Música

La historia de Aerosmith en 50 canciones (I)

Aerosmith actuando en el programa "The Midnight Special" durante 1974. (imagen: NBC)
Aerosmith actuando en el programa The Midnight Special durante 1974. (imagen: NBC)

Para acompañar la lectura del artículo, nuestra lista en Spotify:

Aerosmith son un ente extraño. Uno tiene que amarlos, aunque a veces resulten odiosos. En directo se mantienen en forma y todavía pueden defender sus temas antiguos, más rockeros, con una eficacia que los hace parecer más jóvenes de lo que son. No hay tanta diferencia de edad entre ellos y los Rolling Stones, pero Aerosmith conservan mucho mejor su energía sobre los escenarios. Eso sí, tampoco descuidan a un amplio sector de público que empezó a seguirlos cuando les dio por promocionar una música más edulcorada, con aquella batería de baladas que alienaban a los fans más veteranos, pero que les permitieron volver a reinar en las listas de éxitos.

Hoy es uno de los grupos más exitosos del mundo, pero, hace ya muchos años, su carrera estuvo muy cerca de irse por el sumidero. Es el paradigma de banda que ha tenido más de una vida. Veamos: a finales de los setenta gozaron de un enorme éxito en Estados Unidos  (aunque en Europa no se les hacía mucho caso) y ese éxito les condujo a caer en una espiral de descontrol personal que desembocó en el abandono de algunos de sus miembros y un rápido declive de su popularidad. Cuando parecían condenados a languidecer y convertirse en una reliquia del pasado, al igual que tantas otras bandas de su generación que habían sido grandes pero que los nuevos jóvenes preferían ignorar, Aerosmith se reformaron, pelearon por volver a hacerse un hueco y finalmente, cuando el rock se puso de moda una vez más, terminaron convirtiéndose en lo que ahora son, uno de los grupos más populares no ya de su país sino de todo el planeta.

Desde entonces han basado su éxito comercial en la promoción de canciones melódicas que, en algunos casos han estado bien y en otros casos han sido atroces. Pero, por otra parte, nunca han perdido del todo su esencia. Como decía, en directo siguen teniendo poder. Pero son muy conscientes de que tienen dos tipos de público a los que cuidar. De hecho, pueden llegar a variar considerablemente el repertorio de sus conciertos dependiendo de en qué festival actúen, incluso del continente concreto donde estén, porque en su país suelen hacer más hincapié en canciones antiguas, más rockeras, mientras que en Europa abundan más los temas nuevos y melódicos. Aunque la verdad es que mantienen ese balance con habilidad, sospecho que mucha gente, sobre todo quienes no les hayan seguido de cerca y los tengan por unos productores de baladas en serie, se ha perdido algunas de las joyas de su pasado. En cualquier caso, fueron una banda extraordinariamente influyente y lucen con justicia el marchamo de leyendas. Creo que iba siendo hora de repasar su discografía para que cada cuál decida qué faceta de Aerosmith le gusta más.

Aerosmith (1973)
1Aerosmith

El grupo se formó en Boston en 1970, aunque solamente uno de sus integrantes era nativo de Massachusetts. Empezaron practicando un hard rock muy de la época, basado en potentes riffs de guitarras. En Boston rápidamente se hicieron un nombre gracias a sus enérgicos directos, y firmaron un contrato discográfico para publicar un debut en el que había depositadas muchas esperanzas. Su primer disco fue sólido y ya dejaba entrever las características básicas de su estilo: rock contundente, con mucha preponderancia de las guitarras, obsesión por la contundencia rítmica pero también por las vivaces melodías vocales (no en vano el vocalista Steven Tyler ejercía el liderazgo por entonces y casi todas las canciones del disco fueron compuestas por él), siempre muy apegados al blues rock y algún matiz pop, pero poco dados a la experimentación. El disco era bueno, pero todavía había muchos detalles por madurar. La voz de Tyler suena insegura, a medio cocer, lejos del nivel que conseguiría poco después. Tampoco los arreglos de guitarra de Joe Perry y Brad Whitford suenan particularmente originales con respecto a otras bandas del momento; son poderosos, pero ya entonces sonaban a refrito. Eso sí, la base rítmica del bajista Tom Hamilton y el batería Joey Kramer se muestra perfectamente preparada para sostener la posterior evolución. Por otro lado, la producción de Adrian Barber, quizá demasiado convencional, no termina de permitir que la banda explote. En resumen, un buen disco, pero que no llega a destacar de entre otros muchos discos de grupos de su tiempo. De hecho, apenas tuvo repercusión tras su publicación y Aerosmith tendrían que esperar su asalto al gran éxito.

