Las cosas son como son. He tenido una buena vida. Aún hago lo que hago. Sé que moriré en la carretera, de alguna u otra manera.
El hombre con la voz del averno y el bajo de trueno se ha marchado. No, no ha sido en plena juventud. Quizá ni siquiera él esperaba durar tanto, pero sus millones de admiradores deseábamos que todavía le quedasen muchos años por vivir. Esto era, y lo sabíamos aunque no quisiéramos creerlo, un deseo vano; la inútil ilusión de pretender que el mundo tal y como lo amamos permanecerá inmutable. Sí, es cierto, el mundo es mejor cuando la gente a la que queremos o admiramos está en él. Pero nadie es eterno y no hay que pretender que nadie lo sea; al contrario, hay que atesorar lo que nos dejan tras de sí los que se van antes que nosotros.
A principios de septiembre de este año 2015, durante un concierto en Texas, Lemmy abandonó el escenario sin terminar una canción, apenas la tercera o la cuarta del repertorio. «No puedo hacerlo», anunció con chocante brevedad, antes de separarse del micrófono para desaparecer hacia el flanco del escenario, moviéndose de manera visiblemente fatigosa. Mala señal. Alguien como Lemmy, bien es sabido en la industria, ha actuado muchas veces sin dejar que su público notase que se sentía mal. No hace tanto, rara vez cancelaba un concierto. Si durante su actuación había sufrido, nos enterábamos después. Siempre se dejaba la piel. Pero su salud llevaba mucho tiempo siendo objeto de especulación y este año las noticias eran mucho más preocupantes. Aquel día en Austin regresó a los pocos minutos al escenario, todavía caminando muy despacio y apoyándose en un bastón, para sincerarse ante los fans que habían pagado su entrada: «Sois uno de los mejores públicos de América, y me encantaría tocar para vosotros, pero no puedo hacerlo… así que, por favor, aceptad mis disculpas». Y volvió a marcharse, a paso de anciano enfermo, con el ruidoso apoyo de unos espectadores que, pese a todo, le profesaban la clase de respeto que alguien como él merecía. La clase de respeto que se ha ganado quien durante décadas y décadas ha respetado a su público.
No es momento de contar su vida; tal vez en un futuro. De momento, pueden leer su autobiografía, White Line Fever, cuya ironía típicamente británica yo no podría aspirar a emular. Porque su sentido del humor, como su música, quedará para quien quiera disfrutarlo. Forajido y caballero, en su maravilloso libro alardea de sus hazañas, aunque nunca de sus amores, a los que rara vez nombra aunque todos sepamos quiénes eran y la lista fuese muy larga. Nos hace reír cuando recuerda sus años locos con los hippies alucinados de Hawkwind, aquella banda que en plena nube de LSD perdía miembros —literalmente, los perdía; un día se daban cuenta de que Fulanito ya no estaba y no tenían ni idea de dónde había ido a parar— para encontrarlos por ahí varios años después y volver a admitirlos como si nada hubiese pasado, porque seguramente nadie recordaba muy bien qué había pasado. Y sobre todo, en sus memorias Lemmy nos hacía compartir su orgullo por liderar Motörhead, la banda más ruidosa sobre la faz de la Tierra.
Lemmy vivió a su manera, que no es la manera que te enseñan en el colegio, ni una forma saludable de vivir que recomienden en la televisión. Como tampoco es saludable, por cierto, madrugar y correr hacia el Metro con la cabeza llena de preocupaciones todos los días para regresar a casa todavía más preocupado, aunque eso no te lo dicen cuando muere un oficinista a quien la hipoteca ha quitado muchas noches de sueño. Otros muchos han muerto antes que él, algunos lo harán después, pero pocos han vivido lo que Lemmy ha vivido. También él ha pagado su precio, es verdad, aunque ¿y quién no? Vivir es un lujo que se paga con la muerte, pero solamente un idiota se amargaría la cena en un buen restaurante pensando todo el tiempo en el momento en que habrán de presentarle la cuenta. Si la comida es buena, la bebida es mejor, la música es agradable y al otro lado de la mesa hay una persona maravillosa, ¿qué importa el precio? Esto es lo que Lemmy nos enseñó. Esto es lo que puede enseñar a cualquiera. Porque no nos engañemos: quien no escuchaba sus discos antes, no empezará a escucharlos ahora. Su música era dura, rasposa, visceral y salvaje. Siempre lo fue, desde que formó Motörhead a mediados de los setenta. Quizá hayan visto imágenes de unos jovencísimos Metallica, que preguntados por su banda favorita, respondían con entusiasta unanimidad: «¡Motörhead!». Lemmy era un símbolo, y representaba muchas cosas que difícilmente pueden expresarse en un breve texto. Quien sabe de él y de su actitud, sabe de lo que era estandarte. Por ejemplo, evitó siempre decepcionar a los fans. Mejor dicho, no quería decepcionar a sus fans, porque nunca se vendió para obtener otros nuevos.
