Lo dijo Mark Twain, que no es precisamente cualquiera:
Todos tienen la creencia de que mientras estuvo en el cielo, Dios fue severo, injusto, resentido, celoso y cruel, pero que al bajar a la Tierra y tomar el nombre de Jesucristo se convirtió en lo contrario de lo que había sido, es decir, se volvió amable, cordial, misericordioso y paciente. Su carácter cruel desapareció y en su lugar brotó el intenso amor que sentía por sus pobres hijos humanos. ¡Pero fue siendo Jesucristo cuando concibió el infierno y lo anunció! Es decir, que como humilde y piadoso salvador fue miles de millones de veces más cruel de lo que había sido en el Antiguo Testamento. ¡Ay, era incomparablemente más atroz que en sus peores momentos de los viejos tiempos!
Habla Satanás, pero no el Satanás que usted se piensa. No tiene cuernos y tridente ni rige los tormentos que los pecadores sufren en el infierno. De hecho, ni siquiera es un demonio. Es un arcángel que visita nuestro planeta y escribe a sus compañeros Miguel y Gabriel para describirles las criaturas humanas que lo habitan y las extrañas teorías que tienen acerca de Dios y la religión. Son las Cartas desde la Tierra de Twain, recopiladas en el volumen de Escritos irreverentes que salió varias décadas después de su muerte porque el escritor y después su hija los consideraron impublicables. Los reunió un editor poco amigo de lo sacro a quien el destino reservó el nombre, je, de Bernard DeVoto.
Y tiene razón, como solía tenerla él. Steve Wells, un escritor escéptico de esos que venden libros como churros, ha contado el número de personas que Dios ejecutó o hizo ejecutar en la Biblia: 2.821.364, ni una más ni una menos. Y eso sin contar las cantidades de víctimas cuya magnitud no se especifica en los textos sagrados, en cuyo caso —y atribuyéndoles siempre un número hipotético, aunque razonable— la cifra se aproximaría a los veinticinco millones (1).
Dios, en efecto, era un personaje colérico y terrible inclinado a las matanzas de primogénitos y a convertir a la gente en sal, pero eso cambió cuando Jesús nació en la Tierra para gozo del hombre y sobre todo de los peces en el río, que ya se sabe que al efecto bebieron, bebieron y volvieron a beber. Con aquel hijo suyo tan campechano y tan moderno se le templó el carácter y se acabaron las plagas y las lluvias de azufre. A cambio, el Mesías solo impuso una pequeña novedad en la letra pequeña del mundo: el infierno.
Ignis inextinguibilis
Y no un infierno cualquiera, ojo. Pocos infiernos hay más jodidos que el que Jesús le anunció a la humanidad.
Del infierno griego, por ejemplo, solemos recordar a Sísifo y su piedra o a Ticio, a quien dos buitres devoran el hígado eternamente. Pero incluso cuando parecen condenas irrisorias comparadas con el quemarse eternamente en fuegos sobrenaturales, los suyos son además dos casos excepcionales y del Tártaro, que ni siquiera era la sección más poblada del Hades. Para los antiguos helenos, el grueso de la humanidad acababa en la región de los Campos Asfódelos, un lugar monótono y gris que recuerda, aunque sea intuitivamente, precisamente a aquello en lo que consiste estar muerto: en no mucho, la verdad.
Parecido ocurre en la mayoría de infiernos que el ser humano ha concebido en sus mitologías, donde la inmensa mayoría acaba en un estado que ni fu ni fa y solo unas pocas personalidades, legendarias y singularmente malvadas, reciben un castigo tan severo que sus proporciones son eternas. Al Naraka budista o al Diyu chino, por ejemplo, va todo el mundo durante un periodo de tiempo finito, y lo mismo ocurre con el Gehena judío, en el que todas las almas invierten como máximo un año con la excepción de cinco personas, que por su condición singularmente malvada morarán allí durante toda la eternidad. El Seol, el precedente más evidente del infierno cristiano, se describe en Job como una «tierra de tinieblas y sombra» y como un «silencio» al que se desciende en los Salmos, donde ni se sufre ni se deja de sufrir. Ni pena ni gloria, para entendernos.
Y eso es precisamente lo que prometió Jesús al anunciar el infierno: o la pena o la gloria, porque no hay más. Y por si la segunda no constituyese una motivación suficiente para seguirle —a él y a aquellos en quienes delegó su administración con aquel asunto de la piedra—, con la que amenazó por no hacerlo fue una pena peor que la peor de las penas concebibles, que es el morir. Su infierno, en efecto, es más aterrador incluso que la muerte, que estaremos de acuerdo en que es algo bastante aterrador. En la cosmogonía cristiana, a los infieles y a los pecadores no les espera una eternidad vagando por alguna oscura región o acaso la inconsciencia de la propia existencia, algo ya de por sí espantoso. Les espera eso mismo, pero sumado al sufrimiento agudo e implacable de un ignis que la Iglesia se preocupó por definir como inextinguibilis, lo que significa que para toda la vida. O la muerte, en este caso. O la vida después la muerte, si se prefiere. Algo muy desagradable, vamos.
Por supuesto, la doctrina no dice que Jesús crease el infierno. Como le podrá confirmar su párroco de guardia, el papel del Mesías en el inframundo se limitó a descender y ponerse a patear culos demoníacos como el mismísimo Steven Seagal. Es a lo que dedicó los tres días que fueron desde su muerte en la cruz hasta la resurrección: a reventar las puertas del infierno, a aplastar bajo ellas al Demonio y a liberar las almas de los justos allí encerradas, que por cierto eran las de todas las personas que habían muerto hasta la fecha durante toda la historia de la humanidad. (2) Iban automáticamente al infierno —alguien mordió la manzana que no debía, recordemos— pero Jesús acababa de amnistiar al género humano muriendo «por el perdón de los pecados» y lo había hecho con carácter retroactivo. A partir de entonces, el alma del difunto no iría impepinablemente al inframundo, sino que lo haría después de un juicio desfavorable de sus virtudes durante la vida. Esta catábasis de Cristo se menciona de pasada en los Hechos de los Apóstoles, en el Evangelio de Pedro y se cita en el Credo, pero curiosamente es otro evangelio apócrifo, el de Nicodemo, el que relata los detalles de la versión que la Iglesia asume como doctrinal.
Pero la doctrina niega que Jesús lo crease, insistimos. Y sin embargo cuesta —y cuesta mucho— encontrar menciones al mismo en los textos sagrados previos a su nacimiento, que recordemos que abarcan milenios de historia sagrada. Desde luego no aparecen donde deberían, en el capítulo 26 del Levítico y en el 28 del Deuteronomio, donde se describen los premios y las «consecuencias de la desobediencia». Y tampoco Moisés habló de nada remotamente parecido al infierno por más que podría esperarse de él, nacido y criado en una cultura —la egipcia— que contemplaba la recompensa y el castigo en la ultratumba. En el Antiguo Testamento, Jehová y sus profetas se atuvieron estilísticamente al guión y amenazaron a quien se mease fuera del tiesto con lo de siempre: enfermedad y pestilencia, campos yermos, desolación de naciones y en fin, ese tipo de cosas. Pero de infierno, nada.
Aun así, y dependiendo de la traducción, se pueden encontrar algunas escuetas menciones al fuego y la eternidad salpicando los libros del Antiguo Testamento, aunque muchos expertos cuestionan que estuvieran ahí originalmente. Para comprender cómo el inframundo cristiano pudo aparecer así, se impone recordar una historia que pudo sufrir una reubicación parecida en esa misma época, la de Cristo y los siglos inmediatamente posteriores. La mayoría creerá conocerla y, sin embargo, la desconocerá. Es la de Noé y el Diluvio Universal.
De lluvia y gigantes
Porque hay quien dice que esa historia es en realidad la de los nefilim, un nombre que de entrada le sonará a pocos. Según varias tradiciones cristianas, entre ellas la copta, los nefilim eran una raza de gigantes nacida de la unión de madres humanas y padres grigori o vigilantes, unos ángeles renegados que habitaban la Tierra después de ser expulsados del Cielo. Como el que presenta Mark Twain, estos ángeles caídos tampoco son los monstruitos rojos y cornudos en los que solemos pensar. Ni habitan bajo tierra –han sido expulsados del Cielo y viven por tanto en la Tierra, otro punto a favor de la ausencia del infierno en el Antiguo Testamento– y, por supuesto, tienen sexo. Sexo del que se tiene y por tanto, del que se practica. Y vaya si lo practicaron.
Sus descendientes, estos gigantes nefilim, medraron en Canaán, aparecen mencionados en varios puntos de la Biblia —en Números 13:33, en el Deuteronomio y en el Libro de la Sabiduría— y el más célebre de su estirpe habría sido, por supuesto, Goliat. Pues bien: en dos libros de la Biblia etíope, el de los Jubileos y el de Enoc, se especifica que el Diluvio Universal del que Noé rescató a humanos y animales no fue invocado por Dios para fulminar a los humanos pecadores, sino para exterminar a los nefilim, una raza que no contemplaba su —Su— plan. La tesis también fue avalada por Flavio Josefo y Filón de Alejandría en el siglo i de nuestra era y aparece, por si fuera poco, en el Libro de la Sabiduría, que el lector puede consultar en la primera Biblia católica que tenga a mano. Capítulo catorce, versículo seis.
¿Qué pasó entonces para que en el Génesis de hoy se diga que el Diluvio tuvo por objetivo el castigo de la humanidad y que así lo pregonen la doctrina, la catequesis y la homilía? Depende de a quién preguntemos, por supuesto. Algunos hablan de una reedición motivada de la historia del Diluvio para adaptarla a las sensibilidades religiosas impuestas por el cristianismo, (3) en las que el componente folclórico se desvanece y la humanidad se hace merecedora constantemente del castigo de Dios. Para otros, sin embargo, la desaparición de los gigantes es una consecuencia espontánea de la sucesiva traducción de los textos, una tarea imperfecta siempre condicionada por su interpretación doctrinal. Aquí y allá, «nefilim» dejó de designar gigantes para convertirse en un gentilicio y el gentilicio se convirtió en un nombre que, por extensión, acabó atribuyéndose a toda la humanidad. También lo habría hecho el título que se le asigna a esta raza en otros puntos del texto sagrado, el de «hijos de Dios», que sustituyó al que recibía en este contexto la humanidad, el de «hijos de Caín». Unos y otros habrían pasado a ser indistintamente «hijos de Dios» y estos «hijos de Dios» pasaron a constituir el conjunto de la humanidad (4).
Con el infierno que anunció Jesús habría ocurrido algo parecido a lo de los nefilim, solo que al revés: en lugar de desaparecer del Antiguo Testamento durante los primeros siglos del cristianismo, la novedad brotó a posteriori en parte de los textos antiguos, reeditados al efecto de incorporar la tesis cristiana de que hay un lugar bajo tierra en el que los pecadores se cuecen a fuego lento. Suele atribuirse esta aparición a la influencia que tuvieron en el primer cristianismo el gnosticismo e incluso el orfismo, un culto mistérico en torno a la figura de Orfeo –—que descendió al Hades, en efecto—.
Para una mayoría de expertos, las alusiones al infierno que hoy encontramos en el Antiguo Testamento habrían sido originalmente al Seol judío y a la Gehena, que en la traducción al griego se denominaron «Hades» y de ahí pasaron al latín como «Infernus», aunque en traducciones modernas —empezando por la Reina-Valera— se vuelva a encontrar la terminología hebrea original. Otros aventuran que algunos libros de la Biblia, incluyendo los Evangelios canónicos del Nuevo Testamento, fueron traducidos así de forma intencionada, incorporando no solo el nombre, sino la moderna noción del submundo según evolucionaba el concepto doctrinal del infierno, incluyendo sus alusiones al fuego, la pena y la eternidad.
Cabe recordar en este punto que la Iglesia no estableció que la pena infernal era eterna hasta el II Concilio de Constantinopla en el año 553, y que hasta entonces Padres de la Iglesia como San Jerónimo —traductor de la Vulgata, la primera Biblia en latín—, Gregorio de Nisa, Orígenes o Teodoro de Mopsuestia habían defendido que el infierno era una pena temporal. El averno moderno fraguó definitivamente en el I Concilio de Letrán de 1123, cuando su existencia se consagró como dogma de fe.
El negocio de las llamas
¿Estaríamos hablando hoy de Jesús si no hubiera venido acompañado del infierno? Quizá, pero quizá no. La Iglesia que fundó es indudablemente una de las instituciones más exitosas de la historia, si no la que más, pero es también una de las que amenaza con el castigo sobrenatural más terrible, una de las que lo promete por las mayores levedades y una de las que más acapara la competencia exclusiva de su perdón. Puede que no ocurra ahora, cuando el individualismo y la razón han cambiado nuestro modo de pensar incluso teológicamente, pero en los siglos que nos preceden los pecadores lo eran simplemente por no participar en las liturgias que administraban los religiosos, como los sacramentos del bautismo o la confesión. No cumplir materialmente, y no solo espiritualmente, era garantía de eterna condenación.
La propia historia de la Iglesia está ligada a la rentabilidad del infierno, religiosa en primer lugar pero también económica. A partir del siglo xii, con el asentamiento teológico del concepto del purgatorio —un estado de tránsito hacia el cielo, en el que el alma sufría temporalmente las mismas penas que en el infierno—, la Iglesia emprendió uno de los negocios más pingües y obscenos a los que se ha dedicado en su historia: el tráfico de indulgencias, bien propias o para un familiar fallecido. Monetizando así el terror que infundía en las personas el dolor después de la muerte, la institución consiguió cimentar económicamente su imperio sobre todos los asuntos del mundo aunque con el tiempo le costase su unidad y, con ello, su mismo imperio. La implantación que adquirió el mercado de indulgencias fue el factor detonante de la rebelión de Lutero contra Roma y de la posterior Reforma protestante.
