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Para quienes aman el género, la película The Man from Earth, estrenada en 2007, es ya uno de los títulos imprescindibles en el catálogo de la ciencia ficción moderna. Incluida en los circuitos del cine independiente, y con una taquilla modesta, nunca llegó al gran público, y ni siquiera sus doce premios internacionales lograron atraer el interés del crítica. Pero ya ha acumulado más de 3.6 millones de descargas en internet, y diez años después existen mil torrents disponibles, donde cientos de usuarios la siguen obteniendo diariamente. Por tanto es de esperar que su número de espectadores continúe aumentando. Y lo hará gracias al boca a boca, como hasta la fecha.
La historia del largometraje nos introduce en la vida de John Oldman, profesor universitario, en el día en que abandona su antigua vida. Sus colegas y amigos vienen a darle una pequeña fiesta de despedida, mientras siguen preguntándole por qué se va. Y John les responde. Asegurándoles que nació como cazador paleolítico, hace catorce mil años, y que para ocultar su inmortalidad traslada su residencia cada diez años. A partir de ese punto, la película es un juego permanente con el espectador, quien sucesivamente se sentirá inclinado a pensar que todo es verdad, que John está mal de la cabeza, o que todo no es más que un cuento bien contado. Veremos aparecer también interesantes implicaciones filosóficas y morales, y todo tipo de reacciones sicológicas en sus amigos.
La trama, sin apenas acción, con el salón de la casa de John y su porche por todo escenario, guarda gran parecido con una obra de teatro. Y podría haberse convertido en una película aburrida o banal de no ser por su guionista, Jerome Bixby. Un escritor convertido injustamente en el Troy McClure de la ciencia ficción.
Quienes sean seguidores de Los Simpson habrán entendido la alusión. Uno de sus personajes suele presentarse con la frase «Hola, soy Troy McClure, me recordarán de otras series como…». Un chiste para representar al actor de serie B, ese tipo que tuvo un cierto éxito pero para el que pasó su momento. Algo parecido ha ocurrido con Jerome Bixby, cuyas historias para la literatura, el cine y la televisión apenas se recuerdan, aunque muchas de sus ideas sigan desarrollándose en la actualidad.
Bixby fue editor en la década de 1950 de la revista pulp Planet Stories, que publicaría por primera vez los relatos cortos de Ray Bradbury o Isaac Asimov, entre otros. Escribió a su vez en ella como autor, pasando de las novelas del Oeste a relatos que, sin limitarse a los escenarios espaciales, incorporaban las claves de los géneros fantástico y de terror. Aunque su gran legado se haría visible en el cine y la televisión. Definió algunas de la líneas maestras de la serie Star Trek, con tres episodios considerados clásicos: «Mirror mirror», «Day of the Dove», y «Requiem for Methuselah». En ellos aparece la idea de los universos paralelos, el extraterrestre incorpóreo que se alimenta de las emociones negativas, y el humano nacido hace miles de años, que por casualidad es inmortal. También a Bixby debemos el considerado mejor episodio de la serie The Twilight Zone (En los límites de la realidad), titulado «It´s a Good Life», que se corresponde con uno de sus relatos, publicado en 1953. Y que luego incorporaría como guionista a la película de los ochenta que llevaría el mismo título de la serie. Incluso la idea de una tripulación miniaturizada que viaja al interior del cuerpo humano es suya. Constituye la trama del largometraje Fantastic Voyage, Viaje Alucinante, que hoy muchos consideran inventada por Isaac Asimov. En realidad compró a Bixby su guion para desarrollarlo en una novela.
Y esto no es todo. La aportación más relevante del autor al cine y la ciencia ficción de nuestro tiempo nos la revela Richard Schenkman, director de The Man from Earth. Cito sus palabras: «El mayor crimen en la carrera de Bixby —además del hecho de que despareciera en la oscuridad desde principios de la década de 1970 hasta el final de su vida— es que no obtuviera reconocimiento por It! The Terror from Beyond Space, que fue la base de Alien. Esa película que fue un gigante éxito internacional no le retribuyó ni reconocimiento ni dinero por parte de sus creadores».