«Dream On»: Esta balada, hoy el tema más popular del disco, fue lanzada en versión abreviada como single pero apenas llamó la atención del público. Lo cual resulta curioso, porque tres años después volvería a ser promocionada en su duración completa y entonces sí iba a tener bastante éxito, llegando al vigésimo puesto de las listas estadounidenses (en siguientes reimpresiones de este álbum se incluiría la frase «featuring Dream On»). Es más, con los años se ha convertido en una de las canciones más recordadas de la etapa temprana de la banda. Nada extraño, porque resulta innegable el gancho de esta power ballad en la que percibimos cierta influencia de los Beatles —que eran uno de sus grandes referentes, aunque la prensa se empeñaría en compararlos más con los Stones— y podemos considerar la primera de sus canciones clásicas, aunque esté en mitad de un disco que, en su conjunto, poca gente recuerda.

«Mama Kin»: La otra gran canción del álbum. Desgraciadamente, la producción un tanto añeja y sobre todo la timidez vocal de Steven Tyler hacen que no suene particularmente poderosa. De hecho, la interpretación que los propios Aerosmith hacían de este tema en sus directos durante los setenta sonaba mucho más potente. Pero bueno, se ha convertido en otro clásico inmortal del grupo (ayudó bastante el que Guns N’ Roses acostumbrasen a tocarla en sus primeras giras) y aunque no sea tan conocida por el público general como «Dream On», todavía es uno de los puntales de su repertorio, especialmente para el público más rockero.

«Make It»: Una canción que casi, casi suena a los Aerosmith más clásicos, y que de hecho podía haber encajado en muchos de sus discos posteriores en cuanto a composición… pero donde en cuanto a sonido todavía se los nota inexpertos, como enjaulados y sin dar rienda suelta a todo su potencial. En general, todo el disco peca de lo mismo, al menos cuando lo comparamos con sus obras de poco después. Lo que tocaban tenía calidad, sin duda, pero en aquella época había otros grupos haciendo una música de similares raíces con bastante mejor sonido. Es decir, basta comparar este disco con otro debut publicado el mismo año, el de Lynyrd Skynyrd. O con lo que estaban haciendo Beck, Bogert & Appice o Led Zeppelin. En fin, habiendo semejante competencia, se entiende que aquellos Aerosmith todavía tuviesen camino que recorrer para hacerse notar.

Get Your Wings (1974)
2GetYourWings

El segundo disco todavía no marca su cénit, pero es un paso adelante. Aerosmith están progresando muy rápidamente y muestran una sensible mejora. Dos factores contribuyen a ello. Por un lado, Steven Tyler empieza a creer en sí mismo como cantante y se atreve con un estilo más afilado y desenvuelto, lo cual hace mucho bien al impacto de la banda. El otro factor es la llegada como productor de Jack Douglas, que moderniza el sonido. Por lo demás, el estilo sigue siendo exactamente el mismo, pero Aerosmith van potenciando su faceta más bailable sin necesidad de renunciar a la potencia. En fin, Get Your Wings era un escalón más aunque todavía le faltaba un ingrediente, esa chispa mágica que distinguiese las canciones de Aerosmith de las canciones de la competencia. Salvo dos o tres temas, el resto de composiciones suenan bien, pero no son memorables. Este segundo disco tampoco tuvo mucho éxito, pero hemos de considerarlo un prometedor prólogo para lo que estaba a punto de venir.

«Same Old Song and Dance»: De todo el álbum quizá sea esta la canción que podemos considerar con más peso, la que mejor ha aguantado el paso de los años. Aquí ya escuchamos a un Steven Tyler muy reconocible, también el tratamiento que Perry y Whitford dan a la guitarras es más personal, y la base rítmica sigue funcionando con la fuerza de costumbre. Todo eso, junto a la producción de Douglas, nos pone sobre aviso de que la banda parece estar encontrando por fin su camino. Un muy buen tema, que cuando fue lanzado como single no tuvo demasiado impacto, pero cuyo sonido iba a convertirse en la base de infinidad de canciones futuras de la banda.

«Train Kept a Rollin’»: Creo que otro episodio destacable de Get Your Wings es esta versión de una canción de 1951, aunque no es una relectura directa del original, sino de la fantástica versión que hicieron los Yardbirds en su momento con la inestimable aportación guitarrera de Jeff Beck. Personalmente considero más meritoria la cover de Yardbirds, pero no importa. En esta versión Aerosmith demostraron que empezaban a sonar muy bien, desde luego mucho mejor que en el primer disco.

Toys in the Attic (1975)
Aerosmith_-_Toys_in_the_Attic

El álbum que lo cambió todo. El tercer LP de la banda es su primera obra maestra. Aunque los dos trabajos anteriores hubiesen sido más que correctos, quedaron repentinamente empequeñecidos en comparación con esta maravilla. De repente, todo encaja. Jack Douglas había ayudado a que encontrasen por fin su sonido, sí, pero Joe Perry y Brad Whitford finalmente han desarrollado un lenguaje propio para sus arreglos de guitarra y Steven Tyler se puso a cantar con toda la expresividad de la que era capaz. Pero sobre todo, el factor decisivo es que la inspiración compositora llega como un torrente y prácticamente cada canción vale por sí sola el precio del disco, algo que sucede en muy, muy pocos álbumes. Antes las canciones de Aerosmith habían sido correctas, con alguna destacable, y otras que se escuchaban con agrado pero se olvidaban rápidamente. Por contra, en este disco todas las canciones son descollantes. Aunque curiosamente casi ningún single del álbum subió demasiado en las listas, el LP como conjunto sí fue exitoso y ayudó a que Aerosmith se convirtiesen en estrellas en su país, realizando su primera gran gira nacional con la categoría de banda de primera fila (en Europa no pegaban mucho). En definitiva, un diez desde todos los puntos de vista y el momento en que, con toda justicia, Aerosmith empezaron a encaramarse a lo más alto.