Lo de menos a estas alturas, por supuesto, es si el mismo Jesús llegó a pontificar sobre el fuego eterno o si fue algo que se atribuyó a su discurso después, como parece más probable. O la discusión —frecuente en círculos académicos teológicos— sobre si un carisma como el del Mesías sería capaz de concebir semejante espanto, habida cuenta de que Jesús y Dios son hijo y padre pero también, según su fe, dos terceras partes de una misma cosa. Si no fue uno fue el otro. O la divinidad violenta y caprichosa del principio, como decíamos al arrancar, que más tarde se hizo amor en la figura de un hombre divino, o un Dios, como dijo Twain, que al nacer en la carne e inventar el infierno fue «incomparablemente más atroz que en sus peores momentos». Eso queda a su elección, solo faltaba, y al grado de necesidad que confiera al infierno en el croquis fundamental del mundo. A fin de cuentas, es un hecho conocido que ni la ciencia ni sus profetas, los peritos lingüistas, tienen nada que decir sobre el verbo de la Biblia, o al menos nada que decir sobre su verdad. Las del Texto son verdades, como todo el mundo sabe, que lo son en función de la fe. Y la fe, como todo el mundo sabe, nunca ha necesitado asistirse de verdades.
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(1) Son cifras de Drunk with Blood: God’s Killings in the Bible. De Wells son particularmente recomendables su blog, www.dwindlinginunbelief.blogspot.com, y su Skeptics Annotated Bible, accesible desde la web www.skepticsannotatedbible.com.
(2) Desde la escolástica medieval, el enclave donde las almas de los justos esperaron la redención de Cristo se denomina Limbo de los Patriarcas y está relacionado con el Seno de Abraham judío. En la Biblia, el Seno de Abraham solo aparece citado una vez, en Lucas 16: 22-23, como el lugar al que acude el alma del pobre Lázaro después de su muerte, enclavado en el infierno aunque libre de sufrimientos: «Aconteció que murió el mendigo [Lázaro], y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham; y murió también el rico, y fue sepultado. Y en el Hades alzó sus ojos, estando en tormentos, y vio de lejos a Abraham, y a Lázaro en su seno. Entonces, gritando, dijo: «Padre Abraham, ten misericordia de mí y envía a Lázaro para que moje la punta de su dedo en agua y refresque mi lengua, porque estoy atormentado en esta llama». Pero Abraham le dijo: «Hijo, acuérdate de que recibiste tus bienes en tu vida, y Lázaro, males; pero ahora este es consolado aquí, y tú atormentado».
(3) Según el doctor Jacques Van Ruiten, de la Facultad de Teología y Estudios Religiosos de la Universidad de Groningen, el texto sagrado se adulteró mediante la adición de nuevos contenidos durante los primeros siglos de nuestra era. En Primaeval History Interpreted: The Rewriting of Genesis llama la atención sobre las incoherencias que incorpora el Génesis acerca de las motivaciones del Diluvio, asegurando que «el juicio de Dios en Génesis 6:3 concierne a la humanidad, mientras que los hijos de Dios son los responsables de lo que pasó en Génesis 6:1-2 y 4». Muchos exégetas, añade Van Ruiten, «han asegurado que el versículo 3 es una interpolación posterior» que «se puede entender como una crítica de la historia mitológica de Génesis 6:1-2 y 4».
(4) En The Origin of Evil Spirits, el doctor y profesor de la Universidad de Durham Archie T. Wright explica que «aunque la mayoría de académicos conviene que los gigantes fueron el fruto de una unión prohibida entre los hijos de Dios y las personas», el término nefilim «es quizá el más problemático de toda la narrativa del capítulo 6 del Génesis». También recuerda que «a pesar de su aparición en el pasaje del Génesis 6:1-4, el autor del Libro de los Vigilantes —el Libro de Enoc— lo excluyó de la narrativa, bien por elección o porque desconocía el término».
Interesante trabajo. Solamente decir que, en realidad, el catolicismo no defiende que Dios Padre y Dios Hijo sean dos terceras partes de una misma cosa, como se afirma. De hecho, decirlo de esa manera es hasta blasfemo. Pero en fin, problema suyo, que eso de que uno sea igual a tres es complicado de defender…
No sería tanto blasfemo como herético, supongo.
y la trinidad???
y Arius????
y Nicea a/d 325
El relato que aparece en Lucas 16, y al q haces referencia, es un cuento procedente de la tradición egipcia y popular en los tiempos de Jesús que Jesús utiliza para dar un mensaje que nada tiene que ver con la existencia o no del infierno. De hecho, el concepto de infierno que tenemos la mayoría de los cristianos es un concepto ajeno a la Biblia (AT y NT). Las influencias griegas y gnostícas junto al dualismo clásico se mezclaron con la concepción judía del alma (ser viviente) y el mas allá.
Muy mal. Si se habla de textos del así llamado «Antiguo Testamento» (que ya implica cierta dosis de antisemitismo) ¿por qué no consultar un Tanaj o un Jumash, donde aparecen las versiones originales y no sus adulteraciones cristianas?
Muchos que sobreactúan en su descalificación al cristianismo caen necesariamente en el peor de los antisemitismos. Todo con un pretendido anàlisis anacrónico que no resiste la màs mínima crítica histórica. Pero ir contra el cristianismo nos pone estupendos. Cansino
O sea, que ¿hablar de ‘Antiguo Testamento’ es un acto antisemita? ¡Vamos, hombre! Y nada de ‘adulteraciones cristianas’ (aunque para usted puedan serlo). El artículo se centra en escrituras del cristianismo antiguo, no del judaísmo. Eso queda para otros posibles artículos.
«Hablar de antiguo testamento es antisemitismo». Es cierto, porque el cristianismo, ya desde la época de los evangelios, ha sido siempre antisemita. Notemos como en el relato de Jesús se hacen auténticas piruetas para disculpar a Pilatos (en la realidad, un bestia al que no le temblaba la mano por ajusticiar no uno, sino mil inocentes) y echar la carga sobre los hombros del pueblo judío «y los hijos de sus hijos». Esto era porque los judíos de Palestina estaban en plena rebelión y convenía que los cristianos, que ya entonces eran mayoritariamente de origen no judío, querían a toda costa desvincularse de los terroristas y ser buenos súbditos romanos («al césar lo que es del césar»).
Pero no podían dejar del todo de lado al judaísmo y presentarse como religión nueva, porque cualquier religión que se precie tenía que ser antigua; lo nuevo no tenía prestigio. Y los judíos tenían antigüedad para aburrir, eran más antiguos que Roma. De ahí que, hasta la rebelión, hubieran disfrutado de cierta tolerancia pese a sus extrañas costumbres. La solución: los cristianos son los verdaderos judíos, y los judíos unos renegados que se aferran a su «antiguo testamento», el primer borrador, como si dijéramos, del contrato con Dios que Cristo vino a perfeccionar. Por supuesto, adulteraron todo lo que pudieron la interpretación del AT para fingir que predecía la venida de Jesús.
En los primeros siglos se añadieron y se quitaron muchas cosas de la Biblia y del evangelio, o sea, que todo eso no es de fiar.
En la Biblia no hay NADA de fiar.
La nítida descripción que hace de los necios es muy fiable.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Según los especialistas, no es exactamente así, sino fueron refundiendo y modificando los primeros materiales escritos cristianos hasta formar los evengelios y otros libros ‘canónicos’ que conocemos hoy.
Concerned Citizen , el Antiguo Testamento es la base del Judaísmo , Cristianismo y el Islam . Las 3 religiones comparten el Antiguo Testamento . Parece que a usted le hace falta estudiar EGB .
Satanás y sus secuaces como es de esperar también nos sorprenden con la escritura. Gran trabajo del mundo !
Hola, amigos. Bien interesante el artículo; además bien escrito y bien expuesto, a pesar de la dificultad del tema. Impresiona de entrada el texto de Twain y al mismo tiempo extraña que un hombre tan inteligente y agudo manejara una visión tan primitiva y elemental de la Biblia. Pensaba yo que el infierno del que habla Jesús se refiere, en primer lugar, al sitio físico donde se quemaban las basuras y otros restos a las afueras de la ciudad. De modo que desde ahí, el infierno ya tiene un carácter metafórico, no estrictamente real. Un símbolo. ¿De qué? De una decisión suprema sobre el destino del hombre tras la muerte. Pero hay una lógica elemental que debería estructurar todos nuestros conocimientos e interpretaciones de la Biblia y, sobre todo, del Nuevo Testamento. Ella nos habla de que tras la muerte, para el hombre no hay ni tiempo ni espacio, puesto que entra en una dimensión desconocida que es la de Dios. Creo que correspondería a lo que entendemos por inmortalidad. «El que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá», de dice Jesús a Marta, cuando ya su hermano Lázaro comienza a oler en la tumba. Es evidente que, aunque solo hasta cierto punto, el hombre es libre y maneja sus decisiones. La última no la conocemos; menos aún, la nuestra, la de los que aún vivimos. Y sobre esa decisión creo que se basa nuestro destino futuro, para los que tenemos fe cristiana. (Recordemos el folclórico pero exacto dicho de Don Juan: «Un punto de contrición/ da al alma la salvación». Esto solo para no adelantar juicios. Y tenemos aquello de «Dios quiere que los hombre se salven y lleguen a conocer la verdad». Y es un querer efectivo, no como la del niño pidiendo la luna. Para mí, el mayor infierno que cabe pensar es la separación eterna del Padre ( bien en forma de aniquilación o en otra que no sé imaginar cuál podría ser) en una decisión que nadie puede conocer ni anticipar.
Por último, contradigo el final que habla de que la fe no necesita verdades. La fe es una respuesta racional y razonable. Jesús histórico es la base del Jesús de la fe. Por muy problemático que sea el primero, siempre será la base para el segundo. Pero claro, es una decisión completamente libre.
Ha hablado usted con sabiduría. Se escribe tan ligeramente que da gusto encontrarse con el sentido común. Gracias por sus palabras, Sr. Tostón de la Calle. Por cierto, original apellido.
Como siempre, cierta filosofía ultrmaterialista y ultracientifista confunde dos tipos de verdad. Otras posibles dimensiones y seres no descriptibles con los aparatos y sistemas de medida y de referencia de los que dispone la ciencia son, lógicamente, inalcanzables e incomprobables para esta última. ¿Ppr qué exigir pruebas físicas o lógicas de lo que -de existir- estaría más allá de la física y de la lógica? Todas esas ‘realidades’ del ‘más allá’ pueden considerarse creencias erróneas, por supuesto, pero la base para hacer eso será otra creencia, la de que sólo existe lo cuantificable y explicable con las herramientas de percepción, medición y explicación lógica y matemática que tiene lo que llamamos ‘ciencia empírica’.
Sería graciosa si no hubiese costado tantas vidas esa afirmación suya: «Como siempre, cierta filosofía ultrmaterialista y ultracientifista confunde dos tipos de verdad. Otras posibles dimensiones y seres no descriptibles con los aparatos y sistemas de medida y de referencia de los que dispone la ciencia son, lógicamente, inalcanzables e incomprobables para esta última». Dejando aparte el hecho de que la ciencia se esfuerza por ampliar en todo lo posible sus «sistemas de media y referencia» (haciendo, por cierto, cada vez más estrecho el camino a la especulación vacua o interesada) para ampliar las fronteras del saber, al contrario de los defensores de las «otras dimensiones» que no quieren que nada se investigue (ay, Darwin; ay, Galileo; ay, el ultramaterialismo; ay, el ultracientifismo); dejando aparte esto, como digo, supongo que se da usted cuenta que el hecho de aceptar que existan otros caminos de conocimiento que no deban ser investigados metódicamente —digo que no deban, no que no puedan; de hecho se investigan aunque los resultados no son muy alentadores— abre la puerta a creernos cualquier cosa, lo que sea. Le pondré un ejemplo: Leyendo su post fuera de este contexto, es imposible saber si usted está defendiendo la existencia de Dios, de los fantasmas o de los extraterrestres. Todo vale, todo pasa.
Mi opinión publicada aquí no tiene nada que ver con las persecuciones por parte de grupos religiosos a ‘herejes’ e ‘incrédulos’, cosa siempre repugnante, así que no me acuse de nada de eso. Por otro lado, la ciencia, por mucho que busque hacer evolucionar sus métodos, se basa siempre en cosas como la física, la química, las matemáticas, la lógica proposicional… El método científico, vamos. Ése es el método que, argumento, no puede usarse para conocer TODA la realidad, puesto que hay dimensiones que (de existir) escapan a la fuerza a su análisis. Sólo podrían ser experimentadas de manera ‘intuitiva’, ‘mística’, ‘mágica’ o ‘chamánica’ porque -existan o no- resulta imposible acceder a ellas con las herramientas antes mencionadas del método científico. Claro que el materialismo cientifista radical -que no la ciencia en sí- tiene la pretensión de que lo que no puede medir, explicar… -controlar racionalmente, en suma- por fuerza no existe.
Ya imagino que no es Vd. el responsable de las persecuciones a Galileo o a Darwin; pero si se apunta al club que hizo tales cosas, o las apoya o es que parecen no molestarle mucho. Es como si uno se mete en el KKK y luego se queja de allí se persigue a los negros.
Afirma Vd. que hay dimensiones que escapan al análisis de la ciencia, entre ellas, deduzco, estaría la existencia de dios. Bueno, pues entonces, ¿ cómo sabemos que existe, de donde nos viene su conocimiento ? ¿ de la Biblia ?
