Recuerdo de pequeño un miedo de otra época, el pánico nuclear, aunque siendo niño era como un juego. Te daban tebeos de Protección Civil con dibujos que explicaban qué era un hongo atómico y cómo debía ser un refugio, aunque por supuesto no conocía a nadie que tuviera uno. Viví en Caracas en los noventa y era considerada una de las ciudades más peligrosas del mundo. También las he pasado putas alguna vez en la montaña, porque hacía alpinismo. Es donde conocí el sentido de la expresión cagarse de miedo. También estuve una vez en un curso de exorcistas. Pero si lo pienso bien donde más miedo he pasado yo ha sido en Bilbao, cuando vivía allí. Tenía miedo de que me mataran.
Cuando alguien te puede querer matar sin conocerte, sin haber hecho nada, es una sensación muy desconcertante. En mi caso, porque me dieron trabajo en un periódico, El Correo, que para estos chicos de ETA era parte del bando enemigo. No se preocupen, no voy a hablar del «conflicto», quería describir cómo te funciona la cabeza cuando tienes miedo. Cuando sales de casa cada mañana y automáticamente enciendes todas las alarmas. Miras a derecha e izquierda, te aseguras de que no haya nadie extraño. Te haces especialista en mirar con el rabillo del ojo, a esas sombras que se mueven a tus espaldas. Una amiga que hacía meditación, rollos budistas y cosas así, me contaba que con la práctica llegabas a desdoblarte, a verte a ti mismo desde fuera, y que el punto exacto era detrás de ti, a la altura de nuca. Pues bien, en el País Vasco muchos lo lograban a pelo, sin meditación, que para eso algunos eran de Bilbao. Te veías siempre desde atrás. Tu nuca te llegaba a obsesionar, sentías una sensación constante, porque es donde disparaban. Tu nuca era lo que veías mientras caminabas por la calle, como con una cámara que te siguiera, y es lo último que vería tu asesino, si un día llegaba, antes de pegarte un tiro.
Se te ocurrían más cosas raras, razonabas de forma muy particular. Por ejemplo, llovía y decías: «Ah, mejor, porque el asesino no se querrá mojar, es un incordio, esperará a otro día que haga bueno, hoy puedo estar más tranquilo». Empezabas a hacer memoria para recordar si había habido atentados en días de lluvia y lo valorabas como un factor de disminución de riesgo. Pero siempre recordaré la imagen del cadáver de José Luis López de Lacalle, cubierto con una sábana, con el paraguas abierto al lado. Fue el 7 de mayo de 2000, en Andoain. Era un columnista de El Mundo. Había pasado cinco años en la cárcel con Franco y luego aún tuvo que seguir aguantando fascistas en su pueblo.
Lo peor era coger el coche. Aunque peor era a veces tener que caminar por la calle y usar los transportes públicos, mezclarse entre la gente. Eras más vulnerable, porque entre la gente podía esconderse alguno de ellos, así que el coche era el mal menor. Cada mañana tenías que llevar a cabo un ritual incomodísimo: mirar debajo del coche. Porque no es tan sencillo, te tienes que despatarrar por el suelo o hacer un ejercicio de contorsión una vez sentado al volante. Yo tampoco entiendo de coches y la parte de abajo me parecía siempre un amasijo extraño de hierrajos. ¿Cómo narices iba yo a distinguir una bomba? No, no, te decían, si la hay la ves de inmediato, canta mucho. Yo miraba y remiraba y al final me decía: «Bueno, parece que hoy no hay nada».
Estabas seguro, pero en el momento de girar la llave cada mañana siempre te quedaba un hilo de duda, por la posibilidad de haber mirado mal, de que hubieran inventado un nuevo tipo de explosivo que se veía menos, lo que fuera. Nunca estabas seguro. En ese instante te pasaba por la cabeza, pero casi como de lejos, la idea de que quizá en el siguiente instante fueras a morir, y pensabas a toda velocidad una secuencia de reflexiones fugaces de lo más inconexo, irracional y a veces simplemente estúpido: ¿Qué me voy a perder?-¿Cómo ha sido mi vida?-No me he despedido de nadie-Me gustaría volver a ver a no sé quién- En el fondo da igual todo-Joder, hoy no me viene bien que tengo que ir al médico-Qué chorradas digo-Si da igual todo-No, cojo el autobús-Es que llego tarde-A la mierda. Clic. Al segundo siguiente oías el motor y ya se te olvidaba. Volvías a pensar en tus cosas. Pero sin ningún énfasis existencial especial, era la normalidad. Un delirio. Luego leías, por ejemplo en febrero de 2002, que un chico casi de tu edad y de Bilbao había recorrido diez kilómetros con una bomba lapa pegada en su coche, sin enterarse, hasta que estalló y le dejó sin una pierna. Era Eduardo Madina, militante socialista, que hacía prácticas en una empresa y era jugador de voleibol.
Arrancar el coche, además, tenía también su responsabilidad con los que te rodeaban. No quiero ni pensar lo que debía de ser para quien llevara los niños al colegio. Yo, tras asegurarme de que no había bomba, esperaba por si acaso a que no pasara nadie, no fuera que sí que hubiera y la jodiéramos y encima matara a una pobre señora que iba a por el pan. Bueno, yo no, la matarían esos hijos de puta, pero qué me costaba a mí estar atento, etcétera. Insisto, un delirio. Cogías costumbres que luego ya no te abandonan, como dónde sentarte en un restaurante y olisquear el correo y los paquetes, a ver si olían a almendras amargas. Decían que ese era el aroma del explosivo, aunque nunca he logrado saber cómo huelen las dichosas almendras, y encima amargas. Todavía lo hago por deformación y mi mujer me mira como si estuviera loco.
Pero lo más demencial era que el mero hecho de mirar debajo del coche era en sí otro factor de riesgo. Es decir, si alguien te veía mirar debajo del coche se quedaría con la mosca detrás de la oreja: «Uy, ¿por qué mira este debajo del coche?». De inmediato comprendería lo que pasaba y pensaría que yo era algo. Algo, es decir: policía, magistrado, político, profesor, periodista, electricista, lo que fuera pero, en resumen, amenazado. Formabas parte de una subespecie o grupo social perseguido. Si te iba bien el vecino podría pensar que pobrecillo y ahí se quedaba la cosa. Pero si era alguien de los otros, y de los malos, podías darte por jodido. Se quedaría con el toque, podía comentarlo, se acabaría sabiendo en el barrio, la voz quizá llegaría a oídos de alguno de estos cabrones y a lo mejor te echaban el ojo. Es decir, se daba la diabólica paradoja de que podías no estar amenazado y de que nadie supiera quién eras, pero el solo hecho de tomar precauciones podía llegar a convertirte en sospechoso. Como andabas con cuidado —y aquí aparece una de las frases míticas de la época—, pensaban: algo habrá hecho. Tenías miedo de que te vieran tener miedo.
Para mirar debajo del coche simulabas que se te caían las llaves, pero claro, que se te cayeran todos los puñeteros días era inverosímil. Por la noche, cuando volvía del periódico o de tomarme unas copas, solía buscar sitio para aparcar en calles poco frecuentadas, para que al día siguiente fuera más fácil mirar. Pero es que en mi barrio lo de aparcar era un drama y si tenías la suerte de encontrar un sitio no podías hacerle ascos. Más de una noche he estado ahí parado con el coche, en medio de la calle y cayéndome de sueño, pensando qué hacer: ¿aparco o no aparco? A tomar por culo, y aparcabas. Al día siguiente volvías a coger el coche, pasaba mucha gente por allí y te maldecías: «Joder, tenía que haber aparcado en otro sitio». Y vuelta a empezar.
Lo que más me fastidiaba, de todos modos, era que el trabajo, donde te pasabas horas, se había llegado a convertir en el lugar más confortable, porque era seguro, había controles, vigilantes, cámaras, te sentías a salvo. Como en casa. Lo malo era ir de uno a otro sitio, los desplazamientos, de casa al trabajo y del trabajo a casa. Era como correr de refugio en refugio.
Cuento todo esto pero en realidad entonces hablaba poco de ello, lo tenías interiorizado, asumido, estas preocupaciones no se compartían mucho. Hablabas de vez en cuando con los colegas, pero lo evitabas para no aumentar las preocupaciones. Y no se confundan, yo era el último mono, con un riesgo muy marginal. Y en una ciudad grande, en un pueblo pequeño lo llevabas claro. Y tenía veintipico años, era más alocado, era soltero. Me comería el coco una millonésima parte de lo que lo hacía alguien con familia, con niños, con nietos, un policía, la mujer de un guardia civil, un magistrado, un militante del PP o del PSOE o alguien que hubiera aparecido en las listas. Aparecer en las listas. Era otra expresión de esos años: «Fulanito ha aparecido en las listas», te decían con gravedad, como si le hubieran diagnosticado un cáncer. Ocurría cuando desmantelaban un comando o detenían a un etarra con papeles encima con listas de objetivos. A veces eran simples enumeraciones de nombres, pero allí podías estar tú, sin saber por qué. A veces sacaban los funcionarios mecánicamente de los nombramientos del BOE. Que yo sepa yo no aparecí en ninguna lista, aunque me citaron en algún libro como responsable de la «criminalización de la juventud vasca» por un artículo que hice, siendo becario, sobre la kale borroka. Sí aparecieron en las listas compañeros míos. Sí mataron e intentaron matar a compañeros míos. Todos mis directores han ido siempre con escolta y con amenazas muy serias de atentado. Ser director de un periódico a mí ya me parece una locura. Con escolta, no quiero ni pensarlo.
Quien iba con escolta era una especie de apestado. Si te cruzabas con uno por la calle notabas cómo la gente se apartaba disimuladamente, no sea que le cayera a él un tiro. Acercarse a estas personas era como ponerse a tiro, físicamente, entrar en una zona de riesgo. Si comías con alguien amenazado, con la escolta apostada en la puerta del restaurante, no podías dejar de pensar, con un egoísmo instintivo, que si pasaba algo a ti te pillaría en medio. Luego te alejabas de ese campo magnético infernal con un alivio culpable, sintiéndote un cobarde, y dejabas ahí solo al ser humano que vivía dentro, siempre así, cada día. Profundamente solo, pero sin poder estar solo ni un minuto. Una pesadilla. No solo eso, es que encima se les miraba mal. Yo he visto cómo se dejaba de invitar a un familiar con escolta a un bautizo porque parte de los parientes, abertzales, no quería esa gente con pistola por allí, estropeando la fiesta. El propio escolta, de por sí anónimo, era otro ser despersonalizado en la imaginación colectiva. Y también morían, como en Vitoria, el 22 de febrero de 2000, con la bomba que mató a Fernando Buesa y su escolta, el ertzaina Jorge Díez.
Años después, en junio de 2008, pusieron una bomba en la rotativa de mi periódico. Esta fue la reacción de solidaridad del lehendakari, Juan José Ibarretxe, del PNV: «Los medios de comunicación no siempre aciertan a presentar sus respectivos relatos informativos. Pero sean cuales sean las valoraciones que todos tengamos sobre la veracidad con que se presentan las noticias, los que creemos en la democracia estaremos siempre radicalmente en contra de quienes utilizan la violencia». Con amigos como estos quién quiere enemigos. Pero este tipo de estupideces entonces salían gratis, y hablamos de 2008, antes de ayer. El PNV también ordenó a sus afiliados, por carta, ahí está escrito, que no compraran mi periódico, El Correo, ni insertaran publicidad, porque éramos el enemigo. Era septiembre de 1996, yo acababa de llegar a Bilbao y creía haber aterrizado en Corea del Norte. Son cosas que hoy parecen inconcebibles. Lo malo es que entonces ya lo eran, pero no recuerdo especiales muestras de solidaridad. Mucha gente sensata del PNV luego, obviamente, hacía lo que le daba la gana y te contaba su contrariedad, pero en privado. Entrabas en un despacho oficial y tenían el diario escondido en el cartapacio de la mesa. Pero luego había orden en todas las instituciones de colgarte el teléfono, incluidas las oficinas de prensa. Fueron, en la jerga de entonces de la redacción, los meses del boicot. Pero lo cierto es que subieron las ventas, se les pasó la tontería y aquí no ha pasado nada.
Fue justo en esa época, meses después, en julio de 1997, cuando llegó uno de los momentos de mayor angustia con el secuestro y asesinato de Miguel Ángel Blanco, de veintinueve años, concejal del PP en Ermua. Significaba que podían matar a cualquiera con un mínimo de valor simbólico. A eso quedabas reducido, a una especie de logotipo con piernas. Bastaba tener relación, por débil que fuera, con alguna de las manías de los etarras. Miguel Ángel Blanco, otro chico más o menos de mi edad, era un chaval que se había metido a concejal en un pueblo. Tocaba la batería en un grupo. Le secuestraron cuando bajaba del tren para ir a trabajar. Nosotros pensábamos lo mismo: si quieren matar a un periodista, para lanzar un mensaje —quedabas cosificado como papel de avisos—, a lo mejor no van contra uno de los jefes, que llevan escolta y son más difíciles. No, vendrán a por uno de nosotros. Esta era otra constatación esencial: iban a lo fácil. Si te vigilaban y veían que lo tuyo presentaba alguna dificultad, porque a lo mejor tomabas precauciones, pasaban a otro. Cuántas veces he imaginado yo a mis hipotéticos perseguidores para intentar meterme en su cabeza y prevenir tácticamente sus movimientos. Otro delirio: ¿si yo me quisiera matar a mí mismo, cómo lo haría? Pensabas dónde podía ser más fácil, a qué hora del día, de qué manera. Era un juego diabólico. A veces incluso pasabas el rato, sin darte cuenta, planeando tu propio atentado.
Era una atmósfera de terror sutil y cotidiano muy difícil de explicar, que a mí me parece un material dramático de primer orden y, sin embargo, he visto utilizar poquísimo en España en películas o libros. Habrá algunos casos que no conozco y hay excepciones, como los magníficos cuentos de Fernando Aramburu, pero creo que aún no se ha contado bien. Y se debe contar bien, porque si no es como si no hubiera pasado. El humor ha estado bien, los ocho apellidos vascos y demás, para aliviar la tensión acumulada, pero hay que ir más allá, porque no solo era ridículo, por encima de todo era trágico. Aún hoy, cuando voy al País Vasco, me asombra cómo se la cogen algunos con papel de fumar para hablar de los años del terror, el uso políticamente correcto de una semántica rebuscadísima para no ofender a unos pero tampoco a otros, las presuntas dificultades retóricas para contar lo que ha ocurrido, cuando todo está bastante claro.
El País Vasco era un régimen perfectamente mafioso, y sé de lo que hablo porque vivo en Italia y sé un poco de la Mafia. Todo el mundo tendía al anonimato, a la neutralidad, a no destacar, a que se supiera lo menos posible de ti, de lo que pensabas. Para señalarse, bastaba eso, decir lo que pensabas. Así que la gente procuraba no pensar demasiado. Suicidarse era fácil: bastaba hablar en voz alta contra ETA, en el bar y no digamos ya en la tele. Pero casi todos hablaban en voz baja, o no hablaban. Por eso había poquísimos famosos vascos que hablaran del tema. En eso no tenían opinión. Reinaba un gran silencio. Hoy puede chocar, y no estoy tan seguro, y espero que algún día lo haga, pero se miraba para otro lado mientras mataban gente en la calle todos los días. Qué sé yo, los jugadores del Athletic de Bilbao o de la Real Sociedad, ídolos de los niños, con su prestigio social para las obras benéficas y la defensa de los valores, condenaban la violencia en el fútbol, pero lo otro no, era política. Les comprendo, si uno hubiera abierto la boca le habrían hecho la vida imposible. Era mejor no meterse en líos. O pagar en silencio el impuesto revolucionario, para que no te quemaran el negocio.
El año pasado en Bilbao, en la presentación de mi libro sobre la Mafia, me preguntaron exactamente eso: que si no he pasado miedo con eso de hablar de la Mafia. Contesté esto que he dicho ahora, que en realidad yo había pasado más miedo cuando vivía en Bilbao. Se produjo ese silencio de «uyuyuy lo que ha dicho». Todavía hoy, era 2014. Y al salir una señora, una conocida, va y me dice con retintín que no sabía que yo había pasado tanto miedo cuando vivía en Bilbao. No te jode, pensé, es que algunos no os enterabais de nada. O no se querían enterar. Quien tenía una profesión segura, militaba en un partido seguro, tenía opiniones seguras, vivía muy ajeno a estas paranoias. Son ya célebres las palabras de Ibarretxe ante la cama de un hombre que se había salvado de milagro de un tiro a bocajarro en la cara: «Hombre, que en el País Vasco se vive muy bien». Se lo decía, para quitarle hierro al asunto, al hijo del herido, que vivía fuera y se quejaba de la situación. Era septiembre de 2000. El hombre que yacía a dos metros con el rostro destrozado era José Ramón Recalde, profesor universitario, que con Franco pasó un año en la cárcel y fue torturado. Luego, en democracia, también le tocó seguir soportando fachas.
Realmente a muchos en el País Vasco, viviendo tan bien, ni se les pasaba por la cabeza que les pudiera tocar a ellos, porque tenían una especie de inmunidad. Solo se arriesgaban con la lotería de que te pillara un bombazo pasando por allí, pero paciencia, las probabilidades eran bajas, y de todos modos sería una trágica fatalidad. Habría sido sin querer. De ahí el desconcierto de algunos cuando en agosto de 2000 ETA asesinó a Jose María Korta, presidente de la patronal guipuzcoana y de ideología abertzale. «ETA ha matado a uno de los nuestros», dijo entre lágrimas de rabia el diputado general de Guipúzcoa, Román Sudupe, del PNV. Pasaba el tiempo y cada vez la línea roja de seguridad era más pequeña. Quedaba más gente fuera que dentro. En enero de 2001 mataron, por ejemplo, a un cocinero, Ramón Díaz. Cocinaba en la comandancia de Marina de San Sebastián.
Que te odiara gente que ni te conocía a mí se me hacía rarísimo. No tenía ningún sentido. A mí lo abstracto es que me da dolores de cabeza: te veían desprovisto de humanidad, como un símbolo o una categoría a eliminar. En ese sentido era una especie de genocidio, pero muy curioso, porque era contra su propia raza y su propio pueblo. Los documentos y comunicados de ETA son una cosa de tratado de psiquiatría. Doctrinas majaras como la de «socializar el sufrimiento». Por lo visto, idealmente, cuando mataran a todos, como Pol Pot, con los cuatro que quedaran aquello iba a ser el puto paraíso en la tierra. Si en Euskadi ya vivíamos bien no quiero ni imaginar lo que iba a ser para entonces, un musical de Broadway con boinas y camisas de cuadros de leñador.
¿Por qué? No había una respuesta comprensible. Y con las que te daban ellos te meabas de risa. La represión. Uf, vivían reprimidísimos ellos. Los que les jaleaban podían pasear felices por la calle, estaban tranquilos. En cuanto a los que no se querían enterar, también ellos te desprendían de tu humanidad por no ponerse en el lugar de su vecino. No era su problema. Por eso sigo pensando que la sociedad vasca, con toda su salud económica y su bienestar, es una sociedad muy enferma. Lo primero es reconocerlo, como en alcohólicos anónimos. Muchos no veían la carne que sufre, solo construcciones mentales.
A veces recuerdo esos adolescentes que en vez de pensar en sexo, como cualquiera de su edad, andaban maquinando conspiraciones y como momento culminante de su vida tienen una noche en que quemaron un autobús con cócteles molotov durante las fiestas patronales de su pueblo. Qué emoción, se sentían como Robin Hood y juraría que hasta veían por ahí al sheriff de Nottingham. Y luego, hala, a chuparse cinco, seis años de cárcel, el corazón de su juventud. Y toda esa gente pudriéndose entre rejas por una especie de alucinación colectiva. No sé qué pensarán ahora de su vida y de cómo la cagaron. Desde luego no lo dicen.
