Ciencias

El STEM está cambiando el mundo mucho más de lo que crees

05 May 1997 --- Champion chess player Garry Kasparov plays against IBM's chess-playing supercomputer. Here, the match is watched in an auditorium via television. --- Image by © Najlah Feanny/CORBIS SABA
Partida de Garry Kasparov contra Deep Blue. Fotografía: Corbis.

STEM. Este acrónimo es el presente y el futuro del mundo laboral, y también el cenit y el nadir del futuro de la humanidad. Science, technology, engineering y mathematics. En español, el acrónimo equivalente es CTIM: Ciencias, Tecnologías, Ingenierías y Matemáticas.

Por cada cien estudiantes que obtienen un grado de ciencia o ingeniería en universidades de Estados Unidos, según cálculos de Keith Maskus, un economista de la Universidad de Colorado, el país gana sesenta y dos patentes tecnológicas nuevas. Esto suena muy abstracto, así que vayamos a lo concreto: prácticamente todo el crecimiento de la renta desde 1870 en Inglaterra y Estados Unidos se debe a la innovación tecnológica.

Quien no se vea entre probetas o aceleradores de partículas, que deje de imaginar: no solo van a desaparecer casi todos los trabajos que existen, sino que el 65% de los niños que ahora empiezan educación primaria estarán empleados en un trabajo que ni siquiera ha sido inventado aún.

¿Inglés? ¿Chino? Todos deberemos tener nociones de programación, de código, el nuevo lenguaje universal. Los niños ya empiezan a usar Scratch para iniciarse en la sintaxis de este nuevo idioma, pero sobre todo en la forma de pensar. Si somos ya adultos y no tenemos ni repajolera idea de lo que es todo esto, Scratch también constituye un buen punto de partida. Y los tutoriales de code.org. Y luego deberemos familiarizarnos con la programación real, sin pantalla mediante, como la que ofrece Arduino.

Crear robots con Arduino ya está al alcance de los niños, que emplean conceptos de electrónica, motores, sensores y posibilidades como nuevos demiurgos. Todos podemos empezar hoy a practicar con Arduino, y un proyecto personal a largo plazo podría ser el construir nuestra propia impresora 3D. El siguiente paso, Unity, una herramienta para uso personal. Todo ello impone una nueva lógica y aprender a abstraer procesos. No basta con aprender un nuevo idioma, sino que también deberemos saber qué comunicar con él. Cuanto antes empecemos a esquematizar así los problemas, más nos adaptaremos a los nuevos entornos laborales que se avecinan.

Si el STEM se te atraganta o lo consideras digno de nerds o geeks, debes saber que el 80% de todos los trabajos de la próxima década requerirán conocimientos tecnológicos (en España únicamente el 9% se especializa en STEM). Solo en el ámbito de la biotecnología, si en 1999 los beneficios de patentes creadas por universidades en Estados Unidos era de seiscientos treinta y cinco millones, en 2010 ya era el triple, al tiempo que creaban casi un millón y medio de empleos nuevos. Un mensaje pertinente sobre todo en España, donde un 23% de los españoles se declara tecnófobo.

La persona más rica del mundo es, con sus fluctuaciones, Bill Gates, magnate de la tecnología, y la persona que más dinero está invirtiendo en el desarrollo de la medicina. Solo en 2014, a través de su fundación, donó un total de nueve mil ochocientos millones de dólares a investigación y causas benéficas. Gates, nacido del STEM, es el empresario más popular de Twitter, con más de veinte millones de seguidores. Google, otra empresa nacida del STEM, tiene un valor de más de cien mil millones de dólares (Coca-Cola tiene ochenta y dos mil millones). La marca cuyo crecimiento ha sido más acelerado en la historia, según cifras de 2014, es Facebook. Apple es la compañía más valiosa del mundo, y en 2014 ingresó casi ciento ochenta y tres mil millones de dólares.

Pero los profundos cambios en la educación y en el trabajo que están originando el STEM son solo la punta del iceberg del cambio tecnológico que se avecina. Es normal que las cifras se nos atraganten un poco, aunque nos dediquemos a la docencia. O precisamente porque nos dedicamos a ella: el 60% de los jóvenes entre dieciséis y dieciocho años creen dominar mejor la tecnología que sus profesores, según el informe The Microsoft Education Future Workforce. El 71% asegura que aprende más en casa que en clase. Eso no significa necesariamente que el conocimiento que se imparte en el colegio sea obsoleto, pero nos debería dar que pensar.

Lo que está a punto de llegar, de hecho, no es el imponente iceberg que hundió el Titanic, sino el tsunami hipertecnológico más grande jamás acaecido en la historia de la humanidad.

¿Por qué ahora?

La ley de Moore comparada con los datos históricos (gráfico en idioma portugués).
La ley de Moore comparada con los datos históricos (gráfico en idioma portugués). Imagen: DP

La idea de que ahora va a pasar algo absolutamente extraordinario suena a cháchara de visionario, y se ha oído tantas veces que ejerce el mismo efecto que avisar de que llega el lobo cuando nunca llega. ¿Cuánto tiempo hace que se habla de edificios domóticos y todavía vivimos en casas como las de nuestra infancia? Y ya no digamos las promesas del cine: ¿dónde están los robots?, ¿los coches voladores?, ¿las colonias marcianas?

Pero el ahora de ahora es diferente a cualquier otro ahora. Para demostrarlo hemos de invocar la ley de Moore y el llamado crecimiento exponencial. En pocas palabras, la ley de Moore postula que cada veinticuatro meses se multiplica exponencialmente la potencia informática. Este crecimiento exponencial se ha estado produciendo desde 1965 y, a grandes rasgos, nunca ha fallado. Cuando Gary Kasparov dijo que era imposible que un ordenador ganara al ajedrez a un maestro ajedrecista, tuvo razón porque en Deep Blue fue derrotado en 1996. Un año después, la computadora venció a Kasparov por mor de la ley de Moore, y ahora nadie es capaz de ganar al ajedrez a un ordenador.

Lo realmente inquietante es que actualmente ese crecimiento de poder de computación continúa produciéndose. Que en nuestros bolsillos, gracias a nuestro smartphone, hay más potencia informática de la que se requirió para llevar al ser humano a la Luna. Y que ahora, justo ahora, los saltos exponenciales serán mucho más apoteósicos que antes. Tan apoteósicos que ni siquiera somos capaces de imaginarlo.

Entender el crecimiento exponencial es imposible para un cerebro humano debido a nuestra propia circuitería neuronal. Sencillamente no se nos da bien. Resulta contraintuitivo. La mejor forma de demostrarlo es mediante analogías. Por ejemplo, si damos treinta pasos a razón de un metro por paso, habremos cubierto treinta metros. Pero si damos treinta pasos exponenciales (el primero de un metro, el segundo de dos metros, el tercero de cuatro metros, ocho, dieciséis, treinta y dos…), al llegar a los treinta pasos habremos dado veintiséis vueltas a la Tierra. También es célebre la leyenda de los escaques de ajedrez y los granos trigo, que ejemplifica del mismo modo nuestra incapacidad para entender el crecimiento exponencial.

