Desde tiempos inmemoriales, la humanidad ha tenido que lidiar con la presencia de ciertos tipos de individuos cuya tendencia a monopolizar el reflejo de todas las superficies disponibles roza lo patológico. Los narcisistas, esos seres cuya destreza para absorber la energía ajena es solo comparable con el voraz apetito de un agujero negro devorando materia cósmica, han perfeccionado el arte de ocupar el espacio, el tiempo y los pensamientos de quienes, sin saber muy bien cómo, terminan atrapados en su horizonte de sucesos.
Sin embargo, aquí no nos conformaremos con describir esta exasperante realidad; no, nos embarcaremos en una travesía iluminadora para conseguir algo que casi desafía las leyes de la naturaleza: lograr que un narcisista te deje en paz. Para ello, usaremos ese sabio conocimiento producido en las lúgubres aulas universitarias, donde psicólogos y sociólogos han dedicado sus vidas a analizar el narcisismo con un rigor científico tan exquisito que uno se pregunta cómo lograron sobrevivir sin ser absorbidos por los sujetos de estudio. Sí, queridos lectores, os presento una guía rigurosa y documentada para poner fin a la invasión de estos encantadores devoradores de almas.
Paso 1: «Empoderamiento». Ya basta de preocuparte por su ego
El empoderamiento, esa palabra, casi tan usada y desgastada como fascista, no deja de sernos útil para nuestra ambiciosa tarea por muy manoseada que esté por culpa de los coach y otros especímenes holistas. Imagínate empoderado (sí, querido lector, asume por un momento que te has desecho de unos miles de neuronas y te autopercibes como empoderado) y da el primer paso crucial para librarte de las garras del narcisista: deja de preocuparte por sus emociones, opiniones y sus ego-escenarios. No es fácil, lo sé, sobre todo si, como cualquier mortal decente, tienes la cortesía de tratar a los demás como si fuesen humanos. Pero, para un narcisista, esa cortesía es meramente un síntoma de debilidad que te convierte en un accesorio más de su vida, como una termomix dedicada incansablemente para alimentar su ego.
Así que asume tu independencia emocional. «¿Cómo?», te preguntarás, «si cada mirada, cada frase, está llena de sus proyecciones y apenas me deja respirar». Es cierto; si esperaras algún reconocimiento de sus proezas egoicas, el primer paso sería asumir que le importan tus opiniones. No obstante, ya que nos hallamos en el mundo real, este primer paso consiste en observar, con distancia casi científica, cómo se comporta. Esto, mi querido amigo, es un recordatorio de que sus emociones no son tu responsabilidad. En otras palabras, deja de intentar comprenderlo. O como dirían nuestros respetados científicos: empieza a practicar el «desprendimiento emocional».
Paso 2: Desarrolla un interés ficticio en algo más «importante»
¡Cuidado! no lo tomes de forma literal. Un narcisista no concibe la realidad como algo que no pase por su propio filtro. Por ende, no basta con decir «he encontrado una nueva pasión»; tendrás que demostrarlo con una exageración casi caricaturesca, porque cualquier cosa que parezca sutil será interpretada por ellos como una trampa psicológica diseñada para atraer su atención. Así que aquí, el consejo psicológico clásico —y de paso, una estratagema digna de un buen culebrón— es proyectar el amor propio en tus «nuevas» actividades: yoga, pintura en acuarela, el italodisco, o el estudio del cultivo sostenible de setas en zonas urbanas.
La clave está en hablar de ello hasta el agotamiento. No hables de tu trabajo, ni de tus amigos; háblale de tus setas, de lo fascinante que es observar cómo brotan en el ambiente adecuado. En este punto, tus setas, querido lector, serán tu salvavidas. Porque un narcisista pierde el interés en alguien que parece obsesionado con algo tan trivial y, peor aún, que no está en absoluto interesado en lo que él tenga que decir. Las investigaciones de psicología social nos han enseñado que el desinterés activo es uno de los métodos más poderosos para desconectar a una persona absorbente; en otras palabras, haz que desvíe su «brillantez» hacia alguien que lo aprecie más que tú —con quién te comparará irremediablente hasta la extenuación— .
Paso 3: Explora el «contacto limitado»
Esta estrategia tiene su base en las técnicas de psicología aplicada para desactivar comportamientos no deseados. Es algo así como un «extinguidor emocional» y funciona mejor cuando no le das al narcisista el suficiente contacto como para alimentar sus exigencias, pero tampoco lo limitas a tal punto que te conviertas en su reto personal.
Este término académico tan elegante, el contacto limitado, significa que únicamente respondes cuando la situación lo requiera, con un tono seco, profesional y carente de cualquier matiz emocional. Se podría decir que te conviertes en una especie de «personalidad robótica». Las investigaciones sobre la psicología del narcisismo han demostrado que, al verse privados de la interacción emocional que buscan, los narcisistas suelen retroceder; su insaciable hambre de validación los empuja a buscar fuentes más generosas de energía emocional. Esta estrategia es, a todas luces, una manera de «desaparecer sin desaparecer».
Paso 4: Desarrolla una resistencia sobrenatural a las manipulaciones
Podría decirse que la manipulación es para el narcisista lo que el pincel para el artista. Sus armas son diversas y a menudo sutiles, como el gaslighting —ese arte de hacerte dudar de tus propias percepciones—, el chantaje emocional y la culpabilización, estrategias cuya efectividad ha sido analizada en extensos estudios sobre conductas tóxicas. Recuerda que todo lo que le pase nunca es por su causa, la culpa siempre es tuya, incluso antes de que lo conocieras.