Nunca cambió. Nunca intentó ser algo que no era. Y en su música, que era su profesión, se mantuvo fiel a un estilo porque sabía que era lo que «los chavales» querían. Nunca permitió que alguien que llevase tatuado el logo de Motörhead se arrepintiese o avergonzase. Quizá algunos piensen que se trata de algo pueril, pero se equivocan. Lemmy siempre respetó la dedicación de sus seguidores más acérrimos, porque sabía que para ellos la música era un escape, porque no todos pueden ser estrellas del rock y algunos viven vidas de mierda en las que la música, o un mero gesto de reconocimiento por parte de sus ídolos, podían convertirse en un bálsamo. Para quienes tienen problemas adultos su idolatría deja de ser algo infantil; es mera supervivencia. Y Lemmy lo sabía. Cumplió su papel de referente. Jamás dijo algo como «eh, oh, mirad, he madurado y ahora voy a ponerle música a poemas de Lorca, así que vosotros tenéis que madurar a la vez que yo y si no apreciáis mi nueva dirección, es que sois unos pueriles anclados en la adolescencia». La gente sabe perfectamente cuándo la adolescencia ha terminado, porque la vida les empieza a golpear. A veces, lo único que piden es que su banda sonora no cambie por capricho. Y Lemmy, como AC/DC, no cambiaba por capricho. Con él, era como volver a casa.
Todavía recuerdo la primera vez que vi a Motörhead en directo. Fui con mi hermano pequeño, que desde niño ha sido un fan de la banda y que hoy estará todavía más disgustado que yo. Eran aquellos tiempos en que los conciertos de rock duro estaban siempre precedidos por caóticas peleas; algo que entonces parecía lo normal, pero que hoy resulta difícil echar de menos, porque uno debería poder llevar a su hermano pequeño, o a sus hijas, o a su abuela, a cualquier concierto. Pero, ¡eran Motörhead! Y no nos decepcionaron. Vimos aparecer a Lemmy sobre el escenario, un Lemmy pletórico, poderoso, que parecía ser mucho más grande de lo que en realidad era. Escuchamos las canciones que ya habíamos quemado en los vinilos, pero sobre todo compartimos con todos los demás asistentes la sensación de estar en presencia de una leyenda, porque ya entonces era una leyenda. Lemmy ha sido, es y será uno de los mayores iconos de la historia del rock. Un personaje único, del que no habrá copias. Un ejemplo no al que parecerse, sino al que soñar con parecerse. La sola mención de Lemmy inspira un sentimiento unánime: respeto.
Pues bien, aquel Lemmy colosal es el que pienso recordar de ahora en adelante. Sé que ha estado enfermo, sé que sus últimos días no habrán sido un glorioso concierto, pero eso queda para sus familiares y para sus amigos más cercanos. A los demás, Lemmy siempre nos habló de vivir, de la vida, de lo que podemos hacer, de lo que podemos disfrutar, de las muchas oportunidades de experimentar algo especial que nos ofrece el mundo mientras estamos en él. Cuando le preguntaron si tenía miedo a morir, respondió con un simple y rotundo «no». Y continuó hablando sobre la vida. Porque ese era su mensaje. Siempre hacia adelante, siempre en positivo. Continuó tocando, mientras pudo, como pudo. Cualquier cosa excepto rendirse. Fue tan duro como su música, hasta el final, cuando estaba enfermo y sabía sin duda que estaba cerca de la muerte. Ser duro quizá no esté de moda, pero qué demonios, Motörhead nunca estuvieron de moda. Y nadie, nunca, pudo con ellos. Tampoco el cáncer ha podido con Lemmy. Lo ha matado, sí, pero no ha conseguido que dejase de ser él.