Sobre el desinterés, debo decir que yo, en principio, me sentía muy ajeno a toda esta movida. Mi familia es vasca, pero llegué a Bilbao de fuera y ser de un sitio o de otro, presumir del cocido de tu pueblo, el patriotismo y las banderas, me traen absolutamente sin cuidado. Así que figúrense una bandera que se inventó un señor a finales del siglo XIX con un dibujo de cruces en un folio. Tampoco quise hacer la mili ni la prestación social sustitutoria. Me fastidia que me obliguen a hacer cosas, por principio. Bueno, me emociono en Casablanca en la escena de «La Marsellesa» ante los nazis. Pero es que ante un nazi, como con ETA, uno sí toma partido, como Rick. Si te obligan, por llevar la contraria, te pones del lado del perseguido. Y por favor, repito, que no me vengan con la represión. Sí, sí, no se preocupen, añado a todo correr que me parecen muy mal las torturas, por supuesto el GAL y, faltaría más, el franquismo. Pues claro, como a cualquier persona normal.
Hay problemas reales y problemas imaginarios. Bastante tenemos con los reales como para marearnos con los imaginarios. Si encima te marea otro con los suyos, peor. A mí me da igual la independencia de Euskadi, tengo otras cosas en qué pensar, pero si a alguien le entusiasma, por mí estupendo, como si se la machaca. Estos no solo se la machacaban, todo el día con su paranoia, sino que encima te volvían loco a ti y si te iba mal hasta te pegaban un tiro. Etarras, majos, no solo es que fuerais unos paletos y niñatos asesinos, es que fuisteis un auténtico coñazo. Ese sí, soberano.
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Enhorabuena Iñigo! Me suena mucho este artículo, por curiosidad no salió en alguna de las publicaciones trimestrales? En concreto me suena (ya sabes esos detalles de Chejov que se te quedan grabados en la cabeza) «Empezabas a hacer memoria para recordar si había habido atentados en días de lluvia y lo valorabas como un factor de disminución de riesgo»
Un salduo
Sr. Domínguez:
Me parece que esta fábulando todo su artículo.No creo que haya sentido miedo real.He vivido toda mi vida en Euskadi,no soy nacionalista y creo que ud. Como los otros se está creando su propio relato por cierto nada original.
Yo también he vivido toda mi vida, y sigo viviendo, en Euskadi y jamás he tenido ningún miedo.
Sin embargo tengo dos amigas que sí lo han tenido, una que ha llevado escolta durante años y otra que evitaba coger el coche y que suspiraba cada vez que lo arrancaba.
Por supuesto que la gente ha pasado miedo.He conocido a gente realmente amenazada pero no me parece que Domínguez haya sentido eso que relata.Otros como Fernando Sabater lo viven y cuentan mejor.Lo bueno del artículo es que incide en algo que hay que recordar y enfatizar y reconocer a las víctimas.
El miedo es algo que cada uno vive de una manera. La mayoría no habla de ello pero lo lleva dentro. Ahora se cuentan cosas que antes se silenciaban.
claro claro, trabaja en El Correo y no ha sentido miedo, lo de mirar debajo del coche era para hacer gimnasia, verdad?
los fascistas sois todos unos mierdas, k lo sepais
Ya sabes que a dos trabajadores de Egin los mataron a tiros varios mercenarios del Estado español? Conoces lo que sufrieron los responsables de Egunkaria mientras estaban detenidos?
Supongo, Txus, que estás muy metido en el tema, por lo que veo. Si no tú, igual conoces a alguien que pueda aportar un buen artículo sobre ello. Seguro que JotDown agradecerá que alguien escriba sobre ello. Lo que no veo es porqué cuando uno quiere hablar de su experiencia personal tenga que verse obligado a documentarse para ofrecer una visión general de un tema, cuando lo que quiere contar es una experiencia personal.
Y eso me lo dices porque quiero hacer ver a nosoloporno69 que también los periodistas abertzales y/o euskaldunes sufrieron el terrorismo?
¿Sí? ¿Los periodistas abertzales también tenían que mirar todos los días debajo de su coche?
Me solidarizo con ellos.
Curioso, los comentarios del tal Txus y otros euskonazis son igualitos a los de otros fascistas que entran a comentar en artículos sobre memoria histórica en plan ¿Y Paracuellos que?
Se nota que son pájaros de la misma pluma.
Y tú eres un «demócrata» que no quiere que se hable de las atrocidades que te afean el relato. «Y se debe contar bien, porque si no es como si no hubiera pasado».
Txus, tienes toda la razón: eres un paleto que ha ido leyendo el artículo recordando las paletadas que tenía que poensar para dormir tranquilo en los años del plomo, y para no caer en la irrelevancia social en los años del plomazo (es lo que tiene la modernidad, se lleva a los paletos de una época para traer otros nuevos). Vete a cantarles estas paletadas a tus familiares y amigos que han pasado años presos y de paso les preguntas si lo repetirían. So paleto.
Cuando escribas, te recomiendo repetir palabras con mesura para que no se note tu pobreza de
vocabulario.
Sería fundamental saber qué ha hecho vd., don Ramón, para no tener miedo. Supongo que se habrá asimilado hasta límites insospechados y humillantes, que vd. no considerará así, pero bueno. Lo normal en una sociedad en la que una banda asesina a 858 personas y provoca miles de heridos es sentir miedo.
Que vd. se haya vacunado tuneándose de arriba abajo es otra historia. En su teequis, en el nombre que habrá puesto a sus hijos, en su gestualidad y en la cantidad de veces que dice San Sebastián en sometido está su miedo. No lo dude.
Tampoco estaría mal saber que hacía usted, don benjamin, mientras los funcionarios y sicarios del Estado español causaban más de 400 muertes y cientos de heridos y torturaban a casi 10.000 personas en Euskal Herria. ¿Protestó porque sus impuestos eran utilizados de manera ilegal para crear terror en las calles vascas? ¿Guardó un silencio cómplice? ¿O le parecía que su dinero estaba bien gastado?
Brutal. Gracias. Abrazo.
Enorme articulo, enhorabuena!
Enhorabuena al autor. La aproximación al «tema» más esclarecedora que he leído.
«Sí, sí, no se preocupen, añado a todo correr que me parecen muy mal las torturas, por supuesto el GAL y, faltaría más, el franquismo. Pues claro, como a cualquier persona normal.»
No corras tanto Iñigo que le quitas convicción a tu relato y, por favor, respóndeme un par de preguntas. Ya que -como parece que dices- no eran personas normales ¿qué eran quienes apoyaban o miraban para otro lado (políticos del PSOE y PP, policías, militares, jueces, fiscales, forenses, periodistas, votantes de a pie…) mientras se llevaban a cabo esos crímenes? ¿Cúantos artículos contra ellos escribiste?
Por qué le quita convicción? Esto no es una competición entre grupos fascistas. El que mucha gente fuera tibia con el GAL no cambia que en Euskadi hay mucho silencio piadoso
Después de un artículo con tanto recurso literario sobre el miedo causado por ETA, despachar los crímenes y el terror causado por el franquismo, los asesinatos del GAL (y las demás siglas parapoliciales), los miles de casos no investigados de tortura y los cientos de muertos en las manifestaciones y controles de esa represión de la que Domínguez no quiere que le hablen –todo ello llevado a cabo por los diferentes gobiernos españoles–, que alimentaron la espiral de violencia ya que como dijo Casinello «antes la guerra que la independencia de Euskadi», en una frase a prisa y corriendo tiene más de competición entre relatos que de periodismo veraz.
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Sabes que la fase más famosa de la película «Casablanca» nunca existió? En la matanza policial de cinco obreros y más de cien heridos de bala del 3 de marzo del 76 en Gasteiz, Rick de qué lado se pondría?
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Angel, dentro de «grupos fascistas» incluyes a los funcionarios del Estado que mataron extrajudicialmente, a los políticos que lo ordenaron/permitieron, a los periodistas que los jalearon?
Está contestado en el propio artículo:
«No se preocupen, no voy a hablar del «conflicto», quería describir cómo te funciona la cabeza cuando tienes miedo.»
Es decir, va a escribir sobre su experiencia personal, de cómo funcionaba él cuando tenía miedo. Supongo que si hubiera sido un experto en el GAL, hubiera escrito sobre ello. No entiendo que para escribir sobre algo haya que disculparse sobre todo lo demás.
No, no están contestadas. Yo no le pido que se disculpe de nada, le hago dos preguntas muy claras que él verá si las contesta.
Y si, además de su experiencia personal, si que habla del «»conflicto»». Y me parece perfecto: que cada cuál cuente lo que quiera y lo fabule como quiera. A un periodista se le podría pedir que.buscara y contara la verdad sin «manufacturarla».
De recurso literario nada. Lo que cuenta este artículo es verdad hasta la última coma. La inmensa mayoría de los vascos no torturábamos ni reprimíamos a nadie, pero vivíamos en una sociedad mafiosa en la que para sobrevivir había que estar callado y no llamar la atención, bajo pena de convertirte en un apestado. Que hubiera periodistas amenazados da la medida de lo que ocurría. «Socializar el sufrimiento» significaba exactamente eso, que todo el mundo tuviera miedo para poder chantajear a gusto a la sociedad. En cuanto al franquismo, como bien recuerda Iñigo, unas cuantas de las víctimas de ETA habían sido también víctimas del franquismo y habían estado encarceladas por el régimen. Años después, estábamos en otro régimen igual de fascista: el de ETA. Así de sencillo.
De fábulas nada. Verdad hasta la última coma
Txus, ¿por qué no te callas de una vez? Se ve que tienes mucha experiencia callándote y mirando para otro lado, Eso como mínimo, porque quizá fuiste parte del problema, tan pobres y estúpidos son tus argumentos que no me extrañaría que pensaras que hacias patria matando cocineros, quemando contenedores o robando a comerciantes. Mira, lee las tonterias que te gustan a ti y no te metas a leer cosas que te quedan grandes.
Ssssssh! Silencio. No molesten a los que duermen.
Soberbio. Ven y cuéntalo….
Tengo los pelos de punta, yo vivía en Bilbao, era una de esas personas a las que «no les afectaba», simplemente no se hablaba de ello, y hasta que no salí de ahí a vivir fuera no fui consciente. Sólo vi reacción con lo de Miguel Ángel Blanco, creo que tanta gente se sintió vulnerable que fue algo tipo «os habéis pasado esta vez», más incluso que cuando se cargaban a uno que pasaba por ahí porque eso se consideraba mala suerte y ya ¡!
Era algo así como en plan «yo no apoyo a Eta y no quiero problemas», ahora me imagino así a los alemanes de los años 30 y 40.
Siento que tanta gente tuviera que pasar por eso. Y siento mucho que tengamos la memoria tan corta.
Muy oportuna la comparación con los alemanes que «no se enteraban» de lo que pasaba en los campos de concentración.
Respecto a una frase anterior «No creo que haya sentido miedo real.He vivido toda mi vida en Euskadi,no soy nacionalista y creo que ud. como los otros se está creando su propio relato»… hala, un alemán de los de entonces.
Parafrasando el cuento: «Mataron a un policía», «y qué, no eres policía», «mataron a un concejal», «y qué, no eres concejal», «mataron a un cocinero», «y eso?»
Así es fácil no tener miedo.
Buen artículo en el que se verán reflejadas cientos y cientos de personas que han sufrido este horror durante más de cuarenta años. Mafia, esa es la palabra. Mafia y omertá. Complicidad de la mayoría. Complicidad de todos los «intelectuales del cine» que año tras año iban al festival de San Sebastián y ni rechistaban no fuera ser que se fijaran en ellos. Indiferencia y desprecio a las familias como si fueran apestados.
Ahora toca olvidar, como si no hubiera pasado nada. Hay mucha gente que no quiere y hace bien.
A propósito de olvidos, Iñaqui Arteta se ha atrevido mucho.
Gracias
Grandísimo artículo, enhorabuena. Uno de los más esclarecedores, y de más sentido común, que he leído sobre este tema. Es cierto: en el País Vasco se ha vivido una alucinación colectiva: gente mirando hacia otro lado, evitando a aquellos que aparecían en esas listas como si fuesen unos apestados. Fascismo puro y duro.
Yo tenía 16 años cuando asesinaron a Miguel Ángel Blanco, de hecho estaba en Ermua cuando lo asesinaron, en casa de mi abuela, terrible. Recuerdo los insultos en el patio del edificio, se oían llantos, mi abuela llorando, mi hermana, con 10 años, llorando también sin saber del todo por qué. Terrible.
Unas semanas antes yo era delegado de clase en el instituto, en realidad lo era casi por cachondeo, no era precisamente un alumno ejemplar, pero como me encargaba del parte de faltas y yo era de los que más faltaban los demás estaban contentos con mi labor de cara a sus piras. Total, que llegaron unos de Jarrai, con permiso de la dirección del instituto, y fueron de clase en clase para promover un día de huelga en solidaridad con alguien de ETA. No recuerdo la causa, exactamente.
El sistema era sencillo. Se proponía huelga o parón, se votaba en clase y luego los delegados de cada clase se reunían para, a su vez, votar, dependiendo de los resultados de cada aula. Si había unanimidad se hacía huelga o parón, eso dependía, y no contaba como falta. Si no había unanimidad los que faltasen contaban como tales, como falta injustificada.
De las 20 clases del instituto solamente salió que no en la mía y en otra, correspondientes a 1º y 2º de BUP bilingüe. Salió que sí en las clases de euskera, en las de castellano y en casi todas las bilingües. Y allá que fuimos, a la reunión con nuestro voto contra la huelga. Sabiendo que todas las demás clases iban a votar a favor, o sea, «jodiendo» la huelga. Huelga que tampoco era demasiado ideológica para los estudiantes, votaban a favor porque suponía día libre por la cara. Pero los de Jarrai, que estaban presentes, sí se lo tomaban en serio.
Y se lió. Insultos, amenazas, empujones… En fin. El resultado fue que nos encerraron en un baño y repitieron votación de delegados en nuestra ausencia. Y podéis imaginar que los siguientes años en el instituto y en el pueblo tuve que aguantar de todo un poco. Insultos en la calle, en los bares, en el tren, botellas que caían a mi paso por la calle. Muy desagradable.
¿Por qué votó mi clase en contra junto a la clase vecina? Porque en ambas teníamos a dos hermanas que eran hijas de un hombre asesinado. No podíamos votar que sí. No podíamos. Ni aunque fuera de chufla para tener un día libre, a mí me hubiera encantado, era un pirero. Hubiera votado que sí a una huelga incluso para protestar por el precio de las palmeras de chocolate, de hecho, lo hice en octubre del año siguiente, promoví una huelga por ello, se votó, salió que sí por unanimidad y el instituto decidió cambiar las normas de funcionamiento interno. Lo curioso es que la dirección más que echarme la bronca casi me dio las gracias por darles una causa ante la APA para cambiar aquella normativa ridícula de la que abusaban los batasunos.
No sentí el miedo de Íñigo Domíguez a un atentado, me parecía impensable que fuesen a matarme por lo del instituto. Pero sí sentí miedo a que me diesen una paliza, a que aquella botella que cayó sobre mí cuando iba al instituto me hubiera dado, a que cayese otra, a que llamasen a casa amenazándome. Sentía vergüenza por los insultos. Me daba pudor explicarle a mi primera novia, a la que conocí pocas semanas antes del asesinato de Miguel Ángel Blanco, que en algún momento alguien podía insultarme en la calle o amenazarme por lo de aquella huelga. Pero, y esto es extraño, también me sentía orgulloso. Orgulloso porque sentía que estaba en el lado correcto de la sociedad. Por haber ido hasta el final en algo que sabía que me iba a traer problemas. Por recibir insultos, amenazas y agresiones de personas que me resultaban éticamente despreciables.
Y aunque ese puñado de años ya me queda lejos y hasta he superado el rechazo que llegué a sentir por el País Vasco, haber vivido fuera me ha ayudado, sigo sintiendo aquella sensación rara de ir por la calle mirando caras para ver si detectaba a los que eran más agresivos conmigo. Aún me cruzo con alguno de vez en cuando y alguno hasta tiene la desvergüenza de saludarme, como si esos años de insultarme no hubieran existido.
No hice nada que fuese importante o significativo. Pero sí me dieron unos años de instituto y de adolescencia y primera juventud complicados hasta que me fui de mi ciudad con 20 años. Conocí mucho sobre el ser humano. Sí, también perdí amigos. Y otros, de mi cuadrilla, cuando me insultaban miraban al horizonte. Solo algunos se interponían y me defendían. Muy pocos. Pero no se plantearon echarme de la cuadrilla ni nada, sencillamente era algo que no iba con ellos. Para ellos el problema no existía.
Yo también creo que falta un relato adecuado sobre esos años y este pasar página, como si nada, me molesta profundamente y creo que solamente les acomoda a aquellos a los que realmente nunca les pasó nada, a los que vivían tan bien en el País Vasco, a los que cuando alguien gritaba «fatxa de mierda» «puto gotxo» «español, te vamos a matar» y demás se quedaban tan tranquilos porque sabían que no iba por ellos.
Supongo que en sus recuerdos ni siquiera ven la cara que ponía su amigo, el que estaba al lado, y que sí sabía que iban hacia él. Supongo que verán un espacio en blanco, limpísimo.
Fernando, no te conozco de nada, pero tras leer tu relato sólo quiero decirte que me siento orgulloso de ti.
No sé cuanto significará para ti que un desconocido te diga algo así, pero yo necesitaba hacerte saber que la gente como tú es la que hace falta en el mundo.
Y no por tu postura política, que me da igual, sino por tu valentía al exponerte y rebelarte ante un hecho infame por ser injusto.
No es una situación tan grave como la que describe el artículo, pero es una situación jodida igualmente. Y cuando se vive en la niñez/adolescencia más todavía.
Nada más que decir,
un abrazo Fernando.
Gracias a Íñigo, es un articulo increíble, debe ser la tercera vez que lo leo y me sigue impactando. Gracias a JD por subirlo a la web, aquí tendrá más difusión. Y gracias a Fernando, por tu pequeña pero gigantesca historia. Todo grano suma para una historia pendiente (o por volver a contar, esta vez bien contado). Sabed que es muy necesario y todo esfuerzo es poco, en vez de botellas ahora parece que algunos inconscientes lanzan palabras vacías de contenido y conocimiento. Seguid.
Hola Fernando, gracias por tu reacción en tiempos de instituto, en el mío éramos mucho más cobardes. Una vez uno de Jarrai me dijo que le comentara a mi padre que tuviera cuidado porque iba a las manifestaciones de Gesto por la Paz y me dejó helada, pero no creí posible que fueran a hacerle nada y no se lo dije. También iban conmigo al instituto algunos de los descerebrados que quemaron un autobús en las fiestas patronales, por lo que sé no han cambiado mucho sus ideas políticas.
Estábamos muy ciegos. Y algunos como yo necesitamos salir de allí para darnos cuenta. Lo malo es lo que comentas, que miras atrás y sigue estando todo el mundo igual de ciego. Un ertzaintza no se atreve (aún hoy) a decir que lo es y sigue viviendo en un pueblo distinto a su destino, quizás deberían plantearse por qué.
No se quien eres, ni si lo que has contado es cierto, pero si lo es. Felicidades. Eres del porcentaje de seres humanos que ha hecho que nuestra sociedad avance y saliera de las cuevas. El resto son animales, y a ellas quisieran volver.