Los primeros saltos del crecimiento exponencial son muy pequeños, de hecho resultan casi indistinguibles del crecimiento lineal. 2, 4, 8, 16, 32, 64, 128, 256… hemos dado ocho saltos y las cifras son ridículamente pequeñas. Pero llegados a cierto punto cada salto extra supone aumentar la cifra miles de veces. Ese punto exacto se llama inflexión de la curva. Y ese punto está sucediendo ahora, justo a principios del siglo XXI.

La inflexión de la curva puede hacer realidad lo que parece imposible. Por ejemplo, llegar a la Luna doblando una hoja de papel. Si una hoja de papel tiene 0,1 milímetros de espesor, al doblarla sobre sí misma obtendremos 0,2 milímetros de espesor. Al doblarla por tercera vez, 0,4 milímetros. Es casi imposible doblarla más de siete veces, aunque el récord mundial está en trece veces, logrado en los pasillos del MIT doblando un rollo de papel higiénico de casi dieciseis kilómetros de longitud. ¿Cómo podemos llegar hasta la Luna a ese ritmo? Gracias a la inflexión de la curva. Si doblamos un papel 26 veces obtendremos casi 7 kilómetros de espesor. Con 30, ya estaríamos en el espacio exterior. Con 42 doblamientos, ya estaríamos pasando de largo la Luna, que está a 439.805 kilómetros de distancia. Pero si doblamos el papel 102 veces, que solo es un poco más del doble, obtendremos el grosor de todo el universo observable.

Extrapolemos esto al número de operaciones por segundo de un ordenador. Un ordenador portátil de ochocientos euros del año 2008 realizaba el mismo número de operaciones por segundo que el cerebro de un insecto. En 2013, los de un ratón. Si continúa vigente la ley de Moore, cualquier ordenador portátil del año 2025 podrá tener la misma capacidad de computación que un cerebro humano. Esto es sorprendente, pero no es nada si tenemos en cuenta que en 2045 tendrá la misma capacidad que toda la humanidad entera (unos nueve mil millones de personas). El siguiente salto, el doble que toda la humanidad. El siguiente salto, el doble que el doble que toda la humanidad.

En algún momento, la ley de Moore encontrará límites físicos insalvables, pero también hallaremos soluciones diversas para sortearlos. Por ejemplo, usar grafeno en la fabricación de los chips. En 2004 se produjo por primera vez en la historia una cantidad sustancial de grafeno, el primo químico del carbón y el diamante, que permite elevar la capacidad de procesamiento hasta sesenta veces. En 2005 se descubrió la molibdenita, que es cien mil veces más eficiente que los transistores de silicio.

Otro cambio de paradigma es la computación cuántica. Solo un dato: la computación cuántica no usa bits (ceros y unos) sino qubits (ceros y unos simultáneamente). En la Universidad de Waterloo se ha logrado manipular dieciséis qubits, el equivalente a más de mil bits clásicos, es decir, más o menos el equivalente a un computador de la década de 1950. Se estima que un ordenador cuántico que operara con trescientos qubits poseería el poder computación de todas las supercomputadoras convencionales del mundo unidas entre sí. En mayo de 2013 se anunció una colaboración entre la NASA, Google y la USRA para lanzar un laboratorio de inteligencia artificial cuántico en el que se usará un ordenador cuántico de 512 qubits.

Este tipo de crecimiento no solo está teniendo lugar con los ordenadores, sino con casi todas las tecnologías que nos rodean, desde la eficiencia de las placas solares hasta la nanotecnología. Y ahora, justo ahora, estamos empezando a remontar la inflexión de la curva.

El mejor momento de la historia

2001-1
«Daisy, Daisy / Give me your answer, do». 2001: Una odisea del espacio (1968).  Imagen: Metro-Goldwyn-Mayer / Stanley Kubrick Productions.

Es el mejor momento de la historia, y no solo porque la inflexión de la curva va a cristalizar como nunca aquellas palabras de Arthur C. Clarke: «Toda tecnología lo suficientemente avanzada es indistinguible de la magia». Es el mejor momento de la historia en general. Es una afirmación chocante si nuestra única fuente de información son los periódicos, que evidencian un claro sesgo hacia los desastres en vez de los logros. Como afirmó el escritor de ciencia ficción David Brin: «Aunque probablemente un 70% o un 80% de las cosas que están pasando son buenas, si prestamos atención a las noticias, a los medios de comunicación o a las películas, podríamos pensar en lo contrario».

No es que exista una conspiración en contra del optimismo o la tecnología. Los motivos son otros. Los periódicos, por ejemplo, venden más ejemplares si anuncian tragedias o riesgos. El share de la televisión se dispara si se dedica una hora a una víctima concreta antes que a miles (víctimas o no), debido al sesgo de la víctima identificable, un error de nuestro cerebro al procesar información. También solemos recordar mejor las cosas buenas del pasado, en vez de las malas, debido a otro sesgo cognitivo que incluso los romanos ya describieron con su memoria praeteritorum bonorum y que actualmente se traduce como «cualquier tiempo pasado fue mejor». El síndrome de Frankenstein es el resultado de que las películas siempre presenten futuros distópicos o que los científicos sean nerds, en el mejor de los casos, o mad doctors, en el peor. Cualquier tecnología siempre lleva aparejado el pago de un tributo moral, social o económico, porque en el cine no existe la tecnología buena. Solo en un minoritario, casi marginal, subgénero de la ciencia ficción, la llamada hard, la ciencia y la tecnología se presentan como algo bueno o una herramienta útil para solucionar problemas. Ese género, obviamente, suele estar escrito por científicos para científicos. El resto de la población mundial solo recibe un único tipo de mensaje reforzado continuamente por la forma de procesar información que tiene su cerebro.

Pero si nos desembarazados de estos sesgos, en términos globales, asumiendo que hay ámbitos en los que las cosas distan de ser perfectas, es el mejor momento de la historia. No solo a nivel tecnológico, sino (también) el mejor momento de la historia gracias a la tecnología.

Gracias a la tecnología, por ejemplo, somos más los habitantes que estamos vivos, y no por eso estamos peor: la renta per cápita media del planeta ha crecido progresivamente, sobre todo a partir del siglo XIX, gracias a los efectos de la Revolución Industrial. La riqueza es mayor, y también se reparte mejor, porque la clase media no deja de crecer. En 2020 se estima que el 64% de la población mundial estará ubicada en la clase media.

La esperanza de vida no ha dejado de crecer, sobre todo a partir de 1950, y lo ha hecho a escala global. Incluso en los países más pobres, la esperanza de vida se ha incrementado veinte años en las últimas décadas desde 1950. O como escribe Matt Ridley en El optimista racional:

El índice de mortalidad de la guerra típico de muchas sociedades cazadoras-recolectoras (0,5% de la población al año) equivaldría a dos mil millones de personas muertas en el siglo XX (en lugar de cien millones) (…) El infanticidio era un recurso común en tiempos difíciles. Las enfermedades estaban también siempre cerca: la gangrena, el tétanos y muchos tipos de parásitos habrían sido grandes asesinos. ¿Mencioné ya la esclavitud? Era común en el noroeste del Pacífico. ¿El maltrato de esposas? Rutina en Tierra del Fuego. ¿La falta de jabón, agua caliente, pan, libros, películas, metal, papel, tela?

