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Los franquistas (con el rey a la cabeza) que hicieron la transición

El próximo año se cumple el cincuentenario del inicio de la transición, el proceso de cambio de régimen político que acabó con la dictadura franquista y trajo la democracia que, con todas sus imperfecciones, aún disfrutamos en España. En estas cinco décadas se han editado sobre los hechos muchos libros de historia, biografías, memorias, diarios y ensayos. Numerosos programas de televisión incluso obras de teatro han abundado en lo ocurrido y un sinfín de reportajes y artículos de opinión se han publicado en prensa diaria y revistas. Hay información sobre aquel periodo histórico que aún no ha sido desclasificada y que se mantiene protegida por una Ley de Secretos Oficiales de 1968 que el actual gobierno pretende reformar. Las expresiones que se están manejando en el anteproyecto de ley para definir los plazos para hacer públicos los documentos, «cincuenta años prorrogables», o las multas de hasta tres millones de euros por difundir información clasificada no ofrecen muchas esperanzas de que en breve conozcamos nuevos datos sobre la transición. Con este material «secreto» bajo llave, y teniendo en cuenta que los protagonistas de aquel cambio político o han fallecido o, por su avanzada edad, empiezan a olvidar o a confundir lo ocurrido, no parece, en principio, que tenga mucho sentido editar algo más sobre la transición. Además, el asunto empieza a cansar a las generaciones más jóvenes. Con la guerra civil y la movida, la transición se disputa el primer puesto en el ranking de «asunto boomer» (aburrido, rancio, cargante) en redes sociales como Instagram o TikTok. A pesar de todo lo anterior, hace unos días se ha publicado un libro más sobre el asunto: Objetivo: democracia. Crónica del proceso político que transformó España Además, le han dado un premio (ESPASA de ensayo). A lo largo de sus 352 páginas no cuenta nada nuevo, pero, sin embargo, es un libro necesario, muy necesario.

Objetivo democracia. Crónica del proceso político que transformó España
Objetivo democracia. Crónica del proceso político que transformó España.

Juan Fernandez-Miranda, el autor, es periodista (adjunto al director de ABC) y ha publicado otros tres libros: El guionista de la transición (Plaza & Janés, 2015), biografía de su tío abuelo Torcuato Fernández-Miranda; Don Juan contra Franco (Plaza & Janés, 2018), con Jesús García Calero, y El jefe de los espías (Roca editorial, 2021), junto a Javier Chicote. En este volumen que se acaba de editar analiza el periodo que transcurre entre el 20 de noviembre de 1975 (fallecimiento del dictador Francisco Franco) y el 15 de junio de 1977 (día en que se celebraron las primeras elecciones generales y democráticas después del franquismo). A partir de la segunda fecha, se puede aseverar que en España hay una democracia. Podemos discutir sobre la calidad o fragilidad de esa democracia, pero, desde el momento que hay elecciones libres y limpias; se respetan las libertades básicas; hay pluralismo político e ideológico y la soberanía reside en el pueblo, se puede afirmar que en España ya se había realizado y terminado con éxito el tránsito de una dictadura a una democracia. Aún no teníamos una constitución, pero lo que podemos llamar «transición esencial» —el cambio de régimen político— se había producido.

En aquellos diecinueve meses, se murió el dictador, se coronó un rey, se ratificó a un presidente de gobierno —que posteriormente dimitió— y se nombró a otro, se legalizaron los partidos políticos (incluido el comunista), se aprobó en las cortes la Ley de Reforma Política y fue mayoritariamente aprobada por el pueblo español en referéndum, renunció a sus derechos dinásticos el padre del rey, se declaró una amnistía, se liquidó de facto el Movimiento Nacional franquista y se eligió un parlamento por sufragio universal. Todos estos hechos fueron responsabilidad de una serie de personas a las que podemos llamar protagonistas del proceso de cambio de régimen. Juan Fernandez-Miranda, con claridad y objetividad describe en su texto lo más relevante y las circunstancias que explican los comportamientos de los principales actores del cambio. A diferencia de la mayoría de los libros publicados hasta hoy sobre la transición, Fernandez-Miranda deja fuera de su crónica las emociones, la nostalgia, la épica y la ideología; lo cual es de agradecer como lector y algo que infunde dinamismo a su documento.

Por qué es necesario este libro

 En el transcurrir de todos estos años, numerosas falsedades, lugares comunes o, cuando menos, medias verdades se han incorporado a la narración de la transición política española. Hoy lo llamamos storytelling, pero estas tergiversaciones de la realidad han ocurrido siempre que hemos mirado atrás, a nuestra historia. Estamos hablando de modificaciones en el relato de los hechos (de forma consciente o inconsciente) para hacerlos más fácilmente entendibles (apelando a la lógica) o más atractivos (utilizando las emociones). El problema es que cincuenta años después, gran parte de los españoles desconocen lo que ocurrió en aquel periodo tan importante de nuestra historia reciente. 