«Toys in the Attic»: La canción que abría el álbum era una auténtica bomba que, ya desde el primer segundo dejaba claro que habían dado el definitivo salto de calidad, que se habían convertido en una locomotora dispuesta a barrer con todo lo que se les pusiera delante. Aún recuerdo la impresión que me produjo escuchar esta canción (que nunca antes había oído) cuando compré el disco y lo hice sonar. Un riff demoledor, una estrofa afilada como un cuchillo y un estribillo de esos para berrear en estadios, que de hecho es uno de los puntos fuertes de sus directos incluso en la actualidad. Y sí, oyen bien, el riff principal inspiró, aunque no sé si conscientemente, la famosa intro de «Bienvenidos» de Miguel Ríos. Un himno rockero por excelencia.

«Walk This Way»: Puede sorprender que esta canción no tuviese mucha repercusión cuando fue lanzada como single en aquella época, dado que hoy es de las más famosas del grupo. De hecho, aunque no triunfó en la campaña promocional inicial, tuvo una segunda carrera comercial un año después, y una tercera cuando salió una versión rapeada durante los ochenta y ¡una cuarta! cuando Aerosmith retornaron definitivamente a lo más alto durante los noventa. Pero bueno, pese a su irresistible gancho —creo que de aquellos tiempos es su canción más pegadiza y bailable—, «Walk This Way» no fue un éxito hasta pasado cierto tiempo y se fue revalorizando cada vez más con los años. En fin, es una de las grandes joyas de su carrera y una canción muy particular que se adelantó a su tiempo y cuyo sonido casi cualquier persona asociará inmediatamente con Aerosmith. Maravillosa.

«Sweet Emotion»: Esta fue canción del álbum que más alto llegó en las listas en el momento de su lanzamiento, aunque tampoco es que fuese un triunfo descollante como single. Se trata de una curiosa mezcla entre su típico hard rock aplastante con toques atmosféricos, incluyendo una introducción instantáneamente reconocible gracias al bajo de Hamilton y el talk box de Joe Perry. En fin, otro clásico imperecedero. Todo en ella funciona; las guitarras, las voces, los arreglos grabados al revés, los toquecitos de triángulo o esa breve pero demoledora parte final. Incontestable. Por cierto, esta canción también tendría una nueva carrera comercial en los noventa, cuando se presentó a los nuevos fans del grupo con un videoclip grabado ad hoc bastantes años después de haber sido publicada, algo que en su día fue extraño de contemplar.

«Adam’s Apple»: Una joya que supongo poca gente tiene presente, pero que, como las demás del disco, demuestra que Aerosmith estaban en estado de gracia. El dúo de guitarras Perry-Whitford funciona de maravilla (el solo incluso incluye algunas frases a dos voces en plan Thin Lizzy) así como los discretos pero decisivos arreglos de vientos característicos de las producciones de Douglas. Vocalmente es una canción difícil que Steven Tyler se lleva a su terreno con valentía, en vez de esconderse como hacía en el primer álbum. Aquí escuchamos a un Tyler particularmente expresivo, algo que el grupo  necesitaba como agua de mayo para destacar, y es un placer escuchar cómo llega a desgañitarse en algún momento (¡¡Ese grito en falsete!! ¡Ese es el Steven que queremos oír!), precisamente la clase de atrevimiento que se echaba de menos en los dos primeros discos). El riff principal es infeccioso, la estrofa más infecciosa todavía y el estribillo alcanza la categoría de virus incurable. Un tema que va de menos a más, y eso no es todo, ¡mejora cada vez que uno lo escucha! Una absoluta delicia.

«Big Ten Inch Record»: Otro de los grandes momentos del disco es esta versión de un maravilloso tema grabado originalmente por Bull Moose Jackson en 1952, al que Aerosmith no solamente hacen justicia, sino que consiguen enriquecerlo y hacerlo propio, convirtiéndolo en una gema de su discografía. Consiguen un difícil balance entre el respeto por el original y la adición de toques típicos de su propio estilo. Joe Perry está en un punto dulce, Steven Tyler se desenvuelve sin problemas, la producción de Douglas es impecable y los arreglos añadidos llegan a mejorar lo que ya había. En fin, un ejemplo paradigmático de cómo debe hacerse una versión.