Ah, no, ya veo: de manera intuitiva, mística, magica o chamánica, vale.
Espero que comprenda que algunos veamos con escepticismo – por ser muy suave en la expresión – unos argumentos tan etéreos y evanescentes. O sea, que toda la división de los humanos, todo el sufrimiento, toda la sangre que ha corrido por causa de la Religión, todo eso viene de… una intuición.
Insisto, se equivocan los que, al hablar de la experiencia religiosa ‘básica’, saltan inmediatamente a las persecuciones y muertes en nombre de la religión. Lo segundo es una degeneración de lo primero, producto de la ignorancia, el fanatismo y la intolerancia humanos, cosas no exclusivas ni mucho menos de la religión (piénsese en Hitler, Stalin o los Jemeres Rojos). Lo más ridículo es que insinúe que ‘no me molestan demasiado’ las persecuciones a científicos y ‘apóstoles de la razón’ como Galileo, cuando, además de todo lo expuesto anteriormente, añado que esas persecuciones y muertes son repugnantes (también persiguueron y mataron las autoridades de la Iglesia a uni de mis pensadores favoritos, Giordano Bruno. Yo aprecio la ciencia y leer buenos libros de divulgación como los de Richard Dawkins, aunque no esté de acuerdo con su filosofía ultramaterialista. Una cosa no impide la otra.
Admito que vd. rechace las persecuciones en nombre de la religión; pero con sinceridad, que G. Bruno fuera uno de sus pensadores favoritos, o que lea libros de R. Dawkins, me cuesta mas creerlo.
Tú lo sabes todo, hijo, Hasta lo que le gusta o no le gusta leer a la gente. Digan lo que digan, YO lo sé y ya.
¿Cómo deduce de lo que digo que ‘me apunto al club que hizo tales cosas’? Insisto, no tergiverse. El grandísimo grupo humano de los que tienen algún tipo de religión y el de los que persigen y matan en nombre de ella son dos clubes bien distintos, igual que el gran grupo de los que tienen ideas de izquierda y gente como los responsables de las checas y las deportaciones a Siberia.
Ya sé que muchos fieles de la religión católica no aprueban la inquisición o las persecuciones, menos mal.
Pero, sin ir mas lejos, hace pocas décadas en España era obligatoria profesar la fe católica, y de facto todas las demás religiones estaban perseguidas, y nunca ví a ningún católico quejarse de ello.
Quiero decirle en primer lugar que se siente usted atacado sin razón puesto nunca pretendí acusarle a usted de perseguir a herejes e incrédulos, que eso está muy feo, aunque el hecho de tildar al cientifismo y al materialismo (?) de «ultra», ultracientifismo, ultramaterialismo, con las connotaciones extremistas que ese prefijo ha adquirido denota que muy bien, muy bien no le parecen. Está usted en su derecho, claro, pero esa sensibilidad suya a verse atacado me recuerda demasiado la fórmula de Montalembert, «cuando soy débil y en nombre de tus principios, te pido que me toleres; cuando sea fuerte y en el nombre de los míos, no te toleraré»; no le pondré ejemplos. Afirma usted en estos comentarios que existen «cosas más allá del alcance de nuestros instrumentos, nuestros cinco sentidos y nuestra razón». Es curioso: Buscando la fuente del conocimiento, lo que podemos creer que realmente sabemos, la filosofía -desde Parménides por los menos- discute si debemos creer en los sentidos, en la razón o -ese afán sintético- en una combinación de ellos y en ese caso cómo sería tal combinación. Es bueno saber que además de lo que nos dice la razón y los sentidos hay cosas que sabemos que existen porque sí y no se llaman fe. Mire, más allá de lo que nuestros instrumentos pueden captar no sabemos lo que hay pero no se engañe: usted y yo y cualquier otro sabemos exactamente lo mismo sobre eso, o sea, nada. Nada. Un viejo franciscano nos enseñó que a falta de mejores observaciones, la explicación más sencilla a un fenómeno es la más creíble. Donde yo no puedo ver nada creo que no hay nada -a falta de mejores observaciones que me esforzaré en obtener, repito-. Usted cree que donde no ve nada hay una «dimensión desconocida»… Bueno, ¿y por qué no dos?, ¿por qué no mil?, ¿por qué no un Dios en forma de masa de tallarines?, ¿por qué no mil (le recuerdo que ya hemos dejado la razón atrás)? Termino: En el mundo material, los que antes proclamaban que un Dios había creado el mundo en siete días (en seis en realidad) y separaba aguas y tal, hoy se refugian de la tozuda realidad de «la física, la química, las matemáticas, la lógica proposicional…» en el momento infinitesimal y cada vez más y más pequeño que sucedió al Big Bang que la ciencia aún no puede explicar. En el mundo de «la espiritualidad», otros se refugian en la intuición, la mística, la magia o (atención) el chamanismo para defenderse de los embates de la neurología, la psicología, la psiquiatría, la farmacología o, por supuesto, la criminología en su rama de investigación de fraudes. También para estos el espacio cada vez es más pequeño. Me tengo que ir así que no podré contestarle a una hipotética réplica suya. Saludos.
Supongo que ud no cree en la existencia de Dios. Yo sí. Y los científicos, si fueran realmente científicos, tendrían que admitir su existencia, aunque no lo puedan medir, tocar, fotografiar, etc. Qué dice la ciencia de cómo surgió el Universo? LA CIENCIA, no la Biblia, ni el papa, ni el cura de Coscurruela del Mogollón: dice que surgió de una gran explosión… siguiendo (a lo mejor me pierdo, pues no soy científico) más o menos la teoría de evolución de las especies, supongo de los átomos o partículas subatómicas, por choques sucesivos, se fueron formando moléculas cada vez más complejas… ahora, simplificando para no escribir un tomo de 3000 páginas, para lo cuasl imagino que esas moléculas se fueron «organizando» (como las comunidades de vecinos), y así, moléculas complejas, formación de seres uniceluylares, pluricelulares, órganos tejidos, y así sucesivamente hasta las plantas, animales y hombres de hoy en día… TODO, SIN ORDEN NI CONCIERTO, POR SIMPLES CHOQUES AL AZAR…. Voy a intentar reunir en un solar que tengo cemento, ladrillos, cables eléctricos, agua, interruptores, etc. etc. y los pongo a mezclar en una hormigonera, y esperaré (si vivo) varios miles de millones de años a ver si se me construye un chalecito sin PLANOS.
Me he reído mucho, gracias.
Ya dijo Dawkins que si la idea de la creación ex nihilo es absurda, la de un supremo hacedor es aún más absurda, por cuanto introduce una complicación adicional. Les recomiendo el «Credo quia absurdum», de Tertuliano, que no les hará más sabios, pero sí más coherentes.
Muchos millones de años y mucha, mucha casualidad. Son adorables.
Yo también me reido, sobre todo imaginando que este tipo de respuesta entre la gracieta, la parodia y una pretendida reducción al absurdo debió ser en su dia el tipo de contestación más común a quienes probaban con datos que no es el sol el que gira alrededor de la Tierra sino justo lo contrario.
Bravo!
Al autor de este texto le pregunto
Si estuviera atrapado por fuego en su casa y los bomberos rompieran una pared para salvarlo de la muerte.
¿Se enfadaría y maldeciria a los bomberos por haber roto la pared de su casa por salvarle?o¿daría las gracias por haberle salvado de una muerte tan terrible?
Pues que sepa que Jesús no vino a este mundo a condenar sino a salvar.
El se entregó como ofrenda fue torturado y crucificado por nosotros (QUE DIOS MAS TERRIBLE) para que pudiéramos arrepentirnos y tener vida eterna con el.
Decir que Dios es malvado es como escupir a tu padre cuando después de todo un día trabajando se quita su plato de comida y te lo entrega.
Usted Rubén Díaz Caviedes me parece que antes de rebuscar en la biblia versículos primero debería leerla entera y comprenderla y antes de que busque sobre los hijos de anac lea: Mateo 5:43-48 eso sí es amor ,y si el infierno es terrible pero para eso vino Jesús para que lo evitemos solo tenemos que declarar:
Jesús te acepto como mi único señor y salvador perdóname.
Un saludo a todos y recordar Jesús no está muerto está VIVO
Usted escribe mucho y analisa mal: La prueba de que la fe no necesita verdades es que hay mas de diez mil religiones de las cuales todos los creyentes expresan la misma fe . Claro que si nos atenemos a lo que proclamo Protagras cuando lanzo su memorable «todo es verdad !» Pues entonces si, usted tiene «razon»… de esas razones que nacen con el sophismo y acaban en el manicomio.
Jesús vino para darnos la salvación si creemos en él o amenazarnos con la perdición del infierno sino no creemos en él … ese sería un resumen de todo.
No diga ud tonterias
Interesante opinión, Antonio. Estoy de acuerdo: Jesús, Cristo, el Hijo de Dios, está vivo y nos pregunta a diario:
—¿Quieres ser feliz? Sígueme.
Yo estoy de acuerdo con ud. pero es inútil, la gente odia a Dios o no quiere saber nada de El porque es mas comodo o mola más estar en contra… cuando mueran, muchos se tiraran de los pelos… y no hay vuelta atras!!!
(A ver cuantas réplicas me tachan de extraterrestre, pirao o lo quieran… me da igual) la diferencia entre ellos y yo estará en la eternidad que nos ganemos
No te tacharé de extraterrestre, pero sí de iluso.
Sólo una pregunta: ¿ como sabes que, como dices, nos tiraremos de los pelos y no hay vuelta atrás ? ¿ cómo sabes que, por lo visto, tú si te vas a ganar la eternidad ? ¿ te lo ha contado alguien que lo ha experimentado ?
Sólo algunas precisiones, para el que tenga interés: lo que me ha parecido que necesitaba una réplica era esa absurda unión que se ha hecho aquí de experiencia religiosa en general y fanatismo religioso intolerante. Y otra asociación equivocada es la que se ha insinuado entre razón científica y una filosofía que es radicalmente materialista y ‘cientifista’ en cuanto a la epistemología humana. Yo critico la segunda (que de todas formas es respetable como cualquier filosofía, mientras no intente imponerse a la fuerza), no la primera, que aplaudo. No queda tan poco ‘espacio’ como se dice aquí a las interpretaciones no ultramaterialistas del mundo; explicaciones que de todas formas, al expresarse en pensamientos y palabras, siguen pautas definidas en función de la experiencia ‘espiritual’ que se ha tenido, no cualquier absurdo como el de la masa de tallarines. Y, desde luego, un religioso o un chamán que realizan prácticas, incluso ‘profesionales’ (renumeradas), a partir de sus creencias, no están cometiendo nigún tipo de fraude, porque creen en lo que hacen (y, en general -con sus excepciones- hoy en día en occidente su práctica es más vocacional que de búsqueda del enriquecimiento, aunque lleguen a vivir de ello). El que se acerque a ellos debe ser consciente de que se guían por una filosofía ‘no-científica’ y debe elegir si recibe o no sus servicios.
Buen artículo, las dos últimas frases del mismo resumen magistralmente a las religiones poseedoras de libros sagrados. Cada religión del libro se inventa e reinventa a lo largo del tiempo para vender su fe y su verdad, para las cuales siempre ha habido y habrá compradores.
Se parte de la premisa de que el tal Jesús existió y no hay ni uno solo, ni un registro histórico fiable de su existencia. Por aquella época había mucho tránsito de mercancías y personas, historiadores, poetas, cronistas, etc, que hubieran registrado alguno de los hechos que nos quieren hacer tratar. Si no hay nada es porque no hubo nada. Como ese dios del cielo que dicen que hay ¡que lo demuestren! Lo de los dioses son componendas mentales que cada uno se hace.
Los expertos -sin que tengan que ser creyentes- opinan que es mucho mas probable que haya existido.
Y le remito a mi comentario de más arriba. Resulta absurdo exigir que se demuestre lo que, si existiese, sería imposible de medir o de explicar de forma racional. O sea, se trata de aceptar o no que existan cosas más allá del alcance de nuestros instrumentos, nuestros cinco sentidos y nuestra razón (al menos en parte). En últumo término, es una opción filosófica que nace de una experiencia vital.
Yo diría de una experiencia Psicológica, emocional.
Pertenece al mundo de Pascal: Le coeur a des raisons que la raison ne connait pas
No soy religioso o cosas así. Pero Jesús. Es el Ser más grande que ha pasado por la faz de la tierra. Escrito está y no hablo de la
Biblia adulterada que hay hoy en día. Hay muchos libros más.
Hay más evidencias de la existencia de Jesús que de otros muchos personajes históricos de cuya existencia no se atrevería(n) a dudar ni un segundo, pero ah, a ese buenazo ensangrentado que apela directamente a mi conciencia ni mijita de agua. ¡Qué despropósito, creer yo en esas gaitas con lo listo que soy!
Y porqué no nos cita algunas de esas evidencias de la existencia de Jesús y de paso también nos cite algunos de los «muchos» personajes históricos.
Endevé qué comodones son ustedes los ateos (sobre todo los proselitistas). Lo siento pero no dispongo de tiempo para proporcionarle los peces. Búsquese la caña y pesque un poco, alma de cántaro. Hay bibliotecas abiertas en verano, y Google, a veces, es una buena herramienta. Ánimo.
Busque y hallará.
Mi alma de cántaro pensaba que ante «tantas» evidencias, nos podría citar alguna, pero «mira como beben los peces en el río» y no has encontrado ninguna.
Desde tiempos inmemoriables es sabido cuando provechosa nos ha resultado esa fábula de jesucristo. Papa Leon X.