Puedes estar orgulloso. Fuiste un valiente. Y a los cobardes eso les jode. Por eso te atacaban desde el cobijo de la manada o el amparo de la oscuridad.
La esperanza casi siempre está al lado de aquellos pocos capaces decir NO a la masa fanatizada. Gracias
Fernando, !qué distinto habría sido todo si más personas hubieran tenido su coraje!
Gracias porsu historia.
El articulo es muy bueno. El relato de Fernando Herran estremece.
No sé si eres de izquierdas o de derechas, ateo o religioso. Pero lo que hiciste fue admirable.
Gracias, Fernando.
Bravo. No tengo más que decir.
En mi caso yo vivia en Vitoria, pero estudie en Leiona, Ciencias politicas, ( que ironia verdad? ) Estar en clase y que de repente la irrumpan un monton de abertzales violentos con una pancarta reinvindicando no se qué, porque no me acuerdo del mensaje, Me acuerdo del momento, me acuerdo del miedo.
Me acuerdo de estar en clase de Teoria del estado, aburridisima y mirar por la ventana; grandes ventanales de madera y ver como una pelota de goma venia directa hacia mi, pero chocaba contra el marco. Clase suspendida y al aparcamiento en fila a coger el bus de vuelta a casa.
Recuerdo salir de fiesta con mis amigas con 17 años llevar horas preparandote, poniendote mona porque igual veias al chico que te gustaba y oir gritos, y lo siguiente, que alguien te tire del pelo a lo cavernicola, te caigas hacia el suelo hacia atrás y se cierre una persiana.
La del bar que te ha protegido porque venián los beltzas con alguna kale borroka organizada.
Como Fernando yo fui delegada de clase, pero en la universidad.
Una vez hubo una manifestación con bronca y no se porque detuvieron a tres. El caso es que esa noche me quedaba a dormir en casa de una compañera de clase en bilbao, y resulta que los demás del piso, eran batasuneros, y esa tarde habia concentración en los juzgados para pedir la liberación de los estudiantes. Y casi me vi obligada a ir, asi que alli estuve, como una idiota escondida entre la masa, casi arrastrada por no llevar la contraria, por no decir en alto que estaba en el otro bando. La solicitud de liberación fue una chorrada, la gente en las aceras hablando y esperando, otros en una cafeteria, hasta que bajo un ertzaintza y dijo que salian en media hora y por la otra puerta. Asi que nos movilizamos todos, yo incluida y los soltaron. Vuelta al piso y no pensé en nada más que en que habia participado en algo que no defendia, Solo por no destacar.
Al dia siguiente hubo otra vez asamblea en la uni para quejarse por la actuación policial mientras esperaban en el juzgado.
Yo flipe, y dije ¿que actuación policial? porque hasta donde yo se, no paso nada, no hubo nada, solo gente tomando unas birras mientras esperaban, es más la policia aviso cuando y por donde los soltaban,
Uno de ellos me miro de ariba abajo como intentando buscar en mi atuendo algún signo que me delatase ser de los suyos y me pregunto, ¿y tú como sabes eso? y le consteste: Porque estaba alli. Y no paso nada de eso, y tu estabas en la mesa delante mio bebiendo, y lo sabes. (aqui me pasó como a Fernando, me senti hasta orgullosa por decir de algún modo que ya estaba bien)
Desde entonces siempre que habia reuniones, me miraban raro. Nunca supieron si era de ellos o no. Pero no era. Solo era una más que se había acostumbrado a vivir su vida, no meterse en problemas, no provocar y seguir para adelante. Un poco cobarde lo pienso ahora… pero erán más,o eso creia, o al menos su defensa era más violenta, la mia las palabras. Así que no me metia.
Hasta que llego Miguel Angel Blanco. Curiosamente yo estaba en San Sebastian, haciendo un curso de verano de Crimenes contra la Humanidad. Tiene narices, que para una vez que decido estudiar en verano ocurra eso. Pero todo cambio. Recuerdo que justo volvia a casa el sabado sobre las 5, hora clave, y lo mataron unos minutos más tarde. Ibamos andando mi ama y yo hacia casa y empezamos a oir los gritos por las ventanas, asesinos gritaban anonimos.
En ese momento, todo cambio.
Ya no agachabamos la cabeza, dejamos de frecuentar locales simpatizantes, tiendas, comercios. Deje de tener miedo relativamente, aunque estoy seguro que más de uno que lo vivio penso como yo que estabamos al borde de una guerra.
La gente se harto.
Y en el 2000 hablando con una amiga por telefono oimos una explosión y grita, mis ventanas!!! Me cuelga, más tarde me llama y dice que han puesto una bomba en las universidades y que le han roto los cristales, que menuda putada. Esa fue la primera de las ultimas veces que hablamos. Conocia a Fernando Buesa, habia estado de campamentos con sus hijas cuando eramos crias. Y mi interlocutora preocupada por sus cristales.
Pero con MIguel Angel Blanco, como ya he dicho todo cambio, yo tenia 23 años y en ese momento empeze a tomar partido a mi escala, Sin sobresalir, sin destacar, pero mi «amiga» fue una de las que me desprendi, Un chico que me gusta en la uni lo vi hace unos años en la tele en busca y captura por pertenencia a banda armada. Menos mal que nunca llegamos a nada.
Con 23 años no se si todo esto deberia de haberlo vivido, una no es consciente, pero lo piensas y me entristece, pero fui feliz, sinceramente mi adolescencia e infancia fue feliz, porque el miedo cada uno en su escala ha formado parte de ti y lo has omiitido, No estabas en la lista pero tampoco eras de ellos. Eras de la mayoria silenciosa. Esa que calla y trabaja.
Pero cuando más miedo he pasado, ha sido cuando me mude de ciudad y dejé el pais vasco.
Pasar por delante de cuarteles de la guardia civil y pararte en el semaforo y pensar, joder y si eta pone una bomba aqui?
Y entonces una se da cuenta, que ha vivido siempre bajo una presión politica silenciosa, afuera no hay carteles de Euskal presoak etxera, o gora eta, o fotos de detenidos, o de torturados en epoca franquista o por el Gal.
Afuera no hay nada, nada.
Grafitis de veinteañeros, carteles de circos ambulantes o proximos conciertos.
Nada…
Como anecdota dire que el dia de mi comunión, mis aitas nos dijeron a mis primos, poneros en la pared para haceros una foto todos juntos. Y ahi estamos todos inmaculados, para ver sorprendida después al revelarla que la pared pone gora eta… 8 años, vestida de princesa y mi foto de primos es esa.
Y ahora, 22 años después, viviendo el extranjero, tengo que aguantar que dos chavales de 18 años me pregunten si soy etarra por ser vasca. Algo falló entonces y algo falla ahora en la educación.
Más articulos como este Iñigo, la realidad es ciega si se cierran los ojos o se mira para otro lado.
(siento la chapa, pero pocas veces uno encuentra el modo de sacar tantas cosas de dentro, es un tema del que hemos aprendido a no hablar)
Muchas gracias a ambos, Fernando y Marta, por compartir vuestras experiencias despues de tantos años. Es desgarrador leerlo pero es necesario para mantener nuestra humanidad.
Y esta humanidad consiste de momentos altos y bajos como los que habeis comentado. Abrazos.
Es facil hacer cosas extraordinarias en casos extraordinarios, lo dificil es hacer cosas extraordinarias en casos ordinarios. He sentido la necesidad de darte las gracias, por lo que hiciste y por contarlo. Aunque a mi tsmpoco me afectara y «no sirviera de nada», destapò la hipocresìa de muchos, tanto ahora como seguramente en el pasado. Gracias.
Me has emocionado.
Quiero felicitarte Íñigo,
tu texto es lo mejor que he leído sobre el tema. Es incontestable, incuestionable, es imprescindible.
Debería estudiarse en colegios e institutos, en clase de Historia, o si no en Religión, en Ética, o Ciudadanía, (o como se llame ahora), porque a la vista está que lo que cuentas, y que vivieron miles de personas, se está OLVIDANDO INTERESADAMENTE a velocidad de vértigo.
Cuando entras en Twitter y cada día ves manifestaciones de apoyo a los cómplices de la situación que describes, cuando ves a veinteañeros de toda España pidiendo que Otegi pueda presentarse porque es un «preso político», te das cuenta de que las víctimas están perdiendo la batalla otra vez, que esto «está olvidao» y a otra cosa.
Y no, no debería olvidarse lo que cuentas, debería recordarse siempre porque, es tópico decirlo, pero si no se recuerda se va a repetir. Y se ven muchos discursos, incluso en el Congreso, donde se ve claramente que esto puede volver a ocurrir muy pronto, (si no está ocurriendo ya a menor escala en algunos sitios).
¡Gracias por tu artículo Ínigo!
Acertadísima la comparación con Alcohólicos Anónimos. Me parece un buen artículo.
Gracias por contarlo y por explicarlo claro y diáfano. Ya no pegan tiros, pero queda mucho todavía hasta llegar a ser una sociedad «normal».
Y que otros lo entiendan también. Aunque bilbaíno, vivo en Barcelona desde hace años y, no hace mucho, un catalán de «bona familia» me espetó algo así como «vosotros los vascos sí que habéis tenido cojones». No supe ni qué contestar. Me marché con una mezcla entre pena y rabia que aún noto al recordarlo.
Sí, para ciertos individuos todos los vascos tenemos que ser filoetarras, o al menos comprensivos con esa basura. Y cuando descubren que no lo somos, entonces pasamos a ser unos fachas y el resto de su manido repertorio.
Yo no me habría callado. De hecho, no me callé cuando me vi en una situación semejante. El que tuvo que cerrar el pico fue el espabilado bocazas.
Me uno a las felicitaciones. Y me alegro de que le llames a la cosa por su nombre. Mafia. Pura y dura. Omertá. Miedo que se palpaba cuando ibas de crío a visitar a tus primos. Y que no entendías porque venias de un sitio donde la gente trataba de disfrutar la libertad tras tantos años tan jodidos. Miedo que se seguía palpando sí años después te tomabas un café y veías las «huchas» mafiosas. Y las despreciabas, pero eso es fácil si al día siguiente te largas a 400 km de distancia.
Si alguno tenéis el contacto habría que enviarle el enlace a Pablo Iglesias. Para que aclare sus referentes en cuestión de hombres de estado, más que nada….
Gran artículo, Íñigo, totalmente necesario. Muchos quieren echar tierra encima de esta historia, de estos años terribles para tantos miles de personas que vivieron situaciones similares a las aquí narradas, o esos otros cientos de miles que directamente emigraron del País Vasco, como Fernando Herrán.
Recuerdo perfectamente lo ocurrido con Recalde, el asesinato de José Luis López de Lacalle, de José María Korta y la reacción de sorpresa de los peneuvistas, el atentado de Eduardo Madina, las muertes de Fernando Buesa y Jorge Díaz, y por supuesto los días previos y posteriores al secuestro y asesinato de Miguel Ángel Blanco. De aquellos años hay otra frase terrible de Arzalluz que nunca olvido, cuando hablaba de que unos tienen que agitar el árbol para que otros puedan recoger las nueces».
Ahora que algunos quieren rehabilitar la figura de Otegui conviene recordar la reciente entrevista de Jordi Évole en la que el ex-preso batasuno comparaba el sentimiento por la muerte de su madre (muerte natural, que nadie lo olvide) con lo que «debían de sentir» los familiares de guardias civiles, policías o concejales asesinados. La violencia es algo natural para algunos, como la muerte. Por eso estos «chicos de la gasolina y el tiro en la nuca» no creen necesario hablar de ese pasado.
Muchísimas gracias por este artículo a Íñigo. También a Fernando H. por su escalofriante comentario. Haré todo posible por divulgarlo lo más posible.
La mafia vivia en Intxaurrondo, comandada por el HP. Galindo, orquestrada por Mr.X y ejecutada por perros mal pagados.
No vivas de consignas que otros te han dado. Repasa lo que hay escrito y comprobarás que lo tuyo tiene más de imaginario que de real. Yo también vivía en los años 72 o 73 en Intxaurrondo, y cuando llegaba por la noche me cruzaba algunas veces con las «parejas» de la guardia civil de ronda (iban de 3 en 3, no de dos en dos). Mis simpatías por el régimen de entonces eran nulas, pero les daba las buenas noches, porque ellos no eran el régimen. Realmente quienes me eran antipáticos eran quienes bajaban a La Concha cuando venía Franco en el Azor, porque había que hacerle la pelota para que en el Consejo de Ministros de Ayete les diera carreteras, repetidores de televisión y ayuda a sus industrias. Esos sí eran el sostén del régimen franquista.
El régimen de terror que iba empezando a instaurar la oligarquía vasca, con la ayuda de parte de la iglesia vasca (QUE NO CITA EL ARTÍCULO) es lo que realmente daba ya miedo, porque venían de salvadores de no sé qué patria y no sé qué opresión. Se inventaron la religión de las banderas, estudiaron lo más retrógado de Sabino Arana y emprendieron su «cruzada». Todavía la seguimos viendo, y siguen jugando con sus presos como excusa de que están oprimidos. Pobres presos: son un juguete en manos de hombres oscuros pero poderosos, los capos mafiosos que pueden estar tanto en Getxo como en Madrid, eso sí, con gran poder económico que no tienen ni «sus» presos ni sus familias.
Imaginario dices? Lo más parecido a la Mafia que ha habido en el estado español es lo que había ahí. Hasta un general, Pedro Catalán, dijo que Intxaurrondo es un foco de corrupción.
-El informe del fiscal Luis Navajas denunció a un buen número de guardias civiles, incluido el comandante, de Intxaurrondo de dar protección a contrabandistas de tabaco, narcotraficantes y proxenetas a cambio de grandes sumas de dinero.
-Han condenado a agentes de ese cuartel por atraco, soborno, torturas, secuestro y asesinato, como el caso Lasa-Zabala.
-Hay cientos de denuncias de torturas no investigadas ocurridas en ese tétrico lugar o hechas por sus agentes, como la muerte de Mikel Zabalza.
-Hay varias denuncias de ejecuciones extrajudiciales como la de Lucia Urigoitia.
-Estos delincuentes están libres sin cumplir apenas nada de sus condenas de cárcel, indultados y con pensión vitalicia. Bien protegidos por el poder como en los buenos tiempos de la Mafia.
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Lee el testimonio de Ion Arretxe para saber lo que es el miedo:
http://www.nabarralde.com/es/nabarmena/13348-qel-dia-en-que-conoci-a-galindo-en-intxaurrondoq
Esa podría ser otra mafia, muy chapucera, pero a la que hace referencia el magnifico, esclarecedor y real articulo de iñigo Dominguez ,la ETA y sus secuaces y seguidores,también o mas…si es que existen mafias de diferente intensidad o calado. Siempre les he llamado mafiosos, a los asesinos, a sus discipulos, los de Jarrai o el nombre que quieras, a los del PNV que o simpatizaban o veian para otro lado, a los curas pro etarras, a todos esos vascos tan valientes que los jaleaban (y unos cuantos españoles, igualmente). Debió (no se en la actualidad) ser un horror vivir en `pueblo vasco «tomado» por esa chusma, que eran bastante cobardes, pro cierto :tiro en la nuca, bomba en los bajos del coche, secuestros, impuesto revolucionario, extorsión, todo muy mafioso. Los otros, como dices, fueron nefastos gestores de algo con lo que no podian, y recurrieron al ojo por ojo, de mala manera y muy chapuceramente. Seguro que si hubiesen acabado con la ETA y su entorno, aunque fuese con los mismos métodos mafiosos a los que combatían a nadie o casi nadie ,le hubiese importado y con el tiempo serian vistos como héroes o salvadores . Que quede claro que no hubiese sido correcto (seria una barbaridad) porque hubiese habido, posiblemente, mas muertes, violencia y barbaridades por ambas. La mafia, ese es la palabra clave, la ETA, sus seguidores, sus cachorros, los que callaban (posiblemente por miedo), pero complicidad. Por cierto, Iñigo Dominguez, mi mas sincera felicitación: escribe Vd. maravillosamente muy claro, conciso, al grano, con ese punto irónico. Siempre leo sus artículos (magnificas las crónicas italianas); y si, me he leído su libro sobre la mafia. Muy revelador. felicidades, magnifico articulista, escritor.
más tipos de mafia: esos que daban un arma a jóvenes vascos y les decían, no sin antes haber procedido a un lavado para el convencimiento «vosotros jóvenes gudaris vais a salvar esta tierra de la opresión», esos que se preocupaban de proveer de armas nunca se les veía inmersos en la ekintza, allí estaban los que era fácil lavarles el cerebro, la mafia nunca tocaba ninguna de las pruebas del delito, por si acaso…no sea que… Bravo por su «valentia» y por su fácil manera de engañar a tantos.
Un artículo impresionante por su sencillez describiendo algo tan natural y humano como es el MIEDO. Soy de Madrid, en aquella época tenía 25 años y coincido con el autor de este artículo en que a pesar de que ETA puso también bombas y asesinó personas aquí,en Barcelona y tantos otros sitios, MI MIEDO se calmaba pensado que era muy poco probable que una bomba me pillara en una ciudad tan grande. Pero por si acaso, tenía buen cuidado de cambiarme de acera cuando pasaba frente a un cuartel de la guardia civil o una comisaría de policía. EL MIEDO hacia saltar ese resorte en mi cabeza y daba media vuelta. Eso lo recuerdo muy bien todavía. Así que imaginad la pequeña paranoia de un madrileño. … como sería en comparación la de nuestro amigo de Bilbao!. Un abrazo muy fuerte y gracias por compartirlo.
Brutal el artículo. Soy nacido en Deusto en el 71 y vivi en Getxo hasta el 83 aunque nunca me he separado Euskadi. Tengo familia allí. Viví los años de plomo y toda esa puta equidistancia del PNV entre los amenazados «y los reprimidos de Euskal Herria». Toda esa retórica dialèctica demencial que aún hoy se sigue usando en el Parlamento Vasco. Siempre digo que si alguien quiere conocer la autèntica definición de la expresión «cogèrsela con papel de fumar», que lea el apartado de Política de El Correo o Deia una mañana cualquiera….
Y sí, tienes TODA la razón. Los amenazados eran los «apestados», nadie quería ni acercarse a ellos. Eran como judíos con la estrella de David en un pijama de rayas… Y la clase política vasca, sobretodo el PNV que ha manejado aquello como un cortijo, CÓMPLICE cobarde y mudo sin decir nunca una palabra más alta que otra, no se fueran a ofender «los reprimidos» y les pusiesen a ellos en la diana….
Da para una tesis doctoral, pero artículos como el tuyo son MUY necesarios.
Un saludo.
Yo nací en Bilbao en el 72. Acudí por primera vez a una concentración de Gesto por la Paz en el año 88 en la plaza de San Pedro de Deusto. Tenía un ‘compañero’ de clase que hablaba de que había balas del pueblo para nosotros y fanfarroneaba sobre la revolución (vasco soviética).
Recuerdo que los de KAS Iván por el barrio a principios de los 90 y daban 3 nombres de personas del barrio como ‘enemigos’: Pedro Alegria del PSE y dos del PNV, uno de ellos hoy alcalde. Por cierto, colaboradores con Gesto (ese gran olvidado).
En los 80 y 90 las juventudes del PNV se enfrentaban a Jarrai. Lo cierto que el asesinato de Goikoetxea en el 93 (Arzalluz: los podríamos matarlos a todos) les hizo despertar a muchos.