Se comenzó afirmando que el mérito principal de la transición lo detentaba la oposición democrática de izquierdas y para ello se utilizaron medias verdades como que la mayoría de los españoles estaban en contra de Franco y que el régimen agonizaba al mismo tiempo que empeoraba la salud del dictador. Se convirtió el consenso en la herramienta omnipotente que actuó de motor y que explica la transición cuando la verdad es que dicho consenso solo operó después de las elecciones de 1977 (cuando ya teníamos democracia) y especialmente en la negociación de la Constitución. Solo a partir de 2012, con el movimiento 15-M y la llegada posterior de Podemos al escenario político, se empezó a reconocer el importante papel de los franquistas moderados y del rey en la transición, pero se hizo para acusarlos de orquestar un cambio lampedusiano, (que todo cambie para que todo siga igual). Según esta versión de la extrema izquierda, la intención de la transición era preservar los intereses políticos y económicos de una élite compuesta de una serie de familias y de grupos de interés y apuntalar la supervivencia de unos poderes fácticos. El libro que estamos analizando viene a dejar claro lo que ocurrió y por qué. 

Hay que entender que nunca ha sido fácil aceptar la idea de que un rey que había sido educado por franquistas, que fue nombrado heredero por el dictador y que había jurado lealtad a sus leyes y principios, tomara la iniciativa para cambiar el sistema político que había puesto en sus manos todo el poder. Más complicado es aceptarlo hoy, a la luz de todo lo que hemos conocido recientemente sobre ese mismo rey, el que desde hace unos años llamamos «emérito». 

Los hechos son que entre noviembre de 1975 y junio de 1977 fue el rey Juan Carlos de Borbón y un grupo de franquistas que podríamos llamar «moderados» (aunque antes de la muerte del dictador no lo eran) los que iniciaron el tránsito entre el autoritarismo y la libertad y lo hicieron siguiendo la voluntad del monarca. El rey Juan Carlos sabía, desde al menos diez años antes (Juan Fernández- Miranda lo demuestra), que debía cimentar su reinado y la monarquía sobre una democracia. Conocía el error cometido por su abuelo Alfonso XIII al asociar la monarquía con la dictadura de Primo de Rivera. Es posible que Torcuato Fernández-Miranda le informara de lo ocurrido en Italia cuando la casa Saboya apoyó al fascismo. Y gracias a su mujer, la princesa Sofía, conocía de primera mano cómo el apoyo a la dictadura de los coroneles por parte de Constantino II, su cuñado, supuso el fin de la monarquía en Grecia. Tenía el apoyo del ejército (precisamente por ser un ejército completamente leal a Franco y en su gran mayoría leal a su sucesor) y la obediencia de la mayoría de los procuradores de las cortes franquistas (por el mismo motivo). Este cúmulo de poderes y apoyos le permitió al rey traer la democracia. No fue fácil; hubo que convencer a muchos reluctantes y sortear numerosos momentos de crisis en los que el proceso estuvo a punto de fracasar. Hizo falta, sobre todo, un buen fontanero (Torcuato Fernández-Miranda) que conectando las tuberías legales encauzara esa voluntad y ese poder del rey para, reformando las siete leyes fundamentales franquista, alumbrar la octava ley que fue la llamada «Ley para la Reforma Política» que establecía que la soberanía residía en el pueblo, que el régimen político de España era la democracia parlamentaria y que se celebrarían elecciones. «De la ley a la ley». Como escribe Juan Fernández-Miranda en la página 205: «Don Juan Carlos señaló cuál era la estación de término, el profesor (Torcuato) estableció las vías para recorrer el camino». No es verdad que el rey quisiera una democracia descafeinada y que la presión de los grupos de la oposición y la acción popular en la calle y en las facultades universitarias lo obligaran a una reforma política más profunda. 

Como buen periodista acostumbrado a seleccionar y ordenar por importancia las noticias, el autor de este libro hace una crónica en la que incluye lo esencial, lo que fue determinante para que el objetivo (la democracia) se consiguiera. Por eso, la ausencia en sus páginas de muchas reuniones, conversaciones, manifestaciones e intrigas es significativa. Fernández-Miranda, con su recopilación de hechos, desmiente o deja en evidencia todas esas falsedades o medias verdades que se habían impuesto en diferentes sectores de la opinión pública.