Caramba, ¿le parecen a usted poco los testimonios de los cuatro evangelistas?. ¿o cree usted que se lo inventaron todo? ¿les imagina usted inventándose, de mutuo acuerdo, toda una biografía? ¿y para qué?. De haber sido así hubieran puesto más atención en contarlo todos igual, pero la realidad es que como describieron los hechos años después de ocurrir, cada uno de ellos lo describe a su manera, poniendo más énfasis en unos aspectos que en otros. Creo que usted debería leer el Nuevo Testamento.
Además de leerlo hay que sentirlo. No los veo por la labor, la verdad. Ni de lo primero y ni mucho menos de lo segundo.
¿Los testimonios de los 4 evangelistas? Desde cuando los escribanos de los sinópticos fueron testigos de lo que escribieron. A fecha hoy no se sabe quienes fueron esos escribanos.
El Jesús de la fe murió hacia el año 30 de nuestra era. Las carta de Pablo son de entre el 50 y 60. El evangelio de Marcos se escribió después del 70. Los de Mateo y Lucas, después del año 80. Hebreos entre 70 y 100. El de Juan hacia el 100. El de Tomás hacia el 150.
En todo su contenido están insertadas, leyendas, misterios, fábulas y algún que otro cuento maravilloso, pero nada de rigor histórico.
Me aconseja que lea el NT, por mi parte leído el Antiguo, Nuevo y Apócrifos y si por su parte también los ha leído, debería saber que el evangelio de Mateo incluye 600 de los 661 versículos del de Marcos; el de Lucas incluye 350 versículos del de Marcos. Así que Sr. Mio, se copiaron entre ellos.
Quedo a la espera de sus evidencias.
Cuantas palabras para terminar diciendo lo que en verdad sucede. La fé no tiene necesariamente que asentarse en la verdad. La gente cree todo lo que le dicen sin saber ni comprobar. Nadie vio nunca a ningún Dios ( de las 15000 religiones que existieron) ni hay tantos cielos ni infiernos. Ni se probó que existan -son dogmas ( inventos de los concilios ) ni que algún Dios creara la vida en la tierra, ni el alma ( que tampoco se ha visto tampoco por nadie ). ni que haya ángeles ni demonios La creación de la Trinidad viene del Emperador Teodosio en el Concilio de Constantinopla en 381 donde se acordó colocar al Espíritu Santo en el mismo nivel de Dios y de Cristo. Pero todo eso fueron acuerdos entre hombres, que el pueblo analfabeto e inculto del siglo iV creyó. y que los creyentes de cualquier religión actualmente siguen aceptando y pagando su diezmo y obedeciendo sus mandatos y a los que mandan en sus iglesias.
Lo siento, pero la afirmación de ‘nadie vio ningún dios’ me parece bastante rodícula. Lo divino no se ‘ve’, porque no pertenece a la dimensión ordinaria de nuestra existencia (aunque también están las ‘visiones’). Lo divino, lo angélico, lo demoníaco, lo ‘ultramondano’ se experimenta, no se ‘ve’ como uno ve la casa de enfrente.
Correcto, lo divino no se ve.
Muy bien, el que cree en Dios es un ser adoctrinado,tú no porque como no le has visto. ??
No es cierto, cualquier persona que siga una doctrina de manera acrítica es un ser adoctrinado, sea creyente o no. La experiencia de lo divino es otra cosa.
Correcto.
Para no empezar fuerte, diré que Mark Twain es un escritor que será muy bueno, pero que nunca me ha hecho gracia. Quizá a ello hayan contribuido las infames adaptaciones para niños de sus relatos en la tele.
Pero bueno, si abordamos nuuevamente a Jesucristo, y creo sin ser un erudito ni mucho menos que hubo al menos tres jesuses, el real, (¿?) , el político y un tercero, un curandero que se hizo famoso.
Pero aparte el infierno, que tampoco tengo claro si se menciona antes de El o no, pues Jesus fue un partidario del suicidio. Ya su muerte tiene mucho de eso, pero está aquello de que «El que escandalizare a estos niños… etc, mejor le sería ahorcarse» . O arrojarse o en fin, ahora no recuerdo bien.
Eso y su manía a las higueras no se entiende bien aunque seguro que como hacerlo, lo hizo lo mejor que pudo, pues era un hombre bueno.
Pero se ve que hay ahí una mano misteriosa que cortó o añadió lo que le convino de los textos o testimonios que fueren y a veces metió la pata, cosa que tampoco suena a perfección divina, sino a chapuza humana.
Yo leí de pequeño Un Yanki en la Corte del Rey Arturo y terminé aborreciendo ese libro de tan positivista que era,(el yanki tan listo y los demas tan tontos). Me desquité con Steinbeck y su incompleta Los Hechos del Rey Arturo y sus nobles caballeros, una maravilla.
Con respecto a Jesús me quedo con la visión asiática y budista del Bodhisattva que habiendo alcanzado la iluminación se queda entre los demás para enseñárles el camino. Lo del infierno eterno ya es mala leche y sadismo, directamente.
Jo, sin saber, sabiendo ?
Para hablar del infierno no es necesario elucubrar sobre si existe o no después de la muerte, D. Rubén, pregúntese sobre las causas de los infiernos en vida, será mucho más útil: ¿Por qué millones de refugiados huyendo de las guerras? ¿Por qué la esclavitud en el siglo XXI, el terrorismo doméstico, el abuso de la fuerza, la tortura? ¿Por qué envidias, odios, escaladas de violencia? ¿Por qué el derroche y la abundancia, mientras que otros no tienen nada? ¿Por qué tantos medio de destrucción que amenazan la vida de toda la Tierra? …para convertir la vida en un infierno nos bastamos los humanos, menos mal que Jesús de Nazaret insistió tanto en que los seres humanos podemos relacionarnos con amor, cuando empecemos a entenderlo, veremos que la vida aquí y ahora puede ser muy diferente.
Las víctimas de todas esas desgracias infernales del mundo real que usted menciona están así en en parte por manipulación religiosa que les disuade de defenderse y, bajo amenaza de infierno, les manda obedecer a los que se benefician del asunto, quienes son alentados y bendecidos por el cristianismo, se llevan divinamente bien con todas las iglesias cristianas y, en muchos casos, ni siquiera creen en Dios.
No veo nada contra Jesucristo, más bien contra la idea del Dios castigador del Antiguo Testamento. Eso ya se lo preguntaron los cátaros. Pero si es reconfortante pensar que se va a hacer justicia y felicidad para quien se la merezca en alguna parte… hasta el «buen ladrón» fue al paraíso porque se arrepintió verdaderamente. ¿Por qué no nosotros?
El infierno que predicó Jesús parece haber sido una noción común entre los judíos fariseos, que estaban próximos a los seguidores de Jesús en términos doctrinales, pese a que los evangelios suelen ensañarse con ellos. Pese a la la imagen de los evangelios, en tiempos de Jesús los fariseos no eran aún el establishment judío, que corría a cargo de los saduceos. Pero cuando se redactaron los evangelios, a partir del año 70, los fariseos ya controlarán las sinagogas y serán el nuevo enemigo a abatir, por lo que estamos, en cierto modo, ante anacronismo.
La idea del infierno eterno es, hasta donde se sabe, de origen persa, así como la del Juicio Final y la concepción de un cosmos con profusión de ángeles y demonios. Todo eso lo encontramos, por primera vez en la historia conocida, en el zoroastrismo; se ha especulado mucho sobre cómo pudo haber influido la cultura persa en estos grupúsculos judíos (fariseos, esenios, bautistas, jesusitas…), que también estaban más helenizados que la ortodoxia saducea.
En resumen, un verdadero melting pot cultural del que Jesucristo no era el único responsable.
Espectacular documento. Pero por qué plantear y darle vueltas tanto al infierno cuando lo rotula contra Dios? No es mas bien una afirmación la mera especulación acerca de su existencia o no o si es mas fatal o menos…de que este existe y que da igual quien lo creara si Dios o no….
…no debería todo aquel que lo cuestiona…..preguntarse mas bien por qué crée tanto en Dios y dejar de acojonarse por esta cuestión?…Sí, es consustancial al ser humano hacerse preguntas pero esa agonia vital…esa necesidad de redundar en a donde iremos y de temer ir al infierno…tiene mas de creyente que de ateo..apostata..o anticristo…o todo a la vez…
Siempre he pensado que la invención del Purgatorio ha sido la mejor operación de «Marketing· de la historia. Pingües beneficios gracias a la estupidez humana. La Iglesia se dedica a terrorizar las gentes, incluso los recién nacidos son culpables y hay que bautizarlos y»lógicamente» pagar por ello.
Aunque yo, gracias a Dios, soy ateo, admiro el coraje de Martín Luther por su contribución a La Libertad de pensamiento.
Por lo que yo sé, el infierno eterno tal como ha llegado hasta nosotros no pudo ser predicado por Jesús y sus apóstoles. En los primero siglos del cristianismo se creía en la reencarnación. Y según los autores cristianos que el autor del artículo cita y cuyas obras fueron declaradas heréticas en el concilio del año 533, el infierno no podía ser más que una pena temporal. Además no solo había un solo tipo de infierno (el del fuego) sino tantos como tipos de dolor causados por los humanos en su existencia terrenal. Por tanto ese infierno de los primeros siglos no era un castigo al mal causado en vida sino una ocasión para que la persona, sufriendo en sí misma el mismo tipo de dolor que el que había causado en vida, tomara conciencia del mal que había hecho, se arrepintiera y pidiera sincero perdón. Solo cuando llegaba a ese punto, el infierno desaparecía instantáneamente y venía la reencarnación para, con la lección aprendida, compensar en la Tierra el dolor causado.
Por tanto, según mi opinión, el título del artículo debería haber sido algo así como «Contra las infames manipulaciones que se hicieron en la Iglesia del mensaje de Jesucristo sobre el tema del infierno», no «Contra Jesucristo». Él personalmente no hizo nada de lo que le podamos acusar. Al contrario: si las potencias occidentales vencedoras de la I Guerra Mundial muy «cristianas» ellas, no se hubiesen ensañado con una Alemania vencida y hubiesen practicado mínimamente el amor al enemigo y el perdón que Jesús predicó, obligando a Alemania a una compensaciones económicas no abusivas, probablemente no habría surgido un Hitler salvador de la Alemania humillada en 1919.
La ley del karma coincide mucho con lo que describe usted.
Vamos a ver, que en este artículo se están montando una historia donde no la hay.
El concepto de «infierno» es una de las influencias griegas en el cristianismo. Hay que recordar que Pablo de Tarso (que algunos consideran como el verdadero creador del cristianismo) venía de la cultura helena. Y el cristianismo tal como lo conocemos es una mezcla de influencias griegas y judías. El infierno cristiano es una adaptación del Hades griego a la mitología judía. De hecho, en los escritos originales del Nuevo Testamento se usa a veces los términos «Tartarus» o «Hades» para referirse al infierno.
Además hay que recordar que para los primeros cristianos se suponía que el día de la segunda venida de Cristo y el día del Juicio Final estaba muy cercano,que ellos lo verían, luego viendo que no llegaba fueron cambiando el discurso a lo largo de la historia.
Con respecto a la 1ª guerra mundial y sus causas tiene razón, pero si en las monedas tienen el lema in god we trust algo acaba de ir mal con todo el mensaje de justicia que traía Jesus. Adaptamos la idea de Dios a cada contexto historico.
El infierno se inventó para sacar pasta, menuda novedad
No se puede expresar mejor en menos palabras.
Y el frumbol tambien, no?
Buen trabajo. Buen estudio y bien referenciado. Felicidades.
Buen estudio, sí, sobre todo cuando habla de la manzana del Génesis. Al autor se le olvidó especificar si era golden o reineta. Qué manía con las manzanas. A buen seguro el autor del sesudo estudio también da por segura la costilla de Adán, cuando a poco que se estudie se sabe que fue el costado, no la costilla, el costado del hombre. Aquí hay mucha gente que ha leído la biblia en formato cómic y cree que la ha leído, qué le vamos a hacer. En fin, que busquen y a lo mejor encuentran; pero supongo que estarán ocupados Instalando la última aplicación del móvil o descargándose la última serie de éxito. ¿Buscar? Uy, qué pereza…
Yo solo se que no se nada.
Angelito…
El silogismo causa―efecto, primitivo razonamiento que ha dado origen a casi todas las religiones, incluida la ciencia, ya comienza a dar señales de vulnerabilidad. Si existía un mundo, y especialmente un hombre, productor de todos los errores y aciertos, era necesario que existiera una causa. Y he ahí que, primero, la religión explicaba todo, y luego, de a poco, se abrió paso la ciencia, menos dogmática, mucho más libre, sin verdades preconcebidas. Es toda una cuestión de progresar. A veces, observando retrospectivamente la historia de las religiones, especialmente aquellas monoteístas con sus mensajes de paz mezcladas con aquellas de muerte, me pregunto que hubiera sucedido si en vez de una causa se hubiera aceptado que tal causa no existía. Seguramente nos hubiéramos ahorrado un montón de horrores e incomprensiones con tantos inocentes muertos. El universo y todo lo que contiene, con sus ciclos de nacimiento y muerte en tiempos y espacios espeluznantes es, tomando prestado el lenguaje religioso, no generado, eterno, y en el mismísimo momento que morirá nacerá otro, en algún otro lugar. En eterno. Yo y lo que me rodea no tenemos una causa, a no ser esos “torpes” intentos de la naturaleza para tratar de cambiarme (considerar nuestros antepasados antropomórficos y nuestro futuro, sin género, talvez dentro de un circuito bioeléctronico, talvez eternos… brrr, se me pone la piel de gallina al pensarlo. Por suerte ya no estaré) Es duro el pensamiento, incluido el mío, de aceptar que después de muerto, o antes de nacer no existe absolutamente nada. ¡Coraje, compañeros de desaventuras! lo único que puede dar una razón a esta existencia son los otros, el cuidado de nuestro pequeño planeta, los que vendrán, el arte, la cultura, la amistad.