Rocks (1976)
Aerosmith_-_Rocks

Segunda obra maestra consecutiva. Algunos llegan a considerarlo el mejor disco de su discografía. Y bueno, como en Toys in the Attic, no bajan el nivel ni por un segundo. El estado de gracia se prolonga y todas las canciones están repletas de momentos mágicos. Eso sí, nadie debería esperar una continuación de Toys in the Attic,  porque el tono festivo y bailable queda atrás. En Rocks los riffs son más enrevesados y las armonías más complejas, pero sobre todo lo que lo distingue es que suena más agresivo, incluso por momentos más oscuro. Es posible que quienes únicamente disfruten con los Aerosmith más festivos de años posteriores tengan algunos problemas para asimilar este disco (lo he visto en algunas personas), pero deben saber que Rocks es una absoluta maravilla y que todo esfuerzo por acostumbrarse a su sonido será recompensado. Porque hablamos, simple y llanamente, de un grupo grabando en su momento de máximo esplendor. Aunque Toys in the Attic tenía un sonido bastante más accesible, Rocks fue el mayor éxito del grupo hasta la fecha, llegando al número 3 en los Estados Unidos y convirtiendo a Aerosmith en la banda más grande de América. ¿Puntuación? Otro rotundo diez.

«Back in the Saddle»: Primer tema del álbum y perfecta muestra del sonido más duro y afilado que caracterizaba este Rocks. Aunque ahora están en otro registro, las líneas vocales de Steven Tyler siguen siendo muy melódicas (pese a que empieza la canción a base de chillidos) y se deslizan sobre una base instrumental engrasada como una maquinaria pesada, pero ajustada al milímetro como un reloj. El final de la canción es un giro inesperado de tintes casi psicodélicos y reminiscencias de Led Zeppelin, en donde Joe Perry nos deja varios de sus más brillantes pasajes a la guitarra.

«Last Child»: Este fue el single más popular del disco y no resulta nada extraño, porque es con mucho el más pegadizo (como verán, en aquellos momentos de su carrera «pegadizo» no equivalía a «acaramelado»), y desde luego es el tema que mejor hubiese encajado en el más festivo Toys in the Attic. Esta sopa de sonidos —rock duro, arreglos funk y algunos matices casi orientales— les queda perfectamente natural, poniendo de manifiesto que eran un grupo mucho más versátil de lo que habían demostrado en sus dos primeros álbumes. Una absoluta y adictiva delicia. Siempre acabo escuchándola otra vez después de que termine.

«Combination»: Para mí, uno de los momentos álgidos del nuevo sonido más agresivo, y de hecho una de mis canciones favoritas de toda su discografía, aunque sé que para quienes esperen algo en plan «Amazing» puede resultar un tema impenetrable (he hecho el experimento varias veces y parece que quienes descubrieron a Aerosmith gracias a sus baladas suelen tener serios problemas para apreciar algo como «Combination»). Pero bueno, yo por lo menos recuerdo haber pasado temporadas obsesionado con este tema. Desde el puñetazo inicial hasta las estrofas que van a cuchillo, el alucinógeno estribillo… en fin, una auténtica barbaridad de tema. La propia banda aprecia bastante esta muy particular canción y de hecho continúan tocándola en directo, y es un momento para que Perry tome la voz principal (en el disco está cantada a dúo por Tyler y Perry, aunque sea Steven quien sobresale más porque graba varias voces).

«Rats in the Cellar»: De los juguetes en el ático hemos pasado a las ratas en la bodega, metáfora que describe bien la transición entre el sonido alegre del anterior disco y el más retorcido de este. Como casi todo el álbum, «Rats in the Cellar» es más callejera, menos complaciente y menos asequible que los temas de Toys in the Attic. Resulta fácil percibir la enorme influencia que Aerosmith iban a tener en grupos como Guns N’ Roses, probablemente sus más destacados discípulos. Y qué decir de la parte final… la locomotora otra vez en marcha.

«Sick as a Dog»: Una canción que anticipa una fórmula que Aerosmith iban a usar con frecuencia en el futuro, con el equilibrio entre armonías vocales y una base guitarrera muy rockera, aunque se permite momentos de cierto relax. En fin, perfecta, como todo el resto del disco.

El efecto de Rocks sobre la carrera de Aeorsmith fue tan beneficioso en lo comercial como demoledor en lo personal. Por un lado, el disco mostraba al grupo en su mejor momento y les ayudó a encaramarse a lo más alto del negocio, conquistando al público estadounidense. Gracias a Toys in The Attic y Rocks, se habían ganado el prestigio de ser un grupo que grababa álbumes sólidos como una roca, en los que no había ni un minuto de relleno. Pero tardaron bien poco en subirse también al carrusel de divertimentos asociado al éxito y esto pronto empezó a hacerse notar en sus directos. Tyler y Perry iban a ganarse el apelativo de Toxic Twins, «gemelos tóxicos», porque aparecían en el escenario con evidentes síntomas de andar drogados hasta el tuétano. Sus conciertos, pues, empezaron a resentirse, aunque de manera progresiva. Steven Tyler iba a caer en una espiral de decadencia personal tremebunda que iba a prolongarse durante varios años; después admitiría que en muchas de sus actuaciones apenas pensaba en lo que estaba cantando, sino en las drogas que se iba a meter después, a unir a las que se había metido justo ante,. Hay épocas concretas de las que apenas recuerda nada. Como es fácil suponer, semejante estado de cosas empezó a arruinar el ambiente interno de la banda. Sin embargo, el bajón musical —al menos en estudio— no iba a ser tan considerable como se dice a veces.