A título de ejemplo: con la intención de demostrar cómo el rey, entonces príncipe, comenzó a entender cuál era su misión, Juan Fernandez-Miranda describe con precisión el momento en que Juan Carlos de Borbón decide desobedecer a su padre, don Juan, y emprender el camino por su cuenta. El 5 de enero de 1968, el príncipe había cumplido 30 años, la edad mínima que marcaba la ley de sucesión para poder ser nombrado heredero. En mayo de 1968, don Juan propuso a su hijo pasar cinco meses en Estoril con él. Juan Carlos estaba a punto de ser nombrado heredero a título de rey por el caudillo y conocía las desavenencias entre este y su padre. Por eso, sabiendo que ir a Estoril sentaría mal al Caudillo y podía poner en riesgo su designación, respondió a la invitación de su padre con las siguientes palabras:

Yo he seguido una línea que tú me trazaste. El general Martínez Campos, duque de la Torre, se oponía a que yo me instalara en la Zarzuela. Él quería que yo fuera a Salamanca y fuiste tú quien me puso allí. Con ello tomaste una opción. Estar en la Zarzuela era estar cerca de Franco. En estos años nada hice que te perjudicara a ti o a la institución. Ahora no puedo hacer el feo de ausentarme cinco meses de España. Tú has jugado una carta; yo otra, por tu mandato. Sigue tú con la tuya y yo con la mía. Si gana tu carta, me descubro, chapeau, pero no lo veo posible. Hemos de pensar en España y en la Institución.

Uno jugaba una carta y el otro jugaba otra. No es complicado leer entre líneas: don Juan acercándose a la oposición democrática y enfrentándose a Franco y su hijo acercándose al dictador y, posteriormente jurando las leyes Fundamentales y los principios del Movimiento, pero el objetivo de los dos es el mismo. Y no es otro que «la Institución». Es decir: la monarquía. Los dos trabajaban para conseguir el mismo objetivo y el hijo ha respetado al padre y se ha subordinado a su autoridad. Pero, a partir de ese momento, Juan Carlos toma la iniciativa y comienza su propio camino.

Durante aquellos diecinueve meses, se produjeron numerosas huelgas y manifestaciones callejeras. No fue una transición pacífica —como falsamente se ha afirmado en muchos relatos más cercanos al cuento de hadas que a la historiografía— y el terrorismo y la violencia de la extrema izquierda y la extrema derecha causaron muchas víctimas y dolor y pusieron en peligro el cambio, sobre todo porque dieron argumentos al bunker y a los militares golpistas. En su libro Fernandez-Miranda cita algunos de los más significativos asesinatos de ETA, los secuestros de Oriol y Villaescusa y dedica un capítulo a los cinco muertos que se produjeron en una iglesia de Vitoria en marzo de 1976. Todos estos hechos, todos los intentos de ruptura de la oposición democrática tuvieron su influencia, qué duda cabe. Pero la iniciativa para conseguir el cambio, en aquel periodo inicial, siempre la llevó el rey y sus hombres, principalmente Torcuato Fernández-Miranda y Adolfo Suárez. 

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40 Comentarios

  1. DESTROYER brazo de acero

    A ver, si no intercalas caritas de risas o guiños de ojos al final la gente se va a creer que el artículo va en serio. En cualquier caso buen relato, me he partido la caja 🤣🤣🤣

  2. Xavier D. Garret

    Que no fue transición, fue transacción…
    En la 2ª acepción: https://dle.rae.es/transacci%C3%B3n?m=form

  3. Clonazepando

    Venga, va. A ver cómo va llegando el chorreo de podemismos sobre esa horrible transición de la dictadura a la democracia.

  4. Antonio Yelo

    Estimados Destroyer y Xavier:
    Os recomiendo leer el libro. El tratamiento histórico que se suele dar a la Transición está cargado de opiniones, emociones y épica; la dictadura fue tan dañina que es muy difícil encontrar libros que hagan un análisis objetivo del periodo. Autores como Joaquín Bardavio o Charles Powell son excepciones. El resto ha exagerado o tergiversado.
    Fernandez-Miranda solo incluye hechos. Y son hechos comprobables.

    • DESTROYER brazo de acero

      Hechos tan comprobables como el ascenso a primogénito del querido emérito vía BFG o la pantomima del 23f. Mientras busco el pdf y le pido a una IA sin escrúpulos ni subjetividad que me haga un resumen yo le recomiendo a usted escuchar a Nieves Concostrina respecto a esos ejemplares Borbones

      • Antonio Yelo

        El rey Juan Carlos no ha tenido un comportamiento ejemplar, eso es así; sería ridículo intentar ocultarlo y no denunciarlo. Pero eso no invalida lo que hizo durante la Transición. A lo largo de la historia algunos de sus antepasados tampoco lo fueron (ejemplares), cierto. Con mi artículo no estoy defendiendo a los borbones ni al rey Juan Carlos. Solo intento (reseñando un libro) dejar claro qué ocurrió durante 19 meses cruciales para nuestro país. Juan Carlos, con el apoyo del ejercito y de las instituciones franquistas, podía haber (con mínimos cambios meramente cosméticos) conservado el poder de Franco y ejercer como dictador moderno de la España de fin de siglo. Entendió que tenía una misión: reinstaurar la monarquía y hacerla sólida y perdurable. Tuvo claro que esa misión solo la podía cumplir cimentando la monarquía sobre una democracia plena (siguiendo el ejemplo de sus primos ingleses) y, a pesar de las dificultades, lo llevó a cabo. En ese trabajo se ganó la legitimidad de la institución. Lo que ha hecho después no quita valor a lo realizado en aquellos 19 meses.