Este progreso no se debe exclusivamente a la tecnología, sino a movimientos políticos e intelectuales, entre otros. Pero la tecnología siempre ha estado involucrada en ellos, aunque solo fuera para propagarlos. Sin tecnología (las asociadas a la agricultura) no obtendríamos superávit de alimentos y, en consecuencia, calorías y tiempo suficientes para abordar nuevos problemas. Sin las tecnologías posteriores no viviríamos tres veces más de lo habitual, con todavía más tiempo para reflexionar y aprender sobre el entorno. Por ejemplo, el crecimiento de empatía generalizada en el siglo XX se debe, entre otras causas, al hecho de que la gente puede leer libros, y la gente puede leer libros porque la tecnología ha propiciado que sea barato imprimirlos y distribuirlos. El crecimiento de la empatía también ha fomentado el descenso imparable de violencia en el mundo.

La tecnología también parece estar detrás del efecto Flynn, es decir, al hecho de que, generación tras generación, cada vez somos más inteligentes, si medimos la inteligencia con arreglo a un test de CI. Está llegando la educación a todos los rincones del planeta. Se está reduciendo la mortalidad infantil, se resuelven los problemas de agua y energía, la desigualdad y, sobre todo, desciende el hambre y la pobreza, como sucede en mayor proporción en los países emergentes (los BRIC más los Next 11).

El STEM ha salvado el mundo en multitud de ocasiones. Cuando a punto estuvimos de quedarnos sin alimentos de resultas del hambre infinita de los caballos, estos fueron sustituidos por otro medio de transporte (el coche). Cuando parecía que no había suficiente tierra labrantía para dar de comer a tantas bocas (y entonces dos químicos, Fritz Haber y Carl Bosch, idearon un sistema para fabricar grandes cantidades de fertilizante de nitrógeno inorgánico a partir de vapor, metano y aire).

El STEM, naturalmente, también ha producido efectos colaterales nocivos. El mayor de los cuales se ha convertido en el principal lastre del progreso: la influencia negativa en el medioambiente. Las emisiones de CO2 han aumentado más de un 46% desde 1990 a 2010, se están expoliando los recursos naturales, miles de especies están en peligro de extinción. Sin embargo, la tecnología también puede revertir esos efectos. Muchas personas están involucradas en ambiciosos proyectos que aspiran a tornar el mundo un lugar mucho más verde.

Para advertir hasta qué punto la determinación puede cambiar el estado de las cosas en muy poco tiempo podemos echar un vistazo a los resultados del proyecto Objetivos de desarrollo del milenio de la ONU, que perseguía para 2015 una reducción de la tasa de pobreza y el hambre, entre otros indicadores. Los resultados han sido más optimistas de lo esperado. Por ejemplo, para 2015 se aspiraba a reducir la pobreza extrema y el hambre a la mitad, pero en 2010 ya se había cumplido este objetivo (del 47% de la población mundial ingresando menos de 1,25 dólares al día en 1990 al 22% en 2010). En 2010 también se había conseguido reducir hasta casi la mitad la proporción de personas con desnutrición. También se redujo a la mitad el número de niños sin acceso a la educación primaria. También la mortalidad infantil, en la misma proporción, y la salud en la maternidad. Un 25% menos de muertos por malaria, un 50% menos de muertos por tuberculosis. Dos mil cien millones de personas han mejorado su acceso a agua potable desde 1990 a 2010.

El cambio de la situación medioambiental se atajará si las partes implicadas lideran una revolución a escala global, pero la tecnología desarrollada por algunos emprendedores, si bien quizá solo busca el enriquecimiento personal o empresarial, zanjarán por fin la deriva medioambiental. El gran cambio de paradigma llegará con la nueva energía. SolarCity, de Elon Musk, será dentro de muy poco una forma de evitar una parte sustancial de las emisiones, y es solo un ejemplo del poder de la energía del sol, en palabras del embajador de la Singularity University Juan Martínez-Barea en su libro El mundo que viene:

El impulso de la energía solar es tan fuerte que en Silicon Valley se habla ya de que podemos estar en el inicio del fin de la edad del petróleo (…) A medida que el consumo mundial de energía, tanto en los hogares (con paneles fotovoltaicos) como en el transporte (con vehículos eléctricos), vire desde los derivados del petróleo a la energía solar, veremos cómo empiezan a corregirse muchos de los graves problemas medioambientales del planeta, debido a las drásticas reducciones en las emisiones de CO2 que estos cambios pueden provocar.

¿Exceso de optimismo?

El Golfo de México de noche desde la Estación Espacial Internacional. Imagen: NASA (CC)
El golfo de México de noche visto desde la Estación Espacial Internacional. Imagen: NASA (CC)

La mayoría de críticas al optimismo del progreso tecnológico (que se han producido desde el inicio de la tecnología) responden a una estructura de pensamiento tripartita que resume Albert Hirschman en su influyente libro Retóricas de la intransigencia: perversidad (lo propuesto empeora la situación), futilidad (lo propuesto no produce resultado) y riesgo (lo propuesto representa una amenaza). Y, si bien muchos avances tecnológicos han puesto en evidencia alguno de estos puntos, en términos globales las críticas al progreso tecnológico, leídas hoy, resultan cuando menos pintorescas. Incluso los libros fueron objeto de miedos apocalípticos similares a los que suscitó el advenimiento de internet.

Para comprender por qué estamos en el mejor momento tecnológico de la historia hay que aprender a pensar que estamos creciendo exponencialmente y que ello implica, también, que el 90% de todos los científicos de la historia están vivos actualmente. Y que ellos están desarrollando simultáneamente toda clase de maravillas. Y que cada vez habrá más gente haciéndolo: en 1961, Derek de Solla Price, el padre de la cienciometría (la ciencia que estudia la ciencia), determinó que el número de científicos se duplica más o menos cada quince años. En consecuencia, la tasa de patentes también crece exponencialmente. Y la de trabajos científicos.

El mundo está hecho unos zorros. No obstante, lo está menos, en general, que en cualquier otro momento anterior de la historia. Y lo está menos de lo que cree el ciudadano promedio. La aspiración de este artículo, pues, no es tanto convencer de que el mundo está mejor que nunca (que también), sino el de discernir qué son exactamente las cosas que va bien, para que los agoreros que aducen que el mundo se encamina al Apocalipsis se centren exclusivamente en los aspectos que verdaderamente requieren solución.

