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Cronología de un caos: el último partido de Estudiantes en la ACB

Foto: Cordon Press.
Foto: Cordon Press.

En 2004, el Adecco Estudiantes fue finalista de la liga ACB. En sus filas estaban, entre otros, Nacho Azofra, Carlos Jiménez, Felipe Reyes y un jovencísimo Sergio Rodríguez. Cuatro años después, ese mismo equipo pero con otro patrocinador, MMT, se jugaba el descenso en las últimas tres jornadas de liga. Tenía que ganar los tres partidos —Granada, Menorca y León— y los ganó.

La campaña del «No bajamos» se repitió otros cuatro años más tarde, como una recurrente cita electoral, pero esta vez sin éxito. El Asefa Estudiantes acababa la temporada penúltimo, con once victorias en treinta y cuatro partidos. El descenso se evitó en los despachos: ni Menorca ni Canarias consiguieron reunir el dinero para pagar la inscripción en la ACB y tanto Valladolid como Estudiantes se quedaron en la máxima categoría.

Aquello fue más que un toque de atención al club y a la liga. Fue la constatación de que estábamos ante un doble proyecto imposible: el del Estudiantes, asediado por las deudas y las continuas luchas internas, y el de la ACB, donde solo sobreviven económicamente con cierta holgura unos cinco o seis equipos y el resto se limita a aplazar pagos y acumular acreedores, a menudo entre los miembros de su propia plantilla.

De hecho, la situación se repitió el siguiente año y el siguiente y el siguiente… La renuncia del Lucentum Alicante hizo que el Canarias pudiera comprar su plaza y evitar así pagar el famoso canon, pero en 2013 no subió ni un solo equipo LEB: el propio Alicante tuvo que volver a renunciar, igual que el Burgos. Evitaron el descenso Gipuzkoa y Manresa. En 2014 descendió el Valladolid, que ya llevaba varios años en la quiebra y sin pagar a nadie. Su puesto lo ocupó el Morabanc Andorra. El Manresa repitió penúltima posición pero tampoco bajó. De nuevo, el Burgos se quedó fuera.

Por último, en 2015, más de lo mismo: otra vez el Gipuzkoa y, como novedad, el Fuenlabrada ocupaban plazas de descenso antes de que la ACB decidiera no inscribir ni a Orense —lo que le costó un recurso judicial que obligó a la liga a admitirle para la temporada 2016/17— ni al Burgos por tercer año consecutivo. Tres ascensos deportivos sin premio alguno.

Este año ya sabemos que el Gipuzkoa ocupará por tercera vez puestos de descenso. Intuimos que le acompañará, por segunda vez en cinco años, el Estudiantes, en esta ocasión con Movistar como patrocinador. Lo que pasa es que este año la cosa puede ir en serio: el Orense tiene, en principio, la plaza asegurada, aunque de vez en cuando surjan rumores más o menos interesados sobre una posible renuncia por problemas económicos. El Palencia ha conseguido ya el ascenso pero no sabemos si puede hacer frente a los requisitos de la ACB. Ni siquiera sabemos si los requisitos de la ACB son legales porque la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia se ha pronunciado en contra y ha exigido su retirada.

Nadie sabe nada. Los partidos se siguen jugando con diferencias abismales de presupuesto, decenas de jugadores y entrenadores siguen sin cobrar o sin cobrar en tiempo y forma y el espectáculo continúa. La posibilidad de que la ACB acabe como ha acabado la ASOBAL, es decir, en una ruina conjunta donde solo uno o dos equipos se salvan parece cada día más cerca. La liga de The Walking Dead. Y entre todos los zombis, uno con sesenta años de historia en la primera categoría del baloncesto nacional: el agónico Estudiantes.