        • Lo presentas como un «regalo que solo tuviera como iniciadores a Juan Carlos, Torcuato y Suárez. Y existía una presión internacional a terminar con el régimen, existía una oposición dentro y fuera del pais, y una descomposición del régimen que era más que evidente.

          Y lo de hacer una monarquía sólida y perdurable, permíteme que lo dude,porque si la monarquía es él, él ha hecho todo lo posible para cargársela. Quién más ha hecho por intentar traer una republica.

          • Antonio Yelo

            1975. Estamos en plena guerra fría. El poder internacional de los EEUU entonces era mucho mayor que el que hoy tiene. En 1974 se había producido la Revolución de los claveles en Portugal. EEUU no quería una España comunista. El secretario de Estado, Kissinger había aconsejado que, de producirse el cambio a la democracia, se fuera muy despacio. La verdadera presión internacional era la de EEUU y no estaban por la labor de, por ejemplo, legalizar el PCE.
            Sobre la descomposición del régimen franquista se han contado muchas falsedades. Ha habido una corriente de autores cercanos a EL PAIS ( Jordi Gracia y Jordi Amat los más recientes) que ha defendido la determinante influencia en la transición de las revueltas estudiantiles de 1956, del contubernio de Munich de 1962 y de grupos como el FLP (que en realidad solo fue un divertimento de unos chicos pijos de buena familia). Según esta corriente, Javier Pradera (editorialista de EL PAÍS), Dionisio Ridruejo, Mújica y Jorge Semprún fueron providenciales. Dentro de esta versión se incluye la supuesta descomposición del franquismo. Tiene lógica hacerlo: si quieres poner medallas de mérito demócrata a la oposición de izquierdas al franquismo, hay que contar que este se empieza a pudrir antes de fallecer el dictador.
            No es cierto. Tres factores demuestran la fortaleza de franquismo hasta el final: 1. La buena situación económica. 2. La represión policial con la brigada político social al frente. 3. El apoyo internacional a través de tratados económicos (EEUU, Francia, Cuba, URSS…).

            • Precisamente la Revolución de los Claveles se hizo contra una dictadura apoyada por USA, y USA no quería una repetición (cuando la URSS era una alternativa) en España, por éso se decanta por una transición a la democracia. En Portugal los americanos favorecieron al Partido Socialista para devolver a Portugal a la OTAN, y les salió bien el invento.
              Te olvidas de Carrero Blanco y de lo expuesto que realmente estaba el Régimen en el contexto de una Europa Capitalista que tenía partidos comunistas legalizados pero que se decantaba del lado americano.

              • Antonio Yelo

                Los EEUU hubieran preferido la reforma «Fraga» que el gobierno Arias Navarro intentó antes de Suárez.

                • ¿En qué momento? Porque te recuerdo que los 70 pasaron Nixon, Ford y Carter por la Casa Blanca. ¿De verdad crees que sí USA hubiesen querido de veras que hubiera continuado el Régimen no lo hubiera conseguido teniendo en cuenta el nivel de monitorización que tenían de la política de Europa occidental?

                  Yo no soy experto en historia de la transición. Pero chirría bastante lo que cuentas, en cuanto a la posición de USA. Tampoco me cuadra la situación de división y fin de ciclo del tardofranquismo, y ya me remata, (a parte de la coherencia en la historia personal del Rey que tendría instinto de supervivencia pero dada su evolución no creo que fuera un ingeniero político), la historia de un país difícilmente es iniciativa de tres personas, por mucho poder que tengan.

                  Cuando quiera leer historia de la transición acudiré a los historiadores que me den una visión panorámica y en profundidad del momento. Y lo siento, pero no a periodistas que son bastante sesgado.