Draw the Line (1977)
DrawTheLIne

Con el quinto álbum se abre una nueva etapa, y puede decirse que la grabación de obras maestras ha quedado atrás. Eso sí, si alguna vez escuchan o leen que en este disco empezaron a notarse los excesos en su estilo de vida, sepan que es una afirmación injusta. Aquí la banda sigue sonando muy bien en estudio. Es verdad que Draw the Line resulta inferior a sus dos predecesores y que no captura tanto al oyente. Pero su escucha puede sorprender a quien espere encontrar signos claros de decadencia. Este es un buen disco, punto. El sonido sigue la onda de Rocks, y aun sin ser tan apotéosicamente inspirado, incluso las canciones que demos en considerar menos memorables contienen buenos momentos. Ya no hay tantos temas con potencial para convertirse en clásicos, pero hay que ser justos. Que un grupo grabe una obra maestra es algo raro. Dos seguidas ya es pedir mucho. Y tres consecutivas es algo muy, muy difícil de conseguir. Pero bueno, ni falta que hace. Este disco quizá no merece un sobresaliente, pero sí una buena nota. Fue un éxito en Norteamérica y como de costumbre tuvo poco impacto en Europa. También se repitió el curioso fenómeno de que el álbum en conjunto fuera mucho más exitoso que los singles lanzados para presentarlo, pero ya digo, los LP de Aerosmith eran considerados obras sólidas entre un público que no buscaba simplemente la canción de moda. Eran otros tiempos.

«Draw the Line»: De lo mejor del disco y de hecho una canción que hubiese encajado a la perfección en Rocks. El estilo es casi idéntico al del disco anterior y todo suena tan Aerosmith que hasta el oyente más profano los reconocería sin saber quiénes son. Una canción que todavía tiene sitio en su repertorio. Mi momento favorito es esa última estrofa, casi al final de la canción, en que escuchamos a un Steven Tyler más histérico que nunca, berreando como si le fuese la vida en ello… ¡tremendo! Si tenemos en cuenta que este disco es contemporáneo del punk, puedo decirles que les costará encontrar una banda punk de la época cuyo cantante se desgañitase con semejante furor. No es broma, hace que los punkis parezcan monjitas de la caridad en comparación. Ah, aquel Steven Tyler fuera de control.

«Kings and Queens»: El otro gran tema del álbum es esta power ballad que, en realidad, tiene más de power que de ballad, en donde nos sorprenden con una estructura más progresiva de lo acostumbrado, repleta de cambios inesperados. La producción de los arreglos brilla de manera particular, con algunos momentos de una impresionante efectividad. Una vez más, esta canción es una muestra de la enorme influencia que Aerosmith tuvieron sobre los Guns N’ Roses no solamente de Appetite for Destruction sino de su doble disco posterior. Imaginen esto sonando en medio de los Use Your Illusion y podrán percibir que, por momentos, apenas se notaría la diferencia entre ambos grupos.

«I Wanna Know Why»: Para mi gusto, otro de los buenos momentos del álbum, un rock & roll directo y contagioso que también sobresale de la tónica general, aunque no llegó a ser editado como single (en su lugar eligieron «Get It Up», que estaba más en la onda del primer álbum, más zeppeliniana). El sonido se parece al de Rocks, pero las melodías y el tono son más festivas, muy en la onda de Toys in the Attic. Es pues como una combinación del sonido de sus dos anteriores discos, con ese sutil toque beatleiano que Aerosmith tienen tan a menudo (puedo imaginar esto cantado por John Lennon perfectamente). Y claro, funciona de maravilla.

«Bright Light Fight»: La incluyo como curiosidad, ya fue el primer tema cantado en solitario por Joe Perry. El tema es como un guiño al punk que acababa de nacer, estilo que gustaba a Perry (aunque el guitarrista era el único realmente interesado, ya que los demás, incluso Tyler, se mostraban bastante desdeñosos). Curiosamente también recuerda a lo que hacía Iggy Pop por entonces. Cosa rara en Aerosmith, la canción se basa más en power chords al estilo Ramones que en fraseos concretos de guitarra o bajo. Perry no es un gran cantante y se nota cada vez que Steven Tyler le hace las segundas voces y, desde ese segundo plano, se lo merienda sin problemas. Pero bueno, un corte enérgico y divertido, y poco más.