El futuro escapa de nuestra imaginación, como todo lo que va a llegar en la próxima década desde el ámbito tecnológico. Pero como no es buena idea pronosticar lo que pasará exactamente (más que nada porque a menudo se falla el tiro) y me falta la melena de Sandro Rey, vamos a explorar en el próximo todo lo que ha sucedido en los últimos diez años. Son cosas espectaculares que ya han pasado o están pasando y que, en general, no tienen demasiado eco en los medios de comunicación de masas. Y nos servirán para tratar de imaginar lo que está por venir la próxima década… multiplicado, gracias a la curva exponencial, por mil.

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47 Comments

  1. Pingback: El STEM está cambiando el mundo mucho más de lo que crees

  2. María

    Existen algunos indicios de que se ha llegado al peak oil (el petroleo se acaba) y parece ser que las energias alternativas (a pesar de la tecnología) no son capaces de sustituir las prestaciones del oro negro. Sobretodo la Tre (tasa de retorno energetico), con lo cual nos veremos encaminados a un decrecimiento a todos los niveles (la crisis económica que estamos viviendo no tendrá fin)
    ¿Alguien tiene alguna idea sobre el asunto?

    • Carmen

      Las energías alternativas están ya en condiciones de reemplazar al petróleo, lo que pasa es que hay que cambiar también la manera de generar y consumir esta energía. En Francia hubo hace un par de años un escándalo porque este informe de la Agencia de Energía (Ademe) fue ocultado al público. Las conclusiones, combinando adecuadamente las renovables, cambiando la generación en grandes centrales hacia otra más distribuida y optimizando la eficiencia energetica de edificios y demás dispositivos, Francia puede mantener su nivel de vida y producción alimentándose sólo de renovables:
      http://www.ademe.fr/a-100-renewable-electricity-mix-analyses-and-optimisations

    • «Existen algunos indicios de que se ha llegado al peak oil (el petroleo se acaba)» Esto es un poco raro, pues existen mucho indicios de que hay demasiado petroleo (arenas bituminosas y otras fuentes no convencionales se siguen añadiendo) y que no debemos quemarlo si queremos frenar el cambio clímático. Es más, los Saudies, principales beneficiarios de la era del petroleo en cuanto a ingresos (el resto del mundo desarrollado se ha beneficiado de energia barata) temen que va a llegar el peak demand antes que el peak oil: http://www.bloomberg.com/news/articles/2015-04-12/saudi-arabia-s-plan-to-extend-the-age-of-oil y por lo tanto los actuales precios bajos y exceso de oferta son el resultado de una guerra por sacarle más beneficios al petroleo antes de que la humanidad deje de usarlo como hasta ahora.

      Respecto al TRE (o EROI en inglés) es verdad que ha caido en picado, pero mientras sea superior a 1 (y tiene pinta que seguirá siendolo) debído al capital energético acumulado nos da lo mismo: si tu capital es 10 y obitenes un 50% de retorno anual, al año siguiente es 15, ganando 5. Si tu capital es 1 000 000 y obtienes «sólo» un misero 1% de retorno, ganas ¡1000!. Además las mejoras en la eficiencia gracias a STEM hacen que el rendimiento real sea incluso mayor.

      Los que tienen la sensación de que el mundo va a peor se debe al sesgo cognitivo que se denuncia en el artículo, y que en las sociedades occidentales la globalización ha provocado una disminución del nivel de vida de las capas menos privilegiadas al perder mientras gana el resto de pobres del mundo. Esta desigualdad en la distribuciónes una historia distinta, y más relacionada con la visión política que impera desde los 80, que con un poco de suerte volverá a cambiar… o no. Pero globalmente seguimos progresando en el sentido que a pesar de los agravios comparativos con los más favorecidos, hoy en día muchos llevan un superordenador de los años 70 en el bolsillo, conectado a una parte importante del conocimiento de la humanidad con acceso a mucha cultura gratuita. Joder. Sigue siendo impresionante.

      • María

        Quizás tenga razón Noone, pero no me convence. Sus datos y los de Bloomberg,no concuerdan con estos
        http://crashoil.blogspot.com.es/2015/12/el-ocaso-del-petroleo-edicion-de-2015.html
        La situación internacional, con las guerras no confesas por ese preciado recurso (Iraq, Siria, Irán, Rusia…, problemas en Venezuela…) no hacen si no confirmarlo.
        Ni que decir tiene que ningú recurso es eterno.

        • La era del petroleo no se va a acabar en el futuro cercano… y sin menospresicar el excelente trabajo del blog, su fuente (WEO) tiene un fallo muy grave.

          En la predicción del 2014 en 2015 ya estamos en crisis, y llegado el 2015, la crisis se ha desplazado al 2016. Apuesto a que en el 2013 el 2014 tambien era catastrófico. Al menos según el «escenario más realista» sin embargo respecto al escenario oficial, la predicción tiene apenas ligeras diferencias.

          Esto me lleva a sospechar una cierta tendenciosidad en las predicciones (ya que son notablemente diferentes respecto a otros trabajos, basándose en los mismos datos) que ya han demostrado no cumplirse en el paso del 2014 al 2015.

          Además según la teoria económiica básica, si la demanda sigue creciendo y la oferta disminuye, el precio sube y actualmente está tocando mínimos de la década, y los saudies, que tienen mucho que ganar con el precio alto (sus costes son bajísimos, por lo que casi todo es beneficio) están dispuestos a vender su petroleo a bajo coste en vez de esperar a que vuelva a subir el precio el año que viene que sin duda ocurriría si las predicciones del WEO tuvieran alguna base.

          No sé, los saudies no son tontos, me fio más de ellos y su capacidad para analizar el mercado que de un blog que pronóstica el apocalipsis energético el año que viene (porque realmente dice que es el año que viene cuando hay un cambio drástico de tendencia, cambio que ya debía haber ocurrido según la predicción del 2014 y que simplemente ha aplzado un año).

        • El enlace suministrado me ha hecho descubrir el mundo de los agoreros del petroleo (otra secta más que añadir a la lista, junto a los negacionistas de cambio climático, antivacunas, negacionistas del VIH/SIDA, etc.)

          Recomiendo a cualquiera que descubra un tema como éste que lo haga pasar por «el test del algodón» y lo busque en Rational Wiki. Si aparece. el riesgo de que estemos ante una «pseudociencia» es alto. (Gente que sólo busca argumentos a favor de la teoria que sostiene ignorando activamente los argumentos en contra, a pesar de ser mayoria).

          En este caso: http://rationalwiki.org/wiki/Peak_oil podemos comprobar que es una historia vieja que se repite… e incluso en el blog dado, si buscas los primeros artículos, pronostican el más absoluto apocalipsis en el 2015. El tiempo todo lo coloca en su lugar… siempre conviene mirar un poco el pasado no vaya a ser que simplemente con el tiempo haya refinado su postura usando cherry-picking y lo que a primera vista parece una exposición bien argumentada en el fondo no es más que un ardúo trabajo de investigación en ignorar todo aquello que pone en entredicho la tésis defendida.