                  • Antonio Yelo

                    Se acaba de publicar La transición según los espias, de Jorge Urdanoz (Akal, 2024)
                    https://www.akal.com/libro/la-transicion-segun-los-espias_53767/
                    Se basa en las conversaciones que mantuvo el embajador norteamericano de la época en Madrid. Mr. Stabler. Este señor, todas las noches, mandaba un cable al departamento de estado en Washington. Estos cables se desclasificaron hace unos años y Urdanoz lo cuenta. Charles Powell, historiador, tambien cuenta mucho de esto en su libro El Amigo Americano que se puede descargar gratis en su web.
                    https://charlespowell.eu/wp-content/uploads/2011/04/Libro-El-amigo-americano.compressed.pdf
                    En estos libros se cuenta con detalle la posición de los EEUU con respecto a la Transición española.
                    Un resumen: dejaron margen de maniobra pero sin perder el control. Recomiendan un cambio suave. Cuando el rey y Suarez insisiten en cambiar a la democracia, no se pueden negar pero piden cautela. Hay una conversación en el libro de Urdanoz entre Suarez y Stabler en la que el primero le cuenta que van a legalizar el PCE. Le explica que los comunistas pueden ser más peligrosos en la clandestinidad y que tienen encuestas que arrojan no más de un 15% de apoyo al PCE en la futuras elelciones de junio del 77. Stabler dice que no es lo deseado por Washington pero que lo entiende y comparte a título persoonal la decisión .

  5. Es que la Transición solo la podían hacer los que estaban allí y detentaban el poder. Y fueron los que fueron.
    Y ya sabemos todos que Iglesias y Echenique la hubieran hecho mucho mejor, donde va usted a parar. Y que si hubieran estado allí habrían ganado la guerra civil. Pero es que hablar es tan barato…

    • Antonio Yelo

      En 2012 se publicó «CT, o la Cultura de la Transición» https://traficantes.net/libros/ct-o-la-cultura-de-la-transici%C3%B3n Se trata de un libro que coordina Guillem Martinez y recoge los trabajos de un colectivo de autores cercanos a Podemos y al movimiento 15-M. No todo lo que se denuncia en ese libro es mentira. Es verdad que la Transición no ha sido modélica y que ciertos grupos políticos y económicos se han aprovechado de ella. Nuestra democracia necesita muchas mejorar. Pero todo eso no demuestra que las intenciones de la transición fueran distintas que las reales: cambiar a una democracia homologable a las otras democracias occidentales.

      • Gallego Rey

        Lo que usted afirma es una majadería. Don Antonio García Trevijano se hartó de denunciar la realidad de la mal llamada transición sin que nadie se atreviese a enfrentarse a sus razones, y ahora que ya no está aparecen paracaidistas a escribir, o mejor dicho a inventar lo que fue ese proceso. Aquí no se produjo ningún intento de homologar nada, caballero: lo que ocurrió, tan simple pero tan cierto, es el típico «que todo cambie para que siga todo igual». Llamar democracia a lo que tenemos es un insulto a la inteligencia; llamar transición a la transacción es otro tanto.

  6. Cuando la «Institución» empieza y acaba en su persona cualquier cosa es justificable para su egotismo. Desde disparar a un hermano, a hacerse alumno aventajado del franquismo. De continuar con la vida de picha brava de sus antepasados, a robar a mansalva y llevárselo a fundaciones extranjeras a vivir la vida padre. Sin dar explicaciones y sin que ningún juzgado pueda o quiera hacer nada. Su impunidad es la burla a éso que llamamos democracia. A Juan Carlos no le han importado ni España ni los españoles nunca, solo eran un medio para su persona, como es habitual en las monarquías. Y quien quiera creer en cuentos de hadas y en mitos que se lo haga mirar.

    Por cierto también es un hecho que las grandes familias del Ibex35 salieron o se enriquecieron aún más con el franquismo. Qué grandes próceres, solo hay que leer su biografía o leer los apellidos, siguieron en el continuismo, en el mismo PSOE de Gonzalez, que hoy se sienta a hacer bromas con Aznar y a compartir su punto de vista.

    Y también es otro hecho que el sobrino nieto de Torcuato escribe en el ABC, que Juan Carlos se muere, y que a los monárquicos a los que les pirra hacer reverencias y ser clasistas quieren crear el clima político para que muera aquí.

    • Antonio Yelo

      Que en España haya familias de millonarios no hace de nuestra democracia una farsa. Nuestro sistema económico es el capitalismo. Durante el franquismo, el PCE intentó la «ruptura» (que buscaba un régimen comunista). No lo consiguió y se inventó aquello tan ridículo de la «Ruptura pactada». Tampoco le salió bien. Carrillo acabó aceptando modificar los estatutos del partido, aceptar la monarquía y la bandera. Todo a cambio de la legalización.
      No hay un intento de «crear un clima político para que el rey muera en España». Lo que ha hecho es muy grave y hay que denunciarlo y criticarlo. Pero eso no resta valor a lo que hizo hace 50 años.