Pero el autor no sale del guión: Aramburu como referencia literaria (aver si lees la crítica de Iban Zaldua, majete), que malo el PNV qué no compra el Correo Español (con Zarzalejos de director, mejor no hablar), etc.
Entonces como hoy cierto dirigente nacionalista de Gipuzkoa no mi gusta un pelo, hay que decirlo todo.
Por cierto y por no echar toda la culpa al «empedrado»…. La sociedad vasca en su inmensa TOTALIDAD fue tambièn cómplice. Que en las cuadrillas existiese gente de Herri Batasuna y nadie hiciese nada por «aislar» socialmente a esa gente que justificaban por activa y por pasiva, secuestros, asesinatos y extorsiones, SIMPLEMENTE porque «salvo que es de HB, por lo demás es un buen tipo»….
Eso, para tomar potes está de puta madre, salvo por aquello de que está de acuerdo en que a alguien por pensar distinto le peguen un tiro….
Como bien comentas era una PARANOIA a lo que añadiría, ESQUIZOFRÈNICA colectiva de Padre y Muy Señor Mío….
Ya si eso otro día hablamos de los Hermanos Jesuitas y su indisimulado apoyo a «la causa» o del Obispo Setièn que tenía sitio en «su» Iglesia para «todos» por los cojones …..
Enorme artículo.
Valiente relato.
Ese mismo terror y miedo de baja intensidad se ha vivido, salvando las diferencias (menos muertos y una impunidad total para los terroristas), por parte de personas catalanistas o de izquierdas en el Pais Valencia durante la transición y los años posteriores.
https://ca.m.wikipedia.org/wiki/Batalla_de_València
Sobre esos hechos si se ha hablado poco y no digamos ya sobre las decenas asesinatos ultras cometidos.
http://www.alasbarricadas.org/noticias/node/8057
El fanatismo, la violencia y la cultura del miedo no son exclusivos de ningún lugar-ideología y hay que combatirlos siempre, no solo cuando nos amenazan a nosotros.
No has entendido nada. En Valencia, el mayor coñazo son los cuatro gatos catalanistas. «No dependamos de Madrid… Hágmoslo de Barcelona». Y así, con su paranoia de el pueblo elegido y que Aragón y el Reino de Valencia no son nada sin Cataluña. O churro todo el que no sea un cleptómano del clan Pujol. Son los que alimentan al PP… Un puto coñazo: maulets y blavers
Me ha emocionado ver, negro sobre blanco, lo que me tocó vivir en primera persona. Ser Ertzaina implicaba asumir todo lo que Iñigo cuenta. Y sólo el apoyo de casi todos mis amigos, que llegaron a ponerse delante del coche patrulla para que me bajara y saludarme a la vista de todos, o a acercarse a mi y abrazarme en medio de la calle estando yo vestido de uniforme para que la gente viera que no estaba solo y que ellos eran parte de mi, así como mi novia, que nunca dudó en estar a mi lado, al contrario de lo que les ocurrió a otros/otras a los que sus parejas dejaron porque no soportaban la presión, me hizo seguir adelante con la cabeza alta.
Recuerdo cuando mataron a un compañero y amigo que se me acercó una conocida y me dijo «no sé que es peor, estar amenazado como vosotros, o que cualquier día nos metan a nosotros en el saco». Así de paradójicas eran las cosas que pude llegar a oír. O cuando mataron a un compañero (y amigo) y mi padre me dijo que mi hermano lo había pasado muy mal. ¡Mi padre estaba preocupado por lo mal que lo pasaba mi hermano, pero lo que yo estaba sufriendo lo daba por descontado!
Quiero creer que estamos pasando página, pero siento la necesidad de que se sepa, de que se conozca que una inmensa mayoría miró hacia otro lado mientras unos pocos sufrimos. Si su actitud hubiera sido otra, la barbarie habría terminado mucho antes y nos habríamos ahorrado un sinfín de muertos y sufrimiento.
Gracias, Iñigo. Y gracias a todos los que no se acobardaron y nos mostraron su cariño, jugándosela por ello. Nunca os lo podré pagar.
De los 310 casos de tortura que el Instituto Vasco de Criminología atribuye a la Ertzaintza tienes algo que decir?
Te sugiere algo el nombre de otro Iñigo? Iñigo Cabacas?
Este articulo debería aparecer en los libros de texto, da para un buen debate sobre la condición humana, el miedo, la historia del País Vasco y España. Excelente.
Impresionante y muy buen artículo, refleja de una manera muy detallada pequeños aspectos de la gente amenazada que los «no marcados» desconocíamos. Parece que hasta que uno no sufre en sus carnes la violencia, sea del signo que sea, no aprende.
Mi tío era militar y un día que estaba tomando unos vinos en un bar con unos compañeros de trabajo vinieron dos etarras y mataron al «marcado» a tiros. Mi tío se salvó porque el no era un «objetivo marcado», sino también lo hubieran matado, dos en uno!!
Años después yo también hice algo que «ellos» hubieran interpretado como una traición, y es una etapa de mi vida que ahí se ha quedado en la sombra, de la que no puedo hablar con nadie por miedo a las represalias.
Vivimos en la Euskadi del año 2.016 y los tiempos cambian muy deprisa, tiene poco o nada que ver con la Esukadi del 2.006, y mucho menos con la del 86. Pero a mi parecer, lo realmente grave es la esencia de esta sociedad. Podrá ser con el nazismo, la violencia comunista, la etarra, la mafiosa o cualquier otro tipo de violencia. Pero esa falta de libertad, esa represión e intolerancia hacia los otros individuos es realmente estremecedora. Quizás la etarra ha pasado a la historia, pero volverá en nombre de la excusa de cualquier bandera o ideología, he dicho.
Los primeros campos de concentración nazis se construyeron para encarcelar a ciudadanos alemanes que se oponían al régimen nazi, o eran homosexuales, criminales comunes, etc..Hace años, cuando estudiaba la lengua alemana, me preguntaba cómo podía haber llegado gran parte del pueblo alemán a ser tan insensible e indiferente con la persecución de los judios y posterior «industrialización del crimen», como denominaba avergonzado un amigo alemán. Esta indiferencia, cuando no participación en su delación, ocurría incluso cuando eran sus vecinos y los niños compañeros de colegio y amigos de sus hijos. Encontré la respuesta cuando reflexioné sobre lo que ocurría en el país vasco, encima decenas de años después del nazismo, cuando el acceso a la información estaba a años luz. Me alegro de no haber vivido en ninguna de las 2 situaciones. No sé cuál habría sido mi comportamiento, no sé si habría tenido el valor de navegar contracorriente. En algún sitio he leído que muchos jóvenes vascos desconocen lo que pasó durante todos esos años y que en su casa es un tema del que se evita hablar. Y me volvía a recordar lo que pasó en Alemania. Pues a veces se leen noticias en que gente simpatizantes de ETA insultan a sus adversarios llamándolos NAZIS. Cada pueblo que asuma su historia.
Añado al mensaje anterior. Siempre me ha sorprendido que en las televisiones alemanas pongan con frecuencia Documentales referentes a esa etapa negra de su historia donde se ven las imágenes de la barbarie. Está claro que ellos no esconden su historia ni quieren contarla de otra manera, lo cual les honra.
«1980» de Iñaqui Arteta debería de ser un referente. Cada cierto tiempo tendrían que emitirlo. En » Lluvia de fango» tan reciente, Mayte Pagaza nos describe muy literariamente el espanto.
No se entrevista nunca a ninguna víctima. No quieren que se sepa, que salga a la luz el encaballamiento de la sociedad vasca.
Para ser buen periodista, hay que ser buen narrador. Una vez más, Íñigo Domínguez lo demuestra. Le da igual si es sobre ETA o sobre Compromis llegando al Congreso al son de Paquito el Chocolatero. A ver si se enteran los becarios (y no tan becarios) de que para ser buen periodista, hay que ser buen escritor y no nos van dejando sus perlas con alguna falta de ortografía, incluso a veces en El País
Y sin embargo, ¿cuántos proetarras se estarán tronchando con el artículo: «¿ves, ves cómo los jodimos, ves cómo sí funciona, ves cómo conseguimos lo que conseguimos haciéndolo?».
Ese sentimiento que ud. ilustra en su artículo es el que hace que en Euskadi sea sencillo cobrar «protección», aunque ellos lo nieguen…
Todos los «movimientos de liberación» acaban igual, convertidos en mafias.
Con su pan se lo coman.
Gracias por el artículo, me reconozco en ti y conozco muchísimos de los que describes, a mí me molestaban más los que miraban para otro lado que los disparaban. En toda sociedad existe un pequeño número de descerebraos, pero es inconcebible una inmensa mayoría de miedosos, cínicos y cobardes que son incapaces de enfrentarse a esa situación. Y lo peor es que estaban orquestados por un partido cuyo lema era Dios, patria y leyes eso sí vascas. Muchos de su gente te comentaba que no estaban de acuerdo con la actitud de su partido, pero aquí no vas a votar. Pues es mejor no votar y poner la ética como primer valor.
No recuerda en otros parámetros al PP actual? No pude ser tener la corrupcion tan cerca y mirar para otro lado. lo primero la ética y luego las ideas.
Esto es lo que hace falta, explicar aquel CLIMA. Si no lo hacemos es como si no hubiera existido. Es muy difícil describir este magma. Idoia Estornés lo hace muy certeramente en su «Cómo pudo pasarnos esto». Este tipo de testimonios hay que atesorarlos porque dentro de bastante poco los historiadores necesitarán materiales. El clima no se puede imaginar, hay que vivirlo o reconstruirlo con documentos como este. Muchas gracias Fernando
Me parece un buen artículo y una realidad de Euskadi que ha de conocerse profundamente por todos, pero difiero en varios aspectos.
1.La equidistancia. Término que muchos utilizan para obviar o minusvalorar la consideración que también habría de tenerse con otros individuos que han sufrido la violencia directa o soterrada o bien simplemente la ausencia de justicia por ser otro tipo de víctima. Recordemos quienes, a principios de los 80, eran los mandos policiales en Euskadi, a que se dedicaron y que rápido ganaron su libertad para escarnio de las «otras» victimas, no ncesariamente abertzales, ni de ETA o su «entorno».
Una comisión para la verdad sería ideal en Euskadi, una comisión en la que estos relatos y muchos más tuvieran cabida para aprender de nuestros errores. Si eso me situa en la señalada «equidistancia» pues es lo que hay. Nos acusan de mirar a otro lado a quienes queremos mirar a todos los lados.
2. Una sociedad enferma. Esto supongo que será en contraposición a una sociedad sana que no se cual es. Se marca a la sociedad vasca como a una sociedad enferma. He aquí un distingo político que no entiendo. Al lado de la comunidad vasca esta la comunidad navarra que ha vivido una situación idéntica, sólo que quien gobernaba era constitucionalista. Una sociedad con sus abertzales radicales, sus abertzales que miran a otro lado, sus constitucionalistas, sus ciudadanos que ni una cosa ni la otra, vamos que calcada a la vasca, con extorsiones, presiones, amenazas, etc. Pero la enferma era la sociedad VASCA. El problema era el VASCO nunca ha habido un problema Navarro. Sin olvidarnos de la sociedad española y esas famosas frases de no revolver «su» pasado, la confraternización entre los diferentes bandos o la dificultad de una parte en sacar a las victimas de las cunetas o las fosas comunes (que se lo digan a zapatero).
La sociedad vasca para bien o para mal tiene fuerzas políticas totalmente contrapuestas en lo social y el aspecto nacional. Eso se traduce en movientos tambien totalmente contrapuestos en los medios, sindicatos, etc.. Y creo que le permite ser mucho más critica que, sin ir más lejos, la española en general. Y si, el medio para el que ud trabajaba también jugaba a eso. Así como he oído lo de al Correo ni agua también he oido como el correo amenazaba con un trato diferente según las prerrogativas que se le dieran.
En base a la experiencia que he vivido como vasco, como español, como nacionalista (término en castellano de abertzale) diría que el problema reside en la condescendencia con la violencia de los más próximos a las posiciones de cada uno. Si ETA y su entorno de presión hubiera sido una banda terrorista española Unionista el nacionalismo vasco no hubiera tenido el mismo trato que ha tenido con ese mundo, pero tampoco hubieran sido nunca ilegalizados ni hubiera habido tampoco, por ejemplo, periódicos cerrados. Si los cuarteles convertidos en agujeros negros, ministros metidos en secuestros, o diferentes mr X hubieran sido abertzales, para hoy, estarían desmantelados, encarcelados y cumpliendo penas y ya se encargarían de buscar la forma de alargarlas. Basta ya de generalizaciones que sirven para esconder errores propios. Yo soy abertzale y fuí amenzado junto con mi mujer con ser tirado a la ria por lo que ustedes llaman abertzales radicales, a mi me han invitado a quitarme el lazo azul, he sido tambien fotografiado en protestas contra herrikos. Se empeñan en ponerlo todo en blanco o negro y no es asi.
Lo que estos años deberían enseñarnos es que con la violencia en sus diferentes formas no se ha de pasar una. Para ello todo debe salir a la luz. Hay 2 frases que resumen estos duros años, «algo habrá hecho» y «ETA y su entorno abertzale tiene orden de que todos denuncien torturas». 2 frases que, según quien, permiten o permitían lavar las conciencias y no ir más allá.
Eskerrik asko. Por fin una mirada distinta a este artículo unidireccional, manipulador e insultante para mucha gente que también ha sufrido en Euskadi y de la que este artículo directamente se ríe o, lo que es peor, compara con los nazis. Aquí la historia no se va a escribir en blanco o negro, por mucho que mucha gente sedienta de venganza o con una agenda política muy definida lo desee con todas sus fuerzas.
Como bien dice Iñigo en su artículo, él no aprueba tampoco las acciones del GAL, guerra sucia, franquismo, torturas,… Yo también suscribo este planteamiento del autor en este artículo.
Es curioso ver como ha habido gente, como por ejemplo Aner, que le ha tocado «recibir» por los dos bandos, quizás estos dos bandos, tan diferentes entre ellos, tengan en común mucho más de lo que pensamos.
Todos tenemos cosas que callar y todos tenemos cosas de las que se debería hablar, para sacar todo a la luz, y este artículo contribuye a ello. El posicionamiento a favor de la verdad, los derechos humanos y el reconocimiento a las víctimas debería de ser nuestra insignia.
Tomar conciencia para no repetir errores del pasado.
Totalmente de acuerdo contigo, Iurgi. Pobres etarras, cómo debían de sufrir con el calorazo que daban los capuchones y las boinas. Y encima hay gentuza (familiares de asesinados, secuestrados, heridos, mutilados, amenazados, exiliados…) que quiere comparar su sufrimiento con el de ellos. Qué falta de humanidad y de empatía.
Yo no he visto ninguna sed de venganza en el artículo, y desde luego puedo suscribir punto por punto todo lo que describe, se nota que lo ha vivido y quienes también lo hemos visto de cerca reconocemos su veracidad. Claro que no gusta leerlo, es muy feo de leer, pero es todo verdad. Aquí, mientras ETA asesinaba, o callabas o aparecías en una diana. ¿Habéis leido los comentarios de la gente que lo ha vivido también? Porque también dicen toda la verdad, Fernando, Marta…aquí todos sabíamos cómo era las cosas y nos teníamos que callar. Por miedo. El miedo continuo a morir, el mirar los bajos del coche, el tener ojos en la nuca, el ser un apestado al que nadie se quiere acercar, al que todo el mundo mira raro, y sin haber torturado ni reprimido a nadie, simplemente porque sí, porque había que socializar el sufrimiento para que el sufrimiento, una vez socializado, produjera el efecto deseado por los verdugos, y te había tocado a ti, periodista, juez, escritor, lo que fuera. Y ese clima social es el que describe a la perfección el artículo. Una sociedad enferma, sí. MUY enferma. Yo también lo he visto de cerca, y es todo verdad
Tremendo y necesario artículo. Bien escrito, además. Efectivamente, hay un paralelismo entre ese País Vasco, REAL, y el nazismo o las regiones bajo el yugo de la mafia. El miedo, sí, y el silencio de los demás, cómplice e interesado. Miedo y silencio, así se fraguan los regímenes fascistas. Que se sepa que así fue el País Vasco; y, Navarra, también Navarra.
Y muy necesario también el colofón al post que es el relato de Fernando, del que debe sentirse muy orgulloso. Enhorabuena a ambos por contarlo.
Yo también tuve mi dosis de miedo, por razón de mi trabajo, en los años que estuve por esas tierras. Renuncié al escolta por no llamar la atención (lo del miedo a que te vean con miedo es la repanocha) pero lo peor fue que uno se acostumbrase a esas precauciones (coche, correo, paseos). Tan enferma estaba la sociedad (no sé si lo sigue estando) que yo, que estaba de paso, solo cuando marché de allí me dí cuenta de que había normalizado tener que mirar bajo el coche o que otro te abriese el correo. En fin. Y, como digo, yo llegué para irme a los pocos años. Para quien fuese de allí o no tuviese otra opción…
Lo dicho, muy buen artículo. Y necesario.
No habia leído hace mucho semejante ejercicio de manipulación, mezclando hechos dramáticos reales como los atentados de ETA, con aportaciones personales que podrían aparecer en el peor de los relatos apocalípticos de ciencia-ficción, o en alguna novela histórica de los años más oscuros de la Edad Media llena de historias de brujas e inquisidores. Claro que en el País Vasco se han vivido años muy duros para todos, y no solo en los últimos 40 años de terrorismo. No estaría mal que te informaras sobre la historia de los últimos 200 años, en los que ETA no existía. Y claro que hubo mucha gente que sufrió, tanto la violencia de ETA como la represión policial, esa de la que parece que te ríes. Recuerdo en 1978 cuando vino al País Vasco de visita un amigo de Valladolid, con miedo por lo que escuchaba que pasaba aquí; pasó unos días tranquilos en el pueblo rodeado por esos «indeseables» que tu describes hasta que fue a Pamplona con unos amigos míos el 8 de julio, día en que la Policía mató a Germán Rodriguez y agredió salvajemente contra la gente que estaba disfrutando de la fiesta; ese día sí pasó verdadero miedo, tanto que cogió el primer tren de vuelta.
Y ese relato que se hace en uno de los comentarios sobre la vida en los institutos no tiene desperdicio. De qué manual sobre el arte de la manipulación ha salido. Yo he trabajado durante años hasta mi jubilación como profesor en un instituto cercano a Ermua, y poco de lo que se dice ahí he conocido. Ah, claro, ahora caigo, yo era de esos impresentables que en vez de dar clases me dedicaba a adoctrinar a la juventud vasca, que también he leído cosas de esas. Que casualidad que esa juventud manipulada tiene los mejores resultados escolares, con el menor índice de fracaso escolar del estado español!
Claro que hace falta hacer un relato real compartido de todos estos años, pero ese relato necesitará de argumentos reales y no de estos ejercicios de manipulación.
Rick en su momento tomó partido, como tú.
Recuerdo ese verano del 78, con bastantes muertos en manifestaciones por Pertur, asesinado por sus camaradas. Es un poco cínico olvidar la utilización de este suceso por parte de ETA para aumentar la tensión. Pero bueno, muerta y enterrada la oenegé vasca, dan un poco igual estas y otras manipulaciones.
Lo de Pertur todavia no se sabe quien lo mató,se pensaba que era ETA,pero,ahora,parece que gana mas la hipotesis del Estado.
Sobre la violencia del Estado parece que hay un tabú,se deberia romer algun dia y hablar claramente
Artículo reciente ¿Qué fue de Pertur? | España | EL PAÍS
Veredicto interesado el tuyo, Alberdi. Es más probable que a Pertur lo eliminara el terrorismo de Estado.