Pero la nada no es nada. La nada es lo no manifestado. Eso no significa que no tenga entidad. Por otro lado de acuerdo con usted: Seguir los designios de la ley del amor parece lo más razonable en esta nuestra breve existencia terrenal. Sin embargo añadiría que hemos de dejar de buscar una razón a nuestra existencia. No somos más que chispazos de lo Absoluto. Nuestro efímero existir puede tener tantas razónes como momentos tiene el día. Acaso existe algo permanente en la existencia humana? Eso es lo que nos aboca a la desesperación : La búsqueda de la permanencia. Lo permanente, por ahora, lo único permanente que yo he podido encontrar en mi vida es la sensación de existir. Y hasta esta se extinguirá, o no?
La fe es la fe, y la ciencia es la ciencia. Pero para entender científicamente el absurdo del evangelismo que predica la exactitud de los textos sagrados, recomiendo los libros de Bart Ehrman, empezando por «Jesús no dijo eso» (Crítica, Barcelona, 2006)
Al final, todo es Literatura, porque los humanos, no tenemos otra forma de buscar la verdad o «verdades», (que habrá muchas, supongo). La realidad (en todo su esplendor, de lo mejor y lo peor, palpable) nos ha dejado desde el inicio de los tiempos sin argumentos. Pero los signos para encontrar la verdad sobre Dios o Jesús desde los propios libros que llaman sagrados y los que no, nunca han concluido con certezas, sino, precisamente, con esa narrativa intensa en «posibilidades».
Que el cielo y el infierno están en la tierra, todos lo vemos. Nadie lo ha creado expreso, ya que el propio ser humano ha ido haciéndolo y lo hará, mientras, la justicia «divina» y la terrena no se unan (si es que aquella existe; porque ésta, tampoco es inviolable). Ahí están las guerras y todo el infierno diario que unos hombres infligen a otros y al resto de seres vivos.
Jesús, es una hermosa esperanza, que si lo metemos en un texto bíblico, al igual que todas las religiones, es insostenible. Por éso es tan irracional y contradictorio y tiene tan poca importancia (a mi juicio) quién creó el infierno o cómo, dentro del argumentario de la biblia. Libro éste, que como todos sabemos, lo han ido escribiendo según los tiempos y más bien es una cronología de sucesos, creíbles o increíbles sobre la humanidad. Palabras, palabras…
Como decía Hesse: » La vida de cada hombre es un camino hacia sí mismo, el ensayo de un camino, el boceto de un sendero».
Jesús, simplemente es una idea para buscar algo mejor en nosotros mismos. Lo demás, es narrativa.
Aunque como ya vemos, de esa narrativa viven muchos y otros mueren. Y con esa narrativa, una parte de la humanidad justifica los horrores que padece la otra. Poco importa, creo, quién y cómo se creara el infierno…
Un artículo interesante. Gracias por el debate enriquecedor que has generado.
«Mis palabras no pasarán». Ya ven, no pasaron. Otro pedazo de verdad.
Miren, queridos resentidos (¡hay hasta un ex-teólogo con capa y espada!), no merece la pena que pierdan el tiempo atacando sistemáticamente verdades privadas y profundas de millones de personas. Es inútil. Como lo es, también, que exijan todas las pruebas habidas y por haber del paso de un hombre que partió la Historia en dos. «¡Hay muchas incoherencias en los evangelios, por eso todo es una farsa!, viene a decir a otro. Pero buen hombre, si de un suceso ocurrido ayer pueden haber decenas de crónicas y muchas en directa contradicción, cómo no las va a haber en hechos ocurridos hace más de 2.000 años. ¿Sabe ud. lo que es la esencia? Ítem más, si existieran todas esas pruebas que piden/exigen, no existiría la fe, tan nítida y revolucionaria ella. Tan sólo tendríamos frente a nosotros una montaña de certezas y hechos incontrovertibles. Y en ese caso no seríamos personas con libre albedrío, seríamos meros robots.
Ese, por lo visto, no era plan.
¿Por qué se preocuparía del infierno quien no cree que exista vida después de la muerte?, pero si creo que existe, es lógico que me plantee ¿Cómo se vivirá allí? ¿Qué voy a necesitar?… como cuando quiero visitar un país muy distinto del mío, para ir con cierta preparación. En este sentido, los Evangelios ponen en boca de Jesús parábolas muy interesantes, como la de la rendición de cuentas que pide el Rey a su regreso, sobre la administración de los bienes recibidos,…personalmente me parece bastante razonable y creo que el infierno puede estar no solo en el recuerdo de todo lo malgastado sin provecho, sino también, en lo que hemos utilizado al servicio de la maldad. El Señor premia a quien ha trabajado con sus bienes sabiamente, confiándole la administración de muchos más y dejando sin nada, a quien los ha enterrado. Creo que como todos tenemos un poco de los dos, cada uno de nosotros puede examinar, hasta que el Señor llegue, ¿Cómo usamos los dones recibidos?
Debería usted cambiar a su dios de pacotilla por Frodo, o Flash Gordon: más alegría y menos superioridad intelectual católica (oximoron).
Por supuesto, no hace falta insistir en que las religiones son cuentos para niños grandes acojonados ante la certeza de su muerte. Lo curioso es que otros espabilados lo aprovechan para vivir sin trabajar en vida, esos no tienen miedo al infierno. Refrente a ese tema es curioso recordar el famoso y no aplicado mandamiento: «no tomarás Mi Nombre en vano». Eso aplica a TODOS LOS CURAS DE CUALQUIER RELIGIÓN QUE VIVEN DEL CUENTO. También a Francisco, es una pena.
Por desgracia, parece que sí hace falta insistir, a juzgar por la cantidad de gente que sigue creyendo en dios.
De acuerdo contigo y añado que la mayoría de los creyentes lo son sencillamente porque desde pequeños se les ha inculcado esa creencia, se les ha adoctrinado para ello. Esa es , para mí, la principal razón.
La causa de toda esta confusión la tuvieron los primates por querer hablar, hasta que aprendimos hacerlo. Los monos mas listos aprendieron primero, los demás a seguirles como súbditos. Desde entonces todo es caos y confusión.
Parece que algo sabe. Para el próximo día nos hace una redacción a dos espacios sobre la posibilidad de que el mono descienda del hombre. Ya sabe que los había (y los hay) muy salidos. Ánimo.
Nací y crecí en una familia atea y soy creyente. Otra casualidad, ¿verdad, luchino? Ah, el azar…
Pues mira, yo nací en una familia católica y soy ateo. Sólo es cuestión de leer y poco y pensar.
Lo cual no invalida lo que he comentado antes. Y si no, explicame, ¿ cómo es posible que en España la mayoría de los niños nazcan – por lo visto – católicos, y en Marruecos la mayoría nazcan musulmanes ? ¿ la educación, el contexto social, los padres, no tienen nada que ver ?
Ay que ver, que listos son los bebés, nacen con la misma religión que hay mayoritamente a su alrededor.
Leer un poco, sorry.
Claro, uno cree en conformidad con su entorno, en el contexto en el que le ha tocado vivir. El reino de Dios tieme muchas moradas, se lee en las escrituras. Bien mirado, todo lo bueno de cada religión podría ser una manifestación de Dios, porque Dios es amor. No importan las etiquetas.A los Occidentales no ha tocado la visión judeocristiana, sin duda la que tiene más aristas y matices. En compensación, parece que aquí se vive mejor que en otros lugares del planeta. Termino diciendo que hay mucha gente con fe muy valiosa, y no por profesar una religión son más ignorantes, como parece que se deja entrever por las palbras de algunos intervinientes.
«La fe, como todo el mundo sabe, nunca ha necesitado asistirse de verdades». Interesante frase la del final del trabajo que reduce la credibilidad del resto del artículo.Eso es convertirnos a todos los que creemos en irracionales. La fe es razonable, aunque ciertamente tiene misterios que no van contra la razón (Dios no está dividido en tres, por ejemplo, aunque sea Trino). La ciencia experimental también los tiene, muchos de ellos con descubrimientos al cabo de los años espectaculares como el Boson de Higgs. Negarlo sería afirmar que es imposible hacer más ciencia ya que estaría todo descubierto). Otras veces inclusive con descubrimientos que hacen replantearse anteriores descubrimientos. Jesucristo afirma que Él es el Camino, la Verdad y la Vida.
Por otro lado, le aseguro que los curas no vivimos del aire como alguno ha afirmado en los comentarios. El número de horas que echa un sacerdote habitualmente estaría fuera de todo convenio y el sueldo también (por abajo).
Cuando humanos, y por consecuencia, criaturas finitas y esquizofrenizadas que los somos todos, además de estarnos infectados de forma nefasta y irrevocable de siglos de tradiciones y conflictos dialécticos
– religiosos filosóficos – de todos los colores posibles y, no obstante, nos proponemos a escribir sobre temas metafísicos, cuando aún tropezamos con los físicos misteriosos que aún no hemos podido solucionar , pues, lo que único que puede pasar es que producimos toda suerte de ideologías. Los » ismos » nos atrapan.
Picasso vendía lo que pintaba y criticaba los que solo pintaban lo que vendía. Afirmar o negar el infierno vende. Afirmar o negar la existencia de Dios vende.
Dios Es. Él no existe. Existe yo y tú y el universo y los multiversos. El que existe no puede pretender ser Dios. Un dios que fuera el producto de una ecuación matemática, o al que le pudiera practicar una autopsia para descifrar su genoma, o al que un científico inluminado de turno pudiese publicar en las sacro revistas científicas que se ha dado con dios en alguna esquina de la metodología científica , ese , desde luego no sería Dios y mucho menos mi Dios. Al revés le seriamos Dios de el.
No habrá concesiones a los científicos y sus metodologías científicas para dar con Dios. Por ese tubo de ensayo Dios no pasa. Él se va. La pobreza de la metodolia cientifca se evidencia en el escrito en cuestión sobre el infierno. El escritor trata temas metálicos con sus recursos físicos. Quiere aplicar la moral y la ética a Dios. Quiere hablar del más allá con las ataduras que le prende en el acá. Cuenta y enumera las supuestas muertas a nombre De Dios, con el debido aire de escándalo periodístico…Dios no conoces la moral y ni la ética.. eses criterios son parámetros de conducta para mí y para ti y para el universo y para todo lo que existe. Dios no existe. Él ES. Dios es inmoral a los guardianes de la moral en la tierra.
Hay muchos teólogos del cristianismo que son tan imbeciles cuanto los del islamismo. Ese Dios y ese Ala que necesita que sus felegrinos salgan a su defensa no es DIOS. Es una fantasmada de las cabecitas humanititas de esas criaturitas finititas…
Apenas he dicho eso para afirmar que hablar del infierno con las categorías hermenéuticas contamindas por siglos es otra pretensión de escribir porque vende.
Pensar en un infierno geofísico, localizable vía GPS en algún rincón del universo, con portones de entrada es otro fracaso de ese ser mesquino que es el ser humano atreviendo se a hablar de lo que ni sabe definir como partida…
Claro que el infierno existe, de eso dan prueba toda existencia vacía De Dios. No hay cosa más terrible y infernal que vivir como si Dios no Es. Ese es el infierno conceptual espirual. Todo lo demás es lenguaje metafórica empleada para poder lanzar luz en que pueda ser ese infierno.
Que el infierno sea eterno … que es eternidad? Es perpetuación o intensificación?
Que dios dejaría un ser humano que vivió una mierda de 90 años en esa tierra aque estuviera » ahí» por toda la eternidad… puede que el Dios del cristianismo, del islanimos, y de todos los ismos de esa vida.. pero no el Dios que Es y que en Jesus nos salvó a todos los que en El creemos.. esas cosas son de la fe.. y no hay concesiones…o se cre o se viví buscando pruebas …
Hola, amigos. Lo primero que me llama la atención leyendo los comentarios es el enorme interés que despierta el tema propuesto en el artículo. Lo segundo es que todos tenemos bastantes cosas interesantes que decir sobre el mismo, ya que cada uno tiene su formación y su experiencia. Todo ello nos enriquece sin duda. Uno de los puntos, sin embargo, con el que no estoy de acuerdo y me parece fundamental, el menos en cuanto a la fe cristiana, es en negar el carácter histórico de la figura de Jesucristo. Los datos que han llegado hasta nosotros, desde el punto de vista de la historia como ciencia, tienen más que sobrada garantía para transmitirnos el hecho del Jesús histórico y no es el caso de trasladarlos aquí cuando existen innumerables estudios sobre el tema. Solo citaré una frase del teólogo alemán Rudolf Bultmann: «La duda sobre la existencia de Cristo es algo tan sin fundamento científico que no merece una sola palabra de refutación». Que de ahí se pueda pasar a la fe, eso ya es otra cosa muy distinta que depende de innumerables factores y en últimas de la libertad de cada uno: aceptar o rechazar. E insisto en el carácter simbólico del infierno como sentencia sobre la preferencia del mal. ¿Cómo se pueda realizar esa sentencia cuya otra alternativa sería el cielo? No tengo ni idea. Solo hay un texto de San Pablo, que me pone a pensar: «Ni el ojo vio ni el oído oyó lo que Dios tiene preparado para los que le aman». Y desde luego, el juicio sobre cada uno no le pertenece a nadie sino al mismo Dios.