El mismo perro con distinto collar

Hablar del caso de un paciente sin prestar atención a la enfermedad en su conjunto sería absurdo, así que sirva el anterior epígrafe como contexto: nadie tiene dinero, todo sigue como por inercia y las deudas no dejan de crecer ante la imposibilidad de cuadrar presupuestos. Estudiantes no es el único club en esta situación, pero es uno de ellos. A su deuda con Hacienda hay que añadir impagos o retrasos a jugadores, exjugadores, cuerpo técnico, trabajadores del club e incluso proveedores. De repente, un día llega dinero y algunos cobran todo y otros cobran una parte y esperan. Luego, la vida sigue igual.

Eso lleva siendo así años y puede, de hecho, que forme parte de la idiosincrasia de un club que fue semiamateur durante décadas. Si uno repasa la historia del Estudiantes —y merece la pena hacerlo— ve a menudo este tipo de problemas, casi siempre coincidentes con grandes baches deportivos. Eso sí, nunca como lo de estos años. Si en 2012 el Estudiantes «descendió» con once victorias, esta temporada solo ha sumado ocho a falta de dos partidos: ante el líder, el Barcelona, en casa, y ante el Gipuzkoa, el colista, en San Sebastián.

El problema es que no se ven soluciones y las que se toman fallan con estrépito. El infierno siempre son los otros: tal jugador, tal entrenador, tal directivo, tal presidente, tal parte de la afición… La impaciencia lo anega todo. Por ejemplo, si a finales del año pasado alguien hubiera hecho una encuesta entre los socios del club para determinar responsabilidades por el mal juego del equipo, sus continuas malas clasificaciones y la sensación de estancamiento, más de la mitad habría culpado al entrenador, Txus Vidorreta, un hombre que mantuvo a Estudiantes en ACB durante tres temporadas a costa —según muchos y ahí me incluyo yo— de limitar la progresión de los canteranos, repartidos por el banquillo o por distintos equipos de la LEB.

La directiva opinó igual y decidió no renovar al técnico vasco y abrir la subasta de entrenadores. Muchos sonaron pero solo uno aceptó: Diego Ocampo. La premisa era hacer un proyecto barato, con jóvenes, apoyado en dos o tres veteranos de nivel y una buena pareja de extranjeros. En resumen, lo que se lleva anunciando desde la vuelta de Pepu Hernández en 2011 y lo que nunca se consigue.

Resultados y formación. Ahí estábamos todos de acuerdo y por primera vez en mucho tiempo el aficionado estudiantil afrontaba la temporada con ilusión de al menos pasar un buen rato y ver a sus chavales jugar minutos. Visto en perspectiva, parece mentira que no anticipáramos la que nos iba a caer encima. Los canteranos eran buenos y lo demostraron, aunque con una cierta irregularidad: ya en la tercera jornada, Juancho Hernangómez conseguía 25 de valoración en solo trece minutos de juego. En la quinta, Darío Brizuela le metió 25 puntos al Tenerife en lo que sería la primera victoria de la temporada. Le valió para ser nombrado mejor jugador de la semana.

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Junto al escolta Brizuela y el alero alto Hernangómez, destacaba el base Jaime Fernández, por fin consolidado como amenaza exterior con muchos minutos en pista. De Edgar Vicedo y Fran Guerra sabíamos menos, pero había un rato para ellos en cada partido. Parecía la receta perfecta, solo que los resultados seguían sin llegar: de los diez primeros partidos, Estudiantes solo ganó uno, el citado en Tenerife. Los veteranos no aportaban seguridad alguna: Javi Salgado, Nacho Martín, Stefan Bircevic… no podían suplir las importantísimas bajas de Aradori, Van Lacke, Rabaseda o Simpson, pero lo peor no era eso. Lo peor, con diferencia, eran los americanos elegidos para guiar al equipo.

Cronología de un caos

Repasemos todo lo que pasó en verano de 2015 y después del verano de 2015. Según cuenta la directiva, el acuerdo de patrocinio con Movistar establece que los pagos se hagan a principios del año natural y no cuando empieza la temporada. En otras palabras, que llega julio, agosto, septiembre, octubre… y no hay un duro para pagar a agentes y jugadores. Puede ser verdad, pero el problema de no tener un duro para fichar viene de muy lejos y ya se lo hemos oído a muchos directores deportivos. Alguno incluso me contó personalmente que era imposible negociar con nadie porque a algunos jugadores se les debían sueldos de años y años atrás… y sus agentes no estaban dispuestos a jugársela otra vez.