1. La desaparición de ‘Pertur’ el 23 de julio de 1976, no en 1978 tu memoria falla una vez más, fue reivindicada por Antiterrorismo ETA (ATE), el 26, y el Batallón Vasco Español (BVE), el día 29.
2. Como constató el juez Fernando Andreu, ni el gobernador civil de Gipuzkoa, Emilio San Román; ni el comisario López Maturana ni el jefe de la Inteligencia Militar (Cesed), Ángel Ugarte, hicieron nada entonces por esclarecer el caso. Para el Estado español era más útil recurrir a la archiconocida tesis del «ajuste de cuentas» entre miembros de ETA como lo ha empleado en varios conocidos casos: Tomás Alba, Santi Brouard, Josean Cardosa…
3. Angelo Izzo, un neofascista italiano, declaró ante el Tribunal Penal y Civil de Roma que un camarada suyo, Pierluigi Concutelli, le había revelado que en el verano de 1976 habían secuestrado a un miembro de ETA en el sur de Francia y entregado a los servicios policiales españoles. Sólo podía ser ‘Pertur’.
4. Cuando el PSOE decidió poner en marcha el GAL, el servicio secreto militar, Cesid (Centro Superior de Información de la Defensa) elaboró un «estudio teórico» titulado «Asunto: acciones en Francia», que concluía: «En cualquier circunstancia se considera que la forma de acción más aconsejable es la desaparición por secuestro». Lo intentaron con Larretxea Goñi y Txipi Salegi… y lo consiguieron con Segundo Marey, Lasa y Zabala. Nada nuevo, en 1980 el Batallón Vasco-Español reivindicó el secuestro del refugiado vasco José Miguel Etxeberría, Naparra. Nunca apareció.
4. El revelador caso de Tomás Pérez Revilla, considerado por la Policía como dirigente de ETA militar. En marzo de 1976 Pérez Revilla fue ametrallado en Donibane Lohizune con unas metralletas conocidas como Marietta que más tarde se demostró había comprado la Policía española en EEUU.
El 8 de abril, el diario franquista de Donostia «La Voz de España» publicó un artículo, titulado «Enfrentamientos `milis’-‘poli-milis’», en el que se decía: «Las armas empleadas -Marietta- así como la munición -Geko, 9 mm- y la forma de actuar son modus operandi de los activistas de la rama «político-militar». Pérez Revilla está reuniendo las evidencias que rodearon el tiroteo al coche donde viajaba, para tomar las represalias oportunas en contra de quienes atentaron contra su vida, la de su esposa y la de su hijo de corta edad. Pérez Revilla señala a Moreno Bergareche «Pertur», como responsable».
Meses después Pertur desapareció.
El montaje se les vino abajo debido al imperdonable error que cometieron. Un error que explicaron los periodistas Melchor Miralles y Ricardo Arqués en su libro «Amedo: El Estado contra ETA». «Los responsables del Ministerio del Interior y los de los servicios de Información de la Presidencia» borraron la numeración inscrita en el exterior del cañón de las Marietta, pero no la inscrita en su interior, cuya existencia desconocían.
Los Servicios Secretos españoles pusieron aquellas armas en manos de neofascistas italianos, para que atentaran contra los refugiados vascos, y en efecto las usaron en varios de los atentados cometidos en la primera etapa de la guerra sucia en Iparralde, que duró de abril de 1975 a octubre de 1976. Ahora bien, también usaron dichas armas para cometer otros atentados terroristas bien sonados, como el asesinato del conocido juez antiterrorista italiano Vittorio Occorsio.
Al neofascista que lo asesinó el 10 de julio de 1976, Pier Luigi Concutelli, la Policía italiana le intervino la Marietta que utilizó en el atentado y descubrió que había sido comprada por la Policía española en EEUU, gracias al número inscrito en el interior de su cañón. Y cuando los jueces italianos preguntaron una y otra vez al respecto a las autoridades españolas, jamás recibieron respuesta alguna.
Los italianos también demandaron información sobre múltiples acciones de guerra sucia cometidas por los neofascistas italianos en los estados español y francés, entre las que se incluía el secuestro de un miembro de ETA que no podía ser sino Pertur. Volvió a ser absolutamente en vano. Las autoridades españolas jamás respondieron.
Tampoco lo hicieron respecto a una agenda que la Policía italiana intervino a Concutelli y que contenía nombres y números de teléfono de agentes de las Fuerzas de Seguridad españolas. Agentes entre los que se encontraba uno que después ocupó importantes cargos, el comisario Ramón Lillo, futuro jefe de seguridad de la Audiencia Nacional.
En 1985, el diario «El País» publicó un par de informaciones sumamente comprometedoras para Lillo. Primero, dio a conocer los nombres que aparecían en las agendas ocupadas a Concutelli por la Policía italiana. Un par de semanas después, sacó a la luz un informe elaborado por la Comisaría General de Información, que contenía las detalladas declaraciones realizadas por otro neofascista italiano, Giuseppe Calzona, cuando fue detenido en Madrid, en julio de 1984.
Calzona dio en comisaría detalles precisos sobre sus andanzas durante 1976, año en el que participó en la Operación Reconquista, en Montejurra, donde mataron a dos militantes carlistas. Según declaró, ese año también tomó parte en un grupo mercenario que cometió varios atentados de guerra sucia en Iparralde; entre ellos, el perpetrado contra Pérez Revilla. Y precisó que era Lillo quien comandaba dicho grupo mercenario.
Tras ello, Calzona, que estaba reclamado en Italia por asesinato, exigió ser puesto en libertad, amenazando con dar detalles comprometedores para el Estado español en caso contrario. Así constaba en el citado informe de la Comisaría General de Información y, en efecto, no lo extraditaron, sino que fue liberado y nunca más se ha vuelto a saber de él.
La Audiencia Nacional denegó asimismo la extradición de otros cuantos neofascistas italianos reclamados por jueces de su país, argumentando que los asesinatos los habían cometido por motivos políticos.
Todos aquellos mercenarios estaban ligados a la guerra sucia, y la Audiencia impidió así que se pudieran esclarecer no pocas acciones cometidas con aquellas famosas Marietta. Y también el secuestro de Pertur.
Por cierto, a Pérez Revilla lo mató el GAL en junio de 1984.
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http://noticias.lainformacion.com/politica/Pertur-Victima-sanguinarios-violencia-parapolicial_0_937706737.html
http://www.naiz.eus/eu/hemeroteca/gara/editions/gara_2014-12-12-06-00/hemeroteca_articles/guerra-muy-sucia-de-perez-revilla-a-pertur
http://www.elmundo.es/nacional/gal/marey/victima.html
Haber parado cuando paró ETA VI ¿No querían «socialización del sufrimiento»? Ahí lo tienen.Y deja de joder con la pelotita, que no vas a acallar el relato de la otra parte con tus payasadas de costumbre.
La historia de los últimos 200 años, dice el colega. O sea, de 1816 al presente. ¿Te refieres acaso a los carlistas? ¿Esos son los antecesores de los gudaris etarras? ¿Los padrinos del racista tío Sabin, los talibanes paletos amantes de Dios, Patria y Rey? ¿Los que querían dejar al País Vasco eternamente en el Antiguo Régimen?
Vale, colega.
Amèn a todo hermano…!!!
Quizás se refiera al «liberal» Espartero: “A Barcelona hay que bombardearla al menos una vez cada 50 años.”
Quizás se refiera a las tropas franquistas bendecidas por la santa madre iglesia como Mola: «»Sembrar el terror… eliminando sin escrúpulos ni vacilación a todos los que no piensen como nosotros», como Queipo de Llano: «Nuestros valientes legionarios y Regulares han enseñado a los cobardes de los rojos lo que significa ser hombre. Y, de paso, también a las mujeres. Después de todo, estas comunistas y anarquistas se lo merecen, ¿no han estado jugando al amor libre? Ahora por lo menos sabrán lo que son hombres de verdad y no milicianos maricas. No se van a librar por mucho que forcejeen y pataleen».
Quizás se refiera al Borbón jurando los principios del Movimiento o a Fraga y su «la calle es mía». O a Martín Villa, Billy el Niño, Felipe González, Barrionuevo, Galindo, Corcuera… Unos modernos del copón todos.
Dónde esté un buen 7º de Caballería para civilizar a los nativos analfabetos, eh Minded? Antiguo Régimen dices, colega?
Hablamos de Yoyes y rizamos el rizo?’
Claro, tienes algún dato que desconozcamos?
Yo viví las huelgas por cualquier caso relacionado con ETA durante cada uno de mis cuatro años de instituto. Así a ojo diría que no fueron menos de 20.
Por suerte no teníamos ningún profesor adoctrinándonos pero ya había gente de Jarrai que se encargaba de mover el tema para que hiciéramos huelga. Y nosotros encantados. A jugar al fútbol al patio.
En mi insti el agitador más destacado era «el Botas», hermano de la jefa de estudios.
Manipulación dice y habla de la persona que ha comentado lo que Jarrai podía montar un día cualquiera en depende que centros de enseñanza (que se lo digan a la UPV y a más de un docente que se tuvo que exiliar….)…
De manipulación habla….
Pa descojonarse oigan….
‘Claro que en el País Vasco se han vivido años muy duros para todos….’ para unos más que para otros Estif, tu no te jugabas la vida a diario, tu eras de los que no querían saber nada de lo que pasaba, como tan claro lo dijo Ibarretxe: En el País vasco se vive muy bien
Yo también he sido profesor. Los resultados escolares no tienen nada que ver con el adoctrinamiento. No hay más que ver que en la URSS acabaron en una generación con el 70% de analfabetismo. La formación humanistica era tan buena que los chicos se sorprendían cuando veían que fuera del País Vasco se hablaba de política en lugares públicos sin miedo y sin esconderse. Me alegro enormemente de que la situación haya cambiado para todos. Y gracias al Sr. Urkullu, porque ya no nos sabemos los nombres de los consejeros vascos, como ellos no se conocían los del resto de España.
Ibarretxe acabó dando clases en una universidad de segunda en los Estados Unidos. Él, que en el País Vasco era casi como Dios, que se veía convertido en el padre fundador de la futura República de Euskadi, moviendo todos los hilos… Al final el karma te devuelve lo que le lanzas.
Ya era hora de que Íñigo Domínguez volviera por estas páginas y, además, en tan buena forma como ilustra este artículo magnífico, recomendable sin reservas.
Siempre me ha resultado ‘admirable’ la jeta de cemento armado de estos cabrones nacionalistas que, para empezar, son unos racistas infames, mirando al resto de la humanidad por encima del hombro, en especial si te colocan el sambenito de maqueto o charnego. Los Sabino Arana y sus equivalentes por tierras catalanas hablaban directamente de ‘razas’ y cuestiones de eugenesia racial a comienzos del siglo 20. Como eso ya queda chusco incluso en esos ambientes, te sueltan ahora lo de que ellos son ‘diferentes’: toma coño, todos somos diferentes, ¿entonces? Bueno, la cosa es que ellos son ‘diferentes’ pero siempre a mejor, claro, uno nunca se dice diferente para ser peor o menos que tú. Hasta ahí llega lo ‘progresista’ de sus ideas: supremacismo nazi.
Además, otra de las cosas que toca las narices y que se menciona en el artículo es que en cuanto les pones delante lo cavernícolas que son, cambian de tercio y te sacan lo de la represión franquista ‘en este país’, entendiendo por ‘este país’ el suyo y sólo el suyo, nunca España. A lo que se ve, Franco sólo reprimió al personal en Cataluña y País Vasco, mientras que en el resto de España la gente estaba gozando: ni hubo maquis en Asturias, ni muertos en la sima de Jinámar, en Gran Canaria, ni condenas a muerte a casco porro en toda España, ni gente tapiada en sus casas hasta finales de los 60 e incluso comienzos de los 70…Qué va, nada de eso existió, sólo les repartieron leña a los pobres nacionalistas vascos y catalanes…
En fin, bien por Íñigo Domínguez y ojalá le dedique a este tema un libro tan bueno como el que publicó dedicado a la mafia hace un par de años: sería muy de agradecer
El artículo está bien para entender la psicología de una parte de la sociedad aunque al personalizarlo en exceso acaba generando sensación de irrealidad en las experiencias.
La cuestión es; JD publicaría un artículo donde aunque fuera tangencialmente como funcionaba en el otro lado? Porque como bien dices que un chaval de 17 años se arriesgue a pasar años de su juventud e prisión o e. La clandestinidad, que es jna forma muy jodida de vivir, por fanatismo o estupifez no se sostiene. Es necesario que haya unas condiciones objetivas que lo hagan posible. Y aquí en el estado español no hay nadie con el interés periodístico, sociológico o histórico/político de analizarlo, o la capacidad dr airearlo públicamente sin qr caiga sobre él la maldición de la censura, el odio centralista o la Audiencia Nacional. No es equiparable, lo sé, porque nadie pondría un coche bomba por ello pero aun así es muestra del nivel de intoxicación e irrealidad que vive nuestra sociedad con este conflicto.
1,2,3… Ya seré proetarra?
El fanatismo y la estupidez sostienen perfectamente, por sí solos, el terrorismo de ETA, exactamente igual que el fanatismo y la estupidez de los islamistas de ISIS. Varios exetarras han contado su experiencia, sus inicios en la organización y como acabaron matando y extorsionando, casi sin darse cuenta. Como dices son chavales de 17 años, la edad perfecta para la exacerbación de los fanatismos, todo es blanco o negro, un entorno permisivo, la familia, los amigos, el aire que respiran…cuando se quieren dar cuenta están metidos hasta el cuello. Fanatismo y estupidez al servicio de espíritus podridos.
Proetarra no sé si lo es Vd., que es quien ha formulado la pregunta, pero que tiene una empanada mental importante, de eso no me cabe duda. Cuídese eso. Un saludo.
«¿JD publicaría un artículo donde aunque fuera tangencialmente como funcionaba en el otro lado?
Tangencialmente ya lo sacó. Busque hace unos meses la entrevista a Evaristo, el cantante yonki-desquiciado de La Polla Récords, que sin comulgar del todo con el Movimiento se muestra bastante comprensivo, y cien veces menos beligerante que con el otro lado.
Con 15 años si querías hacer el cafre, la kale-borrika te daba una salida. Además te lo adornan con la raza vasca, el estado opresor y demás retórica habitual, y ya tienes la justificación para sentirte un gudari.
A mi lo que siempre me ha llamado la atención es lo que pasaba por la cabeza de esos que se ponían una diana en su cara por defender sus ideas.
Enhorabuena.
Magnífico artículo.
Magnificas reflexiones. Yo no soy vasco pero en 1981 asistí en Zaragoza a un cursillo en Zaragoza y, entre los ponentes estaba el alcalde de Renteria Goicoechea . Era del PSE, pero procedía del mundo sindical. Nos contó como, a la salida de la escuela de sus hijos, alguno menor de 10 años, hacian «entierros» a su padre por ser traidor a Euskalerria. Por supuesto, ni maestros ni padres de otros niños decian nada y, tambien, sus niños perdían todos sus amigos porque en las notass que les pasaban eran txarruas o maketos traidores. En el Pais Vasco se vivia muy bien.
Ahora, que ETA está derrotada, lo que funciona es la equidistancia frente al «Conflicto» y a veces la demagogia mas absoluta: Podemos ver por ejemplo a Pilar Zabala hablar de los remordimientos que tendría por haber hecho desaparecer a su hermano y, olvidarse de que su hermano se dedicaba en sus ratos libres a pasar por la frontera a etarras que acababan de matar, por ejemplo al presidente de patronal de Guipuzcoa o algún niño que pasaba por allí.
En el Pais Vasco se vive bién
En 1981 todavía no había habido un alcalde socialista ni se llamaba Goicoechea.
Podría decir muchas cosas. Mi tío abuelo era de los de ‘Algo habrá hecho’ y aún recuerdo cuánto me chocó oírselo por primera vez, siendo niña, cuando la tele contaba uno de los primeros asesinatos. Pero diré solo GRACIAS a Íñigo Domínguez y a Fernando Herrán por no olvidar, por recordar LA VERDAD, y por contarla, por negarse a ser cómplices de aquel asco. A todos los que se enfrentaron a la chulería y al miedo, pero también a todos los que se negaron a creerse de un pueblo superior, el origen de todo.
Acojonante el testimonio. Y acojonante la pluma de Iñigo. Te coge de las solapas y no te suelta hasta el punto final.
Sensacional artículo. Debería ser de lectura obligatoria en todos los colegios del País Vasco y de toda España. Hay que empezar a hacer pedagogía con el asunto. El terrorismo de ETA y todos los muertos que han quedado por el camino no se puede cerrar con un «aquí no ha pasado nada» y vamos a echarnos unas risas con los ocho apellidos vascos. Ah!, y soy más antipepé y más de izquierdas que Kropotkin.
Muchos nacionalistas vascos, (y altos cargos del PNV que miraron durante años como otros sacudían el árbol, mientras ellos recogían las nueces), están siguiendo el camino de los jerarcas soviéticos después de la caída del Muro de Berlín: la amnesia colectiva. Aquí no ha pasado nada. Euskadi era una balsa de aceite con Sabino Arana como adalid de la democracia. Repugnante.
Con mayor o menor intensidad y motivos todos estos pensamientos y miedos los hemos tenido toda la población española. Forman parte de la historia de nuestra generación. Tienes razón. Sorprende que no se haya contado y bien. Tú lo haces y es una verdadera alegría leerte. Aunque lamentablemente sea sobre algo así.
Este artículo deberían enseñarlo en las escuelas, es absolutamente magnífico, como cabía esperar de Íñigo Domínguez, la verdad. Viví lo mismo que comenta Fernando Herrán, pero yo no pasé de una oposición muy muy discreta, de soportar miradas por llevar el lazo azul, de la concentración pacífica en la que te tiran piedras, muy poco más, nunca fui tan valiente, elegí seguir con mi comodísima vida, acallé mi conciencia con pequeños gestos que no llamaran mucho la atención.
Por otro lado, es algo que he pensado muchas veces, al leer esa expresión: era o es una sociedad enferma, la vasca, la irlandesa, laalemana del nazismo, la siciliana… no queridos, yo y mis conciudadanos reaccionamos como lo que somos, seres humanos normales con una sola vida que vivir en un entorno peligroso, amenazado por el fanatismo, nos adaptamos porque eso es lo que hace el ser humano, sobrevivir, lo mismo que han hecho todas las sociedades en situaciones similares, lo que se vive hoy en Sicilia, en Calabria, en cualquier sitio. La expresión sociedad enferma supone que haya otras «sanas», como si la gente en Murcia, en Baviera, en Borgoña o en cualquier otro sitio del planeta hubiera reaccionado diferente en una situación así, todos jugándose la vida cada día tan ricamente. Hay muy pocos Fernando Herrán y muchos yo en el género humano ,por desgracia.
Plas, plas, plas!!
Pues la gente en otras regiones probablemente hubiera reaccionado igual, pero es que da la casualidad de que terroristas y cómplices no los ha habido en Murcia.
Uno de los guardias civiles que la Audiencia Provincial de Bizkaia condenó por tres delitos de torturas porque «con independencia de que tomaran o no parte activa en los mismos, que los ordenaran, o que simplemente los consintieran, tuvieron cabal conocimiento de los malos tratos que se estaban produciendo, sin que pese a su condición de superiores jerárquicos (…) hicieran absolutamente nada para impedirlos» es en la actualidad el teniente coronel Jefe de la Comandancia de Murcia, Arturo Prieto Bozec.
http://elpais.com/diario/1999/03/06/espana/920674827_850215.html
ole
Ole tus bemoles, Iñigo! Quiero a este tío! Te van a decir de todo, lo menos malo que a toro pasado es fácil hablar como lo haces. Que lo hagan, a ver si terminan de purgar la hiel que les llena. Un abrazo.