Es hermoso lo que dice pero no sea colérico. Se necesita de mucha humildad para sentir a Dios y cada uno tiene su camino pero todos lo sentimos, en algún momento de nuestras vidas todos sentimos ESO, el chispazo, el manantial, siquiera por un segundo y, después, todos lo olvidamos, como olvidamos a Cristo. Y después, algunos lo buscamos. Y es entonces cuando el infierno desaparece.
Perdone, mi respuesta iba para Laercio.
La presumida erudición del autor deja mucho que desear. JC no juzgará al final, sino que será su palabra quien lo haga. De ahí lo de los cabritos y las ovejas, cada una a un lado. La dualidad es chunga, pero existe. A un lado irán los partidarios del maligno, y ellos mismos cerrarán las puertas del infierno desde dentro. No querrán salir a causa de su pinche orgullo. Excepto aquel necio que se quiso colar sin el traje apropiado. Ese sí será atado y expulsado.
La ciencia histórica reconoce la existencia de Jesús de Nazaret (predicador apocalíptico crucificado por Pilato hacia el año 30) y en consecuencia niega la existencia de Jesucristo (personaje ficticio incompatible con Jesús de Nazaret). Este es quizá el ejemplo más claro de choque frontal entre la ciencia y la religión.
Hola, amigos. Permítanme que vuelva un momento sobre el tema. Y es que los tiempos que vivimos son de mucha confusión, sobre casi todo, pero en el tema religioso raya ya en el caos mental del que hablaba Soljenitsyn. Algunos toman como verdad, por poner un ejemplo, las novelas de Dan Brown, que son una astuta combinación de elementos históricos con otros producto de su fantasía; todo ello con mucha ficción y apariencias de verdad, para sorprender, alucinar y, sobre todo, vender. Y el otro elemento entorpecedor es la propia Iglesia y las muchas iglesias que en lugar de hacer más asequible el mensaje de Jesucristo, lo oscurecen, problematizan y hasta lo tergiversan. Y como la gente lee poco sobre estos temas y reflexiona menos, se conforma con ese gran murmullo, esa enorme chismografía barata que inunda revistas, estudios y novelas y que todo lo enredan. Por eso, el aporte del autor del articulo me parece muy apreciable por el nivel en que se sitúa, aunque no comparta algunas de sus ideas.
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Bueno, y después de todo, ya escribió Jorge Luis Borges que habíam mucha gente que no podría ser feliz nada más que en el infierno. Creo que tenía bastante razón y hay muchos magnates que descansarán allá porque no hay otros lugar mejor para ellos.
Sigue haciendo esta clase de artículos y no tardarás en ser acusado de ofender los sentimientos religiosos.
Para centrar las ideas sobre el tema y no caer en afirmaciones delirantes sugiero leer:
¿Que queremos decir cuando decimos infierno?
Andrés Torres Queiruga
Editorial sal Terrae
Y, por cierto, la Gehena es un valle cercano a Jerusalén donde se vertían -y quemaban cada día- basuras…y cadáveres cunado había epidemias o guerras.
Por tanto, no hay almas quemándose en la gehena, es una manera de decir «ser tirado al vertedero de cadáveres» o algo así. Se trata, pues, de la muerte, de la no-vida eterna.
Lo del Lázar de Lucas ya lo han contestado muy bien.
La Trinitat té un fonament en diverses cultures i correspon a una antropologia tridimensional: bios, psiqué i pneuma que lamentablement amb Plotino queda reduït al dualisme cos-ànima que ha adoptat la fe cristiana. Cadascú hem de fer aquesta experiència transconscient que l’Analisi Transaccional explica amb els estats psicològics del JO: pare -adult -infant (PAN). L’Esperit, l’adult humà en equilibri, relaciona el Pare i el Fill amb harmonia sense reduir la diversitat. Saviesa dels antics que podem acceptar sense contradicció amb la ciència.
El cristianisme es va haver d’adaptar a la tradició romana per poder progresar, llavors, la trinitat és una sinèrgia pagana del concepte de la «triada capitolina»? O contrariament, aquest concepte ja era inherent del cristianisme?
Gracias Rubén: Confio que El Padre, El Hijo y El Espíritu Santo liberen tu mente de prejuicios te concedan el don de la Fe y que en su momento, cuando llegue tu hora, la de juzgar tus aciertos y desatinos,no vayan contra Ruben y puedas gozar de su esplendor y grandeza.
Mi filosofía de vida:
1.- Creo en la existencia de Dios.
2.- Tengo diarrea.
3.- Me cago en Dios.
Rezo por usted, Troll.
No sea irreverente, José.
Yo no sé cómo sería el tal Jesús en realidad, lo que sé es que el personaje que presentan unos evangelios, escritos por cuatro seres humanos, y de los que la Iglesia ha hecho su razón de ser, se aleja bastante de la idea que, de existir (cosa que tampoco me preocupa mucho), tengo de Dios. Hay pasajes que te hacen creer que solo se trataba de un iluminado prepotente. Como ejemplos, me llaman la atención la maldición de la higuera que no le dio higos porque no era tiempo de higos, el continuo «quien no está conmigo está contra mí», la recriminación a una de las hermanas de Lázaro porque le pedía ayuda a la otra para hacer las labores de casa mientras esta última estaba escuchándole y, sobre todo, su «fuego eterno» constantemente en la boca. Creo que el montaje que la Iglesia ha creado con este personaje y el daño causado a lo largo de tantos siglos, debe ser reconocido y clarificado lo antes posible (empezando por casos «recientes» tan flagrantes, y creo que dañinos para muchas personas de buena fe, como Fátima, Lourdes, Medjougore, etc.). Lo malo es que creo que Papas como Francisco, aparentemente de los más «razonables» que hemos tenido, no estén todavía por la labor.
«El continuo quien no está conmigo està contra mí».
¿Continuo? Sólo hay constancia de que lo dijo una vez, pero parece que a ud. le afectó sobremanera.
De acuerdo, retiro lo de «continuo». De todas formas, creo que la actitud de Jesús reportada en los evangelios refleja muchas veces estas palabras. Además, en todo caso sería palabra de Dios y, aunque solo se dijera una vez, no debería caer en saco roto.
No se moleste, pero el prepotente parece más bien vd. diciéndonos lo que no debería haber dicho o hecho Jesús. Yo le sugeriría que bajara del pedestal, pero sí, entiendo que es mucho pedir.
Siento haberle parecido prepotente y comprendo que, por el tono de mi comentario, quizá merezca el calificativo. Solo quería recordar algunos pasajes sobre Jesús, escritos en los evangelios, que siguen llamando mi atención tras tantos años de educación católica recibida.
Si existe Dios, existe el infierno. Si el Ser origen de toda realidad es el Bien, enfrentarse a El sólo puede llevar al sufrimiento eterno. Es pura lógica.
Lecturas sobre estas cuestiones:
– Porqué no soy cristiano – B. Rusell;
– Los pésimos ejemplos de dios según la Biblia – P. Rodriguez;
– Mentiras fundamentales de la Iglesia Cätólica – P. Rodriguez
Y sobre las religiones en general:
– Tratado de ateísmo – M. Onfray;
– El espejismo de dios – R. Dawkins.
Estos dos últimos para mí fundamentales, son como abrir una ventana y descubrir, de repente, que fuera existe un mundo del que no tenías ni idea.
En particular, conozco muy bien la primera, «Porqué no soy cristiano» de Bertrand Rusell, y me parece una delicia que todos los que hemos recibido una educación cristiana (como Rusell) deberíamos leer. Aunque solo sea por un contraste de perspectivas. ¡Chapeau por la referencia!
Ya tienen ustedes un corpus doctrinal muy sólido, felicidades. Yo todavía me estoy riendo de los cabezazos que se daba Russell contra el libro del Eclesiastés en The Conquest of Hapiness. Russell era muy inteligente pero estaba tremendamente resentido. Era mucho más objetivo cuando se adentraba en las matemáticas.
Russell. Su apellido tiene dos eses. Pero vamos, que si la secta atea proclama que lleva una, acepto la enmienda y me voy al rincón oscuro. Saludos.
No hace falta, tiene razón en lo de las dos eses: Russell. (¡Gracias!) Comencé a leerlo en los libros de Lógica Matemática (con Alfred N. Whitehead) y en sus estudios sobre la teoría de la relatividad de Einstein. Pero ninguno de dichos tratados me ha aportado tanto como el citado «Porqué no soy cristiano» y el que usted cita «The conquest of hapiness» (en el que, por cierto, no atisbé resentimiento alguno). También recomendaría «Misticismo y Lógica», donde nos recuerda, quizá como cura de humildad, que vivimos sobre una roca que, esencialmente, lo que ha hecho es pasar 4500 millones de años girando alrededor del Sol y sobre sí misma. ¿Habráse visto algo más tonto? Además, estoy de acuerdo con la Biblia en el fina del mundo: como muy tarde, cuando el Sol nos trague convertido en una gigante roja.
Gracias. SEguramente el suyo ( el corpus doctrinal ) es mucho mas consistente, se apoya en la Biblia, un libro compuesto de las aportaciones de no se sabe cuántos autores, a traves de no se sabe cuantos siglos, pero eso sí, inspirado por dios, alguien de cuya existencia nadie , en miles de años, ha sido capaz de presentar la menor prueba. Bravo.
Para tener todas las dudas y menos fe que un gato de escayola se pasa ud todos los días por aquí. Cuán perseverante es la secta del ateísmo, qué frenesí. Les dejo, me voy a entrenar.
La mayoría de los comentarios de este cariz son similares: alguna gracieta, algún reproche, tal vez una descalificación, ningún argumento. ¿ Será que no los tienen ?
¿De verdad está orgulloso de la (supuesta) consistencia de sus argumentos? Le he leído y…
Sí, lo estoy. Otra es que, puede ser, yo no sepa exponerlos bien.
En todo caso, me parecen mejores que los de los creyentes, que al final resultan ser una intuición, un pálpito, un sentimiento, un no sé qué … todo muy consistente, sin duda.
La fe comienza donde termina el orgullo.
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Estoy escribiendo un libro que se titula que el azar no pudo crear la vida en la Tierra que tuvo que ser creada por un ser inteligente hace 3700 millones de años y se ser inteligente no es otro que es Dios, y que Dios es el que rige y el que creó las leyes del universo cuando esté publicado ya la anunciare
Por cierto, no sé si conoces – parece que no – la existencia de unos simpáticos signos de puntuación, como las comas, puntos, punto y coma, etc. ; cuyo uso es aconsejable si no quieres hacer atragantar a tus lectores.
De nada.
Interesante artículo. Solo puntualizar que Jesús, en el supuesto de que existiera, cuestión nada clara, no instituyó ninguna iglesia. Fue Pablo de Tarso quien a partir de relatos existentes se inventó lo que ahora conocemos como cristianismo, que nada tiene que ver con el judaísmo que se profesaba allí donde habría vivido el supuesto Jesús.
Soy Jesusista. No Cristiano.
El mensaje de Jesús, como el de Buddha, es aceptable y positivo.
Toda la parafernalia teológica construida, por razones políticas, por los concilios, particularmente el de Nicea a/d 325, pertenece al mundo de la magia basada en un principio, la Resurrección. En el Corán se habla bastante de Jesús pero no se acepta a Jesucristo.
La frontera entre Jesús y Jesucristo es la Cruz. Es un antes y un después.
Interesante y erudito texto, plagado de afirmaciones, datos, que efectivamente vienen así escritos en la Sagrada Escritura, y además aderezado por el sarcasmo, o pongamos, sentido del humor del autor.
He estudiado Teologia y si mi fe se fundementara en la letra, no es su espiritu, seria más fundamentalista, de lo que se me antoja es el escritor Mark Twain, que además de interpretar a su antojo la Palabra de Dios, pues no percibió que en él se cumplió lo que Se dice en los Evangelios que «Dios entontece a los sabios de este mundo y da su sabiduria a los que el mundo tiene por necios».
Mala cosa es juzgar a nadie, pero peor querer hacerlo de Dios. El AT es la pedagogia de la que Yavé se vale para revelarse en Moisés a su pueblo elegido : los judios.
Como no le quisieron, le dieron la espalda a Dios, mandó Profetas y por último a su Unigenito, son tres Personas Divinasy un solo Dios, no tres dioses, ya lo dice San Patricio, el evangelizador de Irlanda, en el simbolo de un trebol. Una sola rama y tres hojas. Es un Misterio, revelado en Jesucristo, pero sigue siendo Misterio al que nuestra razón, ni por mucha fe que se pueda tener lo captariamos, porque estamos llamados a ser semejantes a Él, cuando el veamos cara a cara.
Sobre el horrible crimen contra Él ,no querido ni provocado por Dios, pues pasó haciendo el bien (sic), sino porque el pueblo prefirió a Barrabas, es decir, el pecado, su libre albedrio, a la libertad de los hijos de Dios y vivir ya en esta vida redimidos por Cristo Jesus,a quien Dios Padre resucitó entre los muertos.
Sus criterios no son nuestros criterios, Dios siempre es mas grande que el hombre y entrar en competencia con El es perderse lo que es y significa conocer el verdadero amor de Dios revelado en Jesucristo.
No ha ha venido a juzgar ni a condenar al hombre (sic), ni a que cumpla su Ley, sino a dar contenido y sentido a Su promesa de salvacion para quienes le acogen en su corazón haciendo lo que Él nos dice, porque , lo tengo más que comprobado, que es lo mejor para nosotros, al menos para mi, si no, no me hubiera convertido.
A Mark Twain ya tantos otros, dentro y fuera de esta u otra Iglesia, ateos o creyentes, que quieran de verdad conocer a Dios nada mejor que leyendo su vida, su obra y su muerte, por nosotros, por salvarnos a nosotros porque a El realmente no le aportamos nada mas que problemas, pero El vino porque nos ama de tal modo que hay que querer experimentarlo para poder hablar del Dios de Jesucristo, el verdadedro, no el que nos quieren colar.