Al grano: el 21 de agosto se anuncia el fichaje de Zach Graham, alero de 1.98 y veintiséis años que viene de promediar once puntos por partido en la poderosa liga de Puerto Rico. Dos semanas después conocemos que su compañero será Brandon Thomas, otro alero, también de 1.98 pero ya treinta y un años, que tuvo un cierto momento de gloria en Alemania pero viene de jugar unos pocos minutos en el Nanterre como temporero y sin hacer grandes números.

Quizá conscientes de que al equipo le faltan muchas cosas y, desde luego, le falta juego interior, la directiva anuncia públicamente el fichaje de Ike Ofoegbu, pívot estadounidense de origen nigeriano que viene de ser nombrado mejor hombre alto de la liga israelí. El fichaje tiene muy buena pinta. Tanta que no llega a pisar Madrid. Ofoegbu no se presenta a ninguno de los entrenamientos y, muy ofendido, el Estudiantes anuncia que «renuncia a sus derechos». Ofoegbu acaba en el Maccabi Tel-Aviv menos de un mes después.

Ocampo ya se ha hecho a la idea de competir en ACB con un juego interior formado por Hernangómez, Guerra, Bircevic y Martín cuando surge la posibilidad de incorporar a Vladimir Stimac. Stimac es un pívot duro, correoso, internacional con la selección serbia y habitual de los equipos de Euroliga, entre ellos el Unicaja de Málaga. Es otro muy buen fichaje con muy buena pinta y en esta ocasión, sorprendentemente, incluso llega a jugar tres partidos con el Estudiantes. Los tres acaban en derrotas. El primero, ante Laboral Kutxa, con un sonrojante 24-54 al descanso.

En cualquier caso, Stimac no dura más de esos tres partidos. Juega ante el Valencia, otro partido en el que Estudiantes llega a ir 25 puntos abajo al final del tercer cuarto, y se va al Estrella Roja, dejando al equipo de nuevo con un boquete bajo el aro. Su contrato reflejaba esa posibilidad de huida a costa de unos cincuenta mil euros de indemnización. Se corrió el riesgo y salió mal. A empezar otra vez de cero. Quedan, por tanto, Graham y Thomas como los encargados de tirar el carro. Para que se hagan una idea de su eficacia, en el mismo partido en Tenerife en el que Brizuela es nombrado MVP, los tres canteranos del Estudiantes —Hernangómez, Fernández y el propio Darío— suman 50 puntos y 69 de valoración. Graham y Thomas se quedan en 9 y -4 entre los dos.

Cunde el pánico. Xavi Rey está a disgusto en Tenerife y el Estudiantes le ficha por unos treinta mil euros, casi el mismo precio de Stimac. Es el tercer pívot en un mes y medio. Como por fuera sigue sin haber una referencia, el club tantea a Reggie Williams y ficha el 23 de noviembre a Tony Mitchell, elegido MVP de la Lega italiana el año pasado, un gran jugador que llega con la etiqueta de conflictivo. Justo lo que necesita la plantilla: un tío conflictivo que han echado de Rusia por su falta de disciplina. En su primer partido hace 1 de valoración. Dura un mes, ni un día más. En ese tiempo, el equipo solo gana un partido: en Bilbao, un milagro con parcial de 19-33 en el último cuarto.

A los pocos días de la marcha de Mitchell, se consigue llegar a un acuerdo con Graham, que seguía en el equipo aunque sin jugar, para que se desvincule del club. En su lugar llega la última ganga del mercado: Nicolás Laprovittola. El base argentino viene cabreado del Lietuvos Rytas porque no le dejan jugar en su posición y acepta fichar por el Estudiantes, un equipo en el que los bases son de lo poco que funciona. En la rotación, Fernández pasa a jugar de escolta. En algunos partidos, incluso de alero, con su 1.90. Brizuela va desapareciendo poco a poco. Hernangómez se diluye entre cantos de sirena. El equipo acaba la primera vuelta 3-14 y Diego Ocampo cesa en su cargo.