Y por cierto, qué gran verdad esa acerca del olvido, de hacer compo si no ha pasado nada. Yo mismo, que odiaba y odié a toda aquella mafia con todas mis fuerzas, a día de hoy me doy cuenta de que lo recuerdo de forma más leve, como que no fue para tanto… y entonces leo este artículo, o me pongo a recordar cosas hablando con amigos, y me doy cuenta de lo tremendo que fue, de cómo el cerebro dulcifica las cosas, intenta que pases página, que sigas adelante y «olvides» las peores cosas de tu vida
Nací en el 61 en Bilbao y comparto recuerdos y sentimientos con el autor del artículo. Una «anécdota más»: En las concentraciones de Gesto por la Paz en la UPV-EHU (Leioa) había mucha menos gente cuando mataban a un policía o a un militar. ¿Increíble verdad? Y había que soportar insultos y miradas despectivas durante aquellos minutos de silencio. Gesto fue un gran avance, y los libros valientes como «El bucle..» y otros parecidos por aquella época.
Antes de Gesto no se hacía ni decía nada, aparte del terrible «algo habrá hecho».
Íñigo Domínguez, «no eres más que el producto de una educación españolista, que no te deja ver la verdadera realidad de esta tierra aplastada por el imperialismo castellano. Pero gracias a la lucha exquisitamente democrática del pueblo vasco, se llegará en un futuro próximo donde el pensamiento del atuntico patriota se imponga en una verdadera y autentica democracia vasca que será la envidia de todos los pueblos del mundo.» Amen.
sinvergúenza, no tienes vergúenza ninguna.
Y, hablando de todo un poco: Otegui, el «hombre de paz», el amigo ensalzado por tantos, era uno de ellos.
Enhorabuena Iñigo.
No te preocupes mucho por los de los cinco años por la quema de autobuses (me parece que habrán cumplido menos) supongo que les darían una carrera en la trena y luegoun puesto a medida en la administración, cómo al resto.
Un saludo.
Impresionante testimonio. Escribo desde el sur, ese que es despreciado por el norte, tildados de catetos y perezosos. Pero, ¿qué decir de una sociedad que consintió pasivamente tanta barbarie durante tantos años? ¿Es esa la España rica y cultivada? Sin duda, prefiero este sur denostado. Un saludo.
Querido Iñigo, te agradezco muchísimo tu artículo. Yo era y soy concejal del PP y tenía y tengo hijos, y éso era lo peor. Vivía al lado del cole de los hijos y todas las mañanas salía antes que ellos; salía con dolor de estómago y el desayuno agriado pensando «¿y si se equivocan, y si la bomba estalla cuando yo no estoy y ellos sí? Hasta que los escoltas que lo notaban me dijeron que cuando estaba en mi oficina uno de ellos volvía para cubrir la salida de los hijos. ¿Cómo le vas a explicar a la gente lo que es que tu hijo de 11 años entre llorando en tu habitación a las 3 de la mañana para que le asegures que no te van a matar? ¿O que cada vez que oían una ambulancia te llamaran con angustia para asegurarse que no eras tú? En fin, somos supervivientes y lo que los supervivientes quieren es que no vuelva a pasar y olvidar. Y la tortura es que, por responsabilidad, NO puedes olvidar. Porque el relato que ahora te cuentan es que vale, que quizá hicieran cosas que no estaban bien, pero que las hicieron porque eran muy buenos y se sacrificaron. En esas tenebrosas -para mí- jornadas por la paz y la convivencia que los nacionalistas -y muchos no nacionalistas- se empeñan en convocar y a la que como políticos tenemos que asistir éso es lo que te cuentan, te lo juro; y tienes que dar testimonio y no puedes olvidar. Un abrazo
Gracias por hacernos sentir minimamente cómo se vivía en la sociedad vasca durante esos años.Enhorabuena por el artículo!
Yo no vivía en el país vasco, vivía a 80 Km lo que voy a escribir le va a parecer raro pero los atentados en Niza (Francia)de este verano volvieron a sacar de mi mente el miedo que teníamos no a la ETA pero a las fuerzas de seguridad de un estado corrupto que no dudaba en detener a gente inocente , torturarla a golpes de toallas mojadas que supuestamente no dejaban marcas y hacer lo posible por que cantara .cualquier cosa también recuerdo las carreras por escapar de los grises porque en una manifestación de apoyo a los PNN(profesores no numerarios) cargaban contra los manifestantes con gases lacrimogenos e incluso disparando balas reales, entraban en institutos como si fuera su casa(1976).
Si me escuchara denunciaría al país que me vio nacer por haber traumatizado mi infancia y juventud , por haber tenido que soportar la injusticia y la impunidad y tener que seguir soportándola porque algunas victimas son de cuarta categoría y se dice que quieren abrir heridas .
Hablar de esos tiempos de ETA es necesario pero no olvidemos el terror del estado , ese terror oculto y que ignora a las victimas y que saca los símbolos nazis (prohibidos y castigados alllende nuestras fronteras)y que pone estatuas y nombres de calles a gente que ha matado a miles y miles de personas quitandoles el nombre y apellidos y hasta el lugar de sepultura como a Federico García Lorca por ejemplo.
Lo que sé es que la banda terrorista dejo de matar, que se han disuelto y depuesto las armas, que muchos de sus miembros han pedido perdón y hablado con sus victimas …
quién va a pedir perdón por toas las victimas de la represión del estado corrupto dictatorial, de la transición tan ejemplar?Quién pedirá perdón a aquellos a los que les robaron sus hijos, les robaron una parte de su vida(como al poeta Marcos Ana), sus pertenencias ? quién hablara de esas personas para que «su nombre no se borre de la historia» , porque la historia sigue siendo una propaganda zafia e inmunda?
Por aclarar:
ETA no ha entregado todas sus armas.
ETA, ni su entorno, no ha pedido perdón, sólo unos pocos que se han acogido a la vía Nanclares
«quién hablara de esas personas para que “su nombre no se borre de la historia” , porque la historia sigue siendo una propaganda zafia e inmunda?»
Pues, por ejemplo, tú. ¿O hay que esperar siempre que otro cuente el relato? Decía Oscar Wilde que sólo hay dos reglas para escribir, tener algo que decir y decirlo. ¿Parece fácil, no? Adelante.
Un saludo, yo he pasado más miedo un fin de semana en Nápoles que viviendo toda mi vida en Euskadi ( ni soy naicionalista ni falta que me hace )… Agur
Nací en Bilbao en 1965 y crecí allí. Suscribo todo lo dicho. Algunas matizaciones.
Empezando por el final, los catalanes han demostrado que se puede pedir el independentismo o el socialismo real o lo que te salga de los huevos, sin caer en el terrorismo, la violencia, la extorsion, el miedo reverencial frente a los pistoleros, el silencio de los cobardes ( todas las sociedades masa lo son, algunas más que otras).
El ejemplo catalán (usando la educación pública, la televisión , los medios, la pasta…pero no la violencia directa) Les ha debido joder mucho a los euskonazis, y a los nacionalistas que les «comprendían» y que desde la consejeria de interior no les perseguían como tocaba. Lo mismo que algún corrupto magistrado de la audiencia nacional que acumuló cientos y cientos de casos en su puta mesa por pura y enfermiza vanidad personal, sin perseguirlos como tocaba y cuando tocaba y no 20-25 años de retraso. A todas las organizaciones mafiosas hay que arrancarles la cabeza (lo económico) y perseguirles duramente y legalmente. De nada sirve cortar trozos de los tentáculos a un pulpo durante 30 años. Hay que atacar la cabeza y los órganos vitales desde el principio y no con 20 años de retraso.
El mayor problema no eran los descerebrados asesinos a los que habían comido el coco, sino los obispos y no obispos que defendían, justificaban y adoctrinaban en el relato justificador del euskonazismo, del asesinato y la extorsion generalizada. Y los qué callaban . Todas las sociedades donde estalla la violencia son sociedades con un baby-boom excesivo, como por cierto se ha publicado recientemente. Las generaciones de jovencitos y jovencitas adoctrinados en lo del pueblo vasco reprimido por franco ( lo vendieron muy bien, incluso tras 20 años de autogobierno y soberanía fiscal) no eran lo peor, lo peor eran los adoctrina dores, los jefes de la banda, sus abogados y abogadas, sus curas y obispos, sus sindicalistas, su sociedad civil y sus votantes directos, para mí tan culpables como el que empuñaba la pistola o la bomba.
Reflexionando también sobre lo de sociedad enferma, el nazismo (como en Alemania pero 70 años después, mismos comportamientos) y lo dicho en otros comentarios. No, no es que la sociedad alemana, la irlandesa, la siciliana o la calabresa, o la vasca estén especialmente enfermas o sean especialmente cobardes, y que cosas así no podrían pasar nunca en las no-enfermas y valientes sociedades del sur, como defendía algún post. Me temo,como dijo, el Dr. Martín luther King, que el asunto de la cobardia de las masas, el miedo reverencial, el no posicionarse frente a los asesinos de las pistolas, las bombas y los quemadores de autobuses, esta bastante generalizado en la especia humana.
Es más,es mi opinión personal que en la sociedad vasca sí hubo muchos (tantos o probablemente más que en la Alemania nazi) que se atrevieron a hablar, a no callar, no sólo a llevar el lazo azul o a oponerse a las huelgas generales obligatorias que el entorno coaccionador abertzale euskonazi quería imponer. Muchos los que mostraban su cara y compromiso junto con los amigos en la ertzaintza o en posiciones o cargos políticos que les hacían tener que llevar escoltas y vivir la amenaza nazi de muerte de forma personal y directa. Ensayistas, periodistas, políticos, gente normal de la sociedad civil que iba a los concentraciones de gesto por La Paz y similares. Muchas personas que se jugaron el tipo, la ruptura de relaciones con familiares, amigos y vecinos, sin recibir ni fondos reservados, ni el reconocimiento que sí se merecen y que luego se apuntan otros en el mejor de los casos. Esas personas y todas las victimas de la barbarie euskonazi, lo mismo que los 200.000 vascos que abandonaron la CAPV…a pesar de lo bien que se vivía allí, según el nacionalismo. Igual de bien que vivían los nazis y los contemporizadores y los qué callaban en la Alemania nazi).
Y Manda huevos que para algunos jovencitos , etarras y ejecutadores de toda la vida sean considerados «hombres de paz» , o que algunos iluminados intenten justificar la barbarie euskonazi con la represión de Franco, o con otros relatos como la supuesta reprensión de los últimos 200 años, o con la contra reacción de los Gal (fue un error hacer lo mismo que los euskonazis aunque jodiese mucho que en Francia estuviesen protegidos….vivir para ver, hasta entonces,. A diferencia de la tatcher se hizo además «a la española»: repartiéndose el dinero de los fondos reservados para otros menesteres)
El artículo es esclarecedor. Y tiene mucho, mucho de verdad. Sin embargo, yo no «acusaría» a un pueblo de cobardía por la existencia de una organización terrorista. Yo creo, más bien, que también fue víctima de esta organización.
Yo viví en San Sebastián aquellos años. A mí me indignaban los atentados…y también me indignaba la reacción de la gente. Pero ahora, con las aguas más calmadas, me doy cuenta que la gente, en general, no podía actuar de otra forma.
El terrorismo es, quizás, la forma más «eficiente» de generar pánico y psicosis colectiva en una población. El terrorismo actúa como un ángel de la muerte, al que ni se le ve ni se le espera. Y esa «incertidumbre» es la que genera el terror. No saber ni dónde ni cuándo…
A mí me hacía gracia que mucha gente que vivía en Madrid, por ejemplo, recriminaba a los vascos que no fueran más valientes. Pero te lo decía gente que si bien sufrían, de manera cruel, el terrorismo en ocasiones puntuales, no tenían que vivir en el «día a día» con personas fanatizadas que estaban entregadas a una misión delirante.
En Donostia, el panadero, el peluquero, el chico del gas, el profesor, el lechero, el tendero, el bombero, el vecino del quinto, el vecino de enfrente…cualquier persona podía estar, perfectamente, colaborando con el terrorismo (yo conozco varios casos rocambolescos). Por esta misma razón, era conveniente no hablar…porque te podías meter en un buen lío. Hubo casos de «falsos objetivos» o «pistas falsas» de personas amenazadas por un comentario, una opinión…o simplemente por haber hecho «una gracia» en el sitio, momento y con la persona inadecuada. Muchas personas tenían todo esto presente…y es normal que actuaran con prudencia y discreción, aunque para puertas adentro pusieran a parir a todo el movimiento proetarra. Una de las cosas que más me llamó la atención era la extraordinaria memoria que tenía la gente del por entonces entorno batasuno. Tenían muy buena memoria, se acordaban de los detalles. No sé si por «adiestramiento», o por (de)formación profesional. Pero la tenían…
Con esto, a lo que me refiero, es que la crítica generalizada a las gentes del País Vasco por su comportamiento cobarde es, a mi juicio, bastante injusto. Las personas tenemos problemas personales que nos condicionan nuestra vida. Lo que hacían era, simplemente, no meterse en líos para sobrevivir. Luego había gente muy valiente, que daba la cara (y se la rompían). Pero también, y esto tengo que decirlo, hubo gente que aprovechó esta situación para sacar rédito personal, tanto económico como popular. El terrorismo también sirvió, ha servido, a muchos para cimentar sólidas carreras profesionales. Y muchas veces con muy poco rubor y utilizando las desgracias personales y ajenas para beneficiarse personalmente. Tanto de «un lado» como del otro. No lo olvidemos…
Dicho esto, no quiero distraer el mensaje central de este artículo, muy veraz y escrito con sentimiento: por supuesto que hubo mucho miedo…y por supuesto que los culpables de todo ese miedo fueron los terroristas y quienes colaboraron con ellos.
Pero seamos justos y realistas…y pensemos que es muy fácil ser muy valiente cuando vives lejos del área de conflicto. Aunque de forma puntual (pero muy miserable) golpee de vez en cuando a las puertas de tu casa, tal y como pasaba con los atentados que había en Madrid y otras ciudades no vascas en los años ochenta-noventa.
Un saludo.
Fachas-fachas-corea del norte-partidos seguros-partidos inseguros-refugio
2 de sept de 2016, ETA hace 6 años que no hace nada, los presos y presas vascas siguen dispersados, a Otegi no le dejan presentarse a elecciones.
Todo bien por sebastopol
¿Es que hay alguna razón para que Otegi pueda presentarse? Los jueces no parecen encontrar ninguna. Al menos hay algo que va bien en el Reino de España.
Sería recomendable para ofrecer una imagen veraz de lo que ha pasado en el País Vasco completaras tu artículo con todo aquello que eludes contar tal y como hacía El Correo. Otra realidad sobre la que ese periódico y tu mismo mirábais para otro lado. Pore tan real como lo que narras (salvo alguna licencia es la tortura sistemática (bañera, electrodos, hostias, desnudez, abuso sexual etc…) para el Correo inexistentes aun cuando se practicaban en los céntricos cuarteles de La Salve (Bilbao) e Intxaurrondo (San Sebastián), controles arbitrarios de la Guardia Civil (aún hoy día), cierre de periódicos y revistas como Egin, Egunkaria etc… y criminalización de periodistas y colectivos (la barbaridad del garzoniano todo es ETA), que si no fueron solidarios contigo tú tampoco con ellos pese a posteriores a absoluciones tras haber chupado injustamente detención, maltrato,cárcel, y pérdida de trabajo. El puro seguidismo de la versión oficial de Interior (Mayor Oreja y altos cargos del PP estaban un día sí y otro también en el txoko de la última planta del periódico). Te dejas la mitad de la foto ofreciendo una visión parcial. Y eso, siendo respetable cuentes tu verdad porque así la has vivido, no es periodismo ya que obvias la mitad de lo sucedido.
P.D. no soy seguidor de Sabino Arana pero toda bandera, también la española, son inventos. Aquel copiando la Unión Jack, y la rojigualda por encargo de Carlos III para la Marina.
¿La MITAD de la foto? ¿La MITAD de lo sucedido? ¿Pero usted sabe contar? Será a lo sumo «la otra cara de la foto», que por supuesto tampoco hay que obviar pero que asimismo muestra un rasgo de carácter unánime entre los terroristas y sus simpatizantes: casi pretendían que sus víctimas se dejaran matar sin protestar ni defenderse.
Un matiz: el PNV ha metido muchísima publicidad en El Correo, como partido y desde las instituciones que gobierna. De hecho la relación del periodico con el alcalde Azkuna, su gabinete y partidas presupuestarias fue constante y superlativa.
Viví en Pamplona del 85 al 90. Viví esas sensaciones, nunca entendí porque tras un atentado casi nadie salía a protestar, no eres de aquí, no lo entiendes. Si se lo que sentían los guardias civiles y la Nacional, los funcionarios de prisiones, los funcionarios del Estado destinados en algún Ministerio. Supe lo de mirar los bajos, sentarse en una esquina mirando a la puerta. Salir de trabajar y tener a los manifestantes en la puerta. Supe que es que detuvieran a los miembros de un comando frente a donde trabajaba. Oí el relato de una compañera a la que le pasó un pepino por encima de la cabeza, oí como habían asesinado al dueño del bar donde desayunaba gente del trabajo. Vi como no atendían en un bar a personas por ser guardias. Vivi como y mientras me despedía de las personas que vigilaban el edificio donde trabajaba, otras se alejaban porque no era correcto. Vivi como alguien dejaba el trabajo porque había salido en los papeles. Vivi como alguien salía de clase y tenía que ir a trabajar vigilando la puerta de alguien amenazado. Que hice? Poco: solo me negué a firmar un papel en que se pedía se nos pagará peligrosidad, no podía hacerlo: en el se decía que podíamos/eramos objetivo, por quien prestaba el servicio de vigilancia y un atentado contra ellos iría contra nosotros. Y no podía hacerlo, no cuando me relacionaba con ellos fuera del trabajo. Hubiera sido traicionar a quienes me habían ayudado. Y no. No fui yo sola,otras dos personas tampoco lo hicieron. Me fui de allí y reconozco que pase más miedo después que entonces.
Se habla del País Vasco, recuerden también Navarra y la gente que allí vivía en esos años.
A mi me suena este articulo. Ya lo he leído anteriormente, pero no recuerdo en que Smart exactamente. Es un buen articulo en el que no estoy del todo de acuerdo.
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Era de esperar. Aunque sigan vendiendo la moto de lo que se ha avanzado, hay gente que no se ha movido ni un milímetro. Los comprensivos. Los que siguen diciendo «sí pero». Los que chapoteaban en los charcos de sangre y que son, si cabe, aún más despreciables que los asesinos. Los que siguen justificando la barbarie de esa chusma servil e ignorante con la dictadura (hay alguno que lo extiende a los últimos 200 años, como si lo que hubiera emanado del País Vasco en el siglo XIX fuera la declaración universal de los derechos humanos en vez de el Carlismo). Como si la dictadura no hubiera empleado la misma o peor saña en cualquier otra parte del país (sí del país; vivimos en un país que se llama España por mucho que os hayáis inventado un lenguaje, retorciéndolo hasta lo grotesco para seguir alimentando vuestras paranoias). Como si Franco no hubiera enviado a los moros a las cuencas mineras asturianas a reprimir los primeros movimientos sociales después de la guerra. O como si no hubiera perpetuado la miseria y la desigualdad en la Andalucía y la Extremadura rural. Esos sureños tan vagos que cuando venían al Norte a trabajar en las minas y en las fábricas se partían el lomo igual que cualquier vasco o asturiano pata negra, por cierto. Y qué casualidad en ningún otro sitio se utilizó la coartada de 40 años de palos y humillaciones para matar a un guardia de 20 años o para amarrar a un concejal de 22, llevarlo a un descampado, arrodillarlo y pegarle un tiro. Y mucho menos para justificarlo, y decir que en los institutos eran una muchachada muy guay y que no había ningún problema.