Soy feliz con la manera en que han salido las cosas. Me gusta pensar que he llevado un montón de alegría a un montón de gente de todo el mundo. He sido sincero conmigo mismo y he sido sincero con la gente.
Después de todo, quizá no era tan mal chico como decía la canción. Born to lose, live to win. Descansa en paz, Lemmy.
Killed by Death. Descanse en paz y rock ‘n’ roll…
Simplemente me encanta el artículo! Mi más sincera enhorabuena… Te ha quedado del tamaño del protagonista… Enorme!! ??
Grandioso.Eterno.
Precioso texto Emilio.Enhorabuena.
Hermoso texto que se agradece en un día de notas breves copiadas de agencia.
Yo no sabía que Lemmy estuviese tan jodido, y era uno de esos ilusos que confiaba en que pronto volvería a verle con su bajo y sus botas.
Escucho Motorhëad varias veces por semana, sin prescripción médica, sólo por vicio. Nada va a cambiar, lo que suena, sonaba y sonará, ninguno de nosotros fue jamás a un concierto de Motorhëad para escuchar el último disco.
Y sin embargo, saber que nunca más oiremos ese…»We are….and we play…», sin duda hace que nuestras vidas a partir de este instante pierdan una de esas bolas tan chulas de «Inside out», con recuerdos y emociones. Esta era la bola de «hey, por jodido que pueda parecer todo, siempre nos quedan los conciertos de Lemmy».
:(
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Mejor epitafio, imposible.
https://www.youtube.com/watch?v=Cz-cSjMZjL0
Que Mierda!!!
Es lo primero que nos ha salido del alma al conocer la noticia.
Así es como nos sentimos muchos por su perdida, es un golpe en todo el hígado, que nos deja con un bajón.
Pero como no,,, nos dejo el día de los Santos Inocentes,,, siempre marcando, siempre siendo él, sin dejar de ser Auténtico, él mismo con sus ideas, con su vida siempre al limite, nunca se vendió a lo que no creía,,, creo no he escuchado ninguna de sus canciones en un anuncio, solo en pocas películas no políticamente correctas (recordad «Airheads») o con sus amigos del World Wrestling Entertainment.
Siempre fue de los que preferían tener en propiedad un tanque (un Hetzer aleman con mas años que el) que un Ferrari, siendo el tanque mucho más exclusivo y original,, por decirlo de alguna manera,,, podría haber hecho una versión propia del «My Way» con toda la razón del mundo,,,
Siempre siguió un camino en la vida propio, que uno mismo no hubiera podido/querido seguir, pero que respetamos; un camino nada convencional, pero siempre fiel a su propia definición filosófica de la vida.
Inimitable en la vida y en su obra
Que descanse en paz, y que siga en nuestros rincones musicales interiores y que entre en los de los futuro amantes de la buena música.
Ah! Aquí os dejo algunos de sus legados, para utilizar en su entierro
http://www.cribeo.com/cultura/9320/10-frases-impagables-que-nos-deja-lemmy-kilmister-de-motorhead
http://www.taringa.net/posts/offtopic/2955171/Frases-de-Lemmy-Kilmister-Motorhead.html
https://es.wikiquote.org/wiki/Lemmy_Kilmister
Maravilloso artículo. Born to raise Hell and killed by Death. Mission accomplished, Lemmy!
Un poco más y me saltan las lagrimas con el articulo, joder me voy a poner Overkill para que se me vaya la tonteria.
Gran texto. Esta mañana los colegas nos hemos ido dando la noticia y por un momento pensábamos que sería una inocentada, cosa que habría estado a la altura del humor del Lemmy. Pero no, no era una broma.