Ver el largometraje It The Terror… en YouTube supone confirmar la opinión de Schenkman. Porque salvo el diseño de la criatura, las principales claves de Alien, incluso el modo en que finalmente se salva la teniente Ripley, están tomadas del guion de Bixby. Así que no puede resultar extraño que aún hoy día uno de sus guiones haya sido capaz de convertirse en un éxito.
Claro que ello no hubiera sucedido sin la pasión y habilidad cinematográfica de Richard Schenkman. Él fue uno de esos niños fascinados por los episodios de Star Trek, de En los límites de la realidad, y sobre todo de Viaje Fantástico, su película favorita de niño. Tardó seis años en convencer a Emerson Bixby, hijo y heredero de los derechos del autor, de que le dejara convertir el guion de su padre en un largometraje. Producido con solo doscientos mil dólares, Schenkman reunió a un puñado de buenos actores, con el salón de una casa y su porche por todo escenario. El resultado, ochenta y siete minutos que nos mantienen literalmente pegados a la pantalla gracias al hábil uso de la luz del atardecer y la noche, los claroscuros del interior, y el encendido y apagado de luces eléctricas. No es extraño que la película siga descargándose, y aumentando su número de espectadores.
Aunque es una verdad agridulce para su director que The Man from Earth se haya convertido a la vez en un título de culto, y en uno tan difundido como cualquier superproducción. Y es que debido a la piratería apenas ha conseguido rentabilizarlo. Peor aún, ni siquiera ha podido ver convertidos en realidad sus proyectos para continuar la saga. Una ronda de financiación con Kickstarter no logró reunir los suficientes fondos para rodar un episodio piloto que pudiera dar origen a una serie. Y eso nos ha obligado a esperar diez años para ver la secuela, The Man from Earth: Holocene, estrenada en 2017. Que continúa la historia de John Oldman allí donde la dejó Bixby.
A quien haya visto la primera entrega no le sorprenderá que a su director la historia de John le inspirase nuevas ideas. Su punto de partida fue explorar la posibilidad de que existiera un grupo de personas enterada de la inmortalidad de John. Y que quisiesen establecer un culto religioso en torno a él, algo que al protagonista le horrorizaría. Sobre esta base hicieron sus propias aportaciones Emerson Bixby, hijo de Jerome, y el productor Eric D. Wilkinson, hasta conseguir el nuevo guion, escrito a seis manos. El resultado es una película que sugiere una multiplicidad de interpretaciones y caminos narrativos, no todos explorados. Y que nos reafirma en la posibilidad de que se convierta en una serie, deseo al que sus creadores aún no han renunciado del todo.
La nueva entrega abandona el claustrofóbico escenario de la casa de John, lo que permite al personaje un mayor desarrollo, y al espectador comprender su modo de actuar y su psicología. Introduce también el punto de vista de los estudiantes, factor fundamental en un protagonista que lleva al menos todo el siglo XX trabajando como profesor universitario. La inmortalidad nos adentra también en el conflicto emocional de un hombre condenado a existir. Hay incluso una llamada a nuestro propio tiempo, y a la marcada influencia que ejercemos sobre el planeta.
En internet hay críticas para todos los gustos sobre Holocene. Pero lo bueno en este caso es que no es necesario guiarse por las opiniones de otros. Cualquiera puede descargarla gratuita y legalmente en la mayoría de webs dedicadas a las descargas piratas. Es una contradicción solo aparente, porque forma parte de la decisión de sus propios creadores. En parte como homenaje a quienes contribuyeron con su pirateo al éxito de la primera película. Y en parte porque era inevitable que fuera pirateada. Precisamente por ello la película arranca con una presentación hecha por su director, donde nos explica una verdad tan sencilla como demoledora: que una película te salga gratis no significa que hacerla resulte gratis también. Schenkman apela a un pacto de honor contigo, sugiriéndote que hagas una donación, si te ha gustado, y puedes. En la página web tú decides el importe. ¿Pero qué ocurre si no sabes suficiente inglés como para seguir los diálogos? Pues que no tendrás ningún problema, ya que esta vez, junto al lanzamiento, se han ocupado de que existan subtítulos en varios idiomas, incluido el original. Algo que en la primera fueron haciendo por su cuenta los internautas, como por otra parte es habitual en las cintas piratas de éxito.