      • No he dicho que nuestra democracia sea una farsa, y estoy contigo que tiene muchísimas cosas mejorables. Pero creo que haces un juicio de intenciones sesgado del papel de Juan Carlos y que no se corresponde con su devenir. No me creo que sea una especie de Jeckyll y Hyde o que tuviera un buen principio y luego se maleara. Porque es la propia institución de la Monarquía la que provoca esa mal ejemplaridad, (no está en los genes Borbones ni en el carácter de cada Rey). La monarquía es desigual por nacimiento, impune y propicia a usar el poder, aunque sea de representación, para formar cortesanos, corruptelas y favoritismos. Todo de forma bastante opaca aún con Felipe VI. Es clasista, bastante ávida, y sin ninguna consideración hacia el pueblo, a pesar de todo. Sólo hay que ver a Felipe paralizando los trabajos de rescate y limpieza en Paiporta para hacerse una foto y tener su 23 F.

        Nuestro sistema será el capitalismo pero lo que se denuncia es la constitución de un sistema endogámico que se reparte el poder económico y que tiene una clara influencia en el devenir político de este país.

        Y a lo mejor no será tu intención individual pero sí creo que es lo que intenta ABC, crear un estado de opinión favorable a la vuelta de JC.

  7. Neil Young

    Papá, cuéntame otra vez,ese cuento tan bonito…

    • Antonio Yelo

      El cuento, como bien dice la canción de Ismael Serrano lo contó la izquierda en los 80,s. Aquellos señores y señoras que hoy tienen entre 70 y 80 años, intoxicados con las falsas prmesas del mayo francés del 68 y los mal escritos panfletos de la contracultura, se inventaron una transición con la que dar sentido a una generación.
      Lo grave es que sus nietos antisistema volvieron a inventar otra transición para justificar sus movimientos y partidos (15-M y Podemos)

      • Te ha quedado todo muy postmoderno, la negación de los relatos. El problema es que tras ese barniz postmoderno no se puede pretender que nos quedemos con el relato de la edad media. De tan políticamente incorrectos que se creen algunos, y no lo digo por ti, terminan justificando los privilegios de los poderosos de la iglesia, la oligarquía, los bancos, la monarquía, contra los principios de la dignidad humana. Al final la desigualdad no es un relato para el que lo vive en el día a día.

        «A ti no te falta de nada» le gritaba una mujer del pueblo de Paiporta a la reina. Eso es un hecho crudo. Y no las mistificaciones incoherentes de un escritor monárquico que
        defiende el privilegio de toda la vida.

        • Antonio Yelo

          Se ha acusado al PSOE y al PP de ser parte del «sistema», de ese entramado que protege a las élites, a esas oligarquías y poderes fácticos. Lo ocurrido con Pedro Sánchez en lo que lleva de última legislatura ha tendido un aspecto positivo (hay otros, seguro) en lo referente a este relato. El gobierno ha puesto en marcha leyes e iniciativas que se salen de lo permitido por ese supuesto “sistema” o estado profundo. Y aquí seguimos. No se ha roto mucho. La democracia continua.
          La teoría de la conspiración nos encanta. A mí el primero. Pero está muy bien para la literatura fantástica y para los comics. La historia es otra cosa.

          • ¿Pero que medidas se han tomado si el desguace de la sanidad y la educación publica se hacen con total impunidad y descaro, a la vista de todos, mientras discutimos por las migajas de la subida del SMI, que por cierto se han comido la subida de alquileres y la inflación? Y ahí están los contratos con la Quirón, en todas las comunidades gobernadas por el PP, o la apertura de Colegios y Universidades privadas, a las que se destina el dinero público y que sirven de puertas giratorias y comisiones de familiares y amigos.

            ¿Qué medidas se han tomado si las dos familias más ricas, Roig y Ortega, acumulan lo que el 30% de la población más pobre de este país?¿Tú crees realmente qué las medidas tomadas han amenazado el status quo?

            Medidas tibias que ha tenido que tomar el PSOE por su pacto con la izquierda, y en la primera legislatura, que recordemos que el PSOE no gobierna solo. Y éso a pesar de pronosticar la debacle de la economía, que todos los medios neoliberales de este pais, que son la mayoría. Medidas económicas que hace décadas se tomarían por gobiernos socialdemocratas con total normalidad, que la ventana de oberton se ha desplazado tanto a la derecha que la socialdemocracia de Podemos es vista como extrema izquierda y comunismo.

            No hace falta acudir a ninguna teoría de la conspiración, sino no tener la capacidad de crítica atrofiada.

