Iba a comenzar con «Facebook se ha convertido», pero aunque siempre queda bien en los comienzos no creo que sea cierto, porque facebook ya era lo que es cuando nos conocimos. Así pues, facebook es el ¡Hola!. Un ¡Hola! democrático y plural, a la medida de todos los bolsillos, todas las cabezas y todos los cuerpos. Entonces es un ¡QMD!, me dirán algunos, pero no, porque el ¡QMD! saca a las famosas los pliegues indecentes que esconden en sus vientres, las caras de sueño sin maquillar cuando van a hacer la compra y los tangas de poligonera que dejan ver al agacharse. Cada perfil de facebook es una entrevista de fondo del ¡Hola!, donde la Preysler de turno trabaja su imagen con total libertad y esmero.
Todas las Isabeles que en el facebook somos enseñamos sonrientes la mansión e invitamos a té con pastas al pueblo. Contamos sentadas en el salón las últimos vacaciones en la playa, lo enamoradas que estamos de nuestros hombres y lo bien que nos llevamos con nuestros hijos. Compartimos las últimas lecturas y conciertos, y una cuidada selección de nuestros sueños y temores más literarios. Cumplimentamos y celebramos la felicidad de las amigas y sin venir a cuento le decimos al periodista que ya tenemos la piscina acabada y el billete a Tailandia. Y junto a las preguntas tenemos también un recuadro negro, donde en fórmula de cuestionario contamos que nos gusta leer y viajar, escuchar buena música, conocer gente y sobre todo salir de fiesta.
Un perfil de facebook es una entrevista de fondo en ¡Hola!, y estas entrevistas hay que trabajarlas. Primero hay que pensar cómo nos gustaría ser. Valen ejemplos de la tele y del propio facebook, que después nos ayudarán a rematar el personaje. Debemos anunciar la presencia a todos los eventos que den bien con el proyecto, y contar en cada momento qué hacemos si lo que hacemos nos adorna -obviamente nadie cuenta que está en casa mirando la tele. Las fotos son una parte importante de las entrevistas de ¡Hola!, y conviene llevar siempre una cámara que nos inmortalice felices, expansivos y rodeados de gente.
Aún recuerdo la primavera de 2009, cuando tan bien lo pasamos en Bucarest. Eran fiestas plenas, divertidísimas, a menudo hilarantes. Y con todo nunca nos olvidábamos de las fotos. ¡Con qué alegría recibíamos la presencia de una cámara! Y el acontecimiento del lunes era vernos en facebook, ponernos las etiquetas de las mejores y comentar. Vernos en facebook, pero sobre todo que nos vieran. Que supieran qué vida llevábamos, cuántas mujeres rondábamos y qué bares cerrábamos. De repente convertidos todos en famosas de éxito de revista, con páginas ilimitadas, cientos de personas de público y la ayuda diligente del periodista cómplice, que nos pone las preguntas para lucirnos en forma de casillas, espacios en blanco y pulgares levantados.