Nunca les hice mucho caso hasta que mi amigo Paco, que siempre fue un incondicional suyo, a comienzos de los 2000 o así me hizo oir ‘Sacrifice’: https://www.youtube.com/watch?v=T2CoNvyJNR0
Esta canción hizo que mi opinión sobre Mötorhead cambiara literalmente 180º, me hizo incondicional suyo para siempre. Con los años mi amigo y yo tuvimos la suerte de verlos en directo, en la gira del «Motorizer», y es de esas cosas que no se olvidan. Duro y a la cabeza desde el minuto 1. Pude verlos de nuevo tiempo después como teloneros de Judas Priest, esta vez con mi mujer, así que me considero muy afortunado de haberlos podido ver dos veces en directo y aún en plenitud de facultades.
Un tipo con la cabeza muy bien amueblada y auténtico como pocos en este mundo tan lleno de imbéciles.
Long live Lemmy!!
Gran texto, felicidades. Yo llevo todo el día de mal rollo y con su mejor disco –el «Bastards»– sonando louder than everyone else. Y nada, que el rock’n’roll ha muerto.
No, amigo. Se nos van gente como Jimie, Bon Scott, Dio, y ahora Lemmy, y es un palo tremendo enterarse de su muerte, pero el rock es como un virus fuera de control y goza de una una mala salud de hierro. Siempre fue así: Anunciaron su muerte a finales de los 50 con la desaparición / asimilación de la primera quinta. Luego otra vez a finales de los 60; luego se volvieron a regodear con la supuesta muerte del rock a finales de los 70, y así seguimos. Cada equis años se les da a los críticos a sueldo de la industria musical por anunciar la muerte del rock para intentar entronizar una «nueva tendencia», pero se conoce que éste es un animal correoso imposible de matar. «No entiendo a la gente que piensa que si ignoras algo, esto desaparecerá.» Palabra de Lemmy. Hoy en día van a un concierto de cualquiera de los veteranos (p.ej. ACDC, Los Suaves, Iron Maiden) los abuelos, los hijos y los nietos. Mi hija oyó el Led Zeppelin II cuando tenía 12 años y flipó. Ahora tiene 18 y sabe más de la historia del rock que yo. ¡Larga vida al rock’n’roll!
Tuve la oportunidad de verlo el pasado verano. Mi primera y única vez en un concierto de Motörhead. Se le notaba desgastado. Arrastraba las palabras, pero ahí estaba, en el puto escenario.
Joder, con él se nos va una parte importante del rock. Desprendía actitud y honestidad, algo carente en el rock hoy en día.
¡Larga vida a Lemmy, coño!
Enhorabuena por el artículo, es emocionante y se nota que sale de un admirador y desde el respeto por la figura de un mito. Born To Lose, Live To Win, Goodby Lemmy!
Llevo todo el día alegre y triste a la vez. Alegre x Lemmy por su vida, por sus discos, por haberlo podido ver sobre un escenario y haberme emborrachado miles d veces con sus canciones d fondo (y las q me quedan Lem, las que me quedan). Triste porque se q su bajo no me reventará el pecho nunca más, porque no habrá más discos y nunca volveré a escuchar q si, q son Motörhead y q tocan puto Rock and roll.
Ni en mil millones d palabras podría explicar lo q su música significa, lo agradecido q estoy, ni lo q se le va a echar de menos.
Hasta siempre señor Kilmister, gracias por ser tú.
Ayer que he leído la noticia pensé que era una típica inocentada. Pero hoy me encuentro que no, que ha sido verdad, Lemmy ha muerto. Que pena, ya quedan pocos de su talla, aunque quizá no sea de sus canciones más representativas prefiero sobre las otras ‘Road Crew’ . Hoy en día quién escribe una canción en honor de sus empleados? Ese era él, siempre humilde siempre directo.
Maravilloso texto. Emocionante.
https://m.youtube.com/watch?v=C_8lhsKnc9E
Enhorabuena y gracias, Emilio.
Lemmy no era ni quería ser una estrella del rock. Él mismo decía que no hacía su música por dinero o fama (lo cual no significa que no le gustara ganar pasta), sino que en todo momento sacaba lo que llevaba dentro. Por honestidad e integridad, Lemmy se parecía más (y quizá a su manera lo era) a un bluesman de la vieja escuela…a un Howlin’ Wolf, a un Muddy Waters, a un John Lee Hooker, a un Leadbelly…a un Robert Johnson. Ajeno a las modas.
Somos Motörhead…y hacemos rock.