  8. A raíz de este artículo oigo a Juan Fernández-Miranda en la presentación del libro y constato que es un mistificador de la monarquía. A parte de seguir con el cuento de que Juan Carlos era un hombre íntegro pero cambió con el paso del tiempo, según él porque se le protegió demasiado, (como si fuera un menor de edad ya con 40 años en los 80). Habla seguidamente de la ejemplaridad por transparencia de Felipe VI, y me preguntó ¿qué transparencia hubo en enterarnos a posteriori de la «renuncia» (falsa, porque no se puede renunciar en vida) a la herencia de su padre cuando ya los medios extranjeros habían publicado la fortuna de su padre (y suya, al ser el segundo beneficiario de la fundación) del dinero de la dictadura saudí?. ¿Qué hay de ejemplaridad en quitarle la asignación al padre un año después de saberlo y solo cuando se publicó en los medios?. Desde luego si se quejaba de que la culpa del comportamiento de Juan Carlos era de los medios por exceso de protección, él no se lo aplica así mismo y no es coherente.

    Y ya si entras en su muro de X apaga y vámonos. Hablar de ultraizquierda en las medidas descafeinadas de Podemos, que serían socialdemocracia clásica hace unas décadas, mientras que a niega la ultraderecha de IDA en Madrid, donde Vox no rascará mucho más porque no lo necesita con semejante lideresa, es de traca.

  9. MacNaughton

    Sin duda el articulo más reaccionario que he leido en JotDown…

    Ni la vale la pena rebatir el argumento principal a estas alturas. No creo que nadie mínimamente informado crea el relato Borbonista sobre la Transición a estas alturas…

    • Ya no sé. La gente vota hasta a alguien que ha asaltado su Congreso.

      • Por votar votan hasta a los que montan vodeviles, van de farol y los llaman procesos. No es de extrañar que muchos de estos admiren al monstruo naranja.

    • Antonio Yelo

      No es cuestión de defender la monarquía. Lo que yo he encontrado en el libro de Fernández Miranda es una recopilación de hechos que creo se ajustan bastante a la verdad. En nov de 1975 el monarca tenía el poder y lo ejerció para cambiar el régimen. Solo él tenía ese poder. Es simple y al tiempo complicado.

  10. MacNaughton

    O sea, como estaba por ahi, y hubo una Transicion, era obra suya, no? Je je je..

    Todo esto sin mencionar a Adolfo Suarez? Esa omision lo dice todo, siempre los Juan Carlistas han querido quitar a Suarez de la foto…

    Si hubo un politico del franquisimo que realmente quiso llegar a la democracia, era Suarez no el rey, que ni queria una Constitucion…

    … de ahi aquella comida con Suarez en la Moncloa cuando los militares «pusieron las pistolas encima de la mesa» ausentarse J.C.B cinco minutos…..

    Una emboscada en todo regla para forzar la dimision de Suatez y recuperar el control, desembocando en la estracanada del 23-F…

    A partir de llegada del PSOE en el 82, las cosas cambian….Felipe al rey, «usted a sus negocios, nosotros a gobernar» de ahi que enmarcar la Transicion entre los años 77-82 me parece lo correcto…

    Que Felipe – y toda la clase politica / mediatica / – de alto nivel no sabian de la actividades ilicitas del rey JC me parece simplemente inverosimil…

    • Antonio Yelo

      El 7 de enero 1969 se produce la primera conversación seria entre el entonces príncipe Juan Carlos de Borbón y el gobernador civil de Segovia, Adolfo Suárez. Los Reyes de Grecia, Constantino y Ana María, acompañados de la suegra, han venido a pasar las vacaciones y celebrar el cumpleaños de Juan Carlos (5 de enero). Van a Segovia y comen en Cándido. Hasta ese momento, Suarez es más franquista que el propio Franco. Es un joven político con mucha ambición y mucha simpatía. Luego, impetuoso y vehemente, acabó siendo más demócrata que el rey y que Torcuato. Pero inició el camino de la democracia impulsado por el príncipe e instruido por Torcuato. Entonces, si Suarez hubiera entendido que podía hacer carrera profundizando en los ideales falangistas, lo hubiera hecho.

  11. MacNaughton

    Y hay que recordar que aquel proceso que llamamos «Transicion a la democracia en España» no se llamaba asi entonces, en sus inicios, se llamaba la Reforma Politica…

    Gorbachov en la Union Sovietica tambien empezo una reforma politica que se le fue de las manos, y el rey J.C de Borbon en España sin duda alguna es el responsable como iniciador de la reforma politica en España, pero…

    …la duda siempre sera hasta que punto exactamente quiso llegar con dicha apertura…

    Suarez, en todo caso, es una figura decisivo que no se puede omitir del relato…

    Tampoco se puede pasar por alto la Revolucion de los Claveles en el 75, que explica en gran medida porque ciertos franquistas de repente se interesan por la Reforma… no quedaba otra…

    Y que los elites politicos / economicos quieren proteger su posicion privilegiada en las sociedades en proceso de cambio es ley humana y es un factor en todas las revoluciones… viene de «El Gatopardo» pero es una tendencia que siempre esta alli… en «Animal Farm» de Orwell esta tambien, no es particular a España..