El canto del cisne

Hay que buscar un entrenador nuevo y la directiva piensa a lo grande: Dusko Ivanovic. Los medios anuncian una oferta de tres años por un dineral que sobrepasa incluso lo establecido en convenio. No tiene ningún sentido. ¿No hay dinero ni para fichar a alguien mejor que Thomas y sí lo hay para fichar a Ivanovic? El técnico serbio tampoco se lo cree del todo y acaba prefiriendo la seguridad del Khimki. El presidente, Fernando Galindo, va a por Óscar Quintana, un veterano de los banquillos complicados. El secretario técnico, según algunas versiones, veta el fichaje. Quintana ha tenido algunos problemas con la afición del Estudiantes en el pasado y no parece el adecuado para el puesto. Se rompen las negociaciones.

El siguiente en la lista es Sergio Valdeolmillos, pero rechaza el encargo: lleva años sin entrenar en España y está cómodo en Venezuela después de pasar por la selección de México. No hay más alternativas. Se puede optar por un entrenador de la casa, pero no hay confianza alguna. Al final, no se sabe por qué, Valdeolmillos reconsidera la situación y acepta fichar. Sus prioridades son defensivas: hace falta un alero atrás y un pívot intimidador. También hace falta un tirador pero solo si surge la oportunidad.

Mientras tanto, Brandon Thomas vuelve al equipo. Juega treinta y dos minutos en Badalona y anota 4 puntos. El equipo pierde. El 10 de febrero se anuncia el fichaje del Pavel Pumprla, un ex del Obradoiro, para ocupar la posición de alero, y de Diamon Simpson, que había abandonado el equipo justo el verano anterior, para dominar la pintura. Pumprla llega a debutar pero no así Simpson. Cuando ya está con los billetes de avión en la mano, el representante aborta el fichaje: le deben aún dinero de comisiones pasadas. Habrá que esperar al 1 de marzo para que esos flecos se solucionen.

Para entonces, el Estudiantes ya va 4-17 después de una dolorosa derrota en Andorra. Tras conseguir por fin la rescisión del contrato de Brandon Thomas, otro que tampoco jugaba pero también seguía en la plantilla, el club le tiende las redes a Kirk Penney… pero Penney pide tiempo para acabar la liga australiana y el Estudiantes no tiene de eso. Cada semana se anuncia en los foros la inminente llegada de un tirador extranjero pero nunca llega. No llegará, de hecho.

Con todo, el equipo remonta. Dentro de lo que cabe. Tiene un aire más serio y una rotación más establecida. Por supuesto, se vuelve a los tiempos de Vidorreta —todo esto para esto—. Vicedo desaparece casi por completo, Brizuela pasa a ser un jugador marginal y Hernangómez tiene que jugar de alero, una posición donde se le nota incómodo. Solo Fernández es capaz de soportar la tensión —lleva ya seis años en el primer equipo pese a su juventud— y de aportar cuando se le necesita.

Estudiantes gana dos partidos seguidos: ante el Bilbao en casa y en Valencia. Del 4-18 pasa al 6-18, abandona el último puesto de la clasificación y acecha a Obradoiro, Manresa, CAI Zaragoza y compañía. Laprovittola asume y responde. Simpson es un pívot como dios manda y su conexión con la Demencia es palpable. Hay química. Poco después, llegan otras dos victorias consecutivas, en el Palacio, ante Unicaja y Obradoiro.