Live! Bootleg (1978)
bootleg

Como decía en otros artículos similares, solamente incluyo un disco en directo si tuvo una importancia particular en la discografía de la banda, y este es el caso de Live! Bootleg. Según diría después Joe Perry, era el intento de conseguir algo similar a lo que The Who habían hecho con aquel impresionante Live at Leeds de 1970 (el cual todavía es estudiado como modelo de lo que debe ser un disco en directo sin retoques posteriores en el estudio). Y, al igual que aquel disco, la portada de Live! Bootleg Imitaba el estilo de los discos piratas de entonces —impresión borrosa, de poca calidad, manchas incluidas— y la propia palabra bootleg daba a entender que era un disco pirata. Lo que tenemos aquí es un directo casi sin retoques. Digo «casi» porque haberlos, haylos, aunque son poca cosa: un par de canciones fueron aceleradas en estudio («Toys in the Attic», por ejemplo), y también hay algo de refuerzo de voz en «Walk This Way», por citar un par de detalles. Pero estos retoques se pueden considerar insignificantes y de hecho es un disco meritorio, porque ya entonces la norma general era tapar las imperfecciones típicas de un concierto mediante overdubs o añadidos posteriores realizados en el estudio. Hoy ya siempre es así, y se hace hasta en filmaciones de vídeo editadas por canales oficiales.

Así que, salvo esos retoques que de verdad podemos considerar irrelevantes, aquí tenemos a Aerosmith sonando tal y como eran sobre un escenario en aquellos tiempos. ¿El resultado? Pues muy potente, aunque por momentos irregular. Esto es una grabación en bruto y Aerosmith no hicieron gran cosa por corregirla, así que contiene errores, desafinaciones y demás. No es ninguna novedad que el directo de Aerosmith tiene un componente caótico. Lo suyo siempre ha sido la potencia más que la pulcritud y además en aquellos tiempos iban de drogas hasta las cejas. Así pues, este disco puede dividir opiniones. A mí me gusta mucho, creo que tiene mucha fuerza y valoro el hecho de que no intentasen maquillar los errores. Eso sí, no llegaba al nivel del Live at Leeds que mencionaba Perry, pero comparar el directo de casi cualquier banda de rock con el de los Who de los setenta es injusto. Es un directo francamente bueno y más teniendo en cuenta el estado personal de los miembros de Aerosmith durante aquellos tiempos. Poco pulido, pero con garra. En su día fue bastante popular y vendió muy bien, continuando con la racha de éxitos del grupo.

«Back in the Saddle»: Al igual que Rocks, el directo Live! Bootleg se abre con «Back in the Saddle», y la verdad es que el corte resume bien el sonido que predomina en este disco. El grupo suena imperfecto, pero aplastante, y lo todo lo que les falta en refinamiento lo compensan con su indudable pegada. Joe Perry, por cierto, se luce al final de la canción y está bastante más inspirado que en otros momentos del álbum, donde se le escucha desvariar más.

«Mama Kin»: Si recuerdan lo que les decía hablando de su primer disco, esta era una canción que en estudio les había quedado a medias, como empequeñecida. Pues bien, aquí, interpretada en vivo, es mucho más potente y más parecida a lo que creo debería haber sido en el disco de debut. En directo se aprecia mucho mejor su categoría de clásico, cosa en la que se ha convertido con el paso de los años. Y eso que en algún momento percibimos alguna inseguridad durante la interpretación. Pero bueno, ya se sabe, las sustancias. Un verdadero placer oírla en directo.

«Mother Popcorn»: Cualquiera que conozca los discos setenteros de Aerosmith sabe de lo mucho que les gustaba el funk, aunque no siempre resultase una influencia evidente, como sucedía con la influencia de los Beatles, a los que también adoraban. Aquí tocan uno de los temas más famosos de James Brown (de quien Steven Tyler dice al terminar «ya sabemos quién es el rey») y el resultado es curioso, porque no resulta fácil escucharlos en un registro tan alejado de su hard rock habitual. Es obvio que Aerosmith no lleva el groove con la efectividad de cualquiera de las encarnaciones de la banda de James Brown (eso… ¡hubiese sido sencillamente imposible!) y palidecen en comparación. También es lógico que en el funk sean menos efectivos que en el rock. Pero aun así el esfuerzo es de valorar, porque defienden el tema imprimiendo su personalidad particular. Imperfecto, pero entrañable.