Y vaya si lo hay. Un paleto con pretensiones, un racista vomitivo os metió en la cabeza que sois una raza especial, envidiada y perseguida. Y hay unos cuantos que todavía lo creen. Y no sé si alguien se ha percatado, pero de razas solían hablar el Caudillo y el Fürehr, y la cosa acababa en muerte….
Soy vasca y deseo que mis hijos puedan vivir dignamente en una Euskal Herria independiente. Ni creo que seamos un pueblo superior ni odio a España, ni he defendido jamás a ETA; que tanto daño ha hecho como el franquismo, GAL, Batallon Vasco Español, Triple A, Guerrilleros de Cristo Rey de los que nadie habla. Y como yo somos muchas las personas que pensamos así. Yo no tengo por qué decidir cómo deben organizarse en Murcia, Galicia o Cataluña. Les corresponde a ellos como nos corresponde a mi familia decidir si cambiamos de piso y no ni a la vecina del 5° ni al bar de abajo. Veo que es una constante (interesada o por ignorancia) mezclar el racismo de Sabino Arana y el lema del PNV de Dios y ley vieja, con el carlismo (Dios, patria -española- y Rey), con ETA (atea y marxista) y la izquierda independentista. Muchisimos independentistas vascos son hijos y nietos de inmigrantes andaluces, castellanos, extremeños, gallegos etc…y son tan de aquí como el que tenga ocho apellidos vascos. Lo mismo que los argentinos, estadounidenses, australianos tienen tanto derecho a decidir cómo organizarse aunque su origen sea español, italiano,británico o serbio sin que decida España o Reino Unido. Hace no tanto los islandeses formaban pare de Dinamarca, los noruegos de Suecia, los fineses de Rusia, los irlandeses de Reino Unido etc… y no pasa nada. Le doy la receta: democracia.
Mariv, solo una cosa ¿De dónde se saca usted que el País Vasco me es ajeno a mí que nací en Madrid de padre madrileño, madre riojana, abuelos de Zamora, Valladolid y Vitoria? No sé en qué ciudad o pueblo vive usted, pero pongamos que sea usted pamplonesa, ¿Por qué va a ser Vitoria más suya que mía? ¿Será porque ustedes (y yo, por mi abuela vitoriana) son/somos otra raza?
¿Por qué hace usted esa distinción entre el «País Vasco» y «España» como dos entidades excluyentes? El País Vasco está incluido en España y España incluye al País Vasco. ¿Se lo explico con conjuntos?
Eso es una imposición franquista de la modelica transición. Las provincias de Lapurdi, Nafarroa Beherea y Zuberoa no son vascas? Están incluidas en «España»? No se lo explicaron en la escuela?
¿Por qué cree que no están incluidas en España? ¿Tal vez porque Lapurdi y Zuberoa forman parte de Francia? Desde luego en mi escuela no se estudiaba que Franco hubiese tenido jurisdicción sobre ellas. En cuanto a Nafarroa Beherea, la considere usted dentro del País Vasco o fuera de él, forma parte de España. Como Galicia, Madrid o las que usted quiera. Y en cuanto a lo de imposición franquista, las provincias vascongadas ya existían con su nombre actual en la reforma territorial de 1833. ¿O a usted cuando le enseñaron historia lo más lejos que llegaron fue a la dictadura?
La imposición franquista es la unidad de «España» garantizada por el ejército en la constitución española que el pueblo vasco no aprobó.
Nafarroa Beherea es una provincia de Iparralde, el País Vasco del norte de los Pirineos, nunca ha formado parte de «España».
A usted responderle es perder el tiempo, pero lo haré para felicitar a aquellos que no perdieron el tiempo aleccionándole en el odio, y el realismo mágico.
No le gustan Gabriel García Márquez y Miguel Ángel Asturias?
Usted es más fan de Agustín de Foxá y Rafael Sánchez Mazas, no? O de Camilo José Cela: «En donde, solamente cizaña y odio sembró el enemigo, surgió la flor lozana, y un poco emocionada, de esta viril y austera y española generación triunfal de lo imposible»?
Yo nací en Euskadi y he vivido la mayoría de los años de mi vida aquí. Me pillaron algunas bombas «cerca», las huelgas en el insti, las movidas durante unos años eran cada fin de semana, la policia daba candela cada fin de semana y parte de la juventud quemaba containers, autobuses y cajeros cada fin de semana… Sí, había tensión casi todos los días por una razón u otra. La descripción del miedo y de vivir amenazado tiene que ser terrible y el escritor lo explica muy bien. Yo, a pesar de todo, no recuerdo vivir con miedo… Supongo que de alguna manera, te anestesias… Te acostumbras.
Pero vamos, decir algo como que se vivía en una «atmósfera de terror sutil y cotidiano muy difícil de explicar, que a mí me parece un material dramático de primer orden y, sin embargo, he visto utilizar poquísimo en España». Si claro, una atmósfera de terror sutil que has visto utilizar tan poco como cuarenta años de franquismo, más todos los que llevamos de propina. Igual no te ha tocado vivirlo por edad, pero si no te has querido enterar es que tú también estás poniendo en práctica lo de «mirar para otro lado» y te has acostumbrado peligrosamente. Evidentemente cuando hay un conflicto así, todo se resiente y la sociedad enferma. Pero como digo, en esto, España no creo que sea ejemplo de nada ya que todos sabemos que fue el único pais de Europa en el que el fascismo triunfó. Una grandísima parte de la población española apoyaba a Franco y como se ve, una grandísima parte de esa sanísima sociedad que constituye el pueblo español sigue tragando y votando a los mismos mafiosos de siempre… Además miran para otro lado cuando se nombran los muertos del franquismo, las cunetas etc. Sanísima sociedad. Sobre la mafia ni me extiendo. Vemos «la mafia» como algo lejano, que pasa exclusivamente en la parte sur de La Bota. Pero «la mafia» existe en TODAS las sociedades y me temo que es algo inherente a la puta raza humana. Puedes llamarlo corrupción, política… Pero todo es lo mismo. Basta con mirar lo que ha ido pasando los últimos años en España. Y vuelven a salir elegidos porque la gente tiene miedo.
Buen articulo,refleja lo que el ha vivido,pero no es,para nada, completo,
Se acusa a la sociedad vasca de mirar a otro lado,y no nos preguntamos el porqué,igual es que los mensajes que nos lanzaban los gobiernos y medios de comunicación desde Madrid,no concordaban con lo que veiamos los ciudadanos de Euskadi y de Navarra.
Y siguen empeñados en su error,a dia de hoy,la izquierda abertzale gobierna en Pamplona,el PNV gana en la margen izquierda,y el PSOE y el PP,pintan cada vez menos.
A mí es que la paranoia que describe me recuerda cosa mala a la que vive una mujer perseguida y acosada por su ex, que la amenaza de muerte y ni aunque llame al 016 y lo cosa a denuncias, se salva de vivir en la situación que describe el periodista (eso si se salva de morir igualmente, claro).
Respetables lectores (todos), yo he tenido la inmensa suerte de haber nacido y criado en una zona libre de conflictos territoriales. Lo cual no quiere decir que no he sentido sus efectos.
He estado pensando a lo largo de mi miserable vida por que la gente necesita matarse los unos a los otros. La respuesta es sencilla y brutal…nos gusta, por que es fácil, no se necesita pensar demasiado, y si no se es muy torpe los resultados de la acción son casi casi inmediatos.
Pero es un sentimiento que esta enterrado en nuestro ser…otros apenas lo disimulan o son de boquilla. Por que no nos matamos los unos a los otros?, qué es lo que todavía nos lo impide?. Una educación(todavía queda algo, poco pero queda), una ley bastante restrictiva de posesión de armas de fuego, una hipoteca por pagar, y si es más rápido que yo, el que pasará a tu familia si lo haces…etc
Antes de seguir he de dejar escrito que no soy un amante de algún equipo de futbol, no práctico credo alguno y no soy patriota. Yo era aficionado a las armas incluso pensé muy seriamente alistarme voluntario en el ejército. Se cruzó en mi camino el no tener una educación académica adecuada (según ellos) y el darme cuenta ya de una vez que son instrumentos peligrosos en manos poco hábiles(cerca estuvo la tragedia).
A mi me gustaba la tecnología de armamentos, leer sobre ella,lo cual lleva a leer sobre historia y te das cuenta que el ser humano es muy tonto. Las banderas se crearon cuando el Imperio romano se fue al carajo con sus leyes, sus patricios (resumiendo…la lista de La Vida de Brian)y sus estandartes, unos palos en los que había un bicho dorado cun letras doradas,entonces entramos en una época algo oscura(no había estandartes. Cuando había un encontronazo entre señores, se obligaba a todos los palurdos bajo su mano a romper la crisma del vecino por el, pero eran tan burros que muchas veces mataban a su señor por error ,del cual solo se acordaban de el cuando venían a beneficiarse a su mujer usando el derecho de pernada.
Entonces los señores, que eran bastante más listos (no mucho más pero si lo suficiente)inventaron los escudos, blasones y la heráldica, así el palurdo de turno armado con un martillo sabía que al de el la flor rara con el fondo azul no, pero al del pájaro rojo en fondo amarillo si que era malo muy malo y quería beneficiarse a su mujer.
Volvamos al presente. Hoy he visto y reconocido a uno de esos Súper directivos del IBEX 35 (todos muy patriotas) tomando un café en la calle. Da la casualidad que lo fue de la empresa a la que yo pertenezco y el dejó casi en la ruina y yo sin trabajo. Por que no he hecho nada…
Término: Tus hijos, tu familia y tú hogar. Es lo único por lo que merece la pena despertarse y luchar todos los días…todo lo demás son escusas de gente lista embaucando a palurdos.
Es un artículo tan extraordinario que no he podido reprimir el impulso de escribir para felicitar a su autor. Dios le bendiga, señor Domínguez. Por lo demás, hay que ser muy idiota o muy miserable o ambas cosas y alguna otra para poner en duda que este señor haya podido pasar miedo (sobre todo si se considera la riqueza de matices con que relata su calvario).
Naci en un pueblo de la costa bizkaina en el 79 de padres castellanoleoneses. Sufri un bullying brutal en la ikastola que mis padres con mucho esfuerzo e ilusion, pagaban. Fueron los peores años de mi vida. Era la unica niña de clase con aitas de fuera, maketos. Tirones de pelo, empujones, robo de mi material escolar, insultos diarios, llamadas de telefono a mi casa…mis atacantes eran niños. Niños que vete tu a saber que situacion tenian en casa, que clase de rabia y odio tenian los padres de estos chavales hacia gente como mis padres, que vinieron a trabajar, y a dia de hoy, lo siguen haciendo.Pero para ellos era de fuera. Que paradoja, naci en el mismo hospital que ellos. Yo era la maketa. Mi mente de niña en aquella epoca se cerro, y se fue lejos, muy lejos, hasta el punto que levante muros que años despues un psicologo se encargo de derribar. Casi borre de un plumazo toda mi infancia, la habia bloqueado de tal manera que apenas habia dejado recuerdos, ni los buenos. Muchos de ellos, los niños rabiosos, como les llamaba de cria, han estado en la carcel, y otros siguen con la misma dialectica. Yo segui mi camino. Me reencontre, me cure y perdone para avanzar, por que tambien vivi con miedo. Mi miedo era el de una niña pequeña que no entendia por que sus amigos de la ikas, decian que me fuera a mi puto pais. Me ayudo distanciarme de esta sociedad, y me ha ayudado vivir en 3 paises diferentes y conocer otras culturas desde dentro.
Dudo mucho que sea cierta la afirmación de Iñigo Domínguez sobre los participantes en la kale borroka: «esos adolescentes que en vez de pensar en sexo, como cualquiera de su edad, andaban maquinando conspiraciones». Lo cierto es que no utilizaban la violencia sexual como arma de guerra como lo hacían los defensores de la unidad de «España» al mejor estilo Queipo de Llano.
En 1980 hubo once denuncias por violación, atribuidas a grupos de extrema derecha. Una de estas agresiones tuvo como escenario el barrio de Intxaurrondo y se vieron involucrados dos guardias civiles.
María José Bravo, una muchacha de 16 años fue asesinada la tarde del 8 de mayo de 1980 en el barrio donostiarra de Loyola. A las 19.20, su novio Javier Rueda fue recogido en el camino de la Misericordia con una fractura del hueso craneal y hundimiento del parietal derecho. El cuerpo de María José apareció a las seis de la tarde del día siguiente, a unos 200 metros del lugar en que fue recogido su novio. Un grupo salió al paso de ambos jóvenes y golpeó con un bate de béisbol a Rueda hasta dejarlo sin sentido. A María José la secuestraron y asesinaron a golpes tras violarla. El asesinato fue reivindicado por el Batallón Vasco Español. No hubo investigación policial ni judicial.
En enero de ese mismo año la joven de 17 años Ane Barrueta también fue violada y asesinada en Algorta. El asesinato fue reivindicado por el GAE.
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Nekane Txapartegi, detenida en 1999, denunció ante el juez que, además de golpes, un simulacro de ejecución, la bolsa, electrodos y amenazas, «me desnudaron entre cuatro y me violaron”, un guardia civil «me metió los dedos en la vagina», «me humillaron y me tocaron los pechos», «me anularon como persona y me humillaron como mujer».
El 7 de octubre de 2014, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos hacía pública la condena al Estado español por no investigar la denuncia de torturas de Beatriz Etxebarria. Fue detenida en 2011 y declaró que «me dicen que tengo que hablar y me empiezan a quitar la ropa hasta dejarme totalmente desnuda. Estando desnuda me echan agua fría por encima. Me vuelven a poner la bolsa hasta tres veces seguidas. Me amenazan con hacerme la bañera. Estando desnuda, me ponen a cuatro patas encima de una especie de taburete. Me dan vaselina en el ano y en la vagina y me meten un poco un objeto. Sigo desnuda y me envuelven en una manta y me dan golpes. Me agarran, me zarandean y me levantan del suelo».
Pues… algo habrían hecho…
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Impresionante artículo. Se podrían añadir tantas cosas que ahora parecen inconcebibles… las protestas de comunidades de vecinos porque un concesionario de coches franceses quería abrir en los bajos (eran tiempos del «boikota» y los atentados contra todo lo francés), la orden religiosa de Bilbao que pidió a un militante dle PP que dejara fuera a su escolta…
Yo ví un coche destrozado por una bomba lapa y cómo trataban de sacar desesperadamente a su ocupante porque las puertas habían quedado hechas un amasijo… desde entonces durante muchos años cada vez que algún coche arrancaba a mi lado tenía sensación de temor… si veía que alguien se metía en su coche aceleraba o frenaba para no coincidir al lado. Afortunadamente ya no es así.
Y el testimonio de Fernando, muy bueno. Todos los que fuimos al instituto y coincidimos con Ikasle Abertzaleak conocemos el tema… era tan descarado lo de las huelgas que en el mío introducimos la figura de votar sí, no o «desvincularse», siendo esta última pasar de los resultados y hacer clase.
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«El País Vasco era un régimen perfectamente mafioso…»
«Reinaba un gran silencio…»
«Era una atmósfera de terror sutil…»
«Por eso sigo pensando que la sociedad vasca, con toda su salud económica y su bienestar, es una sociedad muy enferma»
«… añado a todo correr que me parecen muy mal las torturas, por supuesto el GAL y, faltaría más, el franquismo. Pues claro, como a cualquier persona normal.»
Verdades hay en el texto, indudablemente, pero a mi parecer, es un ejercicio más, como otros tantos, de generalización pura y dura. En eso se parece demasiado a quienes pretende criticar.
Creo que el autor, incoscientemente, hace extensible su propia experiencia y percepción a toda una sociedad de casi tres millones de habitantes. El famoso «algo habrá hecho» utilizado por ETA, o el no menos famoso «todo es ETA» (hasta los que años después se movilizan contra los desahucios). Yo, desde luego, no me identifico con la arcadia feliz nacionalista, tampoco con el infierno nazi que según muchos ha sido el País Vasco.
Alguno pensará, ya estamos con la cínica «equidistancia». Si estar en el medio significa ver mejor lo que hacen mal «las partes» de un «problema», bienvenida «equidistancia». Pero eso, ahora ni nunca, da ningún rédito inmediarto. Los mejores resultados electorales del PP en unas elecciones autonómicas han sido cuando ETA mataba. Los mejores de HB, y sus posteriores marcas, cuando han podido presentarse después de haber sido ilegalizados. Los mejores (o de los mejores) del PNV, debido a la agresiva torpeza del frente PP-PSOE de Mayor Oreja y Nicolás Redondo. La lectura está clara.
La mente más preclara que he visto en muchos años hablando sobre el «problema vasco» fue a un humilde concejal del PP entrevistado por Jordi Évole. Huelga decir lo que pensaba sobre el terrorismo de ETA, con razón y corazón. Lo sorprendente era que reconocía graves «errores» en la gestión de la situación por parte de los gobiernos de España: Gal, torturas, etc. Diciendo, muy claramente además, como miembros de su partido, Mayor Oreja en concreto, se había lucrado con el «problema vasco» gracias a ser propietario de una empresa de seguridad. Por el contrario, no he visto ni oído jamas a ningún representante político de EH Bildu hacer el mismo ejercicio de sinceridad.
Y para aquellos que, desde su comunidad autónoma sigan pensando que esto ha sido y sigue siendo una «sociedad enferma», les diría que hicieran el ejercicio de adjetivar una sociedad en la que se dan las siguientes cifras:
Mujeres asesinadas por violencia machista:
Año 2007: 71 mujeres. ///Año 2008: 84 mujeres asesinadas ///Año 2009: 68 mujeres asesinadas /// Año 2010: 85 mujeres asesinadas /// Año 2011: 67 mujeres asesinadas /// Año 2012: 57 mujeres asesinadas /// Año 2013: 57 mujeres asesinadas /// Año 2014: 59 mujeres asesinadas ///Año 2015: 64 mujeres asesinadas.
El terrorismo de ETA era una lacra, que duda cabe, pero el meollo era que daba muchos réditos políticos. Otras lacras no dan tantos réditos y por eso las hacen desaparecer del «discurso políticamente correcto».
Muy interesante el dato de las mujeres asesinadas por violencia doméstica, pero no recuerdo ninguno partido, ni una parte de la sociedad, que justifique esas muertes.
Ni una parte de la sociedad? Se me ocurren miles de partes. Desde parte de la afición del Betis jaleando a un jugador maltratador de su pareja, hasta un expresidente del gobierno metiéndole un bolígrafo por el escote a una entrevistadora. Podría seguirse hasta el infinito. Que no haya un partido político que lo apoye (aunque a nivel individual muchos políticos tienen claramente comportamientos machistas) no significa que sea una sociedad sana. Cuántas manifestaciones y con qué poder de convocatoria se dan por cada mujer muerta en esas condiciones? Crees que son comparables a las de un muerto por terrorismo de ETA? Creés que vives en una sociedad sana?
P.D: Para los que son de Murcia, por poner un ejemplo de una comunidad desde la que alguien parece haber escrito aquí diciendo que somos una sociedad enferma.