La de Obradoiro es especialmente importante pero significativa: aunque sirve para adelantar a los gallegos y salir de los puestos de descenso por primera vez en toda la temporada, lo cierto es que el partido es horrible. Los de Santiago merecen ganar y si no lo hacen es por una bandeja fallada por Pepe Pozas sin oposición alguna. Un tiro libre de Jaime Fernández sella la victoria, aunque no así el basket-average. Estudiantes tiene una victoria de ventaja pero en caso de empate se irá al pozo. El calendario le es relativamente favorable.

El angustioso camino a la nada

Solo que, sin saber por qué, el equipo entra en barrena. La lesión de Nacho Martín, cuando por fin estaba en su mejor momento de forma, no ayuda. Estudiantes va al campo del Sevilla, uno de los tres equipos a los que derrotó en la primera vuelta y cae apalizado. De nuevo los rumores de impagos, de nuevo las peticiones de dimisión. Hernangómez anuncia que se presenta al draft de la NBA, Salgado recibe pitos en casi todos los partidos.

Vuelven los nervios y la impaciencia: para suplir a Martín se ficha a Levon Kendall, un buen jugador interior pero que se tuvo que retirar el año pasado del baloncesto por los problemas de salud de su hijo y cuya vuelta a las pistas en Puerto Rico no augura nada bueno: 8 puntos y 6 rebotes en veintiséis minutos. Es el décimo fichaje de la temporada: uno no llegó ni a entrenar, otro duró tres partidos y otros tres ya no están en el club.

Quedan cinco partidos y el equipo está en puestos de descenso, aunque empatado con el Obradoiro. El siguiente rival es el Fuenlabrada, en casa. Tras una horrible segunda mitad, se confirma la segunda derrota consecutiva. El posterior viaje a Gran Canaria termina en desastre: después de ir perdiendo por más de 15 puntos, Estudiantes consigue ponerse por delante en el último cuarto y tiene la última posesión a falta de ocho segundos, dos abajo en el marcador. No es capaz ni siquiera de tirar a canasta.

Con ocho victorias y veintitrés derrotas, y contra todo pronóstico, el Estudiantes aún está vivo. A un triunfo del Obradoiro y a dos del Manresa. Si gana dos partidos y alguno de sus dos rivales pierde todos, salvará la categoría. Para eso hay que ganar al Murcia en casa. Exactamente la situación que se dio en 2012, cuando el primer «descenso». Para rematar la faena, Estudiantes tiene que jugar solo cuarenta y ocho horas después de volver de Canarias. Es el único partido adelantado de la jornada por coincidencia en el mismo pabellón con el Real Madrid. Da igual. Ha llegado ese momento en el que todo da lo mismo. El equipo anota solo 7 puntos en el segundo cuarto y el Murcia pronto empieza a coger ventajas por encima de los 15 puntos. No hay ni capacidad de reacción. El Palacio enmudece, los jugadores se resignan.

El Estudiantes no está descendido aún. Quizá lo esté para cuando este artículo se publique pero ahora mismo no lo está. Lo «único» que tiene que hacer es ganarle al Barcelona y al Gipuzkoa y confiar en que ni Obradoiro ni Manresa ganen un solo partido más. Obviamente, no va a suceder. Ni lo primero ni lo segundo. Visto lo visto, lo más probable es que los del Ramiro de Maeztu pierdan los dos y acaben decimoséptimos con ocho victorias, tres menos que hace cuatro años.

¿Cuáles serían las consecuencias de un descenso? A corto plazo, el club tiene un acuerdo de patrocinio con Movistar que cubre la próxima temporada. No parece probable que ese acuerdo vaya a renovarse con el equipo en una categoría que no existe para los medios de comunicación. La gente seguiría yendo a los partidos masivamente, o por lo menos al principio. Si se renuncia a hacer una plantilla competitiva o se pide el reintegro del fondo de garantía —un fondo para los descensos que no está muy claro si Estudiantes puede reclamar porque nunca llegó a ponerlo— quizá pueda ir pagando poco a poco su deuda con Hacienda.