  3. Valhue

    Aunque estoy de acuerdo con el tono general del artículo hay que mencionar tres peligros que amenazan estas optimistas profecías.
    El primero ya lo ha mencionado María más arriba: si se traza una curva del crecimiento científico humano se ve que, en efecto, seguimos una curva exponencial. Pero resulta curioso que la tendencia se inicia con la revolución industrial y el uso a gran escala del carbón y el petróleo. Lo cierto es que todo nuestro progreso científico y tecnológico se basa en un incremento brutal del consumo energético, consumo que ha sido posible gracias a unas fuentes de energía abundantes y baratas. Ahora tenemos que hacer la transición hacia energías renovables, y no está tan claro que podamos seguir manteniendo un régimen de consumo tan alto.
    El segundo peligro es la mentalidad capitalista y la falta de rivales. Es cierto que un móvil de los que ahora llevamos en el bolsillo tiene más potencia de cálculo que la que hizo falta para llevar al hombre a la Luna. Pero la cosa es que en los años 70 fuimos capaces de llevar hombres a la luna, y ahora no podemos hacerlo. Que en los años 70 había aviones comerciales supersónicos (el Concorde) y ahora tardamos siete putas horas en cruzar el charco. Que seguimos tirando del petróleo y el gas porque no hemos sido capaces de dominar la fusión nuclear ni resolver los problemas de los reactores de fisión, que datan de los años cuarenta.
    El motivo es que todos esos avances se produjeron en un contexto de enfrentamiento (la segunda guerra mundial, la guerra fría) y fueron producto de inversiones masivas por parte de los estados (el proyecto Apolo para ir a la Luna llegó a comerse un 11% de todo el presupuesto de Estados Unidos, casi lo mismo que en sanidad o educación). El sector privado no ve más allá del siguiente trimestre y cuando invierte en proyectos de investigación lo hace a uno o dos años vista, como máximo, y con rentabilidad inmediata. Eso le funciona a la gente de Intel, pero en realidad lo único que hacen es meter cada vez más transistores cada vez más pequeños en una oblea de silicio. En una universidad se inventó el transistor; en otra, el circuito integrado. Intel y las otras empresas solo refinan el proceso, pero no inventan nada nuevo. En el artículo se menciona la posibilidad de usar grafeno, molibdenita o la computación cuántica. ¿Dónde se están investigando estas posibilidades? En el sector público.
    Otro ejemplo claro es la industria farmacéutica. Todos los grandes avances en medicina se hacen en universidades e institutos públicos. Las vacunas son un invento de principios del siglo pasado. Todos los antibióticos que usamos se inventaron antes de 1960. Las farmacéuticas invierten millones en investigación y registran mil patentes nuevas al año. 300 patentes de cremas antiarrugas, 300 de complementos vitamínicos y pastillas quemagrasas y 400 de soluciones antiacné y crecepelos, para ser exactos. El único descubrimiento notable realizado por una farmacéutica – sin concurso público – fue la Viagra. Y fue un accidente, no estaban buscando eso.
    Conforme el dogma neoliberal de «el sector privado siempre es más eficiente» se extiende por occidente, nos quedan diez o quince años más de estancamiento hasta que China se haga con las riendas del mundo y los demás países tengan que redescubrir las ventajas de una cierta economía dirigida dentro de un marco capitalista.
    Y el último problema es el propio STEM. La revolución industrial dejó a miles de artesanos tradicionales sin trabajo ni medios de vida. El cuento neoliberal nos dice que no pasó nada porque la revolución industrial generó más puestos de trabajos de los que había habido nunca en el mundo preindustrial y por tanto todos fueron felices y comieron perdices. Lo cierto es que pasar de ser un ebanista, calderero o talabartero respetado y que se gana la vida respetablemente sin demasiado esfuerzo a trabajar quince horas diarias doblando la espalda en una cadena de montaje por un sueldo de miseria no fue considerado como un progreso para ninguno de los implicados. A la revolución industrial le siguió la revolución comunista.
    En el caso que nos ocupa nos encontramos ante una segunda revolución industrial, en la que cada vez más trabajos manuales se ven sustituidos por máquinas y algoritmos. Como dice este mismo artículo, se espera que desaparezcan casi todos los trabajos que existen hoy día. Se nos promete que esta revolución traerá nuevos trabajos que todavía no se han inventado y que darán ocupación a todos los que vendrán, pero no se dice nada de las condiciones de ese trabajo, pero vista la tendencia actual no me espero nada bueno.

    • Excelente, juiciosa y fundamentada réplica a una exposición bien argumentada pero que peca del prejuicio apriorístico de la relación entre progreso tecnológico y progreso moral o social o político…

      • Bueno, bien argumentada, pero sin un ápice de evidencia a su favor. Mucha evidencia anecdótica y ninguna visión de conjunto. Sigue los mismos patrones agoreros que otros mejores que él usaron en el pasado y que el mismo artículo que intenta refutar denuncia. El progreso tecnológico no se encarga de como se reparten los beneficios que trae consigo, esto es algo político, y el sistema actual fomenta que la mayor parte de estos los acaparen las rentas más altas… Pero salvo para capas sociales antiguamente privilegiadas que descubren que salen perdiendo en el reparto de los beneficios (antiguos artesanos en la revolución industrial, actuales clases bajas del mundo desarrollado) para el conjunto de la humanidad la esperanza de vida sigue aumentando, al igual que el acceso a la sanidad, seguridad alimentaria y educación (y cultura). En vez de pensar en los afortunados que salen desfavorecidos, o los poderosos que sacan una buena tajada del progreso, echa un ojo a la gran mayoria, ahora o cuando quieras en el pasado, que si te toca una vida al azar, era un mundo horrible comparado con el actual.

        • Valhue

          ¡Joder, serán las muchas evidencias que aportas tú, ni anecdóticas ni de ningún tipo! Las opiniones son como los culos, cada cual tiene la suya, pero lo mío no era un intento de refutación del artículo – con el que estoy de acuerdo – sino un «caveat».
          El progreso tecnológico no se preocupa del reparto de beneficios, eso es cuestión de la política, dices. Muy bien, machote, ¿has llegado a esa conclusión solo o con ayuda? El problema es que es la política la que dirige el progreso tecnológico, puesto que como decía en mi post anterior la ciencia «de verdad» avanza siempre con financiación pública. ¿Por qué España no ha tenido más que dos premios Nobel de ciencias (y uno debería contar más bien como estadounidense)? Pues porque no se invierte una mierda en ciencia. Dime cómo inviertes y te diré qué ciencia y tecnología tendrás. Darla por garantizada sin una adecuada política detrás es creer que el dinero crece en los árboles. ¿De dónde vienen los grandes progresos científicos del siglo XX? Tres cuartas partes de la segunda guerra mundial, y la otra cuarta parte de la guerra fría – internet fue diseñada para tener una red teóricamente resistente a ataques nucleares.
          La esperanza de vida ha subido en la era moderna gracias a los avances médicos… y sobre todo y ante todo, a una red de sanidad pública y un mejor acceso a los alimentos. Mejor acceso que no tiene nada que ver con el aumento de la productividad de los cultivos, sino que depende exclusivamente de intereses políticos, como demostrase Amartya Sen en los años 70 (por si necesitabas fuentes y no «evidencias anecdóticas»). Cuando la URSS entró en quiebra y cayó el comunismo, también cayó la esperanza de vida de los rusos. Casi todas las cosas que garantizan que vivamos con mejor calidad de vida que ninguna generación anterior de la historia se deben a decisiones políticas, no al mero progreso científico – y además, insisto, ese progreso científico está alentado y dirigido por decisiones políticas.
          O sea, todos estamos a favor de la ciencia y el progreso, pero recordemos que «progreso» no equivale a «bienestar». Que la tecnología informática y de telecomunicaciones esté avanzando a toda velocidad puede mejorar el mundo, o empeorarlo. O más probablemente, dejarlo más o menos como está, pero más conectado. Y como el progreso científico depende de la financiación conforme se va siguiendo el programa neoliberal de adelgazar el estado y fiarlo todo a la iniciativa privada se corre el riesgo de que ese progreso científico que damos por hecho se estanque o más bien se desvíe hacia gilipolleces.
          No soy el único que lo piensa, y curiosamente muchos de los que piensan así son los que el autor del artículo menciona en el siguiente post de esta serie; gente como Elon Musk, que admite que fundó Tesla y SpaceX con la intención de «hacer cosas que de verdad importan» tras hacerse rico con Paypal. Porque sí, Paypal es muy cómodo, nos permite comprar cosas por internet y tal y al señor le ha servido para forrarse, pero no pondrá su nombre en la historia al lado de Louis Pasteur o James Maxwell.