Muy buen artículo que no se para en su trayectoria si no en la persona porque lo importante es como era el. No se vendió,no cambió,murió con las botas puestas. Alguien que cuando lo acusaban de nazi decía: «Oh sí,me hubiese gustado presentar al Führer a mis seis novias negras», ese Lemmy.
Joder esperaba que llegase al 6 de febrero para volver a verle,porque aunque fuese a rastras en el escenario,se lo había ganado, a todos los que se quejaban de sus últimas espantadas les diría que cuáles de sus mierdas de ídolos que suspenden porque les pica la garganta aguantarian tocando con un cáncer terminal hasta menos de veinte días de su muerte.
Eso se merece más que respeto,se merece admiracion,por eso es de las pocas personas que me lo han confundido.
Por eso gente como el nunca muere.
Ahora todo el mundo lee las noticias de su muerte sin saber muy bien quién era Lemmy ni quién era Motörhead y este artículo tampoco les dará muchas pistas. A nadie le importa.
Gracias de alguien que escucha Motörhead desde los 5 años.
Lo último que quisiera es polemizar en este artículo precisamente, pero creo que no eres justo. Este texto no busca dar pistas sobre nada, es un hermoso obituario más que merecido, sobre un tipo al que evidentemente adoramos la totalidad de los que hemos posteado después, e intuyo que el 99% de los que lo han leído.
No sé si ahora todo el mundo lee las noticias de su muerte sin saber muy bien quién era Lemmy, no creo que se desate una fiebre póstuma alrededor de nuestro querido Kilmister. Reeditarán discos de Motörhead, habrá mogollón de homenajes de cada banda de rock and roll de entre 20 y 70 años, y ahí quedará todo, que no es poco, y es muy justo. No creo que a nadie se le pase por la cabeza que Motörhead tiene vida después de Lemmy, al menos en el terreno de las giras y los nuevos lp’s.
Dudo que vayas a leer algo mejor sobre el ídolo que se va que este artículo. Y te doy la enhorabuena por esos padres tan cojonudos que te pusieron con 5 añitos a escuchar Motör. Si me aceptas una sugerencia, y de antemano asumo que no soy quién para hacértela, vuelve a leer este texto. Y dale una vuelta al sabor amargo que parece haberte dejado, porque lo más probable es que sea culpa del fondo, y no la forma. Y es que es una putada que se muera Lemmy, con 70, 25 o 160 años….
Gracias por su autenticidad y por su mensaje positivo, Mr Lemmy. Larga vida.
Aquí otro de los que pensaron «What the …!» al enterarse de la noticia de la muerte del señor Kilmister. ¡Cuántas horas de alegría y satisfacción nos dió la música de este genio del rock! RIP amigo Lemmy. Los dioses que no dejan detrás sangre y muerte, sino música, lamentablemente son tan mortales como los que los seguimos. Magnífico artículo, lleno de verdad y emoción. ¡Muchas gracias, Emilio de Gorgot!
Buen artículo, si hay una palabra para definir a lemmy es autenticidad, sin duda, el hombre que ha conseguido la interpretación más pura del rock n roll en la historia, brindaremos por ti lemmy
Con el se ha muerto una parte de mi… Desde la primera vez que oí el arranque de Overkill, con ese doble bombo, formo parte de mi vida.
Les vi en su primera gira en España, junto a Phil Animal Taylor y a Eddie Fast, y desde entonces siempre que pude fui a verles.
Pude verles en su 34 aniversario en el Hammersmith Odeon, un sueño que pude realizar… ahora que no está, ha desaparecido alguien que me ha acompañado en toda mi vida. Solo puedo decirte, gracias por todo, gracias por tu música Lemmy.
Born to Lose, Live to Win.
Gracias por estas palabras, Emilio.
Lemmy era (es y será) una leyenda. La quintaesencia del rock.
En donde se encuentre su alma, disfrutarán de su legado tanto como aquí.
El mejor artículo de cuántos he leído. Se fue el más grande. Descansa en paz, Lemmy
Ole, que buen texto, grandísimo artículo ante la mediocridad de quienes publican noticias guiándose únicamente por el absurdo trending topic. Larga vida al Rock’n’Roll.