El éxito de Live! Bootleg certificaba la popularidad de Aerosmith y prolongó durante algún tiempo su prestigio como espectáculo en vivo, pero en la realidad sucedían cosas distintas. Los asistentes a sus conciertos, si les pillaban en una mala noche, podían llegar a salir perplejos cuando no decepcionados. El masivo consumo de drogas, la presión del éxito, las dificultades de la convivencia en las giras y los choques de personalidades estaban dinamitando las entrañas del grupo. El descontrol de su estilo de vida empezaba a pasarles facturas incluso en el aspecto monetario. Un buen ejemplo: Joe Perry descubrió que debía decenas de miles de dólares por sus abusos de los servicios de habitaciones de los hoteles, lo cual le hacía plantearse que, además de Aerosmith, necesitaba grabar un disco en solitario para hacer frente al agujero. En cuanto a Steven Tyler, estaba cada vez más fuera de sí; los famosos pañuelos que siempre cuelga en el micrófono y que son parte indispensable de su parafernalia escénica, tenían pequeños bolsillos en los que escondía sus drogas (según él, porque «necesitaba tocarlas y sentir que estaban allí conmigo»). Basta ver filmaciones en vivo de aquella época y cualquier plano cercano de su rostro nos lo muestra completamente colocado. En fin, todo este caos y situaciones surrealistas tan dignas de This is Spinal Tap como las peleas entre las novias de los miembros del grupo (¡verídico! ¡peleas de novias como causa de ruptura musical! Lo veremos en el próximo capítulo) estaban a punto de dar al traste con la formación clásica de Aerosmith, que acababan de alcanzar la cumbre y ya estaban demostrando una singular prisa por despeñarse en un desfiladero con la misma rapidez con la que habían ascendido.

(Continuará)

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19 Comentarios

  1. Fantastico como siempre, Emilio. Yo adoro a los Aerosmith clasicos y, aunque su etapa de resurrección me atrae menos, es indudable que también grabaron buenas canciones, que suenan bastante mejor en directo que en estudio. Aunque como se suele decir sea cuestión de gustos, yo situaria «Get your Wings» a la altura de «Rocks» y «Toys». Me parece un disco fantastico, eso si, quizas sea el mas oscuro de la banda. «Seasons of Weather» y «Lord of the Thighs» me parecen increibles. Grandes Aero.

  2. Seasons of wither es una de las diez mejores canciones de la banda.Y Get your wings un discazo.
    El resto ok.

  3. Espero la segunda entrega.Casi tan grandiosa etapa( hasta Pump) como la primera.

  4. Mis temas predilectos de esta etapa siempre han sido Woman of the World y Lord of the Thighs de Get your Wings, Big Ten Inch Record (una pasada), y Home Tonight de Rocks (una pasada aún mayor).

  5. Me ha parecido muy entretenido el artículo y espero pacientemente su(s) continuación(es). Además, como bien apuntas al final de éste, la historia de la banda es digna de película (serie de televisión, en estos tiempos modernos que diría Boyero).

    ¡Qué buenos recuerdos los Aerosmith! escucharlos de joven (como buen hijo de los 80/90, comenzando por la etapa nueva de baladitas y ‘descubriendo’ después disco a disco su pasado más hardrockero), comprar sus discos y sus vhs en el Madrid Rock…

    Como nota anecdótica personal, llevaba escuchándoles desde el colegio (1997-8) , creo que estuve casi diez años poniéndome algún disco suyo cada día, y les vi por primera vez en Barcelona en 2010, habiendo decaído bastante mi interés en ellos, y me pareció un conciertazo de 10, una verdadera bofetada musical.

  6. Aerosmith es la banda de mi vida. Fueron el primer grupo delbque me enamoré perdidamente y que me ha acompañado en muchos grandes momentos. Ese blues sucio y sobre todo sexy gracias a los toques funkis bailables, porque la música de Aerosmith el sexo hecho música, me volvía, vuelve y volverá loco. Así que solo puedo aplaudir que se les recuerde en Jot Down con este buen trabajo. Esperando estoy la segunda parte.

    Ya poniéndome quisquilloso: puedo aceptar que al primero le falte algo de personalidad (problema del que adolecen muchos debuts de grandes grupos que hoy consideramos obras maestras) y que Tyler no se acaba de sentir cómodo con su voz pero el trabajo compositivo de este disco no tiene nombre. Sí que hay canciones en las que prácticamente parecen otra banda, pero por dios, ¡¡qué banda!! Ahí están One Way Street, Somebody o Walking The Dog para corroborarlo.

    Y Get Your Wings es un álbum sobresaliente. De hecho no citas, y me sorprende sobremanera, canciones como Lord Of The Thights (a mi juicio, top 3 de canciones del grupo), Seasons of wither o Pandora’s Box, que presagiaba lo que llegaría después. Un álbum casi redondo Get Your wings (Spaced bajaba un poco el nivel), me ha dolido un poco no verlo reconocido.

  7. David Fdez.

    Para cualquiera que no conozca la grandeza de aerosmith en los 70, puede ser una buena introducción ver en YouTube el Midnight special al que corresponde la primera foto. Y para los que ya la conozcan, también. Qué grandiosa banda de rock.

  8. Yo diría que en lugar de dos hay tres grandes etapas en la carrera de Aerosmith

    La primera, la más hard roquera, todos los 70 hasta la disolución de la formación clásica.