  12. MacNaughton

    Hola Antonio

    Estoy de acuerdo con usted, Suarez era un joven político ambicioso más bien que un demócrata de convicción… vio por donde soplaba el aire y obraba en consecuencia

    … en cuanto a Torcuato, entiendo que no soportaba al chisgarabís de Suarez quien adquirió una autonomía en los sucesos que nunca estaba en el guion de la Zarzuela, llevando el proceso más lejos y en efecto dejando a Torcuato fuera…

    Es una singularidad de la Transición a la Democracia en España un tanto desconcertante que ninguno de los actores principales en aquello eran demócratas de convicción sino de conveniencia…

    Sigo creyendo que se podría una opereta muy divertida de aquello…

    • Antonio Yelo

      Buenas tardes, MacNaughton:
      Tocas un tema muy interesante, el de las auténticas motivaciones de los actores. En el caso del rey, aunque luego en todos los discursos se habló de la reconciliación de los españoles, de recuperar las libertades y de otorgar la soberanía al pueblo, creo que su principal razón para hacer lo que hizo fue cumplir su misión como Borbón: restaurar la monarquía y cimentarla de forma sólida para que perdurase en el tiempo. Juan Carlos se dejó aconsejar. Uno de sus maestros fue Lord Mountbatten, ultimo virrey de la India, miembro de la familia real inglesa y tutor del hoy Carlos III. El modelo británico de monarquía es el mejor para aprender solidez y estabilidad. No parece que al entonces príncipe de España le moviera como principal razón la democracia. Esta era un buen medio -como luego se demostró- para obtener un fin.
      En lo de la opereta estoy de acuerdo. Eso o una comedia de enredo. La Transición estuvo plagada de momentos cómicos y de muchos otros bastante vergonzosos a los que se podía sacar mucho jugo.

      • ¿El mismo Lord Mounbatten que dió la cena en su casa, donde se organizó el intento de golpe de estado del progresista Wilson en Gran Bretaña? Golpe de estado que por cierto lo proponía a él como Primer Ministro. No sé si lo mejoras Antonio, dado el historial de la familia a participar en conspiraciones para dar golpes de estado.

        • MacNaughton

          A Lord Mountbatton le volaron por los aires el IRA o posiblemente el INLA en 1979 en un atentado en una lancha, junto con un par de jóvenes que iban con él a pescar…

          Las mismas fechas que mataron Airey Neave, el INLA en este caso seguro, allegado de Thatcher, al salir del parking de Westminster, que tenia una rampa, con un coche bomba… son cosas que recuerdo nítidamente de la infancia…

          Thatcher nunca se los perdonó y al llegar al poder poco después, intensificó la guerra en el Norte, sin cuartel…

          En cuanto a la Transición, a pesar de todo, fue un éxito, no creo que nadie pueda sostener el contrario…

        • Antonio Yelo

          No conocía ese episodio, gracias Arryn. Lo investigo. Un abrazo

  13. Canta mañanas

    Que alguien cite a Nieves Concostrina como autoridad me ha parecido lo mejor de los comentarios.

    Vivir para leer.

    • Manolo investigador del inodoro

      https://www.youtube.com/watch?v=IZMBIIyE5Cw
      Los borbones son una manifestación de que los españoles, pueblo noble, orgulloso y viril, termina haciendo lo que siempre ha venido haciendo a pesar de tan maravillosas cualidades: el gilipollas.
      Ahí tenemos pueblos más alcohólicos, como los rusos, que lidiaron bien con los Romanov y los gabachos, bastante más mantequillosos que nosotros y, sin embargo, también supieron qué hacer con Luis Capeto.

  14. Me parece que nadie se ha leído la ley de reforma política, ni estudiado el bloque de la constitucionalidad. Ni el articulista, ni el autor del ensayo, ni quién lo ha premiado, y ninguno de los comentaristas.

  15. Antonio Yelo

    Yo sí la he leído. No tiene mucho mérito porque es muy corta, son solo 883 palabras. A diferencia de la reforma que intentó Arias Navarro (de la que el cerebro era Manuel Fraga) esta ley era muy sencilla, como su procedimiento. La ley, en resumen, dice:
    – La democracia, en el Estado español, se basa en la supremacía de la Ley, expresión de la voluntad soberana del pueblo.
    – Los derechos fundamentales de la persona son inviolables y vinculan a todos los órganos del Estado.
    – La potestad de elaborar y aprobar las leyes reside en las Cortes. El Rey sanciona y promulga las leyes.
    – Los Diputados del Congreso serán elegidos por sufragio universal
    – El Rey, antes de sancionar una Ley de Reforma Constitucional, deberá someter el Proyecto a referéndum de la Nación.
    – La presente Ley tendrá rango de Ley Fundamental.
    https://www.boe.es/buscar/doc.php?id=BOE-A-1977-165

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