Si para algo ha servido 2016 es para descubrir que Susan Sarandon sigue siendo una criatura fantástica, alguien capaz de desencajar bocas y astillar corazones al contonear sus setenta primaveras en el retronostálgico videoclip «Fire» de Justice. Aunque su presencia no ha sido el único hallazgo remarcable en la cosecha anual de clips musicales: Anohni se vistió con el cuerpo de Naomi Campbell para bombardear desde un dron. Slayer arrojó una tormenta muy bestia de puñaladas con «You Against You», precalentando el ambiente para acabar lanzando a Danny Trejo a chapotear entre nazis y gore en «Pride in Prejudice». Milla Jovovich se proyectó sobre sí misma de manera literal en «Signal» de Sohn. Rihanna se dejó llevar por Harmony Korine (director de Gummo y Spring Breakers) entre pistolas, tetas, strippers y yates. John Carpenter estrenó vídeo con zombis y sorprendentemente no lo dirigió él mismo. Aesop Rock convirtió su propia autopsia en una aventura con stop-motion de madera. Olly Alexander se embadurnó de colores pastel y celebración bisex en «Desire» de Years & Years. Boogie se transformó en pieza de museo. Grimes se montó su tank girl en «Kill V. Maim». Fergie fichó de lechero a Jon Kortajarena y de cohorte a un ejército de silicona milf famosa, Kardashian incluida, en «M.I.L.F.$.». Quentin Dupieux hizo de las suyas para Metronomy con «Night Owl». DJ Snake volvió hipsters a los superhéroes con «Middle». Clipping le metió mano descaradamente a la cultura del GIF. The 1975 jugaron a los payasos tristes en blanco y negro en «A Change of Heart». Y una arquera persiguió un hilo hasta encontrar la diana en el «Two Fish and an Elephant de Khruangbin, una creación donde los créditos duraban más que el propio videoclip a causa de llegar financiada por Kickstarter.
Pero el espacio en el podio de lo mejor del año es escaso y hasta ahí solo llegarían los más exquisitos a la hora de arropar con imágenes la melodía.
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The Chemical Brothers feat. Beck – «Wide Open»
Directores: Dom & Nic
La danza que Sonoya Mizuno deslizaba entre los versos de «Wide Open» venía embellecida por remiendos digitales que transformaban en realidad una metáfora clásica: a medida que se desplegaba el baile el cuerpo de la bailarina se iba transformando poco a poco en una malla, un recipiente hueco a través del cual era posible observar un corazón de latido luminoso.
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Jamie xx – «Gosh»
Director: Romain Gavras
Romain Gavras es tan bueno en lo suyo como rotundo y controvertido. Es responsable de convertir a violentos delincuentes en protagonistas del muy polémico «Stress» de Justice, pero también de la revuelta exquisitamente rodada de «No Church in the Wild» de Jay-Z y Kanye West, del anuncio de Dior protagonizado por Robert Pattinson y del bestial «Born Free» para M.I.A., que imaginaba un mundo donde el ejército ponía en marcha un genocidio de personas pelirrojas. Gavras en «Gosh» renuncia a la polémica y opta por desenrollar su arrollador talento visual, se desplaza hasta una ciudad casi deshabitada en los suburbios de Hangzhou (China) llamada Tianducheng y construida como una fotocopia de París, ficha albinos como protagonistas, entrena a cuatrocientos chavales chinos teñidos como secundarios y rueda un desfile tan intenso y bien coordinado como para que resulte difícil creer que no hay ningún tipo de FX digital implicado (que no lo hay). El Cómo se hizo resulta casi tan interesante como el resultado.
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Massive Attack – «Voodoo in My Blood»
Director: Ringan Ledwidge
«Voodoo in My Blood» jugaba fuerte: no solo llegaba protagonizada por aquella Rosamund Pike que dejó huella en Perdida, sino que se rendía por completo a la reverencia nada discreta del cine de género: Phantasma, de Don Coscarelli, y cierta escena salvaje de La posesión, de Andrzej Zulawski, tenían la culpa de todo.