          • Vaya, he respondido al comentario equivocado… mi respuesta está un poco más abajo. :S

          • Gerard

            Como dicen los americanos, «suelta un poco de vapor». Estás respondiendo desabridamente a un comentario que ni siquiera te contradice, y del que ahora el autor añade que ni siquiera iba dirigido a tí. el debate iba por buenos derroteros, intelectualmente hablando. dejemos, por una vez, de apelar al contrario con falta de educación y malos modos.

    • Gran comentario Valhue

      • En efecto, en Espeña no se ha inventado internet, ni los antibióticos, ni las vacunas, ni es el origen de la revolución verde, y sin embargo disfrutamos de todos estos avances, como el resto del mundo. ¿O no? A mi también me gustaría que en España se potenciase más la tecnología y la ciencia y menos el sector servicios de bajo valor añadido (turismo de masas en sol y playa) o el ladrillo. Y ya que estamos pidiendo, que la corrupción fuera anecdótica en vez de estrucutral al principal partido de gobierno. ¿Y? ¿Acaso las quejas cambian la realidad? ¿Porqué no usamos un enfoque más científico y miramos las cifras? ¿Se muere más gente de hambre ahora o antes? ¿y la esperanza de vida global? NO… mucho mejor fijarse en los escasos casos en los que las cosas van a peor. Vamos a mirar a los paises en crisis, en guerra, y veamos como se disminuye la esperanza de vida y las muertes violentas en ese periodo… A esto llamo buscar la evidencia anecdótica.

        Que la inversión militar es un fuente de avance en STEM no se niega, al igual que no niego que tenga un origen político, pero al final esas tecnologias pasan a dominio civil, entra en la competencia del mercado, las mejoras incrementales se van acumulando, y hoy tenemos microordeandores en el bolsillo capaces de geolocalizarte. Cada vez más gente tiene acceso a fuentes de conocimiento vetadas gracias a internet, las ideas circulan cada vez más libremente y más rápido y la tecnología se vuelve accesible más rápidamente a gente que antes no podía ni soñar con ello. Que tu provengas de una clase privilegiada que ha perdido derechos no significa que el resto del mundo está igual que tú. Deja de mirarte el ombligo y mira al total de la humanidad de la cual Europa no representa ni al 15%. En general, la visión global da lugar a ser optimista, y el ciclo malo por el que está pasando Europa debido a la predominancia del pensamiento neoliberal en los últimos 40 años no tiene porque prolongarse eternamente en el tiempo. Aún así seguimos estando mejor que en el año 1995 y parece que la caida se ha frenado.

        El progreso nunca deja al mundo «tal y como está», siempre provoca cambios, ciertas zonas o poblaciones vulnerables lo pasan peor durante un tiempo, pero el conjunto mejora. El mayor progreso no proviene de la ciencia sino de las ideas de la ilustración, que han permitido declarar que todos los seres humanos somos iguales y siguen propagandose y ayudando a que el mundo mejore. También han puesto a la razón y la lógica por encima de las creencias. ¿Que surgen nuevas creencias? Pues vale, pero afectan a menos gente, o son menos dañinas, y terminan siendo marginales.

        Siempre ha habido agoreros que han declarado que el progreso iba a traer grandes desgracias, desde la imprenta que trajo las guerras de religión a Europa, hasta la ciencia que dió vida a las armas de destrucción masiva, ha habido ejemplos de «desgracias debidas al progreso» pero claro, si sólo miras el lado malo e ignoras activamente el bueno, no estas reflejando la realidad con tu opinión, sino alimentando tu satisfacción por pensar mal. Pero al final tu mismo te contradices, gente como Elon Musk, Bill Gates, o ahora Zuckerberg no deberían exisitir en tu horrible visión y sin embargo ahí están, queriendo dejar un mundo mejor, y con ellos millones de anónimos por todos los lados contribuyendo con su granito de arena, sea dinero, tiempo o esfuerzo, a intentar repartir la nueva riqueza que en conjunto seguimos creando, pensando que todos los humanos merecen oportunidades y que el mundo va a ser un lugar mejor si lo conseguimos. Y esa nueva riqueza que creamos continuamente, proviene en gran medida de los STEM, que ayuda a que globalmente el coste energético equivalente se siga reduciendo, y nuestra capacidad para crear más energia útil disponible siga creciendo.

        Si antes con 10 que se producián, se repartian entre 4 de la siguente forma 4, 3 ,2 y 1; ahora que producimos 100 a repartir entre 6, aunque sea 40, 25, 10, 7, 5, 3, todos ellos estan mejor que antes, aunque la desigualdad haya crecido brutalmente… pero es que ni siquiera esto es cierto, globalmente la desigualdad ha disminuido, aunque en ciertas zonas haya repuntado en los útlimos años. http://www.theguardian.com/news/datablog/2015/mar/27/income-inequality-rising-falling-worlds-richest-poorest

  4. Madre mía, vaya cacao el párrafo acerca del crecimiento exponencial…

    • OldtimerGent

      …no se crea: conozco algunos «monitores» de Gimnasio que aún se muestran reticentes a desvelar sus nociones acerca del término EXPONENCIAL. Suelen asociarlo al escaparatismo y la decoración (muy buenas personas, por demás).

    • El crecimjento exponencial no es un concepto fácil de entender, desde luego.

      Básicamente consiste en un crecimiento que se va acelerando. Cada vez creces más rápido.