El antídoto, mi estimado lector, es la resistencia estoica, que en términos científicos denominaremos «fortaleza mental fortalecida por la indiferencia♫». Te sugiero hacer ejercicios diarios en el espejo, repitiendo frases como «esto no es sobre mí» o «la realidad no depende de la narrativa que él construya». La ironía de este ejercicio es que puede hacerte sentir tan narcisista como ellos. Sin embargo, y como dirían los expertos, el objetivo aquí no es cambiar al narcisista, sino dejar claro que has erigido un muro infranqueable a cualquier manipulación psicológica.
Paso 5: Aplícale «el espejo»
Un método fascinante que muchos estudios de la psicología han investigado es el uso del «efecto espejo». Consiste, básicamente, en devolverle al narcisista sus propias actitudes de una forma sutil y casi indetectable —aunque en la mayoría de las ocasiones por muy burdo que sea el copy/paste dialéctico no lo percibirá—. Si el narcisista alardea de sus logros, haz lo mismo con los tuyos, con un toque de exageración y un aire de superioridad estudiado que roza lo grotesco. Esta táctica, tan agotadora como efectiva, logrará desconcertarlo.
Debes ser consciente de que estás jugando con fuego: el narcisista odia profundamente verse reflejado en alguien más y se sentirá perturbado. ¿Resultado? Casi mágico: su interés comenzará a diluirse porque, como dirían los analistas de conducta, la retroalimentación de su propia imagen en alguien más los «desactiva» temporalmente. Es como mostrarle a un vampiro su propio reflejo.
Paso 6: Declárate inalcanzable en su propio «idioma»
Aquí entra en juego el principio de escasez, esa maravillosa joya de la psicología conductual que sostiene que algo o alguien se vuelve más valioso si es difícil de alcanzar. Usa una variante social de este principio: «perdona, pero estoy muy ocupado en mi viaje personal de autodescubrimiento y en el trabajo de mejorar mi energía». Básicamente, se trata de utilizar su propio lenguaje de superioridad existencial para alejarlos.
Es probable que, al verse enfrentado a la aparente complejidad de tus nuevos «intereses elevados» (por falsos que sean), busque relaciones menos desafiantes. Porque un narcisista, como bien explican los estudiosos de la personalidad, evita complicarse la vida con alguien que afirma ser igual de «específico» y «complejo» que él mismo.
Paso 7: El «desvanecimiento heroico»
Este último paso no es para los débiles de corazón. Es una maniobra de escapismo a nivel master del D&D que, de ser ejecutada correctamente, te permitirá desaparecer de la vida del narcisista sin que él pueda preverlo. En lugar de hacer un desplante épico (nada les da más satisfacción que un conflicto emocional abierto), tu estrategia será la de la progresiva desaparición: responder cada vez menos, inventar excusas tan aburridas que ni ellos se molesten en discutirlas y, finalmente, volverte invisible.
Al final, y tras todo este trabajo morrocotudo de malabarismos psicológicos y paciencia nivel «God», tú, querido lector, podrás librarse del yugo del narcisista en un periodo no inferior a un año que se te hará más largo que un día sin smartphone.
Muy buena descripción y buenos consejos. En mi experiencia lo mejor es mantenerse lo más lejos posible. Es frecuente que además de narcisistas sean psicópatas
No sé, lo encuentro todo demasiado embarullado, el artículo quiero decir… Además, no recuerdo haber tenido nunca la sensación de haber estado en contacto con esos supuestos seres. Más bien me parece una corriente actual tendente a disertar sobre psicologías baratas y de las que you tube está lleno de ejemplos sobre narcisistas, psicópatas y mandangas varias. Qué aburrimiento.
El problema es cuando ese narcisista es tu jefe o alguien de quien no te puedes alejar sin más (al menos no sin dejar tu trabajo, familia etc.).
Encontrar un texto tan bien redactado en internet, con sus comas, sus puntos, sus puntos y coma, sus comillas españolas, todo en su sitio, con ritmo, con humor y bien fundamentado, ¡qué bonita sorpresa! El contenido, además, bien elaborado y útil; trataré de ponerlo en la práctica, pues llevo seis años atrapada en las redes de un narcisista. Enhorabuena y no dejes de cuidar la lengua como lo haces, da gusto…
estas tipo de personas existen y estamos rodeados de ellas, al igaul que existen los maquiavelos. Cuando te cruzas a alguien así, te vas a dar cuenta sobre todo por el daño que te causan. Son destructores y agotadores emocionalmente
Las he empleado todas y me han funcionado sin haber leído este artículo. Fui desapareciendo poco a poco hasta que llegó el día del descarte. Me centré en mis estudios de un segundo idioma, en dejar de adularlo o, cuando él me hablaba de todo lo que había conseguido o si alguien lo había adulado, yo le decía que qué casualidad que a mí también me habían dicho lo amable que soy, lo eficaz en mi trabajo, bla bla bla…y le contaba todo lo que he conseguido exagerando, por supuesto, eso lo dejaba fuera de combate. Y a día de hoy, contacto cero, indiferencia y darme cuenta de que son como niños encerrados en cuerpos de hombres.
De todas formas es muy ilustrativo este artículo por su claridad y su manera de abrir los ojos. Muchas gracias
El artículo es útil e interesante, porque: si te alejas todo lo ‘posible’ del narcisista, a él no le preocupa, cuando os veáis de nuevo por obligaciones sociales el concentrará todo su narcisismo en ese corto lapso de tiempo y será peor.
El problema surge cuando el narcisista convive contigo y además está «patrocinado» por otro miembro del grupo. Es entonces cuando la única salida para no volverse loco es optar por el silencio absoluto y la cara de poker, contradiciendo a tu terapeuta y a tu autoestima.
Porque para mandar a la mierda a un amiguete o familiar lejano no hace falta más que querer, pero hacerlo con alguien cercano, no es tan fácil.