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Miike Snow – «Genghis Khan»
Director: Ninian Doff
Rodado en 35 mm, «Genghis Khan» convertía el cine cocinado al estilo James Bond en un musical y estrechaba la relación clásica entre héroe y villano mediante una coreografía molona hasta transformar los sentimientos de amor/odio en la antesala del romance. Las estrellas de la función Adam Jones (el villano) y Edward Hayes Neary (el espía) repetirían con Snow y Doff en otro videoclip bastante majo: «My Trigger».
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Tiësto & Jauz – «Infected»
Director: Canada
El DJ con nombre de maceta y Jauz se aliaron para aterrizar en el festival belga de música electrónica Tomorrowland con un imparable «Infected». A las criaturas de Canadá le tocó vestir con imágenes aquel clip que tenía mucho de anuncio (del festival y de su patrocinador, Budweiser) y de allí brotó un ejército de pelajes multicolores contagiosos en una carrera frenética, vertiginosa y muy espectacular visualmente. El planeta entero convertido en una masa peluda bailonga y la misma duda en la cabeza de todos: «¿Dónde se compra un traje de esos?».
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Bonobo – «Kerala»
Director: Bison
«Kerala» es una pieza que provoca ansiedad hasta el punto de resultar insoportable para ciertos espectadores, pero lo interesante es que lo hace a propósito. Bison construye un nuevo tipo de narrativa visual a base de repetir machaconamente secuencias, avanzando lentamente y a tropezones, permitiendo que todo lo que rodea a la agobiadísima protagonista se convierta en objeto de estudio a un ritmo extraño. Una ocurrencia brillante por sus logros: el espectador poco a poco descubre que a su alrededor están ocurriendo cosas extrañas e inexplicables y de golpe el vínculo con la cabeza de la desquiciada mujer es absoluto.
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Novedades Carminha – «Ritmo en la sangre»
Director: Jorge Cantos
Novedades Carminha estrenaron como clip oficial de «Ritmo en la sangre» un vídeo pornográfico en su web porque en YouTube aquello se hubiese convertido en un festival de pixelados pudorosos. Protagonizaban las porn-stars Amarna Miller y Sylvan, dirigía Jorge Cantos y se notaban las ganas de alejarse del porno chusco junto a las intenciones de ser «sexy, bonito, guarro y romántico». Y se le daba bastante bien.
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The Weeknd – «False Alarm»
Director: Ilya Naishuller
Naishuller sigue a lo suyo, después de dos videoclips acojonantes en primera persona para su propia banda Biting Elbows y de llevar el FPS al largometraje en aquel desmadre llamado Hardcore Henry, va The Weeknd y lo pone al mando de «False Alarm» para que el tío siga disparando de las suyas. Sí, es la cuarta vez que hace algo así, pero da igual porque a este zumbado ruso que ha reinventado la first person movie se le da tan bien el asunto que aún no ha empezado a cansar.
«False Alarm» ni siquiera sería el único videoclip en primer persona del año: Panic! At The Disco con «Don’t Threaten Me With a Good Time» combinaron el fiesteo de una chavala con el «Smack My Bitch» de Prodigy y los tentáculos lovecraftianos. Tampoco fue el único plan de The Weeknd, porque un mes antes el hombre había empuñado una cruz de neón para darse una paliza a sí mismo en «Starboy».
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Kanye West – «Famous»
Director: ¿Kanye West?