A medio plazo, sin embargo, el club tal y como lo conocemos desaparecerá. Puede que haya una refundación en la EBA bajo otro nombre, solo con jugadores del instituto a un nivel amateur, pero no creo que sea sensato aspirar a más. Para el baloncesto, sería desolador, pero «el baloncesto» no tiene la culpa de los desmanes del Estudiantes. Profesionalmente, no habría grandes novedades: hace tiempo que esa parte del trabajo la hacen otras canteras en España e incluso en Madrid. Formativamente, eso sí, sería un desastre. La cantera de Estudiantes no son los tres que suben al primer equipo cada dos años. Son los cientos de niños y niñas que aprenden a jugar y a disfrutar de este deporte, aunque probablemente nunca lleguen a tener un nivel que les acerque a ninguna liga de entidad.

Habrá que aceptarlo. Habrá que ponerles a esos chicos otra camiseta y buscarles otros entrenadores. O confiar en que los que lo hacen ahora lo sigan haciendo gratis, que, por otro lado, es lo que ya pasa en muchos casos. Se volverá al ba-lon-ces-to y al patio de colegio y desde ahí veremos al resto de zombis ir cayendo uno a uno hasta que Europa se convierta en lo que ya es la NBA: veinte o treinta franquicias a lo sumo que pueden mantener plantillas competitivas sin perder demasiado dinero.

Estudiantes intentó seguir el ritmo en los noventa y en los dos mil. Puede que fuera un error, pero al menos lo disfrutamos. Ahora queda la parte fea, la de dejar la casa, cambiar la cerradura y esperar a que algún amigo te ayude con las maletas. La intemperie. La LEB o ni siquiera eso. La nada.

Lo curioso es que, hablando con otros aficionados, parece haber cierto consenso en que, después de todo, puede que la nada tampoco esté tan mal.

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18 Comentarios

  1. Sr.Blanco

    Es exactamente lo que pasó en Valladolid. Bienvenidos a la nada (y no, no se está tan mal).

  2. A mi el canon de entrada a la ACB me parece lógico. Estás entrando en un «club» selecto que te va a proporcionar una serie de ingresos (televisión, patrocionios) que de otra forma no tendrías. Imaginemos que compras un equipo en LEB y consigues el ascenso a la ACB, automáticamente tus acciones valen más, podrías venderlo en ese momento por más dinero del que pagaste en su día. Y no es un invento de la ACB, en las ligas profesionales americanas también hay que pagar para entrar, no te regalan el sitio. O por ejemplo si quieres que te aprueben un cambio de ciudad tienes que pagar, se supone que si lo haces es porque esperas ganar más dinero así que te toca repartir con el resto. Y en cuanto al tema de la liga ACB habría que hablar sobre que hay 2 ligas: una la liga Madrid-Barça que pueden gastar (y perder) todo el dinero que les de la gana porque usan el dinero del fútbol y la liga de los demás que tienen que cuadrar los presupuestos.

  3. Pingback: Cronología de un caos: el último partido de Estudiantes en la ACB

  4. «Es exactamente lo que pasó en Valladolid».
    Hablas del Fórum Filatélico.
    El timo más grande de la historia.
    Gran cantera la del Fórum Filatélico. Por ejemplo, Nacho Martín.
    Lo dicho.
    Un timo.

    • Que un equipo tenga x patrocinador no significa que ese equipo sea igual al patrocinador.

      • Sr.Blanco

        Hablo del desgraciadamente desaparecido Club Baloncesto Valladolid, Fórum Filatélico, como bien dice Xanti, fue el patrocinador. No sé muy bien a qué te refieres con lo de timo, no estaría mal que lo explicaras.
        Interesante cantera, sí, por ejemplo Lalo García, por ejemplo Fernando San Emeterio.

  5. José A.

    Una vergüenza todo. Como aficionado del Joventut me identifico con él Estudiantes. Una pena que la otra cantera de Acb descienda. En la penya se están intentando hacer bien las cosas pero solo se puede luchar por sobrevivir. ¿Donde está el dinero ACB?