Parece un experimento arriesgado apelar al honor de unos espectadores piratas. Y también coloca a sus creadores en el debate sobre el futuro de la producción audiovisual. Incontables correos, comentarios y artículos han sido dirigidos directamente a Richard Scheinkman reclamándole la gratuidad total de su película. Y de todas las que existen. Él estaría completamente de acuerdo, si no fuera porque cámaras, maquilladores, actores, proveedores de comida, transportistas, y resto de personal implicado en una película quiere cobrar. Necesitan comer diariamente, refugiarse bajo un techo y pagar sus gastos. Cómo convertir entonces los contenidos en gratuitos cuando hacerlos resulta tan caro. Al parecer los internautas han olvidado en sus manifiestos explicarle ese detalle al director.
Muchos otros espectadores también se han dirigido a él para preguntarle si las donaciones hechas a themanfromearth.com/holocene irían directamente a sus creadores. Porque de lo contrario ni siquiera considerarían pagarles algo. La respuesta es sí. No existen intermediarios. Pero de ese prejuicio en pagar a terceros su director extrae otra reflexión. ¿Puede trasladarse un modelo como este, que apela a la honorabilidad, a creaciones como las de Hollywood, que implican millones de dólares? La respuesta es no. Muchos espectadores que están dispuestos a pagar por una película independiente asumen que los productores de las demás son ricos, lo mismo que la gente que ha trabajado en ellas, y no necesitan cobrar. «No existen las comidas gratuitas, y ciertamente tampoco las películas gratis». Palabras de Richard Scheinkman que definen a la perfección el problema.
Hay algo más en Holocene, y lo he dejado para el final porque aparece tras los títulos de crédito. Es una secuencia breve, y muy chocante, que nos abre una posibilidad más para responder a la pregunta de quién es John Oldman, el hombre de los catorce mil años. Creo que no soy el único a quien ha dejado anonadado, porque su director duda ahora de que fuera una buena idea incluirla, en vez de darla como un extra en la distribución en DVD y Blu-Ray. Al parecer muchos hemos malinterpretado este final abierto, concediéndole demasiada importancia. Pero eso es también una prueba más de la potente historia que encierra The Man from Earth. Y de sus posibilidades para convertirse en un éxito trasladado a serie, siguiendo la estela de Black Mirror o Stranger Things. Algo que esta vez dependerá exclusivamente de nosotros, de las descargas que acumulemos y de la retribución que estemos dispuestos a dar a sus autores. Mi recomendación es que corran a ver ambos largometrajes, si es que aún no lo han hecho. Y que si encuentran algo publicado de Jerome Bixby, lo lean también.
Pedazo de película interesante y entretenida…ahora…lo de Buda y el rollo que sigue…¡¡¡menudo canteo!!!.
Y muy interesante lo del tema las donaciones. De hecho a mi entender es la única posibilidad de que el Cine como lo conocemos continúe existiendo en un futuro cercano.
A mí me pareció una película en la que la tostada se huele a mitad de metraje. Sin entrar a valorar los aspectos relacionados con la estrechez presupuestaria, normalita sin más.
Podríamos hablar de auténticas joyas de la ciencia ficción hechas con 4 duros, como Primer o Coherence.
Recuerda a La nave de un millón de años de Paul Anderson.
The man from Earth es una película muy interesante. Aquí unas impresiones https://cestadepatos.com/2015/09/03/un-hombre-de-museo/
Es más interesante este artículo que la peli (la de 2007, la segunda no la he visto). Por mucho que el tema sea interesante, el guión interpreta que somos lelos, algo bastante habitual hoy en día. A qué viene que una persona con experiencia de más de 200 años (14 mil!!!) no sepa cómo va a salir su confesión? Es tonto desde el año 12.000 AC y no ha progresado nada en ese tiempecito?
Por no hablar de las aposiciones científicas de manual cutre divulgativo que se marcan los personajes. Hablan como estudiantes de la ESO, no como académicos (a no ser que ahora los académicos sean youtubers sin fondo alguno, lo cual ignoro)
Totalmente de acuerdo. Además, 200.000 € de presupuesto y tiene factura de telefilme de serie Z. Primer costó 7.000 $, no lo parece, y es una obra maestra de la ciencia ficción.
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