Por si a alguien no le había quedado claro, Kanye West decidió demostrar que vive obsesionado con la fama estrenando una creación visual de diez minutazos sobre el regazo de «Famous». En la pantalla, y entre sábanas, sesteaban Donald Trump, Bill Cosby, Caitlyn Jenner, Amber Rose, Ray J, Kim Kardashian, Taylor Swift, Rihanna, Chris Brown, Anna Wintour, George Bush y el propio West. Todos pasados por el filtro de una grabación low fi, y practicando un falso mannequin challenge en lo que parecía la mañana posterior a una orgía gorda. Incluía unos agradecimientos de broma insertados a propósito a mitad de vídeo, pero, pese a que los cuerpos se movían, lo que reposaba sobre el lecho era en realidad una colección de figuras de cera hiperrealistas. La estampa estaba basada en el cuadro Sleep del artista americano Vincent Desiderio, que a su vez se había inspirado en la obra Mural de Jackson Pollock. Al legendario director Werner Herzog le encantó el vídeo, las figuras de cera se convirtieron en una exposición en Los Ángeles y un representante oficial de George Bush tuvo que salir a declarar que el expresidente no había colaborado en el vídeo y que aquello de la tele era un muñeco, algo que en el fondo es lo que también piensa la mayor parte del mundo del verdadero Bush.
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Clams Casino feat. Vince Staples – «All Nite»
Director: Ryan Staake
Diversos momentos del día en un mismo lugar combinados de manera magistral, una idea sencilla que daba la impresión de ser tremendamente costosa de llevar a cabo con eficiencia. Sin pomposidades digitales, «All Nite» resultó más espectacular y limpio que la mayoría de videoclips multimillonarios del año.
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Ok Go – «The One Moment /Upside Down & Inside Out»
Director: Damian Kulash
A principios de año Ok Go se metieron en un avión para aprovechar la ingravidez de los picados aéreos y rodar una de las coreografías más espectaculares de la historia musical: «Upside Down & Inside Out». La banda seguía siendo la formación con los mejores videoclips del panorama musical y aquí ya le dedicamos mucho tiempo a su desparrame creativo. Esta temporada incluso han surgido parodias de sus talentos: los de AJJ se rieron de su estilo en el «Goodbye, Oh Goodbye» pero también reconocieron que les profesan veneración y que su sorna era puro clickbait.
Más avanzado el año en OK Go volvieron a atacar con otra pieza que agarraba un juguete ingenioso y lo llevaba a su terreno multiplicando el espectáculo y salpicándolo de pintura multicolor. «The One Moment» arranca con una secuencia apresurada que dura poco más de cuatro segundos y que al ser revisitada a cámara überlenta desvela una cadena de bombas de pintura, proyectiles que revientan sandías de entrañas coloreadas y destruyen cristales, fotografías que cantan, globazos de agua en los morros y guitarras desintegradas. Lo acojonante es que todo ocurre al ritmo de la canción. Un vídeo de los de pegar el dedo en el botón de repetir.
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Pillar Point– «Dove»
Director: Jacob Krupnick
De cuando la neoyorquina Kia Labeija y los colores de las calles de Bogotá bailaron tras un sombrero y una paloma. De cuando el stendhalazo fue inmediato.
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Pup – «Sleep in The Heat»
Director: Jeremy Schaulin-Rioux
Finn Wolfhard antes de hacerse famoso de manera universal con Stranger Things protagonizó un videoclip para los punkis canadienses de Pup, «Guilt Trip», donde ejercía de pequeño macarra cabrón, se regaba con la sangre de un policía tras un disparo desgraciado y acababa de gira con una banda de marginados. Años más tarde, y con Finn convertido en estrella, «Sleep in The Heat» perseguía de nuevo a la pandilla de inadaptados (la versión infante de los miembros de la banda) enfilando una experiencia mucho más cercana: la pérdida de una mascota. La canción había sido escrita por el líder de la banda, Stefan Babcock, como carta de despedida a Norman, un camaleón. El resultado es una de esas historias que soplan motas de polvo en los ojos de los espectadores. Bien jugado.
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James Blake feat. Bon Iver – «I Need a Forest Fire»
Directores: Matt Clark y Chris Davenport
James Blake y Bon Iver son elegantes hasta a la hora de convertir en imágenes su alianza para rogar por un incendio. Luces y sombras orbitando alrededor de puzles fascinantes de papel maché que retrataban artistas y bosques.