En el Prologo de Juan, dice quien es Dios.
Por cierto, el infierno existe y no hay mas que mirar a nuestro alrededor para creer que no es un invento y no precisamente de Dios, que es amor, sino del hombre que vive de espaldas y niega a Dios para ponerse El en su lugar.
Si siguieramos el ejemplo y las sugerencias y forma de vivir del Salvador, Nuestro Señor Jesucristo, este mundo seria un paraiso, que para eso creó Dios al mundo y al hombre, para amarnos unos a otros como El nos ama y hacer el bien pero con El delante, porque sin El , de verdad que estanos perdidos, de nuevo me remito a que observemos a nuestro alrededor.
La fe es un regalo de Dios que quien quiere la tiene y quien no, la desprecia, de ahi su salvacion o su perdición, pero eso ya depende la la respuesta que denos a la invitación de Dios.
Saludos
Yo soy la Luz, el Camino, la Verdad, la Resurreccíon y la Vida el que cree en mi no morirá. (Jesucristo Hijo de Dios)
El Infierno es la ausencia de Dios (Sin Dios no hay Amor, en la otra vida, ¿Que cosa hay peor que la falta de Amor por los siglos de los siglos? Estar solo (solo de verdad, totalmente solo)sin consuelo, sintiendo el vacío del desamor. Prefiero arder continuamente sin consumirme.
Los que nieguen a Dios en esta vida tampoco lo tendrán en la otra.
El Infierno no existe es la nada.
Yo, que soy budista, no practico evidentemente la religión cristiana, pero sí «comprendo» lo que es el infierno. En realidad, todos lo comprendemos a poco que tengamos problemas graves y nos paremos a pensar en nuestra ridícula condición. Las llamas y demás torturas de que nos hablan los apologetas no son más que una metáfora de lo que es sufrir cuando ya no hay tiempo para rectificar nuestros actos. Leo este artículo y los comentarios que suscita y veo con qué superficialidad se opina de estos temas. La gente habla de Dios con un desparpajo e irreflexión que me hace sonreír. Creen que Dios, si existe, debe estar fuera, como un objeto susceptible de ser estudiado, medido, apoyado o repudiado, cuando en realidad, si existe, sólo puede ser conocido desde dentro. Yo, que como budista soy agnóstico, y de partida no creo en nada, sólo busco para saber. Y cada vez tengo más claro que Dios no está fuera, sino dentro, y bien adentro. Y lo que arde en el infierno no es Dios, sino lo que en nosotros hay de «no Dios», o sea, nosotros como personas concretas. Nuestra persona arde como paja, mientras que Dios, incombustible, se ríe de nuestra estupidez. Porque Dios se ríe bastante de nosotros.
¿De verdad crees que Dios se ríe de nosotros?
Dios no existe, es imposible que exista. No se puede estar al mismo tiempo fuera y dentro del mundo y ser un sujeto con inteligencia y voluntad.
Otra cosa es que Jesús haya existido y cuál sea su mensaje. Hay mucho cristiano, que en realidad es poco cristiano, valga la paradoja. .
«Dios es imposible que exista». Palabra de Máximo.
Se cierra el chiringo.
Nacemos todos con una » gafa fundamentalista» puestas. Todos, sea religiosos, o místicos, o agnósticos o ateos. Nacemos viendo el mundo a través de esas gafas. A medida que vamos creciendo, vamos cambiando de gafas, pero siempre con gafas estamos. Nos parecemos a eses que están viendo una película en 3D. El mundo es esa sala grande donde estamos todos con gafas puestas. Todos y cada uno ve la vida y la realidad por esas gafas… Pretender encontrar la verdad con las gafas puestas es algo imposible…
Dios no es captado por ningún de eses cristales. Con gafas nadie puede «verlo».
Solo podemos «verlo» sin gafas, sin «ismos», sin filosofías, sin teologías, sin metodologías, sin condicionamientos, sin experiencias místicas previas, sin imposiciones, sin chantajes, sin criterios, sin laboratorios… Todo lo que nos sirve a todos los aspectos en ese mundo no se aplica a Dios, puesto que El no existe, como todos nosotros demás existimos. Él es, y de Él procede lo que existe…
Veo mucha gente aquí preocupada en afirmar la «documentarioridad» de Jesus. Afirmar que Jesús no es clandestino, ni subproducto de la mente humana, si invención del cristianismo, que los historiadores escribieron mas de Él que de cualquier de sus contemporáneos, que sí, que sí, que Jesús no es ahistorico.
Él que vive y esta vivo por los siglos de los siglos se manifiesta en cualquier lugar y sin pedir permiso a nadie. Cuando el hombre se quita sus gafas, se abre paso por la fe, entonces el Jesús que se busca en el polvo de la historia se presentara y se manifestara en cada hombre. Te creerá en Él no porque los historiadores te convencerán de la «historicidad» de Él, no porque los teólogos refutaron a los ateos, pero porque ya no podrás negar la divinad viviendo dentro de tu corazón…
Hola, amigos. Volviendo al estupendo artículo de Rubén Díaz Caviedes, yo estoy a favor de Jesucristo (aludiendo al título de su trabajo). Lo del infierno pienso que es símbolo de una realidad: el rechazo deliberado a su propuesta de salvación. Como somos seres con imaginario, lo hemos pintado, dibujado, descrito y expresado de mil maneras. Hasta nos hemos inventado lo del limbo, el purgatorio y las llamas del infierno. Pero ya es hora de que veamos qué es lo que Jesús quería que entendiéramos. Con el aporte de todos, creo que está un poco más claro. Agradezco los siempre interesantes comentarios de los participantes en este foro. Hasta la próxima, si Dios quiere.
Gracias a usted, Sr. Tostón. El artículo, por desgracia, tiene errores de bulto, pero es usted un hombre bueno y generoso. Que dure.
Leyendo esta interminable lista de razones en pro y contra, respetables todas, por cierto, me ha embestido un ataque de risa histérica por la cantidad y variedad de los participantes. No se ofendan por favor, y aclaro que también participé más arriba. Pero era una risa histérica que, en el fondo, disfrazaba una tristeza por lo indemostrable del motivo en cuestión. Lo único que me dio un poco de satisfacción fue que ya no discutimos, como lo hizo un famoso concilio en los primeros siglos de la era cristiana, del sexo de los ángeles. Ahora la cosa es más importante, más extrema: si dios y sus derivados, demonios e infiernos, existen o no. Cuando vi la película Titanic me quedaron dos escenas grabadas; la de aquellos aterrorizados pasajeros que, mientras la nave se hundía irremediablemente, se aferraban a la sotana de un sacerdote que continuaba a pedir compasión, vida eterna, perdón de los pecados, etc. etc. y la otra, a la cual si yo hubiera estado presente me habría acercado, por supuesto temblando de miedo, pero para escuchar a esos músicos que continuaban a regalar belleza, amistad, sosiego y nobleza, difícil todo de conseguir en tales situaciones pero, ¿por qué no probar en la vida cotidiana?
«La era posterior a la rebelión en Urantia fue testigo de muchos sucesos inhabituales. Una gran civilización — la cultura de Dalamatia — se desmoronaba.
«Los nefilim (los noditas) estaban en la Tierra en aquellos días, y cuando estos hijos de los dioses fueron hasta las hijas de los hombres y tuvieron relaciones con ellas, sus hijos fueron ‘los poderosos hombres de la antigüedad`, ‘los varones de renombre`». Aunque no eran del todo «hijos de los dioses», el estado mayor y sus primeros descendientes fueron considerados como tales por los mortales evolutivos de aquellos tiempos lejanos; incluso su estatura fue exagerada por la tradición.
Éste es, pues, el origen del relato folclórico casi universal de los dioses que descendieron a la Tierra y engendraron allí, con las hijas de los hombres, una antigua raza de héroes.
Toda esta leyenda se volvió aún más confusa con las mezclas raciales de los adamitas que nacieron posteriormente en el segundo jardín.»
El Libro de Urantia (856.6) 77:2.3
Cuando estás en la UCI de un hospital con el pecho quemado de electrochocks y reconoces a los médicos cuya visión perdiste, te das cuenta que durante algunos segundos no estuviste aqui. Donde estuvo la conciencia y durante cuanto ? No lo sabes. Pero si eso es la muerte. DE VERDAD NO PASA NADA. Todo es paz y tranquilidad. No te llevas ningún problema ni nada te preocupa.
Todo lo que se escribe aqui es por miedo a LA MUERTE. Qué habrá después, que nos pasará ? Alguien nos reconocerá nuestros buenos actos ?.
Pero en verdad esta vida es lo que hay y – como dice mi predecesor- se puede vivir agarrado a la sotana y rezando o bailando. Uno decide. Pero mejor usar el diezmo en alguien conocido y querido que darlo a pedófilos.
Estamos todos muertos. Es sólo cuestión de tiempo. Es más, cuando en el NT se habla de que el fin es inminente creo que se habla sencillamente de la muerte. Con cada muerte hay un fin del mundo.
Yo creo que todo en la vida se vincula a una evaluación. Escuela, trabajo, comportamiento dentro de la familia y tu entorno, médicos… Es así desde que nacemos. Cabe la posibilidad de que la mayor evaluación, la más importante de todas, se dé fuera de la vida. Dice usted que volvió. No. Créame que no volvió de ningún sitio. Cuando se está vivo, se está vivo.
Hola, amigos. Excúsenme que añada una posdata. Acabo de leer en RELIGIÓN DIGITAL un extraordinario artículo del teólogo gallego ANDRÉS TORRES QUEIRUGA, que les recomiendo encarecidamente, sobre nuestro tema. Ciao!
Gracias
Gracias.
Es que para justificar el cielo, en el que los antiguos judios no creían(no se los actuales) había que crear un infierno. En efecto si con ser un buen Chico en el mundo, durante digamos 82 años, se te premia con algo tan desproporcionado como una enternidad de felicidad, en justa correspondencia, a una vida finita de maldad, se te castiga con una cosa tan desproporcionada como una eternidad de dolor.
A Jesús no le importó el infierno del que habla la tradición. Este se ha utilizado después para «convencer» de la conveniencia de seguir las nuevas teorías surgidas en torno a la figura de Jesús.
A Jesús no le importó lo que suceda tras la muerte del ser humano, igual que a Amós. En Jesús, como en los Profetas, el reino de dios es una realidad en esta tierra, no en otra o en el universo, ni en el futuro, sino aquí y ahora. El que actúa según la ley quitar el sufrimiento al prójimo, ése vive en el reino; y el que no se comporta en sus acciones quitando el sufrimiento al prójimo, es un puto muerto. Y lo bueno es que cualquiera puede cambiar de comportamiento y quien ha estado muerto puede arrepentirse y renacer como un ser útil, o vivo, para el reino de dios. Por supuesto, es importante no olvidar el evangelio o noticia de Jesús: EL REINO ESTA AQUI.
A estas alturas de la película todos deberíamos saber o al menos suponer que todo lo que se dice en la biblia no son cosas que pasaran realmente. Adán y Eva nos costó siglos entender que era una alegoría. El apocalipsis también lo tenemos más o menos claro. A ver cuanto tardamos en ver igual el resto del libro. Aunque haya personajes que hayan podido existir históricamente, lo que se cuenta ahí no son cosas que pasaran en su vida real, ni siquiera Jesús. Y encima se sabe que hay cosas calcadas literalmente de mitos e historias mucho más antiguos egipcios, persas, griegos, indios etc…
Estoy seguro que si los autores de la biblia vieran todo el circo y pajas mentales varias que se ha montado al respecto, alucinarían. Todo eso del arbol de la ciencia den bien y el mal, la serpiente, caín y abel, David y Goliat,el diluvio , sodoma y gomorra, la estatua de sal, los 40 años en el desierto, las plagas de Egipto, las guerras , las murallas de Jerico, la torre de Babel, la higuera maldecida, los jinetes del apocalipsis, el infierno etc…son parábolas, fábulas, alegorías, símbolos. Es que si no, no tiene nada ningún sentido y ademas Dios queda como un psicópata aunque al mismo tiempo se dice que es bueno y misericordioso. Es increíble primero que la gente no se haya dado cuenta aún de eso, y segundo que ni siquiera hayan sentido ni la más mínima curiosidad por saber qué significará todo eso. Eso sí las religiones han hecho el negocio padre engañando a todo el mundo y cobrando. La católica no fue fundada por Pablo, sino por un emperador romano con visión de negocio. Por eso la santa sede está en Roma. Pablo se limitó a dar clases por correspondencia.
Para poder decir que se está en contra o a favor de alguien hay que conocer bien a la persona. Para conocer a Jesús de Nazaret yo no recomendaría empezar por leer la Biblia, sino más bien centrarse en los Evangelios, no solo en frases sueltas, sino en su totalidad. Su contenido me parece tan incomparable, que después de años no he encontrado nada que los supere. Lo mejor es leerlos por sí mismo, poco a poco, e irlos relacionando con la propia vida, pues cada pasaje dice algo distinto en cada momento. ¿En contra o a favor de Jesucristo?… cada uno que decida después de conocerlo.
Nadie con prejuicios puede entender la infinita cascada de sabiduría que cae desde el NT. Es una pena que exista tantísima gente que por su mala experiencia con una religión (una interpretación), menosprecie semejante tesoro. Una pena.
Calumnias e injurias a la religión del país. Una religión es sobre todo un conjunto de normas éticas de lo permitido y no permitido en la sociedad. Y una de las cosas permitidas en el cristianismo es que cada uno tiene su opinión y que pueda expresarla. Pero cuando se usa el mismo derecho para ir contra la norma de los demás, esto ya no es uso, es abuso de la libertad de expresión.