Probablemente la manifestación humana más numerosa que habrá habido en su ciudad haya sido la noche en que la selección nacional masculina de fútbol ganó el mundial de Sudáfrica.
Probablemente en Bilbao habrá sido en la manifestación que se produjo tras la muerte de Miguel Ángel Blanco (RIP).
Es tan fácil hablar…
Puedes estar orgulloso, solo tardasteis 20 años en empezar a criticar que un vecino (ETA) matase a otro vecino (No nacionalista) con la complicidad de muchos otros vecinos (una importante masa ciudadana) mientras la muchos vecinos miraban para otro lado (un altísimo porcentaje del nacionalismo «no violento»)
Es glorioso que alguien diga con orgullo «ojo, que después de casi 800 victimas, la gente se echo a la calle para protestar por lo que estaba pasando» Vaya reflejos, lo increíble es que dieseis tan buenos porteros.
Por cierto, toda España estuvo pendiente por lo que estaba pasando en aquel momento, personalmente me acuerdo sentado frente a la tv con mi abuela, y mis primos que no alcanzaban a comprender aun por que eran muy jóvenes, pero ya sabían que a ETA humanidad y cordura le podías pedir 0.
Seis millones de personas salieron a la calle a pedir cordura a los locos, seis putos millones, dice el país en un articulo que si quieres te enlazo.
Se que los vascos son un gran pueblo, y dependiendo de quien los cuente puede que pueden llegar a esa cifra, pero creo que hasta el mas nacionalista, reduciría a día de hoy, el numero a 3 millones y medio. Algunos menos a finales de los noventa.
Supongo que habría concentraciones en toda España, yo estaba en una casita de aldea, asi que no pude asistir a la de mi ciudad.
Luego se da, tras el asesinato una curiosa paradoja Ertzainas y guardias civiles (estos últimos trabajadores llegados de toda España que llevaban 20 años de democracia sufriendo lo indecible con el silencio cómplice de muchos) se encargan, cumpliendo con su deber de forma admirable, de evitar que algunos manifestantes linchen, a esos políticos, que se encargan de pasarles nombres a los asesinos de ETA, y que en muchos casos eran precisamente guardias civiles……..
El País Vasco, lo conozco menos de lo que quisiera (Aunque se moverme bastante bien por Bilbao, algo peor por San Sebastian, y poco por Vitoria) pero algunos amigos tengo de allí, les caemos bien los de mi tierra, que se le va a hacer, no se si en mi tierra hubiéramos guardado ese mismo silencio cómplice, se que en el Pais Vasco se hizo, y que hay que reconocerlo. Se también que poner como paño caliente el hecho de que el Espíritu de Ermua floreció tras regarlo en abundante sangre……….queda muy poético pero daña a la vista, porque la repulsión ante un asesinato no debería producirse jamas a largo plazo.
En fin, está claro que cada uno se queda con lo que quiere. Supongo que lo más fácil será pensar en esquemas de blanco o negro, al estilo cristiano: toma estos 10 mandamientos y te libero de la pena de pensar por ti mismo. Este tema siempre me ha parecido eso. Toma estas consignas, mata todo lo que puedas, y te libero de la obligación de pensar. Toma este carnet de batzoki y piensa que solo los de tus siglas son buenos vascos y no pienses más. Toma este panfleto, todos los vascos son nazis, y acuerdate de a qué bigote tienes que votar. Otra cosa que es sorprendente es la autosuficiencia y complejo de superioridad que les entra a muchos hablando sobre los vascos y su sociedad. La mayoría sin haber estado aquí más de un fin de semana, si acaso. El escritor al menos habla de su experiencia. Otros, por aquí, hablan de oídas. Una forma de pensar muy nacionalista por cierto: despojemos al individuo de su especificidad, convirtámoslo en masa homogénea, y odiemos esa imagen abstracta. En fin, por como escriben algunos parecen individuos valientes de una sociedad muy valiente (la española), que se involucraron hasta el cogote por el fin de ETA. Hablan de el País Vasco como si fuera Siria y no parte de su país, como si sólo hubiese sido problema de los empadronados en Euskadi y no de ellos mismos también. Se olvidan que Euskadi es parte de ese país tan valiente, con esa sociedad tan valiente, que puso todo de su parte para derrotar a ETA… Puso todo de su parte? NO y mil veces NO. Además, el estado cometió el tremendo error de equipararse al terrorista, y ese tremendo error es lo que ha dado y seguirá dando gasolina a Bildu hasta que alguien con dos dedos de frente en el gobierno español no lo reconozca de una santa vez y le quite a Bildu su único argumento con criterio. Batumm y otros… Por como escribís sois muy valientes, seguramente si hubiera habido muchos vascos como tú ETA no habría pasado de la anécdota. Ese es el problema, los vascos éramos cobardes y el resto de españoles no sabíais que hacer con tanta valentía. No te voy a contar mi vida y milagros para justificarme, pero aquellos que nos esperaban en el pasillo a la salida de clase en COU tras haber votado NO a una de sus huelgas patochada, o aquellos que nos encadenaron las puertas de la universidad y no nos dejaron abrirlas, etc, etc, tienen mucho más que ver con el español medio de lo que os pensais.
«Cumpliendo con su deber de forma admirable», que cínico. En la modélica y pacífica transición de la «sana» sociedad española los servidores del Estado mataron y torturaron con ganas. «En los tres últimos años de la transición, 6 personas fueron torturadas hasta la muerte».
«El mantenimiento del carácter represivo de los cuerpos policiales, junto al terrorismo de Estado y la actuación de las bandas armadas ultraderechistas, provocaron al menos 245 víctimas mortales, siendo los cuerpos policiales los
responsables de la mayor parte de las muertes, 163. Esta cifra de 245 fallecidos, cuyos nombres se incluyen en el anexo, no es definitiva, puesto que si cruzamos estos datos con los recogidos por Sophie Baby en la base de datos de su tesis d
octoral, habría que añadir 75 muertos más, la gran mayoría
por gatillo fácil, obteniendo un total de 320 víctimas mortales
de la violencia política de origen estatal.
En el mismo periodo, los atentados de ETA provocaron en torno a 370 muertos y los del GRAPO, 67».
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http://www.congresovictimasfranquismo.org/wp-content/uploads/2013/10/gonzalo_wilhelmi_comunicacion_victimas.pdf
La violencia policial de los primeros años de la transición, heredera del franquismo, fue en disminución a medida que la democracia arraigaba en España. La violencia del fascismo abertxale no disminuyó, al contrario, generándose una situación de miedo en la sociedad como la que muy acertadamente describe el autor del artículo.
Qué va. El terror policial-fascista abrió una nueva etapa cuando la «democracia» arraigó, llegó el GAL. La represión y la tortura continuaron.
La táctica «acción, reacción, acción» os salió de puta pena. Ajo y agua.
Excelente relato. Es sorprendente que aún haya cazurros cerriles que sigan con el «y tu más» (que más bien sería «y tu mucho menos pero también…»). Esto es como alguien que justifique que Stalin fuera un asesino psicópata de millones de personas bajo el argumento de que «los alemanes hicieron mucho daño e invadieron Rusia». ETA es (y hablo en presente porque está por ver si se desintegra por completo) una Mafia en toda regla con asesinos, extorsionadores, chivatos, chantajistas y gentuza integral. Eso no quita para que si se habla del GAL o el Batallón Vasco Español se condene con total rotundidad (algo que no he visto nunca hacer en público a un batasuno).
En fin, aún queda mucho recorrido por hacer. Si dejan en manos de la gentuza radical la educación de las próximas generaciones esto quedará como algo del estilo de «Franco hizo mucho daño y el pueblo vasco tenía que defenderse….». El delirio ya sabemos que no conoce vergüenza alguna.
Muchos de los que hablan desde esa repugnante equidistancia entre los asesinos y los asesinados son los que hacían pintadas con dianas, brindis por los presos en fiestas, colgaban carteles en ayuntamientos pidiendo libertad para delincuentes… Esta gente que en 20 años no salió a manifestarse ni una sola vez en su pueblo porque en «su nombre» habían muerto unos niños en Zaragoza (no era su problema, claro). Estos son los que hablan desde la equidistancia. Imagino que volver la vista atrás y pensar que apoyaste a unos asesinos es un trago amargo. Ahora yo no matan, son un poco menos asesinos. Además estaban oprimidos. Y los torturaron. Y… Ponga usted aquí la justificación que quiera. No cambiará absolutamente nada.
El discurso valiente que muchos esperamos es otro. El amplio entorno que tenía ETA en los pueblos de Guipúzcoa o el norte de Navarra debería hacer una reflexión a nivel particular y en grupo. Sí, yo apoye/apoyamos a esta banda de asesinos. Sí, estuvo mal. Por desgracia aún no lo hemos visto.
Interesante relato, es curioso ver como todo aquello no está ni mucho menos superado sino que sigue presente y es que las cosas si no se hablan se pudren ahí dentro.
Algunas reflexiones:
– Me gustaría dirigirme a Txus que con tantos datos y no menos efusividad intenta hacernos ver «el otro lado». Queda claro que en Intxaurrondo o en determinados espacios se abusó, se cometieron barbaridades, se denigró, se violó y se llegó al extremo de quitarse del medio a mucha gente, Lasa y Zabala a la cabeza. También sabemos que todo el entorno de ETA a la mínima presentaba sistemáticamente denuncias por tortura etc con el fin de engordar las cifras y justificar sus «acciones», una táctica como otra cualquiera.
Pero es cierto, se hicieron muchas cosas mal, se cometió el inmenso error de pagar con la misma moneda, de caer a su altura y esto hay que reconocerlo, pedir perdón, poco más se puede hacer… dicho esto me gustaría aclarar algo a Txus y es que, como en algún momento me ha parecido entender que quiere equiparar «los dos bandos» (la terminología en el País vasco siempre fue terminología de guerra), aclararle digo que el número de muertes a manos de ETA a día de hoy es de 829 personas, que se dice pronto (fuerzas del estado pero también políticos, periodistas, profesores, cocineros o niños…) por no hablar de los mutilados o del clima de terror que se ha vivido allí durante décadas, algún ejemplo hemos podido leer por aquí arriba…
Por supuesto todos manejamos nuestras cifras Txus, permíteme adelantarme, pero como se te intuye un tío inteligente déjame decirte que no, que no era lo mismo, que no eran dos bandos «cara a cara» ni esa guerra que quieres vender, allí había gente que no opinaba como ellos y por eso les mataban. Espero que no me salgas con el listado de gudaris (dialéctica de guerra, ya digo) muertos, seguro que metéis en el listado hasta a los que morían manipulando explosivos etc… no era lo mismo, NI PARECIDO y esto un tío como tú lo sabe, vaya si lo sabe, otra cosa es que haya que justificar lo injustificable que hay mucha sangre inocente vertida por allí arriba. Vergüenza debería daros.
A Mariv decirla que, en efecto, no es justo que mi vecino tenga que decidir lo que yo hago en mi propia casa, el problema es que, siguiendo el paralelismo, todos vivimos en la misma comunidad de vecinos con unos asuntos comunes que hay que respetar (qué sé yo: el pago del ascensor, limpieza, recogida de basuras…). Y luego que cada uno haga lo que quiera en su casa, esa postura de pueblo oprimido ya cansa un poco y además resulta poco creible.
Por último decir que sí, que muchas veces yo mismo he pensado en la sociedad del País Vasco como una sociedad insana, fuertemente politizada pero sin la libertad de decir lo que se piensa libremente, cómplices de cientos de asesinatos, secuestros,… solo ver esas manifestaciones que hoy día hay todavía en el Pais Vasco, manifestaciones multitudinarias reclamando la vuelta de los presos, yéndoles a buscar a la cárcel, recibidos como héroes, con música y vinitos… gente que ha asesinado a sangre fría pegando un tiro en la nuca a un tío que estaban echando una partida al domino en el bar, o han matado a profesores de Universidad en su propio despacho, han jodido la vida a miles de peronas… y allí en la manifestación todos “que vuelvan nuestros chicos a casa”, una pena y te lo justifican de mil maneras pero es una pena. Algunos, muchos, ni se arrepienten. Una pena.
Quizás sea demasiado duro calificarla de sociedad “insana” pero es la primera palabra que viene a la cabeza, mucha pasta, muchos avances, muchas Universidades y durante décadas un muerto a la semana a la hora del telediario. Y es que estaban tan acostumbrados que era algo normal.
Franchesco, yo ni equiparo, ni justifico ni vendo nada sólo relato una parte de la historia reciente que se quiere silenciar y negar como lo haces tú en el caso de la tortura. El manido “manual de ETA” para denuncias falsas nunca ha existido. Tú incluso vas más lejos: “sabes” que el “entorno” sistemáticamente engordaba las cifras de torturados. Mientes. Euskal Memoria Fundazioa ha registrado más de 9.600 casos y el Gobierno Vasco hasta el momento ha establecido un censo de 4.022 personas torturadas en la comunidad autónoma vasca. Eso significa que las autoridades políticas y policiales han estado violando impúnemente los derechos humanos, los jueces, fiscales y forenses han sido cómplices y los medios de comunicación lo han silenciado. Hay excepciones pero pocas. Ningún responsable lo ha reconocido. ¿Para que sirve la incomunicación durante cinco días –antes 10- bajo la ley antiterrorista si el/la detenido/a tiene derecho a guardar silencio?¿Por qué en Francia los detenidos no “cantan”?
El censo de 320 víctimas mortales y más de 1.000 heridos por la violencia política de origen estatal durante la Transición, de 1975 a 1982, lo ha hecho una historiadora francesa, Sophie Baby, y no cuenta las muertes de miembros de grupos armados fallecidos en enfrentamientos con la policía, pero sí aquellos militantes que perdieron la vida en “falsos enfrentamientos”, es decir, que fueron acribillados por la espalda, tiroteados estando desarmados o ejecutados después de haberse rendido. Es decir, que para que el pueblo español tragara la Constitución de 1978 y los Pactos de la Moncloa el Estado recurrió a la violencia, la coacción y el miedo: en torno a 30-40 muertes anuales, que se dice pronto.
El mismo aparato de seguridad –legal e ilegal- de la dictadura de Franco fue empleado después por sus herederos en defensa de sus intereses en el nuevo periodo. Cuando el PSOE accedió al gobierno, utilizó buena parte de las mismas políticas e instrumentos represivos y conocidos represores franquistas ocuparon importantes puestos en los servicios secretos y policiales. Nuevas decenas de víctimas: el Nani, Zabalza, GAL… Ningún arrepentimiento. Puedes ver una entrevista de Felipe González en jotdown echando el muerto (los muertos) a los subalternos y justificando el terrorismo de Estado.
En los 80 el ahora general Casinello dijo que «Para los dos bandos, resistir es vencer» y que «Prefiero la guerra a la alternativa KAS, y la guerra, a la independencia de Euskadi». Pero la retórica guerrera viene de más lejos. En 1966 decía que «No basta machacar la guerrilla si su raíz permanece viva; es preciso destruir la causa, la más de las veces política, social o económica». Ahí está la cuestión. Y bien que lo llevaron a cabo. Entre las 436 víctimas mortales del Estado en el conflicto vasco: miembros de ETA –no están incluidos los 38 militantes de organizaciones armadas vascas a quienes les estalló el artefacto- pero también políticos abertzales, sindicalistas, obreros, periodistas, profesores, taberneros, estudiantes, una ecologista, médicos, un cartero, niños… La mitad no pertenecían a ningún grupo político. Los responsables y ejecutores están en la calle, ninguna vergüenza han mostrado.
No es que defienda la tortura, pero tengo la intuición de que con ella se salvaron muchas vidas… comentario maquiavélico el mío, admitted.
Advertir que lo que cuenta Iñigo Dominguez en este magnífico artículo sigue ocurriendo como entonces en multitud de municipios vascos y navarros gobernados por Bildu y sus diversas marcas. La falta de libertad de expresión y el miedo a que te señalen como «español», por votar a partidos que no sean los suyos o cualquier signo externo o, simplemente, no acatar sus consignas (participar en actos de protestas, colaborar en sus «korrikas» económicamente, etc) te señalan de por vida y con consecuencias más o menos violentas (y la violencia se ejerce de muchos y sutiles modos) como en ese hipotético pasado. Además de la espada de Damocles de que ETA resucite en cualquier momento.
Mediocre.
Si solo muestras las atrocidades de una de las partes, no me sirve.
Lo siento.
Dicen haber sido reprimidos durante siglos cuando la Historia demuestra que fueron el ojito derecho de la monarquía castellana y luego de la española, puntales en las grandes gestas de conquista y militares (Elcano, Blas de Lezo, Churruca…) Dicen que los vascos lucharon heroicamente contra Franco cuando la mitad de ellos lo apoyaron –¿en qué bando lucharon los requetés?–, y los «bravos» gudaris dejaron caer Bilbao sin ninguna resistencia, para posteriormente rendirse vergonzosamente en Santoña a los italianos, condenando con esa traición a los republicanos que luchaban en Asturias y toda la cornisa cantábrica. Lo mucho bueno que han hecho en la Historia fue bajo pabellón español, bajo la ikurriña solo han dado pruebas de cobardía, miseria moral y felonía. No lo digo yo, lo demuestra la Historia
Solo en abril del 37 murieron más de 2.500 personas en Bizkaia en los bombardeos aéreos franquistas, que fueron más de 1.000 en menos de un año. Solo en la batalla de Legutiano murieron más de 300 gudaris. Solo en Artxanda murieron más de 200 en un día. Y así por miles. La Historia, y las fosas llenas de cadáveres que todavía siembran nuestras cunetas y montañas, demuestra que la mentira tiene corto recorrido.
El nacionalismo es un cancer que corroe la sociedad y deshumaniza a los pueblos, en nombre de una nacion se cometen los crimenes mas atroces y se justifican las injusticias y tropelias de los elegidos, todos los nazionalistas son iguales.
Chavales de 16, 17 años hablando de política cuando salían de potes, carteles, pintadas, manis, beltzas… Como muchos otros, hasta que no salí del País Vasco no fui consciente de que lo que vivíamos no era normal. En mi caso, fue en el último año de universidad cuando me fui de Erasmus. Comencé a levantar la voz realmente con el asesinato de Fernando Buesa y su escolta. Yo estaba en el campus de Filología esperando el bus a Bilbao y a ellos los mataron frente a Peritos. Nunca olvidé la sensación bajo los pies con la explosión. La rabia. El dolor. ¿Lo peor? La culpa. Lo hacían por mí. Para liberarme de no se qué exactamente.
Gracias por este artículo y por los testimonios compartidos. Todavía nos queda muuuuucho por delante, muchas heridas abiertas y mucho dolor. Creo que estamos olvidando demasiado rápido todo lo que pasó y que es necesario un diálogo abierto y consciente de las responsabilidades de cada cual. Felicidades al autor.
Estaba claro que Fernando Buesa era un tío altamente peligroso. Mejor ponemos un coche bomba en el campus de la Universidad y nos le quitamos del medio (a él y a su escolta). Luego ya lo justificamos y hablamos de algún bombardeo del 37 o así.
Vaya gente, cuánto me alegro de no haber vivido en ese clima de muertes, de dobles sentidos y sobre todo de MIEDO.
¿Oye, Franchesco, me permites hacerte una pregunta? La premisa del artículo –“Cuando alguien te puede querer matar sin conocerte, sin haber hecho nada, es una sensación muy desconcertante. En mi caso, porque me dieron trabajo en un periódico, El Correo, que para estos chicos de ETA era parte del bando enemigo”–, ¿es verdadera o falsa?
Hay quien en todas sus frases destila odio. Achus, o era Anschluss nacionalsocialista.
¿A quién se refiere?
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