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Jane Zhang – «Dust My Shoulders Off»
Director: Outerspace Leo
Jane Zhang es una artista china que lleva en esto de la música desde hace más de diez años, pero, como en EE. UU. son tan de apuntar el prismático a su propio ombligo, hasta que la mujer no se asoció al todopoderoso Timbaland ningún norteamericano se dignó a echarle una escucha. «Dust My Shoulder Off» lograba algo muy inusual, colar a una estrella del C-pop en las listas de éxitos estadounidenses. Lo malo es que la canción no era gran cosa y lo bueno, que el videoclip que lo engalanaba era una maravilla que sumergía a la cantante entre pinturas clásicas y bestiario pop contemporáneo: visitaba la cafetería del Nighthawks de Edward Hooper donde un Mike Tyson posimpresionista merendaba la oreja del autorretrato de Vincent Van Gogh, pervertía Las espigadoras de Jean-François Millet colando en el reparto a La joven de la perla de Johannes Vermeer y sus colegas gangsta, armaba con un bazooka a la musa de Andrew Wyeth, convertía la Tarde de domingo en la isla de la Grande Jatte de Georges Seurat en un cuadro animado que daba escalofríos, infiltraba a los Hombres de negro en El grito de Edvard Munch y también se iba de excursión entre las obras de Salvador Dalí, M. C. Escher y René Magritte.
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Los punsetes – «Opinión de mierda»
Director: Los Ganglios
A ver, el que es uno de los mejores temas de la historia musical de este país, y la canción que sirve para replicar cualquier argumento, podía haber tenido como clip oficial un plano de pintura secándose sobre un ficus y no hubiese perdido en calidad. Pero la pieza final merece la pena porque permite admirar la valentía del pelo de Ariadna, saborear el aroma de Barrio Sésamo chusco (se rodó aprovechando un decorado real de una productora en quiebra) y tratar de localizar en qué momento del videoclip han colado un doble para las escenas de acción.
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Katie Melua – «Perfect World»
Directores: Karni & Saul
Un mundo perfecto probablemente esté hecho de azúcar. Katie Melua se acercó a los exquisitos Karni y Saul para proponerles que echasen el corazón creando un universo en torno a su «Perfect World». El resultado es delicioso y, aunque no lo parece, ha sido confeccionado por medio de un delicado CGI que simula la stop-motion azucarada.
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Vince Staples – «Prima Donna»
Director: Nabil
Nabil aprovechó la excusa del videoclip para marcarse un cortometraje de diez minutos que camina entre Michael Mann y David Lynch, empapela ascensores con estampados de El resplandor y convoca en un hotel a leyendas musicales fenecidas de manera trágica como Amy Winehouse, Tupac, Jimi Hendrix o Kurt Cobain mientras Staples se dedicaba a vender su alma.
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DJ Shadow feat. Run The Jewels – «Nobody Speak»
Director: Sam Pilling
Partirse la cara durante una asamblea de Naciones Unidas es una idea tan macarra como deslumbrante, mucho más cuando los oponentes han calentado el horno rapeando. Sam Pilling imaginó «Nobody Speak» como una contienda política rotunda al compás del puñetazo, la mesa la puso la DJ Shadow y las voces que se ametrallan pertenecían a El-P y Killer Mike, dos mitades de una asociación excelsa llamada Run The Jewels. Y, por si alguien se lo pregunta, los carteles pixelados del vídeo corresponden a Estados unidos y el Reino Unido.
Bonus: DJ Shadow también estrenó imágenes para su «The Mountain Will Fall» con un astronauta, de evidente naturaleza digital, flotando en un universo extraño y sugestivo.
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Radiohead – «Burn The Witch»
Director: Chris Hopewell
Sí, Radiohead llamó la atención cuando el eminente Paul Thomas Anderson agarró la cámara y puso a Thom Yorke a abrir puertas en «Daydreaming», aquel gajo de un disco que nacía de la reciente ruptura amorosa con Rachel Owen (quien además fallecería de cáncer a finales de año) y que alguno analizó con varias lupas (y ganas de ver más de lo que hay) en piezas como The secrets of daydreamings. Pero a lo mejor resultaba más interesante su otro vídeo, un «Burn The Witch» que se presentaba como una stop-motion de aspecto amable y entrañas oscuras, una visita a un pueblo encantador que más que con Pat el cartero estaba hermanado con El hombre de mimbre (1973).