Exacto: Lemmy, como ACDC, no cambian por capricho. No se puede expresar mejor
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Las veces que he tratado de imitar a Lemmy han sido los momentos más felices de mi vida. No han durado mucho, a veces apenas segundos, ni han sido muchos y me han resultado carísimos. Cada vez que ahora, a mis 40, recuerdo esos momentos, se me escapa una sutil sonrisa.
Gracias, (we are) the road crew.
Sus palabras me han emocionado y le agradezco que no haya caído en el sensacionalismo y en la mediocridad de otros medios.
Gracias por un artículo tan honesto y de corazón.
Este tipo se merece un homenaje como el que le hicieron en Wembley a Freddie Mercury. Aún no se ha valorado justamente la gigantesca influencia musical de Lemmy y Motorhead en miles de grupos. Demostró que no hacía falta ser un supercantante ni el bajista más técnico de la galaxia para crear temazos inmortales. Slayer, Metallica, Exodus, Overkill…ninguno de ellos existiría sin Motorhead. Ellos llevaron la velocidad y distorsión a un nuevo nivel y de paso dieron vigor a una escena ochentera a la que buena falta le hacía, pero sin duda el que les mostró el camino fue este entrañable bigotón.
BORN TO LOSE
LIVE TO WIN
DIE TO LIVE FOREVER
Hola de nuevo, amigos,,,
Despues de bucear por la web y los medios de comunicación habituales, tanto en esta lengua como en otras,,, este es sino el mejor uno de los mejores artículos que homenajean la vida y obra de este gran personaje musical. No ha sido el «Cortar y pegar» de la inmensa parte de los medios, que escriben sin sentir lo que expresan, solo para llenar espacio. Gracias Emilio.
Un personaje de máxima importancia en la música contemporánea del nivel de Elvis, F. Mercury, B.B.King (que también nos dejo este año),,,; pero no fue (ni quiso) ser un personaje mediático, su obra no es saqueada para anuncios, los quinceañeros no la escogen en los Karaokes ni la encontraran en «Just Dance».
No creo que le haga un homenaje publico como deseaba alguien, por la sencilla razón de que no fue nunca Motörhead fue comercial (si, si ES un fenómeno global, pero no masivo); y por la cantidad de callos que piso en su firme camino en la industria de la música y de los «media».
El portavoz actual de la banda ya ha firmado el acta de defunción oficial de la banda, no habrá más Motörhead, no sin Lemmy,,,,
Su música es única, como el; el pionero de estilos posteriores; el catalizador de la revolución del volumen y el ritmo frenético en que evoluciono el Rock en los 70-80-90,, todos esos grupos de XXXXX-ROCK, METAL-XXXXX (rellenar las X con lo que querais), son hijos o nietos de la banda de Lemmy. Y eso no se puede negar.
Solo nosotros, los fans, los amantes de la buena música, somos los que podemos hacer ese homenaje haciendo de que siga sonando su música: el martes y el Miércoles más de unos se bajo sus mejores canciones de la web, para grabarlas en el pen del coche, por no poder poner sus viejas cintas de cassette de su viejo coche; Esos días escuche en más de un coche conducido por cuaretones con la ventanilla abierta, sus canciones que no sonaban de esta manera, por el asfalto, desde los 80’s. Sus Vinilos son sagrados (por no decir los recambios del plato), y los CD no suenan igual, lastima.
Y me alegre, y eso lo dice uno que no es fan, sino solo seguidor, no fui Hevy pero llevo «Rock’n’Roll» de tono de llamada (para espanto de Arquitectos, pero alegría de ingenieros)
No creo que tenga la suerte de AC/DC, cuando se convirtieron de nuevo en «cool», gracias a su inclusión en los temas centrales de BSO (lo de «Ironman» lo entiendo, pero lo de «Los Pitufos» y «Megamind», NO!, ahora no puedo escuchar «Back in black» sin recordar la escena del pitufo macarra,,, no es justo,, pero es uno de los precios a pagar de tener hijos); o «The Queen» con «World Wayne».
Por eso, pido desde aquí que no dejemos de escuchar sus obras, y la de tantos que nos han marcado y nos han dejado, que los media no promocionan, y que son merecedoras de que perduren en la memoria de todos los que nos gusta la buena música,,,
Lemmy in my Heart, Motörhead for Ever
Maravilloso articulo!!
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