  5. Albert Caraco

    «Una vez que la gente se convenza de que sus hijos serán más infelices que quienes los engendraron, y sus nietos aún más infelices, una vez que se convenza de que no hay más remedio en el universo, de que la ciencia no hará milagros y de que el cielo está tan vacío como su bolsa, de que todos los religiosos son unos impostores y de que todos los gobernantes son estúpidos, de que todas las religiones están superadas y de que todas las políticas son impotentes , se abandonarán a la desesperanza y vegetarán en la incredulidad, pero morirán estériles. Ahora bien, la esterilización parece ser la forma que la salvación toma, y sin la desesperanza y sin la incredulidad los hombres no consentirán nunca en volverse estériles, las mujeres menos todavía, es el optimismo quien nos mata y el optimismo es el pecado por excelencia. La negativa a confiar y la negativa a creer acarrean indefectiblemente la negativa a engendrar, es un nexo que se niega e incluso aquellos que quisieran despoblar el mundo, antes de que sea demasiado tarde, nos harán profesar esta relación de conveniencia. He aquí por qué nadie actúa sobre las causas ni deplora los efectos que estas implican como inevitables consecuencias.»

  6. Daniela

    Estoy muy de acuerdo con el articulo aunque me gustaria añadir unas observaciones venidad de mi experiencia cientifica:
    1) Las STEM no resolveran los problemas existenciales de la humanidad, para eso aun necesitaremos mas que a las humanidades, a la filosofia. Hasta el fundador de airbnb le pidio consejo al filosofo Alain de Botton.

    2) Si se necesitan mas cientificos algo se tendra que hacer para mejorar la carrera cientifica, pues no puede ser que aun siga siendo mas atractivo economicamente estudiar empresariales que ciencias. El sistema cientifico y la carrera en particular tendra que mejorar en incentivos y estabilidad, pues hoy por hoy los postdocs son conocidos como los esclavos del sistema cientifico. Asi quien va querer estudiar ciencias?

    • Desequilibrios hay siempre, igual que mejoras pendientes, pero no cuesta tanto mirar la visión general que es lo que intenta este artículo.

      La visión de STEM sin filosofía me hace gracia, es como los científicos que caen presas de alguna pseudociencia o teoría de la conspiración. Deberían estar mejor preparados pero en el fondo los científicos también son humanos y la educación STEM no hace milagros. Hay experimentos psicológicos muy interesantes sobre este tema.

      Al igual que las mejoras que propones hacia el sistema científico, la realidad es que al final STEM es vocacional, y si eres bueno, te moveras, haras una estancia post-doc becado en alguna universidad mejor que las que tenemos aquí, y te quederás lejos del país que se gastó el dinero en educarte pero no te ofreció oportunidades. La culpa es de la mentalidad política actual que se llena la boca con I+D+i mientras malversa y recorta. Pero esto es un problema político, no tecnólogico, y otros paises retomarán lo que nosotors dejamos de cultivar y recibirán esos frutos.

  7. Bienestar Responsable

    Aunque estoy de acuerdo en la trascendencia de la tecnología para progresar y resolver ciertos problemas, encuadrarlo sólo en STEM es un flaco favor. Se necesita el todo y no sólo una de las partes. La Ciencias Sociales y Humanas que se enfocan entre otros temas como la ética, los derechos, las capacidades personales y virtudes son necesarias adjuntarlas al STEM, sino el sistema caminará cojo con todas las posibilidades de caerse. Sería necesario más bien una educación en el Bienvivir que incluya todo ello. https://www.academia.edu/11481610/_Bienvivir_Buen_vivir_Bienestar_Responsable_Wellbeing_Felicidad_un_paradigma_emergente_en_el_siglo_XXI

    • la S de STEM es ciencia, si las ciencias sociales y humanas aspiran a ser ciencias, estarán dentro de STEM. La psicología está haciendo grandes progresos en cuanto a aplicar el método científico para entender y modelar la realidad de la mente humana. El resto de ciencias sociales espero que también.

      Y la filosofía es la madre del método científico, y la ética indispensable para poder afrontar los nuevos desarrollos tecnólogicos, pues la tecnología es «neutral» pero su uso o lo que facilita no. En el mundo STEM regularmente surgen exigencias de más filosofía para luchar contra la ceguera que produce mirar algo muy de cerca durante mucho tiempo, hasta ahora no hay respuesta institucional, pero algunas universidades hacen su propuestas, y muchos trabajadores del mundo STEM tienen inquietudes intelectuales que la tecnología permite suplir facilmente… ¡Viva internet!

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  9. Las acciones STEM ya hace tiempo que se estan revisando incluyendo al arte (STEAM) y a la Sociedad (STEAMS). Se puede consultar por ejemplo:

    https://t.co/dontMxAK7V

    Queremos introducir en España un concepto ya antiguo o actualizarlo con todo el desarrollo que lleva en paises como EEUU?

  10. Felipe

    El articulo no tiene en cuenta que los sistemas exponenciales son sistemas no lineales en regimen lineal. Un crecicimiento exponencial puede convertirse en una saturacion. Ejemplo, el feedback de un amplificador a traves de un microfono. La ley de Moore esta a sus limites. Un ejemplo de ley exponencial fue la burbuja economica. Mirada en su parte inicial parece un crecimiento exponencial pero no puede ser sostenido. Es un ejemplo claro de que mirar una curva y extrapolarla no demuestra que la ley se vaya a cumplir.

    • Gerard

      Efectivamente. El autor del artículo, como dejo de manifiesto en algún que otro comentario, o no tiene formación técnica o científica o la tiene muy mal asimilada. El artículo no adquiere, en ningún momento, ni en su tronco ni lateralmente, alguna derivación de tipo circular que permita intuir algún tipo de crítica hacia el proceso que describe o las consecuencias que puede traer bajo un punto de vista social e histórico.
      Se limita a enunciar que cada vez somos más (¿a qué nos vamos a dedicar?) que cada vez vivimos más (¿en qué condiciones y cómo se va a afrontar la vejez?) y que las teóricas variables del desarrollo básico (sanidad básica, educación básica) progresan, lo cual crea muchas expectativas vitales pero cada vez más difíciles de cumplir (la calidad de vida no se está basando en la existencia plenamente aceptada con sus sacrificios y renuncias, sino en criterios de consumo, en «ways of life»).

      La variable fundamental que todo técnico o científico maneja a la hora de describir el control sobre un proceso es el tiempo en que se produce. La masa crítica de los componente necesario para desencadenar un proceso deseado variará en función de cómo se desee éste último. El campo en el cual queremos confinarlo para aprovechar sus efectos de la manera más eficaz posible se verá muy comprometido si la velocidad es tal que no podemos asimilar la energía creada. Y toda energía creada no encauzada, es destructiva.

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  16. markvr

    He leido el artículo y comento esto solo como apreciación personal. Ojalá tengan razón y en el 2030 este sea un mejor lugar para vivir. Pero lo dudo. Lo unico que se va a crear es una brecha tecnológica. Los que tienen la tecnología y los que no. O sea: los pobres y los ricos. Los que sudan y trabajan 18 horas por día y los que no. Los que tienen acceso a los medicamentos caros, alimentos, transporte, energía y los que no. Me parece muy ingenuo el pensar en que la tecnología será repartida a todos por igual. Y me parece aún mas ingenuo el hecho de pensar que los gobiernos mas poderosos [ya] no tengan una agenda secreta para el [‘mal’] uso de ciertas tecnologias, que por supuesto no serán de acceso libre o bien serán vetadas al publico.