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Dead Pirates – «Ugo»
Directores: Macbess & Simon
Macbess & Simon ya tienen experiencia en lo de arrimarse a Dead Pirates y parir seres atractivos. Con «Ugo» se dedicaban a lo que mejor sabían hacer: mezclar la estética de cartoon americano añejo con un omnipresente tono tétrico. Y todo era perturbador y bello al mismo tiempo.
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Beyonce – «Lemonade» Ojete Calor- «Tonta y gilipó»
Director: Muerte Horrible
Lo pesada que se puso Beyoncé sacando su propia película con el disco Lemonade, troceándolo en clips pretenciosos y convenciendo por erosión de que tanto despliegue era la polla en soneto, acabó convirtiendo en obligatoria su presencia en cualquier top del 2016. Y, ¿eh?, quizás ni tiene tanto mérito ni era para tanto, qué coño, a lo mejor su puesto se lo merecen otras divas de similar estatus: Ojete Calor entonando la pegajosa «Tonta y gilipó», dirigido por el encantador Muerte Horrible y con un despliegue espectacular de medios. A pastar, Beyoncé.
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David Bowie – «Lazarus»
Director: Johan Renck
La elegía definitiva de uno de los mayores genios musicales de los últimos años llegó apelmazada en un extraño formato 1:1 que encapsulaba el lamento de un Bowie agonizante, recuperando la venda y los botones por ojos que ya había vestido en el fantástico videoclip de «Blackstar». «Lazarus» entra de golpe en la historia del videoclip más por lo que ha significado en su momento que por lo que es: se estrenó el 7 de enero del 2016 y Bowie falleció tres días después, tras haber sufrido durante meses un cáncer que nunca hizo público. En la pantalla los primeros versos se desgarraban en un lecho de muerte con un eco premonitorio: «Look up here, I’m in heaven / I’ve got scars that can’t be seen […] Look up here, man, I’m in danger / I’ve got nothing left to lose» («Mira aquí arriba, estoy en el cielo / Tengo cicatrices que no pueden verse […] Mira aquí arriba, amigo. Estoy en peligro / No tengo nada que perder»). Estaba todo planeado, el artista utilizó su último disco, Blackstar, para firmar la despedida autoconsciente de alguien que sabe que no le queda demasiado tiempo, un canto de cisne y un regalo de agradecimiento al mundo según sus cercanos. Renck firmaba aquí una pieza que ponía en duda que el mejor epitafio del mundo de la música fuese el colosal videoclip «Hurt» de Johnny Cash. En los últimos segundos de «Lazarus» un Bowie tembloroso, vestido como su alter ego The Thin White Duke en la contraportada del disco Station to Station, desaparecía en el interior de un armario y el mundo se volvía un lugar mucho más gris.
Descansa en paz, hombre de las estrellas.
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Tramposa mención especial:
Spike Jonze, ¿os acordáis de Jonze? Nosotros sí, y mucho. «Mutant Brain» de Ape Drums (en colaboración con Sam Spiegel y Assasin) se cuela haciendo trampa en esta lista, porque en realidad es más un anuncio de perfume que un clip musical al uso y porque parece un remake moderno de otra obra indispensable del director: aquel «Weapon of Choice» junto a Christopher Walken. Llegó protagonizado por una Margaret Qualley increíble luciendo unos pasos de baile loquísimos, y se convirtió en uno de los mejores videoclips del año sin ser un videoclip porque el mundo necesita más gritos, muecas, lametazos, bailoteos, saltos y juegos como estos.
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Pero vamos a ver, ¿aquí por qué no hay ni un vídeo de Bejo(CachiRichi)?
Falta metal alemán.
Shhhh! ¡Calla Gama que te va a oír y la hemos fastidiado!
Lo he flipao con Kenzo.