    La segunda, desde Rock in a Hard Place -el disco con Jimmy Crespo sustituyendo a Joe Perry- hasta Get a Grip. Ahí se sitúa el primer renacer comercial de Aerosmith y se aprecia una progresiva «comercialización» en el estilo de la banda, en el sentido de hacer su música más accesible a un público mayoritario y no necesariamente roquero. Pero lo consigue hacer de forma natural, sin perder sus señas de identidad ni resultar forzados. Un magnifico equilibro entre canciones pegadizas y guitarras potentes. Es una etapa que tiene su mejor exponente en PUMP (1989) y comienza a dar muestras de agotamiento en Get a Grip (1993).

    En 1997 llega un Nine Lives que es más AOR que otra cosa, marca una nueva evolución y una mayor distancia con su público más veterano. Pero lo que lo cambia todo definitivamente es la balada I dont wanna miss a thing (1998) que, ya en su madurez, sitúa a la banda en el número 1 de los charts de casi todo el planeta.

    A partir de ahí es cuando Tyler pierde el oremus de nuevo y Aerosmith el norte. La música del grupo se estandariza cada vez más intentando repetir el éxito de la balada de Armaggeddon y produciendo, en el mejor de lso casos, discos irregulares.

    Recuerdo cuando a principios de los 90 se decía que Aerosmith era «la banda que no tiene un sólo disco malo en toda su trayectoria».

    • Yo no me limitaría a dos etapas en la historia de Aero, quizas hasta cuatro: los 70s hard rockeros desde el debut hasta «Draw»; los años confusos desde «Nights» hasta «Done»; la resurreción desde «Permanent» a «Nine Lives» y el punto de inflexion con «Miss a thing», en el cual alinearon a muchos fans, en adelante.

  9. Buen desglose, lp tras lp. Yo los descubrí con el Live Bootleg directamente, a mediados de los 80. Estaba yo haciendo la mili en las hordas del «jevi» y claro, Aerosmith sonaban a híbrido perfecto entre el «viejo rock» y ciertos chirriantes «aceros» más actuales (de entonces). «Rock auténtico !» exclamé (como si lo hubiera falso!). Mother Popcorn y la versión demoledora de Come Together (lo único salvable de esa peli fracasada que fuera «Sargent Pepper’s movie») eran las perlas de ese directo «destroyer». Así que a comprarse los que uno pudiera. Aunque todos te aconsejaban el «Rocks» (que nunca llegué a tener) tuve la suerte de ir a por «Toys in the attic», quizás el Lp de rock de los 70 con mejor sonido (menuda producción ! décadas después, sigue destacando) que había escuchado jamás. «Walk this way» era un guiño cachondo a la escena de «Frankenstein Jr» en que Marti Feldman le dice al profesor Fronkonstin (Gene Wilder), con un bastocito ridículo: «Camine así». Curioso que el tema tuviera su verdadero éxito en los tiempos del rap, con el famoso videoclip bicéfalo que todos conocemos.
    Tras su paso fracasado por la discográfica de Geffen («todos» fracasaron allí: Que se lo pregunten a Gene Clark !), época de ostracismo – se llevaba el jevi puro y duro – hasta que MTV les rescatan a golpe de balada (insoportable Crazy) y de bombardeo mediático. Ya no son «mis» Aerosmith, pero se les debe tributo por haber constituído un puente de resistencia del «viejo rock» en años donde el fundamentalismo heavy y otros géneros asaz talibanes triunfaban sin concesiones. Gracias por el homenaje.

    • Hombre,en Geffen si triunfaron.»Permanent Vacation» y sobretodo «Pump» fueron multiventas.Es cierto que las baladas de «Get a grip» les hacen trascender del género rock a la popularidad total,pero antes triunfaron con estos dos LP.

  10. Antippasti

    Por edad, yo les conocí en su vuelta con Permanent Vacation que a día de hoy me sigue pareciendo el mejor disco de su vuelta con diferencia. Y desde ahí descubrí Toys in the attic y algunas otras joyas de los ’70. Todo lo que hicieron después de Permanent Vacation me parece horrible y hortera, aunque seguramente sea con lo que más dinero han ganado. En general el hard rock que llegaba de América en la segunda mitad de los ’80 era repulsivo, en especial tras la aparición de Motley Crue y, sobre todo Bon Jovi. Y a esa caspa es a la que se sumaron Aerosmith para hacer caja

  11. David Fdez.

    No es por polemizar, pero solo se puede considerar que «Too fast for love» o «Shout at the devil» son «repulsivos» si uno está metido exclusivamente en Bach, Schubert y por ahí. Si te gusta el hard rock, decir que eso es «hortera» descoloca un tanto. Son «hijos bastardos» de Aerosmith que merecen ponerse de rodillas ante ellos, y punto.

  12. Pingback: La historia de Aerosmith en 50 canciones (I)

  13. A la espera de la segunda entrega

  14. Jimbojones

    Desde el respeto y la comprensión debo decir que esta espera se esta haciendo mas larga que la del Second Comming de los Stone Roses

  15. Pero Emilio que pasa con la segunda entrega?!

  16. Ya está tardando la segunda parte, madre mía.

  17. Excelente!!!! no hay segunda parte???

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