Dado que se trata de normas éticas y de convivencia, si ha existió o no Jesús para la religión da igual. Lo importante son las normas que se han impuesto en su nombre. normas, que han creado una sociedad libre, prospera y abierta. No matar, sin matices, como «no matar los suyos» o «no matar salvo si haces justicia» es mucho mas que simples palabras y da igual si se han inventado de una persona genial o son fruto de mil años de deliberaciones de mil sacerdotes. Lo importante es el resultado y el resultado es de todo glorioso.
Personalmente no creo que existe un dios fuera de nuestras cabezas, sea que sea la base de la religión. Creo que la biblia y los textos sagrados son libros, la parte de cuentos es poco mas creíble que cualquier novela, pero esto no quita mi profundo respeto a la religión cristiana, a la sociedad y los logros que ha creado, y no me quita el orgullo de pertenecer a esta sociedad cristiana.
Este comentario no es serio,como tantos otros ,hablar de Jesús con poca información o por boca de otros ,o peor ,interpretaciones de hombres o religiosos
Universitarios.
La Biblia no es un libro para estudiar ,en la Universidad ni en otra institución humana,es una experiencia espiritual ,donde hay luces ,y sombras.
Es un camino a recorrer sólo, individual,con todos los individuos religiosos
Poco serios ,intelectuales de izquierda ,o la Iglesia católica,un negocio es eso
Nada más.
Tergiversar las ideas,palabras o pensamientos escritos en la Biblia.
Por siglos la Iglesia no dejó a nadie la posibilidad de leer ,comprénder ,
La palabra escrita .
Sólo los expertos y intelectuales estaban autorizados para eso.y simplemente mintieron y cambiaron las palabras de Jesús.
Y hoy gracias a la ciencia ,estamos comprobando palabras de la Biblia.
Se puede por ejemplo engendrar un niño sin el acto sexual,
Dios creo a los hombres con polvo de la tierra ,y si ,eso somos átomos que están
Ahí en la materia.
Hay un pasaje de la Biblia, en el nuevo testamento ,donde habla del amor ,
Y es uno de los pasajes más interesantes para el viaje de la vida .
Creer que ya estamos en la cima del saber nos hace pensar que ya sabemos
todo ,pero no ,sólo estamos en la búsqueda de la verdad de la vida y el universo, quizas nos encontremos en el camino con la única verdad .
La humanidad está en su adolescencia. Diría que Dios tiene más trabajo que nunca.
Las religiones estan basadas en tres cosas, el miedo, las distorsion de la informacion y la obediencia.
D. Daniel, Vd. habla de 3 males que afectan, según su parecer, a las religiones, pero el artículo se titula «Contra Jesucristo» por lo que habría que ver si en su caso alguno de esos tres males, los padece. Una parte de las enseñanzas de Jesús está orientada al sentido común en cuanto a la salud en las relaciones sociales, que por lógica, cuando se basan en orgullo, odios, venganzas y mentiras, son bastante problemáticas. Sus indicaciones animan a relacionarnos de una forma más civilizada, es decir, con un poco más de respeto, gratitud, verdad, justicia,…tal como solemos comportarnos con los amigos y las personas que amamos, con lo que la vida de todos resulta mucho más feliz. El mensaje contiene además, revelaciones sobre las que cada uno puede reflexionar libremente. Pero los relatos sobre Jesús, lo presentan sobre todo, alertando contra «la distorsión de la información», proponiendo liberarse de ésta, por el pensamiento; del miedo, por el conocimiento; a sustituir «la obediencia», por la libertad; a actuar no obligados, sino desde el corazón…Todo esto puede ser tergiversado, incomprendido, él sabía que lo sería y sin embargo no dejaba de animar a comprenderlo y a seguirlo, a pesar de las dificultades, porque vale la pena, de lo contrario el Ser humano se condena a sí mismo «al miedo, a la distorsión de la información, a la obediencia…», como Vd. dice, sin remedio, así como a un infierno en vida, y tal vez, a la destrucción completa de la Humanidad…palabras que en la actualidad resultan ser más reales que nunca. Un mensaje que muchos pueden descubrir, cuando consiguen liberarse del ruido de fondo que hoy, como antes, predomina en su contra, porque no lo conocen.
Demasiada ironía fácil en este articulo, creo, esa ironía que, de tanto usar, no se yo si aún le queda gracia. Será porque a principiantes como Ruben Diaz Caviedes todavía no le quedan otra que imitar a los grandes maestros como B. Russell o, incluso a los pequeños, como ese hiperactivo predicador ateo, R. Dawkins.
Dios jamás ha existido, por sentido común, por lógica científica. Que un grupo de hombres sin saber leer ni escribir crearan este cuento con un protagonista superior es un mito más para dominar a la comunidad, era algo común en aquella domininio y esclavitud. Por NATURALEZA es imposible que haya existido y menos que exista. Todo es una mentira llena de manipulaciones y muerte.
Es imposible, es imposible. LA NATURALEZA. O sea, imposible, imposible. Palabra de Martínez.
Porque de tal manera amó Dios al Mundo que envió su único hijo para que todo aquel que en el crea no se pierda más tenga vida eterna, juan 3:16
Algún día muchos lamentaran no haber aceptado al autor de la vida y eterna salvación.
Yeshua el rey de los judíos,,,mi rey ,,,,yo no tengo ídolos, no creo en los humanos
corruptos ,donde creer es adorar Putin,Trump,Mohamed .simplemente el es mi rey.
El único que dijo que la verdad nos va a hacer libres .
Amar unos a otros,no acumular cosas materiales ,compartir ,dar ,ayudar.
En mi humilde opinión de ateo, creo que si la religión cumple, en el plano personal, el propósito de hacer llevaderas las penas y angustias de existir, y en el plano social de hacer más respetable una ley justa bien está… o estaría, si no tendiese a la fosilización y a aplicar soluciones para contextos de hace dos mil años a problemas actuales. Nació por eso y para eso. No es verdad ni deja de serlo, es una muleta y su valor está en que hay gente a la que le sirve en algo que atañe a lo más profundo de su voluntad de vivir. Creer en la vida después de la muerte es querer seguir viviendo, nada más natural para cualquier ser vivo, y el segundo mamífero después de nosotros que se haga consciente de que muere también llegará al deseo de que haya vida tras la muerte y se inventará todo un sistema para infundirse esperanza. No voy a intentar convencer a un ateo de que crea en algo ‘más allá’ porque parto de la base de que lo considerará como yo mismo un cuento infantil que ya no le funciona, ni voy a intentar tratar de convencer a un creyente de que eso en lo que cree es un engaño del ego que se resiste a la idea de morir y dejarle en la angustia de que va a morir de todas todas. Creo en la función social de la religión como ley trascendida si es justa, para que sea más obedecida que las leyes atribuibles a los meros hombres. Creo que el ateismo entre los gañanes satisfechos, sea Trump o el último chungo del barrio, lejos de liberar su mente los volvería más egoistas, lo que quiere decir menos proclives a pensar en el largo plazo, más oportunistas, como una plaga. Llegar a ser ateo y no abandonarse y no vengarse del mundo por que uno vaya a morir es algo que pocos son capaces de afrontar. Me gustaría una religión más basada en la trasmisión de la vida, de padres a hijos, una evidencia que tenemos tan ante las narices que muchas veces no vemos, y no una o unas basadas en la apelación al egoismo de querer sobrevivir uno a toda costa -las castas sacerdotales célibes son uno de los fenómenos que darían para un mayor análisis freudiano-; y me gustaría una religión basada en el acumular conocimiento para intentar comprender lo que nos rodea y lo constructivo, no estas de verdad revelada y cerrada. Vivir no es fácil. Las soluciones son siempre provisionales e incompletas. Pero hay que intentarlo y no caer en el pan para hoy y hambre para mañana.
D. J. gracias por su comentario. Desde el principio Vd. declara que es ateo, pero a mi parecer, se ha liberado del dogmatismo que asuele acompañar al pensamiento ateo, aunque ellos digan que los dogmáticos somos los demás. Vd. ha tenido en cuenta tanto su pensamiento, como el contrario, a donde lleva uno y otro, etc. y esto me parece reflexionar de verdad, lo cual suele «brillar por su ausencia» en todo «pensamiento cerrado», que en realidad, no puede llamarse pensamiento, sea del signo que sea. Creer que haya vida después de la muerte es algo tan contrario a la evidencia, que pienso que debe estar enraizado en lo más profundo de nuestro ser, para llegar siquiera a planteárselo. Tal vez se encuentre en ese Inconsciente Colectivo del que hablaba Jung, de manera que incluso quienes opinan que tal idea sea fruto de manipulación por parte de las religiones, también se interrogan sobre ella. En civilizaciones antiquísimas ya aparecen expresiones de esta creencia en forma de enterramientos especiales o momificación, por lo que su génesis no solo no tiene que ver con un interés actual, sino que como interrogante sigue vigente. Unos pueden pensar que es posible, otros, que no, cada uno tiene sus razones para llegar a sostener su propia hipótesis, tan respetable una como otra y siempre que no traten de imponerse o reducirse a la descalificación mutua, se puede mantener un diálogo muy interesante entre distintos puntos de vista.
Me parece muy bien este artículo, aunque solo sea por la cascada de comentarios (seguramente alguien hasta habrá pensado). Sería interesante que sirviera de acicate para leer el Nuevo Testamento. Casi ningún cristiano lo ha leído, solo conoce los pasajes que se leen en misa. Es muy interesante la lectura comparada de los 4 evangelios, sus coincidencias y sobre todo sus muchísimas diferencias. Y luego, también, comparar los cuatro bastante diferentes «jesuses» de los evangelios con lo poco que se dice de él en las cartas de Pablo.
Para tener contexto están muy bien los libros de Bart Ehrman como «Jesús no dijo eso» y «Peter, Paul y Mary». Y, a modo de comparación, también leer las analectas de Confucio, las máximas de Epicuro y algún diálogo platónico.
Mi conclusión (solo mía, claro) es que casi con seguridad existió un Jesús histórico, un predicador judío apocalíptico, sin duda hombre carismático y en muchos aspectos excelente, que llegó a creerse el Mesías y fracasó. Algunos de sus seguidores fueron incapaces de aceptar su muerte y alucinaron que lo veían vivo y resucitado (lo mismo pasó a algunos fans de Elvis). Sobre esta creencia, en las décadas y siglos siguientes, conversos de cultura griega y romana que nunca conocieron a Jesús fueron construyendo una religión nueva, el cristianismo, o más bien múltiples sectas que combinaban de forma variable elementos judíos, paganos, gnósticos, platónicos y estoicos, entre otros. No tenían más remedio, ya que Jesús nunca escribió nada, y de lo que dijo solo sobrevivieron algunos fragmentos memorables que pasaron a la tradición oral de los discípulos (básicamente, los que se agrupan en el sermón de la Montaña, algunas profecías apocalípticas y unas parábolas en muchos casos enigmáticas).
De este magma doctrinal surgió, con muchos problemas, algo parecido a una ortodoxia, enraizada en las cartas de Pablo y con organización episcopal, que convenció a una creciente minoría de la población urbana y eventualmente al mismo Emperador. Entre los elementos básicos de esta ortodoxia (compartidos con muchas herejías) estaban y están la creencia en la resurrección de los cuerpos y en un infierno físico donde la gran mayoría de los seres humanos que han existido sufrirán eternas torturas corporales y mentales, evitables únicamente si eres un buen católico. Ciertamente, no está nada claro que eso se corresponda con nada de lo que dijo o pensó Jesús.
Yo sólo vengo a decirles que se puede ser seguidor de Jesús sin profesar ninguna religión. De verdad que el célebre «solo scriptura» tiene su razón de ser. Perdón por lo extenso de mi comentario. Saludos.
Una vez le preguntaron a Pániker: «¿Por qué no es usted ateo?», y contestó: «Hombre, porque está ahí Johann Sebastian Bach, por ejemplo.
El infierno es vivir sin saber la razon de tu existencia.
muy bueno artículo. me viene a miente, si estos hijos de dios gigantes no serian otro pueblo, entrando en contacto con los semitas. talvez algun proto-filisteu o un indo-europeu. pero sé que este es un tema peliagudo. nevertheless, gran artículo!
Lo que dice el articulista acerca del infierno me hace recordar la historia que Borges cuenta acerca del predicador que fue a dar entre los esquimales, a quienes pintó con vivos colores las llamas del infierno. Sus oyentes se mostraron grandemente ansiosos por saber cómo se podía llegar a un sitio tan interesante.
En Gn 6,19 Dios ordena a Noé meter en el arca una pareja de cada especie animal.
Pero unos versículos más adelante le ordena que sean una pareja de cada animal impuro y siete animales de cada especie de los puros (Gn 7,2).
Esa es solamente una de las muchísimas contradicciones, añadidos y retoques que tiene la Biblia.
Un libro que pretende ser inspirado por Dios y que según la Iglesia contiene únicamente verdades, no puede ser tan chapucero.
Lo de Jesus reventando demonios y tumbando al MasterMind del inframundo me sonó a DooM. Y luego de pulirse a todos los cacodemons, pain-elementals, Imps y Barons of Hell, Arachnotrons y otras lindezas existentes, resucitó, volviendo a la Tierra con cortina de créditos y heavy metal.
Thanks for Playing.
Si no fuera por el filtro moral que impone la religión la raza humana ya se hubiese extinguido, ante la no existencia de un «castigo ejemplar en el más allá» que frene nuestra natural tendencia a la autodepredación.