra batida. Por lo que como todos sabemos, será siempre recordado como el mejor tenista en tierra batida de la historia (díficil que nadie lo supere nunca, sus números son como los de Wilt Chamberlain). Por otro lado sus números son mucho más pobres en el resto de torneos. Su mentalidad y esfuerzo le permiten ser considerado uno de los 3 mejores de siempre, pero díficilmente puede ser considerado el mejor.
                Por otro lado entre Djokovic y Federer siempre habrá discusión y será díficil tomar partido, ya que la explosión del serbio se produce en el esperado bajón de Federer. La ausencia de una nueva generación permite a Novak arrasar (y seguirá arrasando). Como bien comentaís Novak sigue siendo joven, veremos como se desarrollan los próximos años.

                • Yam, el serbio ya tuvo una primera explosión con todos en su apogeo físico y mental (2011-2016).

                  • Bueno eso es muy matizable. En esos 5 años q mencionas es cierto q recortó bastante los cara a cara, pero no fue ni mucho menos 5 años arrasando. Al acabar el 2015 tenía igualdad tanto con Nadal como con federer en los head to head.
                    Otro matiz mucho más importante para mi . La época de máximo esplendor fisico y técnico de federer no fue de 2011 a 2015 ya que tenía 30-35 años por lo q es lógico q djokovic le recorte esos años. Para mi la época de esplendor de federer fue de 2005 a 2009 (25 a 29 años) y ahí lo cierto es q Nadal le ganaba constantemente mientras q djokovic no era rival. ¿Qué quiero decir con esto? Que muchas veces menospreciamos a Nadal, sin tener en cuenta q ganó con relativa facilidad (incluido en Wimbledon) a un federer a su máximo nivel algo que no hizo djokovic.

                    • Es cierto que el apogeo físico de Federer fue 5 años antes (también lo comenté en un mensaje anterior), pero Federer en ese periodo ganó tan solo Wimbledon (2012). Después aprovechó el bajón de Nole para engrosar su palmarés de grandes, lo que evidencia que estaba en muy buena forma física (quizá no en su esplendor previo) pero sí con mayor estabilidad mental (de lo que adolecía en su tramo de mayor vigencia). Nadal a Federer nunca le ganó fácilmente en Wimbledon, y la facilidad de la que hablas se daba fundamentalmente en tierra, como demuestran los 10 títulos que en ese periodo consiguió el basilense entre Australia (2), Wimbledon (4) y Open Usa (4). Con todo, y siendo un ejercicio de tenis-ficción, estoy convencido de que el Djokovic de 2011-2016 hubiera ganado a Federer 7 u 8 de cada 10 partidos.

                    • Entre 2011 y 2015 federer y djokovic se enfrentaron 24 veces y ganó djokovic el 61%. Teniendo en cuenta q federer tenía entre 30 y 35 años y djokovic 24 a 29 me parece excesivo decir q djokovic 2001 habría ganado a federer 2005 en ese porcentaje del 70-80% cuando contra un federer treintañero apenas pasó el 60%
                      Siguiendo rl ejercicio de tenis ficción ¿Nadal 2008,federee 2005 y djokovic 2011?¿Quien habría ganado?
                      Pues creo, y hablo en serio, q Nadal ganaría a federer, federer ganaría a djokovic y djokovic a Nadal :)

  4. Varios datos erróneos:

    1. Nadal sí perdió el saque en el torneo antes de la final, fue dos veces en primera ronda ante Duckworth.
    2. Nadal fuera de Australia ha perdido 3 finales, no 4.

    Saludos

    • Nadal fuera de Australia ha perdido 3 finales en Wimbledon (´06 y ´07 ante Roger y ´11 ante Nole) y 1 final en USA (´11 ante Nole). Si no me fallan las cuentas 3+1=4

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