  6. Yo soy madridista, aclaro, pero para mi sería un pena enorme que pudiese desaparecer el Estudiantes. Tiene un cierto parecido a lo que representa el Atlético de Madrid en fútbol. A pesar de que parece que con el Barcelona sean los partidos más importantes, el derbi Real Madrid – Estudiantes siempre tendrá ese aroma a perpetua revancha con el vecino que siempre gusta ganar. Y por supuesto, también sería un tremendo palo a una gran cantera que ha dado a grandísimos jugadores como los nombrados en este artículo o como Fernando Martín, Alberto Herreros, Carlos Jiménez, Alfonso Reyes, Iñaki de Miguel, Rodrigo de la Fuente, Sergio Rodríguez, Antonio Díaz-Miguel, Aíto García Reneses, Jesús Codina, José Ramón Ramos, Vicente Ramos, Juan Antonio Martínez Arroyo, Gonzalo Martínez, José Miguel Antúnez, Miguel Ángel Estrada, Gregorio Estrada, Carlos Suárez, José Luis Sagi-Vela, Vicente Gil o Nacho Azofra. Casi nada. Lo dicho, ojalá no desaparezca.

  7. José Manuel

    Pues yo pienso que ya va siendo hora de que los históricos bajen a LEB, y realicen la misma travesía del desierto que el Canarias (Tenerife para vosotros),co-fundador de la ACB, pero nis impidieron reentrar en la misma con el ascenso obtenido dn la cancha. Ahora somos un club bien administrado y cada año llegando a una clasificación más alta. Como los históricos del baloncesto (Estudiantes, Joventut,…) no habéis sabido repartir el dinero que se llevan Madrid y Barcelona, ahora a pagarlo en LEB y a sufrir 30 años sin ACB como el Canarias!!!!!! no me da pena ninguna el Estudiantes, bastantes favores se ha llevado estos años de árbitros y Federación!

  8. No os preocupeis, la propia ACB se las arreglará para resolverle la papeleta al Estu, primero habrá que ver si cumplen su compromiso con Ourense, en ese caso se caerá Guipúzcoa, y Estudiantes depende de si lo consigue los otros, de una parte Palencia no parece que lo consiga salvo que al final la CNMC se cargue el canon (no creo que sea tan rápido) con lo quepodemos descartar al Palencia y luego a ver quien queda de segundo en LEB, tienen posibilidades Coruña, Huesca y Melilla, por su parte Huesca jamás conseguirá le dinero para el ascenso y Coruña lo tiene muy difícil, hay poca afición aunque la ciudad es grande y tiene importantes empresas que podrían ayudar, pero no creo que lo consiga, por tanto nos queda Melilla, este sí que tiene alguna opción, parece que el dinero lo puede juntar y deportivamente tiene opciones, 5º partido contra Coruña en su propia casa y luego Huesca que acaba de eliminar a Burgos. Por tanto sólo hay un cierto peligro por Melilla y no me extrañaría que la FEB en connivencia con ACB se preocupen de que gane Huesca y no Melilla para salvar al Estudiantes.
    Yo soy de Lugo y sé y llevo 10 años sufriendo esto de la LEB y a la hora de la verdad los arbitrajes siempre favorecen al que no puede ascender, de hecho el año pasado en Lugo vs Ourense el 4º partido fue un descaro absoluto, (de aquellas se pensaba que Ourense no tenía bien las cuentas y Breogán sí) por eso intentaron darle por detrás al COB y tuvo que ir al juzgado.
    Lo dicho vaticino que Estudiantes no desciende, y más si las cuentas del club están como dices ya que no podría volver a ascender debiendo a Hacienda, la ACB quiere la liga cerrada y no puede dar opciones a otros salvo que se las ganen en el juzgado, y aún así, ….
    Por cierto la LEB es el puto infierno, el nivel de baloncesto es de lo peor, hay algún jugador decente, pero nunca regular (si lo fuera estaría en ACB) , además los árbitros son malísimos y en lugar de tres (como son peores y se equivocan más, sólo tienen dos)
    Lo dicho, se han montado, con perdón una put… mafia y no hay mucho que hacer, verás como al final el Melilla queda fuera y así se quitan el marrón de encima y descienden sólo al guipúzcoa que por lo no visto ni afición tiene para resolver la papeleta con COB dejando al Estu en ACB como ya ocurrió otra vez, precisamente cuando se empezó a joder todo esto del basket ACB.
    #FederaciónCorrupción conchabada con la ACB
    Verás, Verás, a la vuelta del verano hablamos

  9. Alex Mene

    Interesante artículo.