    • Esa brecha ya existía antes, y cada vez se reduce más. La tecnología no se reparte a todos por igual, los más ricos siempre tendrán acceso a la mejor tecnología, pero el progreso de los últimos años ha ido principalmente en la dirección de democratizar la tecnología, antes apenas un 1% de la humanidad tenia acceso al 90% de la tecnología y ciencia reciente, hoy casi la mitad de la humanidad tiene Internet y más aún un móvil. Y ambas tecnologías son muy recientes.

      • Gerard

        No puedo soportar el tonillo absolutamente acrítico y triunfalista de pega que usa usted para responder a todas las reservas que otros lectores están formulando, con indudable acierto, contra este artículo, que a su vez está redactado y estructurado de una manera totalmente lineal, y por ello, totalmente acrítica. No para de decir que toda la alarma que con razón suscita este presunto progreso científico (en realidad en su inmensa mayoría sólo técnico) no tiene razón de ser, ya que todo esto pasó anteriormente y aquí estamos, tan tranquilos. Aunque fuese verdad que todo esto sucedió anteriormente de una manera o de otra, decir que hemos vivido «tan tranquilos» desde la primera Revolución Industrial es o ser un desconocedor de la historia o un simple conceptual. Eso es porque el autor ha llegado hasta aquí, fruto de la supervivencia de sus ancestros. Pero la revolución industrial y técnica ha traído una absoluta pérdida de los objetivos éticos de la producción económica, con las repercusiones de dos guerras mundiales, la espantosa experiencia estalinista o las masacres del colonialismo imperialista. Por no mencionar la destrucción del medio natural y la aglomeración del ser humano en núcleos urbanos totalmente ajenos a cualquier asignación de trabajo no alienante (o trabajo alguno en absoluto).
        No menciona la segmentación creciente de las sociedades, la consideración de obsolescencia del ser humano cada vez a más prontas edades. La incapacidad vital del ser humano por asimilar estas nuevas cualificaciones (también aceleradas) en tiempo récord.
        Se limita a describir, con una huera prosa de enunciados gigantescos, como en la distopía Orwelliana hacen las telepantallas, la brutal destrucción de todo lo conocido, pero no en el plazo de dos generaciones, para que por lo menos los abuelos puedan disfrutar de alguna estabilidad hasta retirarse, sino de aquí a dos olimpiadas, para que así seamos desechados como basura a edades más tempranas, si no somos capaces de pagarnos la cualificación exhaustiva que se requiere. ¿Y le parece cojonudo!

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  18. reEVOLUCIONARIO86

    Creo que ese escrito es más bien el resultado de un aficionado, puede que el mundo mejore «el doble» pero actualmente no estamos mejor que en este ejemplo… imaginaros que hay un orfanato, este es la tierra y en este hay cien niños (estos son los problemas de la tierra) y para vivir (ser solucionados) necesitan al mes un pan por niño… el orfanato recibe un pan al mes, luego llega alguien luego de cinco años de crisis y les da dos panes al mes…. mueren 98…. PERO CRECIÓ EL DOBLE! dicen algunos que generalmente tienen el pensamiento de «todo es un proceso…» pero no se dan cuenta de que el mundo necesita soluciones AHORA, no con crecimiento exponencial en cien años o en 2 meses.
    En mi ciudad natal, Bogotá (capital de Colombia) últimamente ha aumentado de forma radical el calor y la radiación solar. Un día había un día lleno de nubes, parecía que fuese a llover, pero el calor era insoportable, ademas mirabas para arriba y casi se te quemaban los ojos(tengan en cuenta que estaba nublado y que claramente exagero un poco pero es para ponerlos en contexto).
    Si hay colombianos aquí que vivan en Bogotá hagan el siguiente experimento, párense encima de cualquier puente peatonal y miren a algún lugar que no sean edificios cercanos ni nada cercano, luego de tener a la vista el sitio miren arriba y bajen lentamente la cabeza hacía este… verán como el azul llega hasta un punto y se vuelve gris de la contaminación tan asquerosa, y ni hablar de china, por ejemplo.

    Algo que no me explico es el porqué la gente asocia los conceptos de bien y mal, bueno o malo (dato curioso para algunos cerrados, ni el bien ni el mal existen) con vivir y morir, bueno es vivir y malo es morir… Si algo he aprendido en la vida son dos cosas, la primera, no hay evolución sin sacrificio, la segunda, siempre hay un equilibrio entre lo que se gana con lo que se pierde, entonces, es aquí cuando digo que el autor tiene toda la razón al decir que hoy en día se vive más, pero asimismo se adoctrina más, las personas hoy en día son robots que hacen robots, es curioso porque pasamos de ser a través de la historia salvajes controladores a pacíficos adoctrinadores… ¿cuál es la diferencia? ahora los gobiernos, empresarios y los medios de «comunicación» exprimen de una forma más eficiente (para ellos claramente) la vida de los hombres.

    Ahora bien, tal vez se preguntarán ¿que tiene que ver esto con el STEM? pues les digo que todo… ya que el mundo no mejorará ni avanzará si la tecnología sigue creciendo y la educación empeorando (así crezca) ya que esto producirá un efecto de programador – programados cada vez mayor. En la actualidad se usa la tecnología en gran parte para el entretenimiento y la gente cada vez se despreocupa más de su entorno (gracias al entretenimiento), ya que su cerebro empieza a luchar (cuando digo luchar me refiero a hacer lo que les han implantado cada día que hagan «trabajar» » «TENER QUE» ganar dinero» «sufrir por ser empleados, o no…») para gastar menos energía (evidentemente a mayor tecnología usada por una persona, menos energía gastada) porque su subconsciente quiere vivir más.

    No soy ningún tecnófobo pero afirmo que sin educación de calidad y pública alrededor del mundo la tecnología solo traerá más doctrinas, y con ellas más incapaces, y con estos menos soluciones, y sin estas la destrucción…ya que siempre el conocimiento se aprovecha de la ignorancia en nuestra sociedad, en vez de ayudarla a salir de ahí (con eso hice referencia también al mal uso de la tecnología actualmente). Nos quieren ignorante y serviciales… lo lograran si no aterrizamos porque tarde que temprano las grandes compañías monopolizarán todo, solo es pensarlo un poco, el autor mismo lo menciona, cada vez los trabajos son más cercanos con la tecnología, pero no son tantas las empresas que la producen… ellos controlarán el mundo, si es que no lo acaban antes.

    Mejora la tecnología pero empeora la sociedad (obviamente cuando digo que empeora no me refiero a que la gente muere más sino a que el control mental es cada vez mayor y más fuerte)… es tal como el soldado que está a merced del gobierno y no del pueblo en una guerra, osea, sin un fin coherente…

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