  10. A mí me da que no es un problema exclusivo del Estudiantes (aunque tenga lo suyo particular en cuanto a gestión). Es un problema de toda la ACB. Aparte del Madrid y del Barça (viven de lo que inyecta el fútbol y los mantienen por el prestigio y la historia que tienen detrás), ¿qué otros equipos viables hay? ¿El valencia que es de los Roig? ¿El Baskonia que cuenta con una masa social importante y las particularidades vascas para casi todo?
    Lo demás es un agujero negro.

  11. Carlos Alonso

    El Orense no se qué equipo es, pero el Ourense espero que este año vuelva a la ACB. Dicho esto, la liga necesita una reforma urgente, una mejor gestión y una mayor transparencia. Si no, una de las mejores ligas de europa se va a quedar en nada.

  12. SEUDOKOBE

    PUES DE MOMENTO HAN GANADO AL BARSA….Y EL ULTIMO PARTIDO TIENEN OPCIONES DE GANARLO….ASI QUE TODO EL ARTICULO ES CIERTO EXCEPTO QUE PIERDAN LOS DOS ULTIMOS PARTIDOS…ESO SI LLEVAN TIEMPO JUGANDO CON FUEGO..Y AL FINAL TE QUEMAS SEGURO

  13. Las ligas de los deportes minoritarios son, por desgracia, deficitarias, los clubes de baloncesto son los últimos de una cadena que se ha llevado por delante a clubes campeones de Europa de balonmano ( Teka, Bidasoa o Ciudad Real por ejemplo), de Fútbol Sala (Caja Segovia, Talavera o Playas Castellón), etc, es cierto que casi todos se han gastado una pasta que no había, pero no es menos cierto que sus propias ligas o federaciones no han controlado, ni protegido a sus deportes de manera eficaz. Por no hablar de los medios de comunicación, donde para encontrar visibilidad esos deportes se las ven y se las desean porque hay que llenar páginas y minutos de emisión con ciertos personajes anunciando calzoncillos, coches o cervezas. Si no te ven, no vienen sponsors a apoyarte, porque a ellos tampoco les ven y no sale rentable.

  14. Arcimboldo

    El baloncesto ACB está herido de muerte, y veremos cómo se resuelve el asunto entre la ACB y la Comisión de los Mercados y la Competencia porque lo que se está debatiendo ahí son los cimientos del chiringo (quién entra, quién sale, quién paga qué). A todo ello se une la crisis económica, el éxodo de los mejores a la NBA, la guerra FIBA-Euroleague, etc.
    Es curioso que la ACB surgió empujada por una generación que quería algo distinto del fútbol, y en ese sentido el basket tuvo mucho de espectáculo cool y moderno para la época, pero desde entonces la ACB no ha sabido engancharse con las nuevas generaciones, de manera que los que la seguimos somos los mismos que ya la seguíamos en los 80, es decir, como poco cuarentones y si acaso algún treintañero…

  15. Pues ha descendido, veremos a ver que se inventan este año para que pueda seguir gastando la pasta (la misma que no paga a Hacienda) en ACB sin merecerlo.

  16. Estudiantes será dificil que descienda alguna vez. Solo por los requisitos que hay para subir a ACB, es dificil que cuakquier equipo LEB Oro logre subir a la Liga Endesa.

    Por otro lado, estudiantes es un histórico, y un enorme club de formación. Deberia volver a sus origenes para reencontrarse de una vez.

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